Falsificando la luz del mundo
¿Qué hay detrás de los muchos impostores del Prometido por Dios?
FUÉ junto a las aguas centelleantes del mar de Galilea, en los distritos de Zabulón y Neftalí, que una profecía de Isaías tuvo su cumplimiento casi ochocientos años después de haberse escrito. La profecía decía: “Como en los tiempos anteriores hizo Dios que fuese despreciada la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí; así en los venideros la hará gloriosa, hacia el mar, en el recinto del Jordán, en Galilea de las Naciones. Pues el pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz, y sobre los habitantes de la tierra de sombra de muerte, luz ha resplandecido.”—Isa. 9:1, 2, Mod.
La gran luz fué por medio del Prometido por Dios, Aquel que fué predicho siglos antes en el jardín de Edén. Fué cerca del mar de Galilea, en los distritos mencionados por Isaías, que él comenzó su ministerio y empezó a brillar como la luz del mundo.
Cristo Jesús era aquel Prometido. Él cumplió las profecías que identifican a Aquel. Nació de la tribu de Judá, como fué predicho por Jacob. Nació en Belén, según predijo Miqueas. Nació de una virgen, como fué predicho por Isaías. Habló en parábolas, como fué predicho por el salmista Asaf. Fué traicionado por un seguidor, como fué predicho por David en los salmos. Fué traicionado por treinta monedas de plata, tal como dijo el profeta Zacarías que sucedería. Se echaron suertes por sus vestidos, y se le dió vinagre y hiel, como fué predicho por David. Murió una muerte de sacrificio y fué sepultado entre los ricos, tal como lo predijo el profeta Isaías. Estas que se han mencionado aquí son sólo unas cuantas de las más de trescientas profecías que él cumplió.
ESFUERZOS POR FALSIFICAR LA LUZ
Una conspiración por parte de Satanás para falsificar a este Prometido y por ese medio crear confusión se hizo patente poco después del diluvio del día de Noé, cuando fué deificado el inicuo rebelde Nemrod. Él fué el primero de una larga línea de impostores que han pretendido ser la luz del mundo. Pero en vez de ser portadores de luz ellos han sido portadores de tinieblas. Han descaminado a multitudes de la adoración incontaminada del Creador del hombre a la adoración de criaturas y han substituído con mentiras la verdad. Esto es lo que planeó Satanás.
Los impostores que aparecieron antes de los días de Cristo lograron hacer que muchos pensaran que ellos eran el Prometido que se menciona en numerosas leyendas. Las leyendas acerca del Prometido resultaron de lo que los sobrevivientes del Diluvio dijeron a sus descendientes acerca de Aquel que fué prometido en Edén. A medida que se multiplicaba la gente y emigraba a varias partes de la tierra, la narración iba con ella y entonces iba pasando de generación en generación. Esto explica por qué hoy en día se encuentran en muchas religiones paganas promesas acerca de una persona de esta clase.
El plan de Satanás surtió efecto. Las muchas imitaciones del Prometido por Dios hicieron difícil para multitudes de personas el identificarlo. Estas siguieron a los falsificadores como luces guiadoras, aunque ninguno cumplía las profecías que identificaban a la verdadera luz. Tanto éxito tuvieron en engañar a la gente algunos impostores que de entre las religiones principales de la actualidad varias están edificadas sobre la adoración de ellos.
Cuando por fin apareció el Prometido por Dios y comenzó a emitir la luz de la verdad cerca de las orillas del mar de Galilea, pocos lo recibieron. Aun después que la noticia de su llegada se había proclamado hasta las partes más lejanas de la tierra, la mayor parte de la humanidad no lo reconoció como la genuina luz del mundo. O estaba siguiendo a luces falsas que habían venido antes de Cristo o estaba confundida por ellas.
Cristo conocía bien la conspiración de Satanás. Él sabía que después de terminar él su obra en la tierra muchos otros impostores se levantarían para confundir y engañar a generaciones futuras. Advirtió de esto cuando dijo: “Estén alerta contra los falsos profetas que vienen a ustedes con ropa de oveja, pero por dentro son lobos voraces. Por sus frutos ustedes los reconocerán.” “Cuídense para que nadie los extravíe; porque muchos vendrán sobre la base de mi nombre, diciendo: ‘Yo soy el Cristo,’ y extraviarán a muchos.” Y así lo han hecho.—Mat. 7:15, 16; 24:4, 5.
Durante los más de 1,900 años desde el día de él ha habido una corriente continua de personas que a sí mismas se han llamado mesías y de otros que según su propio nombramiento son profetas y de llamadas manifestaciones de Dios. Sus malos frutos de acciones y enseñanzas antibíblicas han revelado que son ministros de Satanás que parecen ser ministros de justicia.
