Los pobres levantados y consolados
“Alabad a Jehová. . . . Él levanta al pobre del polvo, y al menesteroso le alza del muladar, para hacer que se siente con los príncipes, aun con los príncipes de su pueblo.”—Sal. 113:1, 7, 8, AN.
1. ¿En quién deben esperar ahora los pobres de la tierra, y por qué en él?
JEHOVÁ Dios es Aquel en quien todos los pobres de la tierra deben esperar en este día de angustia mundial. Él no desprecia su abyecta condición. Sus oídos no están cerrados a sus suspiros y gemidos, sino que se da cuenta de su necesidad y les ofrece el verdadero alivio ahora. Abrahán Líncoln, un hombre que fué elevado de la pobreza a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, una vez dijo: “Dios ha de amar a los pobres, debido a que hizo tantos de ellos.” Pero Dios no es quien empobreció al hombre, haciendo a unos pocos ricos y a muchos pobres. No fué él quien creó la distinción entre la clase rica y la pobre. No ha sido la voluntad de él que los muchos fueran agobiados por la pobreza por mucho tiempo hasta que, por fin, los pobres se están alzando en masa bajo sus guías comunistas para derrocar a los capitalistas ricos y para igualar a toda la gente social y económicamente bajo dictadores comunistas. El adversario de Dios, Satanás el Diablo, es quien ha hecho esto. Este inicuo es quien ahora propone falsos sistemas políticos y económicos para el alivio de las masas oprimidas con el fin de desviarlas lejos del único medio efectivo para su alivio, el que ha suministrado Jehová Dios. La aplicación de estas medidas de emergencia humanas para mejorar las condiciones de los pobres y para dar socorro a los lugares atrasados del mundo sólo resultará en aumentar las cargas que hay sobre la gente, en empobrecerla y en oprimirla aun más. Pero el Dios Todopoderoso siempre ha rescatado a los pobres de su pueblo. Él ahora vindicará la causa de ellos completamente y les dará entrada a riquezas que sobrepasarán aun las que tenían el primer hombre y su mujer cuando principió la humanidad en el Edén. El medio que Dios usa es su reino en manos de su Hijo Jesucristo.
2. ¿En cuanto a qué se ha mantenido pobre a la gente principalmente, y cómo?
2 La pobreza de la gente no se limita únicamente a riquezas materiales. Tiene que ver principalmente con riquezas espirituales. Los clérigos de los sistemas religiosos ortodoxos cristianos y judío ahora tienen que admitir que han dejado a la gente en pobreza espiritual. Han favorecido a los ricos del mundo y han cerrado sus ojos y han permanecido callados cuando éstos oprimen a los pobres, entre tanto que mantienen la apariencia de ser muy justos. Las riquezas espirituales, sin embargo, hubieran hecho más llevadera la porción de la gente entre la injusticia y los afanes de este mundo. Dichas riquezas hubieran impedido los levantamientos radicales y violentos de ésta en contra del establecido arreglo mundial de este día. La persona no necesita riquezas materiales y egoístas para ser verdaderamente rica, feliz y contenta.
3. ¿Quién fué el más pobre, sin embargo el más feliz sobre la tierra, y por qué?
3 Jesucristo cuando estuvo sobre la tierra como hombre fué uno de los más pobres entre los pobres en cuanto a bienes terrestres. No fué colocado en una cuna primorosa cuando nació, sino en el pesebre de un animal, porque no había lugar para visitantes en la posada de la aldea. Como predicador del reino de Dios él no tenía un hogar propio. “Las zorras tienen cuevas y las aves del cielo tienen perchas, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza.” (Mat. 8:20, NM) Pero debido a sus riquezas espirituales él tenía amigos verdaderos y leales, particularmente su Padre en el cielo y las personas de buena voluntad sobre la tierra. Él tenía un gozo que ninguna criatura podía remover. Era la persona más feliz sobre la tierra, de manera que él bien podía describir los verdaderos estados de la felicidad en su sermón del monte, empezando con “Felices son los que están conscientes de su necesidad espiritual, puesto que el reino de los cielos pertenece a ellos”. (Mat. 5:3, NM) Conociéndolo a él todas las personas pobres ahora pueden llegar a ser ricos espiritualmente y pueden gozar la esperanza de pronto ser poseedores de todas las demás riquezas en el nuevo mundo equitativo bajo su reino.
