El nacimiento de la nación real en una tierra recién nacida
“¿Acaso una tierra será producida con dolores de parto en un solo día? ¿O nacerá una nación de una vez? Porque Sión ha entrado en dolores de parto y también ha dado a luz sus hijos.” (Isaías 66:8.
1. ¿Qué medida tomaron los Estudiantes Internacionales de la Biblia en su asamblea de Columbus, Ohio, el 26 de julio de 1931, y qué medida correspondiente se tomó en escala mundial después de aquello?
HACE más de medio siglo —más precisamente, un domingo por la tarde, el 26 de julio de 1931— un pueblo se presentó en el escenario del mundo en defensa de un nombre. En ese día inolvidable los miles de Estudiantes Internacionales de la Biblia, reunidos en asamblea general en Columbus, Ohio, E.U.A., adoptaron unánimemente una resolución mediante la cual optaron por ser llamados, desde ese día en adelante, por el nombre de “testigos de Jehová,” un nombre que tiene base bíblica. (Isaías 43:10-12) Poco tiempo después todas las congregaciones de los Estudiantes Internacionales de la Biblia por todo el mundo hicieron lo mismo y formalmente adoptaron este nombre único. ¡El nuevo nombre ha perdurado!
2. (a) ¿Qué han aguantado desde entonces los portadores de ese nombre que tiene base bíblica? (b) ¿Qué palabras tranquilizadoras encuentran ellos en Isaías 66:5?
2 Debido a ese nombre honorable los testigos del Dios Altísimo han incurrido en el odio del mundo, aun de la cristiandad, los miembros de la cual alegan que son los hermanos religiosos de todos los que afirman ser discípulos de Jesucristo. Este odio religioso ha llegado hasta el extremo de expresarse en forma de persecución violenta, lo cual ha resultado en muerte para muchos. Para dar ánimo a los portadores del nombre que están viviendo conforme a la dignidad de éste, a través de más de 2.500 años vienen, resonantes, las palabras tranquilizadoras que uno de los más sobresalientes profetas de la Biblia conservó para nosotros: “Oigan la palabra de Jehová, ustedes que están temblando ante su palabra: ‘Sus hermanos que los están odiando, que los están excluyendo por motivo de mi nombre, dijeron: “¡Sea glorificado Jehová!” También tiene que aparecer con regocijo por parte de ustedes, y ellos son los que quedarán avergonzados.’”—Isaías 66:5.
3. ¿Cómo demuestran los testigos de Jehová que tiemblan ante Su Palabra? Además de ser oidores de ésta, ¿qué hacen?
3 Los testigos de Jehová de hoy son quienes “están temblando ante su palabra.” Temen obrar de manera contraria a la Palabra escrita de Jehová. Por eso estudian continuamente las Escrituras inspiradas. Reconocen que el Autor de la Biblia es el Dios y Padre del Señor y Salvador de ellos, Jesucristo. Aceptan como palabra de Jehová los treinta y nueve libros de las Escrituras Hebreas y los veintisiete libros de las Escrituras Griegas Cristianas, cuyo contenido ellos tienen que escuchar y también poner en práctica.
4. (a) ¿Debido a qué razón fundamental odia la cristiandad a sus hermanos y los excluye? (b) ¿Qué razón dio la cristiandad para justificar su manera de obrar?
4 Fundamentalmente, ¿por qué odian a los testigos de Jehová los miembros de la cristiandad, quienes afirman que forman parte de la hermandad de Jesucristo? ¿A qué se debe el que la cristiandad excluya a éstos de entre las filas de los que son reconocidos como cristianos, y no quiera tener nada que ver con ellos por no tener nada en común con ellos? Jehová mismo da la razón para esto al decir: “Por motivo de mi nombre.” Y, no obstante, los que odian y excluyen a los Testigos presentan la más encumbrada de todas las razones para justificar su manera de obrar, pues exclaman: “¡Sea glorificado Jehová!” O, si usan traducciones de la Biblia que evitan emplear el nombre divino, exclaman: “Glorificado sea el Señor.” Pero el Señor Dios no considera que el que ellos odien a los Testigos y se desasocien de éstos sea algo que lo glorifique a él.
5. (a) Cuando Jehová aparece por alguna manifestación, ¿a quiénes se causa regocijo entonces? (b) ¿Qué significa para ellos el que a los demás se les haga quedar avergonzados?
