La memoria de Dios
“No se maravillen de esto, porque la hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán.”—Juan 5:28, 29, NM.
1. ¿Cuál es el propósito final de Dios tocante al género humano, y cómo se llevará a cabo, dependiendo de qué?
EL HOMBRE perfecto es un reflejo perfecto de su glorioso Creador. Así fué al comienzo de la vida humana sobre la tierra, y así volverá a ser cuando, bajo la administración de “la santa ciudad, la Nueva Jerusalén,” Dios resida de nuevo con la humanidad. Entonces, cuando todas las cosas sean hechas nuevas y el modelo de vida de cada individuo finalmente sea curado de toda imperfección, entonces de nuevo todos los que vivan sobre esta tierra renovada perfectamente reflejarán la semejanza de su Hacedor, como una laguna de agua pura y tranquila hermosamente refleja el cielo vespertino y todo detalle de las rocas y follaje que la circundan. Ese es un tiempo del que vale la pena tener una clara visión mental y esperarlo, pero todo depende, entre otras cosas, de la memoria de Dios.—Apo. 21:2-5; 22:1-3, NM.
2. El comprender que éste es un día de juicio ¿de qué manera debe afectarnos?
2 No se diga a usted mismo: ‘Ah sí, pero ese día está muy distante, y mientras tanto me siento muy esclavizado al presente sistema de cosas y su influencia corruptora.’ El propósito de este artículo es ayudarlo a apreciar que éste es un día de juicio, y que es posible y urgentemente necesario ahora mismo hacer que su modelo de vida esté en conformidad con los nuevos cielos y la nueva tierra como miembro de la sociedad del Nuevo Mundo. Este es un día de decisión, ya sea en pro o en contra de la justa y santa voluntad y propósito de Dios. Como se le dijo a Juan inmediatamente después de la gloriosa visión mencionada antes: “El tiempo señalado está cerca. El que esté obrando injusticia, que obre injusticia todavía; y que el inmundo sea hecho inmundo todavía; pero que el justo obre justicia todavía, y que el santo sea hecho santo todavía.”—Apo. 22:10, 11, NM.
3. ¿Dónde hallamos la base para nuestro estudio, y cómo debe entenderse la expresión “modeló de vida”?
3 ¿Todavía dice usted que las cosas están demasiado en contra de usted, y está usted perplejo por la declaración de que todo depende de la memoria de Dios? En respuesta, y a fin de conseguir la perspectiva adecuada de esta lección y el material envuelto en ella, acerquémonos a ella según el punto de vista del apóstol en su argumento del capítulo 11 de Hebreos. Este capítulo es muy conocido de nuestros lectores como una magnífica definición y registro de fe. Y lo es, por supuesto; pero entretejida allí está la verdadera substancia de nuestro tema concerniente a la memoria de Dios, también concerniente al aspecto de nuestro modelo de vida. Quizás debemos explicar inmediatamente que por la expresión “modelo de vida” simplemente queremos decir la clase de persona que usted es y la clase de vida que lleva, según se gobierna usted por ciertos principios guiadores, o, como es cierto de muchos hoy, por una falta total de principio, sólo flotando a la ventura río abajo con la corriente prevaleciente.
4. (a) ¿En quién ejercemos fe? (b) ¿Qué galardón se menciona en el capítulo 11 de Hebreos?
4 Usted notará que en el capítulo 11 de Hebreos el apóstol presenta a cada persona nombrada con la expresión: “Por fe . . . ” Luego sigue en cada caso dando evidencia registrada que testifica de la firme fe de la persona mencionada. Sí, pero ¿fe en quién y en qué? Esta es la pregunta que nos interesa al momento, y Pablo la contesta diciendo que “el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser el galardonador de los que con sinceridad le buscan.” (Heb. 11:6, NM) Esto significa reconocer no sólo el hecho de que existe un Dios, sino de que él siempre es, o siempre existe, El que existe por sí solo. (Sal. 90:2) Unido con esto, uno también tiene que creer en la promesa de un galardón para los que con sinceridad le buscan. Y, puesto que Dios existe eternamente, entonces lógicamente resulta que el gozo del galardón continuará para siempre para el que retiene el favor de Dios. ¿Qué, entonces, es el galardón? El escritor trata esto en detalle un poco después en el mismo capítulo cuando dice que todas esas personas de fe estuvieron “haciendo esfuerzos por alcanzar un lugar mejor, es decir, uno que pertenece al cielo,” y que Dios “les ha preparado una ciudad.” Todavía después en la misma carta él claramente identifica a esa ciudad como “una ciudad del Dios viviente [que existe por sí solo], . . . la Jerusalén celestial.” (Heb. 11:16; 12:22, NM; vea también Apocalipsis 21:2, NM.) Esto transporta nuestra mente directamente hacia adelante al logro final del modelo divino. Al mismo tiempo se nos une al pasado remoto, porque Pablo registra a Abel como el primero de los que manifestaron fe verdadera. Es en esta unión del pasado remoto con el futuro distante que entra el asunto de memoria y modelo. Estas dos palabras están estrechamente relacionadas y nos proponemos discutirlas brevemente ahora.