4. Él manifestó que era tiempo para ¿qué trastornamiento de cosas, y cómo lo ilustró?
4 En aquel entonces Jesús sabía que el mundo de Satanás habría de seguir sin interrupción de parte de Dios hasta que los “tiempos señalados de las naciones” terminasen en 1914. Por eso él trató de enriquecer a los que estaban conscientes de su necesidad espiritual por medio del mensaje del reino de Dios y el entendimiento aumentante de Su Palabra escrita. Manifestó que había llegado el tiempo para que Dios trastornara las condiciones de aquellos que eran ricos en bienes mundanos, poder político y dominio religioso e influencia, y para levantar a los que sentían su necesidad espiritual. Ilustró esto en una parábola que él dió, la parábola del hombre rico y Lázaro. “Parábola,” es lo que decimos, porque si interpretáramos literalmente esta descripción de los asuntos del hombre rico y Lázaro, esto reduciría el interesante cuadro representativo de Jesús a lo absurdo. Debido a que su significado es tan manifiesto para nosotros en este día, emprenderemos una consideración de esta parábola tan interesante. Al seguir adelante notaremos los puntos que ponen de manifiesto que no podría ser una exactitud literal como alega el clero religioso, con el fin de aterrorizar a la gente y hacer que se someta a su poder por temor de ser atormentada en fuego y azufre literales para siempre después de su muerte.
EL HOMBRE RICO
5, 6. (a) ¿Como amonestación para quienes dió Jesús la parábola, y por qué? (b) ¿A quién representa el hombre rico en general?
5 Cuando Jesús dió esta parábola, algunos miembros de la estricta secta religiosa de los fariseos estaban escuchando, y sin duda fué una amonestación para ellos. “Ahora los fariseos, que eran amantes del dinero, estaban escuchando todas estas cosas, y empezaron a mofarse de él.” De modo que después de unas declaraciones apropiadas Jesús dijo: “Para continuar: Cierto hombre era rico, y acostumbraba vestirse de púrpura y lino, gozándose de día en día con magnificencia.” (Luc. 16:14, 19, NM) “Dives” no era su nombre, pero la Versión Vulgata latina de la Biblia usa esa palabra para designarlo porque es la palabra latina que significa “hombre rico”. Por eso generalmente llaman al hombre rico “Dives”, y nosotros podemos hacer igual. Pero ahora la pregunta es, ¿Quién es este hombre rico?
6 Jesús no dignificó al hombre rico dándole un nombre, sino que nada más lo describió para describir la clase de personas que él representa. En armonía con sus riquezas se vestía con púrpura y lino, y diariamente se gozaba con magnificencia, incluyendo una mesa bien servida. Puesto que Jesús declaró sus palabras directamente a los judíos, el hombre rico representa primeramente una clase entre ellos con privilegios y ventajas como los que allí se describen. En la aplicación final de la parábola en nuestro mismo día, él ahora representa una clase parecida, el duplicado de aquella clase del día de Jesús. Jesús estaba hablando en parte para el beneficio de los fariseos, que estaban escuchando, y ellos eran amantes del dinero. De modo que los hechos y las Escrituras apoyan el hecho de que el hombre rico representa una clase de guías religiosos que son ricos en privilegios y oportunidades espirituales y que se portan de la misma manera que se portó el hombre rico.
7. ¿Qué se representó por el hecho de que se vestía de púrpura el hombre rico?
