Los cristianos fructíferos manifiestan contentamiento piadoso
“Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.”—1 Tim. 6:8.
1. (a) ¿Cómo debe afectar nuestra actitud para con las posesiones materiales el que uno sea cristiano? (b) ¿Qué consejo específico sobre este asunto se registra en Hebreos 13:5?
LOS verdaderos cristianos de la Biblia no son personas que simplemente van a un lugar de adoración de vez en cuando, y luego viven como el resto del mundo. El hecho de que son seguidores de Jesucristo influye profundamente en su punto de vista sobre la vida; de modo que toman a pechos las cosas que él y sus apóstoles enseñaron e hicieron. Como dijo Jesús, “no son parte del mundo,” y, por esa razón, si son cristianos maduros, no comparten el punto de vista del mundo materialista en torno de ellos. (Juan 17:16) No ponen las posesiones materiales por encima de los valores espirituales. ¿Es verdad esto en cuanto a usted? Si usted es una persona que profesa ser cristiana, ¿ha tomado a pechos el consejo que está registrado en la Biblia en Hebreos 13:5, que dice: “Que su modo de vivir sea exento del amor al dinero, estando contentos con las cosas presentes”?—NM; Young; Ro; Emphatic Diaglott.
2. (a) Antes del Diluvio, ¿cómo manifestó la gente su indiferencia para con el mensaje que predicó Noé, y es evidente hoy día la misma actitud? (b) ¿Es tal apatía lo que se da a entender por estar “contentos con las cosas presentes”?
2 El estar ‘contento con las cosas presentes’ no significa que uno sea indiferente respecto a su situación en la vida. Ciertamente no significa que está autosatisfecho en cuanto a asuntos espirituales. No es como aquellas personas que apáticamente “no hicieron caso” de la advertencia que dio Dios por medio de Noé antes del diluvio y que, como resultado, siguieron ‘comiendo y bebiendo y casándose y dando sus hijas en matrimonio’ de una manera que indicó que no tomaron en serio lo que Noé predicaba. (Mat. 24:38, 39) Mostraron por sus hechos que en realidad no creían que era inminente aquella destrucción global. Jesús dijo que la misma actitud predominaría en nuestro día, y ciertamente es así. Tal apatía impía tocante a asuntos espirituales no ha de confundirse con contentamiento piadoso.—Luc. 17:26-30.
3. ¿Por qué no podría ningún cristiano verdadero estar contento con el presente sistema de cosas inicuo?
3 Tampoco significa el consejo inspirado del apóstol Pablo de estar “contentos con las cosas presentes” que uno debe estar satisfecho con el presente sistema de cosas inicuo. Este sistema de cosas está impregnado de pecado y está desfigurado por enfermedad, sufrimiento y muerte, que son los frutos del pecado. Se caracteriza por hombres que son “amadores del dinero” y que se entregan a la falta de honradez que ese amor produce. Está lleno de los que son “amadores de placeres más bien que amadores de Dios.” (2 Tim. 3:1-5) ¿Cómo podría estar contento algún cristiano verdadero con tal situación?—Gál. 1:4.
4. (a) Por eso, ¿qué es el contentamiento que la Biblia nos insta a tener? (b) Con respecto a esto, ¿qué pregunta debería hacerse cada uno?
4 Entonces, ¿qué es exactamente el contentamiento que la Biblia nos insta a tener? Es contentamiento con los artículos de primera necesidad de la vida. Esto no significa que se le está instando a alguien a ser perezoso, que espere que otros provean para él mientras él se mantiene despreocupado. (2 Tes. 3:10, 12; Hech. 20:33, 34) Pero sí quiere decir que se nos insta a que no nos dejemos atrapar por el modo de vivir materialista del mundo, esforzándonos constantemente por aumentar nuestras posesiones materiales, como si la vida misma dependiera de hacerlo o como si tales posesiones fueran la fuente de la felicidad verdadera. Por esta razón Pablo dijo con claridad inequívoca a su compañero cristiano Timoteo: “Nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.” (1 Tim. 6:7, 8; Ecl. 5:15) ¿Puede usted, con toda honradez, decir que esto le aplica a usted?
LA VIDA NO RESULTA DE LAS POSESIONES MATERIALES
5. ¿Qué situación proveyó una excelente oportunidad para que Jesús indicara la actitud apropiada para con las posesiones materiales, y qué había de malo básicamente en el punto de vista sobre la vida que tenía su inquiridor?