MUCHOS JUDÍOS DESCARRIADOS
En el primer siglo los judíos en general pasaron por alto las profecías bíblicas que identificaban a Cristo como el Mesías que había sido prometido desde hacía mucho tiempo. Él trajo luz a la nación entenebrecida de ellos, pero ellos cerraron sus ojos ante ella. Embotaron sus oídos a sus palabras. Esto fué predicho por Isaías.—Isa. 6:9, 10, Mod.
Se apartaron de la verdadera luz del mundo y, tropezando, cayeron en las trampas de mesías falsos. A ellos no les parecía de importancia alguna el que estos impostores no llenaran los requisitos bíblicos que marcan al Mesías. Continuaron siguiéndolos ciegamente.
Uno apareció en el segundo siglo con el nombre de Bar Kokba (Cocheba). Esto es lo que The Jewish Encyclopedia dice acerca de él y de su influencia en la nación judaica: “Aunque algunos . . . dudaban de su mesianidad, parece que logró ganar el apoyo de la nación para su proyecto. Después de agitar una guerra que sometió a esfuerzo el poder de Roma, finalmente encontró la muerte en los muros de Bethar. Su movimiento mesiánico terminó en derrota y miseria para los sobrevivientes.”
Entre 720 y 723 apareció otra falsificación, con el nombre de Serene. A base de su promesa de que los mahometanos serían echados de Palestina, multitudes lo siguieron. Ellas también quedaron desilusionadas.
Durante el siglo doce los judíos fueron de un mesías falso a otro. Esto es lo que la Cyclopœdia de McClintock y Strong dice respecto a ello: “El siglo doce fué particularmente fructífero en producir Mesías. En más o menos 1137 apareció uno en Francia, el cual fué ejecutado, y numerosos seguidores suyos. En 1138 los persas fueron perturbados por un judío que se decía el Mesías. Juntó un vasto ejército; pero él, también, fué ejecutado, y a sus seguidores los trataron muy cruelmente. Un Mesías falso agitó a los judíos en Córdoba, en España, en 1157 d. de J.C. La parte mejor y más sabia lo consideró como loco, pero la mayoría de la nación judaica le creyó. En esta ocasión casi todos los judíos que había en España fueron destruídos. Otro Mesías falso que se levantó en el reino de Fez, en 1167 d. de J.C., con el nombre de David Alrui (Alroy), les acarreó grandes dificultades y persecuciones a los judíos que estaban esparcidos por todo el país.”
Uno más pudiera mencionarse: Shabbethai Zebi, que se proclamó Mesías en 1665. Juntó un gran número de seguidores judíos en muchos países. Su movimiento duró más de un siglo en algunos lugares, aunque él se hizo mahometano.
Los judíos aceptaron a estos impostores como luces guiadoras, pero rechazaron a la verdadera luz del mundo, Cristo Jesús. Hicieron aquello contra lo cual amonestó Isaías: “¡Ay de los que llaman a lo malo bueno, y a lo bueno malo; que ponen tinieblas por luz, y luz por tinieblas; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”—Isa. 5:20, Mod.
IMPOSTORES ENTRE LLAMADOS CRISTIANOS
Cristo dijo que vendría otra vez. Pero él no dijo que volvería en la carne, ni tampoco lo dice la Biblia. Sin embargo, muchos cristianos profesos han esperado un regreso físico. Esto les ha hecho vulnerables a Cristos falsos.
Las Escrituras revelan que Cristo vuelve como un espíritu dador de vida y no en la forma carnal de su humillación. Él no vuelve con un cuerpo preparado para sacrificio. El sacrificio fué hecho en su primera presencia. Su segunda presencia es como el glorificado Rey de Dios. Siendo espíritu, él no es visible a los ojos humanos.
Así como los judíos cayeron en la trampa de mesías falsos porque no siguieron la guía bíblica, también lo han hecho muchos cristianos profesos. No han prestado atención al consejo que se halla en 1 Juan 4:1: “Amados, no crean toda expresión inspirada, sino prueben las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios, porque muchos profetas falsos han salido al mundo.”
Uno de estos impostores que con éxito atrapó tanto a mahometanos como a cristianos profesos fué un hombre que tomó el nombre de Bahá’u’llah. En 1863 él proclamó que era la manifestación de Dios, y fué aclamado por personas que se llamaban cristianas como el Cristo ya vuelto. Al pensar que este miembro de la fe mahometana era una luz divina en un mundo entenebrecido, llegaron a ser víctimas de la antiquísima conspiración de Satanás.
Los ducobors también fueron víctimas de ella. Estos se originaron en Rusia, donde varios de sus líderes afirmaron ser reencarnaciones de Cristo. El último pretendiente fué Pedro Verigin, quien murió en el Canadá en 1939. Debido a que estas personas carecían de un conocimiento acertado de la Palabra de Dios creyeron en estas falsificaciones.
