Practicando principios bíblicos en el hogar
1. ¿De qué dos maneras pueden obrar las diferencias de personalidad, llevando a qué pregunta?
TODOS somos personalidades diferentes. De algunas maneras eso es bueno. Hace más interesante y variada la vida. Puede ayudar a resolver problemas. Se manejan mejor algunas situaciones donde hay trabajo aunado de parte de los que tienen diferentes habilidades. Eso es cierto en el hogar. Sin embargo, debido a la imperfección a veces se obtienen resultados opuestos. La diferencia en las personalidades crea problemas, haciendo difícil el trabajo aunado. Por supuesto, pueden surgir problemas por causas que no constituyan una diferencia o choque de personalidades, pero la pregunta aquí es: ¿Debe concluir el cristiano alguna vez que un problema que tiene que ver con individuos es absolutamente insoluble, o que ciertas personalidades son irremediablemente incompatibles?
2. Ante dificultades, ¿qué estímulo se ofrece en preferencia a reglas?
2 No tenemos el propósito de formular muchas reglas. Más bien, deseamos animarlo a usted a ver las posibilidades de una solución a los problemas en casos donde, quizás, usted pensaba que no existía ninguna. O quizás usted ve las posibilidades, pero no sabe ponerlas en vigor. En lo que tiene que ver con personas, nunca olvide que las situaciones pueden cambiar. También pueden cambiar las personas envueltas. Y usted también puede cambiar. De hecho, un cristiano verdadero tiene una mejor oportunidad y una mejor razón para alterar o ajustar su personalidad que cualquier otra persona. Está obligado a hacerlo. ¿Por qué?
3. ¿Cómo da estímulo e incentivo Pablo para hacer un cambio de personalidad?
3 La Biblia habla muy definidamente en cuanto a los cambios que se tienen que hacer en la personalidad. Da tanto estímulo como incentivo al explicar por qué y cómo se puede efectuar. Al escribir a los cristianos en Éfeso, Pablo dijo: “Desechen la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que va corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos; pero . . . sean hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente, y [vístanse] de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.” Esto aclara la razón para ponerse una nueva personalidad. Ciertamente cada uno de nosotros tiene que confesar que los “deseos engañosos” influían en gran parte nuestra vieja personalidad, debido a estar “mentalmente en oscuridad, y [alejados] de la vida que pertenece a Dios.” Sin embargo, al aceptar la verdad, “así como la verdad está en Jesús,” empezamos a aprender a ‘asirnos firmemente de la vida que lo es realmente.’ Desarrollamos un nuevo deseo sincero, expresado por nuestra dedicación a Dios para hacer su voluntad con devoción constante.—Efe. 4:17-24; 1 Tim. 6:19.
4. ¿A qué fuente debemos acudir por ayuda, y cómo opera ésta?
4 Aunque convenga en esto, quizás se pregunte cómo es posible ponerlo en práctica al manejar los problemas que lo presionan a usted tan estrechamente en la vida familiar. Quizás le parezca que la “fuerza que impulsa su mente” (literalmente, ‘el espíritu de su mente’) no es lo suficientemente fuerte. Es verdad, es posible que usted no sea lo suficientemente fuerte en usted mismo. Pero mediante su dedicación se ha colocado en la mano de Jehová, y él es lo suficientemente fuerte. Él tanto puede como quiere guiarlo y fortalecerlo a usted para que haga su parte. “Porque Dios es el que, por causa de su beneplácito, está actuando en ustedes a fin de que haya en ustedes tanto el querer como el actuar.” (Fili. 2:13) No es necesario que usted confíe en la fuerza o espíritu de su propia mente. Más bien, usted aprende a cooperar con el espíritu de Dios. Ningún problema es demasiado grande para él, ni siquiera el de un Cristo muerto. Dice Pablo: “Si, pues, el espíritu del que levantó a Jesús de entre los muertos mora en ustedes, el que levantó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también sus cuerpos mortales por medio de Su espíritu que reside en ustedes.”—Rom. 8:11; vea también Efesios 1:19, 20.
