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Una inversión sanaLa Atalaya 1950 | 15 de marzo
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los cielos de nubes; que prepara la lluvia para la tierra; que hace crecer la hierba sobre las montañas; que da al ganado su alimento, y a los hijos del cuervo que claman a él.” (Sal. 147:7-9) ¿No se le asegura al hombre las cosas que necesita? ¿Por qué, pues, preocuparse acerca de la vida y sus muchos problemas? ¡Busque primeramente el Reino!
7. ¿Qué es menester hacer para obtener lo que Dios provee?
7 ¿No juntan nueces las ardillas y las almacenan en hoyos que cavan en la tierra o las esconden en los troncos de los árboles? ¿No hacen provisión para sí los castores y no almacenan miel las abejas en sus colmenas para el invierno? El asunto es éste: se hace provisión para todos los animales para que puedan juntar las cosas necesarias para su vida. Ellos trabajan para juntar lo que Dios provee. El hombre puede hacer igual. Todo lo que se requiere es que el hombre use las cosas que Dios provee. El hombre no debe ser más flojo que las aves del cielo, que los peces del mar o que los animales de la tierra. Como buen consejo para el flojo, el sabio dijo, ‘Considere a la hormiga, oh perezoso.’ Sí, es menester trabajar, pero para vivir no tenemos que convertirnos en esclavos al comercio ni a este mundo viejo.
8. ¿Por qué es insensatez acaparar grandes riquezas para un día futuro?
8 Es cosa natural que el hombre desee vivir, y su deseo es continuar su existencia todo lo posible aun en este tiempo presente de opresión y angustia; pero el acaparamiento de las riquezas terrenales no es la cosa que garantizará la vida así como no lo hizo para el hombre rico que almacenó todos sus bienes en sus graneros para luego morirse esa noche. Porque, según dice el relato, “esta misma noche han de exigir de ti la entrega de tu alma: ¿de quién será cuanto has almacenado?” (Luc. 12:20, Torres Amat) Luego Jesús en su discusión con sus discípulos dijo, “Y ¿quién de vosotros, por mucho que se afane, podrá añadir un codo a lo largo de su vida?” (Luc. 12:25) Si el cuerpo del individuo se desgasta y es tiempo para que ese cuerpo regrese al polvo, no hay gran cosa que uno pueda hacer para arreglar ese organismo. Si el corazón está agotado y el sistema nervioso está gastado o los músculos se atiesan y se endurecen, no hay gran cosa que uno pueda hacer para añadir otro paso a la vida; ha llegado al término de su camino. De modo que Jesús arguye, “Pues si ni siquiera una cosa tan mínima así podéis hacer, ¿por qué os afanáis respecto de lo demás?” (Luc. 12:26) En otras palabras, si no podemos extender nuestra vida un poco, ni siquiera un codo, entonces ¿por qué debemos estar ansiosos y preocupados por almacenar muchos bienes, alimentos, ropa, y por tener muchas casas y propiedades? ¿Por qué debemos estar ansiosos de almacenar en graneros las cosas que hemos juntado durante el pasado año y luego decir: “De aquí en adelante comeré, beberé y gozaré de la buena vida”? ¡Cuánto mejor sería dar lo que tenemos a los pobres y acumular para nosotros mismos tesoros en el cielo!
9. ¿Qué tesoro tenemos? ¿Cómo acumulamos tesoro en el cielo?
9 ¿Qué tesoro tenemos? Los que han llegado a un conocimiento de la Palabra de Dios tienen la verdad. Han llegado a conocer quién es Jehová Dios, el Supremo del universo; cómo Él proveyó a su Hijo Cristo Jesús para redimir mediante él a la humanidad para que ésta pueda conseguir la vida eterna; cómo Cristo Jesús ya ha venido y tomado para sí su poder y ha comenzado a reinar y que el reino por el cual hemos orado se ha establecido. Estas cosas las conocemos; estas cosas los cristianos poseen en cuanto a conocimiento debido a su estudio de la Palabra de Dios, y ellos pueden dar este buen mensaje a los pobres que ahora gimen y lloran por causa de las abominaciones que han venido sobre ellos en este mundo. Los verdaderos cristianos dedicarán las cosas que tienen en este mundo, sean pocas o muchas, para traer este mensaje a los pobres y para consolar a los que gimen. Se acuerdan que la vida del individuo no depende de las cosas que él posee, sino que su existencia eterna depende del tesoro que acumula en el cielo. Consistentemente añaden a su tesoro celestial por medio de predicar las buenas nuevas del Reino.
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Revisando la obra mundial del año pasadoLa Atalaya 1950 | 15 de marzo
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Revisando la obra mundial del año pasado
1. ¿Qué son los testigos de Jehová? ¿Qué preguntamos acerca de ellos?
LOS testigos de Jehová son ministros de Dios, ordenados para predicar la Palabra. Revisemos lo que han hecho, pues, para ver si se esfuerzan por acumular tesoros en el cielo o únicamente tesoros sobre esta tierra. ¿Dan a los pobres y les llevan el consuelo y las buenas nuevas?
2. ¿Hubo muchos publicadores del Reino en 1914? ¿Qué les aconteció?
2 La Sociedad Watch Tówer Bible and Tract, el cuerpo gobernante de los testigos de Jehová, ha indicado mediante sus publicaciones que el reino de los cielos se estableció en 1914, y ha demostrado en sus escritos cómo las señales del día presente están cumpliendo las profecías en prueba del establecimiento de ese reino. La primera Guerra Mundial fué una de las primeras señales que Jesús en el capítulo 24 de Mateo predijo marcaría el fin de los tiempos de los gentiles y el principio del reino de Cristo en los cielos. La revista La Atalaya ha probado esto muchas veces en sus columnas. ¿Había en ese tiempo muchos proclamadores o anunciadores de este Reino establecido? Sí, había un número considerable esparcido por todo el mundo; pero cuando la guerra mundial estalló en toda su furia, muchas de las oficinas Sucursales de la Sociedad fueron clausuradas y los testigos de Jehová en casi todos los lugares fueron arrojados a prisiones, a muchos se les dió la muerte, y su organización fué seriamente quebrantada. De hecho, los de la oficina principal en 124 Columbia Heights, Bróoklyn, Nueva York, fueron tomados y puestos en la prisión de Atlanta; pero por medio de seguir un proceso lento de corte y haciendo
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