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¿Qué le ha sucedido al estado de vigilancia de los cristianos?La Atalaya 1984 | 1 de diciembre
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¿Qué le ha sucedido al estado de vigilancia de los cristianos?
“LO QUE os digo a vosotros, lo digo a todos: Velad.” Estas palabras de Jesucristo han estado resonando en los oídos de cristianos sinceros a través de los siglos. Pero ¿a cuántos miembros de la Iglesia Católica Romana, la Ortodoxa Oriental o las protestantes principales les está resonando todavía en los oídos esa advertencia electrizante? (Marcos 13:37, Reina-Valera, 1977.)
¿Por qué habían de mantenerse alerta los cristianos? Jesús acababa de declarar: “Manténganse alerta, porque no saben cuándo viene el amo de la casa, [...] para que cuando llegue de súbito, no los halle durmiendo” (Marcos 13:35, 36). Así que los discípulos de Jesús habían de mantenerse alerta a la venida de su Amo, es decir, la venida de Cristo.
¿Cuál habría de ser el propósito de la venida de Jesús? Su mandato de ser vigilantes formaba parte de su respuesta a esta pregunta directa que le habían hecho sus discípulos: “¿Qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas [“fin del mundo”, Reina-Valera, 1934]?” (Mateo 24:3). Según un relato paralelo, después de dar una señal compuesta de muchos rasgos, Cristo declaró: “Entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. Mas al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca. [...] Cuando vean suceder estas cosas, conozcan que está cerca el reino de Dios”. (Lucas 21:27-31.)
Buenas razones para ser vigilantes
Así, Jesucristo dio a sus discípulos buenas razones para mantenerse alerta en sentido espiritual y estar a la expectativa del cumplimiento de “la señal”. Esto significaría que su Amo estaría ‘presente’ invisiblemente, pues no haría falta ninguna señal si la presencia de él fuera a ser física, visible. Pero su presencia espiritual significaría también que este “mundo”, o “sistema de cosas”, inicuo habría entrado en su “conclusión”, o tiempo del fin. Y para los cristianos esto significaría que la ‘liberación de ellos se estaría acercando’. Sí, significaría que “está cerca el reino de Dios”.
¿No es ésta la esencia misma de la esperanza del cristiano? ¿No es el mismísimo asunto por el cual a todos los cristianos se les enseñó a orar, a saber: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo”? (Mateo 6:9, 10, Biblia de Jerusalén.) Lógicamente, ¿no deberían los católicos que repiten su paternóster, o los miembros de otras iglesias que hacen la Oración del Señor, ser vigilantes para ver cumplidas sus oraciones? ¿O pudiera ser que las enseñanzas de sus iglesias hayan quitado el sentido de esa oración casi por completo, de modo que les quede poco que esperar?
Por qué no quedan muchos que sean vigilantes
Los cristianos habían de estar a la expectativa de la señal de la presencia (en griego, parousía, que se traduce “venida” en muchas versiones de la Biblia) de Cristo. ¿Por qué? Porque esto significaría que su propia liberación, el Reino de Dios y el fin del “mundo”, o actual “sistema de cosas” inicuo, estarían cerca. Las diversas iglesias de la cristiandad deberían haber ayudado a sus miembros a mantenerse alerta en sentido espiritual para que no se les hallara durmiendo cuando llegara el Amo. ¿Han cumplido las iglesias su misión al respecto?
Una erudita obra de consulta declara: “A medida que fue pasando el tiempo sin que la parousía tuviera lugar, ésta se fue alejando cada vez más hacia el futuro en lo que toca a la iglesia, y con el tiempo corrió el riesgo de quedar abandonada del todo como artículo de fe”.—The New International Dictionary of New Testament Theology.
Esto, de hecho, es lo que ha ocurrido. Las iglesias de la cristiandad han abandonado el estado de vigilancia cristiana que Jesús mandó a sus discípulos que nunca descuidaran. Ya no están alerta a la presencia de Cristo y a la venida del Reino de Dios. Han buscado razones para despedir de la mente la expectación de “la conclusión del sistema de cosas”, o “el fin del mundo”.
La enciclopedia francesa QUID 1984, de un solo tomo, da una definición al día de la creencia religiosa relacionada con el fin del mundo. Bajo “Características de la religión católica”, dice: “La Iglesia actualmente parece definir el fin del Mundo como la prueba individual que cada persona afronta cuando muere”. The New Encyclopædia Britannica extiende el problema y declara: “Las iglesias cristianas de mayor fama descartaron la escatología [la enseñanza sobre las “últimas cosas”] o como algo sin sentido o como un mito insignificante”.
De modo que, ¿cuál es la sorprendente, pero ineludible, respuesta a la pregunta: “¿Qué le ha sucedido al estado de vigilancia de los cristianos?”? “Las iglesias cristianas de mayor fama”, a saber, la Iglesia Católica Romana, la Ortodoxa Oriental y las protestantes principales han acabado con él. Aunque los miembros de estas iglesias no tienen la culpa, muchos de ellos tal vez se pregunten cómo y por qué buscó su iglesia razones para despedir de la mente la expectación cristiana de la presencia de Cristo, la venida del Reino de Dios y el fin del actual sistema de cosas inicuo. Los hechos históricos que llevaron a esto se examinarán en el siguiente artículo.
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Cómo se desvaneció la expectación cristianaLa Atalaya 1984 | 1 de diciembre
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Cómo se desvaneció la expectación cristiana
JESÚS dijo a sus discípulos que ‘se mantuvieran alerta’ a Su presencia y a la venida de Su Reino (Marcos 13:37). En las Escrituras Griegas Cristianas hay suficiente evidencia que prueba que los cristianos del primer siglo hicieron precisamente eso. De hecho, algunos se impacientaron bastante (2 Tesalonicenses 2:1, 2). Por otra parte, para prevenir cualquier descuido respecto a la expectación cristiana, Pablo, Santiago, Pedro y Juan escribieron cartas en que exhortaron a sus hermanos a mantenerse alerta en sentido espiritual mientras esperaban pacientemente la “presencia” de Cristo y el “día de Jehová”. (Hebreos 10:25, 37; Santiago 5:7, 8; 1 Pedro 4:7; 2 Pedro 3:1-15; 1 Juan 2:18, 28.)
Varias obras de consulta que han publicado historiadores y teólogos de la cristiandad reconocen ese hecho. En el extenso Supplément del renombrado Dictionnaire de la Bible, católico francés, se declara lo siguiente: “Es inútil tratar a toda costa de negar el estado de expectación tocante al fin que se hace patente en la mayoría de los textos del Nuevo Testamento. [...] En el cristianismo primitivo [...] la expectación de la Parousía [presencia] desempeña una parte esencial, y se prolonga desde el principio del N[uevo] T[estamento] hasta el final”.
Pero ¿por qué “tratan a toda costa de negar el estado de expectación tocante al fin” que se hizo patente entre los cristianos primitivos algunos teólogos de la cristiandad? Sin duda, para justificar el estado de letargo espiritual que se manifiesta hoy día entre muchos que afirman ser cristianos y entre sus líderes espirituales. ¿Cómo ocurrió este cambio?
Cómo se desvaneció la expectación
El que los cristianos descuidaran su expectación fue una de las consecuencias de la apostasía que ya había comenzado a manifestarse aun antes de la muerte de los apóstoles de Cristo. El apóstol Pablo advirtió que la apostasía ‘ya estaba obrando’ dentro de la congregación cristiana en sus días (2 Tesalonicenses 2:3, 4, 7). Unos cuantos años más tarde, el apóstol Pedro puso a sus compañeros cristianos en guardia contra “falsos maestros” y “burlones” que decían: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación”. (2 Pedro 2:1; 3:3, 4.)
