Capítulo 14
Los religiosos hipócritas pasmados por la noticia
1. ¿Qué sentirán los religiosos hipócritas o qué esperarán cuando la “tribulación grande” hiera a la cristiandad?
CON pasmoso impacto herirá la noticia de la destrucción de la cristiandad a los religiosos hipócritas que están relacionados con ella. Sentirán cuando empiece sobre ella la predicha “tribulación grande.” Sin embargo quizás esperen que, debido a que anteriormente ha podido salir airosa de las dificultades, ella sobrevivirá la tribulación, en oposición a la profecía bíblica. Quizás esperen con desesperación que no le venga lo peor a una cosa que ha sido tan sagrada para ellos.
2. ¿Por qué no esperan esos religiosos que sea destruida la cristiandad, pero cómo los afectará su destrucción, según lo representó en pantomima el profeta Ezequiel delante de sus compañeros del destierro?
2 Debido a que han vinculado religiosamente el nombre de Dios con ella, quizás les parezca que Dios y su Hijo Jesucristo jamás permitirán que la cristiandad sea destruida. Pero ¡qué pasmados quedarán cuando él sí lo permita en verificación de su profecía! En el siglo siete antes de nuestra era común se le mandó al profeta Ezequiel que representara en forma de pantomima precisamente lo confundidos y pasmados que quedarán. Unos dos años después, lo que Ezequiel había representado en pantomima sus compañeros desterrados lo imitaron en la vida real, lo cual probó que él había sido señal o portento verdadero. Ese cumplimiento en aquel tiempo llegó a ser en sí mismo un acontecimiento profético que prefiguró lo pasmados que quedarían los religiosos hipócritas de nuestro tiempo ante el informe de la destrucción de la cristiandad.
3, 4. ¿Fue por el medio de comunicación de la radio del día moderno que Ezequiel se enteró en el mismo día de lo que le sucedió a Jerusalén a lo lejos, o cómo fue?
3 El informar acontecimientos con la velocidad del relámpago por medio de la transmisión por radio y televisión con la ayuda de satélites hechos por el hombre que se usan como desviadores de ondas de radio es una maravilla de nuestro siglo veinte. Sin embargo, sin la ayuda de ese tipo de dispositivos modernos, el Creador del universo y de sus fuerzas naturales transmitió noticias sumamente importantes a su profeta Ezequiel de modo instantáneo, con la velocidad del relámpago. Por los medios comunes de comunicación durante aquellos días de la caravana de camellos y el carro de caballos, Ezequiel nunca podría haber sabido en el mismísimo día del acontecimiento lo que estaba sucediendo en Jerusalén a más de ochocientos kilómetros al sudoeste de su ciudad de destierro en Babilonia, Tel-abib. ¡Y sin embargo lo supo! ¿De qué manera? No fue por medio de algún sistema de señales de humo o por el toque de tambores, sino que fue como él nos lo informa en estas palabras fechadas:
4 “Y la palabra de Jehová continuó ocurriéndome en el año noveno, en el décimo mes, el día diez del mes, diciendo: ‘Hijo del hombre, escribe para ti el nombre del día, este mismísimo día. El rey de Babilonia se ha arrojado contra Jerusalén en este mismísimo día.’”—Ezequiel 24:1, 2.
5. ¿Cómo pudo Jehová darle noticia instantáneamente a Ezequiel, y en qué mes lunar de qué año?
5 Ezequiel no vio en ninguna pantalla de televisión, por medio de transmisión directa, este comienzo del sitio de Jerusalén, por el rey de Babilonia, Nabucodonosor, un sitio que duró dieciocho meses. Pero, sin ayuda de la televisión, Jehová lo vio directamente e inmediatamente se lo informó a Ezequiel. Esto fue en el año noveno del destierro de Ezequiel en Babilonia y al mismo tiempo el año noveno del último rey de Jerusalén, a saber, Sedequías, a quien Nabucodonosor mismo había instalado en el trono. Esto significa el año 609 a. de la E.C. El décimo mes, a contar del mes primaveral de Nisán según el calendario judío, llegó a llamarse Tebet.
