Viviendo con la vida en el nuevo orden de Dios en mira
“Pelea la excelente pelea de la fe, logra asirte firmemente de la vida eterna para la cual fuiste llamado.”—1 Tim. 6:12.
1. ¿Por qué sería tontería empezar a vivir para los placeres de este mundo?
DE LO que hemos considerado en el artículo previo, ¡cuán tontos, cuán insensatos seríamos si empezáramos a vivir nuestra vida para asociaciones mundanas, placer de beber, oportunidades para jugar con la inmoralidad sexual o la satisfacción ilícita de la fornicación y el adulterio! ¿Por qué deberíamos desagradar a Jehová cuando, por nuestra conducta, podemos honrarlo y probar que el Diablo es un mentiroso? ¿Por qué causar debilitación de la salud por estos abusos, posiblemente contrayendo alguna enfermedad aborrecible que pueda producir muerte prematura, cuando podemos contribuir a nuestra salud física y mental por el modo de vivir limpio? ¿Por qué arriesgar el ser cortado de la congregación cristiana y hasta el cortamiento eterno en la muerte, por unos cuantos momentos de placer egoísta mal habido, cuando tenemos ante nosotros la vida eterna en el nuevo orden de Dios como el galardón para los que mantienen integridad?
2. ¿Qué principio bíblico gobierna el resultado de nuestra conducta, y qué tenemos que hacer si queremos la vida en el nuevo orden de Dios?
2 Sí, ¿por qué? No hay razón sensata para que lo hagamos, sin importar cómo lo consideremos. Depende de lo que queremos. La Biblia es muy clara: Lo que sembramos es lo que segamos. Si sembramos para la carne, tendremos que segar los dolores y congojas que vienen con la momentánea satisfacción carnal, y al fin, la muerte. En contraste, si sembramos con el espíritu en mira, tenemos los beneficios de una vida limpia ahora y vida eterna como nuestra esperanza segura adelante. (Gál. 6:7, 8) La pregunta ante cada uno de nosotros es: ¿Para qué estamos viviendo? Si queremos la vida en el nuevo orden de Dios, ¡tenemos que vivir para ella ahora!
3. ¿Cómo describe Pablo a algunos en su día que se apartaron del proceder cristiano?
3 Pablo, en Filipenses 3:17-19, animó a compañeros cristianos a imitarlo a él y a otros que estaban siguiendo un proceder fiel, pero luego, en advertencia, declaró: “Porque hay muchos, los mencionaba frecuentemente, pero ahora los menciono también llorando, que están andando como enemigos del madero de tormento del Cristo, y su fin es destrucción, y su dios es su vientre, y su gloria consiste en su vergüenza, y tienen la mente puesta en las cosas de la tierra.”
4. Si queremos la vida en el nuevo orden de Dios, ¿en qué debemos tener concentrada nuestra mente?
4 El punto es: ¿Dónde está nuestra mente? ¿Dónde están los intereses de nuestro corazón? ¿Tras qué estamos siguiendo? Es preciso que nos apeguemos a la realidad. Pablo, en 1 Timoteo 6:19, dio órdenes a los que estaban siguiendo tras intereses y deseos terrestres, diciéndoles que deberían ‘atesorar para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que lograran asirse firmemente de la vida que lo es realmente.’ Sí, ¡la vida que lo es realmente! ¡De eso queremos lograr asirnos firmemente! Esto significa vivir para el nuevo orden de Dios y no para la satisfacción de los deseos carnales. Romanos 8:6 lo expresa bien: “Porque el tener la mente puesta en la carne significa muerte, pero el tener la mente puesta en el espíritu significa vida y paz.”
5. ¿Cómo puso Moisés el ejemplo correcto en cuanto a vivir para el Nuevo Orden?
5 Moisés puso un ejemplo excelente en cuanto a vivir con el nuevo orden de Dios en mira. Escogió “ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado, porque estimó el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto; porque miraba atentamente hacia el pago del galardón.” (Heb. 11:25, 26) ¿Rechazamos nosotros, como Moisés, el “disfrutar temporalmente del pecado,” y, más bien, miramos “atentamente hacia el pago del galardón” en el nuevo orden de Dios, aunque a veces se nos vitupere y se nos desprecie? ¿Aunque tengamos que disciplinar nuestro cuerpo y sujetar nuestros deseos carnales? Sí, ¿aunque tengamos que esforzarnos con vigor para mantenernos fuertes espiritualmente?
