La batalla por la mente de los hombres
LAS páginas de la historia están llenas de los relatos de grandes batallas que se han librado para la adquisición egoísta de riquezas y poder. Pero, ¿sabía usted que se ha librado una continua batalla a través de los casi seis mil años de la historia humana, con intereses más importantes en mira? Se ha usado toda clase de estrategia, toda clase de armas que pueda imaginarse. ¿Y el botín de esta batalla? No expansión territorial, no la riqueza literal del comercio, sino la mente de los hombres.
¿Quién es el que está combatiendo para poseer la mente de los hombres? Un enemigo invisible que, empleando poderes sobrehumanos, trata de incluir toda mente humana dentro de la esfera de su influencia malévola. El enemigo es Satanás el Diablo, al que se describe aptamente en la Biblia como “el gran dragón” y “la serpiente original.” (Rev. 12:9) Estos términos revelan inmediatamente los métodos y la mira de esta amenaza invisible. “Serpiente” sugiere la falacia furtiva, escurridiza y viscosa de su campaña, mientras que “dragón” o “devorador” expone su mira de engullirse a todos los que se oponen a él, de engordar a costa de ellos, pues la sumisión alimenta su propio ego.
¿Cómo le afecta a usted esta batalla? ¿No es un hecho que la mente de usted es uno de los botines que Satanás quisiera adquirir? De hecho, ya la ha sitiado, ha levantado montículos intelectuales contra ella, pues ha hecho cuanto ha podido por minarla en su mismísimo fundamento. El que usted sucumbiera a su ataque furioso podría resultar en que usted fuera de él. Y eso significaría para usted la desaprobación de Dios y la condenación final. ¡Qué importante, entonces, estar en guardia contra ese ‘león rugiente que trata de devorar’!—1 Ped. 5:8.
EL COMIENZO DE TODO
Note cómo esta campaña para capturar mentes comenzó en Edén. Nuestra primera madre, Eva, estaba tan versada en la ley de Dios tocante al fruto prohibido que pudo citarla palabra por palabra a la serpiente. Sutilmente la serpiente arguyó: ‘¿Es realmente cierto que Dios te ha privado del privilegio de comer de este fruto perfectamente excelente? La razón por la que no quiere que comas de él es que no quiere que seas tan inteligente como él. Por eso, ¡hazte lista! ¡Come! Realmente no morirás.’—Génesis, capítulo 3.
En aquella primera acometida de él, Satanás tuvo buen éxito. Eva sucumbió al razonamiento torcido de él, a su gran mentira. Él se llevó la mente de ella como botín. Y el apóstol Pablo describe aptamente el éxito de Satanás como sigue: “Mas tengo miedo de que de algún modo, así como la serpiente sedujo a Eva por su astucia, las mentes de ustedes sean corrompidas y alejadas de la sinceridad y castidad que se le deben al Cristo.”—2 Cor. 11:3.
Las Escrituras nos dicen que Eva fue engañada. (1 Tim. 2:14) Pero, ¿cómo? ¿Fue engañada de modo que pensara que estaba haciendo lo correcto? No, más bien el engaño estribó en el hecho de que se le prometió algo que no obtuvo. Había sido defraudada. El apoderarse egoístamente de algo no autorizado la puso en oposición desastrosa con la ley de Dios. Justamente fue sentenciada a muerte.
Adán, por otra parte, no fue engañado. Él no tuvo ninguna razón para creer en la promesa falsa del Diablo a su esposa. Él, como muchas otras personas aun en la actualidad, optó por irse con su cónyuge a la destrucción, más bien que ponerse de parte de la justicia. Sí, Adán también sucumbió a la batalla de Satanás por su mente. El adversario explotó el deseo egoísta de Adán de seguir teniendo a Eva a cualquier precio. Y así todo el mundo de la humanidad fue lanzado al pecado y la muerte.—Rom. 5:12.
A través de los siglos la batalla ha continuado. Satanás libró una campaña obstinada por la mente de los israelitas, a quienes Jehová había escogido como su pueblo típico. En el caso de ellos el adversario produjo diferentes armas de su arsenal. Valiéndose de la idolatría e inmoralidad degradadas de las naciones paganas de alrededor se esforzó, mediante ejemplos, por corromperles la mente. Con el tiempo, tuvo buen éxito. Los israelitas llegaron a desapreciar los mandamientos de Jehová, a contaminar su lugar de adoración verdadera.