5 Cuando él aparece mediante expresar su aprobación de algunos y su desaprobación de otros, ¿quiénes son los que se regocijan debido a dicho aparecimiento? ¿A quiénes entonces se les hace quedar avergonzados? Jehová se dirige a los que son odiados y excluidos debido a que verdaderamente respetan Su nombre, y les dice: “También tiene que aparecer con regocijo por parte de ustedes, y ellos son los que quedarán avergonzados.” Eso significaba que aquellos practicantes del odio y la exclusión se acarrearían terribles dificultades. Las dificultades que les acaecieron en la antigüedad prefiguraron las dificultades mayores que dentro de poco, en este “tiempo del fin,” sobrevendrán a los que odian y excluyen a los testigos de Jehová. (Daniel 12:4) En las palabras que siguen, el profeta Isaías pasa a referirse a esto, así: “¡Hay un sonido de alboroto desde la ciudad, un sonido desde el templo! Es el sonido de Jehová que paga lo merecido a sus enemigos.”—Isaías 66:6.
6. ¿De qué ciudad procedió el “sonido de alboroto,” y qué razón hubo para tal sonido?
6 La ciudad cuyo nombre no se menciona, y de la cual había de proceder “un sonido de alboroto,” es, por supuesto, Jerusalén, pues allí era donde se encontraba el templo para la adoración de Jehová. Aquí se trata de que Jehová llega, con el fin de inspeccionar, al templo que estaba dedicado a la adoración de él, y no le agrada la manera como halla que se le está rindiendo adoración. Es meramente una adoración de apariencia, formalista, hipócrita. Esto resultaba en oprobio para el sagrado nombre suyo. Jehová demostraría su desaprobación al respecto mediante el “alboroto” provocado por la invasión de los babilonios, conquistadores del mundo, a quienes Jehová había de usar como instrumentos suyos para ‘pagar lo merecido a sus enemigos,’ los practicantes de la adoración hipócrita que degradaba a su templo. Estos eran enemigos de Jehová debido a que eran odiadores hostiles de los que realmente ‘temblaban ante su palabra’ y estaban excluyendo a éstos, como él dijo, “por motivo de mi nombre.”—Isaías 66:2, 5.
7. ¿Cuándo se cumplió la profecía de Isaías, qué le sucedió a Jeremías, y quiénes vieron que la palabra de Jehová era veraz?
7 Así, en el siglo siguiente, durante los días de los profetas Jeremías, Ezequiel y Daniel, Jehová dio uso a los ejércitos de Babilonia como agentes suyos para ‘pagar lo merecido’ a los israelitas, que habían quebrantado su pacto. ¡Qué “alboroto” produjo eso en Jerusalén en 607 a. de la E.C., cuando toda la ciudad fue destruida, y ni siquiera quedó en pie el bello templo que había construido el sabio rey Salomón! A los judíos que sobrevivieron se les deportó a Babilonia. Los pocos judíos que quedaron atrás en el país huyeron finalmente a Egipto, y arrastraron consigo al profeta Jeremías. Así se cumplió la predicción de éste en la desolación total del país. De esta manera, también, el territorio que en un tiempo fue ocupado por una nación dejó de ser la tierra de una nación viviente cuyo Rey celestial era Jehová Dios. Judíos fieles que ‘temblaban ante la palabra de Dios’ vieron que Su palabra era veraz.
8, 9. (a) ¿Qué es la Jerusalén antitípica moderna? (b) Conforme a la profecía de Jesús, ¿qué le sucederá a ésta, y por qué?
8 A los que odian y evitan a los testigos de Jehová, las personas que hoy tiemblan ante la Palabra de Jehová, les esperan sucesos mucho más espantosos que los del año 607 a. de la E.C. Todas aquellas cosas trágicas que sucedieron allá en los días de Jeremías, Ezequiel y Daniel “siguieron aconteciéndoles como ejemplos [o como tipos], y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.” (1 Corintios 10:11) Entonces ciertamente procederá “un sonido de alboroto desde la ciudad,” la Jerusalén antitípica que está bajo condenación divina, es decir, la cristiandad. Ella también, al igual que el Israel de la antigüedad, afirma que está en un pacto con Dios, en el “nuevo pacto” que tiene como Mediador a Jesucristo. (Hebreos 8:7-9) Pero ella no ha vivido conforme a la relación que afirma tener con Dios en virtud de dicho pacto. Por eso a la cristiandad le aguarda una “grande tribulación,” prefigurada por la que le sobrevino a la Jerusalén antigua, en armonía con lo que predijo Jesús mismo:
9 “Habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría, mas por causa de los escogidos serán acortados aquellos días.”—Mateo 24:21, 22; Marcos 13:19, 20.
