Huída a la seguridad con la sociedad del Nuevo Mundo
El discurso que se halla a continuación (en dos partes) fué pronunciado por el presidente de la Sociedad Watch Tówer a 134,333 asistentes a la Asamblea Sociedad del Nuevo Mundo de los testigos de Jehová en el estadio Yanqui de la ciudad de Nueva York, en la tarde de su séptimo día, el sábado 25 de julio de 1953, y fué hecho conspicuo por la presentación del nuevo libro de la Sociedad intitulado “New Heavens anda New Earth” (“Nuevos cielos y una nueva tierra”).
“Cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos acampados, entonces entiendan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea comiencen a huir a las montañas, y los que estén en medio de ella [Jerusalén] retírense.”—Luc. 21:20, 21, NM.
1. ¿Para los que se adhieren a qué cosas hay peligro creciente, y dónde se halla seguridad? ¿Por qué?
LA FUNDACIÓN y edificación de las cosas nuevas y duraderas adelantan con buen éxito mientras la condenación y destrucción de las cosas viejas prosiguen. Cuando la demolición de las cosas viejas se complete en breve, las nuevas no tendrán ningún comienzo caótico, no habrá ninguna necesidad de que los hombres comiencen al nivel del primitivo cavernícola, sino que el camino estará plenamente despejado para el desenvolvimiento de las cosas nuevas hasta la grandiosidad de un paraíso. Es un tiempo de peligro creciente. También es un tiempo de gran oportunidad. El peligro aumenta constantemente para los que insisten en adherirse a las cosas viejas a pesar de que éstas están condenadas. La única seguridad del género humano yace en la huída veloz a las cosas nuevas, y eso sin dilación. Es en las cosas nuevas que la gran oportunidad yace para que los hombres sobrevivan al fin de las cosas viejas y disfruten de un futuro de felicidad, paz y amor duraderos. Las cosas nuevas no son aquellas que los hombres vanagloriosos de este mundo engreídamente prometen edificar. Las cosas nuevas son las del Todopoderoso que se sienta sobre el trono del universo. Por diecinueve siglos sus palabras han permanecido registradas: “¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas.” (Apo. 21:5, NM) Hoy él está respaldando sus palabras con hechos. Las cosas nuevas están siendo hechas. Felices son aquellas personas que ven que están siendo construídas y que huyen a ellas. La seguridad y conservación jamás los chasquearán allí con la sociedad del Nuevo Mundo de Dios.
2. Antes de refugiarse en cosas supuestamente sagradas, ¿qué hay que hacer, y qué ejemplo histórico recomienda este proceder?
2 Los hombres tienen una tendencia fuerte a adherirse a ciertas cosas que por mucho tiempo han sido consideradas sagradas y confiar en ellas corno si fueran un talismán en contra de daño. Se cree que son de parte de Dios y que él las perdonará y por lo tanto que el refugiarse en dichas cosas sagradas garantiza la seguridad de uno. Pero las cosas que los hombres consideran sagradas tal vez no sean sagradas para Dios, aun si tienen gran edad o antigüedad. El confiar en las tales significa engañarse uno con una esperanza falsa. Hay que determinar si están de acuerdo con las cosas nuevas prometidas por Dios. Si no, no serán trasladadas e incorporadas a las nuevas. Como prueba de la veracidad de esto en nuestro tiempo tenemos un ejemplo histórico. En realidad, este ejemplo fué una profecía de lo que sucedería en nuestro tiempo. Ningún templo de la religión fué investido de mayor santidad o se vigiló con más celo y fanatismo que el templo de Herodes en Jerusalén hace diecinueve siglos. Ese templo y otros que anteriormente habían estado en el mismo lugar tenían una existencia combinada de casi mil años; y no obstante después que Jesucristo hizo un recorrido de inspección con guía del templo de Herodes, dijo: “Los días vendrán en que no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derrumbada.”—Luc. 21:5, 6, NM.
3. ¿Por qué declaró Jesús a aquel templo abandonado?, y cuando fué destruído, ¿por qué no quedó Dios sin templo?