Es interesante notar que los que creyeron la verdad bíblica de que la prometida “presencia” de Jesús anunciaría que su reinado de mil años sobre la Tierra estaba cerca mantuvieron por un tiempo la debida expectación cristiana. Justino el Mártir (murió c. 165 E.C.), Ireneo (murió c. 202 E.C.) y Tertuliano (murió después de 220 E.C.) creían en el reinado milenario de Cristo, y recomendaron el estar a la espera ansiosa del fin del actual sistema de cosas inicuo.
A medida que pasó el tiempo y se desarrolló la apostasía, la esperanza milenaria de que la Tierra sería transformada en un Paraíso mundial bajo el Reino de Cristo fue reemplazada gradualmente por una expectación imaginaria que se basaba en el concepto filosófico griego de la inmortalidad inherente de los humanos. La esperanza del Paraíso se cambió de estar en la Tierra a estar en el cielo, y se alcanzaba al morir. Así decayó la expectación cristiana sobre la parousía, o presencia, de Cristo y la venida de su Reino. ‘¿Por qué esperar ansiosamente la señal de la presencia de Jesús —razonaron ellos—, si uno puede tener la esperanza de unirse a Cristo en el cielo al morir?’
Este desvanecimiento del estado de vigilancia de los cristianos movió a los cristianos apóstatas a organizarse y formar una iglesia bien estructurada que ya no tenía la vista fija en la venidera parousía, o presencia, de Cristo, sino, más bien, en dominar a sus miembros y, si fuera posible, al mundo. The New Encyclopædia Britannica declara: “La dilación [aparente] de la Parousía resultó en que se debilitara la expectación marcada con un sentido de inminencia en la iglesia primitiva. En este proceso de ‘desescatologizar’ [debilitamiento de la enseñanza de las “últimas cosas”], la iglesia institucional reemplazó cada vez más el esperado Reino de Dios. La formación de la Iglesia Católica como institución jerárquica tiene relación directa con la decadencia de la expectación caracterizada por un sentido de inminencia”.
Se da el golpe de gracia
El “padre”, o “doctor”, de la iglesia que dio el golpe de gracia al estado de vigilancia de los cristianos fue indudablemente Agustín de Hipona (354-430 E.C.). En su famosa obra La ciudad de Dios, Agustín declaró: “La iglesia actualmente en la Tierra es tanto el reino de Cristo como el reino del cielo”.
The New Bible Dictionary explica el efecto que este punto de vista tuvo en la teología católica, al declarar: “En la teología católica romana, un rasgo distintivo es la identificación del reino de Dios y de la Iglesia en la administración terrestre, una identificación que se debe principalmente a la influencia de Agustín. Mediante la jerarquía eclesiástica, se actualiza a Cristo como Rey del reino de Dios. El área del reino tiene las mismas fronteras que el poder y la autoridad de la Iglesia. El reino del cielo se extiende mediante la misión y el progreso de la Iglesia en el mundo”.
Esto eliminó toda necesidad de ‘mantenerse alerta’ a la señal que mostraría que el Reino de Dios estaría cerca. Al escribir en The New Encyclopædia Britannica, el profesor E. W. Benz confirma esto, diciendo: “Él [Agustín] restó importancia a la inminencia de la expectación original al declarar que el Reino de Dios ya había empezado en este mundo con la institución de la iglesia; la iglesia es la representante histórica del Reino de Dios en la Tierra. La primera resurrección, según Agustín, sucede constantemente dentro de la iglesia en la forma del sacramento del Bautismo, mediante el cual se introduce a los fieles en el Reino de Dios”.
Además, Agustín fue quien finalmente logró que la cristiandad abandonara la esperanza bíblica del reinado de mil años de Jesucristo, durante el cual Él restauraría el Paraíso en la Tierra (Revelación 20:1-3, 6; 21:1-5). The Catholic Encyclopedia reconoce: “San Agustín finalmente se adhirió a la convicción de que no habrá ningún milenio. [...] El sábado de mil años, después de los seis mil años de historia, es el todo de la vida eterna; o, en otras palabras, el número mil tiene el propósito de expresar perfección”. La Macropædia Britannica (1977) añade: “Para él [Agustín], el milenio había llegado a ser un estado espiritual en que había entrado la iglesia colectivamente en el Pentecostés. [...] No se esperaba ninguna intervención sobrenatural inminente en la historia”. Así, para los católicos, la oración “venga tu reino” llegó a carecer de sentido.
Oscuridad medieval
Se nos dice que la interpretación de Agustín “se convirtió en doctrina corriente en la edad media”. Por consiguiente, la expectación de los cristianos bajó a un nivel sin precedente. Leemos: “En la cristiandad del medievo, la escatología del Nuevo Testamento recibió su lugar en un sistema dogmático del cual los cimientos filosóficos fueron al principio platónicos [del filósofo griego Platón] y, más tarde en el occidente, aristotélicos [del filósofo griego Aristóteles]. Los conceptos tradicionales acerca de la parusía, la resurrección, y así por el estilo, fueron fusionados con ideas griegas acerca del alma y su inmortalidad. [...] El cristianismo del medievo [...] [dejaba] poco lugar para la pasión escatológica. Sin embargo, esta pasión no estaba muerta; tenía vida en ciertos movimientos heréticos”. (Encyclopædia Britannica, edición de 1970.)
La Iglesia Católica Romana habla con desprecio de esos “movimientos heréticos” y los llama “sectas milenaristas”. Sus historiadores hablan con desdoro del “temor respecto al año 1000”. Pero ¿quiénes tenían la culpa de que el pueblo tuviera miedo de que el mundo se acabara en el año 1000? Este “temor” fue un resultado directo de la teología del “santo” católico llamado Agustín. Éste afirmó que Satanás había sido atado durante el primer advenimiento de Cristo. Puesto que Revelación 20:3, 7, 8 dice que Satanás sería atado por 1000 años y luego “soltado [...] [para] seducir a las naciones” (Biblia de Jerusalén), no es de extrañar que algunas personas del siglo X temieran lo que pudiera suceder en el año 1000.
Por supuesto, la Iglesia Católica Romana oficial condenó este “temor”, como lo hizo el abad cisterciense Joaquín de Fiore, quien predijo el fin de la era cristiana para el año 1260. Finalmente, en 1516, en el Quinto Concilio de Letrán, el papa León X prohibió oficialmente que cualquier católico predijera cuándo habían de venir el Anticristo y el Juicio Final. ¡La violación de dicha ley acarreaba la sanción de excomunión!
Razonamiento protestante
En teoría, durante la Reforma del siglo XVI, con su presunto objetivo de volverse a la Biblia, debería haberse presenciado el resurgimiento de la expectación cristiana. Y así fue por un tiempo. Pero en este asunto, como en muchos otros, la Reforma no cumplió con sus promesas. No señaló el regreso al verdadero cristianismo bíblico. Las iglesias protestantes que fueron el fruto de la Reforma perdieron rápidamente su estado de vigilancia cristiana y cedieron al mundo actual.