7 El vestido simboliza la posición, categoría, medios materiales e identidad. Púrpura era un color de la realeza. Cuando los soldados romanos se mofaron de los derechos reales de Jesús y de su linaje, ellos “le ataviaron con ropa exterior de púrpura” y le dijeron: “¡Buenos días, rey de los judíos!” (Juan 19:2-5, NM; Mar. 15:16-20) Los guías pretendían estar en línea para el reino de Dios, acordándose de las palabras dirigidas a ellos por medio de Moisés en el monte Sinaí: “Ahora pues, si escuchareis atentamente mi voz y guardareis mi pacto, me seréis un tesoro especial, tomado de entre todos los pueblos; pues que mía es toda la tierra: y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa.” (Éxo. 19:5, 6) Jesús hasta se refirió a ellos como “hijos del reino” y él nos manifiesta quiénes eran, al decir: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! por cuanto cierran el reino de los cielos delante de la humanidad; porque ustedes mismos no entran, ni permiten ustedes que entren aquellos que van entrando.” Debido a este curso de acción Jesús dijo: “El reino de Dios será quitado de ustedes y dado a una nación que produzca sus frutos”; y los principales sacerdotes y los fariseos se dieron cuenta de que estaba refiriéndose a ellos. (Mat. 8:12; 23:13; 21:43, 45, NM) De modo que aquí ya tenemos al hombre rico identificado como representando a los fariseos, escribas y principales sacerdotes hipócritas, incluyendo a los saduceos; y éstos constituían el clero judío o guías religiosos.
8. ¿Qué se representó por el hecho de que se vestía de lino?
8 El hombre rico no sólo se vestía de púrpura, sino también de lino. Esto es significante, porque en las Escrituras el lino representa la justicia: “el lino fino representa los actos justos de los santos.” (Apo. 19:8, NM) Si ha habido sobre la tierra una clase que ha ostentado la justicia, justicia procedente de ellos mismos, fué esa clase formada por los judíos religiosos. Pues, cuando los fariseos estaban mofándose de Jesús, él les dijo un poco antes de hablarles acerca del hombre rico y Lázaro: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones; porque lo que es eminente entre los hombres es cosa repugnante a la vista de Dios.” (Luc. 16:15, NM) De modo que así les dijo que ellos figurativamente vestían su exterior de lino. Pero era para encubrir un interior repugnante. Él más tarde llamó atención a esto con las palabras: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! porque se asemejan a sepulcros blanqueados, que por fuera realmente parecen ser hermosos pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda clase de inmundicia. De esa manera ustedes también, por fuera realmente, parecen ser justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía e iniquidad.” (Mat. 23:27, 28, NM) Por esta razón él dió la parábola del fariseo y el recaudador despreciado de impuestos, porque el grupo farisaico “confiaban en sí mismos de que eran justos y . . . consideraban a los demás como nada”. (Luc. 18:9-14, NM) Pero el recaudador de contribuciones volvió a su casa verdaderamente más justo que el fariseo.
9. ¿Por qué no tenía su justicia un fundamento apropiado?
9 Haciendo gala en su lino fino, ellos ostentaban su justicia públicamente para ser vistos por los hombres, sonando una trompeta delante de ellos cuando hacían su distribución de caridad para así llamar la atención a sí mismos y recibir aplausos. (Mat. 6:1, 2) El apóstol Pablo una vez fué miembro celoso de esa secta estricta de los fariseos y se consideraba sin culpa en lo que tocaba a la justicia por medio de la ley mosaica. Pero él abandonó ese falso curso de confiar en su propia justicia, para ganar la verdadera justicia: “no mi propia justicia que resulta de la ley, sino la que es mediante fe en Cristo, la justicia que procede de Dios basada en la fe.” (Fili. 3:4-6, 9, NM) Como cristiano él deploró el curso que tomaron los israelitas bajo la guía de su clero y dijo: “Israel, aunque seguía tras una ley de justicia, no alcanzó la ley. ¿Por qué razón? Porque la siguió, no con fe, sino como por obras, . . . Porque les doy testimonio de que tienen un celo por Dios; pero no conforme a un conocimiento exacto; porque, a causa de no conocer la justicia de Dios sino de tratar de establecer la suya propia, ellos no se sujetaron a la justicia de Dios. Porque Cristo es el fin consumado de la Ley, de modo que todo aquel que ejerce fe podrá tener justicia.” (Rom. 9:31, 32; 10:2-4, NM) De manera que el lino con que se vistió la clase del “hombre rico” no fué de la clase que Dios da mediante Cristo. Era justicia farisaica, y Jesús denodadamente puso de manifiesto que lo era.