6. ¿De modo que en qué estación del año septentrional atacó Nabucodonosor a Jerusalén, y cómo se confirma la fecha en otras partes de la Biblia?
6 El décimo día del mes Tebet correspondería a lo que comúnmente sería hacia fines de nuestro mes de diciembre. Jehová ya le había descrito proféticamente a Ezequiel lo que haría el rey Nabucodonosor en marcha para tomar su decisión de atacar a Jerusalén. (Ezequiel 21:18-23) A pesar de ser el tiempo del invierno septentrional, el rey Nabucodonosor empezó a atacar a la Jerusalén rebelde, arrojándose contra ella por decirlo así. Esta es la misma fecha que se da para esto en 2 Reyes 24:20; 25:1 y Jeremías 52:3, 4. De modo que ese día se le dijo a Ezequiel que describiera lo que sucedería.
7. Según Ezequiel 24:3-5, ¿qué se le dijo a Ezequiel que hiciera con una olla de boca ancha?
7 Jehová le da instrucciones a Ezequiel en cuanto a cómo hacerlo, diciendo: “Y compón un dicho proverbial concerniente a la casa rebelde, y tienes que decir acerca de ellos: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Pon la olla de boca ancha; ponla, y también echa agua en ella. Recoge trozos en ella, todo buen trozo, muslo y hombro; llénala aun de los huesos más selectos. Haya un tomar de las ovejas más selectas, y también apila los maderos en un círculo bajo ella. Haz hervir sus trozos, también cuece sus huesos en medio de ella.”’”—Ezequiel 24:3-5.
8. ¿Qué representó el hervir el agua en la olla, y qué representaron los trozos de las ovejas puestos en ella?
8 Años antes, según Ezequiel 11:6-11, los moradores de Jerusalén la habían asemejado a una olla de boca ancha dentro de la cual ellos mismos estaban ocultos a salvo. Ahora Jehová usa este mismo cuadro. Por lo tanto el llenar la olla metálica de boca ancha con agua para hervir representaría lo que estaba sucediendo ese mismísimo día del 10 de Tebet de 609 a. de la E.C., es decir, el asedio o sitio de Jerusalén por el rey de Babilonia. El apilar los maderos o leños debajo y el prenderles fuego concordaría con este pensamiento. El sitio que había comenzado ahora, gradualmente haría más candente la situación, como agua hirviente, para los que estuvieran dentro de Jerusalén. Los trozos de carne puestos en la olla representarían a los que estaban dentro de la ciudad, incluso a los refugiados que huyeran a ella de delante de los ejércitos de Babilonia en marcha. Los trozos buenos puestos en ella representarían a los de la mejor clase social de la ciudad, especialmente al rey y sus príncipes. Puesto que los huesos componen la armazón que sostiene el cuerpo carnal, los “huesos más selectos” representarían a los que sostenían la estructura del organismo nacional, a saber, los comandantes militares y su estado mayor de oficiales. Todos habrían de ‘cocerse’ durante el sitio.
9. ¿Cómo en qué condición de una olla estaba Jerusalén, y qué había hecho con la sangre que había sido derramada en ella?
9 ¿Valía la pena conservar a Jerusalén como olla simbólica? ¡Escuche! “Por lo tanto esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘¡Ay de la ciudad de hechos de derramamiento de sangre, la olla de boca ancha, cuya herrumbre está en ella, y cuya mismísima herrumbre no ha salido de ella! Trozo por trozo de ella, sácala; no debe echarse suertes sobre ella. Pues su sangre misma ha llegado a estar en el mismo medio de ella. Sobre la superficie brillante y pelada de un peñasco ella la puso. No la derramó sobre la tierra, para cubrirla con polvo. Para hacer subir la furia para la ejecución de venganza, yo he puesto su sangre sobre la superficie brillante y pelada de un peñasco, para que no sea encubierta.’”—Ezequiel 24:6-8.
10. ¿A qué se debía la escoria en los lados de Jerusalén como olla, y cómo trataría Jehová la sangre de ella de modo similar a la manera en que ella trataba la sangre que había derramado violentamente?