5. Aunque persistan los problemas de la vida, ¿qué alivio y consuelo podemos obtener?
5 Esto no significa que usted puede resolver todos sus problemas sencillamente echándolos a un lado. Significa que usted puede tener el consuelo de saber que su actitud y proceder son correctos y bíblicos. Desde el punto de vista de Jehová, el registro y conciencia de usted están limpios. El propósito de Dios es que el “justo requisito de la Ley [en sus principios básicos] se cumpliese en nosotros, que no andamos en conformidad con la carne, sino en conformidad con el espíritu.” Reconocemos que usted aún es imperfecto, pero bondadosamente se ha hecho provisión mediante la cual sus pecados que se deben a eso pueden ser perdonados.—Rom. 8:4.
6. Tocante a esto, ¿qué podemos aprender del registro en Hebreos, capítulo 11?
6 Aunque es cierto que los textos mencionados con anterioridad aplican principalmente a los de la congregación cristiana que tienen una esperanza celestial, no obstante en principio también aplican a la “grande muchedumbre” de testigos cristianos que se menciona en Revelación 7:9, los cuales disfrutan de una esperanza terrestre. El apoyo de esto se ve en la innegable evidencia del favor y bendición de Jehová sobre todos los testigos precristianos que se describen en Hebreos, capítulo 11. Por Su espíritu les fue posible superar sus muchos problemas, incluso los domésticos, y deseamos animarlo a usted a que haga lo mismo. De hecho, ésa es la razón por la cual se nos dio el registro de aquella “grande nube de testigos.” (Heb. 12:1) Teniendo presente esto, prestemos atención adicional al consejo inspirado que Pablo dio a los cristianos en Éfeso.
7. Siguiendo el llamamiento que hizo en Efesios 4:22-24, ¿qué línea de consejo da Pablo?
7 Basado directamente en el llamamiento que hizo para que se pusieran la nueva personalidad, Pablo prosigue a dar excelente consejo práctico. Aunque fue dado principalmente desde el punto de vista de la conducta dentro de la congregación, también aplica a la vida familiar, y parte de él directamente a las relaciones de familia. En vez de formular reglas, considera principios, mostrando cómo y por qué se deben observar. Escribe: “Por lo cual, ahora que ustedes han desechado la falsedad, hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo, porque somos miembros que nos pertenecemos unos a otros.”—Efe. 4:25.
INTERDEPENDENCIA
8. (a) ¿Cómo aplica el ‘pertenecerse unos a otros’ tanto a las relaciones carnales como espirituales? (b) ¿Cómo se ilustra esto bien?
8 Por su dedicación usted ha venido a ser miembro de la familia de Dios, y en verdad puede dirigirse a él como “Padre nuestro.” (Mat. 6:9) Esta es una relación espiritual, y asume prioridad en su vida. Sin embargo, no cancela relaciones carnales y sus obligaciones. Dios inició la creación de la familia humana en perfección, diciéndoles que se multiplicaran, con la expectativa de un sinnúmero de unidades de familia constando de padres e hijos. (Gén. 1:28) Cuando Pablo dijo “somos miembros que nos pertenecemos unos a otros,” estaba expresando un principio fundamental, que aplica a las dos relaciones susodichas. Apoyando esto, en otras partes usa extensamente el cuerpo humano y sus miembros como una ilustración apta de interdependencia.—Vea 1 Corintios 12:12-27; Efesios 4:4, 15, 16.
9. (a) ¿Cómo aplica provechosamente a la congregación cristiana el principio susodicho? (b) ¿Dónde existe hoy una falta en este sentido, llevando a qué problema?