6. Al mantenernos libres de las prácticas de este mundo, ¿estamos nosotros como cristianos realmente privándonos de algo de valor?
6 Por supuesto, el que uno sea cristiano y se mantenga libre de las prácticas de este mundo lo hará impopular con el mundo. Quizás otros digan que nos estamos privando, que nos estamos negando innecesariamente. Pero, ¿realmente estamos perdiendo algo de verdadero valor? ¡No, realmente estamos ganando todo! No estamos privándonos de algo que realmente necesitamos para tener felicidad verdadera. El modo de vivir cristiano no es una vida triste, infeliz. Nuestro mayor gozo proviene de agradar a nuestro Padre celestial. Además, cuando servimos a Jehová, nos evitamos el dolor y la congoja terribles que vienen con la desobediencia. ¿Por qué deberíamos ir por la vida buscando “sensaciones fenomenales” y emociones, solo para sufrir atormentadores remordimientos de la conciencia, sabiendo plenamente bien que tales cosas no producen verdadera felicidad, sino que solo conducen a la muerte? Aun la retribución misma resulta en muchas experiencias duras mientras todavía vivimos.
7. ¿Cómo nos ayudará la fe en las promesas de Dios al vivir para el nuevo orden de Dios?
7 A resumidas cuentas, ¿Qué puede compararse con la vida en el nuevo orden de Dios? Al tiempo presente solo podemos obtener vistazos mentales de lo que será la vida entonces, pero ¡cómo producen dentro de nosotros un deseo vehemente de estar allí! La pregunta es: ¿Se ve usted mismo allí? Si se ve, con fe, esto será una gran ayuda para resistir los deseos de la carne. Usted no querrá que nada ponga en peligro sus expectativas de estar allí en realidad. Acuérdese, la fe se define como “la demostración evidente de realidades aunque no se contemplan.” Considere, también, que la fe no solo envuelve el creer que Dios existe, sino que él “viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.” (Heb. 11:1, 6) Nuestra esperanza de vivir en el nuevo orden de Dios debe ser tan fuerte en nuestra mente que podamos imaginarnos estar allí mismo, no presuntuosamente, sino ciertamente con una esperanza fuerte, ferviente de estar allí por la bondad inmerecida de Jehová. Pero, de nuevo, ¿qué queremos? ¿Para qué estamos viviendo? Si es con el nuevo orden de Dios en mira, simplemente no hay comparación con las atracciones fútiles de este mundo vacío.
EL HOMBRE CREADO PARA DISFRUTAR DE LA VIDA
8. ¿Por qué puede decirse que Dios creó a las criaturas humanas para disfrutar de la vida?
8 Cuando Jehová creó al hombre y a su ayudante la mujer, no se propuso que vivieran vidas austeras sin placer. Al contrario, Dios se propuso que Adán y Eva, así como todos sus descendientes, disfrutaran del vivir, y eso es lo que Dios se ha propuesto que sea el caso cuando toda la Tierra llegue a ser un paraíso bajo su reino. Considere por un momento las magníficas condiciones y alrededores en el Jardín de Edén que contribuían al placer y contentamiento de la primera pareja humana. Sus cuerpos estaban construidos de tal manera que percibían sensaciones transmitidas por el sistema nervioso. Se creó alimento de las plantas del suelo con una gran variedad de sabores y olores, y la lengua y la nariz fueron diseñadas para poder saborear éstos. El comer hasta satisfacerse sería algo de que disfrutar cabalmente y no una mera faena de llenar el vientre tres veces al día. Los oídos recibirían los sonidos melodiosos de la Tierra, incluso las palabras de comunicación producidas por los órganos del habla de semejantes humanos. Los ojos percibirían reflejos de la belleza a su alrededor en todos los colores del espectro. Jehová quería que el hombre viera y apreciara la belleza y diseños infinitos de su creación.
9. ¿Por qué no sería necesario que el hombre se aventurara más allá de los límites establecidos para él para satisfacer todos los deseos apropiados?