10 Algún tiempo antes Jehová había hecho una denunciación cáustica de Jerusalén, llamándola una “ciudad que está derramando sangre en medio de sí hasta que su tiempo viene,” y detallando las razones por las cuales ha derramado tanta sangre. (Ezequiel 22:3-12) La escoria y la suciedad en cuanto a moralidad dentro de ella no podían ser lavadas, sino que se adherían a sus lados, produciendo una herrumbre a los lados de ella como olla simbólica. Ella estimaba en poco la sangre humana, la sangre de sus víctimas, pues ni siquiera la derramaba en el suelo y la cubría con polvo, como la ley de Dios mandaba que se hiciera en el caso de la sangre de un animal cazado. (Levítico 17:13, 14) No, sino que, vergonzosamente, Jerusalén derramaba sobre la superficie brillante y pelada de un peñasco la sangre que vertía violentamente para que quedara públicamente expuesta como testimonio de su criminalidad. Este desprecio a la sangre humana hizo subir la furia de Jehová, induciéndolo a ejecutar venganza en la desenfrenada derramadora de sangre. Como ella había hecho, él le haría. ¡No permitiría que el registro manchado de sangre de ella fuera encubierto, sino que lo expondría a la vista pública como sangre en la superficie sin polvo, brillante y pelada de un peñasco!
11. ¿Qué habría de hacérseles a los criminales sangrientos dentro de Jerusalén, y qué habría de hacerse con ella misma?
11 Los criminales sangrientos en Jerusalén tienen que ser sacados a la justicia. Que sean sacados sin discriminación, sin echar suertes selectivas sobre ellos, sino que, por decirlo así, se saque “trozo por trozo de ella” de la olla simbólica, Jerusalén. Ahora que había comenzado el sitio de Jerusalén, a ella le esperaba un “ay” que no terminaría hasta que fuera destruida junto con toda su escoria.
SE NECESITA ACCIÓN DRÁSTICA PARA CON LA CRISTIANDAD
12. El poner al descubierto el registro manchado de sangre de Jerusalén nos hace recordar la culpa por derramamiento homicida de sangre de ¿quién más, y en qué culminará el “sitio” de esta última?
12 La acusación de culpa por derramamiento homicida de sangre de parte de la Jerusalén antigua hace que se presente con viveza ante nuestra mente la tremenda cantidad de sangre derramada de la cual es culpable su correspondencia del día moderno, la cristiandad. Podemos verla claramente como si también estuviera empapando la superficie brillante y pelada de un peñasco, sin que pueda ser encubierta de los hombres y los ángeles. Cuando empiece el sitio de ella con el principio de la “tribulación grande,” esto significará para ella un ¡ay! que culminará en su destrucción.—Mateo 24:15-22.
13. ¿Qué “dicho proverbial” le aplica a la cristiandad, como se manifiesta en Ezequiel 24:9-12?
13 A la cristiandad le aplica este “dicho proverbial” que fue dirigido a Jerusalén su prototipo: “Por lo tanto esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘¡Ay de la ciudad de hechos de derramamiento de sangre! Yo mismo también haré grande el apilamiento. Haz muchos los leños. Enciende el fuego. Cuece la carne cabalmente. Y vacía el caldo, y deja que los huesos mismos se pongan muy calientes. Ponla vacía sobre sus brasas para que se caliente; y su cobre tiene que calentarse, y su inmundicia tiene que licuarse en medio de ella. Que se consuma su herrumbre. ¡Dificultades! Ha cansado a uno, pero la gran cantidad de su herrumbre no sale de ella. ¡Al fuego con su herrumbre!’”—Ezequiel 24:9-12.
14. Puesto que la herrumbre cubierta de escoria de la olla simbólica, Jerusalén, no podía ser lavada, ¿qué vio Jehová que era necesario hacerle a la ciudad, y para quién más se dice eso?