Leemos: “No obstante, las iglesias que surgieron de la Reforma pronto se convirtieron en iglesias institucionales regionales [nacionales], que a su vez reprimieron la expectación respecto al tiempo del fin, y así la doctrina de las ‘últimas cosas’ llegó a ser un apéndice de la dogmática”. “En el liberalismo religioso que surgió, especialmente entre protestantes y judíos, hacia fines del siglo XVIII y durante el siglo XIX, no hubo lugar para la escatología. Ésta se consideró parte de los atavíos toscos, primitivos y desgastados de la religión tradicional, de modo que ya no se podían aceptar en un siglo ilustrado como aquél. En la mayoría de los casos, se abandonaron por completo las ideas escatológicas, y se propuso una simple inmortalidad del alma después de la muerte como el fin del hombre. Otros teólogos volvieron a interpretar la expectación respecto al Reino de Dios en términos éticos, casi místicos, o sociales.” (Encyclopædia Britannica.)
Así, en lugar de ayudar a los cristianos a ‘mantenerse alerta’ a la presencia de Cristo y a la venida del Reino de Dios, los teólogos protestantes han buscado razones para despedir de la mente la verdadera expectación cristiana. Para muchos de ellos, “el reino de Dios [...] llegó a concebirse cada vez más en sentido individualista; es la soberanía de la gracia y la paz en el corazón de los hombres”. Para otros, “la venida del reino consiste en el adelanto de la justicia social y el desarrollo comunal”. (The New Bible Dictionary, protestante.)
Expectaciones católicas
Por lo menos en teoría, los católicos deberían estar alerta en sentido espiritual a la presencia de Cristo. A pesar de que la teología de Agustín puso fin a la expectación respecto al Reino y a la esperanza milenaria de los católicos, el dogma de la Iglesia Romana todavía incluye el deber cristiano de mantenerse en espera de la vuelta de Cristo. Por ejemplo, la Congregación para la Doctrina de la Fe, con sede en el Vaticano, envió una carta a los obispos católicos por todo el mundo, aprobada por el papa Juan Pablo II y con fecha del 17 de mayo de 1979, donde declaró: “De acuerdo con la Sagrada Escritura, la Iglesia aguarda ‘la gloriosa manifestación de Nuestro Señor Jesucristo’”.
Eso es lo que la Iglesia Católica enseña en teoría. Pero en la práctica, ¿cuántas veces oye el católico de término medio a su sacerdote predicar acerca de lo necesario que es mantenerse alerta a la presencia de Cristo y a la venida del Reino de Dios? Es interesante notar que el propósito mismo de la carta susodicha de la curia romana fue “fortalecer la fe de los cristianos en relación con puntos que se han puesto en duda”. Pero ¿por qué han puesto en duda la vuelta de Cristo personas que afirman ser cristianas? ¿Pudiera ser que las siguientes citas de The New Encyclopædia Britannica den la respuesta? “La iglesia ha descuidado por mucho tiempo las enseñanzas acerca de toda la esfera de las últimas cosas.” “Desde la Reforma, la Iglesia Romana ha sido casi inmune a movimientos escatológicos.”
El estado de vigilancia cristiano no está muerto
La expectación cristiana se desvaneció dentro de las iglesias de la cristiandad porque éstas abandonaron las claras verdades de la Biblia y prefirieron seguir la filosofía griega y la teología de “San” Agustín. Los siguientes artículos muestran que los siervos verdaderos de Dios siempre han vivido en expectación de la presencia de Cristo, y que hoy día hay un pueblo que ha demostrado su expectación cristiana a través de los años y que ha vuelto a descubrir una maravillosa esperanza que usted puede tener. Sírvase continuar leyendo, y luego pida a un testigo de Jehová que le ayude a ‘mantenerse alerta’ al cumplimiento de esa esperanza bíblica.
[Comentario en la página 5]
“Es inútil [...] negar el estado de expectación tocante al fin que se hace patente en la mayoría de los textos del Nuevo Testamento”
[Comentario en la página 6]
Agustín sostuvo que la iglesia en la Tierra es el Reino de Cristo
[Comentario en la página 7]
El papa León X prohibió que cualquier católico predijera cuándo vendría el Juicio Final
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¡Felices son aquellos a quienes se halle vigilando!La Atalaya 1984 | 1 de diciembre
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¡Felices son aquellos a quienes se halle vigilando!
“¡Felices son aquellos esclavos a quienes el amo al llegar halle vigilando!” (LUCAS 12:37.)
1. ¿Por qué ‘se han mantenido siempre en expectación de él’ los siervos de Jehová?, pero ¿qué pregunta se puede hacer respecto a las iglesias de la cristiandad?
“JEHOVÁ es un Dios de juicio. Felices son todos los que se mantienen en expectativa de él.” (Isaías 30:18.) Desde que Jehová dio el anuncio de que la Serpiente sería derrotada finalmente y de que habría liberación mediante la Descendencia Prometida, sus fieles siervos han vivido en expectación del cumplimiento de dicha promesa (Génesis 3:15). Pero ¿están los teólogos de la cristiandad ayudando a los miembros de sus iglesias a mantenerse vigilantes respecto a esa liberación final que nos librará de Satanás y su descendencia?
2. ¿Por qué deberían estar las “naciones” en expectación de “Silo”?
2 En la profecía que dio en su lecho de muerte, Jacob predijo que la Descendencia de la promesa vendría mediante la tribu de Judá. Al dar a la Descendencia el nombre simbólico de Silo, Jacob declaró que “a él pertenecerá la obediencia de los pueblos”. De acuerdo con la Versión de los Setenta, en griego, Silo “será la expectación de las naciones” (Génesis 49:10). Con más razón deberían las “naciones” estar esperando a Silo debido a que Jehová dijo a Abrahán, abuelo de Jacob, lo siguiente: “Por medio de tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra” (Génesis 22:18). Pero primero esta Descendencia, Silo, o el Mesías, tendría que venir a la Tierra entre los descendientes de Abrahán y nacer en la tribu de Judá.
Resto de judíos vigilantes
3. ¿Qué declara Lucas sobre la expectación del pueblo judío en 29 E.C.? ¿Confirma esto la historia?
3 El historiador judío Lucas declara que “en el año decimoquinto del reinado de Tiberio César [29 E.C.]”, “[estaba] el pueblo en expectativa y todos discurriendo en sus corazones acerca de Juan [el Bautizante]: ‘¿Acaso será él el Cristo [hebreo: Mashíach, Mesías]?’” (Lucas 3:1, 15). ¿Confirma la historia seglar esta declaración de Lucas? En la nueva edición en inglés del libro History of the Jewish People in the Age of Jesus Christ, de Emil Schürer, se hace la siguiente pregunta: “¿Se mantuvo constantemente viva entre la gente esta esperanza [la expectación mesiánica]?”. En contestación, declara: “Durante los últimos siglos precristianos, y especialmente en el primer siglo A.C., una vez más cobró gran vida, tal como lo muestran de manera tan decisiva los Pseudepigrapha [literatura apocalíptica judía], los Qumram [escritos de una comunidad del mar Muerto], Josefo y los Evangelios. [...] Las visiones del libro de Daniel [...] ejercieron profunda influencia en la formación de la idea mesiánica”.
4, 5. a) ¿Por qué esperaban los judíos al Mesías en aquel entonces, y cómo se confirma esto? b) ¿Qué clase de Mesías esperaban muchos judíos?, pero ¿a quiénes reveló Jehová la venida del verdadero Mesías?
