Cultivando amistad con Dios
“Habrá los que verán la gloria de Jehová, el esplendor de nuestro Dios. . . . Él mismo vendrá y los salvará.”—Isa. 35:2, 4.
1. ¿Por qué deberíamos cultivar amistad con Dios?
AMISTAD con Dios, amistad con el mundo... ¿cuál escoge usted? Si ama la vida, usted escogerá la amistad con Dios, porque él es la Fuente de la vida, pero el inicuo sistema de este mundo está en enemistad con Dios, y pronto habrá de pasar. (Sant. 4:4; 1 Juan 2:15-17) La amistad con Dios es algo que ha de cultivarse celosamente, tal como Abrahán la cultivó. “Su fe obró junto con sus obras y . . . por sus obras su fe fue perfeccionada, y se cumplió la escritura que dice: ‘Abrahán puso fe en Jehová, y le fue contado por justicia,’ y vino a ser llamado ‘amigo de Jehová.’” (Sant. 2:22, 23) Usted, también, puede llegar a ser amigo de Jehová.
2. (a) ¿Qué significará para el hombre en la Tierra la amistad con Dios? (b) ¿Cuál será el rasgo más glorioso del paraíso restaurado?
2 ¿Qué significará la amistad con Dios para los que la escojan? Para el hombre sobre esta Tierra, incluirá el gozo del paraíso restaurado y extendido por toda la Tierra. Aun la llanura desértica habrá de estar “gozosa y florecerá como el azafrán.” (Isa. 35:1; Rev. 21:3, 4) La entera riqueza de esa Tierra paradisíaca será el don de Dios para el hombre, para que disfrute de ella sin temor de las divisiones, odios, guerras y codicia comercial que afligen hoy a la humanidad que gime. (Sal. 115:16; Miq. 4:1-5) ¿Significa esto, entonces, una sociedad materialista para la humanidad? ¡De ninguna manera! Pues el más glorioso rasgo del paraíso restaurado es su espiritualidad. Las magníficas profecías de restauración de la Biblia, incluso las que se encuentran en Isaías, capítulos 2, 9, 35, 65 y 66, tienen su cumplimiento más excelente en un sentido espiritual. De veras, se debe a que el resto del “rebaño pequeño” de los cristianos verdaderos hoy en la Tierra ha sido restaurado a su “tierra” espiritual de amistad con Dios que se ha abierto el camino para que “otras ovejas,” también, sean introducidas en este paraíso espiritual, y más tarde en un paraíso por toda la Tierra.—Isa. 66:8-14; Juan 10:16.
3. ¿De qué manera es superior el hombre a los animales?
3 Diferentes de los animales, algunos de los cuales vivieron toda su vida en el paraíso terrestre original, el hombre fue hecho para vivir también en un paraíso espiritual, para tener relación estrecha con el gran Espíritu, Jehová Dios. Dios, por lo tanto, le dio al hombre un aprecio de los valores morales. Se declara en Génesis 1:27: “Procedió Dios a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó.” Esto no podría ser ninguna imagen material carnal, pues Dios es espíritu. Pero Dios implantó en la original pareja humana los mismos atributos dignos de alabanza que él mismo despliega en equilibrio maravilloso. (1 Juan 4:11, 12; Fili. 4:8) Como criatura moral, inclinada a lo espiritual, el hombre perfecto estaba equipado para sojuzgar la Tierra y convertirla en un paraíso global que reflejara en todo sentido las glorias del dominio espiritual de Jehová.—Isa. 11:6-9.
4, 5. (a) ¿Qué resultó de la rebelión del hombre? (b) ¿Qué amorosa provisión hizo entonces Jehová, envolviendo qué sacrificio?