5 En una ocasión cuando Jesús predicaba en el territorio de Judea, surgió una situación que le dio la oportunidad de dar énfasis a la actitud apropiada para con las posesiones materiales. Un individuo de la muchedumbre le dijo: “Maestro, di a mi hermano que divida conmigo la herencia.” Jesús no convino en mediar esa disputa de familia por la herencia, pero ciertamente discernió en qué consistía la dificultad y por eso contestó: “Mantengan abiertos los ojos y guárdense de toda suerte de codicia.” La advertencia de Jesús contra la codicia parece indicar que el hombre en realidad estaba tratando de conseguir algo que no le correspondía; evidentemente la disputa había surgido por no respetar el requisito de la Ley de que dos partes de todo le correspondían al hijo mayor. (Deu. 21:17) Pero la dificultad del hombre no solo consistía en que era codicioso; implica más que eso. Lo que lo hizo pensar así en primer lugar fue que él creía que las posesiones materiales son lo más importante en la vida, y Jesús aclaró, tanto para su provecho como para el nuestro, que tal modo de pensar no es sano, cuando dijo: “Aun cuando uno tenga en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee.” (Luc. 12:13-15) La vida proviene de Dios. Como el apóstol Pablo explicó a los hombres de Atenas, “el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él. . .él mismo da a todos vida y aliento y todas las cosas.”—Hech. 17:24, 25.
6. (a) ¿Con qué ilustración desarrolló Jesús el punto que estaba recalcando en aquella ocasión? (b) ¿Por qué es vano un derrotero semejante al del hombre de la ilustración de Jesús?
6 Desarrollando el asunto, Jesús usó una ilustración: “El terreno de cierto hombre rico produjo bien. Por consiguiente él discurría dentro de sí, diciendo: ‘¿Qué haré, ya que no tengo dónde recoger mis cosechas?’ De modo que dijo: ‘Haré esto: derribaré mis graneros y edificaré otros mayores, y allí juntaré todo mi grano y todas mis cosas buenas; y diré a mi alma: “Alma, tienes muchas cosas buenas almacenadas para muchos años; pásalo tranquila, come, bebe, goza.” ’ ” Pero aun si hubiera conseguido almacenar todas sus riquezas, ¿había alguna seguridad de que viviría suficiente tiempo para disfrutar de ellas? ¿Tenía seguridad en realidad? No, como Jesús prosiguió para mostrar. “Dios le dijo: ‘Irrazonable, esta noche exigen de ti tu alma. ¿Quién, pues, ha de tener las cosas que almacenaste?’” (Luc. 12:16-20) Y, ¿no es eso exactamente lo que tan a menudo sucede en la vida? Un hombre trabaja duro por muchos años para que cuando se jubile esté financieramente seguro, solo para morir antes de siquiera disfrutar de lo que ha ahorrado. ¡Qué vanidad!—Ecl. 2:17-19.
7. ¿Cómo muestra frecuentemente la gente hoy en día que es como aquel hombre de quien habló Jesús?
7 Jesús no le imputó al hombre de quien habló falta de honradez en los negocios, tampoco dijo que no tenía interés alguno en Dios. Pero su gran error fue que él tenla el punto de vista incorrecto en cuanto a la vida. Estaba ocupado adquiriendo posesiones materiales y no era “rico para con Dios.” (Luc. 12:21) ¡Cuán bien describe eso la situación de la mayoría de la gente hoy en día! Quizás “crean en Dios,” según dicen ellos, pero creen que, al fin y al cabo, el dinero logrará más para ellos que la fe. De modo que dedican la mayor parte de su vida a adquirir y disfrutar de las posesiones materiales, pero, como una póliza de seguros, por decirlo así, quizás incluyan un poco de religión en su vida. Son personas que ‘tienen una forma de devoción piadosa mas resultan falsos a su poder,’ y las Escrituras nos instan: “De éstos apártate.” (2 Tim. 3:5) No sea como ellos.
¿OCUPAN LOS INTERESES ESPIRITUALES EL PRIMER LUGAR EN SU VIDA?
8. (a) ¿De qué manera muestran muchas personas que los intereses espirituales no ocupan el primer lugar en su vida? (b) ¿Qué les impide que sean cristianos fructíferos?