3 Ese templo era el edificio más suntuoso de la ciudad santa de Jerusalén. En él los sacerdotes que eran descendientes de la familia escogida de Aarón se ocupaban en los servicios sagrados. Era llamado “la casa.” Empero, a pesar de todas sus asociaciones sagradas, Jesús dijo precisamente antes de esto: “Jerusalén, Jerusalén, la: asesina de los profetas y apedreadora de los que son enviados a ella,—¡cuántas veces quise recoger a tus hijos, de la manera que la gallina recoge a sus polluelos bajo sus alas! Pero ustedes no lo quisieron. ¡Miren! su casa se les deja a ustedes.” (Mat. 23:37, 38, NM) Jesús no sólo sabía que el templo había llegado a ser una casa de mercadería y una cueva de ladrones sino que también servían en él sacerdotes que estaban fraguando su muerte. Sólo tenía una apariencia exterior de santidad, pero carecía por completo de santidad adentro. Jesús por lo tanto lo declaró abandonado por Jehová Dios y rehusó pegarlo al nuevo sistema de cosas que él estaba introduciendo. Treinta y siete años más tarde el templo encontró el destino que él predijo. Ni una piedra se dejó descansando sobre otra. Sin embargo, el nuevo templo de Jehová Dios, un templo espiritual de “piedras vivas,” continuó en pie. Dentro de él un justo y nuevo sistema de cosas funcionaba que había de resultar en la adoración pura del Dios verdadero sobre toda la tierra y en la bendición eterna de todas las familias del género humano.—1 Ped. 2:5; Efe. 2:20-22.
4, 5. ¿Esperó el nuevo sistema de cosas hasta que Jerusalén y su templo fueran destruídos, y qué prueba suministra usted para su respuesta?
4 El nuevo sistema de cosas no esperó la destrucción de Jerusalén y su templo antes de comenzar. Con la muerte, resurrección y ascensión de Jesús al cielo para aparecer en la presencia de Jehová Dios con el mérito de la sangre de su sacrificio humano, el nuevo sistema de cosas comenzó en la realidad. Teniendo el sacrificio que realmente era aceptable a Dios para rescatar a la humanidad del pecado y su pena de muerte, Jesús sirvió como el nuevo Sumo Sacerdote de Dios. El sumo sacerdote terrestre del viejo sistema de cosas judío perdió su cargo ante Dios, porque él había sido hecho sumo sacerdote por el pacto de la Ley que Moisés había mediado entre Dios e Israel en el monte Sinaí. Pero ahora Jesús había llegado a ser Profeta y Mediador mayor que Moisés y él medió un pacto nuevo entre Jehová Dios y los israelitas espirituales, la congregación cristiana que fué edificada sobre él como la Roca. De modo que ese viejo pacto de la Ley que Dios había hecho con los israelitas naturales en el Sinaí fué abolido, y su sacerdocio, sus sacrificios, sus festivales y sus obligaciones junto con él. (Heb. 3:1; 9:11-15; Col. 2:13, 14; Deu. 5:2, 3; 29:1) De allí en adelante Jesucristo sirvió como el Sumo Sacerdote ungido de Dios en el templo espiritual de Dios, siendo su Lugar Santísimo el cielo mismo ante la mismísima presencia de Dios mismo.
5 La manifestación de Jesús de sí mismo como el nuevo y eterno Sumo Sacerdote quiso decir que la consumación del viejo sistema de cosas había llegado. Como está escrito concerniente a él: “Él ahora se ha manifestado una vez para todo tiempo en la consumación de los sistemas de cosas para apartar el pecado por medio del sacrificio de sí mismo.” (Heb. 9:26, NM) Fué en plena armonía con este hecho que el templo abandonado de Herodes en Jerusalén fué destruído por las legiones de Roma bajo el general Tito en el año 70 (d. de J.C.). Esto fué cuando la supuesta ciudad santa de Jerusalén misma fué destruída.
6. ¿Qué no debemos pasar por alto concerniente a la conexión de la congregación cristiana con Jerusalén, y qué quiso decir su huída eventual de allí?
6 Hoy en este año de 1953 no debemos pasar por alto un punto importante: Por treinta y cuatro años después que el nuevo pacto de Dios fué hecho y la congregación cristiana comenzó a ser edificada sobre Jesucristo la Roca en el Pentecostés de 33 (d. de J.C.) la ciudad de Jerusalén sirvió como la ciudad matriz de la congregación cristiana. El cuerpo gobernante de la congregación estaba situado allí y se componía de los doce apóstoles y otros discípulos de madurez, tal como Santiago el hermano de Jesús. Usaban los atrios del templo como un lugar conveniente para encontrar a muchedumbres de personas y predicarles. Fué en este templo que Pablo el apóstol fué atacado por una chusma alrededor del año 56, y fué en Jerusalén que el discípulo Santiago y otros cristianos fieles con él fueron muertos por apedreadores fanáticos judíos en 62. Pero cuando el año 67 llegó, el cuerpo gobernante cristiano y todos los demás discípulos de Jesús huyeron de Jerusalén y de toda la provincia de Judea. ¿Por qué no se quedaron allí los cristianos y continuaron predicando las buenas nuevas acerca de Jesucristo en la vieja ciudad santa y el resto de Judea? ¿Fué cobardía ante la persecución? ¿Fué infidelidad hacia su comisión de predicar las buenas nuevas? ¡Nada de eso! Fué la conservación sabia de sus vidas, para que pudieran continuar predicando en otra parte. Fué obediencia al mandato profético de Jesucristo cuando predijo la destrucción del templo abandonado y dijo a sus discípulos:
7. ¿Cuál fué la profecía que contenía el mandato que ellos obedecieron?
