Firme resolución respecto a la vida y la sangre
1, 2. ¿De qué manera reciben prominencia a veces preguntas acerca de la sangre?
‘JUEZ autoriza transfusiones de sangre,’ declaró recientemente un encabezamiento de periódico en Virginia, E.U.A. El artículo empezaba así:
“El jueves por la mañana un juez federal autorizó al Hospital Naval de Portsmouth a administrar transfusiones de sangre a una enferma en condición crítica que por cuatro días había rehusado aceptarlas, según se alega al riesgo de la vida, . . .”
2 Informes como éste aparecen esporádicamente y enfocan mucha atención en el valor de la vida y la sangre. Antes de averiguar en qué resultó este caso, pudiéramos pensar en algunas preguntas fundamentales: ¿Qué creencias profundas hacen que personas como ésta se nieguen a aceptar transfusiones de sangre? ¿Realmente exige esto de todos los cristianos la Palabra de Dios? Si así es, ¿cuánta firmeza mostraríamos tener en nuestras convicciones religiosas si un médico nos dijera que necesitábamos una transfusión? Además, ¿pudiera haber aspectos, aparte del uso médico de la sangre, en los cuales nuestro punto de vista acerca de la vida y la sangre fuera importante y hasta pudiera afectar nuestro futuro?
VIDA PROCEDENTE DE LA SANGRE
3. Basándonos en Revelación 7:14, ¿qué razón tenemos para tener en alta estima la sangre?
3 El libro de Revelación ilustra un aprecio para la sangre que es el que tienen hoy centenares de miles de personas. El apóstol Juan, después de ver en visión a los 144.000 herederos en perspectiva del reino mesiánico, vio “una grande muchedumbre, . . . de todas las naciones,” personas que tienen la expectativa de vivir para siempre en un paraíso terrestre restaurado. Pero ¿cómo pueden vivir para siempre seres humanos, y eso mientras están libres del pecado y la imperfección? Con aprecio la “grande muchedumbre” clama: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, . . . y al Cordero,” Jesucristo. Ellos reconocen que esta salvación es posible solo porque “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero,” Jesús.—Rev. 7:9, 10, 14.
4, 5. (a) ¿Por qué envuelve más que creencia la actitud apropiada respecto a la vida y la sangre? (b) ¿Cómo muestra esto la Biblia?
4 Como se ha indicado en el artículo anterior, desde el mismo primer libro de la Biblia Dios señaló hacia el hecho de que Jesús derramaría su sangre en sacrificio para que criaturas humanas pudieran obtener vida eterna. (Gén. 3:15; 22:2-10; Isa. 53:10-12) Mientras todavía ese sacrificio estaba en el futuro, Jehová indicó claramente que sus adoradores deberían considerar sagradas la vida y la sangre. Pero también requirió que sus acciones estuvieran en armonía con ese punto de vista divino. ¿No estaba envuelta la conducta en lo que Dios dijo a Noé y su familia al permitirles por primera vez comer carne de animales? Dios dijo: “Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras se lo doy todo a ustedes. Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer.” (Gén. 9:3, 4) Por eso, si mataban a un animal para usarlo como alimento, tendrían que dar pasos, deliberadamente, para hacer que la sangre escurriera del animal de modo que no se comiera sangre.
5 Esto no era un simple reglamento dietético ni un rito religioso sin sentido. Aquella conducta envolvía un principio moral de gran importancia: La sangre representaba vida que procedía de Dios. Y debe notarse que él pasó a decir que, aunque se podía matar a un animal para usarlo como alimento, no se podía hacer esto con el hombre. Por eso, si la sangre animal que representaba la vida había de ser considerada sagrada y no se debía ingerir para sustentar la vida, obviamente la vida y sangre humanas habían de verse y tratarse como más sagradas aún.—Compare con Mateo 6:26.
6, 7. (a) ¿A quiénes aplica Génesis 9:3, 4? (b) ¿Cómo fue apoyado el requisito de Génesis 9 por el pacto de la Ley?