4 Al comentar sobre Mateo 2:2, cierto erudito escribió: “En aquel tiempo predominaba la expectación de que cierto personaje extraordinario iba a aparecer en Judea. Los judíos esperaban ansiosamente la venida del Mesías. Mediante calcular el tiempo que Daniel menciona (cap. IX. Da 9:25-27), sabían que se acercaba el período en que debería aparecer el Mesías”. También se puede declarar que los historiadores romanos Suetonio y Tácito, al igual que los historiadores judíos Josefo y Filón, mencionan este estado de expectación. La publicación francesa Manuel Biblique, por Bacuez y Vigouroux (tomo 3, página 191), confirma esto, y declara: “La gente sabía que las setenta semanas de años fijadas por Daniel estaban llegando a su fin; a nadie le sorprendió oír a Juan el Bautista anunciar que el reino de Dios se había acercado”.
5 Por lo tanto, hay prueba histórica de que los judíos esperaban la llegada del Mesías, o la Descendencia Prometida, y de que esta expectación se debía al hecho de que vigilaban en espera del cumplimiento de una profecía respecto a tiempoa (Daniel 9:24-27). Es cierto que la mayoría de los judíos del primer siglo que pertenecían a las diversas sectas del judaísmo esperaban a un Mesías político que, como se declara en The Concise Jewish Encyclopedia, “destruiría a los enemigos de Israel y establecería una era perfecta de paz y perfección”. Pero un resto de judíos fieles vigilaban atentamente en espera del verdadero Mesías. Entre éstos estuvieron Zacarías y Elisabet, los padres de Juan el Bautizante, Simeón, Ana, José y María (Mateo 1:18-21; Lucas 1:5-17, 30, 31, 46, 54, 55; 2:25, 26, 36-38). Fue a éstos, y no a los líderes religiosos del judaísmo, a quienes Jehová confirmó lo que la profecía de tiempo dada por Daniel les había permitido que esperaran con vigilancia, a saber, la venida de la Descendencia Prometida, o Mesías, ‘cuando llegara el límite cabal del tiempo’. (Gálatas 4:4.)
Vigilancia de los cristianos primitivos
6. ¿Cómo se criaba a los jóvenes judíos, y cómo contribuyó esto a que algunos de ellos llegaran a ser discípulos de Jesús?
6 José y María sabían que el niño que ellos estaban criando, Jesús, había de llegar a ser el Mesías. Al hablar acerca de su crianza, The New Encyclopædia Britannica declara: “Lo más probable es que Jesús creciera en el ambiente piadoso cultivado en el hogar y en la sinagoga (que incluía el estudio de la Biblia, la obediencia a la Ley, la oración y la expectación de la venida final del Mesías)”. En otros jóvenes que fueron criados en los hogares del fiel resto judío se inculcó la esperanza mesiánica, y esta expectación apropiada permitió que por lo menos algunos de ellos aceptaran con prontitud la invitación de llegar a ser discípulos de Jesús. (Marcos 1:17-20; Juan 1:35-37, 43, 49.)
7. a) ¿Enseñó Jesús que el Reino se halla dentro del cristiano individual? b) ¿Respecto a qué tenían que mantenerse vigilantes los cristianos?
7 Hacia el fin de su ministerio terrestre, Jesús enseñó a sus discípulos a mantenerse vigilantes respecto a su futura “presencia” y la venida de su Reino. La Britannica declara: “Estos temas tradicionales del fin del mundo, el Juicio Final y el nuevo mundo de Dios no faltan en los dichos de Jesús que se conservan en la tradición evangélica. Así, Jesús de ningún modo ha transformado el Reino del Cielo en una experiencia puramente religiosa del alma humana del individuo ni dado a la expectación escatológica judía el sentido de un proceso evolutivo inmanente en el mundo, ni de una meta que pudiera alcanzarse mediante esfuerzo humano. [...] Él ni compartió ni alentó la esperanza en un mesías nacional [...] ni dio apoyo a los esfuerzos de los zelotes para acelerar la venida del Reino de Dios”. No; él dio a los cristianos una señal que tenía diversos aspectos, mediante la cual podrían reconocer primero la proximidad de la destrucción de Jerusalén, y entonces, mucho después, discernir la ‘señal de su presencia y de la conclusión del sistema de cosas’. (Mateo 24:3 a 25:46; Lucas 21:20-22.)
8. ¿Qué muestra que Jesús no creía que dentro de muy poco entraría en el Reino?, y, por eso, ¿qué consejo dio a sus seguidores?
8 Librepensadores y hasta algunos teólogos de la cristiandad afirman que los cristianos primitivos creían que la parousía, o presencia, de Cristo acontecería en el tiempo de ellos. Hasta hay quienes sugieren que Jesús mismo creía que él entraría en su Reino muy pronto. Pero en las ilustraciones de los talentos y las minas Jesús mostró que sería solo “después de mucho tiempo” cuando regresaría con poder real y ajustaría cuentas con los esclavos a quienes él había confiado sus pertenencias (Mateo 25:14, 19; Lucas 19:11, 12, 15). Y en su profecía de la ‘señal de su presencia y de la conclusión del sistema de cosas’ admitió que “ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre” sabía ‘el día y la hora’ en que vendría el fin. Añadió: “Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor”. (Mateo 24:3, 14, 36, 42.)
9. ¿Dio el apóstol Pablo la impresión de que creía que la presencia de Cristo fuera inminente en su día? Explique.
9 En cuanto a la creencia de los cristianos primitivos respecto a la inminencia de la presencia de Cristo, una obra de referencia eruditab declara: “El suponer que Pablo esperaba pronto la parusía, según 1 Tesalonicenses, está lejos de ser irrefutable. Ya en 1 Tesalonicenses 5:10 Pablo mostró estar consciente de la posibilidad de su muerte. No se puede descartar la posibilidad de que al hablar de ‘nosotros’ en 1 Tesalonicenses 4:15 y 17 Pablo se estaba identificando con la última generación, sin que necesariamente supusiera que él mismo pertenecía a ella”. En su segunda carta a Timoteo, Pablo declaró claramente que no esperaba recibir su recompensa sino hasta “aquel día”, el día de la “manifestación” de Cristo en su Reino, cuando llegara el tiempo en que Él ‘juzgaría a los vivos y a los muertos’. (2 Timoteo 4:1, 8.)
10. ¿Cómo resultó ser salvador de vidas en el caso de los cristianos de Judea del primer siglo el que, apropiadamente, se mantuvieran a la expectativa como cristianos?
10 Mientras esperaban la presencia de Jesucristo y la llegada de su Reino, los cristianos habían de mantenerse vigilantes. Apropiadamente, el que los cristianos judíos se mantuvieran a la expectativa les permitió reconocer la señal que Jesús había dado respecto a la cercana destrucción de Jerusalén (Lucas 21:20-24). Cuando Cestio Galo atacó a Jerusalén en 66 E.C., los cristianos vigilantes se aprovecharon de la súbita e inexplicable retirada de él para huir tanto de la ciudad como del territorio circunvecino a ésta en Judea. De acuerdo con los historiadores de la iglesia primitiva Hegesipo, Eusebio y Epifanio, los cristianos de Judea se refugiaron al otro lado del Jordán en un lugar llamado Pela. El que se mantuvieran despiertos en sentido espiritual los libró de la muerte o del cautiverio cuando los ejércitos romanos, bajo el mando del general Tito, regresaron en 70 E.C. y destruyeron a Jerusalén. ¡Qué felices han de haberse sentido aquellos cristianos por haberse mantenido vigilantes!
La expectación cristiana después del 70 E.C.
11, 12. ¿Qué actitud apropiada habían de manifestar los cristianos después de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C., y cómo los protegería esto?