9 El apreciar este principio le será muy útil. ¿Capta usted el punto? Aun en la congregación cristiana los miembros no solo pertenecen a Dios y a la Cabeza de la congregación, Cristo Jesús, sino también se pertenecen unos a otros. No se pertenecen a sí mismos. Eso promueve la verdadera unidad consciente que uno encuentra entre los testigos de Jehová en toda la Tierra. Sin embargo, debido a las presiones adversas de estos “tiempos críticos, difíciles de manejar,” a menudo tal unidad falta tristemente en la vida familiar. Como se predijo, el espíritu que prevalece en estos “últimos días” es de egoísmo, ingratitud y deslealtad. (2 Tim. 3:1-5) En muchas familias, cada miembro sigue su propio camino, incluso hasta los hijos a una edad muy temprana. Es posible que usted se sienta inclinado a hacer lo mismo, creyendo que está obligado a hacerlo debido a que es el único en el hogar que se interesa en la adoración verdadera. Sus gustos y actividades son muy diferentes, y usted ‘ha cesado de participar con ellos en las obras infructíferas que pertenecen a la oscuridad.’ (Efe. 5:11) A pesar de eso, mientras usted viva en el hogar forma parte de una familia, y a ese grado tiene ciertas obligaciones para con los otros miembros.
10. ¿De qué maneras podemos hacer esfuerzos por promover paz y unidad familiares?
10 ¿Qué actitud y proceder debe usted asumir? Aunque quizás no se aprecien sus esfuerzos, busque oportunidades, aun en cosas pequeñas, para promover la paz y la unidad familiar. Si los otros se oponen, no haga eco a su indiferencia y hostilidad. No haga un punto en disputa de cosa alguna a menos que esté envuelto un verdadero principio bíblico. Aun entonces, usted no puede insistir en que otros observen principios correctos, a menos que sea un padre o una madre para con sus hijos. Cuando esté en contacto diario con otros, recuerde que las acciones hablan más fuerte que las palabras, a menos que lo desafíen directamente o le hagan alguna pregunta. Trate de ser un ejemplo de buen vivir cristiano. Trate de mostrar lo que significa para usted la verdad, al darle felicidad y contentamiento verdaderos y un brillante punto de vista sobre el futuro, mientras que al mismo tiempo muestra compadecerse de los que son azotados duramente por las circunstancias presentes.
DESPLEGANDO BELLEZAS DE LA “NUEVA PERSONALIDAD”
11. ¿Cómo aplica el consejo de Pablo en cuanto a (a) falsedad, (b) cólera, y (c) hurtar?
11 Mucho del consejo dado aquí aplica a la vida familiar, prescindiendo de quiénes forman la familia. Es tan fácil entregarse a una pequeña falsedad, diciéndose uno mismo que no siempre vale la pena decir la verdad. ¿Le gusta a usted si descubre que otros miembros de la familia siguen esa norma? ¿No socava la confianza y crea sospecha? Ciertamente no fomenta el sentimiento de ‘pertenecerse unos a otros.’ Dice Pablo: ‘Desechen la falsedad y hable verdad cada uno de ustedes.’ Otra vez, es fácil abrigar un resentimiento latente debido a irritación continua. No estando dispuesto a confesar eso, usted pudiera vivir una falsedad negándolo. Aunque la cólera de su parte sea correcta y apropiada, tenga cuidado; “que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado.” Quizás la causa de la cólera esté allí aún, pero esfuércese por obtener el punto de vista de Jehová sobre el problema, y pida su ayuda. “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará.” (Efe. 4:25, 26; Sal. 55:22) Al proceder así, usted no ‘dejará lugar para el Diablo.’ Luego, se aclara el punto: “Que el que hurta ya no hurte más, sino más bien que haga trabajo duro . . . para que tenga algo que distribuir a alguien que tenga necesidad.” Qué tentación puede ser el hurtar un poco... solo un bocado de su platillo favorito antes de ser puesto en la mesa. No se echará de menos, y nadie lo ve, ¡a menos que omita limpiar la evidencia alrededor de su boca! Esto no se limita a niñitos, aunque es en la niñez cuando deben inculcarse los principios correctos, bondadosamente pero al mismo tiempo incesantemente. Cada miembro de la familia también tiene el derecho a cierto grado de vida privada, dependiendo de la edad y las circunstancias. No se inmiscuya en esa vida privada. Esto también es una forma de hurtar, por no decir cosa peor.—Efe. 4:27, 28.