PERSONAS CON LINAJE
10, 11. (a) ¿Qué descendencia fortaleció su complacencia? (b) Pero ¿qué cosa no apreciaron en cuanto a la inseguridad de su posición?
10 Una de las cosas que fortaleció a la clase del “hombre rico” en su complacencia y arrogancia se manifestó más tarde en la parábola, a saber, que ellos eran los descendientes naturales de Abrahán. Bajo su propio juramento Jehová Dios había dado a Abrahán la promesa: “Por mí mismo he jurado, dice Jehová, . . . multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como las arenas a la orilla del mar; y tu simiente poseerá la puerta de sus enemigos; y serán bendecidas en tu simiente todas las naciones de la tierra.” (Gén. 22:16-18) Por eso dijeron a Jesús: “Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie.”
11 Jesús respondió: “Yo sé que son descendientes de Abrahán; pero están tratando de matarme, porque mi palabra no hace progreso entre ustedes.” Él les dijo que, si eran hijos de Abrahán, entonces deberían hacer las obras de Abrahán. Pero aun antes de Jesús, Juan el Bautista les amonestó tocante a confiar demasiado en su descendencia natural del fiel amigo de Dios. Cuando vió a muchos de los fariseos y saduceos viniendo al bautismo les dijo: “Descendientes de víboras, . . . no se atreven a decir entre ustedes, ‘Como padre tenemos a Abrahán.’ Porque yo les digo que Dios es capaz de levantarle hijos a Abrahán de estas piedras.” (Juan 8:33, 37, 39 y Mat. 3:7-9, NM) Ellos eran de la raíz o tronco de Abrahán por naturaleza, así como las ramas naturales de un olivo cultivado. Pero ellos no apreciaban el hecho de que podían ser cortados de ese tronco debido a no creer en el Hijo de Dios, la Simiente principal de Abrahán, Jesucristo. Además de eso, las ramas de un olivo silvestre podían ser injertadas milagrosamente en los lugares desocupados por ellos. Otra cosa: Abrahán tuvo dos hijos naturales, Ismael e Isaac; y ellos podían ser desechados como sucedió con Ismael, dejando a Isaac como pleno heredero, porque él había nacido milagrosamente en cumplimiento de la promesa de Dios a Abrahán.—Rom. 11:1, 17-24; Gál. 4:29, 30.
12. ¿Debido a qué posesión podían ellos banquetear suntuosamente?
12 Siendo tan altamente favorecidos naturalmente por haber descendido de los fieles antepasados, Abrahán, Isaac y Jacob, ellos se gozaban de día en día entre magnificencia. La clase del “hombre rico” podía comer abundantemente de una mesa suntuosa, porque, la parábola de Jesús nos informa que tenía provisiones espirituales ricas, “Moisés y los Profetas.” Moisés representó la Ley y los primeros cinco libros de la Biblia que él escribió, entre tanto que los Profetas incluyeron los escritos de los primeros profetas y los posteriores; y junto con éstos tenían los Salmos o la colección de libros bíblicos encabezada por los Salmos. Todos juntos, éstos formaban las Escrituras hebreas, y fué de éstas que Jesús citó seguidamente para probar que era el Mesías o Cristo, la Simiente prometida de Abrahán. “Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas él les interpretó cosas tocantes a él mismo en todas las Escrituras.” Él dijo: “Todas las cosas escritas en la Ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos acerca de mí tienen que cumplirse.”—Luc. 24:27, 44, NM.