11 Puesto que la presencia de Jesús habría de acontecer solo “después de mucho tiempo”, ¿qué actitud apropiada habían de manifestar los cristianos después de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C. y durante los siglos por venir hasta el tiempo del fin? ¿Habría de quitársele el calor de la vitalidad a la expectación cristiana, “meterla en hielo”, por decirlo así? ¡No! El apóstol Juan escribió sus tres cartas y la Revelación, o Apocalipsis, después de 70 E.C. En su primera carta, Juan da advertencia en contra del “anticristo”, y dice a los cristianos que se mantengan en unión con Cristo mientras esperan Su “presencia” y Su manifestación (1 Juan 2:18, 28; 3:2). En las tres cartas, Juan advierte contra los apóstatas. En cuanto a la Revelación, desde el principio hasta el final está orientada hacia la venida de Cristo en la gloria de su Reino, y su penúltima expresión es: “¡Amén! Ven, Señor Jesús”. (Revelación 22:20.)
12 Los cristianos tenían que estar orientados hacia la parousía. Es decir, día tras día tenían que vivir en expectación de la “presencia” de Cristo. Ernst Benz, profesor de historia eclesiástica, escribe: “Las ‘últimas cosas’ eran las primeras cosas, en términos de urgencia, para los fieles de la iglesia primitiva. El tema central de su fe y esperanza era el venidero Reino de Dios”. Aunque el Reino no llegara durante su vida, esta actitud apropiada de expectación protegería a los cristianos contra la soñolencia espiritual y contra el envolverse en el mundo de Satanás. (1 Juan 2:15-17.)
13, 14. ¿Qué dos extremos existían entre los cristianos apóstatas del segundo y tercer siglos de la E.C.?
13 Cierto es que, a medida que se desarrollaba la apostasía después de la muerte de los apóstoles, hubo quienes se formaron ideas erróneas respecto a la proximidad de la venida de Cristo en su Reino. En su obra The Early Church and the World (La iglesia primitiva y el mundo), C. J. Cadoux declara: “Tanto Ireneo [del segundo siglo E.C.] como Hipólito [de fines del segundo siglo E.C. y principios del tercero] creían que era posible calcular con cierto grado de exactitud el tiempo en que vendría el fin”. Algunos, debido a cronología inexacta, pensaban que casi habían pasado 6.000 años de historia humana y que el advenimiento del séptimo milenio estaba cerca. Por supuesto, estaban equivocados. Pero por lo menos estaban esforzándose por mantenerse despiertos en sentido espiritual.
14 Por otro lado, la mayoría de los cristianos apóstatas perdieron todo sentido de urgencia y de expectación respecto al Reino. El Theological Dictionary of the New Testament nos informa: “Al dejar que influyera en ellos la [filosofía] metafísica de Platón y la ética de los estoicos, los apologistas cristianos [los “padres” de la iglesia del segundo siglo y de principios del tercero] dieron poco uso al concepto del reino de Dios. En cuanto a la escatología de ellos, está dominada por la idea de la perfección del cristiano individualmente. [...] Los conceptos griegos de la inmortalidad, la vida eterna y el conocimiento son más importantes que el concepto bíblico del [Reino de Dios]. [...] De manera similar, en Orígenes [c. 185–c. 254 E.C.] [...] apenas hay lugar para el mensaje bíblico del reino de Dios”.
15. A medida que se desarrolló la apostasía, ¿qué actitud adoptaron las iglesias que gozaban de reconocimiento respecto a la enseñanza relacionada con las “últimas cosas”?
15 Principalmente, ésta fue la actitud que imperó durante siglos entre las llamadas iglesias cristianas. The Encyclopædia Britannica revela: “Desde el tiempo del emperador romano Constantino (que murió en 337), se ha entendido que el reconocimiento político del cristianismo es una esperanza en el Reino de Cristo ya realizada. La escatología futurista continuó existiendo entre las sectas clandestinas bajo represión”. “En el período que precedió a la Reforma del siglo XVI, grupos heréticos [...] acusaron a la Iglesia de Roma de haber traicionado la expectación escatológica caracterizada por inminencia que se tenía originalmente”.
‘Felices son aquellos a quienes se halle vigilando’
16. ¿Qué grupos aparecieron en el siglo XIX, y qué creían algunos de ellos?
16 Puesto que “las iglesias cristianas que gozaban de mayor reconocimiento” ya no se mantenían vigilantes respecto a la presencia de Cristo y su investidura con poder del Reino, quedó de parte de los “grupos heréticos”, como dichas iglesias los llamaban, mantenerse vigilantes. En el siglo XIX aparecieron varios de estos grupos en países donde la Biblia y los medios para estudiarla estaban al alcance de la gente común. Las iglesias principales, para quienes había dejado de tener sentido toda enseñanza respecto a las “últimas cosas”, llamaban desdeñosamente adventistas o milenarios a dichos grupos, puesto que éstos vigilaban en espera del segundo advenimiento de Cristo y creían que Cristo reinaría por mil años. Muchos de estos grupos esperaban que Cristo volvería a la Tierra para establecer su Reino milenario. Algunos de ellos calcularon que el segundo advenimiento de Cristo acontecería en 1835 (los irvinguistas, en Inglaterra), 1836 (los seguidores de Bengel, en Alemania), 1843 (los seguidores de Miller, en los Estados Unidos) y 1889 (grupo menonita de Rusia).
17, 18. ¿Cómo reaccionaron las iglesias reconocidas de la cristiandad?, pero ¿qué dijo Jesús que buscaría cuando ‘llegara’?
17 Por supuesto, “las iglesias cristianas que gozaban de mayor reconocimiento” se regocijaron cuando tales predicciones fallaron. Ciertamente la Iglesia Católica, las iglesias ortodoxas y las principales iglesias protestantes no cometieron errores como aquéllos. Para ellas, la enseñanza sobre las “últimas cosas” ‘carecía de significado’. Hacía mucho tiempo que habían cesado de ‘mantenerse alerta’. (Marcos 13:37.)
18 Sin embargo, Jesús dijo a sus discípulos: “¡Felices son aquellos esclavos a quienes el amo al llegar halle vigilando! [...] ¿Quién es verdaderamente el mayordomo fiel, el discreto, a quien su amo nombrará sobre su servidumbre para que siga dándoles su medida de víveres a su debido tiempo? ¡Feliz es aquel esclavo, si al llegar su amo lo hallare haciéndolo así!”. (Lucas 12:37-43.)
19, 20. a) ¿Qué grupo apareció en la escena en la séptima década del siglo pasado, y por qué se desasociaron de otros grupos? b) ¿Qué revista llegó a ser el órgano oficial de este grupo, y cómo ha ayudado esta revista a una cantidad cada vez mayor de cristianos verdaderos?
19 Entre los llamados grupos heréticos que durante el último tercio del siglo XIX estaban vigilando para notar la señal de la vuelta de Cristo había un grupo de personas que estudiaban la Biblia, presidido por Charles Russell, en Pittsburgo, Estados Unidos. Russell escribió: “Desde 1870 hasta 1875 fue un tiempo de aumento constante en gracia, en conocimiento y en amor a Dios y Su Palabra. [...] No obstante, en aquel entonces solamente estábamos percibiendo el bosquejo del plan de Dios y desaprendiendo muchos errores que habíamos acariciado por mucho tiempo. [...] Nos sentimos grandemente apenados a causa del error de los segundo-adventistas, que esperaban a Cristo en la carne”.