6 Puesto que Noé era el antepasado de todos los seres humanos, de todos los seres humanos se esperaba conducta que estuviera en consistencia con la santidad de la vida y la sangre. Muchos doctos bíblicos se han dado cuenta de la conexión entre una cosa y la otra. Por ejemplo:
“Se reconocía que la sangre era el asiento de la vida, y por lo tanto cosa sagrada. . . . La prohibición de la sangre llegó a ser una de las leyes dietéticas del código mosaico, pero debido a que se incluyó dentro de las estipulaciones de este pacto con Noé los judíos posteriores consideraban que aplicaba a toda la humanidad.”—A New Catholic Commentary on Holy Scripture, pág. 187.
7 Como mostró este comentario, cuando Dios posteriormente suministró un código de ley para Israel también les prohibió consumir sangre. Mandó: “Simplemente queda firmemente resuelto a no comer la sangre, porque la sangre es el alma y no debes comer el alma con la carne. . . . Debes derramarla sobre el suelo.” (Deu. 12:23, 24; Lev. 17:10, 13) En aquel tiempo Dios no obligó al resto de la humanidad a cumplir con su ley contra la ingestión de sangre, tal como no hizo esto con relación a su ley contra la idolatría. (Hech. 17:30, 31; 14:16) Por eso, podía ser que un gentil comprara y optara por comer carne que tuviera sangre en ella. (Deu. 14:21) Pero un adorador del Creador no podía hacer eso. De hecho, si un israelita comía carne que contuviera sangre, evidentemente sin darse cuenta, en aquella ocasión, de que la sangre no había sido escurrida de la carne, tenía que dar pasos para limpiarse de su error involuntario.—Lev. 17:15, 16.
8. ¿Es sangre animal lo que se prohíbe, o humana? (2 Sam. 23:14-17)
8 Si no se había de ingerir como sustento la sangre animal que representaba vida, eso de seguro sería más cierto aún con relación a la sangre humana. Podemos ver esto fácilmente por lo que ocurrió cuando en cierta ocasión Jesús habló figurativamente acerca de que se comiera su carne y se bebiera su sangre. Algunos discípulos judíos que no discernieron que él solamente estaba usando símbolos se escandalizaron y lo abandonaron. (Juan 6:60-66) Sí, el pensamiento de ingerir sangre, fuera animal o humana, les era aborrecible a los que se preocupaban por el punto de vista de Dios.
UN REQUISITO CRISTIANO
9. ¿Cómo se pudiera mostrar que esto aplica a los cristianos también?
9 Pero quizás usted haya oído la alegación de que la prohibición de la sangre por la Biblia no aplica a cristianos. ¿Cuál es la realidad? En el año 49 E.C. se tomó una decisión en cuanto a este asunto durante una conferencia de los apóstoles y otros ancianos cristianos en Jerusalén. Con la guía asegurada del espíritu santo de Dios aquel concilio llegó a la conclusión de que los cristianos no tenían que observar la ley mosaica. Pero ¿qué había de cosas de las cuales se hubiera mostrado que eran incorrectas aun antes de que se diera a Israel el código de la Ley? El concilio escribió lo siguiente a las congregaciones cristianas:
“Al espíritu santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas [de modo que se dejara sangre en ellas] y de fornicación.”—Hech. 15:19, 20, 28, 29.
10-12. ¿Qué evidencia muestra que Hechos 15:28, 29 no se dio solo para observación temporera?
10 En “Origen y comienzos del cristianismo,”a el profesor Eduard Meyer dijo que el significado de “sangre” en Hechos 15:29 era “el participar de sangre que se prohibía por medio de la ley (Gén. 9:4) impuesta a Noé y por eso a la humanidad en conjunto.” Y, aunque muchos clérigos dicen que el requisito de Hechos 15:28, 29 era solo un paso temporáneo para evitar ofender a los judíos, el profesor Meyer informa que más de siglo y cuarto después la ‘prohibición sobre participar de sangre tenía observación general’ entre los cristianos. Como prueba de esto, cita lo que sucedió en 177 E.C., cuando enemigos religiosos levantaron contra los cristianos de Europa la acusación de que éstos devoraban a niños de tierna edad. Una joven respondió: “¿Cómo puede ser que nosotros devoremos a niños de tierna edad... nosotros, a quienes no nos es lícito comer la sangre de bestias?”
