“Efectúa tu ministerio plenamente”
1. ¿Cómo debe considerarse el ministerio del cristiano?
DIOS nunca ha dejado a su pueblo sin nada que hacer. Lo ha puesto a trabajar, y como esto viene como una comisión de parte de él apropiadamente se le puede llamar obra ministerial porque tiene que ver con servicio que se rinde a él. Por lo tanto, nunca se puede tratar tal trabajo a la ligera, sino que debe considerarse como una mayordomía. Es un gran privilegio y produce mucha felicidad, pero también envuelve una gran responsabilidad. Esto no debe disuadirnos, porque Dios bien conoce nuestras imperfecciones y flaquezas, y en su bondad inmerecida ha hecho amplia provisión a favor nuestro.
2. ¿Qué espíritu muestran las cartas de Pablo a Timoteo, y qué fundamento para el ministerio señalan?
2 Pensamientos como éstos evidentemente estuvieron en la mente del apóstol Pablo cuando escribió a Timoteo, según se encuentran en sus dos cartas que forman parte de las Santas Escrituras. Cada página exhala el espíritu de fervorosa exhortación y estímulo, aunados a advertencias oportunas. Por ejemplo, él escribió: “Solemnemente te encargo . . . predica la palabra, ocúpate en ello urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso, censura, corrige, exhorta, con toda gran paciencia y arte de enseñar.” Luego, después de advertir que muchos “apartarán sus oídos de la verdad,” concluye: “Tú, sin embargo, mantén tu juicio en todas las cosas, sufre el mal, haz la obra de evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente.” Sin embargo, observe que precediendo a estas palabras hallamos una referencia a lo que señala el fundamento esencial para cumplir tal ministerio. ¿Qué es eso? Pablo le dijo a Timoteo: “Desde la infancia has conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación.” Luego agregó: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra.”—2 Tim. 4:1-5; 3:15-17.
3. ¿Cómo resaltan los testigos de Jehová como distintos, y denota esto de alguna manera que sean sobrehumanos?
3 No podemos recalcar demasiado la necesidad de mantenernos muy cerca de la Palabra de Dios en todo nuestro ministerio, tanto dentro de su organización como externamente al predicar y testificar a otros. Estas cosas son las que distinguen a los testigos de Jehová de las iglesias de la cristiandad. Nosotros no acudimos a tradiciones, o credos, o ideas de nosotros mismos. En todos nuestros arreglos, al conducir las reuniones, en asuntos de disciplina y control y finanzas, también en lo que enseñamos y en nuestros métodos de enseñar, todo tiene una base bíblica. Si se hace alguna modificación es debido a un mejor entendimiento de los textos bíblicos relacionados con ello. La Biblia, la Palabra de Dios, es el fundamento esencial para un ministerio de éxito. Primero tiene que haber un entendimiento apropiado de las Escrituras, respaldado por un esfuerzo sincero y determinado de poner en práctica estas cosas, tanto en nuestra vida como en ayudar a otros que responden a la palabra de verdad. No diga usted que esto está fuera de su alcance. Muchos millares de testigos de Jehová en todo el mundo están llenando estos requisitos, y nadie pretende por un solo instante ser sobrehumano. Han aprendido a usar las provisiones de Jehová y confiar en ellas, manteniéndose muy cerca de él en oración y manteniéndose muy cerca de su Palabra y organización, que son los principales conductos de su espíritu santo.—Fili. 4:13.
EL MINISTERIO INTERNO
4. ¿Cómo se ilustró bien el ministerio de la clase del santuario al tiempo de David y de Salomón?