7 “Ustedes serán entregados hasta por sus padres y hermanos y parientes y amigos, y a algunos de ustedes se les hará morir, y ustedes serán objetos de odio por parte de todas las personas por causa de mi nombre. Y con todo ni un cabello de sus cabezas de ninguna manera perecerá. Mediante el aguante de parte suya ustedes ganarán su alma. Además, cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos acampados, entonces entiendan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea comiencen a huir a las montañas, y los que estén en medio de ella retírense, y los que estén en las regiones cercanas no entren en ella [en Jerusalén], porque éstos son días para ejecutar justicia para que se cumplan todas las cosas que están escritas. ¡Ay de las mujeres preñadas y de las que estén amamantando a un bebé en aquellos días! Porque habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre esta gente, y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que los tiempos señalados de las naciones se cumplan.”—Luc. 21:16-24, NM.
LA SEÑAL PARA HUIR
8. ¿Cuándo se dió a los cristianos la señal para huir, y adónde huyeron? ¿Qué palabras de Jesús evitaron ellos que se cumplieran en ellos?
8 En noviembre del año 66 (d. de J.C.) el cuerpo gobernante en Jerusalén y todos los demás discípulos que se encontraban allí y en la provincia de Judea recibieron una señal para huir de la entera provincia a las montañas, como había ordenado Jesús. Eso fué cuando los ejércitos romanos bajo Gayo Cestio Galo, el gobernador de Siria, llegaron ante la ciudad que estaba en sublevación contra Roma. Después de cinco días de lucha que pusieron la plena captura de la ciudad dentro de sus garras él retiró sus fuerzas sin ninguna razón explicable, para ser perseguido por los judíos, con pérdida de miles de sus tropas. Los cristianos consideraron esto como la indicación dada muchos años antes por Jesús. Por eso huyeron de Jerusalén. No se detuvieron en ninguna parte de la provincia de Judea; el mandato de Jesús fué que los que estuvieran en Judea huyeran de ella a las montañas. Por consiguiente ellos y sus hijos (nacidos o no nacidos todavía) cruzaron el río Jordán hacia la región montañosa de Galaad y se establecieron principalmente en Pela, una de las ciudades de la Decápolis. Allí continuaron en sus actividades cristianas y efectuaron su predicación. Allí estuvieron seguros cuando los romanos regresaron a principios de 70 d. de J.C. y vino desolación terrible sobre Jerusalén en cumplimiento de las palabras que, llorando, Jesús dirigió a ella: “Si tú, aun tú, hubieras discernido en este día las cosas teniendo que ver con la paz-pero ahora han sido escondidas de tus ojos. Porque los días vendrán sobre ti cuando tus enemigos edificarán en tu derredor una fortificación con estacas puntiagudas y te rodearán y te afligirán por todo lado, y te arrojarán al suelo a ti y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no discerniste el tiempo de tu inspección.”—Luc. 19:41-44, NM.
9. ¿Qué pereció entonces para nunca ser reinstalado, pero qué duró?
9 La existencia de la ciudad santa y su templo no manifestó estar encantada. Los que se adhirieron a las cosas del viejo sistema corrompido pelearon por una causa perdida y perecieron en la desolación de Jerusalén y toda la provincia de Judea. Pero los cristianos, en las montañas de Galaad, sobrevivieron y siguieron predicando. El viejo sistema que pereció entonces se ha ido para siempre; el sacerdocio de la familia de Aarón y la adoración de Jehová Dios en Jerusalén en un templo material, hecho por el hombre, jamás serán reinstalados. El nuevo sistema de cosas cristiano bajo el nuevo pacto con Jesús como Mediador y Sumo Sacerdote dura hasta este día.
10. ¿Qué pregunta nos sentimos instados a hacer, y, si sabemos su respuesta, qué podemos determinar acerca de la cristiandad?