MEMORIA
5, 6. (a) ¿Cómo se ve que la memoria es una facultad maravillosa? (b) ¿Cómo también es un don precioso?
5 ¿Qué es la memoria? La memoria es la facultad mental mediante la cual retenemos y recordamos ideas e impresiones anteriormente adquiridas. No tenemos que preocuparnos tocante a cómo opera la memoria en el cerebro humano; en realidad dudamos que se pueda dar una respuesta científica con algún grado de certeza. Aunque la mayoría de nosotros suspiramos y nos lamentamos por ser flacos de memoria porque nuestra memoria es imperfecta, como cuando encontramos a alguien bien conocido pero no podemos recordar su nombre, o damos el nombre equivocado, no obstante no podemos menos que maravillarnos por el alcance y las tremendas posibilidades de esta facultad. Verdaderamente quedamos atónitos cuando nos ponemos a pensar en lo que la mente humana puede hacer, aun cuando está en condición imperfecta. Por ejemplo, un músico talentoso que aplica su mente, junto con otras habilidades, puede sentarse a un piano y tocar por horas, recordando y reproduciendo exactamente la música más complicada en todas sus armonías. Bien pensado, parece que cuando el hombre sea restaurado a la perfección disfrutará sin límite de la habilidad de recordar perfectamente todo lo que desee y decida recordar. Y a la inversa, podrá deliberadamente olvidar todo lo que desee despedir de su mente. El hombre perfecto jamás tendrá que decir: ‘Ojalá que pudiera recordar’ u ‘Ojalá que pudiera olvidar.’ Y que ese día venga pronto es el deseo de todos nosotros.
6 Además de ser un don maravilloso, la memoria también es un don muy precioso, siempre que, por supuesto, tengamos cosas preciosas que recordar. Aun en las condiciones actuales, sacamos el placer y deleite más vivos cuando, mediante la ayuda de la memoria, recordamos y vivimos otra vez alguna experiencia particularmente feliz. Quizás es un recuerdo de hace tiempo cuando encontramos a alguien con quien primero experimentamos todo el profundamente arraigado gozó que la amistad verdadera puede traer. Muchos de nuestros lectores, también, tendrán un recuerdo vivo de lo que quiso decir para ellos el comprender por primera vez que habían llegado a un entendimiento correcto del maravilloso propósito y la bondadosa provisión de Jehová. Sí, tales recuerdos son a la misma vez intensos y afectuosos, y nos conmueven hasta la mismísima profundidad del corazón y la mente con su extraordinario poder de atracción sobre nosotros, trayendo una sonrisa feliz a nuestros labios o quizás una lágrima espontánea a nuestros ojos. No dejemos de apreciar plenamente y usar sabiamente este don amoroso de un bondadoso Creador.
7. ¿Dónde hallamos la mejor guía tocante al propósito de Dios, la que nos da una idea de qué?
