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Comentarios sobre las transfusiones de sangreLa Atalaya 1979 | 1 de febrero
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no había llegado todavía. Hasta que Jill despertara en el salón de recuperación y el Dr. O— pudiera administrarle sus exámenes neurológicos, no se sabría si tendría parálisis.
“Entonces, de súbito, después de tres horas de angustiosa espera, las puertas del hospital se abrieron de un fuerte empujón. ¡El Dr. B— salió al pasillo, con el camisón de médico al viento, los brazos bien elevados por encima de la cabeza, y los dedos en señal de victoria! Antes de que él dijera una sola palabra sabíamos que Jill estaba bien.
“Jill estuvo en Duke dieciocho días. Quiero dar énfasis al hecho de que el personal del Centro Médico de Duke fue muy cooperador y apoyador al atenderla. Ella se recuperó con rapidez. Como ayuda para que la fusión sanara y para dar apoyo a la espina dorsal, Jill tendría que llevar una enyesadura corporal (como una tortuga) por seis meses.
“Ahora Jill ha salido de su enyesadura. Tiene la espalda bien recta y participa en casi todo tipo de actividad. A través de los años Jehová le ha dado fortaleza para aguantar el dolor y enfrentarse denodadamente a cirugía mayor. Ahora la observamos caminar y nos sentimos muy humildes.”
Esta clase de información médica fortalecedora puede ayudar a las personas a dar más consideración a lo que el Creador del hombre dice acerca de la sangre.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1979 | 1 de febrero
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Preguntas de los lectores
● Estoy instruyendo en la Biblia a una señora que recientemente me confesó que solía robar en las tiendas. ¿Es necesario que ella trate de devolver todo lo que robó, o hasta que se entregue a la policía, antes de que califique para ser cristiana bautizada?
Las personas que se hallan en situaciones como ésa tienen que resolver para sí mismas, en armonía con su conciencia, si van a tomar uno de esos dos pasos antes del bautismo.
Las Escrituras nos aseguran que es la voluntad de Dios “que hombres de toda clase sean salvos y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad.” Con ese fin Dios envió a su Hijo como rescate correspondiente. (1 Tim. 2:4-6) El mérito limpiador de la sangre de Jesús está disponible a personas que hayan llevado vidas extremadamente inicuas, o que hayan sido culpables de graves pecados, antes de haber aprendido la verdad de la Biblia, y haberse arrepentido y vuelto de su proceder.
Por ejemplo, el hecho de que la comunidad judía de Jerusalén en 33 E.C. apoyara a sus líderes religiosos al exigir la muerte de Jesús no significaba que nunca podrían llegar a ser cristianos. El día del Pentecostés el apóstol Pedro dijo a muchos de ellos: “Sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios lo hizo Señor y también Cristo, a este Jesús a quien ustedes fijaron en un madero.” Sí, ellos llevaban por lo menos alguna culpa por aquel asesinato. Heridos en el corazón, preguntaron: “¿Qué haremos?” Pedro contestó: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes.”—Hech. 2:36-38.
Fue un caso similar el de Saulo, quien estuvo ‘respirando amenazas y asesinato’ contra los cristianos, y fue testigo de la muerte de Esteban y la aprobó. (Hech. 7:58; 8:1; 9:1; 22:20) Saulo, conocido más comúnmente como Pablo, más tarde admitió: “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a pecadores. De éstos yo soy el más notable. No obstante, . . . se me mostró misericordia.”—1 Tim. 1:15, 16.
Sin embargo, pudiera preguntarse si alguien tiene que tratar de hacer reparaciones por los delitos o pecados por los cuales fue culpable antes de aceptar el cristianismo.
Lo que pudiera venir a la mente es el hecho de que bajo la ley mosaica se exigía restitución y compensación en los casos de robo. Por ejemplo, si un israelita hubiera robado un toro y lo hubieran sorprendido con él, habría tenido que devolverlo, así como dar otro toro para compensar al dueño por la pérdida de los servicios de su toro.—Éxo. 22:1, 3-9.
O quizás se hiciera referencia al relato de Lucas acerca de Zaqueo, un principal recaudador de impuestos de Jericó, quien evidentemente había usado prácticas dudosas para sacar dinero, y se había hecho rico mientras hacía estas cosas. Al recibir atención favorable de Jesús, Zaqueo dijo: “Todo cuanto le arranqué a persona alguna por acusación falsa le devuelvo el cuádruplo.” Jesús aprobó esta respuesta sincera que manifestaba fe y arrepentimiento, al decirle: “Este día ha venido la salvación a esta casa. . . . Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido.” (Luc. 19:1-10) Aparentemente Zaqueo
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