¡Cuídese para que no pierda su lugar!
“Que el que cree que tiene una posición firme se cuide para que no caiga”—1 Cor. 10:12.
1. ¿Existe la posibilidad peligrosa de perder uno su lugar en la sociedad del nuevo mundo?
UNA cosa es hallar una perla de valor muy grande. Otra cosa muy diferente es no perderla. Fué una cosa el que Adán y Eva se encontraran en el jardín edénico de perfección; fué otro asunto el que demostraran ser dignos de permanecer en él para siempre. Como se indicó en el artículo anterior, es importante que la gente halle y tome su lugar apropiado en la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová sin demora. Pero una vez que está en él, le llega a ser aún más urgente a cada uno el mantener ese lugar preciado fiel y lealmente. Expresado de otra manera, el asunto no es tanto quién entra en la verdad como quién permanece en la verdad, porque no hay tal cosa como “una vez salvo siempre salvo.” El caso del apóstol Pablo se halla a propósito. Casi inconcebible es que una persona como el apóstol llegase a perder su lugar, no obstante él vió siempre presente el peligro de que eso sucediera. Para impedir que ocurriese tal cosa calamitosa él dijo: “Trato mi cuerpo severamente y lo guío como a un esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no sea desaprobado de algún modo.” Nos será provechoso prestar atención a su amonestación.—1 Cor. 9:27.
2. Indique algunas cosas que han hecho tropezar a otros, derribándolos.
2 Ciertas precauciones, si se toman, servirán de defensas para que uno no pierda su lugar privilegiado en la sociedad del nuevo mundo. Una medida protectora con este fin es el observar y evitar los errores y peligros en los cuales otros han tropezado y caído. “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a esconderse, pero el inexperto ha pasado de largo y tiene que sufrir el castigo.” (Pro. 22:3) De modo que, para mantener su lugar fielmente, no siga el derrotero inicuo de Satanás el Diablo. El permitió que la iniquidad, es decir, lo que es contrario a ley y la rebelión contra la organización de Jehová, se arraigara en su corazón. No desafíe usted abierta o secretamente el conducto de comunicaciones de Jehová, como Coré, Datán y Abiram lo hicieron, no sea que la tierra se lo trague y usted pierda su lugar entre los que vivirán en el nuevo mundo. No cometa usted secretamente el pecado de Acán al procurar ganar botín material por medios que los mandamientos de Jehová prohiben. (1 Tim. 6:9) La confesión de Acán cuando fué atrapado con los efectos se hizo demasiado tarde para impedir su expulsión de la congregación de Dios. No mienta usted a Jehová o a sus siervos nombrados como Ananías y Safira mintieron, no sea que desaparezca usted de su lugar tan rápidamente como ellos cayeron muertos. No se haga hipócrita y traicione la organización de Dios a los comunistas impíos u otras agencias de la organización del Diablo, como Judas Iscariote hizo. Eso también es suicidarse. Todos estos individuos insensatos perdieron el lugar que tenían en la organización teocrática. (Eze. 28:13-15; Isa. 14:12-14, Mod; Núm. 16:1-35; Jos. 7:1-26; Hech. 5:1-11; Mat. 27:3-5) Ni siquiera afloje el paso y mire atrás. “Recuerden la esposa de Lot,” porque ella también perdió tanto su lugar como su vida cuando aflojó el paso y miró atrás. Por lo tanto, esté en guardia y ande con cautela, para que no tropiece en algún obstáculo imprevisto, pierda su estabilidad y caiga del favor de Dios. “Que el que cree que tiene una posición firme se cuide para que no caiga.”—Luc. 17:32; 1 Cor. 10:12.
3. ¿Qué ejemplos animadores tenemos de los que mantuvieron con constancia su lugar?