7 Pero ¿qué hay de la memoria de Dios? Sería presuntuoso que las criaturas humanas entraran en una discusión sobre la mente del Creador, en cuanto a cómo opera y cuáles son sus funciones y habilidades, salvo como el Creador mismo tenga gusto en dar tal información al hombre. ¿Lo ha hecho? Claro está que sí. Aun las obras visibles de la creación elocuentemente dan testimonio de una mente creadora de habilidad y sabiduría infinitas, porque, dice el apóstol: “sus cualidades invisibles se observan claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se entienden por las cosas hechas, hasta su poder eterno y Divinidad.” (Rom. 1:20, NM) Pero es en su Palabra escrita y por medio de ella que Dios ha tenido gusto en dar una revelación mucho más plena de su propósito respecto a la familia humana, e, incidentalmente, darnos una idea tocante a cómo su mente opera. Primero, en el relato de la creación del hombre leemos que Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, de acuerdo con nuestra semejanza.” (Gén. 1:26, NM) Eso seguramente incluye una semejanza en habilidades mentales y procesos de razonamiento y memoria. En realidad, el primer trozo de conversación registrado en la Biblia implicó una prueba de memoria. La serpiente dijo a Eva: “¿Es verdaderamente cierto que Dios dijo . . . ?” Y Eva manifestó mediante su respuesta que recordaba y entendía y podía repetir perfectamente lo que Dios había dicho.—Gén. 3:1-3, NM.
8. ¿Qué revela la Biblia tocante a la memoria de Dios según está relacionada con su propósito?
8 Ahora acerquémonos a esta pregunta concerniente a la memoria de Dios según el punto de vista de las cosas discutidas en el capítulo once de Hebreos. Allí, recordamos que, al presentar la larga lista de hombres y mujeres de fe, Pablo habla del galardón en el cual todos ejercieron fe en común. Este galardón se concentra en una ciudad de origen celestial. Pero ¿se le dijo algo a Abel, el primer hombre de fe, acerca de una ciudad? No, pero en el día de Abel Dios ya había dado su promesa inicial, no de una ciudad, sino de una simiente a la mujer, simiente que con el tiempo aplastaría la cabeza de la serpiente. (Gén. 3:15; Rom. 16:20) De un estudio de este tema en la Biblia nada se destaca más plenamente que el hecho de que Dios siempre recuerda esa promesa original. No sólo eso, sino que él supo y determinó exactamente cómo esa promesa finalmente sería llevada a cabo, porque él mismo declara: “Yo soy Dios . . . y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio, . . . que digo: Mi consejo quedará firme, y haré todo mi placer.” (Isa. 46:9, 10) Esa magnífica declaración manifiesta que la memoria de Dios jamás opera de una manera casual, como frecuentemente sucede en nuestro caso, cuando nuestra memoria despierta inesperadamente debido a que alguna cosa estrechamente asociada con lo que recordamos viene a nuestra atención. En contraste, cuando se dice que Dios supo y determinó el fin desde el principio, significa que siempre está atento a ello y ejerce un recuerdo continuo y deliberado concerniente a lo mismo. También significa algo más. Significa que él es un Dios diseñador y de propósito determinado. Aquí es donde la otra palabra en la que estamos interesados entra, a saber, “modelo.”
MODELO
9. ¿Cómo se usa la palabra “modelo” en las Escrituras, y con qué otra palabra se relaciona?
9 Un modelo es algo formado o diseñado para servir de guía o patrón para ser copiado. Es semejante en significado a la palabra “tipo,” que significa una figura o representación de algo que ha de venir. La palabra “modelo” aparece unas cuantas veces a través de las Escrituras. Un buen ejemplo de su uso se encuentra en el capítulo 8 de Hebreos, donde el apóstol, hablando de los sacerdotes israelitas y los arreglos del tabernáculo, dice: “Los cuales hombres, sin embargo, están rindiendo servicio sagrado en una representación típica y sombra de las cosas celestiales; así como a Moisés, cuando estaba por hacer el tabernáculo completo, le fué dado el mandamiento divino: Porque dice él: ‘Ve que hagas todas las cosas conforme al modelo [margen, tipo] que te fué mostrado en la montaña.’” (Heb. 8:5, NM) Luego Pablo pasa a explicar respecto al cumplimiento del modelo, o tipo, manifestando la correspondencia estrecha, pero, al mismo tiempo, manifestando cómo el cumplimiento es mucho mejor y más grande. Casi la entera carta a los hebreos se basa en esta forma de argumento.
10. (a) ¿Qué denota siempre un modelo? (b) ¿Cómo aplica esto al tema de nuestro estudio?