9 Y además para aumentar el deleite del hombre, Jehová hizo posible que sintiera, que disfrutara del delicado sentido del tacto. Sí, en su relación de los unos con los otros, y todas las cosas a su alrededor, Jehová hizo todo de tal manera que todos los sentidos y los deseos apropiados del hombre fueran satisfechos perfectamente. No habría frustraciones, no habría falta de cumplimiento, y sin embargo no habría perversión de estos sentidos por un uso incorrecto de ellos. La procreación por relaciones sexuales dentro de los vínculos del matrimonio sería agradable, acercando más al hombre y su esposa tanto física como emocionalmente. Jehová le dio al hombre un cerebro con el cual razonar; podía apreciar, podía observar, podía llegar a conclusiones. Era una criatura moral. Teniendo las cualidades de Dios intraconstruidas, el hombre verdaderamente fue creado a la imagen de Dios, su Creador.—Gén. 1:26-31; 2:7-15.
10. Aunque el primer hombre y la primera mujer perdieron el derecho a vivir en el paraíso, ¿qué se ha propuesto Dios para la Tierra?
10 Pero aunque hoy las criaturas humanas están lejos de esas condiciones perfectas y ese ambiente perfecto en los cuales fue colocada la primera pareja humana cuando fue creada, es preciso que recordemos que el propósito de Dios para la Tierra no cambió debido a que algunos de sus hijos espíritus y terrestres se rebelaron contra su soberanía. Jehová ha hecho arreglos por medio de su Hijo Cristo Jesús para restaurar el paraíso a esta Tierra y dar vida en él a todos los de la prole de Adán que demuestran que serían obedientes allí y no serían inadaptados. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.”—Juan 10:10.
VIENDO EL NUEVO ORDEN DE DIOS CON EL OJO DE LA FE
11. En el nuevo orden de Dios, ¿qué se hará posible por la eliminación de la imperfección y la muerte humanas?
11 ¡Qué indescriptible don gratuito será el tener salud perfecta y felicidad verdadera en el nuevo orden de Dios! Ya no guerreará el pecado contra nuestro corazón y mente. En cambio, habrá control perfecto de nuestras facultades, tanto físicas como mentales; y sin embargo Dios se encargará de que todo deseo normal y apropiado del hombre sea satisfecho. Ya no decaerá nuestra fuerza, agilidad mental y aguante. Ya no se derramará en la muerte una vida de conocimiento, habilidades y experiencias, cuando el “tazón de oro” del cerebro se quebrante y regrese al polvo y la persona ya no sea más. (Ecl. 12:6) En vez de ver a la gente sucumbir a la muerte, ¡qué emoción será dar la bienvenida del sepulcro a nuestros amados que están en la memoria de Dios, sí, a los miles de millones que se levantarán a la vida de nuevo! ¡Qué placer será enseñarles los propósitos de Dios, a la vez que ellos nos relatan sus antiguas experiencias! ¿Cambiaría usted el privilegio de asociarse con éstos, incluso todos los hombres fieles hasta Abel, por asociaciones mundanas ahora? ¡Nunca suceda eso!
12, 13. ¿Qué provisión ha hecho ya Jehová, y qué bendiciones podemos esperar confiadamente en el nuevo orden de Dios?
12 En el nuevo orden de Dios, ¡qué deleite será adorar y servir a nuestro Dios en espíritu y en verdad, aprender de él todos los días, cantar alabanzas a su nombre, maravillarnos de su creación, ver cumplidos sus propósitos, ver sus principios en acción para efectuar el bien! No habrá fin de cosas que aprender a medida que él nos instruya. Por su Hijo Cristo Jesús él ya ha establecido un gobierno perfecto para la bendición de toda la humanidad. Bajo su gobierno nuestra hambre y sed de justicia serán plenamente satisfechas. No habrá más injusticias y desigualdades. (Isa. 9:6, 7) ¡Qué placer será dar otro paso cada día no solo para desarrollar nuestra mente y nuestras habilidades, sino también para usar éstas para perfeccionar esta Tierra y transformarla en un maravilloso hogar paradisíaco!
13 Sí, la Tierra misma será dada a los hijos de los hombres para herencia suya. Mire adondequiera entonces, de este a oeste, de norte a sur, usted verá que toda la Tierra es un paraíso magnífico. Sus llanuras, sus valles, sus colinas y montañas, sí, sus mares todos estarán bajo la supervisión del hombre. Bajo la guía de Dios, ¡qué deleite será trabajar con nuestras manos y facultades mentales para hacer de esta Tierra el magnífico hogar que el Creador se propuso para el hombre! ¿Cambiaría usted esta expectativa feliz por una noche de parranda y borrachera? ¡Qué tonto sería uno si lo hiciera!