10. ¿Qué cosa, además de la cristiandad, será sumida en aquella tribulación, y quiénes constituirán la “carne” que sobrevivirá?
10 Esta gran tribulación sin igual es inminente. Proviene de la mano del Dios de “los escogidos,” Jehová. Sumirá no solo a la cristiandad, que es la Jerusalén antitípica, sino también a aquello con lo cual la cristiandad ha mantenido buena amistad, el entero sistema de cosas. (Santiago 4:4) Los cristianos dedicados y bautizados de hoy que tiemblan ante la Palabra de Jehová serán la “carne” que sobrevivirá.
Nacimiento inevitable y acelerado
11. (a) En el caso de los seres humanos, ¿qué período precede al nacimiento? ¿Había de ocurrir algo parecido en el caso de la Jerusalén reedificada? (b) ¿Por orden de quién había de edificarse otra Jerusalén en su sitio? (c) ¿Predijo Isaías por cuánto tiempo había de ser un vacío desolado el lugar donde había estado ubicada la antigua Jerusalén?
11 ¡Ahora, regresemos a la emocionante profecía de Isaías! Como alivio de la sombría perspectiva que acaba de presentar bajo inspiración, él ahora predice un suceso que ha de producir gozo. El nacimiento de hijos legítimos es algo que los padres debidamente casados esperan con gran anhelo y con la mayor esperanza. En el caso de las criaturas humanas, el alumbramiento tiene que ser precedido por un período divinamente prescrito durante el cual la progenie que se desea se desarrolla plenamente. Pero a este respecto el Gran Autor del proceso natal predijo algo extraordinario en armonía con su propio arreglo. Su profeta Isaías había predicho la destrucción de la ciudad contaminada de Jerusalén, y por eso la ciudad que originalmente se había edificado sobre el monte Sión dejaría de existir. Pero otra ciudad había de llegar a existir sobre el mismo monte Sión por orden del conquistador persa Ciro el Grande, el siervo de Jehová que había de derrocar al Imperio Babilonio. (Isaías 44:28; 45:1) Pero Isaías no predijo por cuánto tiempo Jerusalén dejaría de existir y, por lo tanto, estaría sin “hijos,” o ciudadanos. Tampoco predijo Isaías por cuánto tiempo el monte Sión y toda la tierra colindante sería un vacío desolado que la gente evitaría.
12. ¿Cómo había de aparecer una nueva tierra en el mapa del mundo antiguo, y de qué llegaría a ser ésta la tierra madre?
12 No obstante, en los días de Ciro el Grande había de levantarse otra Jerusalén y llegaría a ser madre de muchos “hijos,” es decir, de muchos ciudadanos y súbditos que habían de vivir en el dominio asignado a ella. ¿Significaba eso que aparecería en el mapa del mundo antiguo una “tierra” que serviría de tierra madre a un pueblo que antes no fuese “nación”? La respuesta profética de Jehová Dios a esta pregunta fue: ¡Sí!
13, 14. (a) Cuando llegara el tiempo del siguiente año acostumbrado del Jubileo, después de la deportación, ¿habían de ser devueltos o restaurados a su país los cautivos judíos? (b) ¿Había de llegar a ser nuevamente madre de “hijos” Jerusalén mediante esfuerzos extraordinarios por los cautivos judíos? ¿qué se profetizó al respecto en Isaías 66:7, 8?