10 Nada de esto está sin significado tremendo para nosotros en estos días extraños, excepcionales. Nos enfrentamos a algo semejante, sólo que es mucho peor. Nos sentimos impulsados a preguntar cuál es la causa de las cosas, y es sabio hacerlo, para que sepamos si cierta manera de proceder nos conviene o no. Cuando vemos que la ciudad de Jerusalén del presente en Palestina no sigue la tradición de la antigua ciudad del templo, pero que la cristiandad es en realidad lo que hoy día corresponde a la ciudad santa de los días de Jesús y sus apóstoles, entonces nos vemos impulsados a preguntar: ¿Qué fué lo que causó el espantoso sitio y destrucción de Jerusalén en 70 (d. de J.C.)? Si sabemos eso, entonces podremos determinar si por una razón semejante la destrucción en una escala más enorme se cierne amenazadoramente sobre la cristiandad, lo que corresponde hoy en el siglo veinte a la Jerusalén condenada.
11. ¿Cuál fué la profecía en la que Jesús dió la llave a la respuesta de su pregunta?
11 Jesús dió la llave a la respuesta cuando dijo a sus discípulos en esta misma profecía, como informó el apóstol Mateo: “Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado. Por lo tanto, cuando lleguen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habla de ella a través de Daniel el profeta, colocada en un lugar santo, (que el lector use discernimiento,) entonces que los que estén en Judea empiecen a huir a las montañas. Que el hombre que esté sobre el tejado no descienda para sacar los efectos de su casa; y que el hombre que esté en el campo no regrese a la casa a recoger su vestido exterior. ¡Ay de las mujeres preñadas y las que estén amamantando a un bebé en aquellos días! Sigan orando que su huída no ocurra en tiempo de invierno ni en el día sábado; porque entonces habrá una grande tribulación como nunca ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a acontecer. De hecho, a menos que esos días fueran acortados, ninguna carne se salvaría; pero por causa de los escogidos aquellos días serán acortados.”—Mat. 24:14-22, NM.
12. Conforme a eso, ¿qué fué la causa de la destrucción espantosa de Jerusalén en 70 d. de J.C en 70 d. de J.C.?
12 La “cosa repugnante que causa desolación” a la vista de la cual estando en el lugar santo los cristianos habían de huir a las montañas—ésta fué la causa de la destrucción espantosa que alcanzó a Jerusalén y su dominio en Judea. Esa “cosa repugnante” fué la sociedad o alianza que los gobernantes religiosos de Jerusalén hicieron con el Imperio romano a fin de procurar la muerte de Jesucristo, el Rey ungido de Dios. Esa potencia mundial imperial de Roma se simbolizó en la profecía divina como una cosa repugnante, como una brutal fiera que guerrearía contra los santos de Jehová en la tierra. Primero procedió contra el principal Santo de Jehová, su Hijo Jesucristo, para suprimirlo como un rival de su dominación mundial.—Hech. 3:14; 4:27-30, NM.
13. ¿Quiénes hicieron que el Santo de Dios viniera a la atención de Roma, cómo y por qué?
13 Los gobernantes religiosos de Jerusalén fueron los que hicieron que el Santo de Dios viniera a la atención de la potencia mundial romana, buscando venganza porque Jesús expuso sus prácticas falsas y sus violaciones a los mandatos de Dios. Ante el gobernador romano Poncio Pila to acusaron a Jesús de ser sedicioso en contra de César, de prohibir el pago de impuestos a César y excitar a la gente contra él. Cuando el gobernador Pilato trató de resistir la presión religiosa y dejar libre a Jesús, los judíos gritaron: “Si usted deja libre a este hombre, no es amigo de César. Todo el que se hace rey habla contra César.” Cuando el gobernador Pilato, con un llamamiento al patriotismo nacional de los judíos, presentó a Jesús como su rey y trató de avergonzarlos preguntando: “¿Empalo a su rey?,” entonces, sorprendentemente, fueron los principales sacerdotes judíos los que respondieron: “No tenemos más rey que César.”—Juan 19:12-16, NM.
14. ¿Por qué sentiría Jehová repugnancia e indignación contra el elemento religioso, y qué consecuencias le dejó sufrir?