8 ¿Cuál es su punto de vista sobre la vida? ¿Ha fijado usted su corazón en adquirir cosas materiales, u ocupa el servicio de Dios el primer lugar? Hay un sinnúmero de personas en este mundo que son como aquel hombre de quien Jesús habló en su ilustración. La preocupación a causa de deseos y necesidades materiales ocupa el primer lugar en su vida. Están ocupadas ganándose la vida, comprando una casa o volviendo a decorar una, agasajando a invitados o viajando por todos lados. Quizás digan que les agrada el mensaje del reino de Dios, pero éste siempre ocupa un lugar secundario. Les sucede como dijo Jesús... “las inquietudes de este sistema de cosas,” “el poder engañoso de las riquezas” y “los placeres de esta vida” dominan su vida y ahogan la palabra acerca del Reino, de modo que no puede crecer y hacerse fructífera. (Mar. 4:18, 19; Luc. 8:14) Tal derrotero no trae gloria a Dios.
9. ¿De quiénes se puede decir que ‘siguen llevando mucho fruto,’ y con qué resultados?
9 Por otra parte, hay aquellos que han tomado a pechos las palabras del Señor Jesús, quien dijo: “Mi Padre es glorificado en esto, que ustedes sigan llevando mucho fruto y demuestren ser mis discípulos.” (Juan 15:8) Quizás sean hombres que tienen empleo seglar, que proveen para sus familias. Quizás sean madres que atienden a sus hijos. Quizás sean estudiantes que asisten a la escuela. Pero, ante todo, son siervos de Dios. Manifiestan los frutos del espíritu de Dios en su vida, y también producen fruto del Reino, participando en la proclamación del reino de Dios. No ponen los intereses espirituales en un lugar secundario sino que ‘ofrecen siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.’ (Heb. 13:15) ¿Aplica eso a usted? Jesús mostró que aplica a los que tienen “un corazón excelente y bueno,” porque son los que reciben favorablemente la palabra de Dios, “la retienen y llevan fruto con perseverancia.” (Luc. 8:11, 15) Su derrotero glorifica a Dios y conduce a la vida eterna.—Rom. 6:22.
10. ¿Por qué buscan una educación universitaria algunos jóvenes que han participado en el servicio de Jehová, y cuáles son los peligros de tal derrotero?
10 Sin embargo, algunos individuos que han estado produciendo fruto piadoso se apartan de ese derrotero correcto, y a menudo esto se debe a que ya no están “contentos con las cosas presentes.” En los jóvenes, por ejemplo, influye fácilmente el punto de vista materialista del mundo en torno de ellos, y especialmente es cierto esto si sus padres se inclinan a tener en alta estima la habilidad de ganar un salario grande en el mundo de los negocios. Como resultado, quizás cifren su corazón en la educación que ofrecen las instituciones de “erudición superior” del mundo. Su deseo no es el de simplemente aprender un oficio para poder trabajar con las manos y no ser una carga a otros; no, quieren estar entre los que perciben fuertes ingresos. (1 Tes. 4:10-12) Pero, ¿qué hay de malo en eso? Jesús francamente dijo que sería más difícil que un hombre rico entrara en el Reino que un camello pasara por el ojo de una aguja de coser. (Luc. 18:24, 25) En vez de estar contentos con “sustento y con qué cubrirnos,” los que se dedican a obtener una “enseñanza superior” por lo general quieren poder disfrutar de “las demás cosas” que el dinero puede comprar. (Mar. 4:19) Si han de tener éxito en la educación que se han propuesto obtener, tienen que trabajar duro en ello. Disminuyen el estudio de la Biblia, la asociación con la congregación cristiana y la participación en el ministerio cristiano. Predominan las asociaciones mundanas; la filosofía mundana llena su mente. Entonces, ¿qué sucede? Quizás no lo que esperaban, aunque lo hubieran sabido si hubieran tomado en serio lo que dice la Biblia. (1 Cor. 15:33; Col. 2:8) Quizás aun hasta les causen una sacudida a los padres. Pues, recientemente un hombre que quería que su hijo adquiriera una “buena educación” para que la vida le fuera más fácil descubrió que, solo en un año en la universidad, el muchacho había perdido la fe... algo que ninguna cantidad de dinero puede comprar.
11. ¿Cómo han perdido su espiritualidad otros que en un tiempo estuvieron activos en el servicio de Dios?