4 Cuando pensamos en la congregación cristiana asemejada a un “templo santo para Jehová . . . lugar donde habite Dios por espíritu,” y que a todas las personas de cualidades de oveja se les invita a rendir a Dios servicio sagrado en asociación estrecha con el resto de esa clase del santuario que todavía está en la Tierra, esto nos ayuda a imaginarnos la seriedad y alcance de la obra ministerial que tiene que hacerse dentro de la organización de Dios. Esto se ilustra bien en solo un aspecto con lo que sucedió cuando David estaba haciendo preparativos intensivos para la edificación del templo literal y sus servicios. Hizo detalladas asignaciones de servicio levítico, incluyendo “cuatro mil dadores de alabanza a Jehová con los instrumentos de que David dijo: ‘Los he hecho para dar alabanza.’” Estas fueron puestas en vigor debidamente por el hijo de David, Salomón, que hizo provisión para servicios regulares en el templo, incluyendo a “los levitas en sus puestos de servicio, para alabar y para ministrar enfrente de los sacerdotes como asunto cotidiano.” Ese servicio ministerial de alabanza tenía que desempeñarse en unidad estrecha, tanto en voz como en acción.—Efe. 2:21, 22; 1 Cró. 23:5; 2 Cró. 8:14.
5. ¿Qué ilustración adicional desarrolló Pablo tocante al ministerio?
5 Cuando consideró la necesidad de un requisito semejante tocante al templo espiritual, el apóstol, en su carta a los efesios, usa la ilustración del cuerpo humano. Primero, refiere que Cristo, después de ascender a lo alto, “dio dones en la forma de hombres,” incluyendo apóstoles, profetas, evangelizadores, pastores y maestros, “teniendo en mira el entrenamiento de los santos, para obra ministerial, para la edificación del cuerpo del Cristo.” En primer lugar, se dice que la congregación cristiana y sus miembros están en su infancia, como pequeñuelos, pero el entero objetivo es crecer y avanzar a la madurez, tanto colectiva como individualmente. La manera en que se hace esto, bajo Cristo la Cabeza, se expresa muy apropiadamente por Pablo con estas palabras: “Todo el cuerpo, estando unido armoniosamente y haciéndosele cooperar por medio de toda coyuntura que da lo que se necesita, conforme al funcionamiento de cada miembro respectivo en la debida medida, contribuye al crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.”—Efe. 4:8-16.
6. ¿Cómo se ve que aplica hoy en día la ilustración del cuerpo humano?
6 Es claro que aquí el apóstol tiene presente la obra ministerial que debe desempeñarse dentro de la organización de Dios, “la edificación de sí mismo.” Hoy en día aplican exactamente el mismo principio y los mismos métodos de administración que aplicaron a la iglesia o congregación primitiva. En la estructura humana, las coyunturas, grandes y pequeñas, componen los eslabones principales que son responsables del funcionamiento suave, armonioso, de todo el cuerpo. Así mismo es con la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová en conjunto, con su cuerpo gobernante, así como con cada una de sus congregaciones; la responsabilidad principal de la buena cooperación descansa en los siervos nombrados, los “dones en la forma de hombres.” Ellos son las coyunturas.—Efe. 4:8.
7. El hecho de que “cada miembro respectivo” desempeña su parte, ¿de qué estímulo sirve?
7 Pero el apóstol no termina ahí. Como factor adicional menciona el “funcionamiento de cada miembro respectivo en la debida medida.” (Efe. 4:16) Esto incluye a todos, varones y hembras, prescindiendo de cuán jóvenes e inmaturos sean o prescindiendo de cuán viejos y débiles sean. No diga usted que no vale nada. Eso no es verdad. De hecho, tan pronto como usted se pone en comunicación con los testigos de Jehová usted no puede dejar de ser un medio de estímulo, si efectúa buen progreso. El hallar a alguien que reacciona bien en un estudio bíblico de casa, o el ver rostros nuevos en nuestras reuniones, no solo una vez, sino viniendo regularmente, es sumamente alentador para todos los demás y es evidencia de la bendición y espíritu de Jehová sobre nuestro ministerio. También es muy edificante el ver a los que son acosados por la vejez y la enfermedad hacer esfuerzos con gran sacrificio para asistir a las reuniones y participar algo, prescindiendo de cuán poco sea, en testificar a otros. Como sucede con el cuerpo humano, el miembro más pequeño desempeña su papel en la debida medida. Quizás no estemos conscientes de ello cuando las cosas marchan bien, pero que algo malo suceda con siquiera uno de los miembros más pequeños, digamos, el dedo de un pie con un uñero, ¡e inmediatamente nos enteramos acerca de ello! Es bueno enfrentarnos al hecho de que cada uno de nosotros puede participar algo en la debida medida en el ministerio que ha de hacerse dentro de la organización de Dios, o de la congregación local a la que pertenecemos, “para la edificación de sí mismo en amor.” Hay mucho que ha de efectuarse y siempre hay progreso adicional que lograr. En ambas ilustraciones se recalca el crecimiento: El “crecimiento del cuerpo,” y “creciendo para ser templo santo para Jehová.”—Efe. 4:16; 2:21.