14 ¿Siente usted repugnancia por eso? Entonces ¿cuánto más sentiría Dios en el cielo indignación ardiente por este acto de traicionar a su Rey Ungido Jesucristo a la potencia mundial imperial romana y la unión de aquellos que pretendían ser su pueblo con la cruel potencia mundial de Roma que se oponía a Jehová? Fué una conspiración religioso-política contra el reino mesiánico de Jehová. ¡Con razón él oyó y obró de acuerdo con su clamor desafiador en aquel tiempo concerniente a la sangre de Jesús: “Recaiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos”! ¡Con razón abandonó la casa de ellos como un templo contaminado! ¡Con razón él los consideró parte integrante de una cosa repugnante, un arreglo abominable en contra de su reino mediante su Santo, Jesucristo! (Mat. 27:25; 23:38, NM) Ellos profesaron amistad para el enemigo de Dios, César, haciéndose así los enemigos de Dios. Ahora que comieran el fruto amargo de esa amistad traidora; que sufrieran bajo el yugo desigual de tan nefaria conspiración contra el reino hasta que fueran conducidos a sublevación violenta contra sus compañeros políticos. Dios supo con anticipación que la hipócrita alianza religioso-política habría de disolverse a su tiempo y que la parte política de la cosa repugnante avanzaría con sus ejércitos contra la parte religiosa de la alianza repugnante, para traer la sangre de Jesús sobre los religiosos culpables y sus hijos, ¡dando a Jerusalén un baño de sangre de las venas de 1,100,000 de sus hijos!
15. ¿Cuándo se salieron los cristianos de la localidad condenada sin inconveniencia, y de qué se escaparon de participar?
15 La revuelta de los judíos contra su amigo César vino en 66 (d. de J.C.) por los ultrajes que cometieron contra ellos sus gobernadores políticos. Ese mismo año los ejércitos de la parte política de la cosa repugnante se volvieron contra ellos e hicieron un asalto preliminar contra su ciudad santa de Jerusalén. Esa fué la vista de la cosa repugnante con sus ejércitos rodeando la ciudad santa de Jerusalén que los cristianos habían de esperar como notificación de que ya era hora de que huyeran a las montañas de fuera de Judea para obtener seguridad. No sabiendo cuán pronto los ejércitos de la cosa repugnante regresarían y completarían la desolación de Judea y Jerusalén, el cuerpo gobernante cristiano y otros cristianos obedientes se salieron sin tener que hacerlo en algún inconveniente sábado judío o en tiempo de invierno. En el siglo siete antes de Cristo los ejércitos babilonios habían regresado para desolar a Jerusalén por primera vez. En 70 (d. de J. C.) los ejércitos romanos regresaron. Durante la primavera y verano de ese año el sitio y la destrucción completa vinieron. Mediante inmediata y obediente acción los cristianos se habían escapado de participar de esa desolación horrible.—Jer. 37:6-10.
16. ¿Cuándo predijo Daniel que aparecería la “cosa repugnante,” y qué hace al período desde 1914 d. de J.C. ese tiempo en particular?
16 Jesús, cuando profetizó de esa “cosa repugnante que causa desolación,” dijo que Daniel el profeta la había predicho también. Daniel profetizó de su aparición como efectuándose al tiempo señalado, el “tiempo del fin.” (Mat. 24:15, NM; Dan. 11:29-35) Jesús predijo las cosas que acontecerían en el tiempo del fin de este mundo, y dichas cosas han venido en una serie continua desde 1914 d. de J.C.—guerra global, hambres, pestilencias, terremotos, persecución mundial a los cristianos verdaderos, la predicación de las buenas nuevas del reino de Dios como establecido, profetas y Cristos falsos, y, sí, la “cosa repugnante que causa desolación”—todas estas cosas en combinación señalando a éste como el crítico “tiempo del fin.” Lo que lo hace el “tiempo del fin” para las naciones de este mundo es que “los tiempos señalados de las naciones” llegaron al fin de su duración de 2,520 años en 1914 y allí el reino de Dios por el que se había orado por mucho tiempo nació en los cielos y su santo Rey ungido Jesucristo fué instalado sobre el trono y se le dió el derecho de gobernar toda la tierra y hacer añicos a todas las naciones que se opusieran a su gobierno legítimo.—Mat. 24:3-25; Apo. 12:1-5; Sal. 2:7-9.
17. ¿Dónde ha de hallarse esa “cosa repugnante,” y mediante el cumplimiento de qué profecía puede identificarse?
17 Como este período desde 1914 se confirma como el “tiempo del fin,” ¿dónde entonces están la cosa repugnante y sus ejércitos de desolación que Daniel y Jesús predijeron? ¡Mire ! allí está en la conspiración religioso-política de hoy en contra del reino establecido de Jehová Dios y su santo Rey ungido Jesucristo. Identifíquelo por usted mismo mediante su cumplimiento de la profecía del Salmo 2:1-6: “¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos meditan vanos proyectos? Se pondrán en pie los reyes de la tierra, y príncipes consultarán a una contra Jehová, y contra su Ungido, diciendo: ¡Rompamos las coyundas de su yugo, y echemos de nosotros sus cuerdas! El que se sienta entronizado en los cielos se reirá; el Señor hará escarnio de ellos. Entonces les hablará en su ira, y en su ardiente indignación los conturbará. Dirá: ¡Empero yo he constituído mi Rey sobre Sión, mi santo monte!” (Hech. 4:24-30) La alianza mundial a la cual se conoce como las Naciones Unidas es la expresión principal y más poderosa de esta conspiración religioso-política en contra del reino mesiánico de Dios. Decimos “religioso-política,” porque las religiones de este mundo están implicadas en esta conspiración mundial en contra del Reino, especialmente las religiones de la cristiandad.