10 Sírvase notar esto, que cada vez que hablamos de un modelo, o tipo, siempre está conectada con ello la idea de un propósito específico, o diseño. En el primer caso, el modelo mismo no se hace de acuerdo con la casualidad, sino de acuerdo con cierto fin en mira. Luego, en cada paso del camino y en cada procedimiento implicado, mirando hacia el logro final de ese fin deseado, tiene que haber conformidad estricta con el modelo original. Se pueden introducir adiciones y ampliaciones, pero todas tienen que estar en armonía con el modelo y propósito iniciales conectados con ellas. Vea cuán cierto es esto concerniente a las cosas que acabamos de discutir. En este caso, el modelo original no fué alguna cosa tangible, material, sino una palabra de promesa dada en el Edén, la promesa de una simiente. Esa fué la única promesa que Abel tuvo como fundamento para la fe, empero fué suficiente. Y puesto que cada promesa adicional dada por Dios era un armonioso desenvolvimiento de esa primera, entonces Pablo estuvo capacitado y justificado en unir en una cadena continua a todos los que están mencionados en el capítulo 11 de Hebreos como teniendo la misma fe en el único Dios verdadero, quien siempre existe, y en ese magnífico galardón prometido en el desarrollo completo de esa promesa original. Cierto, el tema adicional de una “ciudad” se incluyó en el modelo a medida que pasó el tiempo, pero la armonía fácilmente se ve, porque el Rey de esa ciudad, que es símbolo de la organización y gobierno regentes de Dios, no es nadie más que la “simiente” prometida, el Hijo a quien la mujer de Dios da a luz, el Rey, Cristo Jesús.
11. ¿Cómo están los cristianos estrechamente unidos a los que están registrados en el capítulo 11 de Hebreos?
11 También note que esa cadena continua no termina con los hombres de fe que vivieron y murieron antes de venir Cristo, sino que se une a los que siguen después de Cristo, con Cristo mismo como centro y eje de todo el grupo de testigos. Aquí es donde comprendemos, como se mencionó antes, cómo este estudio nos ayuda a apreciar la necesidad en este día de decisión de modelar nuestra vida en conformidad con el ejemplo propio, “mientras miramos atentamente al caudillo y perfeccionador de nuestra fe, Jesús,” y es notable el estímulo y la exhortación que se sacan de esa cadena y “nube tan grande de testigos en nuestro derredor.” (Heb. 12:1, 2, NM) Sí, tenemos que tener la misma fe que ellos tuvieron, demostrada de la misma manera, y con la vista puesta en la misma ciudad. Semejantes a Abrahán, Isaac y Jacob, tenemos que probar que somos “extranjeros y residentes temporarios” en medio de este presente sistema de cosas inicuo y su influencia corruptora, “porque no tenemos aquí una ciudad que continúe, sino que sinceramente estamos buscando la que ha de venir.”—Heb.11:13; 13:14, NM.
12, 13. (a) ¿Cómo están relacionados la memoria de Dios y el modelo de su propósito con su nombre y Palabra? (b) ¿Fortalece la fe el argumento de Pablo en únicamente un aspecto?
12 Hasta ahora, entonces, hemos visto cómo la discusión del tema de la fe por Pablo da énfasis tanto a la infalible memoria de Dios como al consistente modelo de su propósito, el cual él siempre recuerda. Pues sus mismísimos nombre y Palabra vehementemente recalcan estas dos cosas. Su nombre, Jehová, da la base inicial para tener fe en que el modelo divino será llevado a su cumplimiento final sin desviación, como él mismo declara: “Porque yo, Jehová, no cambio.” Él siempre está atento a sus pactos. Su Palabra, también, revela un Autor que sabe introducir hebra tras hebra, tema tras tema, entrelazándolos y tejiéndolos en un modelo glorioso y armonioso, modelo sencillo en trazo pero intrincado en su detalle entrelazado.—Mal. 3:6; Gén. 9:15, 16; Lev. 26:42, 45; Eze. 16:60.
13 Pero el argumento del apóstol Pablo no sólo nos proporciona una magnífica fuerza edificadora para ejercer fe en la memoria de Dios tocante a su propósito. Suministra, además, una base firme para ejercer fe en algo más también. ¿Qué es eso?