14 Jehová vio lo que merecía la ciudad sangrienta y con escoria. Tiene que ser envuelta en una hoguera grande como la de un gran montón de leños. Debido al cocimiento largo y continuo al punto de ebullición sus comandantes y oficiales militares tienen que llegar a sentir calor inaguantable ante la intensidad creciente del sitio babilónico, y los otros habitantes, como carne cocida en demasía, tienen que quedar en condición de caldo sin textura ni estabilidad. ¡Fuera con todos ellos! ¡Que sea vaciada completamente la ciudad cuando caiga ante los sitiadores babilonios! Pónganla, como olla de cobre vaciada, sobre el fuego de la destrucción, a causa de la herrumbre cubierta de escoria que todavía se adhiere a sus lados. Puesto que la herrumbre sucia no puede ser lavada, ¡quémenla! Sí, derritan la entera olla simbólica (Jerusalén), para separar de ella la escoria. Que el fuego de la destrucción de la ciudad culpable de homicidio también destruya completamente su suciedad, escoria y herrumbre moral. ¡Y eso también se dice por su correspondencia del día moderno, la cristiandad!
15. ¿Qué le dice Jehová directamente a Jerusalén acerca del asunto de la limpieza, y según qué de parte de ella se ejecutarán juicios en ella?
15 Aquí Jehová dirige la palabra directamente a Jerusalén para explicar por qué tiene que adoptar medidas tan drásticas para con ella: “‘Hubo conducta relajada en tu inmundicia. Por esa razón tuve que limpiarte, pero no te hiciste limpia de tu inmundicia. No te harás limpia más hasta que yo haga que mi furia llegue a su descanso en tu caso. Yo mismo, Jehová, he hablado. Tendrá que venir, y yo ciertamente actuaré. No descuidaré, tampoco sentiré lástima ni sentiré pesar. Según tus caminos y según tus tratos ciertamente te juzgarán,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová.”—Ezequiel 24:13, 14.
16. ¿Qué probó el principio del sitio de Jerusalén en cuanto a la conducta pasada de ella, y cuándo se llevaría a descanso la furia de Jehová por primera vez?
16 En aquella fecha registrada, 10 de Tebet de 609 a. de la E.C., había comenzado por tercera y última vez un asedio de Jerusalén por los babilonios. Este hecho probó que el reino de Judá bajo Jerusalén había rehusado ser limpiado de su conducta relajada en sentido espiritual. Su inmundicia era como la escoria y suciedad que producía herrumbre en los lados de una olla de cobre, y que no podía limpiarse, sino que tenía que ser destruida derritiendo la olla misma. Ahora la olla simbólica estaba en el fuego, ahora que había empezado este sitio de parte de los babilonios. La inmundicia persistente de Jerusalén jamás sería limpiada hasta que Jehová se viera obligado a llevar su furia a descanso haciendo que la Jerusalén culpable de homicidio fuera destruida.
17. Puesto que Jehová había dicho lo que pensaba, ¿habría de esperarse pesar de su parte, o qué?
17 Furia, y no pena compasiva, habría de expresarse a plenitud, y Jehová no sentiría pesar alguno por las medidas extremadas que adoptaría contra Jerusalén. Había dicho lo que pensaba, y esto habría de realizarse sin falta. Él no sería negligente en cuanto a hacer que se efectuara. Los babilonios que actuarían como ejecutores de Su juicio divino le impondrían a Jerusalén el juicio que merecía por caminos y hechos impíos. Tenía que ser destruida, tal como tiene que ser destruida su imitadora, la cristiandad.
18. ¿Qué cosas materiales y vidas humanas estaban envueltas en la destrucción de Jerusalén, y cómo afectaría el quitar violentamente esas cosas a los sobrevivientes de más edad?