18. ¿Cómo mostró deslealtad al reino establecido de Dios el clero religioso durante la I Guerra Mundial, sin considerar Mateo 25:40?
18 Por décadas antes de 1914 d. de J.C. los testigos de Jehová habían estado predicando el establecimiento pleno del reino de Dios mediante Cristo al fin de los “tiempos señalados de las naciones” en ese año. Para confirmar su predicación como correcta, la I Guerra Mundial para la dominación global por las naciones de esta tierra estalló repentinamente en 1914, para ser seguida del deplorable curso de los acontecimientos hasta este día. Si los del clero religioso de la cristiandad hubieran examinado las profecías que los testigos de Jehová llamaron a su atención, si hubieran hecho frente a los hechos de la historia moderna y visto su importancia y mostrado lealtad a la voluntad de Dios, hubieran aclamado su reino y lo hubieran recomendado como el único gobierno con derecho a la dominación mundial. Al contrario de esto, se pusieron de parte de los factores políticos envueltos en guerra total para la dominación de la región terrestre del ungido Rey de Dios, Jesucristo. Ellos encabezaron la persecución contra los testigos de Jehová que permanecieron leales al Gobernante que Dios había entronizado e impulsaron el brazo armado de espada del estado político contra los testigos de Jehová para tratar de exterminarlos de la tierra. No dieron ninguna consideración respetuosa a las palabras de Jesús: “En cuanto lo hicisteis a uno de los más pequeños de estos mis hermanos, a mí lo hicisteis.” (Mat. 25:40) Por temor de alejar de ellos los afectos de sus amigos políticos, los clérigos prefirieron adherirse a los reinos guerreantes de este mundo y acusar a Jesucristo de sedición contra César mediante el acusar a sus seguidores verdaderos de esto.
19, 20. Al cierre de la I Guerra Mundial ¿cómo siguió el clero la dirección de las proposiciones postbélicas de los políticos, pero quiénes proclamaron algo diferente como la única esperanza de la humanidad?
19 Cuando al cierre de la I Guerra Mundial en 1918 se propuso el programa político unido para el mundo postbélico, los clérigos de la cristiandad inmediatamente se declararon a favor de él. ¿Qué fué ese programa? ¿Tener a Cristo como Rey? No, no eso, sino una Sociedad de las Naciones, para suministrar fuerza para que el sistema del viejo mundo continuara por medio de la unidad. Los clérigos de la cristiandad fueron los primeros en seguir la dirección de los políticos y abogar por la Sociedad de las Naciones. En enero de 1919, antes de que la conferencia de paz se reuniera en París, Francia, el Concilio federal de iglesias de Cristo en América instó a que se estableciera la Sociedad de las Naciones y dijo que no sólo era un expediente de paz, sino, citando su folleto, “más bien es la expresión política del reino de Dios sobre la tierra.” Añadieron: “Los muertos heroicos habrán muerto en vano a menos que de la victoria salgan un nuevo cielo y una tierra nueva donde more la justicia.—2 Ped. 3:13.” En otras palabras, el mundo postbélico bajo la Sociedad de las Naciones iba a ser los nuevos cielos y la tierra nueva que Dios ha prometido; la Sociedad de las Naciones como la “expresión política” del reino de Dios sería los nuevos cielos, haciendo innecesario el verdadero reino de Cristo que forma los nuevos cielos del nuevo mundo de Dios.
20 En cuanto al papa de Roma, aunque no consiguió un asiento en la Sociedad de las Naciones, le ofreció el beneficio de sus oficios eclesiásticos. El 10 de enero de 1920 la Sociedad de las Naciones empezó a funcionar con el apoyo y bendición del clero de la cristiandad. Al mismo tiempo empezó a oírse la voz de los testigos de Jehová con un excepcional tono de denuedo y convicción, proclamando el reino de Dios bajo Cristo como la única esperanza del género humano afligido.
21. ¿Cuál de esos dos movimientos postbélicos promovió el reino de Dios, y cuál le ocasionó repugnancia a Dios? ¿Conforme a qué evidencias hasta la fecha?