12. (a) ¿Cómo aplica particularmente a la vida familiar el consejo en cuanto al habla? (b) ¿De qué manera podemos reemplazar lo que es malo con lo que es bueno, en armonía con el consejo en Romanos 12:14?
12 Continuando, se da buen consejo en cuanto al habla, incluso el motivo que la impulsa. “No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido, sino todo dicho que sea bueno para la edificación . . . Quítense de ustedes toda amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa junto con toda maldad,” incluso “habla necia” y “bromear obsceno.” (Efe. 4:29-31; 5:4) El hogar a menudo es el lugar donde le parece a uno que sencillamente puede ser como uno es, aun más que en la congregación, donde los principios justos son más conspicuos. Qué importante, entonces, que uno esté consciente de la necesidad de gobierno de sí mismo, especialmente si el ambiente general es sereno, donde no se preocupan en trazar límites a cuentos graciosos o bromas, o en las palabras que se usen cuando uno está irritado. Un “dicho corrompido” no tiene que ser obviamente sucio u obsceno. Puede ser un hábil juego de palabras, algo con doble significado, como una manzana de buena apariencia y pulida afuera, pero que realmente está podrida hasta el corazón. Sí, depende de lo que uno sea en el corazón. (Mat. 12:34) Esas cosas pertenecen a la vieja personalidad. Tienen que ser reemplazadas por lo que pertenece a la nueva personalidad, por lo que es “bueno para la edificación,” y el “dar gracias.” La actitud maliciosa y amarga, junto con el habla injuriosa, tienen que ser reemplazadas con el hacerse “bondadosos los unos con los otros, tiernamente compasivos, libremente perdonándose unos a otros.” Estos son principios bíblicos que han de practicarse en el hogar.—Efe. 4:32; Col. 3:8-10.
13. (a) ¿Qué es cierto en cuanto a todas las personalidades? (b) ¿Qué es lo que nunca hemos de menospreciar, y cómo desempeña un papel importante la humildad?
13 No estamos sugiriendo ni por un instante que es fácil poner en práctica estas cosas. Es más fácil leerlas que hacerlas. Uno no está tratando con hechos y cifras inanimados, ni con cosas que han de descartarse como imaginación. Uno está tratando con personalidades, con la de uno mismo y la de otros. En cuanto a éstas, incluso su propia personalidad, puede haber nichos escondidos en la mente y corazón, favorables o desfavorables. También hay que tener en cuenta la personalidad superlativa de Jehová. Nunca menosprecie el interés amoroso de él en que usted mantenga una relación dedicada con él. Nunca menosprecie las muchas provisiones infalibles que él ha hecho por medio de su Palabra y organización, por su espíritu y por medio de la oración, para hacer posible que usted se ponga una personalidad semejante a la de Cristo. (Efe. 3:20) El progreso en espiritualidad a menudo es un proceso lento en comparación con nuestras expectativas. Quizás se visualicen normas superiores, pero, como las nuevas alturas que se ven al doblar la esquina, quizás sean difíciles de alcanzar. En gran parte es una cuestión de su propia actitud mental... si usted tiene humildad de mente y está dispuesto a reconocer sus errores y fracasos, y si siempre está listo para esforzarse más, para principiar de nueva cuenta. Jehová ciertamente bendice tal actitud, y los hermanos y hermanas que usted tiene en la familia de Dios lo amarán por ello, y harán cuanto puedan por ayudarlo.
14. (a) ¿Cómo debemos esforzarnos por vencer el prejuicio que se muestre contra nosotros? (b) ¿Qué ejemplo nos dio Jesús en este sentido?