3 En vez de seguir el derrotero de los que perdieron su lugar en el arreglo de cosas de Jehová, es mucho mejor imitar los ejemplos virtuosos de los que permanecieron inmovibles prescindiendo de lo que los golpeó a modo de pruebas dolorosas y tentaciones seductoras. Tenemos una grande nube de estos ejemplos inspiradores rodeándonos, y el apóstol Pablo hace mención de varios en el capítulo once de Hebreos. El principal de tales testigos fieles fué Cristo Jesús; ¡y qué ejemplo perfecto es él de uno que mantuvo con constancia su lugar! “Miramos atentamente al caudillo y perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fué puesto delante de él aguantó el madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Sí, consideren atentamente a aquel que ha aguantado tal habla contraria de pecadores en contra de los intereses de ellos mismos, para que no se vayan a cansar y se rindan en su alma.”—Heb. 12:2, 3.
4. ¿Qué textos bíblicos muestran que Jehová exige obediencia de todos nosotros?
4 Concerniente a Jesús, este perfecto guardador de su lugar, está escrito: “Aunque era Hijo, aprendió la obediencia de las cosas que padeció.” Si fué necesario en el arreglo sapientísimo de cosas de Jehová probar si su Hijo perfecto y unigénito mantendría o no obedientemente su lugar bajo tensión, cuánto más debemos ser probados nosotros, que “éramos insensatos, desobedientes, siendo descarriados, siendo esclavos a muchos deseos y placeres.” (Heb. 5:8; Tito 3:3) La obediencia a Jehová es un requisito principal de los que mantienen su lugar, y el fiel Samuel puso de relieve esto cuando el orgulloso rey Saúl en desobediencia se salió de lugar. “¡Mira! el obedecer es mejor que un sacrificio, el prestar atención que el sebo de carneros.” (1 Sam. 15:22) “Escuchad mi voz,” Jehová mismo manda, “y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo el camino que os he ordenado, para que os vaya bien.” Esa es la única manera de permanecer dentro de la organización cuyo Dios es Jehová; y esto explica por qué el Israel desobediente como nación se desvió tanto que al fin fué eliminado completamente. El triste comentario histórico lee: “Mas ellos [los de la nación de Israel] no escucharon, ni inclinaron a mí su oído: sino que anduvieron en sus propios consejos, y en la dureza de su depravado corazón; y se han ido hacia atrás y no hacia adelante.”—Jer. 7:23, 24, Mod.
5. ¿Cómo podemos evitar el desastre que le sobrevino al Israel antiguo?
5 Si el Israel espiritual, representado hoy por los del resto, junto con sus compañeros de buena voluntad, han de evitar el desastre que alcanzó al antiguo Israel, entonces tienen que ser obedientes a las “autoridades superiores,” Jehová Dios y Cristo Jesús. También tienen que mostrar el debido respeto a la junta administrativa central, a los representantes viajeros de esa junta, así como a los superintendentes de las congregaciones locales. “Que los de mayor edad que presiden de manera correcta sean considerados dignos de doble honra, especialmente los que trabajan con ahinco en hablar y enseñar.” “Acuérdense de aquellos que los están gobernando, los cuales les han hablado la palabra de Dios a ustedes, y al contemplar los resultados de su conducta imiten la fe de ellos. Sean obedientes a aquellos que los están gobernando [llevando la delantera entre ustedes] y sean sumisos, porque ellos están vigilando por sus almas como los que han de dar cuenta.” “De igual manera, ustedes, hombres de menor edad, estén en sujeción a los hombres de mayor edad.”—1 Tim. 5:17; Heb. 13:7, 17; 1 Ped. 5:5.
6. ¿Es posible que los que están en países comunistas tengan un lugar en la sociedad del nuevo mundo?