20 Russell y sus asociados entendieron en poco tiempo que la presencia de Cristo sería invisible. Se desasociaron de otros grupos y, en 1879, comenzaron a publicar alimento espiritual en Zion’s Watch Tower and Herald of Christ’s Presence (La Torre del Vigía de Sión y Heraldo de la Presencia de Cristo). Desde el primer año en que se publicó, esta revista señaló al año 1914, a base de sólidos cálculos bíblicos, como una fecha que señalaría una nueva época en la cronología bíblica. Por eso, cuando la presencia invisible de Cristo comenzó en 1914, ¡qué felices se sintieron aquellos cristianos de que se les hubiera hallado vigilando! Por más de un siglo, esta revista, que ahora se llama La Atalaya... Anunciando el Reino de Jehová ha ayudado a una cantidad cada vez mayor de cristianos verdaderos a ‘seguir mirando y mantenerse despiertos’ (Marcos 13:33). En el siguiente artículo se considerará cómo, exactamente, se ha hecho esto.
[Notas a pie de página]
a Para una consideración completa de esta profecía de tiempo, vea “Venga tu reino”, páginas 58-66.
b The New International Dictionary of New Testament Theology, tomo 2, página 923.
Preguntas de repaso
◻ ¿De qué es prueba la expectación mesiánica judía del primer siglo?
◻ ¿Cómo se beneficiaron los cristianos de Judea debido a mantenerse vigilantes?
◻ ¿Qué efecto tuvo la apostasía en la expectación cristiana?
◻ ¿Qué clase de esclavo buscaría Cristo a medida que se acercara el fin?
◻ ¿Qué grupo de cristianos satisfacía dichos requisitos, y qué revista les ayudaba a este respecto?
[Ilustración en la página 12]
Los publicadores de esta revista siempre se han mantenido vigilantes
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¡Manténganse listos!La Atalaya 1984 | 1 de diciembre
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¡Manténganse listos!
“Manténganse listos, porque a una hora que menos piensen viene el Hijo del hombre.” (LUCAS 12:40.)
1. ¿Qué dijo Cristo acerca de lo necesario de mantenerse alerta?
JESUCRISTO instó a sus seguidores a estar alerta. Por ejemplo, dijo: “Ustedes, pues, estén alerta; les he dicho todas las cosas de antemano. [...] Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en las nubes con gran poder y gloria. [...] Respecto a aquel día o la hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Sigan mirando, manténganse despiertos, porque no saben cuándo es el tiempo señalado. Es semejante a un hombre que, viajando al extranjero, dejó su casa y dio la autoridad a sus esclavos, a cada uno su trabajo, y mandó al portero que se mantuviera alerta. Por lo tanto manténganse alerta, porque no saben cuándo viene el amo de la casa, si tarde en el día o a medianoche o al canto del gallo o muy de mañana; para que cuando llegue de súbito, no los halle durmiendo. Mas lo que les digo a ustedes, a todos lo digo: Manténganse alerta”. (Marcos 13:23-37.)
2. ¿Por qué implica vigilancia la oración modelo, pero cómo han restado vitalidad las iglesias de la cristiandad la espera por el Reino?
2 Los artículos anteriores han provisto prueba abundante de fuentes neutrales que muestran que las iglesias de la cristiandad no se han ‘mantenido alerta’. De acuerdo con The Catholic Encyclopedia, éstas han restado vitalidad a la espera por el Reino al afirmar que “el reino de Dios significa [...] la gobernación de Dios en nuestro corazón”, quitando así todo sentido a la oración modelo, o el padrenuestro. Sin embargo, The New Encyclopædia Britannica declara: “Las peticiones del padrenuestro presuponen la circunstancia profundamente angustiosa de que se está insultando el nombre y la voluntad de Dios, de que su Reino todavía no ha venido”. Sí, la oración modelo presupone un estado de vigilancia. ¿Qué cosas, específicamente, tenían que seguir esperando en estado alerta los cristianos?
¿Respecto a qué estar “alerta”?
3. ¿Por qué no podían los cristianos pasar por alto el factor tiempo?
3 Un examen cuidadoso de las profecías bíblicas relacionadas con las “últimas cosas” revela las cosas específicas respecto a las cuales los cristianos tienen que ‘mantenerse alerta’. Primero, no habían de perder de vista el factor tiempo, pues Jesucristo habló de un “tiempo señalado” que solo su Padre conocía (Marcos 13:32, 33). Además, Jesús dijo a sus discípulos que Jerusalén sería ‘pisoteada por las naciones, hasta que se cumplieran los tiempos señalados de las naciones [gentiles]’ (Lucas 21:24). Naturalmente, Jesús proveyó esta información a sus discípulos para ayudarles a identificar el tiempo del fin, ya que ésta es parte de Su respuesta a la pregunta: “Maestro, ¿cuándo realmente serán estas cosas, y qué será la señal cuando estas cosas están destinadas a suceder?”. (Lucas 21:7.)
4. ¿En espera de qué “señal” tenían que mantenerse alerta los cristianos?
4 Además de prestar atención al factor tiempo, los cristianos tenían que estar alerta a la “señal” que se había pedido, la cual se menciona también en Mateo 24:3 y Marcos 13:4. Esta señal de muchos rasgos —que incluye guerras internacionales, hambres, terremotos, pestes y la persecución de cristianos verdaderos— estaría enlazada con el cumplimiento de profecías respecto a tiempo para identificar la “generación” que ‘no pasaría de ningún modo’ hasta que sí ocurrieran todas las cosas que habían de suceder en el tiempo del fin. (Lucas 21:10-12, 32.)
5. ¿De qué manera estaría Cristo con sus verdaderos seguidores durante el transcurso de los siglos? Pero ¿era esto todo lo que él quería decir cuando dio la señal de su “presencia”?
5 ¿Qué acontecimientos importantes relacionados con “la conclusión del sistema de cosas” anunciaría esta señal? Los discípulos de Jesús le preguntaron: “¿[...] qué será la señal de tu presencia [en griego, parousía]?” (Mateo 24:3). ¿Qué significaría la “presencia” de Cristo? Significaría mucho más que el hecho de que él estuviera en sentido espiritual con sus verdaderos seguidores cuando éstos se reunieran o llevaran a cabo su misión de hacer discípulos. Él estaría apoyando a sus seguidores de esta manera durante el transcurso de los siglos (Mateo 18:20; 28:18-20). Aun los teólogos de la cristiandad reconocen que la palabra “presencia” adquirió un significado especial. The New International Dictionary of New Testament Theology declara: “La idea de la parousía ahora llega a estar estrechamente ligada a la expectación de la iglesia respecto a que Cristo aparecería al final de las edades”. De principio a fin, las Escrituras Griegas Cristianas exhortan a los cristianos a vivir a la expectativa de la presencia de Cristo. (Mateo 24:3, 27, 37, 39; Santiago 5:7, 8; 2 Pedro 3:3, 4; 1 Juan 2:28; Revelación 1:7; 22:7.)
6. a) ¿Qué significaría la presencia de Cristo para este sistema de cosas inicuo? b) ¿Cómo afectaría la presencia de Cristo a los cristianos ungidos que hubieran muerto en fidelidad y a los que todavía estuvieran vivos en la Tierra?