EL MINISTERIO EXTERNO
8. ¿Cómo se menciona en las Escrituras que los cristianos son portadores de luz?
8 En estrecho enlace con el cuadro de un templo santo, la Biblia también habla de la congregación cristiana de 144,000 herederos del Reino como de un “sacerdocio santo.” El apóstol Pedro los enlaza cuando escribe: “Ustedes mismos también como piedras vivas están siendo edificados en casa espiritual para el propósito de un sacerdocio santo.” ¿Con qué propósito sirve este sacerdocio? El apóstol contesta: “Ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa.” Jesús mismo hizo mención prominente de que sus seguidores verdaderos son portadores de luz. Él dijo: “Ustedes son la luz del mundo. No se puede esconder una ciudad cuando está situada sobre una montaña. . . . resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus obras excelentes y den gloria a su Padre que está en los cielos.” Esto se enlaza estrechamente con el glorioso cuadro de la profecía de Isaías, que se cumple en nuestro día, donde se le dice a Sion, la organización de Dios, semejante a una ciudad sobre una montaña: ¡“Levántate, . . . despide luz”! Y, ¿con qué resultado? “Y ciertamente las naciones irán a tu luz, y reyes al esplendor de tu brillar. ¡Alza la vista por todas partes y ve! Todos han sido reunidos; han venido a ti.” Esto, a su vez, concuerda exactamente con la declaración inspirada concerniente a la ‘administración de Dios para reunir todas las cosas de nuevo en el Cristo.’—1 Ped. 2:5, 9; Mat. 5:14-16; Isa. 60:1-4; Efe. 1:10.
9. ¿Qué argumento desarrolla Pablo concerniente al nuevo pacto y a su ministerio?
9 Ahora observe cómo Pablo considera el que somos portadores de luz como parte de nuestro ministerio. Al escribir a los corintios dice que Dios “verdaderamente nos ha capacitado adecuadamente para ser ministros de un nuevo pacto.” Luego contrasta este nuevo pacto, hecho con la congregación cristiana por medio de Cristo como mediador, con el antiguo pacto de la Ley hecho con la nación de Israel por medio de Moisés como mediador. El muestra que la “administración del espíritu” bajo el nuevo pacto es más gloriosa en todo respecto en comparación con la gloria del “código que administra muerte . . . grabado con letras en piedras.” Cuando Moisés descendió del Sinaí con las dos tablas del Testimonio, brillaba su rostro, “de modo que los hijos de Israel no pudieron mirar con fijeza el rostro de Moisés.” Pero más tarde Pablo explica que la verdadera dificultad yació en los mismos hijos de Israel. “Sus facultades perceptivas fueron embotadas. . . . De hecho, hasta el día de hoy cuando se lee a Moisés, un velo está puesto sobre el corazón de ellos. Mas,” continúa él, “cuando hay un volverse a Jehová [en sumisión y devoción de todo corazón], se quita el velo.” Luego, refiriéndose al ministerio dado a los que están en el nuevo pacto, o en asociación estrecha con él como es verdad de las “otras ovejas,” el apóstol dice que ‘todos nosotros, con los rostros descubiertos reflejamos cual espejos la gloria de Jehová.’—2 Cor. 3:6-8, 14-18; Éxo. 34:29-35; Heb. 9:15.