14 Prescindiendo de cuán sincero y humilde de mente sea usted, es posible que no aprecien esto los otros miembros de su familia carnal que están predispuestos, que hasta son hostiles. Quizás digan que usted está tratando de darse tono de superioridad. Esto no es difícil de entender. Sus normas como cristiano verdadero bien pueden ser superiores a las de ellos, pero eso no lo hace a usted superior en usted mismo, ¿verdad? Usted es lo que es por la bondad inmerecida de Jehová. Usted entiende eso, pero ellos no. Sin transigir su posición ni violar ningún principio bíblico, usted debe hacer un esfuerzo extraordinario para seguir lo que se consideraría un modelo normal de conducta. A ese grado, muestre que usted pertenece a la familia. Esté preparado a pasar por alto muchas cosas. Trate de evitar resentimiento, ya sea en otros o en usted mismo. A menudo Jesús aguantó mucho en este sentido cuando estuvo en compañía de los que estaban predispuestos y eran hostiles. Nunca cerró la puerta de comunicación ni se metió en su concha, como dice el dicho. Como Pedro dijo de él: “Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención. . . . Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia.”—1 Ped. 2:21-23.
VERDADERO AMOR Y SUJECIÓN
15. Al dar consejo a los miembros de la familia, ¿cuál es el tema inicial de Pablo, pero cómo fue pervertido este principio en un tiempo temprano?
15 Pablo introduce su consejo detallado que primero se dirige a las esposas, luego a los esposos e hijos, haciendo este llamamiento a todos: “Estén en sujeción los unos a los otros en temor de Cristo.” (Efe. 5:21) Al aconsejar a los esposos y las esposas éste es el tema inicial de Pablo. Por su acción precipitada la primera mujer, Eva, mostró falta de sujeción, no solo a Dios, sino también a su esposo. Es verdad, Adán mostró cierta sujeción a Eva al seguir su ejemplo, pero esto estuvo enteramente fuera de orden. Por su proceder mostró falta de sujeción a Dios. Así se torció y se pervirtió el asunto de sujeción tan pronto como el pecado envolvió a la familia humana.
16. ¿Cómo es la sujeción una manifestación de amor verdadero, y de qué manera debería hacerse patente?
16 La sujeción apropiada es una manifestación del amor verdadero. Cuando usted, como cristiano verdadero, dio el paso de la dedicación, fue evidencia de su amor a Jehová, y de su completa y anuente sujeción a él, para hacer Su voluntad. En la congregación cristiana, también debe haber el espíritu de consideración y sujeción mutuas “los unos a los otros en temor de Cristo.” En esto, los ancianos deben tomar la delantera, no “enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño.” El mismo espíritu debe mostrarse en el hogar. Esto se ilustra bien en el cuerpo humano, donde todos los miembros tienen que estar ‘unidos armoniosamente y tiene que hacérseles cooperar’ para efectuar las cosas. Pues, ni siquiera la cabeza, en la parte superior, puede decir a los pies: “No tengo necesidad de ustedes.”—1 Ped. 5:3; Efe. 4:16; 1 Cor. 12:21.
17. ¿A qué se debe a menudo la incompatibilidad, sin embargo, cuál puede ser a menudo el remedio?
17 Donde se muestra esta excelente actitud de cooperación, hay pocos problemas maritales y de familia que no se pueden resolver, rápida y fácilmente. En otras palabras, la falta de esta actitud a menudo es la causa básica del problema. Aun cuando solo un cónyuge sea cristiano dedicado y despliegue esta actitud apropiada, esto puede contribuir mucho a impedir que los problemas lleguen al punto de la fricción y la disensión. Pablo hizo la súplica de “que anden de una manera digna del llamamiento con el cual fueron llamados, con completa humildad de mente y apacibilidad, con gran paciencia, soportándose los unos a los otros en amor.”—Efe. 4:1, 2.
18. (a) ¿Qué podemos aprender del consejo de Pablo en Filipenses 2:2-4? (b) ¿Cómo es posible que “los demás son superiores a ustedes”?