11 Otros, también, quizás en un tiempo hayan estimado la verdad de la Palabra de Dios y hayan apartado tiempo para enseñarla a otros. Aplicaban lo que la Biblia dice en Colosenses 4:5: “Sigan andando en sabiduría para con los de afuera, comprándose todo el tiempo oportuno que queda.” Pero no guardaron su corazón. Conocían la verdad en su mente, pero con el tiempo su corazón comenzó a anhelar más posesiones materiales. Otra vez comenzaron a dedicar el tiempo que habían comprado del mundo a las búsquedas materialistas. Al principio pasaron por alto unas cuantas reuniones de la congregación, luego muchas. La participación en el ministerio del campo llegó a ser irregular, y finalmente cesaron. Al proceder así, “algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores.” (1 Tim. 6:10) Esto no es lo que habían planeado, pero es lo que sucedió. Llegaron a ser prósperos materialmente pero espiritualmente empobrecidos. (Rev. 3:15-17) Esto da énfasis a la veracidad de las palabras de Jesús: “No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas.”—Mat. 6:24.
12. (a) ¿De qué manera demuestra el derrotero de algunas personas que no son verdaderamente ‘ricos para con Dios’? (b) ¿Por qué es éste un asunto que ha de considerarse seriamente ahora?
12 Muchos son los individuos que, aun en la búsqueda de lo que se pudiera considerar como simplemente los requisitos normales de la vida, permiten que cese su producción de fruto para la alabanza de Dios. Se asocian con el pueblo de Jehová, pero en realidad no son ‘ricos para con Dios.’ Las horas extraordinarias de trabajo seglar frecuentemente eliminan el asistir a las reuniones de congregación, debido a que el temor de desagradar al patrón es más fuerte que su temor de desagradar a Dios. Quizás participen un poco en el ministerio del campo porque saben que es un requisito cristiano, pero dirigen sus esfuerzos principales a otros intereses. ¿Cuál será su posición cuando estalle el Armagedón? ¿Descubrirá en realidad Jehová, que examina el corazón, que son personas que lo han amado con todo su corazón y mente y alma y fuerzas? (Luc. 10:25-28) ¿Los preservará para que entren en su nuevo sistema de cosas? Este es un asunto que ha de considerarse seriamente. No simplemente el mes próximo o el año próximo, sino hoy, mientras todavía estamos vivos y podemos actuar, es el tiempo para probar que queremos ser alabadores de todo corazón de Jehová “desde ahora en adelante y hasta tiempo indefinido.”—Sal. 115:17, 18.
CONFIANZA EN DIOS COMO PROVEEDOR
13. ¿Qué actitud instó Jesús que tuvieran sus discípulos con respecto a obtener los artículos de primera necesidad de la vida, y cómo es ésta diferente a la de la gente mundana?
13 Obviamente, cuando uno pone en primer lugar en la vida los intereses materiales, se perjudica la espiritualidad. Una persona no puede producir fruto que realmente sea una honra para Dios si no considera las cosas de la manera que las considera Dios. ¿Cuál es el punto de vista apropiado de este asunto? Jesucristo cuando estuvo en la Tierra aclaró que jamás habló de su propia originalidad, sino que declaró la voluntad de su Padre en el cielo. (Juan 14:10) De modo que con interés leemos sus palabras sobre el asunto. Inmediatamente después de la ilustración de Jesús en la que dio énfasis al hecho de que la vida de uno no resulta de las cosas que posee, Jesús se dirigió a sus discípulos y les mostró cómo aplicaba este principio en la vida de ellos. Habló, no de amontonar grandes riquezas, sino de obtener los artículos de primera necesidad de la vida, diciendo: “Por este motivo les digo: Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué comerán o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán.” ¿No provee Dios alimento para las aves? ¿No ‘viste la vegetación del campo’? Entonces, ¡cuánto más cuidará de ustedes que son sus siervos! “Por eso dejen de andar buscando qué podrán comer y qué podrán beber, y dejen de estar en ansiedad y suspenso; porque todas éstas son las cosas en pos de las cuales van con empeño las naciones del mundo.” Los cristianos no han de ser como las “naciones del mundo.” Su entera vida no ha de ser simplemente una lucha por los artículos de primera necesidad materiales. (Ecl. 6:7) Esto no quiere decir que ellos necesitan estas cosas menos que los incrédulos. Como Jesús siguió diciendo: “El Padre de ustedes sabe que ustedes necesitan estas cosas. Sin embargo, busquen continuamente su reino, y estas cosas les serán añadidas.”—Luc. 12:22-31.
14. ¿Para quiénes mostró Jesús que haría esta provisión Dios, y qué incluiría?