La gente de Salesville, Ohío, de igual manera fué engañada en 1828. José C. Dylks se presentó a ella ese año y proclamó que él era Dios y Cristo unidos. Congregó en torno de él seguidores que creían en él y lo adoraban. Nunca regresó de un viaje que hizo a Filadelfia unos cuantos meses más tarde.
Luego hubo Francisco Schlátter, que impresionó a la gente de Colorado en 1891. Porque su apariencia se asemejaba a cuadros de Cristo la gente concluyó que él era el Cristo de regreso, y él no titubeó en decir que lo era. La gente no se daba cuenta de que los cuadros de Cristo son producto de la imaginación de artistas. No son retratos exactos de él. Pero la gente se guiaba por lo que veía y no por lo que leía en la Palabra de Dios.
Un hombre del día actual que usa el mismo método para engañar a los crédulos es Francisco H. Pencovic. Se le ve ostentando su cabello largo, una barba y una toga, y desde 1948 ha estado pretendiendo que es Cristo. Él se da el nombre de Krishna Venta. La palabra Krishna es el nombre de la falsificación indostánica del Prometido por Dios. En vista de eso su uso del nombre cuadra con sus afirmaciones. Aventuras en el juego le han acarreado publicidad.
Pero no siempre hay que tener un vestuario especial y un ambiente de misticismo para engañar a la gente y hacerla creer que el pretendiente al puesto de mesías es lo que afirma. Lo único que tuvo que hacer T. Hugh Smyth-Pigott fué subirse a su púlpito y proclamar en un tono solemne que él era el Señor Jesucristo. En seguida las mujeres se lanzaron hacia él para besar su ropa. Esto aconteció en 1902. Desde entonces hasta 1927 él tuvo una colonia de seguidores en Inglaterra occidental. Fué en ese año que murió, a pesar de su pretensión de que nunca moriría, sino que sería “adorado y reverenciado hasta que no haya más tiempo.”
Cinco años más tarde un norteamericano de color descaradamente proclamó que él era la encarnación de Dios. Asumió el nombre de “Padre Divino.” Sus aseveraciones y enseñanzas antibíblicas no han desanimado a sus devotos. Al mirarle a él como la luz del mundo ellos también han caído en la trampa de Satanás.
MUJERES E INDIOS IMPOSTORES
Aun mujeres e indios de las Américas han pretendido ser el Prometido por Dios. Hubo, por ejemplo, la Sra. Dora Beekman, que, en 1875, sostuvo que era la reencarnación inmortal de Cristo. Y luego hubo Ann Lee, quien, en la última parte del siglo dieciocho, sostuvo que era el elemento femenino de Dios. Ella creía que Cristo era el elemento masculino.
Entre los indios estuvieron Venancio, de Venezuela, el cual pretendió ser el segundo Cristo, y Wovoka, de Norteamérica, que proclamó que era el Rey Jesús, Hijo de Dios.
SOLO LA LUZ VERDADERA CONDUCE A LA VIDA
Estas son sólo unas pocas de entre un gran número de luces falsas que han aturdido a la humanidad y creado duda y escepticismo acerca de la verdadera luz del mundo, Cristo Jesús.
El conocimiento acertado de la Santa Biblia pone de manifiesto estas falsificaciones. Revela lo que las falsificaciones son—ministros de Satanás. Alumbra los ojos ofuscados para que puedan distinguir entre la verdadera luz y la falsa.
El camino a la vida no está en las pisadas de mesías falsos y llamadas manifestaciones de Dios. Sólo está en las pisadas de Cristo. Él es el camino, la verdad y la vida. Ningún hombre puede venir a Dios ni ganar la vida a no ser por medio de él. Él se ganó este puesto por medio de su sacrificio rescatador. Este compró de nuevo el derecho a la vida humana.
La luz procedente del Prometido por Dios está brillando con aun más resplandor hoy que aquel con que brillaba hace siglos cerca del mar de Galilea, porque dicho Prometido ahora reina invisiblemente desde los cielos como el Rey glorificado de Dios. Su luz de verdad está siendo reflejada en todas partes de la tierra por testigos devotos de su Padre. Proclaman las buenas nuevas de su reino y las bendiciones que traerá al hombre. Por medio de esto el Cristo invisible ahora está dividiendo a los habitantes de la tierra. Los que responden a las buenas nuevas del Reino están siendo reunidos en la sociedad del nuevo mundo. En lo que concierne a éstos la conspiración de Satanás para confundir por medio de falsificaciones fracasa, porque se guían por conocimiento bíblico acertado. Ven claramente que Cristo es el único que llena los requisitos como la Luz del mundo.