4 Pero ¡ay! vino la rebelión. El hombre perdió la amistad con Dios. Desapareció su paraíso espiritual, y, con justicia, Jehová lo echó del paraíso edénico. Pero ahora la gloria de la sabiduría de Jehová vino a ser desplegada de manera maravillosa. Aunque sus ojos justos no podían mirar con aprobación los defectos y torcimiento de la humanidad desobediente, sin embargo hizo provisión para que los que ejercen fe en él puedan regresar a la intimidad de su amistad. ¿Cómo? Por medio del don amoroso de su Hijo.—Gén. 3:17-19, 23; Hab. 1:12, 13; Deu. 32:3, 4.
5 Fue un sacrificio noble de parte del Padre el enviar a este Hijo amado a la Tierra... para ser injuriado, escupido, atormentado y asesinado bajo el cargo de blasfemia contra el mismísimo Dios a quien él obedecía tan lealmente. Por parte del Hijo, fue un duro sacrificio sufrir estas indignidades, ser rechazado y desechado por los mismísimos individuos por los cuales vino a suministrar salvación, entregando hasta su alma en la muerte. Ciertamente, “nadie tiene mayor amor que éste.” (Juan 15:13) De veras, el amor leal tanto del Padre como del Hijo suministra un ejemplo magnífico para nosotros. Mientras más llegamos a apreciar la cualidad sobresaliente de este amor, más deberíamos querer asociarnos en la congregación cristiana verdadera, donde la cualidad de este amor prevalece como “un vínculo perfecto de unión.”—Col. 3:14.
6. ¿Qué informó el apóstol Juan concerniente al amor?
6 Como cristiano maduro que vivía en el paraíso espiritual de la congregación del primer siglo, el apóstol Juan apreciaba profundamente esta cualidad del amor. Es por eso que su Evangelio y sus tres cartas positivamente resplandecen con amor apreciativo. Como asociado sumamente íntimo de Jesús y amigo de Dios, fielmente informa bajo inspiración las propias declaraciones de Jesús sobre el amor, incluso su oración conmovedora del alma la última noche que estuvo con sus discípulos: “Padre justo, el mundo, por cierto, no ha llegado a conocerte; pero yo he llegado a conocerte, y éstos han llegado a conocer que tú me enviaste. Y yo les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en unión con ellos.”—Juan 17:25, 26.
7. ¿Por qué ha de cultivarse el amor, y cómo?
7 ¡Qué magnífica unión! Este amor y amistad con Dios y Jesús verdaderamente es algo que ha de cultivarse. Sí, cultivarse, porque mientras vivamos en imperfección humana, hay propensión de que se arraigue la mala hierba en nuestras personalidades. Esta tiene que ser arrancada continuamente, para que no haya nada que impida el alimentar el suelo de los corazones buenos con nutrimento oportuno de la Palabra de Dios. ¿Qué mejor manera hay de hacer esto que por medio de hacer de la asociación activa en la congregación del propio pueblo de Dios la cosa importante en nuestra vida? Así, al tener a Dios como nuestro Amigo, verdaderamente podemos decir: “En cuanto a nosotros, amamos, porque él nos amó primero.”—1 Juan 4:19; 1 Ped. 4:1-3; Sal. 84:10; 149:1.
EL AMOROSO RÉGIMEN DEL REINO
8. ¿Qué reino ha regido siempre sobre los cristianos verdaderos?
8 Desde el día del Pentecostés de 33 E.C. Jesús ha estado ejerciendo un régimen del Reino sobre aquellos en la Tierra que son sus seguidores dedicados, engendrados por espíritu. Como se declara en Colosenses 1:13, 14, Jehová “nos libró de la autoridad de la oscuridad y nos trasladó al reino del Hijo de su amor, por medio de quien tenemos nuestra liberación por rescate, el perdón de nuestros pecados.” Este es un verdadero reino que rige sobre los cristianos verdaderos. Es por eso que Pablo escribe, precisamente antes de las palabras susodichas, en cuanto a su oración de que “sean llenos del conocimiento exacto de su voluntad [de Dios] en toda sabiduría y discernimiento espiritual, para que anden de una manera digna de Jehová a fin de que le agraden plenamente mientras siguen llevando fruto en toda buena obra y aumentando en el conocimiento exacto de Dios.” (Col. 1 Vs. 9, 10) Lejos de ser un reino materialista, este reino fija la importancia más elevada en los valores espirituales. “Porque el reino de Dios no significa el comer y el beber, sino justicia y paz y gozo con espíritu santo.”—Rom. 14:17.