13. ¿Sobre quiénes, pues, tenían ellos la ventaja? ¿Cómo se dió testimonio acerca de esto?
13 Por consiguiente, teniendo posesión de este tesoro dado por Dios los israelitas circuncidados tenían una ventaja sobre todas las naciones gentiles. Pablo pregunta: “¿Cuál, pues, es la superioridad del judío, o cuál el provecho de la circuncisión? Muchísimo de todas maneras. Primeramente, porque se les confiaron las declaraciones sagradas de Dios.” (Rom. 3:1, 2, NM) Estando de pie delante del Sanedrín judío sobre el cual presidía el sumo sacerdote, el mártir cristiano Esteban les dijo: “Este es el Moisés que . . . vino a estar entre la congregación en el desierto con el ángel que le habló en el monte Sinaí y con nuestros antepasados, y él recibió declaraciones vivas y sagradas para dárselas a ustedes.” (Hech. 7:37, 38, NM) El apóstol Pablo habló de ellos como “mis hermanos, mis parientes según la carne, que, como tales, son israelitas, a quienes pertenecen la adopción como hijos y la gloria y los pactos y la promulgación de la Ley y el servicio sagrado y las promesas; a quienes pertenecen los antepasados y de quienes brotó Cristo según la carne”. (Rom. 9:3-5, NM) Jehová Dios realmente colocó un banquete exclusivo delante de su pueblo escogido, y por esto el salmista dijo: “Él ha manifestado su palabra a Jacob, sus estatutos y sus juicios a Israel. No ha hecho así con ninguna otra de las naciones; y en cuanto a juicios, ellas no los conocen. ¡Aleluya [Alabanza a Jehová, AN]!” —Sal. 147:19, 20.
14. ¿Quiénes en Israel banquetearon especialmente? ¿Estaban ellos en el seno de Abrahán?
14 Este privilegio de banquetear fué verdad especialmente con respecto a los guías religiosos en Israel, la clase del “hombre rico” de aquel entonces. Ellos tenían la “llave de conocimiento” pues, y era su privilegio enseñar a la gente común. Pero aunque ellos banqueteaban a la mesa del hombre rico, recostándose en magnificencia y pretendiendo ser la simiente prometida de Abrahán, ellos no se recostaron en el “seno de Abrahán” ni recibieron su favor principal. Jesús manifestó la razón cuando dijo a sus opositores religiosos: “¡Ay de ustedes que están versados en la Ley, por cuanto han quitado la llave de conocimiento; ustedes mismos no entraron, y estorbaron a los que iban entrando!” (Luc. 11:52, NM) El “hombre rico” ciertamente representaba a un grupo egoísta de religiosos que existió en aquel entonces y también ahora. Aunque se les ha provisto una mesa tan suntuosa de alimento espiritual, ellos dejan que muy poco caiga o sea tirado de su mesa para el goce de la gente pobre.
EL POBRE MENDIGO LÁZARO
15. ¿Quién fué colocado a la puerta del hombre rico, y por qué?
15 Jesús ahora cambia la escena de adentro del palacio del hombre rico al lugar fuera de su puerta, con las palabras: “Pero acostumbraban colocar en su puerta a cierto mendigo llamado Lázaro, lleno de úlceras y deseando ser saciado con las cosas que caían de la mesa del hombre rico. Sí, además, los perros venían y le lamían las úlceras.” (Luc. 16:20, 21, NM) El mendigo Lázaro tenía el derecho de estar en la puerta del hombre rico, porque la ley de Dios instruía específicamente a las personas acomodadas que fueran liberales para con los pobres. Si los de la clase del “hombre rico” se hubiesen portado altruístamente de acuerdo con la ley de Dios, amando a sus prójimos como a sí mismos, no hubiese habido pobres en la tierra. Pero ya que realmente había pobres en la tierra debido a la organización mundial egoísta, el hombre rico estaba bajo mandamiento por la Ley y también bajo amonestación por los Profetas de considerar a los pobres y darles algún alivio.—Deu. 15:4, 7, 9, 11; Sal. 41:1, 2.