18 “¡Ay, compadécete!” pudiera alguien inclinarse a decirle a Dios al llegar a este punto. ¿Por qué? Porque Jerusalén contenía entonces el magnífico templo que el rey Salomón había edificado, y por eso el demoler a Jerusalén quería decir demoler el templo sagrado que los judíos consideraban como amuleto contra el desastre. (Jeremías 7:1-11) Y otra cosa: Los judíos de más edad que habían sido llevados al destierro en Babilonia habían dejado hijos e hijas en Jerusalén y Judá, y, si Jerusalén era destruida, eso significaría muerte para aquellos hijos e hijas. ¿No eran preciosas estas cosas para estos judíos que estaban envueltos en aquella situación? ¿No sería el quitarles violentamente estas cosas una dolorosamente desagradable sacudida a sus sensibilidades, de modo que quedaran pasmados? ¿No tendría hoy un desastre correspondiente un efecto semejante en los que están envueltos con la cristiandad por simpatía? Al profeta Ezequiel se le pidió que dramatizara de manera profética que sí lo tendría. Él describe con estas palabras cómo lo hizo:
19. ¿De qué manera profética se le dijo a Ezequiel que dramatizara el efecto de quitar cosas deseables?
19 “Y la palabra de Jehová continuó ocurriéndome, diciendo: ‘Hijo del hombre, aquí estoy quitándote la cosa deseable a tus ojos por un golpe, y no debes golpearte el pecho, ni debes llorar ni deben salir tus lágrimas. Suspira sin palabras. Por los muertos no debes hacer duelo. Cíñete tu prenda para la cabeza, y tus sandalias debes ponerte en tus pies. Y no debes cubrir el bigote, y el pan de hombres no debes comer.’”—Ezequiel 24:15-17.
20. Al tener que actuar de esta manera Ezequiel, ¿qué pregunta surge acerca de él, y qué indicaría lo extraño de que él obrara así acerca de algún golpe futuro?
20 ¿Por qué actuar así? ¿Qué estaba por suceder? ¿Habría de haber una muerte que afectara a Ezequiel? Evidentemente así sería, puesto que era algo deseable a los ojos de Ezequiel lo que Jehová quitaría por un golpe. ¿Habría de ser la esposa de este hombre de treinta y cuatro años de edad? Acontecimientos de antes de la medianoche revelarían a la víctima del golpe. Pero después de acontecer aquello, Ezequiel no habría de ofrecer señal visible ni audible de desconsuelo. Habría de ponerse su prenda para la cabeza, bien nítidamente atada, y sin dejar que nada de ella pendiera sobre su rostro y cubriera su labio superior. No habría de andar descalzo, como había hecho el rey David mucho tiempo antes en su desconsuelo. (2 Samuel 15:30) Después del entierro de la persona que hubiese sido quitada por el golpe, Ezequiel no habría de permitir que los que se condolían de él le prepararan una comida de consolación y así le dieran algo de comer. ¿Por qué obrar de esta manera extraña, insólita? Era con el fin de representar lo pasmada, lo despojada de expresión que podría llegar a estar una persona ante una horrenda calamidad. Para producir un efecto como aquél la calamidad tendría que ser especialmente severa, abrumadora.
21. En medio de aquellas circunstancias, ¿por qué tendría que ejercer Ezequiel gran gobierno de sí mismo, y por qué no presentó queja alguna?
21 A fin de suministrar un cuadro profético de aquella índole Ezequiel tenía que pasar por una experiencia dura, dificultosa, y ejercer gran gobierno de sí mismo con relación a sus emociones humanas naturales. Pero él estaba dispuesto a ver esto suceder si significaba que él serviría como instrumento profético de Jehová, y no presentó ninguna queja. Lo obedientemente que hizo lo que se le dijo que hiciera, y por qué, él nos lo dice:
22. ¿Qué le sucedió a Ezequiel al atardecer, qué hizo, y qué explicación de Jehová dio a los inquiridores?
22 “Y procedí a hablar al pueblo por la mañana, y mi esposa gradualmente murió al atardecer. Por lo tanto hice por la mañana tal como se me había mandado. Y el pueblo siguió diciéndome: ‘¿No nos dirás qué tienen que ver con nosotros estas cosas, las que haces?’ Entonces les dije: ‘La mismísima palabra de Jehová me ha ocurrido, diciendo: “Di a la casa de Israel: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Aquí estoy profanando mi santuario, el orgullo de la fuerza de ustedes, la cosa deseable a sus ojos y el objeto de la compasión de su alma, y sus hijos y sus hijas a quienes ustedes han dejado atrás... a espada caerán. Y ustedes tendrán que hacer tal como yo he hecho. Los bigotes no los cubrirán, y el pan de hombres no comerán. Y su prenda para la cabeza estará en sus cabezas, y sus sandalias estarán en sus pies. No se golpearán ni llorarán, y tendrán que pudrirse en sus errores, y realmente gemirán uno sobre el otro. Y Ezequiel ha llegado a ser para ustedes un portento. Según todo lo que él ha hecho, ustedes harán. Cuando esto venga, ustedes también tendrán que saber que yo soy el Señor Soberano Jehová.”’”’”—Ezequiel 24:18-24.