9. ¿Cuándo y cómo se extiende el régimen del Reino?
9 Sin embargo, ¡el régimen del reino de Dios habrá de abarcar mucho más que la congregación cristiana! En el año 1914, en notable cumplimiento de la profecía bíblica, y en medio de la guerra de las naciones mundanas, “el reino del mundo” llegó a ser legítimamente el reino de Cristo. Se acerca el tiempo en que él ha de “causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:15-18) Pero primero Jesús, como el rey reinante, recoge a sus seguidores verdaderos, a los cristianos ungidos, y restaura entre ellos el paraíso espiritual como el que existió entre los cristianos del primer siglo. Toda la evidencia indica que este recogimiento ha estado en acción desde 1919 en adelante. Además, la amistad de Jehová y su Hijo se ha ensanchado, particularmente desde el año 1935, para incluir a “una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas,” y éstos también vienen a atribuir la salvación a Dios y al Cordero, Cristo Jesús. Éstos, también, disfrutan de los privilegios del paraíso espiritual, con la expectativa de pasar pronto a través de “la grande tribulación” y participar en la restauración del paraíso por toda la Tierra.—Rev. 7:9, 10, 13-17; Isa. 26:20, 21; 65:17-25.
10. ¿Cómo, en años recientes, han efectuado cambios en su vida muchas personas?
10 El venidero paraíso terrestre siempre reflejará la gloria del paraíso espiritual. Al hacerse más profundo el aprecio que le tienen a estos asuntos espirituales, muchos han discernido la necesidad de efectuar cambios en su vida. Esto ha querido decir arrepentirse de un anterior modo de vivir infructuoso, volverse, dedicarse a Dios por medio de Cristo y someterse al bautismo en agua. (Hech. 17:29-31) Al rehacer su vida ahora, se preparan para vivir en la Tierra paradisíaca. Tan solo en los tres años pasados, 477.124 personas en todo el mundo han venido así a asociarse con los testigos de Jehová y han sido bautizados en agua. ¡Y todavía siguen viniendo! Verdaderamente, “muchos pueblos” se deleitan en ser colocados bajo el régimen del reino de Cristo, diciendo: “Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas.”—Isa. 2:3; Zac. 8:23.
CRECIENDO EN LA FE
11, 12. ¿Cómo pueden los recién bautizados continuar creciendo en la fe?
11 ¡Qué gozo da ver a estos centenares de miles de cristianos recién bautizados, junto con un sinnúmero de otras personas, creciendo en la fe! Tal como Pablo dijo acerca de la recién organizada congregación de Tesalónica, así decimos nosotros hoy acerca de estos muchos nuevos creyentes: “Estamos obligados a siempre dar gracias a Dios por ustedes, hermanos, como es apropiado, porque su fe está creciendo en gran manera y el amor de cada uno y de todos ustedes está aumentando de parte del uno para con el otro.” (2 Tes. 1:3) Aun en su infancia, aquella congregación pudo aguantar muchas pruebas duras. Y, ¿por qué? Por causa del intenso amor que todos se tenían unos a otros, y también por causa de que ‘crecían en gran manera en la fe’ por medio de estudiar y asociarse con regularidad. Así, fueron “considerados dignos del reino de Dios.”—2 Tes. 1 Vs. 4, 5.