14, 15. ¿De qué privilegios excelentes disfrutará el hombre en cuanto a las plantas y los animales en la Tierra?
14 ¡Qué enormes posibilidades hay adelante! Vea con el ojo de su mente cuáles son éstas. ¡Qué maravilloso será cuidar las plantas y los animales, como Dios originalmente le asignó al hombre hacerlo! La inmensa variedad de plantas suministrará al hombre el alimento más selecto, fibras para ropa, materiales de construcción y otros productos provechosos. Habrá interminables cosas de interés que aprender en cuanto a la vida vegetal de la Tierra. ¡Cuán fascinante es ver crecer las plantas, ver las diferentes maneras en que se propagan, cómo se esparcen las semillas! Nos maravillamos de cómo Jehová ha hecho a cada una.
15 Y los animales... ¡qué placer será cuidarlos, estudiarlos, trabajar con ellos, disfrutar de ellos! ¡Cuán natural es desde los días de nuestra juventud que nos gusten los animales! Vamos a parques zoológicos o parques especiales para verlos hoy, pero entonces podremos verlos en las regiones donde viven naturalmente. Conoceremos sus hábitos. No querremos abusar de ellos o usarlos incorrectamente. Al verlos jugar y construir sus guaridas o nidos, al verlos criar a sus hijuelos, ¡todo nos hará maravillarnos de las obras de la mano de Jehová, el gran Creador!
16. ¿Cuáles son algunos campos de conocimiento que podremos explorar, y qué tenemos que hacer para compartir esta herencia?
16 Y, al desarrollar usted su propia herencia, sus vecinos estarán haciendo lo mismo. De hecho, todos los habitantes de la Tierra serán sus vecinos. ¡Y qué oportunidades tendrá usted de amar a su prójimo como a usted mismo! El amor será la fuerza móvil y así no habrá ningún deseo de causar daño a otros, sino, más bien, de otorgar una bendición. Tantas cosas buenas estarán sucediendo en el nuevo sistema de cosas que simplemente no habrá lugar para monotonía. Nadie será perezoso. A la vez que enseñamos a otros, habrá interminables cosas nuevas que aprender y de las cuales disfrutar. (Isa. 11:9) Piense en los campos que explorar. El conocimiento avanzado de la física y la química hará posible que el hombre utilice plenamente los recursos de esta Tierra, y esto sin la contaminación y los problemas de deshacerse de los residuos a los cuales se enfrenta esta generación presente. Los arquitectos, los proyectistas y los constructores podrán usar sus talentos a grado cabal. Habrá tiempo, también, para perfeccionar las habilidades en lo que hoy se llama las bellas artes, y para disfrutar plenamente de éstas: La mejor música, sin manchas de inmoralidad, religión babilónica o mitología; pinturas o esculturas que tienen significado y reflejan habilidad, más bien que productos de mentes torcidas. Ahora bien, ¿perderíamos el derecho a todo esto por una noche de fornicación o de jugar con la inmoralidad sexual? ¡Algunos lo han hecho! ¡Pero eso no es lo que quiere el siervo fiel de Dios! Él sabe que nadie podrá mofarse de Jehová Dios, y que para vivir en el nuevo orden de Dios hay que odiar lo que es malo así como amar lo que es bueno y justo.
17, 18. (a) ¿Por qué no podemos aflojar nuestra vigilancia ni siquiera por un instante al seguir tras nuestra meta de la vida en el nuevo orden de Dios? (b) ¿Qué quiso decir Jesús cuando aconsejó que se nos arrancara una parte del cuerpo si ésta nos hace tropezar?
17 Tenemos que seguir probando nuestro amor y devoción a Jehová a pesar de todo lo que el Diablo pueda acarrear sobre nosotros, y esto a pesar de las debilidades de la carne. Tenemos que seguir andando en el camino angosto y estrecho que conduce a la vida eterna. No nos conviene salirnos de este camino ni por un solo instante y entrar en el camino ancho con todos los millones de individuos que están andando en él hacia su muerte.—Mat. 7:13, 14.