16. ¿Se designa a una persona literal con el nombre Lázaro? ¿Qué significa el nombre?
16 Así como el hombre rico representó una clase de personas, del mismo modo el mendigo u hombre pobre representó una clase que existió en el día de Jesús y también ahora. Si podemos discernir la clase en el día de Jesús podremos identificar la clase que es su contraparte ahora. Desde 1881 hasta el fin de 1939 se enseñó que el hombre rico representó la nación judía en su entereza y que el mendigo representó a los gentiles o a todas las naciones aparte de Israel.a Pero Jesús le da al mendigo el nombre de Lázaro, que es un nombre judío indicando que era judío, y no gentil. Es la forma griega del nombre “Eleazar”, que significa “Dios es ayudador”. Los hechos demuestran que esta clase del “mendigo” empezó con los judíos, pero fué engrandecida para incluir a los gentiles, de modo que ahora es casi toda gentil. Lázaro era de la misma comunidad judía que el hombre rico. No había ninguna pared de división entre ellos debido a raza o extracción natural. La diferencia entre ellos se debía a la superioridad y privilegios que el clero religioso se había asumido egoístamente.
17. ¿A quiénes representa Lázaro, y por qué como un mendigo?
17 El mendigo Lázaro por lo tanto representa a la gente pobre, de los judíos de aquel entonces y de la cristiandad ahora. El clero y los guías religiosos les niegan el alimento espiritual apropiado y los privilegios y atención, a los cuales tienen derecho de acuerdo con la voluntad y mandamientos de Dios. En el día de Jesús la clase del “hombre rico” incluía a los fariseos, y éstos trataban a la gente común con sumo desprecio. La historia nos dice que la llamaban am ha-arets o gente de la tierra como estando debajo de sus pies e indigna de consideración. ¿Digna de una resurrección a la vida eterna? ¡No gente como ésa! Se creía que los que llegaban a ser discípulos de los rabinos o maestros judíos estaban en una posición mucho mejor para esto. Cuando pagaban bien a los rabinos, compraban la opinión favorable de dichos maestros. ¡Qué apropiadamente nos dice el relato de Lucas que los fariseos estaban escuchando la parábola de Jesús y que eran amantes del dinero y que se mofaron de Jesús de Nazaret, el pueblo insignificante de donde se creía que nada bueno podía venir! Ellos “confiaban en sí mismos de que eran justos y . . . consideraban a los demás como nada”.—Juan 1:46; Luc. 18:9-11, NM.
18, 19. ¿Por qué se representó como cubierto de úlceras y acompañado de perros?
18 Estos guías religiosos, vestidos con lino de su propia justicia, miraban a la pobre gente ignorante con desprecio y como si estuviese enferma espiritualmente, como Lázaro cubierto de úlceras. Consideraban a los pobres de la misma manera que los tres amigos de Job que eran justos a sus propios ojos lo consideraban a él después que el Diablo, Satanás, le hubo atacado con diviesos desde su cabeza hasta sus pies para dar la apariencia de que la mano de Dios estaba en contra de Job. Desdeñosamente los principales sacerdotes y los fariseos dijeron acerca de la gente que creía en Jesús: “Esta muchedumbre que no conoce la ley es gente maldita.”—Job 2:1-13; Juan 7:49, NM.