LA CAMPAÑA SE INTENSIFICA
Con el tiempo Dios envió a la Tierra a su Hijo unigénito como el principal testigo de Su verdad. Este Hijo amado llegó a ser el blanco de una campaña intensificada de parte de Satanás. ¿Puede alguien dudar de que el Diablo haya estado combatiendo para controlar la mente de Jesús cuando lo sometió a tentación, hasta ofreciéndole la gobernación de todo el mundo a cambio de la adoración de Jesús? (Luc. 4:5-8) ¡Imagínese! Jesús pudo haber ido a Roma y realmente haberle dicho a César: “¡Fuera! Yo tengo el mando ahora.” Pero el Hijo de Dios no deseó parte alguna del sistema de cosas corrompido y marchito del Diablo. ¡Quiso el reino de Dios!
Los discípulos de Jesús de los primeros siglos fueron sometidos a una campaña atroz de persecución a medida que pelearon para frustrar los esfuerzos de Satanás por controlar su modo de pensar. Fueron echados a las bestias en la arena, fueron usados como antorchas humanas, sus familias fueron desbaratadas y desterradas a países remotos. A medida que los años pasaron, las presiones y zalamerías diabólicas tuvieron su efecto. Se desarrolló una religión pagana formalista con una apariencia cristiana. Continuó la guerra inexorable de Satanás por la mente de los hombres.
SE ACERCA LA ACCIÓN DECISIVA Y FINAL
Hoy vivimos en el tiempo del más grave peligro. Hemos llegado a los “últimos días” de este sistema de cosas. (2 Tim. 3:1-5) Desde que fue echado del cielo a la Tierra, Satanás sabe que su tiempo es corto antes de la acción decisiva. Su batalla por la mente de los hombres es total.—Rev. 12:12.
Considere lo atrincherado que está el poder del Diablo. Él controla y autoriza a todo sistema político de la Tierra. (Rev. 13:1, 2, 7) Promueve métodos autoritarios. Por medio del temor ha capturado la mente de muchos. Temen ser diferentes. Y Babilonia la Grande, la combinación mundial de las religiones falsas, continúa por un tiempo corto cumpliendo el propósito de Satanás, a saber, el de ‘cegar las mentes de los hombres’ a las promesas seguras del reino de Dios.—2 Cor. 4:4.
Ola tras ola de publicidad materialista y comercial somete a la población a un lavado de cerebro haciéndole pensar que tiene que tener todo lo que los vecinos tienen. Hasta los que afirman ser cristianos pueden ser afectados. Satanás está promoviendo la mayor campaña de propaganda de todo tiempo en sus esfuerzos por capturar la mente de los hombres. En estos días peligrosos se las ha arreglado para transformar a la multitud en “amadores de placeres.” Los medios informativos, incluso las carteleras, se combinan para promover la idea de que el placer y las posesiones materiales son las únicas metas legítimas de la vida.
Uno de los ardides más ladinos del Diablo es hacer que multitudes incontables de personas se sometan al lavado de cerebro por horas y horas... un procedimiento que hace pasar rápidamente ante sus ojos escenas de horror, escenas que inundan la mente de violación, asesinato, ratería, incendio premeditado y todo otro crimen. Sí, el lavado de cerebro se lleva a cabo por medio de programas de televisión. Para proteger su mente de esos ataques furiosos, los cristianos tienen que escoger con cuidado sus programas de TV.
El abuso del sexo es otra de las armas del Diablo. La atracción sexual se usa para vender toda clase de productos. El adulterio, la fornicación y la homosexualidad se han desenfrenado, y hay hasta clérigos excusando esas inmoralidades. Las piezas teatrales y las películas se hacen cada vez más atrevidas a medida que representan en la escena y la pantalla intimidades sexuales que solo son legítimas en el retiro del lecho matrimonial. Como lo describió con exactitud el apóstol Pablo, los pueblos de las naciones “andan en la inutilidad de su mente,” “habiendo llegado a estar más allá de todo sentido moral.” (Efe. 4:17-19) Y la batalla de Satanás por la mente de los hombres continúa sin cesar.
¡ESTÉ EN GUARDIA!
¡Recuerde! ¡El Diablo anda en pos de la mente de usted! Tiene como mira el capturarlo a usted y corromper su modo de pensar. ¿Cómo puede usted frustrarlo? Guardando su espiritualidad. “Porque el tener la mente puesta en la carne significa muerte, pero el tener la mente puesta en el espíritu significa vida y paz.” (Rom. 8:6) Es preciso que usted tenga la ley de Dios en su corazón y mente, algo que solo se logra mediante buenas asociaciones, estudio bíblico y oración. Solo así puede ‘fortificar su mente para actividad.’—1 Ped. 1:13.