13 Así que la cuestión era: ¿Cuándo y cómo se efectuaría aquello? Mediante su profeta Jeremías, Jehová predijo que la tierra de la antigua “nación” permanecería desolada por setenta años, un período que era veinte años más largo que el período de cincuenta años que tenía que ver con el Jubileo. Por eso, cuando llegara el tiempo de celebrar el Jubileo acostumbrado, en el año 573 a. de la E.C., no habría celebración alguna del Jubileo en la tierra o país original de antes ni estaría de camino a la existencia una Jerusalén, o Sión, que hubiera de ser madre de un cuerpo de ciudadanos como “hijos,” o “progenie,” de ella. No sería sino hasta originalmente en el año 537 a. de la E.C. cuando regresarían a su antigua tierra natal cualesquiera sobrevivientes judíos que hubieran sido deportados. Dicho suceso se efectuaría sin ningún esfuerzo extraordinario por parte de los judíos cautivos en Babilonia. Este sería un acto de Dios, en armonía con Su promesa profética. Por poco probable que tal vez haya parecido, después del exilio llegaría a existir una “nación” en una tierra que Jehová Dios había reservado para dicha “nación.” Jehová dio a entender que tal cosa sucedería al extender su vista más allá de la calamidad nacional de 607 a. de la E.C. e impulsar a Isaías a decir después las siguientes palabras:
14 “Antes que ella [es decir, otra Jerusalén] empezara a estar con dolores de parto dio a luz. Antes que le vinieran los dolores de alumbramiento, aun dio liberación a un hijo varón. ¿Quién ha oído cosa como ésta? ¿Quién ha visto cosas como éstas? ¿Acaso una tierra será producida con dolores de parto en un solo día? ¿O nacerá una nación de una vez? Porque Sión ha entrado en dolores de parto y también ha dado a luz sus hijos.”—Isaías 66:7, 8.
15. En lo que tiene que ver con el tiempo requerido para el nacimiento, ¿qué comparación puede establecerse entre este alumbramiento y el que se describe en Revelación 12:1-17?
15 Tal alumbramiento extraordinario es exactamente lo opuesto a la descripción del nacimiento de un hijo que se da en el último libro de la Sagrada Biblia. Allí, en Revelación 12:1-17, leemos: “Y se vio en el cielo una gran señal, una mujer vestida del sol, y la luna estaba debajo de sus pies, y sobre su cabeza había una corona de doce estrellas, y estaba encinta. Y clama en sus dolores y en su agonía por dar a luz. Y se vio otra señal en el cielo, y, ¡miren! un dragón grande de color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos y sobre sus cabezas siete diademas; y su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó a la tierra. Y el dragón se quedó de pie delante de la mujer que estaba a punto de dar a luz, para, cuando diese a luz, devorar a su hijo. Y ella dio a luz un hijo, un varón, que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro. Y su hijo fue arrebatado a Dios y a su trono. ... Y el dragón se airó contra la mujer, y se fue para hacer guerra contra los que quedan de su descendencia, los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar el testimonio de Jesús.”
16. ¿Cómo qué y como quién tenemos que identificar a esa mujer que es como “señal,” y a su “hijo, un varón”?
16 Puesto que ninguna mujer terrestre tiene la Luna debajo de los pies y una corona de doce estrellas en la cabeza, la mujer descrita en el texto citado como “señal” tiene que ser simbólica. Dado que Dios acepta y reconoce al hijo de ésta, El debe haber sido quien haya hecho que ella quedara encinta. Por eso, ella está, por expresarlo así, casada con él. En vista de todos los factores, la mujer a quien se hace referencia como “señal” en el cielo tiene que simbolizar a la organización de Dios semejante a esposa y compuesta de criaturas espirituales del cielo, entre las cuales su Hijo unigénito, Jesucristo, figura como la principal. Igualmente, el hijo de la mujer, “un varón,” debe ser simbólico, y simboliza el reino de Dios, ya que el hijo varón fue arrebatado al trono de Dios. Si el Reino ha de ser más que simplemente algo abstracto y teórico, tiene que haber una persona viva que sirva de gobernante real. Dicha persona de la realidad tiene que ser aquella con quien Jehová Dios hizo un pacto para el Reino.
17. Así, ¿cómo llegó a ser el Hijo unigénito de Dios aquel que con derecho hubo de ocupar el trono al lado de su Padre?
17 Sí, aquella persona fue su Hijo unigénito, Jesucristo, quien, por su nacimiento milagroso como humano en Belén y por haber nacido del linaje familiar del rey David de Israel, fue el heredero natural del reino. (Isaías 9:6, 7; Lucas 22:29, 30; Mateo 1:17-25) Aptamente, entonces, con relación a la “mujer” celestial, se recalcó que el hijo de ella era un “varón,” ya que el puesto de rey estaba reservado para un hijo varón de la línea real de David.