6 La presencia de Cristo significaría nada menos que “la conclusión del sistema de cosas” (Mateo 24:3, Marcos 13:4). Significaría que el actual sistema de cosas inicuo habría entrado en su “tiempo del fin”, o sus “últimos días” (Daniel 12:4, 9; 2 Timoteo 3:1-5). Significaría que Cristo habría recibido de su Padre el mandato de ejercer la gobernación del Reino sobre la Tierra ‘en medio de sus enemigos’ (Salmo 110:2; 2:6-9; Revelación 11:15-18). Antes de juzgar al mundo en general, Cristo inspeccionaría a su propia congregación y resucitaría a los cristianos ungidos que hubieran muerto en fidelidad (1 Corintios 15:21, 23; 1 Tesalonicenses 2:19; 3:13; 4:13-17; 2 Tesalonicenses 2:1). A los cristianos ungidos que todavía estuvieran vivos en la Tierra y obrando fielmente como el “esclavo” de Cristo al mantenerse despiertos en sentido espiritual y proveer ‘alimento espiritual al debido tiempo’ Cristo los nombraría “sobre todo lo suyo”, o sea, los intereses del Reino en la Tierra (Mateo 24:45-47; Lucas 12:42-44). Este “esclavo fiel y discreto” tendría que ocuparse en una obra mundial de predicar “estas buenas nuevas del reino” y supervisarla, y ‘entonces vendrá el fin’. (Mateo 24:14.)
7. Aun durante la presencia de Cristo, ¿respecto a qué otra señal habían de mantenerse alerta los cristianos, y por qué continuarían orando que ‘viniera’ el Reino de Dios?
7 Los cristianos verdaderos habían de ‘mantenerse alerta’ a todos estos acontecimientos que probarían que vivían en el tiempo de la presencia de Cristo y “la conclusión del sistema de cosas”. Pero aun durante “el tiempo del fin” habían de mantenerse alerta a “la señal del Hijo del hombre”, su ‘venida’ para ejecutar juicio contra el inicuo sistema de cosas de Satanás (Mateo 24:30, 44; Marcos 13:26, 35; Lucas 12:40; 21:27; 2 Tesalonicenses 1:7-10). Así, aunque él estaría ‘presente’ y su Reino ya habría sido establecido, tanto él como su Reino todavía tendrían que ‘venir’ y ‘triturar y poner fin’ a las naciones y reinos del mundo de Satanás (Daniel 2:44). Esto explica por qué, después de dar los elementos que componen la “señal” de su presencia, Cristo agregó: “Cuando vean suceder estas cosas, conozcan que está cerca el reino de Dios” (Lucas 21:31). Sí, aun durante la presencia de Cristo, los cristianos todavía orarían que el Reino de Dios viniera, y todavía tendrían que ‘seguir mirando’ y ‘mantenerse despiertos’ en espera del tiempo señalado del “fin” y la “liberación” de ellos. (Marcos 13:7, 29, 32-37; Lucas 21:9, 28.)
¿Quiénes han demostrado que están “alerta”?
8. Resuma los asuntos respecto a los cuales los cristianos habían de mantenerse alerta.
8 Acabamos de considerar que los cristianos habían de vivir en expectación del fin de “los tiempos señalados de las naciones”. Habían de aguardar, en estado alerta, ‘la señal de la presencia de Cristo y de la conclusión del sistema de cosas’. Habían de estar a la expectativa de la resurrección de los cristianos ungidos que hubieran muerto en fidelidad y de que se identificara claramente a la clase del “esclavo fiel y discreto” a la que se nombraría sobre los intereses terrestres del Reino de Cristo. Por último, este “esclavo” continuaría proveyendo alimento espiritual, a la vez que llevaría la delantera en predicar “estas buenas nuevas del reino [...] en toda la tierra habitada” antes del “fin”. La “señal del Hijo del hombre” aparecería mediante su ‘venida’ para destruir al inicuo sistema de cosas de Satanás.
9. ¿Quiénes resultaron estar a la espera del fin de “los tiempos señalados de las naciones”, y cómo ayudó a los cristianos a mantenerse alerta en sentido espiritual Zion’s Watch Tower?
9 ¿Quiénes han resultado estar “alerta” a todas estas cosas? Ya en 1876, Charles T. Russell, de Pittsburgo, Pensilvania, había estado alerta esperando el fin de “los tiempos señalados de las naciones”, o “tiempos de los gentiles” (Reina-Valera, 1977). En aquel año publicó un artículo titulado: “Tiempos de los Gentiles: ¿cuándo terminan?”. En éste él declaró que “los siete tiempos terminarán en 1914 A.C.”. Desde 1880 en adelante, esa misma información se publicó en las columnas de Zion’s Watch Tower (La Torre del Vigía de Sión). En el número de marzo de 1880 se declaró: “‘Los Tiempos de los Gentiles’ se extienden hasta 1914, y el reino celestial no tendrá dominio pleno sino hasta entonces”. Es cierto que los estudiantes de la Biblia que escribieron aquellos artículos no tenían entonces el entendimiento bíblico e histórico exacto de lo que en realidad significaría el fin de esos “tiempos señalados de las naciones”, como entendemos estos asuntos hoy díaa. Pero el punto importante es que estaban “alerta” y ayudaron a los compañeros cristianos a mantenerse en guardia en sentido espiritual.
10. ¿Cómo se aclaró el verdadero significado de la “presencia” de Cristo?
10 Ese mismo grupo de estudiantes de la Biblia asociado con Charles Russell y la revista Zion’s Watch Tower también ayudó a cristianos sinceros a comprender que se debía entender que la “presencia” de Cristo sería invisible, y que él no regresaría a la Tierra para gobernar como rey carnal. Continuamente llamaron la atención de los “domésticos” del Amo a los acontecimientos mundiales que tenían que ver con “la señal” de la presencia de Cristo y del “tiempo del fin”.
11. a) ¿Qué no se entendía completamente en aquel entonces respecto a los reinos terrestres y a que los cristianos ungidos fueran “arrebatados”? b) ¿Qué entendimiento más claro tenemos hoy día con relación a Daniel 2:44 y; 1 Tesalonicenses 4:15-17?
11 Es cierto que se pensaba que el establecimiento del Reino en los cielos significaría la destrucción inmediata de los reinos terrestres y que los cristianos ungidos serían “arrebatados” para unirse a los cristianos ungidos fallecidos que habían de ser resucitados al tiempo de la presencia de Cristo (2 Tesalonicenses 2:1). Pero ¿quién puede culparlos por no entender completamente en aquel tiempo que entre el cumplimiento del principio de Daniel 2:44 y el final de dicha profecía tenía que efectuarse una gran obra de recoger a personas como en una cosecha, o que el ser “arrebatados” que se menciona en 1 Tesalonicenses 4:15-17 se refiere a una resurrección inmediata de los ungidos que mueren después del comienzo de la primera resurrección? (1 Corintios 15:36, 42-44; Romanos 6:3.)
12. a) ¿Qué esperaba Cristo hallar que su “esclavo” fiel estuviera haciendo cuando él llegara a inspeccionar a su casa, y a quiénes halló haciéndolo así? b) ¿Qué ha continuado haciendo desde entonces la clase del “esclavo” fiel?
12 Nosotros entendemos estos asuntos hoy día gracias a que se ha arrojado cada vez más luz sobre la Palabra de Dios mediante la clase del “esclavo fiel y discreto” (Proverbios 4:18). Con relación a este “esclavo”, Jesús declaró: “¿Quién es verdaderamente el esclavo fiel y discreto a quien su amo nombró sobre sus domésticos, para darles su alimento a su debido tiempo? Feliz es aquel esclavo si al llegar su amo lo hallare haciéndolo así. En verdad les digo: Lo nombrará sobre todo lo suyo” (Mateo 24:45-47). Cuando el entronizado Señor Jesús inspeccionó a su casa en 1919, halló al grupo de cristianos relacionados con la revista La Atalaya esforzándose lealmente por ‘mantenerse alerta’ con la ayuda del ‘alimento espiritual al debido tiempo’. Hasta este mismísimo día, esa clase del “esclavo” ha continuado proveyendo fielmente alimento espiritual a fin de capacitar a los “domésticos” del Amo y sus compañeros para que ‘sigan mirando y se mantengan despiertos’. (Marcos 13:33.)