12 ¿Quiere usted ser ‘considerado digno’ hoy de un lugar en el dominio del reino de Dios? Entonces vigile, como vigilaron aquellos tesalonicenses, que su fe siga “creciendo en gran manera.” Después del bautismo su deseo de seguir las enseñanzas de la Biblia debe hacerse aun más fuerte. Al estudiar usted continuamente la Palabra de Dios, ésta debe llegar a ser cada vez más parte de usted, de modo que obre en armonía con ella. Jesús dijo: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que les mando.” (Juan 15:14) Y eso significa ser amigos de Jehová también. Significa desechar derroteros y hábitos mundanos que están en enemistad con Dios, amar la justicia y odiar la iniquidad tal como lo hace Jesús, y cultivar siempre la nueva personalidad cristiana.—Sal. 45:7; Efe. 4:23, 24.
13. ¿Qué es esencial para edificar aprecio espiritual?
13 Como Jesús, tenemos que llegar a ser intensamente leales en sostener la soberanía de Jehová tanto de palabra como de hecho, atesorando nuestro inapreciable privilegio de ser testigos cristianos de Jehová. (Juan 17:4, 6, 11, 12, 26) En nuestro ministerio del campo, instamos a otros a leer La Atalaya. Les decimos que la necesitan, ¡y ciertamente que la necesitan! ¡También la necesitamos nosotros! Es esencial para edificar aprecio espiritual, que se basa en la Palabra de Dios, para que tengamos y mantengamos amistad con Dios y Cristo. (Juan 8:31, 32) Pablo amonestó a Timoteo: “Reflexiona sobre estas cosas,” sí, “hállate intensamente ocupado en ellas, para que tu adelantamiento sea manifiesto a todos.” (1 Tim. 4:15) Es preciso que hagamos eso también. Esto requiere asociación celosa en la congregación. Hoy la congregación cristiana por medio de sus “hombres de mayor edad,” se interesa vivamente en el adelantamiento de usted y en ayudarle a cultivar “el gozo que pertenece a su fe, para que su alborozo se desborde en Cristo Jesús.” La asociación y el estudio con regularidad producen ese galardón.—Fili. 1:25, 26; Sal. 1:1-3; Heb. 2:1; Juan 15:7-11.
14. ¿Cómo debe afectarnos el estudio de La Atalaya?
14 Sí, debemos apreciar profundamente todo el excelente alimento espiritual que la clase del “esclavo fiel y discreto” ha estado suministrando por medio de La Atalaya, ya por noventa y cuatro años. (Mat. 24:45-47) Al adquirir este nutrimento con otros en las reuniones cristianas, llegamos a estar profundamente agradecidos por la amistad de Dios para con nosotros. Llegamos a estar ‘fulgurando con el espíritu,’ ¡y cuán maravillosamente se refleja esto en nuestro servicio a Dios! Nuestro mismísimo entusiasmo por las magníficas verdades que Jehová está proveyendo por medio de su conducto impresiona el corazón de la gente honrada. Empiezan a preguntarse qué es lo que nosotros tenemos que ellos no tienen. Por supuesto, es el espíritu de Dios que viene con aprecio de la verdad bíblica, y nuestra fe junto con el amor. Las “cosas grasas,” las “cosas dulces,” el nutrimento sano de la Palabra de Dios de que disfrutamos en asociación con otros, edifican en nosotros este gozo y entusiasmo que tienen tan grande poder persuasivo al recomendar la verdad a otros.—Rom. 12:11; Neh. 8:10; Hech. 4:13.
15. (a) ¿Qué cosas podemos pedir apropiadamente en oración? (b) ¿Cómo podemos obrar en armonía con estas oraciones?