18. Entonces, ¿qué puede decirse de las circunstancias que acompañaron el nacimiento de aquel hijo varón simbólico y las que se presentan en Isaías 66:7, 8, conforme a la Versión Moderna?
18 Todas las circunstancias en torno al nacimiento del “hijo, un varón,” de la “mujer” celestial son diferentes de las que se presentan en la profecía de Isaías, particularmente en lo que tiene que ver con el asunto de la preñez y los dolores de parto y la angustia del alumbramiento. Por eso hay razones importantes para concluir que, desde el punto de vista profético, el “hijo varón” de Isaías 66:7 se refiere a una situación que difiere de la del “hijo, un varón,” de Revelación 12:5. Queda patente que el “hijo varón” se refiere a la “nación” que se levantó en la “tierra” de la profecía de Isaías. Además, en el caso de los israelitas restaurados, el reinado, o gobernación, no fue el aspecto prominente del restablecimiento de ellos en Jerusalén en 537 a. de la E.C. No se volvió a colocar en el trono a un rey del linaje de David. Ya que Judea era una provincia de Persia, los israelitas restaurados se encontraron bajo el dominio del rey Ciro, quien había emitido el decreto de que se reedificara el templo y se restaurara la adoración verdadera en Jerusalén. No obstante, la restauración vino súbitamente, de manera inesperada. En la Versión Moderna, Isaías 66:7, 8 dice: “Antes que estuviese de parto, dio a luz Sión; antes que le vinieran los dolores, produjo un hijo varón. ¿Quién oyó jamás tal cosa? ¿quién ha visto cosa semejante? ¿La tierra será hecha producir en un solo día? ¿o nacerá una nación de una vez? pues luego que Sión estuvo de parto, dio a luz sus hijos.”
19. (a) ¿A quiénes les pareció que el nacimiento de la nación de Israel de después del exilio había sido acelerado, y por qué les pareció así? (b) ¿En qué sentido era una generación enteramente nueva la que empezó a morar en la tierra de sus antepasados, y en qué sentido era ésta una tierra recién nacida?
19 En conformidad con la profecía, el nacimiento de la nación de Israel de después del exilio fue acelerado, por decirlo así. Para el mundo de la antigüedad, aquello sucedió de manera sorprendentemente repentina, en 537 a. de la E.C. El mundo pagano jamás había esperado que la nación de Israel, que por largo tiempo había estado muerta, volviera a vivir en su propia tierra dada por Dios. En realidad fue una nueva Sión la que llegó a existir, y dio a luz una nueva nación. Recordamos que hubo israelitas deportados a Babilonia en varias ocasiones, pues el registro bíblico muestra que durante el primer cautiverio de 617 a. de la E.C. 10.000 de ellos fueron deportados. Después, centenares fueron deportados. (2 Reyes 24:14; Jeremías 52:28-30) No obstante, entre los que fueron puestos en libertad de aquel país pagano en 537 a. de la E.C. y se establecieron en la tierra de sus antepasados figuraron 42.360 varones, además de muchos esclavos y cantantes profesionales. Entre los israelitas hubo varios hombres de mayor edad que habían visto el templo que el rey Salomón había edificado en Jerusalén. (Esdras 2:64, 65; 3:12) Por eso, en su mayoría los que empezaron a morar en la tierra con el fin de edificar un nuevo templo eran una generación enteramente nueva. Una nueva Sión se levantó sobre una tierra recién nacida. Ella llegó a ser madre de una nueva nación de después del exilio. Esta ocupó la nueva provincia persa de Judea.
20. ¿Cómo se efectuó el paralelo moderno de esto en el caso de los Estudiantes Internacionales de la Biblia en el primer año posbélico de 1919?