23. ¿Cómo, en 33 E.C., fue afectado emocionalmente Jesucristo cuando predijo y consideró la destrucción que le sobrevendría a la Jerusalén de entonces?
23 Años después, en 33 E.C. Jesucristo predijo y consideró la destrucción que habría de sobrevenirle a la Jerusalén de entonces en el año 70 E.C. con todos sus horrores. “Lloró sobre ella.” Con lágrimas dijo: “Si tú, aun tú, hubieras discernido en este día las cosas que tienen que ver con la paz..., pero ahora han sido escondidas de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos edificarán en derredor de ti una fortificación de estacas puntiagudas y te rodearán y te afligirán de todos lados, y te arrojarán al suelo a ti y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no discerniste el tiempo en que se te inspeccionaba.” (Lucas 19:41-44; 21:20-24) Pero a Jesucristo como soltero no se le pidió que representara una escena profética como se le mandó a Ezequiel que lo hiciera.
24. ¿Cómo fue afectado y conmovido el profeta Jeremías después de suceder la destrucción de Jerusalén, y cómo sería afectado Ezequiel cuando le llegaran las noticias de ello?
24 Obedientemente, Ezequiel no hizo duelo por la muerte de su esposa, “la cosa deseable a tus ojos.” (Ezequiel 24:16) En el año 607 a. de la E.C. el profeta Jeremías sí hizo duelo y se lamentó por la destrucción de Jerusalén y su templo. (Lamentaciones 1:1 a 5:22) Cuando esa calamidad realmente aconteció, a Ezequiel mismo no se le mandó que se abstuviera de proceder como Jeremías. Cuando las noticias de la destrucción de Jerusalén y su templo le llegaron a Ezequiel en Babilonia no lo dejaron pasmado ni lo aturdieron.
25. ¿Era necesaria la destrucción de Jerusalén y de las cosas en ella para que Ezequiel conociera a Jehová? ¿Qué hay de sus compañeros del destierro?
25 No se requería la destrucción de Jerusalén, su templo precioso y sus hijos e hijas para que Ezequiel supiera, como dijo Dios, “que yo soy el Señor Soberano Jehová.” Pero en cuanto al pueblo de Israel, que no conocía la identidad de su Dios, ni en Judá ni en Babilonia, sí se le tuvo que dar a saber ese hecho por un golpe aplastante asestado en forma de la destrucción de la ciudad santa, el templo, los hijos. Nunca llegaron a creer con persuasión que Jehová profanaría su propio santuario dejando que babilonios paganos e idólatras capturaran, saquearan y destruyeran el templo de Salomón que había subsistido por 420 años. Jehová no perdonó lo que les describió como “el orgullo de la fuerza de ustedes, la cosa deseable a sus ojos y el objeto de la compasión de su alma”... fuera aquello el santuario de Jehová en Jerusalén o los hijos e hijas de ellos allí. De aquella manera aplastante tendrían que saber que Aquel que dijo que haría tal cosa y Aquel que realmente la hizo eran idénticamente la misma Persona, Jehová. ¡Él es!
26. En la venidera “tribulación grande” que le vendrá a la cristiandad, ¿qué textos muestran si es el “santuario” verdadero de Él lo que Jehová ‘profanará’ o no?