19 De manera que ellos clasificaron a esta gente como estando bajo la maldición de Dios y digna de asociarse íntimamente sólo con los perros, los cuales podían comer la carne de animales destrozada por las fieras y delante de quienes no se debía echar ninguna cosa santa. No les importaba que éstos vagaran por la ciudad como perros que de noche se alimentan de carroña, aullando cuando no hallan qué comer. Los gentiles incircuncisos fueron clasificados como perros, y éstos bien podían lamer las úlceras de los pobres para así darles algún alivio consolador. (Éxo. 22:31; Mat. 7:6; 15:26,27; Sal. 59:6, 14, 15; Mar. 7:27, 28) Abandonados espiritualmente por los guías encumbrados que los consideraban con desdén, ellos naturalmente llegarían a estar ulcerosos y enfermos espiritualmente. Fué a estos abandonados y enfermos que Jesús vino para ministrar la Palabra curativa de Dios. Cuando los fariseos se quejaron a sus discípulos, “¿Por qué es que su maestro come con los recaudadores de impuestos y pecadores?” Jesús dijo: “Personas en salud no necesitan médico, pero los enfermizos sí. Vayan, pues, y aprendan lo que esto significa, ‘Yo quiero misericordia, y no sacrificio.’ Por consiguiente, yo vine a llamar, no a personas justas, sino a pecadoras.”—Mat. 9:11-13, NM; Mar. 2:16, 17.
20. ¿Quiénes colocaban al mendigo en la puerta del hombre rico, y por qué allí?
20 El mendigo Lázaro fué colocado a la puerta del hombre rico, porque quería saciarse de las cosas que caían de la mesa del hombre rico. Cualquier cosa que se tirara de esa mesa suntuosa no se echaría de menos por el hombre rico. Podía entregarse al mendigo sin tocar trompetas para llamar la atención del público a su caridad para con los pobres. Algunos de la comunidad colocaban a Lázaro delante de su puerta. Igual que Lázaro, ellos creían que los clérigos religiosos eran los únicos de quienes podía venir el alimento espiritual de Dios, y por eso dirigían a la clase representada por Lázaro, o sea a las pobres personas ignorantes, a que confiaran en los guías y maestros religiosos para todas sus provisiones espirituales.
21. ¿Con qué deseaba ser alimentada la clase de Lázaro, pero qué fué lo que recibió?
21 Los de la clase representada por Lázaro tienen hambre y sed de justicia, están conscientes de su necesidad espiritual y desean el alimento espiritual que los pondrá en un estado saludable de corazón y mente y que les dará fuerzas para poder servir a Dios correctamente. Estos desean recibir algo más que las filosofías vacías e inútiles de los hombres; pero eso es lo que reciben de la clase del “hombre rico”. Esta les da los preceptos de los hombres y las tradiciones de los ancianos religiosos que traspasan los mandamientos de Dios e invalidan su Palabra. Buscando la comodidad para sí mismos, ellos atan cargas pesadas y las ponen sobre los hombros de la humanidad. No deseando entrar ellos mismos al reino de los cielos por medio de Jesucristo, tratan de impedirle la entrada a la clase representada por Lázaro. Por consiguiente solamente han dejado caer migajas de alimento espiritual verdadero para dar salud y fuerzas a la clase Lázaro. Esta ha recibido muy poco consuelo de la Palabra de Dios y sus arreglos, entre tanto que la clase del “hombre rico” que es justa a sus propios ojos ha aplicado todas las bendiciones principales a sí misma. (Col. 2:8; Mat. 15:1-9; 23:4, 13, NM) ¡No es extraño pues que Jesús haya corregido públicamente a la clase religiosa del “hombre rico” llamándolos “hipócritas, insensatos, guías ciegos, serpientes, descendientes de víboras”! ¡Qué bueno que él se dedicó a la causa de los pobres para levantarlos y consolarlos!
[Notas]
a Véase “Lázaro consolado” en La Atalaya de abril de 1940; también “El pobre consolado”, en el folleto Refugiados, publicado en 1940.