FE EN UNA RESURRECCIÓN
14. (a) ¿Manifestó Jesús que el creer en la resurrección demandaba fe verdadera? (b) ¿Cómo invalida a esta doctrina la enseñanza de la cristiandad?
14 Cuando Jesús hizo su gran declaración de que “todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán,” no fué sin razón que él la empezó con las palabras: “No se maravillen de esto.” (Juan 5:28, 29, NM) Él entendió bien que el creer en una resurrección como se enseña en las Escrituras constituía una de las más escrutiñadoras pruebas de fe. Naturalmente, el modo en que la cristiandad en general explica la doctrina de la resurrección grandemente suprime la necesidad de fe verdadera, lo cual sin duda explica por qué al vulgo le es más fácil aceptar sus enseñanzas que la verdad de la Biblia. Si se acepta la enseñanza general de que el hombre posee un alma inmortal, el yo verdadero, y que la muerte no significa una cesación o desprendimiento de la vida, sino que más bien es la puerta que conduce a una vida más plena, entonces eso debilita el significado de la resurrección haciendo de ésta una mera reunión de cuerpo y alma. No es nuestro propósito en este estudio presentar prueba bíblica con el fin de combatir las enseñanzas falsas de la cristiandad sobre este tema, ya que se ha tratado de esto en detalle anteriormente en las páginas de esta revista, así como en las otras publicaciones de la Sociedad Watch Tówer. Más bien, nuestro propósito es fortalecer la fe en una resurrección por medio de adquirir un mejor entendimiento de la memoria de Dios y tenerle mayor aprecio, y luego ver cómo esto vitalmente afecta nuestro modelo de vida.
15. ¿Qué se manifiesta por el contexto de Juan 5:28, 29, y cuál es el contraste entre las tumbas memorialescas y Gehena?
15 Que Jesús mismo tuvo infinita fe en una resurrección es indiscutible. Esto no se debió a algo que se originó de su propia iniciativa, sino que él reconoció que todo el crédito se debía a su Padre celestial, incluyendo la autoridad y poder de levantar de entre los muertos, produciendo así un resurgimiento o levantamiento de nuevo a la vida, lo cual es el significado verdadero de la palabra “resurrección” (griego, anástasis). Esto se ve claramente de una lectura de Juan 5:19-27 (NM). Luego viene la culminación en los versículos 28 y 29. Note la referencia específica a las “tumbas memorialescas.” Esto está en contraste directo con ese otro lugar, “Gehena,” donde a veces se arrojaban los cuerpos muertos de criminales ejecutados, porque se les consideraba demasiado malvados para tener una resurrección de entre los muertos y por consiguiente para tener un entierro decente y tumba conmemorativa.
16. (a) ¿Cómo expresó Jesús que estaba de acuerdo con Eclesiastés 9:5, 10? (b) ¿Cómo fué justificada su declaración en Juan 11:25?
16 El hecho de que Jesús usara el término “tumba memorialesca” manifestó que él estaba de completo acuerdo con la declaración inspirada en Eclesiastés 9:5, 10 la cual dice: “Porque los vivos saben que han de morir; pero los muertos nada saben ya, . . . porque no hay obra, ni empresa, ni ciencia, ni sabiduría en el sepulcro [Sheol] adonde vas.” Sí, Sheol es el sepulcro común de la humanidad al cual va ella al fin de su curso terrestre. Pero Jesús tenía tanta confianza en el poder y habilidad de su Padre celestial para guardar en su memoria a cuantos quisiera de la humanidad que deliberadamente usó la expresión “tumbas memorialescas,” la cual se usaba comúnmente en su día. Como más tarde fué demostrado por la más convincente evidencia, Jesús manifestó que estaba justificado al decir: “Yo soy la resurrección y la vida,” cuando, mediante el poder de Dios, levantó a Lázaro de entre los muertos, quien “ya había estado cuatro días en la tumba memorialesca.” Note las dos razones por las que Jesús se regocijó de que no había llegado allí a tiempo para sanar a su amigo de su enfermedad antes de que efectivamente muriera. La primera razón fué que ello era “para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.” La segunda razón dada fué “a fin de que ustedes crean.” Seguramente hay toda razón para que tengamos fe firme en una resurrección.—Juan 11:4, 15, 17, 25, NM.
17. ¿Con qué expresión manifestó Job fe en una resurrección?