26 En la cercana “tribulación grande” que le vendrá a la cristiandad no es su santuario verdadero lo que Jehová profanará. “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, siendo, como es Éste, Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos [o santuarios] hechos de manos.” (Hechos 17:24, NM; AS; margen) Jehová no profanará el “templo” espiritual antitípico en el cual su Sumo Sacerdote, Jesucristo, le presentó a Él el mérito de un sacrificio humano y perfecto, en el año 33 E.C., al presentarse en los cielos delante de la mismísima persona de Dios para hacerlo. (Hebreos 9:24-26) Ni profanará el templo o santuario que ahora está edificando y que se compone de “piedras vivas”; éste es su congregación de seguidores ungidos fieles de su Hijo Jesucristo, la principal “piedra viva.” (1 Pedro 2:4-6) El apóstol Pablo cuando escribe a los de esta clase del santuario dice: “Porque nosotros somos templo de un Dios vivo; así como dijo Dios: ‘Yo residiré entre ellos y andaré entre ellos, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.’” (2 Corintios 6:16) “En unión con él ustedes, también, están siendo edificados juntamente para ser lugar donde habite Dios por espíritu.” (Efesios 2:22) El resto ungido de esta clase del santuario compone la clase de Ezequiel del día moderno que usa Jehová.
27. ¿Qué “templo” tiene que ser, pues, el que profanará Jehová?
27 En vista de esto lo que Dios profanará tiene que ser la clase del templo que es de imitación, es decir, los religiosos hipócritas que falsamente afirman que componen el santuario espiritual de Dios.
28. En la destrucción de la cristiandad, ¿quiénes son los que quedarán pasmados: la clase ungida de Ezequiel, o los religiosos hipócritas? ¿y por qué?
28 Ya por décadas, desde el año 1919 E.C., este resto ungido de los testigos cristianos de Jehová ha estado advirtiendo en cuanto a la destrucción de la cristiandad según las profecías de Ezequiel y otros escritores de la Biblia inspirada. Va aumentando su comprensión de lo que significará esta aniquilación de la cristiandad en lo que se refiere a la destrucción de vidas humanas y propiedades materiales que los religiosos consideran sagradas. Pero esta clase de Ezequiel compuesta de cristianos no hace duelo ni se lamenta debido a lo que significará toda esta “tribulación grande” que le vendrá a la cristiandad. Saben que jamás significará la destrucción del santuario verdadero de Jehová, el templo espiritual en el cual Jesucristo presentó el mérito de su sacrificio de rescate allá en 33 E.C. Tampoco significará la destrucción del templo de “piedras vivas” que Jehová está edificando ahora. Por eso el acontecimiento efectivo de este desastre predicho para la cristiandad no los dejará pasmados. No es preciso que suceda esto para que ellos ‘sepan que yo soy el Señor Soberano Jehová.’ Los religiosos hipócritas que pasan por alto a Jehová y confían en cosas que son sagradas para ellos son los que están destinados a quedar pasmados. Tendrán que saber quién es Jehová.
¡CIERTAMENTE VENDRÁ EL INFORME VERIFICADOR!
29. ¿Cómo se confirmaría la veracidad de la profecía de Ezequiel, y cómo le dio repetidamente Jehová la certeza de esto a Ezequiel?
29 ‘Pero, ¿qué hay si esto no sucede?’ quizás exclame alguien que no crea. ¡Nunca tema eso! Los acontecimientos del futuro y los informes noticieros que vendrán demostrarán que es verdadera la profecía infalible que declaró Ezequiel. Repetidamente se dio la certeza de que la veracidad de la profecía sería confirmada. Se le dio a Ezequiel, cuando Jehová pasó a decirle: “Y en cuanto a ti, oh hijo del hombre, ¿no será en el día en que les quite su plaza fuerte, el hermoso objeto de su alborozo, la cosa deseable a sus ojos y el anhelo de su alma, sus hijos y sus hijas, que en aquel día vendrá a ti el escapado para hacer oír los oídos? En aquel día se abrirá tu boca para con el escapado, y hablarás y no serás ya mudo; y ciertamente llegarás a ser para ellos un portento, y tendrán que saber que yo soy Jehová.”—Ezequiel 24:25-27.
30. ¿Por qué quedó mudo Ezequiel desde entonces hasta que llegó el escapado con el informe, y mudo a qué grado?