21 Ahora bien ¿cuál de estos dos movimientos postbélicos promovió realmente el reino de Dios? ¿Cuál de ellos le ocasionó repugnancia al Altísimo Dios? ¿Los testigos de Jehová o la Sociedad de las Naciones bendecida por el clero? Bueno, los testigos de Jehová todavía están aquí como se representan en esta Asamblea Sociedad del Nuevo Mundo en el estadio Yanqui de la ciudad de Nueva York, pero ¿dónde están esos nuevos cielos políticos, la Sociedad de las Naciones? ¿Dónde estuvo durante la II Guerra Mundial? Abajo en el hoyo sin fondo de la inactividad impotente. Para quitarle su reproche, ha sido revivificada y se le ha dado un nuevo frente y un nuevo nombre llamado las Naciones Unidas. Los estudiantes de la profecía bíblica saben que esto fué exactamente como se predijo.—Apo. 17:9-11.
22. ¿Qué experiencias desintegradoras sufrió la Sociedad de las Naciones hasta la II Guerra Mundial, y qué pregunta hacemos ahora?
22 La Sociedad de las Naciones y el clero religioso de la cristiandad se llevaron notablemente bien, y no hubo rompimiento abierto. Pero en octubre de 1933, ocho meses después que Hítler llegó al poder, la Alemania nazi se salió de la Conferencia de Desarme y de la Sociedad de las Naciones, y la desintegración de esa Sociedad comenzó, el Japón habiéndose retirado de ella el 27 de marzo de ese año. No fué sino hasta después de esto que se le permitió entrar a la Rusia comunista, el 18 de septiembre de 1934, o años después que se habían levantado protestas contra ella por sus notorias persecuciones contra la religión dentro de sus fronteras. En 1935 la Italia fascista se mofó de la Sociedad de las Naciones y se lanzó en sus agresiones. Esa Sociedad aplicó sanciones contra ella y la Italia de Mussolini se salió de ese cuerpo el 11 de diciembre de 1937. En 1939 la Sociedad de las Naciones fué echada al hoyo sin fondo de la ineficacia por la agresión de la Alemania de Hítler contra Polonia, precipitando esto la II Guerra Mundial. Ahora preguntamos: Hasta ese año de la degradación de esa Sociedad al abismo, ¿se había visto a los ejércitos de la “cosa repugnante que causa desolación” rodeando a lo que corresponde hoy día a Jerusalén? No; no a un grado perceptible.
23. ¿Cómo hubo un tiempo cuando la “cosa repugnante” no podía servir como señal visible para que los cristianos huyeran, y qué preguntas hacemos acerca de sus ejércitos de desolación?
23 Ahora note este punto: Cuando la Sociedad de las Naciones fué echada al abismo y cuando por seis años esta cosa repugnante estuvo en este hoyo sin fondo, la cosa repugnante no era y no estaba visiblemente en el lugar santo como señal para que los cristianos verdaderos salieran de la cristiandad y huyeran a las “montañas” de seguridad. Pero a principios de 1945 hubo un movimiento en el hoyo sin fondo y la cosa que era repugnante a Jehová Dios y su Rey empezó a hacer preparativos en la Conferencia de cuarenta y seis naciones en San Francisco (California) para salir después de la II Guerra Mundial. Salió, el 24 de octubre de 1945, mediante el depositar Rusia su instrumento de ratificación de la organización de seguridad mundial postbélica. La Carta constitucional de las Naciones Unidas ahora había entrado en vigor. La bestial cosa repugnante que causa desolación estaba presente de nuevo. Pero ¿dónde estaban sus ejércitos de desolación? ¿Habían de ser éstos fuerzas militares literales de las Naciones Unidas? Recordamos que allá en el 2 de junio de 1931 Douglas MacArthur, general de los EE. UU., criticó a ciertos clérigos con referencia a su manera de considerar la guerra y dijo: “La religión y el patriotismo siempre han ido de la mano.” Luego él agregó: “Tengo curiosidad por saber cuántos de los clérigos que votaron a favor de la Sociedad han leído los artículos y entienden que bajo ellos la paz del mundo ha de mantenerse al fin y al cabo por medio de fuerzas militares armadas.” Sin embargo, la Sociedad de las Naciones jamás obtuvo fuerzas militares armadas.
24. En 1944 ¿a favor de qué cosa se declararon clérigos y legos americanos, y qué dijo el primer ministro británico concerniente a lo que esta cosa necesitaba?