10. ¿De qué manera podemos ‘reflejar como espejos la gloria de Jehová’?
10 Quizás usted se pregunte cómo es posible que criaturas débiles, mortales, pudieran reflejar la gloria de Jehová, cuando ningún hombre puede ver Su rostro y vivir. (Éxo. 33:20; compare también con 1 Timoteo 6:16) Bueno, además de la gloria personal de Jehová, también hay la gloria magnífica de su propósito, concentrada en su reino bajo su Hijo amado. Este reino, la verdad central de la Biblia, y verdades estrechamente relacionadas—éstos componen las “cosas magníficas de Dios” que comenzaron a ser proclamadas por aquellos en quienes el espíritu santo había sido derramado en el día del Pentecostés, comenzando así su ministerio externo. (Hech. 2:11) De acuerdo con eso, Pablo dice concerniente a “este ministerio,” que no estamos “adulterando la palabra de Dios, sino por medio de poner de manifiesto verdad [estamos] recomendándonos a toda conciencia humana a la vista de Dios.”—2 Cor. 4:1, 2.
11. ¿Qué podemos esperar en cuanto a los resultados y fruto de nuestro ministerio?
11 Sí, ésa es nuestra comisión, manifestar la verdad. No nos desalentamos cuando hallamos que Satanás “el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos,” y por consiguiente su mente y corazón están excesivamente velados. Pero no todos son incrédulos. Muchos, muchísimos, todavía están detenidos como cautivos involuntarios por Satanás. “Suspiran y se quejan por todas las cosas detestables que se están haciendo” en el sistema de cosas de Satanás, y es parte de nuestra comisión “predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos.”—2 Cor. 4:4; Eze. 9:4; Luc. 4:18.
12. ¿Cómo está haciendo Dios que de la oscuridad resplandezca la luz?
12 ¡Qué feliz comisión es la nuestra y qué tremenda responsabilidad, especialmente en este día del establecimiento del Reino! Dijo Jesús en su profecía sobre la conclusión de este sistema de cosas: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14) Todas las promesas y profecías de Dios tienen que cumplirse y se cumplirán sin excepción. A veces se cumplen literalmente y a veces de manera figurada o espiritual. Ese es el punto que Pablo recalca cuando cita el primer mandamiento registrado: “De la oscuridad resplandezca la luz.” Eso se cumplió literalmente. Luego muestra cómo lo mismo es verdad de manera espiritual cuando agrega: “Y él ha resplandecido en nuestros corazones para iluminarlos con el glorioso conocimiento de Dios por el rostro de Cristo.”—2 Cor. 4:6.
13. ¿Por qué ha comisionado Dios tal ministerio a criaturas imperfectas?
13 Cuando nos contemplamos, bien pudiéramos pensar que como espejos somos muy defectuosos. Pero, para nuestro consuelo y mostrando que no confiamos en la fuerza o sabiduría humanas al llevar a cabo nuestra comisión, Pablo explica que “tenemos este tesoro [del ministerio] en vasos de barro, para que el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros.” Dios ha hecho provisión mediante la cual podemos rendir servicio acepto, aunque imperfectamente. Sin embargo, eso no nos excusa de mantenernos como espejos en condición tan limpia y tan buena como posiblemente podamos.—2 Cor. 4:7; vea también 1 Corintios 1:26-31.
UNIDAD ESENCIAL
14. ¿Qué clase de unidad se ve en el mundo, impulsada por qué motivos?