6 El ponerse de buena gana en sujeción y de buena gana obedecer apropiadamente a la autoridad constituída no es cosa que hallan difícil de hacer los que mantienen su lugar apropiado en la sociedad del nuevo mundo; pero a veces los testigos de Jehová se hallan obligados contrario a su voluntad a estar en sujeción a la autoridad irrazonable y a los que son “difíciles de agradar,” como, por ejemplo, en los campos de esclavos comunistas. Pero si, a causa de una buena “conciencia hacia Dios,” ellos sufren gran aflicción y aguantan bajo cruel persecución ciertamente continuarán adhiriéndose firmemente a su acariciado lugar en la sociedad del nuevo mundo a pesar del hecho de que estén aislados de modo que no puedan disfrutar directamente de compañía y no tengan comunicación con sus hermanos y hermanas de otras partes del mundo. Realmente, en su sufrimiento por lo que es recto y verdadero ellos sólo están siguiendo cuidadosamente las pisadas de Cristo Jesús su Modelo perfecto.—1 Ped. 2:18-21.
7. ¿Qué cualidad tienen que mostrar que tienen los superintendentes, y por qué?
7 Los superintendentes y “aquellos que los están gobernando,” a quienes los miembros de las congregaciones están en sumisión, tienen que mantener ellos mismos su lugar apropiado en la organización. Tienen que ser humildes de ánimo y actitud, no mandones o dictatoriales en su tratamiento de otros, no presuntuosos delante de Dios. Más bien, tienen que tener la misma actitud mental que siempre ha tenido el Líder y Comandante del pueblo de Dios, porque dice el apóstol: “Retengan en sí mismos esta actitud mental que también estaba en Cristo Jesús, quien, aunque estaba existiendo en forma de Dios, no dió consideración a un arrebatamiento, a saber, que debía ser igual a Dios. No, sino que se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, cuando se halló en forma de hombre, [además] se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento.”—Fili. 2:5-8.
MANTENGA SU LUGAR DANDO FRUTO
8. ¿Qué ilustración notable dió Jesús que muestra lo necesario que es mantener uno su lugar asignado en la organización de Dios?
8 Este magnífico ejemplo de obediencia y sumisión fieles, Cristo Jesús, dió una ilustración muy adecuada de cómo los que son injertados en esta sociedad que da fruto deben mantener sus lugares respectivos. “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el cultivador,” dijo él. Ahora, “toda rama en mí que no produce fruto él la quita, y toda la que produce fruto él la limpia, para que produzca más fruto.” Subrayando más lo necesario que es adherirse uno firmemente a su lugar, Jesús continúa: “Permanezcan en unión conmigo, y yo en unión con ustedes. Así como el sarmiento no puede llevar fruto por sí mismo a menos que permanezca en la vid, así tampoco pueden ustedes, a menos que permanezcan en unión conmigo. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. El que permanece en unión conmigo, y yo en unión con él, éste es el que produce mucho fruto, porque separados de mí ustedes no pueden hacer absolutamente nada.” Note, ahora, las consecuencias terribles que le sobrevienen a cualquiera que quiere salirse con las suyas al hacer las cosas y no está en unidad con la Cabeza y otros en la organización. “Si alguien no permanece en unión conmigo, es arrojado fuera como un sarmiento y es secado, y los hombres recogen esos sarmientos y los lanzan en el fuego y se queman.”—Juan 15:1-6.
9. (a) ¿Cómo debe uno responder a la corrección? (b) ¿Qué juicio divino aguarda a los que sólo producen espinas y abrojos en vez de fruto del Reino?
9 Esta ilustración apta muestra que si algunos en la organización se hacen flojos o descuidados en su producción de fruto del Reino son ‘limpiados’ o ‘podados’ con la verdad para que lleguen a ser más productivos. (Juan 15:2, 3) Por eso cuando uno recibe corrección, en vez de ofenderse y rebelarse contra la organización es mucho más prudente el que uno se mantenga en su lugar y produzca aún más fruto, pues los descontentos son echados fuera. Describiendo la destrucción ardiente que les aguarda a los que apostatan de su lugar en la organización sagrada semejante a vid de Jehová, está escrito: “Porque es imposible tocante a los que de una vez por todas han sido iluminados y que han probado el don gratuito celestial y que han llegado a ser participantes del espíritu santo y que han probado la palabra correcta de Dios y los poderes del venidero sistema de cosas, pero que han apostatado, revivificarlos de nuevo al arrepentimiento, porque empalan al Hijo de Dios otra vez para sí mismos y le exponen a vergüenza pública. Por ejemplo, la tierra que embebe la lluvia que a menudo viene sobre ella y . . . [luego] produce espinas y abrojos, se rechaza y . . . termina por ser quemada.”—Heb. 6:4-8.