14 Note que Jesús no dijo que nadie en la Tierra pasaría hambre. De hecho, predijo “escaseces de alimento” para nuestro tiempo. (Mar. 13:8) Tampoco hay seguridad alguna de que se les proveería el sostén a los que profesan ser cristianos simplemente porque no les guste trabajar o rehúsan efectuar trabajo que consideran demasiado humilde. (2 Tes. 3:10) Los que quizás sean escépticos en cuanto a la situación no se les da razón alguna para creer que ellos, con su falta de fe, serán favorecidos así por Dios. (Sant. 1:6-8; Heb. 11:6) Más bien, Dios hace la provisión para los ‘trabajadores,’ para los que ‘buscan continuamente su reino,’ para los que están “buscando primero el reino.” (Mat. 10:9, 10; 6:33) Él no prometió lujo material... solo “sustento y con qué cubrirnos.”—1 Tim. 6:8; Luc. 12:22, 31.
15. ¿Cómo ha bendecido el Padre celestial a muchos superintendentes cristianos por ‘buscar primero el reino,’ y quiénes pueden sacar provecho de su ejemplo de fe?
15 Hay muchos millares por todo el mundo que están vivamente conscientes de la bendición del Padre celestial sobre sus esfuerzos para obtener los artículos de primera necesidad de la vida mientras ponen en primer lugar los intereses del Reino. Por ejemplo, un superintendente cristiano del Brasil que tiene una esposa y cuatro hijos fue invitado al curso de entrenamiento especial de la Sociedad Watch Tower para los superintendentes. Trabaja regularmente para atender a su familia, pero, siendo de medios limitados desde un punto de vista material, no tenía manera de sostenerlos mientras estuviera ausente. Poco antes de salir para la escuela, oró a Dios acerca del asunto. Esa oración fue contestada cuando varios de la congregación se ofrecieron voluntariamente para atender a su familia materialmente mientras él estuviera fuera equipándose mejor para atenderlos a todos espiritualmente. En veintenas de casos la fe de tales superintendentes fue puesta a prueba. Sus patrones rehusaron la petición de una licencia para asistir a la escuela... pero más tarde les fue concedida, y frecuentemente con salario, cuando se comprendió que el empleado dejaría el trabajo si fuese necesario y buscaría otro más tarde, porque era un hombre que estaba “buscando primero el reino.” Ciertamente tales superintendentes tienen una fe que otros que adoran a Jehová pueden imitar provechosamente.—Heb. 13:7.
16. ¿Cuál ha sido la experiencia de los precursores cuando ponen el ministerio delante de sus esfuerzos por satisfacer sus necesidades materiales?
16 Particularmente los que están en el servicio de tiempo cabal como precursores han experimentado el cumplimiento de la promesa de que se les proveerían los artículos de primera necesidad de la vida si ponían en primer lugar el servicio de Dios. En un caso, un precursor regresó a su asignación de territorio después de una asamblea cristiana, con muy poco dinero y sin alojamiento. Al decidir cómo emplear su primer día de regreso, recordó las palabras de Jesús de Mateo 6:33. Todo el día trabajó en el ministerio del campo, y al hacerlo mencionó a los amos de casa que estaba buscando un cuarto que alquilar, pero nadie le ofreció uno. Ya entrada la tarde, después de darle el testimonio a una mujer de disposición favorable, otra vez mencionó su necesidad de alojamiento. Un pensionista que había estado escuchando desde el cuarto contiguo llamó a la señora de la casa y le dijo: “Encárguese de que este hombre tenga un lugar donde dormir, e invítelo a comer con nosotros. Si no puede pagar, yo pagaré. Él está haciendo la obra de Dios.” La experiencia no es insólita; es común entre los que han dejado casas y posesiones, para poder dedicar toda su vida al servicio de Dios.—Hech. 16:14, 15; Mar. 10:29, 30.
17. (a) ¿Qué actitud de parte del apóstol Pablo lo habilitó a ser productivo bajo circunstancias difíciles? (b) ¿Qué confianza de parte nuestra nos habilitará a continuar produciendo fruto piadoso aun en tiempos de dificultad económica?