14 En todo nuestro ministerio la unidad es esencial. Es verdad que en el mundo a menudo se presenta un frente unido, ya sea por un partido político o en tiempo de guerra. En el mundo religioso, también, se hacen esfuerzos en este respecto, aunque en comparación parecen lentos y pesados. Sin embargo, generalmente, ¿no es verdad que el motivo que impulsa al frente unido a menudo es el de temor, temor de un enemigo común? Tan pronto como se vence al peligro, entonces muy a menudo las antiguas facciones estallan de nuevo. La unidad impulsada por tal motivo está propensa a cuartearse y romperse. No es amor lo que los une; pero es el amor, un amor como el de Dios, el que solo realizará y conservará duraderamente la unidad verdadera, genuina. Veamos cómo opera éste entre todos los que son reunidos bajo la administración de Cristo.
15. ¿Qué pasos iniciales se requieren para entrar en unidad con Dios?
15 La unidad en cualquier grupo de personas tiene que comenzar con el individuo. En este caso nos interesamos en los cristianos, o en los que han llegado a ser cristianos. A fin de llegar a serlo, el primer paso vital es entrar en unidad con Dios. A menudo esto se considera como una experiencia emocional, una conversión súbita. Pero la unidad verdadera requiere un fundamento más sólido. Para entrar en unidad con Dios el individuo tiene que llegar a conocer la mente de Dios en cuanto a todas las cosas que apropiadamente le conciernen. Esa es una de las razones principales por las cuales Dios nos ha dado su Palabra, la Biblia. Esta expresa la mente y voluntad del Supremo. Al estudiar y obtener el entendimiento de ella, en nuestras mentes influyen los pensamientos correctos y, a su vez, se nos impulsa a hacer las obras correctas, las “cuales Dios preparó anticipadamente para que anduviésemos en ellas.”—Efe. 2:10.
16. ¿Cómo está envuelto en esto el corazón, resultando en qué fruto bendito?
16 Pero tanto el corazón como la mente están envueltos en esto. Al aprender y crecer en conocimiento, nuestro aprecio a Dios, la Fuente de todo conocimiento y sabiduría, también debe crecer. Nuestro corazón se ve atraído a él en gratitud y adoración, lo que nos lleva a dar el paso de la dedicación y el bautismo, que resulta en una relación personal y unificada con Jehová. A fin de mantener esa relación y unión de las mentes, necesitamos continuar nuestro estudio de su Palabra. Esta es una necesidad constante. Como se expresa de manera hermosa en los Salmos: “Feliz es el hombre . . . [cuyo] deleite está en la ley de Jehová, y en su ley lee en un tono de voz bajo día y noche.” ¿Con qué resultado? “Ciertamente llegará a ser cual árbol plantado al lado de corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y el follaje del cual no se marchita, y todo lo que hace tendrá buen éxito.” ¿Qué bendición más rica podría usted desear?—Sal. 1:1-3.
17. En vista de todo el sufrimiento envuelto, ¿cómo pudo decir Jesús que se deleitaba en hacer la voluntad de Dios?
17 En confirmación de esto también recordamos en los Salmos la palabra profética que se aplica a Jesús al tiempo de su bautismo, cuando dijo: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado, y tu ley está dentro de mis entrañas.” (Sal. 40:8; vea Hebreos 10:5-7) ¿Cómo pudo decir Jesús que se deleitaba en hacer la voluntad de Dios, cuando sabía por textos bíblicos como los del capítulo 53 de Isaías que su derrotero dedicado envolvería el sufrimiento y oprobio más severos, de modo que se le despreciaría y traspasaría y aplastaría al ‘derramar su alma hasta la mismísima muerte’? (Isa. 53:3, 5, 12) Era a causa de que la Palabra y ley de su Padre estaban dentro de sus entrañas. Por su conocimiento y memoria perfectos de la Palabra de Dios conocía la mente de su Padre en cuanto a todas estas cosas, y esto lo guió y sostuvo de principio a fin. Sabía que su muerte era “preciada a los ojos de Jehová,” por eso pudo decir, como se predijo: “A ti [Jehová] ofreceré el sacrificio de agradecimiento . . . Mis votos pagaré a Jehová.” Jesús es el ejemplo perfecto de alguien que está en unidad con Jehová.—Sal. 116:15-18; vea también Juan 5:19, 30.