11 Muchos escritos del siglo segundo y tercero prueban que los cristianos de aquel tiempo se daban cuenta de que la prohibición no era una cosa del pasado; aplicaba a ellos. De hecho, The Works of the Rev. Joseph Bingham (Las obras del Revdo. Joseph Bingham) dice esto:
“Era la costumbre de la Iglesia Católica, casi hasta el tiempo de San A[gustín], abstenerse de comer sangre, en cumplimiento de la regla dada por los Apóstoles a los conversos gentiles: por lo tanto, por las leyes más antiguas de la Iglesia todos los clérigos estaban obligados a abstenerse de ella bajo pena de degradación [remoción del puesto].”
Entonces, ¿por qué no se apegan hoy a esta “regla” las iglesias de la cristiandad? Los comentarios hechos por Martín Lutero señalan a la respuesta. Aunque Lutero se inclinaba personalmente a rechazar todos los concilios, dijo esto acerca de Hechos 15:
“Ahora bien, si deseamos tener una iglesia que se amolde a este concilio (como es correcto, puesto que es el primer y principal concilio, y fue celebrado por los apóstoles mismos), tenemos que enseñar, y con insistencia, que desde ahora en adelante ningún príncipe, señor, ciudadano ni campesino coma ganso, gama, ciervo ni cerdo cocinados en sangre, . . . [y] tienen que abstenerse especialmente del embutido rojo y la morcilla, . . . Pues bien, que empiece el que quiera o pueda a poner a la cristiandad en conformidad con este concilio; entonces yo lo seguiré gustosamente.”
Él pensaba que, debido a que el obedecer la decisión de Hechos 15:28, 29 era difícil y el desconocimiento de ella era tan común, sería imposible exigir a todos los que asistían a las iglesias que la siguieran. Por eso él tampoco iba a hacerlo.
12 Martín Lutero y muchos de su día quizás no hayan estado dispuestos a obedecer la ley de Dios, y hoy la mayor parte de la gente de la cristiandad quizás no esté dispuesta a hacerlo. ¡Pero los testigos cristianos de Jehová están dispuestos a obedecerla!
LA SANGRE EN EL CAMPO MÉDICO
13, 14. (a) ¿Cómo pudiera usted ayudar a alguien a ver que la prohibición bíblica abarca transfusiones de sangre humana? (b) ¿Por qué estaría en armonía con los ejemplos registrados en la Biblia el rechazar una transfusión?
13 Como vimos desde el principio, el campo de la medicina es una zona en la cual a veces se convierte en cuestión polémica la obediencia a la ley de Dios acerca de la sangre. Muchas personas consideran que las transfusiones de sangre que en la cantidad de millones se dan anualmente son una parte necesaria y salvadora de vidas de la medicina moderna. Sin embargo, los cristianos verdaderos, en vez de guiar su pensamiento y conducta por el punto de vista que ha llegado a dominar recientemente entre los hombres de la medicina, tienen que mantener en primer lugar en la mente lo que Dios ordena: ‘Absténganse de sangre.’
14 Es verdad que cuando la Biblia fue escrita no había transfusiones de sangre. Sin embargo, lo que la Palabra de Dios dice ciertamente abarca la práctica de transfundir sangre. El médico que le prohíbe cierto antibiótico a un paciente que es alérgico a ese antibiótico no solo estaría prohibiendo así que el paciente lo tomara oralmente, sino que también estaría prohibiendo que lo tomara por inyección. De manera similar, el mandato de Dios acerca de ‘abstenerse de sangre’ prohíbe ingerirla por la boca así como recibirla en las venas por inyecciones. Además, la Biblia indica claramente que la ley divina no había de pasarse por alto ni siquiera durante una emergencia que pudiera representar una amenaza para la vida. (1 Sam. 14:31-35) Muchos de los siervos aprobados de Dios han estado dispuestos a encararse a peligros y hasta a la muerte más bien que violar los principios bíblicos y su integridad a Jehová. (Dan. 3:8-18; Heb. 11:35-38) Han tenido confianza plena en el poder que Dios tiene para restaurar la vida, y creen estas palabras de Jesucristo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir.”—Juan 11:25; 5:28, 29.
15. ¿Por qué no es irrazonable desde el punto de vista médico el que uno rehúse recibir transfusiones?