20 ¿Puede establecerse un paralelo entre algún suceso de tiempos modernos y el “nacimiento” de los israelitas restaurados como “nación” en 537 a. de la E.C.? ¡Sí, pues en el año después de la primera guerra mundial de 1914-1918 nació una “nación” espiritual, bajo el Ciro Mayor, el entronizado Rey Jesucristo! ¿Cómo sucedió eso? Pues bien, durante la guerra las oficinas centrales de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, agencia de publicación de los Estudiantes Internacionales de la Biblia, habían sido desmanteladas y mudadas de Brooklyn, Nueva York, a un lugar más pequeño en Pittsburgh, Pensilvania. En el Canadá y los Estados Unidos de América se habían proscrito las últimas publicaciones de ellos, y al presidente de la Sociedad junto con el secretario tesorero y otros seis miembros del personal de las oficinas centrales se les había sentenciado en 1918 a largos períodos de encarcelamiento. La intención que tuvo el enemigo al hacer todo esto se expresa en Salmo 83:4: “Raigámoslos para que no sean nación, para que el nombre de Israel no sea recordado más.” Pero en la primavera de 1919, para asombro y sorpresa de la cristiandad, ¡vino liberación! En ese mismo año, los Estudiantes Internacionales de la Biblia, que habían sufrido persecución, celebraron su primera asamblea de la posguerra en Cedar Point, Ohio. Se anunció a los delegados la publicación de una nueva revista que acompañaría a La Atalaya, a saber, The Golden Age (que se llamó en español Luz y Verdad y ahora se llama ¡Despertad!).
21. Así, cinco años después de terminar los Tiempos de los Gentiles, ¿qué nació, para servir en qué capacidad, y por qué sería eso en una “tierra” recién nacida?
21 Así, cinco años después de haber terminado los “tiempos de los gentiles” en 1914, y de haberse establecido el reino de Dios en manos del Ciro Mayor, Jesucristo, llegó a existir una nueva “nación,” una “nación” espiritual. Los miembros de esta nueva “nación” servirían de embajadores del reino de Dios, el reino que poco antes había nacido en los cielos, y serían testigos portadores de Su nombre. El ha colocado a la “nación” en la “tierra” que debidamente le pertenece, el dominio terrestre de su actividad, su “tierra” simbólica, ahora que han terminado los Tiempos de los Gentiles para el pisoteo de Su organización visible.—Lucas 21:24, Reina-Valera Revisada.
22. ¿Qué preguntas hizo surgir Jehová respecto a que él pudiera llegar a ser Padre de la “nación,” y, en respuesta, cómo actuó en el caso del tipo antiguo y del antitipo moderno?
22 Jehová Dios, el Todopoderoso, era el responsable de aquel nacimiento asombroso, y estaba resuelto a que nada lo impidiera. En Isaías 66:9, había dicho: “’En cuanto a mí, ¿haré que se rompa a través [el amnios o saco amniótico] y no haré que se dé a luz?’ dice Jehová. ‘¿O estoy haciendo que se dé a luz y realmente causo un encerramiento [de la matriz]?’ ha dicho tu Dios.” Su primera contestación a estas preguntas desafiadoras consistió en soltar o liberar a su pueblo de Babilonia en 537 a. de la E.C. y entonces hacer que Jerusalén fuera reedificada y se llenara de residentes judíos que serían como hijos de ella. En días modernos, la contestación antitípica de Dios a Sus propias preguntas consistió en hacer que la Jerusalén antitípica, su organización celestial, fuera fructífera y produjera una “nación” espiritual, en la Tierra. Esto se efectuó bajo la dirección del Ciro Mayor, el Rey recién entronizado en el cielo. Aquel nacimiento se realizó en el año posbélico de 1919, y produjo un pueblo, los “hijos” de Sión, quienes estaban enteramente dedicados a los intereses del reino establecido de Dios y se mantuvieron en estricta neutralidad para con los gobiernos políticos del mundo. ¡El Dios Todopoderoso no ha permitido que nada impida el cumplimiento pleno de su propósito desde 1914 en adelante hasta este mismo día!
Después de este estudio de Isaías 66:5-8, ¿puede usted contestar las siguientes preguntas?:
Isa 66 Versículo 5: ¿En qué sentido unos “hermanos” odian y excluyen a adoradores verdaderos? ¿Cómo quedan avergonzados tales “hermanos”?
Isa 66 Versículo 6: ¿En qué sentido hubo “un sonido de alboroto desde la ciudad” en tiempos antiguos? ¿En tiempos modernos?
Isa 66 Versículo 7: ¿Qué es el “hijo varón” que una “mujer” produce sin “dolores de parto”? ¿Es lo mismo que el “hijo, un varón,” de Revelación 12:5?
Isa 66 Versículo 8: ¿En qué sentido nació repentina e inesperadamente en 537 a. de la E.C. una “nación” y una “tierra”?
[Ilustraciones en la página 13]
El reino, como bebé recién nacido, fue producido por la “mujer” de Dios en 1914
En 1919, el Israel espiritual “nació” repentinamente en su “tierra”