17 Que dicha fe en la habilidad de Dios para retener en su memoria a los que habían muerto no era nueva en el día de Jesús claramente se manifiesta por el antiguo registro concerniente a Job. Cuán magníficas palabras de fe son las de él, como se registran en Job 14:13: “¡Quién diera que me encubrieses en la sepultura, que me escondieras hasta que calme tu ira, que me pusieses plazo para acordarte de mí!”
18. ¿Cuál es la respuesta bíblica tocante a si a todos los muertos se les retiene o no en la memoria de Dios?
18 Como ya se indicó, Dios no se propone retener en su memoria a todos los que han muerto, sin excepción. Como de propósito recuerda a algunos, también puede olvidar y deliberadamente olvida a otros. La propia Palabra de Dios nos dice cómo él determina el asunto. “La memoria del justo será bendita; pero el nombre de los inicuos se podrirá.”—Pro. 10:7.
19. ¿Cómo arguyó Pablo por la fe en una resurrección, especialmente en el capítulo 11 de Hebreos?
19 El que el apóstol Pablo también tuvo una fe infinita en una resurrección de los muertos tampoco puede disputarse. Él, también, sabía que esta doctrina era una penetrante prueba de fe, como se manifiesta, por ejemplo, por su experiencia en Atenas. (Hech. 17:31, 32) En sus escritos se le da prominencia a este tema, como, por ejemplo, en ese poderoso argumento abarcado en el bien conocido capítulo 15 de 1 Corintios. De nuevo, en Romanos 4:16-25 (NM), al discutir la fe del padre Abrahán, él manifiesta cuán importante es tener fe en Dios, “quien da vida a los muertos y llama las cosas que no son como si fueran.” Pero nosotros estamos interesados particularmente en el tema de fe del apóstol y su relación con una resurrección según se trata en el capítulo 11 de Hebreos. Aquí de nuevo él cita el ejemplo de Abrahán y Sara, primero en lo que toca a su fe en el poder de Dios para producir una simiente prometida, aunque ellos dos eran ‘dados por muertos’ en lo que tocaba a alguna perspectiva humana en esa dirección. Entonces, incluyendo a todos los que se mencionan en este capítulo, él dice: “En fe murieron todos éstos,” y finalmente explica que ellos “no recibieron el cumplimiento de la promesa, puesto que Dios previó una cosa mejor para nosotros [los cristianos], para que ellos no fueran hechos perfectos aparte de nosotros.” (Heb. 11:12, 13, 39, 40, NM) La conclusión es por lo tanto ineludible de que a fin de que ellos gocen del cumplimiento de eso que fué prometido y que los aguarda en esa ciudad preparada para ellos, de necesidad tiene que haber una resurrección de los muertos.
20. ¿Por qué no debemos maravillarnos en absoluto concerniente a una resurrección de los muertos?
20 ¿Se maravilla usted de esto? Seguramente no hay nada irrazonable o forzado acerca de tal posibilidad. No es una experiencia extraordinaria para alguien de edad avanzada oír mencionar un nombre que no ha oído quizás desde que estuvo en la escuela. Inmediatamente puede recordar a esa persona y, por decirlo así, crearla de nuevo en el ojo de su mente, cómo solía vestir, la expresión de su semblante, y una multitud de características e incidentes. De nuevo, piense en el músico que puede recordar y reproducir exactamente, no sólo una pieza de música con toda sus notas, sino muchas y variadas piezas. Por eso fácilmente admitimos que el mero hombre, con sus muchas limitaciones e imperfecciones, tiene aptitudes maravillosas dentro del alcance de su memoria. ¿Por qué, entonces, deberíamos pensar que el todopoderoso e infinito Creador, El que hizo la mente del hombre y sabe exactamente cómo funciona, no tiene el poder de hacer volver de las tumbas memorialescas y crear de nuevo a todos los que ha guardado en su memoria, sí, incluyendo todas sus cualidades e impresiones mentales que contribuyen a formar cada individuo? Como Pablo atinadamente preguntó una vez: “¿Por qué se juzga increíble entre ustedes que Dios levante a los muertos?” Sólo hay una respuesta. “No se maravillen de esto.”—Hech. 26:8; Juan 5:28, NM.