17 Esto no significa que aquel que ‘busca continuamente el reino’ siempre tendrá una abundancia de provisiones, sino que hallará contentamiento. Concerniente a sus experiencias el apóstol Pablo, que entonces estaba en prisión en Roma, escribió a la congregación de Filipos en Macedonia: “He aprendido, en cualesquier circunstancias que esté, a bastarme con lo que tengo [a estar contento]. Realmente sé vivir con escasez, realmente sé tener abundancia. . . . Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.” (Fili. 4:11-13) Pablo no era de aquellos que renuncian cuando se ponen difíciles las cosas. Aun allí en la prisión siguió buscando los intereses del reino de Dios. Predicó a los guardias, y a otros para quienes pudo hacer arreglos para que lo visitaran. (Hech. 28:16, 30, 31; Fili. 1:13) Durante el tiempo que estuvo en prisión escribió seis cartas de maravilloso consejo espiritual que han llegado a ser parte de la Biblia. Sí, aun bajo condiciones adversas, sea debido a persecución o dificultades económicas, uno puede continuar produciendo fruto piadoso. Como dice Jeremías 17:7, 8: “Bendito es el hombre físicamente capacitado que cifra su fiada expectativa en Jehová, y cuya confianza Jehová ha llegado a ser. Y ciertamente llegará a ser como un árbol plantado junto a las aguas, que envía sus raíces al mismísimo lado de la corriente de agua; y no verá cuando venga calor, sino que su follaje realmente resultará frondoso. Y en el año de sequía no se inquietará, ni dejará de producir fruto.” Teniendo plena confianza en Jehová, continúa poniendo en primer lugar los intereses espirituales.—Heb. 13:5, 6.
ESFORZÁNDOSE POR ALGO MEJOR
18. ¿Cómo podemos mostrar hoy en día que tenemos fe como la de Abrahán, Isaac y Jacob, y por qué deberíamos desear hacerlo?
18 Cuando los testigos cristianos de Jehová del día moderno siguen tal derrotero prueban que tienen fe como la de aquellos hombres de tiempos antiguos que se mencionan con aprobación en la Palabra de Dios. Abrahán se mudó de la ciudad materialmente próspera de Ur en la antigua Caldea por mandato de Dios y llegó a ser un residente temporal en la tierra de Canaán. “Por fe residió como forastero en la tierra de la promesa como en tierra extranjera, y moró en tiendas con Isaac y Jacob, herederos con él de la mismísima promesa. Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y creador es Dios.” En aquel entonces, en el siglo veinte a. de la E.C., estuvieron anuentes a privarse de muchas de las comodidades que ofrecía el mundo, porque su corazón estaba cifrado en una ciudad permanente que Dios edificaría, un gobierno celestial bajo el cual podrían vivir. Si hubieran seguido pensando en cuanto al lugar que habían dejado, pudieran haber regresado a él. Pero no lo hicieron. “Por lo tanto Dios no se avergüenza de ellos, de ser invocado como Dios de ellos.” (Heb. 11:8-16) ¿Se complace igualmente Dios con el derrotero de vida que usted ha emprendido?
19. (a) ¿Por qué es nuestro tiempo uno de gran urgencia? (b) ¿Qué puede hacer que algunos que saben estas cosas pierdan las bendiciones del nuevo sistema de cosas de Dios, y qué advertencia oportuna da Jesús?
19 Hoy en día vivimos en tiempos críticos. Estos son los “últimos días” de este inicuo sistema de cosas. Ya han pasado más de cincuenta y dos años desde que se estableció el Reino en el cielo en 1914. El fin de seis mil años de historia humana está muy cerca. Los hechos físicos que marcan nuestro tiempo como la “conclusión del sistema de cosas” son inequívocos. (Mat. 24:3) Es un tiempo de gran urgencia. ¿Lo creemos? El hecho es que algunos que profesan creerlo quizás pierdan las bendiciones del nuevo sistema de cosas de Dios debido a que no están manteniendo su mente y corazón cifrados en la esperanza futura. En vez de hallar contentamiento con el “sustento y con qué cubrirnos” junto con devoción piadosa, están siendo absorbidos en el remolino materialista del mundo. Su búsqueda de los placeres del mundo es más ardiente que su servicio a Dios. Es por eso que Jesús advierte: “Presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:34-36.
20. ¿De qué manera podremos continuar probando que somos cristianos fructíferos?
20 Si abunda nuestro amor para con Dios, y tenemos conocimiento exacto de su Palabra, no permitiremos que se nos desvíe hacia las búsquedas mundanas, sino que mantendremos nuestra vida orientada en torno de “las cosas más importantes.” Así resultaremos ser cristianos fructíferos, “llenos de fruto justo, que es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.”—Fili. 1:9-11.