Otra manera en la que usted puede contrarrestar el esfuerzo de Satanás por controlar su mente es siguiendo este consejo sabio: “Hagan pleno mi gozo en que son ustedes de la misma mente y tienen el mismo amor, estando unidos en alma, teniendo presente el mismo pensamiento, no haciendo nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad de mente que los demás son superiores a ustedes.” “Retengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús.” (Fili. 2:2, 3, 5) Sí, una mente unificada a la de compañeros cristianos y humildad de mente son las características de los seguidores verdaderos de Jesús. Hay que evitar el orgullo, porque la persona que es orgullosa rehúsa el consejo oportuno y camina derecho al desastre. La Biblia describe a tal persona como ‘hinchada de orgullo, que no entiende nada, sino que está mentalmente enferma.’—1 Tim. 6:4.
La pereza mental es otra trampa que puede hacer que la gente quede bajo control satánico. “Bueno, sencillamente no soy estudiante,” quizás diga alguien. Entonces aplíquese aun más. No hay manera fácil. Tenemos que mantener alerta nuestra mente para permanecer al día en cuanto a la voluntad y el camino de Dios. No queremos ser como los judíos del primer siglo que rechazaron al Hijo de Dios porque las “facultades perceptivas [de ellos] fueron embotadas.”—2 Cor. 3:14.
Tampoco podemos ser vacilantes, ‘indecisos e inconstantes en todos nuestros caminos.’ (Sant. 1:6-8) No obstante, algunos, que han tenido alguna asociación con el pueblo de Jehová por muchos años, jamás llegan al punto de dedicarse y bautizarse. Disfrutan de la compañía de los testigos de Jehová, pero nunca se hacen Testigos ellos mismos. Estas personas no están equipadas cabalmente para resistir las maquinaciones del Diablo. Sin la armadura espiritual de Dios, sin la ayuda de su espíritu que descansa sobre sus adoradores organizados y activos, son vulnerables al ataque furioso que Satanás lanza contra sus mentes.—Efe. 6:13.
Algunos se retraen de ser Testigos activos de la verdad de Dios. ¿Por qué? Por temor... temor a los vecinos, a los parientes, al patrono. Ese espíritu de temor los deja expuestos como blancos fáciles al Diablo. Pero el amor a Dios puede disipar ese temor. (1 Juan 4:18) ¡Y qué razones hay para amarlo, pues él es quien hace disponible el don de la vida eterna, y él es quien nos ofrece liberación a través del fin de todo el sistema de cosas de Satanás! Los temerosos y cobardes compartirán el destino de Satanás y sus demonios. (Rev. 21:8) El modo de pensar sabio, el modo de pensar que hace que uno someta amorosamente la vida de uno a los requisitos de Dios, es lo que derrotará los esfuerzos diabólicos que se hacen por esclavizar la mente de uno.
Trabaje duro para frustrar los esfuerzos del Diablo contra usted. Cuando el deseo incorrecto llene su mente, pregúntese: ¿Voy a darle a Satanás la victoria sobre mi mente? Cuando la inquietud o la codicia por cosas materiales arremeta contra usted, pregúntese: ¿Quién está controlando mi mente? Cuando la cólera surja, inquiera: ¿Quién está ganando el control de mi mente ahora?
Aprovéchese de todo lo que Jehová ha provisto para su protección contra los pasos ladinos de Satanás. Siga el excelente ejemplo del apóstol Pablo y acepte su consejo: “Hermanos, todavía no me considero como si lo hubiese asido [el galardón de la vida prometido por Dios]; pero hay una cosa en cuanto a ello: Olvidando las cosas que quedan atrás y extendiéndome hacia adelante a las cosas más allá, estoy prosiguiendo hacia la meta para el premio de la llamada hacia arriba, llamada de Dios por medio de Cristo Jesús. Nosotros, pues, cuantos somos maduros, seamos de esta actitud mental; y si mentalmente se inclinan ustedes de otro modo en sentido alguno, Dios les revelará la actitud mencionada. Y la paz de Dios que supera todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús.” (Fili. 3:13-15; 4:7) Guarde su mente, rehúse capitular ante Satanás, y Jehová lo remunerará con abundantes bendiciones.