18 ¿Qué importa si tenemos que arrancarnos un ojo o cortarnos una mano, hablando simbólicamente, si nos están haciendo tropezar, a fin de segar vida eterna en el Nuevo Orden? Jesús advirtió que cualquier casado que siguiera mirando a una mujer, a fin de tener una pasión por ella, realmente había cometido adulterio con ella en su corazón. Después de eso dijo que uno debería arrancarse un ojo si este ojo lo hacía tropezar o que la mano debería ser cortada si la mano lo hacía tropezar. Mejor que se haga esto, llegando al nuevo sistema sin estos miembros ofensivos, por decirlo así, si ellos hicieran que todo el cuerpo fuera a parar en el Gehena para ser destruido eternamente. Por consiguiente: ¿tienden a dirigirse nuestros ojos a veces en la dirección de los caminos y actitudes inmorales? ¿Hay un apetito de información inmoral, sea de libros o películas, o miramos a los del sexo opuesto con motivos inmorales? Entonces hay que efectuar cambios drásticos, comparables a arrancarse el ojo del cuerpo y desecharlo. ¿Se inclina la mano a veces a entrar en los lugares incorrectos, haciendo cosas incorrectas? Entonces debería ser inmovilizada cuando se enfrente a la tentación, como si un cirujano la hubiera amputado del cuerpo.—Mat. 5:27-30.
19. ¿Cómo puso Pablo el ejemplo al correr la carrera para la vida eterna?
19 Pablo lo expresó de otra manera en 1 Corintios 9:24-27: “¿No saben ustedes que los corredores en una carrera todos corren, pero solo uno recibe el premio? Corran de tal modo que lo alcancen. Además, todo hombre que toma parte en una competencia ejerce gobierno de sí mismo en todas las cosas. Pues bien, ellos, por supuesto, lo hacen para obtener una corona corruptible, pero nosotros una incorruptible. Por lo tanto, la manera en que estoy corriendo no es incierta; la manera en que estoy dirigiendo mis golpes es como para no estar hiriendo el aire; antes aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo.”
20. ¿Qué provisiones se han hecho para ayudarnos a seguir avanzando a nuestra meta de la vida en el nuevo orden de Dios?
20 Si verdaderamente estamos esforzándonos por la vida en el nuevo orden de Dios, tenemos que demostrar nuestra sinceridad aprendiendo la ley divina ahora y viviendo en armonía con ella. No podemos engañar a Dios, y de nada sirve engañarnos a nosotros mismos. Tenemos que continuar hasta el fin sin hipocresía. Debemos vigilarnos a nosotros mismos y a la compañía que cultivemos. Nuestros asociados deberían ser los que también están trabajando para estar en el Nuevo Orden con nosotros. Deberíamos probar nuestra sinceridad por nuestra devoción en la predicación de las buenas nuevas, por nuestro estudio personal, por nuestra asistencia a las reuniones. Sí, el servicio de Dios debería llenar toda nuestra vida, y entonces no estaremos desviando ninguna energía, ninguna maquinación del corazón, hacia satisfacer los deseos de la carne. De veras estaremos viviendo para el nuevo orden de Dios.—Col. 3:23-25.
SE NECESITAN AGUANTE Y PERSEVERANCIA
21, 22. (a) ¿Por qué es importante el aguante si hemos de alcanzar nuestra meta? (b) ¿Por qué no deberíamos sentirnos desanimados si los obstáculos son muchos? ¿Quién nos ayudará?
21 Por supuesto, todavía no hemos llegado allí, pero sabemos que está muy cerca. Sabemos, también, que los tiempos en los cuales vivimos ahora son muy difíciles. No solo tenemos que ofrecer resistencia hoy, sino que mañana se requerirá lo mismo. En otras palabras, se requiere aguante y perseverancia. Jesús dijo: “Mediante la perseverancia de parte suya adquirirán sus almas.” Santiago nos consuela con estas palabras: “Feliz es el hombre que sigue aguantando la prueba, porque al llegar a ser aprobado recibirá la corona de la vida, que Jehová prometió a los que continúan amándolo.”—Luc. 21:19; Sant. 1:12.