10. (a) ¿Cómo debemos vestir la desnudez de nuestra imperfección? (b) ¿Por qué es la “humildad de mente” una virtud tan grande?
10 Además de estos muchos ejemplos e ilustraciones también hay mucho consejo directo en las Escrituras, el cual, si se sigue, ayudará a cada uno en la sociedad del nuevo mundo a mantenerse en su lugar. Dado que nacimos en pecado y fuimos formados en lo que es contrario a ley, nuestras disposiciones, por naturaleza, son algo repugnantes. Por lo tanto debemos cubrir la desnudez de nuestra imperfección, y las Escrituras sugieren la ropa apropiada que usar. “Como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de los tiernos afectos de la compasión, la bondad, la humildad de mente, la apacibilidad y la gran paciencia. Continúen tolerándose y perdonándose mutuamente sin reserva si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová sin reserva los perdonó, así háganlo también ustedes.” “La humildad de mente” o sumisión es una gran virtud. No dejará que uno se vuelva fanfarrón, orgulloso o que se exalte a sí mismo a causa de educación superior o de mejor posición económica o social o a causa de un puesto presumiblemente superior en la organización. Debemos recordar que “no muchos sabios según la carne fueron llamados, no muchos poderosos, no muchos nobles; sino que Dios escogió las cosas insensatas del mundo, para avergonzar a los sabios, y Dios escogió las cosas débiles del mundo, para avergonzar las cosas fuertes; y Dios escogió las cosas innobles del mundo y las cosas despreciadas, las cosas que no son, para anonadar las cosas que son.” ¿Por qué? Pablo recalca la importancia de la humildad cuando responde: “con el fin de que ninguna carne se jacte a la vista de Dios.” —Sal. 51:5; Col. 3:12, 13; 1 Cor. 1:26-29.
MANTENIDOS EN SU LUGAR POR EL VÍNCULO DE AMOR
11. ¿Qué vínculo especial mantiene juntos a los cristianos verdaderos?
11 ¡Cuán hermosas vestiduras—afectos tiernos, bondad, humildad de mente, apacibilidad y gran paciencia! Pero éstas no bastan para cubrir nuestra imperfección. El apóstol agrega todavía otra prenda de este traje que tienen que usar todos los que son identificados con la sociedad que es nueva y completamente diferente del presente sistema de egoísmo y codicia. “Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unidad.” Sí, en verdad, el amor primero a Jehová y a Cristo Jesús, y el amor también de unos a otros, es un vínculo que nos identificará y nos mantendrá firmemente en la organización de Dios.—Col. 3:14; Juan 13:34, 35.
12. Al andar ordenadamente, ¿qué prácticas tienen que evitar los de la sociedad del nuevo mundo?
12 Debido a que cada uno se adorna con estas cualidades piadosas no se envidian unos a otros ni codician el lugar y puesto al que otro está asignado. No hay competencia entre los de la sociedad del nuevo mundo. La cooperación, no la competencia, se cuenta entre los principios elevados de la organización de Dios. Tampoco hay lugar para personalidades presumidas o prácticas egotistas entre los testigos de Jehová, pues si alguno procediera de tal manera estaría andando en desacuerdo, andando desordenadamente, y por lo tanto fuera de armonía con las instrucciones teocráticas. “Si estamos viviendo por espíritu, continuemos andando ordenadamente también por espíritu. No nos hagamos egotistas, provocando competencia unos con otros, envidiándonos los unos a los otros.” “Hagan pleno mi gozo en que ustedes son de la misma mente y tienen el mismo amor, estando unidos en alma, teniendo en mente un solo pensamiento, no haciendo nada movidos por espíritu de contradicción o egotismo, sino considerando con humildad de mente que los demás son superiores a ustedes, vigilando, no con interés personal sólo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás.”—Gál. 5:25, 26; Fili. 2:2-4.