30 Hasta este punto Ezequiel había dicho suficiente a su pueblo. No había necesidad de que añadiera mucho más para hacer que la profecía divina pareciera más convincente, para hacer que pareciera más imponente la certeza de su mensaje. Jehová lo había hablado, y eso en sí bastaba. De modo que ahora hasta el día de la llegada del informe auténtico verificador Ezequiel estaría mudo. No mudo en el sentido cabal, sino solo mudo en cuanto a profetizar más acerca del desastre que les sobrevendría a Jerusalén y el reino de Judá. El transcurso del tiempo hasta la llegada del escapado con el informe sería un tiempo de prueba.
31. Por eso, ¿iba Jehová a notificarle directamente a Ezequiel al tiempo de la caída de Jerusalén? ¿Qué se les permitió hacer a los compañeros del destierro de Ezequiel?
31 Jehová no iba a notificarle directamente a Ezequiel la caída de Jerusalén en el día de este desastre como le había notificado directamente a Ezequiel el principio del sitio por los babilonios el día que esto sucedió. Hasta que finalmente llegara el escapado con el informe, que los desterrados judíos en Babilonia meditaran en lo que Ezequiel les había profetizado. Que siguieran descreyendo, si optaban por hacerlo. Su incredulidad sería despedazada al debido tiempo por la llegada de un testigo presencial auténtico de la caída de Jerusalén.
32. A la llegada de las noticias que traería el escapado, ¿qué efecto habría en los que dudaban hasta entonces, pero qué le sucedería a Ezequiel, y cómo mejoraría su posición como profeta y testigo?
32 En aquel tiempo del resonar de la noticia en los oídos, los que hasta entonces dudaban y los incrédulos enmudecerían en virtud del pasmo que los heriría, pero la mudez de Ezequiel terminaría. Entonces podría hablar con mejor marco o fondo de acontecimientos. Tendría un mensaje nuevo, fresco. Su autoridad como profeta inspirado verdadero de Jehová habría sido establecida. Como hombre “señal” o como “portento” de lo que era inminente, no había resultado falso. Como las palabras de Jehová a él: “ciertamente llegarás a ser para ellos un portento,” Ezequiel no tendrá razón alguna entonces para estar avergonzado de su Dios delante de sus compañeros del destierro en Babilonia. Su papel como profeta y testigo de Jehová será refrendado, y, como dijo el Dios de Ezequiel, “tendrán que saber que yo soy Jehová.”—Ezequiel 24:27.
33. ¿Cuándo habrá dicho suficiente la clase de Ezequiel sobre el resultado de la “tribulación grande,” y qué hay de oportunidad adicional para la cristiandad entonces?
33 ¿No es cosa emocionante el pensar en esto, a saber, ver cumplido este drama profético dentro de nuestra generación? Se indicará definitivamente cuando, como el sitio contra Jerusalén, la “tribulación grande” comience sobre su correspondencia del día moderno, la cristiandad. (Ezequiel 24:1-5) Después de eso, la clase ungida de Ezequiel del día actual no tiene que decir nada más. Lo que ya haya dicho sobre el resultado de esa “tribulación grande” bastará. No pueden ofrecer esperanza alguna para la Jerusalén antitípica, la cristiandad. No hay más oportunidad para ella, ni para los religiosos hipócritas relacionados con ella. La “tribulación grande” tiene que continuar hasta estar completa y cobrar su número pleno de víctimas de ella.
34. ¿Qué probará entonces que la clase de Ezequiel fue un portento oportuno para los religiosos, y qué propósito de Jehová triunfará?
34 ¡Pasmados quedarán aquellos religiosos incrédulos cuando se desplome “el hermoso objeto de su alborozo, la cosa deseable a sus ojos y el anhelo de su alma, sus hijos y sus hijas”! Informes que vendrán copiosamente de todas partes de la Tierra donde ahora rige la cristiandad marcarán como cierto que la clase ungida de Ezequiel fue un “portento” oportuno del Señor Soberano del universo. Entonces triunfará Su propósito declarado acerca de los pasmados religiosos: “Tendrán que saber que yo soy Jehová.”