15 Pudiera ser una sorpresa para muchas personas el enterarse de que el rehusar sangre y solicitar terapias de alternativa puede tener ventajas médicas. Esto se debe a que se va haciendo cada vez más patente que hay muchos y variados riesgos asociados con las transfusiones.b Note, por ejemplo, la respuesta que dio un médico a una carta que le escribió una señora que después de haber sido sometida a cirugía a corazón abierto desarrolló hepatitis, una enfermedad que causa miles de muertes anualmente. El Dr. Robert Mendelsohn, columnista médico de un periódico, dijo que esto no le sorprendía, y añadió:
“En algunos centros médicos prominentes, [una] relativamente significativa cantidad de operaciones a corazón abierto con el uso de sustitutos sanguíneos se han ejecutado con buenos resultados en pacientes que son testigos de Jehová, quienes rechazan las transfusiones de sangre humana. . . . Quizás todos nosotros los que necesitemos cirugía que parezca exigir transfusiones de sangre deberíamos preguntar a nuestros cirujanos si ellos están familiarizados con estos informes científicos. Esto quizás pueda darnos a todos la misma baja incidencia de hepatitis postoperatoria como resultado de transfusiones y otras ventajas de las cuales ahora disfrutan exclusivamente los Testigos.”—The Idaho Statesman, 15 de feb.° de 1978, pág. 8C.
16. ¿Qué muestra la experiencia en cuanto a la ejecución de operaciones quirúrgicas sin el uso de sangre?
16 La cirugía a corazón abierto es solo una de muchas operaciones que médicos valerosos han descubierto que son posibles sin sangre. Por ejemplo, recuerde el caso que mencionamos al principio, el de la Testigo de 52 años de edad que necesitaba cirugía abdominal debido a una úlcera sangrante. Cuando su recuento sanguíneo bajó al crítico punto bajo de 4, un juez federal autorizó una transfusión. Pero el esposo de ella la transfirió a otro hospital donde la norma era respetar los deseos del paciente. ¿Cuál fue el resultado final de esto? Encabezamientos periodísticos anunciaron más tarde: “La fe triunfa para pareja que rechazó transfusión de sangre.” ¡Ella se recobró!
17. ¿Qué aspectos morales de las transfusiones de sangre deben considerarse?
17 Muchos médicos que piensan cuidadosamente las cosas están llegando también a comprender los aspectos morales del asunto, y llegan a la conclusión de que los pacientes tienen el derecho de decidir si aceptan o no cierto tratamiento. El Dr. D. Goldstein escribió: “Prescindiendo de lo seguro que esté de que la terapia que él recomienda es la única que preservará la vida, ningún médico tiene el derecho moral de rechazar arbitrariamente el escrúpulo religioso de un paciente.” Algunos médicos que habían tratado a niñitos Testigos que tenían cáncer explicaron:
“La decisión nuestra de cumplir con las solicitudes de ellos de limitar nuestra terapia por medio de retraernos de usar transfusiones se basó en dos factores. Primero, cada uno de estos niños tenía una enfermedad que era potencialmente fatal, y no podíamos predecir un resultado de éxito sin duda significativa. Segundo, reconocimos que al tiempo de una enfermedad que amenaza la vida, se magnifica la necesidad de que en los padres haya una fe que no haya sido sacudida.”—Pediatrics, dic.° de 1977, pág. 919.
18. ¿Cómo entra en el cuadro la fe con relación a las transfusiones?
18 La fe que tienen los cristianos verdaderos, y en armonía con la cual están firmemente resueltos a vivir, envuelve fe en el poder salvador de la sangre de Cristo. (Rom. 3:25; Heb. 13:12; 1 Juan 5:5, 6) Jamás habrá otra sangre de la cual puedan obtener vida eterna. (Heb. 10:29-31) Por eso su destino eterno está enlazado con su fidelidad a Jehová. Esto incluye el que sean obedientes a lo que él dice acerca de la sangre.
LUCHE POR ESTAR LIBRE DE CULPA POR SANGRE
19. ¿Qué actitud deben tener los cristianos en cuanto a culpa relacionada con sangre? (Sal. 26:9; 55:23)
19 Ciertamente es correcto que los cristianos se esfuercen solícitamente por evitar todo transgredir contra la ley de Dios acerca de la sangre, sea en sentido médico o en otro sentido. La violación de esa ley haría que uno fuera culpable delante de Dios. El rey David manifestó la actitud que tenemos que atesorar. Oró: “Líbrame de la culpa de derramamiento de sangre, oh Dios el Dios de mi salvación.”—Sal. 51:14.