13. ¿Hay lugar para los calumniadores y entremetidos en esta organización teocrática?
13 Esta cooperación útil que se recomienda entre los miembros de la sociedad del nuevo mundo ciertamente no es aconsejar ni dar lugar o derecho a los individuos a entremeterse en los asuntos de otras personas. En verdad, si alguien se entremetiera, si se ingiriera en lo ajeno y de manera contraria a la Biblia se interesara en los asuntos privados de otros, dicha persona estaría fuera de lugar y estaría andando enteramente fuera de orden. ¿No reprende este mismo escritor a las personas que andan “vagando” como “chismosas y entremetidas en asuntos ajenos”? ‘Tengan como mira suya el vivir quietos y el ocuparse de sus propios asuntos . . . para que estén andando decentemente.’ “Porque oímos que algunos andan desordenadamente entre ustedes, no haciendo ningún trabajo pero entremetiéndose en lo que no les atañe.” (1 Tim. 5:13; 1 Tes. 4:11, 12; 2 Tes. 3:11) El apóstol Pedro hasta clasifica a los que se entremeten en lo ajeno con los ladrones y los asesinos, y las Escrituras dicen que el lugar para los asesinos y los que los acompañan está completamente fuera del sistema de cosas del nuevo mundo.—1 Ped. 4:15; Apo. 22:15.
14. La cooperación mutua resulta en ¿qué beneficios saludables?
14 Por eso la cooperación útil que existe entre los testigos de Jehová es una fuerza saludable, confortadora y fortalecedora que ayuda mutuamente a los fuertes y a los débiles. Es muy parecida a la ayuda que los miembros individuales del cuerpo humano se proveen mutuamente para que todos puedan retener su lugar orgánico en el cuerpo. “Crezcamos mediante el amor en todas las cosas en él quien es la cabeza, Cristo. De él todo el cuerpo, mediante el estar trabado armoniosamente y hecho para cooperar por medio de cada coyuntura que suministra lo que se necesita, de acuerdo con el funcionamiento de cada miembro respectivo en la debida medida, contribuye al crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.”—Efe. 4:15, 16.
15. (a) ¿A qué grado tiene que haber unidad en asuntos de doctrina y enseñanza? (b) ¿Qué ejemplo amonestador hallamos en el caso de María?
15 Esta cooperación por parte de cada uno en esta organización semejante al cuerpo no es simplemente en asuntos físicos en las reuniones de congregación o en ayudarse mutuamente para participar en la actividad de predicación pública. También incluye una unión armoniosa con la Cabeza de la organización en asuntos espirituales de doctrina y enseñanza. “Los exhorto, hermanos, por medio del nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos ustedes deben hablar de acuerdo, y que no debe haber divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos con la misma mente y con la misma forma de pensar.” No puede haber divisiones en creencias y enseñanza de las verdades bíblicas. Por lo tanto, si alguno en la organización se constituyera expositor de doctrinas nuevas y extrañas no fundadas en las Escrituras reveladas, y en oposición a lo que el Señor Dios ha puesto de manifiesto por medio de su organización teocrática, entonces esa persona estaría enteramente fuera de lugar, tan fuera de lugar como la leprosa María lo estuvo cuando fué puesta en cuarentena fuera del campamento de Israel porque trató de causar una división en esa sociedad teocrática de hace mucho tiempo.—1 Cor. 1:10; Núm. 12:1-16.