18. ¿Qué puntos se recalcan particularmente en el consejo dado a las esposas?
18 También hay que considerar la cuestión de la unidad de familia, porque la sociedad del nuevo mundo se compone de familias, a un grado grande. La clave de esto se halla en las palabras dirigidas sin rodeos al esposo, el que es cabeza de la familia. Esto es interesante. Se halla en el consejo detallado que da Pablo tanto a las esposas como a los esposos. Mencionamos primero a las esposas, puesto que tanto Pablo como Pedro lo hacen así cuando dan consejo detallado. (Efe. 5:22-33; 1 Ped. 3:1-7) En cada caso recalcan la necesidad de que las esposas estén en sujeción a sus esposos, así como es un hecho que la “congregación está en sujeción al Cristo” en todo. Esto se manifiesta por la “vestidura incorruptible del espíritu tranquilo y apacible.” Esto es esencial para la unidad de familia. Después de todo, en el caso de la primera pareja humana, ¿no fue la esposa la que primero fracasó y dirigió el golpe inicial a la unidad de familia por su exhibición de independencia?—Efe. 5:24; 1 Ped. 3:4.
19. ¿Cuál es la responsabilidad principal que se coloca en los esposos, y a qué resultados conduce esto?
19 Pero la clave del problema no se dio a las esposas. Colocando la responsabilidad principalmente sobre los esposos, Pablo les dice: “Esposos, continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó a sí mismo por ella.” (Efe. 5:25) El apreciar plenamente y el aprender cómo aplicar este amor semejante al de Cristo en toda su cordialidad y pureza genuinas y altruismo extremado es la obra de toda una vida. Es una razón adicional para mantenerse en contacto estrecho con el Registro Sagrado con toda su información sobre este tema. A medida que el esposo aprende más y más cómo manifestar este amor, la esposa, como parte de su sujeción de esposa, aprende a responder o reaccionar en el mismo tono, y así se edifica entre ellos una unidad que es una fuente mutua de fortaleza y paz y gran felicidad. A su vez, a los niños se les cría en el mismo ambiente y sobre los mismos principios, resultando en una familia feliz, unida, que es un encomio para la sociedad del nuevo mundo y, sobre todo, para Jehová. Por supuesto, la situación es muy diferente en una casa dividida, pero todavía el padre dedicado o la madre dedicada, el esposo o la esposa, debe aspirar a la unidad de familia de una manera compatible con los principios bíblicos, buscando la guía de Dios y dejando los resultados finales a él.
20. ¿Por qué es importante que los siervos se ‘humillen como un niñito,’ y a causa de qué peligros?
20 Ahora dirigimos nuestra atención a los siervos nombrados que hay en la congregación, que corresponden a las coyunturas en la estructura humana. Lo que a estos siervos les es difícil comprender a veces es que la unidad y la humildad van de la mano. ¿Por qué difícil? Porque aparece en el cuadro la cuestión de la posición. El “querubín ungido” tenía un puesto maravilloso “en la santa montaña de Dios,” teniendo la superintendencia “en Edén, el jardín de Dios,” pero no estaba contento. Maquinó subir más y, en el tiempo de Babilonia, ‘hacerse asemejarse al Altísimo.’ (Eze. 28:13-15; Isa. 14:14) Los doce discípulos de Jesús, cuando estuvieron con él, estuvieron demasiado preocupados a causa de la cuestión de posición, a veces llegando a ser una “disputa acalorada” el asunto, aun antes de recibir definidamente algún puesto. ¡Así es la naturaleza humana! Jesús les dijo que tenían que ‘humillarse como un niñito.’ A veces aparece en el cuadro una mujer, como sucedió con la “madre de los hijos de Zebedeo,” quien pidió al Señor puestos especiales para sus hijos. Por eso, parecería apropiado el que los siervos y sus esposas y todos los demás prestasen atención al consejo de Pedro: “Todos ustedes cíñanse con humildad de mente los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.”—Luc. 22:24; Mat. 18:1-4; 20:20-28; 1 Ped. 5:5; vea Juan 13:14, 15.