20. ¿Cuáles son algunas maneras en que se pudiera incurrir en culpa por sangre?
20 Muchas personas piensan en la culpa por sangre únicamente en términos del asesinato deliberado. Ciertamente Dios ha demostrado que odia tal derramamiento de sangre. (Sal. 5:6; Pro. 6:16, 17) Pero las Escrituras muestran que, debido a que la sangre es sagrada, se pudiera incurrir en cierta medida de culpa hasta por causar la muerte de alguien involuntariamente. (Deu. 22:8; Núm. 35:15-33; Éxo. 21:29) ¿Manifestamos nosotros personalmente alta estima para la vida y la sangre en nuestros asuntos cotidianos? Esa estima, por ejemplo, debería movernos a ser moderados y cuidadosos cuando conducimos vehículos, a obedecer los reglamentos que tienen por objeto evitar accidentes y a mantener nuestro vehículo en condiciones de conducción que no representen riesgos. De manera similar, debe ejercerse cuidado razonable para eliminar peligros en el hogar o en el negocio de uno, para minimizar la probabilidad de que uno mismo u otras personas se vean envueltos en un accidente fatal. ¿Es ése su punto de vista?
21. ¿Cómo pudiera uno hoy día hacerse indirectamente culpable con relación a la sangre, y por eso, en qué sentido debemos examinarnos?
21 Otro rasgo de evitar culpa por sangre se relaciona con organizaciones o instituciones que tienen culpa por derramamiento homicida de sangre a los ojos de Dios. Por ejemplo, Dios específicamente acusa a Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, de tener culpa por derramar la sangre de adoradores verdaderos. (Rev. 17:6; 18:24; 19:2) Ella ha patrocinado también a instituciones políticas y militares que han derramado mares de sangre a través de los siglos. Un deseo sincero de librarnos de la culpa por derramamiento de sangre exige que nos separemos de las organizaciones de hoy día a las cuales Dios juzga adversamente así, y que ejerzamos cuidado para no apoyarlas. ¿Reflejamos esto en todo aspecto de nuestra vida?
22, 23. (a) ¿En qué otro aspecto de la culpa por sangre debemos interesarnos? (Hech. 18:6) (b) Entonces, ¿a qué debemos estar resueltos con relación a la vida y la sangre?
22 De igual manera podemos desplegar nuestra resolución de mantenernos libres de culpa por sangre por medio de predicar activa y entusiásticamente el mensaje del Reino. (Mar. 13:10) Considere, con relación a esto, el consejo de Dios al profeta Ezequiel antes de la caída de Jerusalén en 607 a. de la E.C. Dios le dijo a Ezequiel que si él, como atalaya, no daba el mensaje de advertencia, se le contaría culpable por la sangre de los israelitas que perecieran. (Eze. 3:17-21; 33:2-16) Sin embargo, ¡qué satisfacción podemos tener si cumplimos con nuestra responsabilidad cristiana de difundir la verdad acerca del fin venidero de este inicuo sistema y acerca del paraíso que vendrá después! El hacer esto le permite a uno sentirse como se sintió el apóstol Pablo, quien dijo a unos ancianos cristianos: “Yo estoy limpio de la sangre de todo hombre, porque no me he retraído de decirles todo el consejo de Dios.” (Hech. 20:26, 27) ¡Qué privilegio! Mientras personalmente evitamos culpa relacionada con la sangre, podemos ayudar a otras personas a obtener la vida eterna por el ejercicio de fe de éstas con relación a la sangre de Cristo.
23 Por eso, aunque la mayoría de las personas quizás no sepan lo que Dios dice y consideren la sangre como simplemente algo que sustenta temporalmente la vida humana, no es así entre los cristianos verdaderos. Nosotros, fundándonos en la Palabra de Dios, apreciamos el punto de vista de Jehová en cuanto a la vida y la sangre. Estemos resueltos a defender ese punto de vista y a vivir en armonía con él.
[Notas]
a Ursprung und Anfänge des Christentums (1962), págs. 186, 187.
b Para detalles, vea Los testigos de Jehová y la cuestión de la sangre (1977), págs. 40-49.
[Ilustración de la página 25]
Evite culpa respecto a la sangre por (1) comer sangre, (2) ser parte de organizaciones con culpa por sangre (3) no advertir a la gente sobre el día de juicio