24 Trece años más tarde, cuando la cosa repugnante estaba en el hoyo sin fondo como un fiasco, clérigos y legos americanos se declararon a favor de formar el núcleo de una organización mundial general. También, el 24 de mayo de 1944, el primer ministro británico, Chúrchill, al hablar de los acontecimientos en España ante el Parlamento, dijo: “Indudablemente en nuestra estructura mundial tenemos que incorporar mucho de lo que hemos conseguido para el mundo mediante la estructura y forma de la Sociedad de las Naciones. Tenemos que armar nuestra organización mundial y asegurarnos de que tenga poder militar aplastante dentro de los límites asignados a ella.”
25. ¿Cuándo obtuvo su ejército la octava potencia mundial, y con qué no debe confundirse esto? ¿Por qué?
25 Hoy las Naciones Unidas, sucesora de la Sociedad de las Naciones, es la octava de una serie de potencias mundiales predichas en la Biblia. El “octavo ejército” de esta octava potencia mundial no ha optado por demostrar poder militar aplastante en Corea, pero por lo menos la octava potencia mundial, las Naciones Unidas, tiene su ejército, con unidades de diecinueve naciones. Esta fuerza policíaca entró en acción el 27 de junio del año santo del papa, a saber 1950. Pero este ejército mixto de la cosa repugnante que causa desolación entonces realmente obraba en defensa de la cristiandad contra la agresión comunista. Por lo tanto no debemos confundir a estas fuerzas militares de las Naciones Unidas con los ejércitos que ahora pueden verse efectuando un cerco a la cristiandad, el anti tipo moderno de Jerusalén. ¿Cuáles, entonces, son ellos?
26. ¿Qué, entonces, son esos ejércitos, y qué profecía que todavía ha de cumplirse muestra esto?
26 Los ejércitos que las palabras de Jesús predicen desolarán a esta Jerusalén antitípica moderna están dentro de las filas políticas de las mismas Naciones Unidas. Son los elementos que guerrean contra el sistema religioso de la cristiandad. Cuando la “cosa repugnante” salió del abismo en 1945, en su mismo comienzo abarcó poderosos miembros del antirreligioso bloc comunista de naciones. La ofensiva de paz de 1953 que las fuerzas que se oponen a la cristiandad efectuaron no debe coger desprevenido a nadie. El bloc que se opone a la cristiandad crecerá y no parará hasta que el antitipo moderno de Jerusalén quede completamente rodeado por ejércitos de destrucción terrible. Todos los “diez cuernos” de la bestial cosa repugnante que ha salido del hoyo todavía se volverán contra su compañera religiosa que adúlteramente se ha unido a la cosa repugnante en una conspiración mundial contra el Hijo ungido de Jehová, el Rey de los reyes y Señor de los señores. Sin falta las palabras de Dios tienen que cumplirse: “Y los diez cuernos que viste, ellos y la bestia odiarán a la ramera; la desolarán y la desnudarán, y devorarán su carne y la quemarán con fuego, porque Dios ha puesto en su corazón que efectúen su propósito mediante el ser de un solo ánimo y entregando su poder regio a la bestia.”—Apo. 17:16, 17, Norm. Rev.
27. ¿Cuándo, por lo tanto, vieron los lectores de profecía los ejércitos acampados alrededor de lo que hoy corresponde a Jerusalén, y qué destino merece esto?
27 Por lo tanto 1945, el año en que surgieron las Naciones Unidas, señala particularmente el tiempo cuando los que leían la profecía de Daniel y la amonestación de Jesús con discernimiento podían ver los ejércitos acampando para rodear a lo que hoy día corresponde a Jerusalén con la mira de finalmente desolarla y desnudarla como prostituta espiritual. Ella había estado llevando una conducta amistosa y relajada con las mundanas Naciones Unidas, escogiendo así a César como su amigo y rechazando al reino de Dios mediante Cristo como su enemigo. Por eso ahora en el Armagedón ella merece el castigo de una ramera espiritual conforme a la ley de Dios.—Lev. 21:9.
28. ¿La señal de qué cosa está ahora ante nuestros ojos, y cuál será la plena culminación de eso?
28 La señal de que se acerca más la batalla del Armagedón ahora está ante nuestros ojos. Cuando finalmente esta adúltera combinación religioso-política se estrelle y la bestia simbólica y sus diez cuernos se vuelvan contra el sistema meretricio de la religión organizada eso denotará que la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” habrá empezado, mediante cual guerra él ejecutará a todos los enemigos de su reino mesiánico. Esa guerra terminará cuando Jesucristo el Rey, junto con sus ejecutores angelicales, destruya toda la “cosa repugnante” y todos los demás elementos de este viejo mundo que se alinean en oposición a este gobierno.