18 Él expresó esto aun más enérgicamente a los filipenses, al decir: “Hagan pleno mi gozo en que son ustedes de la misma mente y tienen el mismo amor, . . . no haciendo nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad de mente que los demás son superiores a ustedes, no vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás.” (Fili. 2:2-4) ¿Es usted una persona con tal humildad de mente, o es egocéntrica y egotista, insistiendo en que usted siempre tiene la razón en su opinión de las cosas y de la gente? Como esposo o anciano, ¿observa su esposa u otros en la congregación que usted tiene humildad de mente? ¿Es evidente a todos que usted considera a otros como superiores a usted mismo? Sin duda lo son en ciertas cualidades y habilidades. Puede que usted suministre todos los muebles para la casa, pero ¿podría usted arreglarlos de una manera tan atractiva y reposada como lo hace su esposa? ¿No es cierto que hasta sus pequeños son más desprovistos de inhibiciones y espontáneos al expresar gozo y cariño?
19. ¿A qué grado ha de estar en sujeción la esposa a su esposo, y por qué?
19 Pablo procede a mostrar la excelente relación entre los principios bíblicos del amor, sujeción y jefatura. Debido a que el “esposo es cabeza de su esposa como el Cristo también es cabeza de la congregación,” ella está en sujeción a él. ¿A qué grado? Bueno, “como la congregación está en sujeción al Cristo, que así también las esposas lo estén a sus esposos en todo.” Quizás su esposo no sea cristiano dedicado, y hasta se oponga a causa de esto, pero eso no abroga ni minimiza el principio de la jefatura. Ella no debe someterse a su jefatura de mala gana, y solo debe hacer una excepción cuando la sumisión causaría una violación de algún otro principio bíblico.—Efe. 5:22-24.
20. ¿A qué grado debe amar un esposo a su esposa, y por qué?
20 El poner en vigor el principio del verdadero amor agape es la responsabilidad principal del esposo cristiano. ¿A qué grado? “Esposos, continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla . . . [y finalmente] para presentarse a sí mismo la congregación en su esplendor, . . . santa y sin tacha,” como una novia gloriosa. Esto ciertamente entraña una elevada consideración de parte del esposo por su esposa, mientras que la “esposa le debe tener profundo respeto a su esposo.”—Efe. 5:25-27, 33.
21. ¿Cómo y por qué aplican a los hijos el amor y la sujeción?
21 Para los hijos, se recalca la debida obediencia y sujeción apropiada. Bajo la disciplina bíblica sana y amorosa de sus “padres en unión con el Señor,” deben ser obedientes “en todo,” con la promesa de “que te vaya bien y dures largo tiempo sobre la tierra.”—Efe. 6:1-4; Col. 3:20.
22. ¿Cómo confirma Pedro la necesidad de que todos tengan humildad de mente?
22 Finalmente, es animador y fortalecedor notar cómo Pedro, a su propio modo, confirma los mismos principios bíblicos que recalcó Pablo. Pedro igualmente enfatiza la necesidad de parte de todos y cada uno de tener humildad de mente. Escribe: “Finalmente, todos ustedes sean de un mismo ánimo y parecer, compartiendo sentimientos como compañeros, teniendo cariño fraternal, siendo tiernamente compasivos, humildes de mente.” Y otra vez: “Todos ustedes cíñanse con humildad de mente los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.” (1 Ped. 3:8; 5:5) Esto se ejemplificó bien por la manera en que Jesús les lavó los pies a sus discípulos como modelo que ha de seguirse. ¿Cuándo fue la última vez que usted le lavó los pies a una persona figurativamente, al rendirle gozosamente algún servicio humillante a algún miembro de la familia o a alguien en la congregación? Este también es un principio bíblico amoroso que hacemos bien en practicar más a menudo.—Juan 13:4-9.
[Ilustración de la página 601]
“Somos miembros que nos pertenecemos unos a otros.”