16. Para permanecer en el servicio activo como “esclavos” de Jehová y de Cristo, ¿qué tenemos que hacer?
16 Servicio útil a las “autoridades superiores,” Jehová Dios y Cristo su Rey, también se exige de todos los que mantienen sus lugares. “Sean esclavos de Jehová,” dicen las Escrituras. “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres, porque ustedes saben que es de Jehová que recibirán la debida recompensa de la herencia.” Los que son esclavos voluntarios de Jehová también son “esclavos [voluntarios] del Señor Cristo.” (Rom. 12:11; Col. 3:23, 24) A éstos este Amo amoroso extiende la invitación: “Tomen mi yugo sobre ustedes y háganse mis discípulos, . . . Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.” Aquí, entonces, ustedes los miembros de la sociedad del nuevo mundo, es donde está su lugar apropiado—bajo el yugo fácil de servicio de Cristo, halando con él y con su organización. No hay lugar en esta organización teocrática para los que se retraen y que tienen que ser aguijoneados, o para los que de mala gana y perezosa y lentamente arrastran los pies moviéndose sin entusiasmo, o para los que obran independientemente y obstinadamente quieren salirse con la suya. Los esclavos voluntarios de Jehová son y tienen que ser trabajadores industriosos, trabajadores voluntarios, trabajadores diligentes, que gozosa y alegremente se asocien con Cristo Jesús y unos con otros y apliquen su mente y cuerpo y todos sus talentos y energías físicas a adelantar los intereses del Reino. Eso es lo que Jesús hizo, y los testigos de Jehová hoy día tienen el privilegio de ser “substitutos por Cristo.”—Mat. 11:29, 30; 2 Cor. 5:20.
17. ¿Qué se requiere de todos los que mantienen su lugar cuando se trata de aguante y de guardar los pactos?
17 “Ningún hombre que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas atrás, es muy apto para el reino de Dios.” Así expresó Jesús un principio importante, a saber: el aguante es lo que gana. El aguante se requiere de todos los que hayan de retener su lugar en la sociedad del nuevo mundo. “El que haya perseverado hasta el fin es el que será salvo.” “Pruébate fiel aun bajo peligro de muerte, y te daré la corona de la vida.” (Luc. 9:62; Mat. 24:13; Apo. 2:10) Una vez que aceptamos las responsabilidades que acompañan a un nombramiento teocrático, se requiere que nos adhiramos fielmente a esa asignación. Nunca sea usted un desertor, porque Jehová desaprueba a los desertores y son quitados del lugar a que han sido nombrados. Demas fué un desertor, uno que abandonó sus privilegios teocráticos, simplemente porque “amó el presente sistema de cosas.” Judas Iscariote fué otro desertor y perdió toda esperanza de volver a un lugar de vida. Fué después que este infiel había sido despedido de la última cena pascual que Jesús dijo a los once fieles que quedaban: “Ustedes son los que han permanecido conmigo en mis pruebas; y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino.” Puesto que los quebrantapactos y los “falsos a los acuerdos,” por ser desertores, “son merecedores de la muerte,” el guardar los pactos llega a ser un asunto importantísimo.—2 Tim. 4:10; Luc. 22:28, 29; Rom. 1:31, 32.
18. De modo que, ¿cuáles son los resultados provechosos de mantener nuestro lugar apropiado en la sociedad del nuevo mundo?
18 Por lo tanto, ustedes los de la sociedad del nuevo mundo, todos ustedes, con aguante pruébense fieles a sus votos de dedicación. Continúen “manteniendo firmemente asida la palabra de vida.” Nunca la suelten y nunca perderán su lugar. Y manteniendo su lugar ahora en la sociedad del nuevo mundo, ustedes probarán que son dignos de vivir para siempre, ya sea asociados con Cristo Jesús en los cielos, o aquí sobre la tierra bajo condiciones edénicas de perfección—todo para su bendición y prosperidad eternas y, sobre todo, ¡para la honra y gloria y vindicación de la santísima Palabra y el santísimo nombre de Jehová!—Fili. 2:16.