21. ¿Cómo aplica Pablo a los siervos la ilustración de plantar y regar?
21 Pablo, también, dio excelente consejo a los siervos ministeriales y a la congregación de Corinto, donde había “celos y contiendas.” Les recuerda que los siervos más responsables que efectúan trabajo como el plantar y regar espirituales simplemente son nada sin Dios, el único que realmente puede hacer que una congregación, a semejanza de una planta, crezca y produzca. No podemos hacer que alguien vea y crea la verdad. Solo es según ‘el Señor se lo concede a cada uno’ el llegar a ser creyente y unirse a las filas cristianas. Recalcando la unidad, él agrega: “El que planta y el que riega uno son.” ¿Por qué? Porque es una sola operación; “somos colaboradores de Dios.” Eso no nos exime de responsabilidad personal, sin embargo, porque “cada persona recibirá su propio galardón según su propia labor.”—1 Cor. 3:3-9.
22. (a) ¿Por qué le falló a Jehová Israel, y qué ilustración le dio? (b) ¿Cómo aplicó Jehová la ilustración?
22 Como sabemos por la Palabra de Dios, que se confirma por los hechos y la experiencia, la voluntad y propósito del Supremo de seguro tienen éxito. El promete éxito al individuo que permanece en unidad con él por medio de mantenerse muy cerca de su Palabra. (Sal. 1:1-3) El también promete éxito a la entera compañía de creyentes a quienes se reúne en unión con Cristo en este “límite cabal de los tiempos señalados.” (Efe. 1:10) La nación carnal de Israel prefirió hacer su propia voluntad con el espíritu de independencia, y Jehová le dijo que Sus pensamientos y caminos eran mucho más altos y, de hecho, muy diferentes, a los propios pensamientos y caminos de ellos. Israel le falló a Jehová, pero, ¿significaba eso que el propósito de Jehová fallaría? El dio la ilustración de la lluvia y la nieve que descienden de los cielos y no regresan (como vapor) hasta que primero saturan la Tierra y la hacen producir ‘semilla para el que siembra y pan para el que come.’ Aplicando la ilustración, Jehová dice enfáticamente: “Así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado.” ¿Con qué propósito había enviado Dios su palabra, cierta de “éxito seguro”? Hablando ahora del Israel espiritual, la congregación cristiana, junto con sus compañeros de cualidades de oveja, continúa la profecía: “Porque ustedes saldrán con regocijo, y con paz se les hará entrar.” Luego sigue una escena deleitablemente descriptiva con lenguaje atractivo, figurado, de la condición paradisíaca restaurada y próspera, espiritualmente hablando, del pueblo dedicado de Dios al que se reúne en unidad bajo su administración bajo Cristo. “Debe llegar a ser algo famoso para Jehová, una señal hasta tiempo indefinido que no será cortada.”—Isa. 55:8-13.
23. ¿Qué consuelo y estímulo nos ha dado Jehová hoy en día?
23 ¡Qué contraste es esto en comparación con la escena antagónica de este mundo moderno que involuntariamente se encuentra en pugna consigo mismo y con sus reinos divididos entre sí! Jehová, en este día, ha enviado su Palabra y bondadosamente nos ha dado el entendimiento de ella, el mensaje puro de la verdad. Por las riquezas de su bondad inmerecida no le fallaremos, sino que efectuaremos plenamente nuestro ministerio en unidad estrecha unos con otros. Como Jehová predijo concerniente a nuestro día: “Porque entonces daré a los pueblos el cambio a un lenguaje puro, para que todos ellos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan hombro a hombro.”—Sof. 3:9.