Tentado por el Diablo
Un artículo preparado especialmente para que los padres lo lean con sus hijos
¿TE ACUERDAS de alguien que te haya pedido alguna vez que hicieras algo que era malo? ¿Trató esa persona de hacer que hicieras esa cosa mala diciéndote que sería chistoso o gracioso o que en verdad no sería nada malo? Cuando alguien hace eso con nosotros, está tratando de tentarnos.
¿Qué debemos hacer cuando alguien nos tienta? ¿Debemos dejar de ser firmes y hacer lo malo? Eso no le gustaría a Jehová Dios. Pero, ¿sabes quién se pondría contento por ello? Satanás el Diablo.
Satanás es el enemigo de Dios y también nuestro enemigo. Trata de hacer que la gente haga lo que es malo prometiéndole cosas que pueden parecer buenas. Un día el Diablo habló con Jesucristo y trató de tentarlo. Si sabemos lo que Jesús hizo cuando pasó esto, sabremos lo que es bueno hacer cuando alguien nos presenta una tentación.
¿Cuándo fue tentado Jesús por el Diablo? Fue después que Jesús había sido bautizado en el río Jordán. Había ido de las ciudades a las montañas. Todo era muy tranquilo allí. De modo que era un buen lugar donde Jesús podía orar a Dios. Podía pensar en el trabajo que Dios quería que él hiciera en la Tierra.
Mientras Jesús estaba allí en las montañas, pasó un día. Después pasaron muchos días. La mente y el corazón de Jesús estaban llenos de pensamientos acerca de Dios. ¡Al fin, habían pasado cuarenta días y cuarenta noches! Durante todo ese tiempo Jesús no comió nada. ¿Tendrías tú hambre si dejaras pasar tantos días sin comer? Jesús tenía hambre.
Entonces fue cuando Satanás trató de tentar a Jesús. El Diablo dijo: “Si eres hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.” ¡Qué bien sabría un pedazo de pan!
Pero, ¿podría haber convertido Jesús una piedra en un pan? Sí. Porque Jesús es el Hijo de Dios. Él tiene poderes especiales.
¿Crees tú que tú hubieras hecho un pan de la piedra si el Diablo te hubiera pedido que lo hicieras? ¿Sería bueno hacer eso? Jesús sabía que sería malo que él usara su poder de esa manera. Jehová le dio estos poderes para atraer la gente a Dios, no para que los usara en sí mismo.
Pero Jesús tenía mucha hambre. Deseaba mucho tener algo que comer. Por eso, ¿pudo Satanás hacer que Jesús convirtiera la piedra en un pan... solo aquella vez? ¿Consiguió que Jesús usara mal los poderes que Dios le había dado?
No, Jesús no quiso hacer aquello. Jesús hizo lo bueno. Le dijo a Satanás que en la Biblia está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová.’ Jesús sabía que el hacer lo que le causa placer a Jehová es más importante que tener alimento que comer.
Pero el Diablo no se dio por vencido. Ahora llevó a Jesús a Jerusalén e hizo que se pusiera de pie en una parte alta del templo. Entonces el Diablo le dijo a Jesús: ‘Si eres hijo de Dios, tírate desde aquí. Porque está escrito que Dios hará que sus ángeles te ayuden, y ellos te llevarán en sus manos.’
¿Por qué dijo esto Satanás? Dijo esto porque quería tentar a Jesús, quería hacer que él hiciera algo tonto. Quizás el Diablo estaba tratando de hacer que Jesús se matara. Pero no sería bueno que Jesús saltara del templo y esperara que los ángeles le echaran mano. Pues bien, ¿qué hizo Jesús?
Jesús no escuchó a Satanás. Jesús le dijo a Satanás: “No debes poner a prueba a Jehová tu Dios.” Jesús sabía que era malo poner a prueba a Jehová arriesgando su vida. A Dios no le causaría placer que él saltara del templo, y por eso Jesús no hizo una cosa tan tonta.
Todavía Satanás no se dio por vencido. Otra vez trató de tentar a Jesús. Esta vez el Diablo llevó a Jesús a un monte muy alto. Le mostró todos los reinos del mundo y su gloria. Entonces Satanás le dijo a Jesús: ‘Todas estas cosas te las daré si te inclinas y me haces un acto de adoración.’
¡Imagínate lo que sería gobernar todos los reinos del mundo! El Diablo trató de hacer que todos sus reinos le parecieran muy deseables a Jesús. Todo lo que él pedía era que Jesús le hiciera un solo acto de adoración. ¿Qué hubieras hecho tú?
Jesús no quiso hacerlo. Sabía que sería cosa mala adorar al Diablo sin importar lo que él obtuviera. De modo que Jesús le dijo al Diablo: ‘¡Vete, Satanás! Porque la Biblia dice: Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que servir.’—Luc. 4:1-13; Mat. 4:1-10.
Es bueno que sepamos lo que Jesús hizo cuando fue tentado por el Diablo. ¿Sabes por qué? Porque a nosotros también se nos presentan tentaciones. Todos los días el Diablo trata de tentarnos y hacer que hagamos cosas que no debemos hacer. ¿Sabes cómo? Voy a darte un ejemplo.
Puede ser que tu mamá prepare un pastel delicioso para la cena. Pero tal vez te diga que no comas nada de él hasta la hora de la cena. Puede que tengas mucha hambre. Por eso quizás te sientas tentado a comer de él. ¿Obedecerás a tu mamá? Satanás quiere que desobedezcas.
Pero acuérdate de Jesús. Él también tenía mucha hambre. Pero sabía que el hacer lo que a Dios le gusta era más importante. Y tú muestras que eres como Jesús cuando obedeces a tu mamá y te niegas a comer algo que se te ha dicho que no comas.
Al crecer más, quizás otros niños te pidan que te tragues unas píldoras. Quizás te digan que esas píldoras harán que te sientas muy bien. Pero es posible que esas píldoras sean drogas. Pueden ponerte muy enfermo, y hasta pueden matarte. ¿Qué vas a hacer? Satanás quiere que te las tragues.
Pero acuérdate de Jesús. Satanás trató de hacer que Jesús pusiera su vida en peligro diciéndole que saltará desde el templo. Pero Jesús no lo hizo. No escuchó a Satanás. Tampoco debes tú escuchar a nadie que trate de hacer que tomes drogas.
Puede que algún día se te pida que hagas un acto de adoración a alguna imagen, tal vez como parte de una ceremonia en la escuela. Quizás hasta te digan que si no lo haces ya no puedes siquiera ir a la escuela. Entonces, ¿qué vas a hacer?
Recuerda que el Diablo quería que Jesús le hiciera un solo acto de adoración a él. Pero Jesús sabía que la adoración solamente se le debe dar a Jehová Dios. Por eso Jesús se negó a inclinarse. Nosotros queremos ser como él, ¿verdad?
¡Qué bueno es que tengamos el ejemplo de Jesús, el Gran Maestro! Al seguir siempre su ejemplo, haremos lo que es bueno cuando se nos presente la tentación.