22 Quizás a veces nos parezca imposible. Las cosas en contra nuestra pueden parecer abrumadoras. Tenemos tentaciones, tenemos oposición, tenemos dificultades, tenemos enfermedades, tenemos todas las cosas comunes a los hombres imperfectos, y de vez en cuando parece que todas éstas atraviesan nuestra senda, hasta proviniendo todas a la vez, de modo que sentimos que simplemente no podemos lograrlo. Desde el punto de vista humano, estaríamos impotentes, sí, desesperanzados. Pero note cómo Jesús contestó a sus apóstoles cuando se les hizo patente a ellos que el entrar en el Reino sería muy difícil, aparentemente imposible: “Quedaron aún más atónitos y le dijeron: ‘¿Quién, de hecho, puede ser salvo?’ Mirándolos directamente, Jesús dijo: ‘Para los hombres es imposible, mas no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.’”
23. (a) ¿Qué dijo Jesús acerca del galardón para los que continúan siguiendo sus pasos con sumo cuidado y atención? (b) Para que Dios nos ayude, ¿qué tenemos que estar haciendo?
23 Fue entonces cuando Pedro fue movido a declarar: “‘¡Mira! Nosotros dejamos todas las cosas y te hemos estado siguiendo.’ Jesús dijo: ‘En verdad les digo: Nadie ha dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y por causa de las buenas nuevas, que no reciba el céntuplo ahora en este período de tiempo, casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y campos, con persecuciones, y en el sistema de cosas venidero vida eterna.’” (Mar. 10:26-30) Sí, para los hombres es imposible, pero todas las cosas son posibles para Dios. ¡Podemos lograrlo, sí, lograremos entrar en el Nuevo Orden con la ayuda de Dios! Podemos segar el galardón de vida eterna, si queremos. Pero, él no nos obligará; él no nos conducirá contra nuestra voluntad; tampoco pondrá su espíritu sobre nosotros para bendecirnos si nos inclinamos hacia hacer lo que es incorrecto. Tenemos que dirigirnos en el rumbo correcto para que su espíritu nos ayude. Tenemos que seguir estudiando su Palabra para que sepamos dirigir nuestros pasos si hemos de andar en el camino que conduce a la vida. Note la exhortación en el Salmo 119:144: “La justicia de tus recordatorios es hasta tiempo indefinido. Hazme entender, para que siga viviendo.” Como David podemos tener plena confianza en Jehová. Dijo en el Salmo 16:8: “He puesto a Jehová enfrente de mí constantemente. Porque él está a mi diestra, no se me hará tambalear.”
24. En resumen, ¿para qué cosas no podemos vivir ahora, si queremos la vida en el nuevo orden de Dios?
24 No perdamos en la carrera para la vida en el nuevo orden de Dios. No vendamos nuestra primogenitura, por decirlo así, por un plato de potaje. (Heb. 12:16, 17) ¿Para qué estamos viviendo? ¿Para amigos mundanos? ¡Ninguno de éstos puede ayudarnos a conseguir la vida, pero pueden llevarnos a la muerte! ¿Estamos viviendo para los placeres del beber? ¡El alcohol, o, en cuanto a eso, las drogas u otros estimulantes, pueden ayudarnos a escapar de la realidad cotidiana, pero no de la realidad del Armagedón! ¿Estamos viviendo para las oportunidades de jugar con la inmoralidad, para cometer fornicación y adulterio? Recuerde que la ramera es quien tienta con las palabras: “Las aguas hurtadas mismas son dulces,” pero el proverbio concluye diciendo que el que sucumbe a ella “no ha llegado a saber que allí se hallan los que están impotentes en la muerte.”—Pro. 9:13-18.
25. ¿Por qué es importante vivir ahora para el nuevo orden de Dios?
25 ¡Cuán evidente es, entonces, que no podemos vivir para las cosas condenadas por Jehová si queremos lograr asirnos firmemente de la “vida que lo es realmente”! Tenemos que vivir para el nuevo orden de Dios ahora, si esperamos vivir entonces en el nuevo orden de Dios, para disfrutar eternamente de las bendiciones que Jehová nuestro Dios tiene reservadas para los que verdaderamente lo aman. ¡Sí, con todo cuidado vigilante y diligente, viva su vida ahora como si su vida futura dependiera de ello... porque verdaderamente depende!
[Ilustración de la página 397]
El mantener puesta su mente en la esperanza de vivir en el nuevo orden de Dios le ayuda a uno a resistir los deseos carnales y asirse firmemente de la vida eterna