¿En estado de alerta, o de indolencia?
13. ¿Qué preguntas deben hacerse los que critican a los testigos de Jehová?
13 Es fácil para las iglesias establecidas de la cristiandad y para otras personas criticar a los testigos de Jehová porque, en ocasiones, sus publicaciones han declarado que pudieran suceder ciertas cosas en determinadas fechas. Pero ¿no está ese derrotero en armonía con el mandato de Cristo de ‘mantenerse alerta’? (Marcos 13:37.) Por otro lado, ¿han fomentado las iglesias de la cristiandad el estado de vigilancia de los cristianos al enseñar que el Reino es “la gobernación de Dios en nuestro corazón”? ¿No han fomentado ellas, más bien, la indolencia espiritual al considerar que la expectación en relación con “el fin” “carece de significado” o es “un mito insignificante”? ¿Han fomentado un estado de alerta cristiano los apóstatas que afirman que “los últimos días” comenzaron en el Pentecostés y abarcan toda la era cristiana? ¿No han causado ellos, más bien, aletargamiento espiritual?
14. ¿Qué ejemplos hay de siervos fieles de Jehová del pasado que estuvieron demasiado ansiosos de ver cumplidos los propósitos de Dios?
14 Es cierto que algunas expectaciones que parecían estar respaldadas por la cronología bíblica no se realizaron en el tiempo en que se esperaba que lo hicieran. Pero ¿no es preferible, con mucho, cometer algunos errores debido a estar demasiado ansiosos de ver que se cumplan los propósitos de Dios que estar dormidos en sentido espiritual en lo que toca al cumplimiento de la profecía bíblica? ¿No cometió Moisés un error de cálculo de 40 años al tratar de obrar antes de tiempo para eliminar la aflicción de Israel? (Génesis 15:13; Hechos 7:6, 17, 23, 25, 30, 34.) ¿No estaban los apóstoles de Cristo demasiado ansiosos de ver establecido el Reino, sin mencionar que estaban completamente equivocados en cuanto a lo que el Reino era en realidad? (Hechos 1:6; compárese con Lucas 19:11; 24:21.) ¿No estaban los cristianos ungidos de Tesalónica impacientes por ver “la presencia de nuestro Señor Jesucristo” y “el día de Jehová”? (2 Tesalonicenses 2:1, 2.)
15. ¿Qué ejemplos muestran que no es antibíblico usar la cronología para tratar de determinar cuándo están por cumplirse los propósitos de Dios, y cuál ha sido el clamor de muchos siervos fieles de Jehová, del pasado y del presente?
15 No hay nada fundamentalmente antibíblico en usar la cronología en un esfuerzo por conocer “el tiempo señalado” para el cumplimiento de los propósitos de Dios (Habacuc 2:3). Daniel calculó cuándo concluiría la devastación de Jerusalén (Daniel 9:1, 2). El resto de judíos fieles del primer siglo esperaba la venida del Mesías porque habían calculado el fin de un período basado en la profecía (Daniel 9:25; Lucas 3:15). Cristianos de fines del siglo XIX y principios del siglo XX pudieron vivir en expectación respecto a la gobernación del Reino de Dios mucho antes de 1914 porque calcularon cuándo concluirían “los tiempos señalados de las naciones” (Lucas 21:24; Daniel 4:16, 17). Por consiguiente, era comprensible que se hicieran esfuerzos por usar otras indicaciones bíblicas del tiempo para tratar de averiguar cuándo pudiera ser que se hicieran realidad las esperanzas que se habían abrigado por largo tiempo. Siervos fieles de Jehová en el pasado habían clamado: “¿Hasta cuándo, oh Jehová?”. (Isaías 6:11; Salmo 74:10; 94:3.)
¿Por qué debemos ‘mantenernos listos’?
16. a) ¿Debemos entender que, por lo que dice Marcos 13:32, no debemos mostrar interés en cuanto a cuándo viene el fin? b) ¿Qué “señal” se ha hecho patente, pero qué otra “señal” esperamos?
16 Puesto que Jesús dijo claramente que ningún hombre podía conocer “aquel día” ni “la hora” en que el Padre ha de ordenar a su Hijo ‘que venga’ contra el inicuo sistema de cosas de Satanás, quizás algunos pregunten: ‘¿Por qué es tan urgente que vivamos a la expectativa del fin?’ Es urgente porque casi al mismo tiempo Jesús agregó: “Sigan mirando, manténganse despiertos [...] manténganse alerta” (Marcos 13:32-35). La “señal” de la parousía de Jesús se ha hecho patente desde 1914. Ahora aguardamos “la señal del Hijo del hombre”, cuando él ‘viene’ como el Ejecutor procedente de Jehová.
17, 18. a) ¿Por qué mandó Jesús a los cristianos del primer siglo que huyeran de Jerusalén tan pronto como vieran la señal de su destrucción inminente? b) ¿Por qué sería peligroso engañarnos con razones en negación de la urgencia de nuestros tiempos?
17 Cuando Jesús dio a los cristianos de Judea del primer siglo una señal por medio de la cual sabrían que había llegado el tiempo para huir de Jerusalén, insistió en que era necesario obrar inmediatamente (Lucas 21:20-23). ¿Por qué tanta urgencia, si transcurrieron casi cuatro años desde que apareció la señal en 66 E.C. y la destrucción misma de Jerusalén en 70 E.C.? Porque Jesús sabía que, si ellos se tardaban, continuarían posponiendo su huida y con el tiempo serían atrapados por los ejércitos romanos.
18 De igual manera hoy día, sería sumamente peligroso para los cristianos el engañarse con razonamientos que restaran peso a la realidad de la urgencia de nuestros tiempos y adoptar una actitud despreocupada de ir “a una velocidad de paseo”, que refleje que dudan que el fin esté cerca.
19. ¿Qué advertencia dieron Pedro y Jesús?
19 Ya han transcurrido 70 años de la parousía, o presencia, de Cristo, y su ‘venida’ para el “día de Jehová” de ejecutar juicio contra el mundo de Satanás se acerca rápidamente. El apóstol Pedro dice que ese día “vendrá como ladrón”, y añade que debemos ‘esperar y tener muy presente la presencia del día de Jehová’ (2 Pedro 3:10-12). También Jesús nos advirtió: “Presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. [...] Manténganse despiertos”. (Lucas 21:34-36.)
20. ¿De qué debemos estar agradecidos, y cómo nos protege la expectación cristiana correcta?
20 ¡Qué alegres y qué agradecidos deben estar los testigos de Jehová de que la clase del “esclavo” fiel y vigilante los haya mantenido despiertos en sentido espiritual! La expectación cristiana correcta nos protegerá durante estos peligrosos “últimos días” y nos moverá a participar celosamente en la predicación de “estas buenas nuevas del reino”. Así estaremos ayudando a otras personas a mantenerse alerta y sobrevivir para entrar en el nuevo sistema de cosas, donde “la justicia habrá de morar”. (2 Timoteo 3:1-5; Mateo 24:14; 2 Pedro 3:13.)
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