15 Pero mientras nos regocijamos en esta gloriosa esperanza, también tenemos que ‘persistir en la oración.’ (Rom. 12:12; 1 Tes. 5:17) Como Salomón, debemos orar por “sabiduría y conocimiento,” para que apreciemos a grado cabal el paraíso espiritual de Jehová. (2 Cró. 1:7-12) En armonía con tales oraciones, apartemos tiempo con regularidad para estudio personal y de familia, incluso preparación para las reuniones de congregación. Por medio de forjar planes apropiados, podemos hacer adecuados nuestros alrededores para el estudio. Puede ser nuestra la actitud piadosa del Salmo 19:14: “Que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón lleguen a ser placenteros delante de ti, oh Jehová mi Roca y mi Redentor.” Por la participación celosa en las reuniones de congregación, podemos mostrar que hemos hecho nuestras las palabras del salmista: “Felices son . . . los que andan en la ley de Jehová. ¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día es ella mi interés intenso.”—Sal. 119:1, 97.
CULTIVANDO VIDAS ESPIRITUALES
16. ¿Qué cumplimientos proféticos y arreglos teocráticos constituyen especialmente una razón para tener gozo?
16 Nuestro aprecio espiritual de la benignidad de Jehová se hace más profundo mientras más nos asociamos en su organización. Por medio del conducto de Jehová recibimos esclarecimiento siempre más claro sobre el Reino y su relación con la congregación cristiana en la Tierra. Es cierto, es conmovedor ver que las profecías bíblicas se están cumpliendo en los acontecimientos mundiales al grado de que los “diez cuernos” de la “bestia” de las N.U., representados en el capítulo 17 de Revelación, están colocados en posición, listos, para derribar la religión babilónica a cualquier hora. Pero aun más conmovedoras en el cumplimiento son las profecías relacionadas que muestran que Jehová ha puesto el “lugar santo,” representado por la congregación cristiana, “en su condición correcta” en preparación para sobrevivir al “tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo.” (Dan. 8:14; 12:1) ¡Con qué gusto recibimos el arreglo de Jehová de que los “hombres de mayor edad” pastoreen al rebaño con amor! ¡Y cuán deseosos deberíamos estar, también, de tener nuestro propio corazón en condición correcta para sobrevivir con la organización teocrática!—Hech. 20:28; Isa. 60:17; 65:13, 14.
17, 18. (a) ¿Qué consejo sabio suministra Jehová para su pueblo? (b) ¿Por qué no hay brechas entre las generaciones en las familias cristianas verdaderas?
17 Fiel a su promesa, Jehová viene como Amigo para ‘salvarlos.’ Su poder salvador se ve aun ahora en la protección amorosa que extiende a todos los que se asocian en la congregación cristiana. Considere, por ejemplo, todo el consejo sabio que provee La Atalaya para las familias. Empezando en octubre de 1970 y durante todo 1971, a los padres se les suministraron artículos diseñados especialmente para que los leyeran con sus hijitos. Más recientemente se ha provisto consejo para los adolescentes, al presentar hechos útiles que desean saber los jóvenes. En una era cuando el mundo de la juventud hierve de confusión, ¿no es maravilloso que nuestros propios jóvenes reciban tal consejo sano, con vida eterna en mira?—1 Tim. 4:12; Pro. 3:1-4.
18 La generación de mayor edad, también, hasta los bisabuelos, recibe espléndido estímulo y ayuda por medio de La Atalaya y publicaciones relacionadas. Aunque el mundo lamente sus brechas entre las generaciones, no hay esas brechas en las familias que se fundan sólidamente en la verdad bíblica. (Pro. 23:22-25) Los jovencitos saben que pueden depender del interés y el cuidado amoroso de sus padres dedicados. Los ancianos saben que el amor e interés de su familia continuará con ellos. Los padres que disciplinan a sus hijos en justicia están seguros del respeto de sus pequeños, y al mismo tiempo se regocijan con el compañerismo de sus propios mayores. No hay brechas en este arreglo teocrático de Jehová.—Col. 3:15-24; Deu. 31:12.
19. ¿Dónde se halla verdadero gozo y satisfacción hoy día?
19 Sí, es en la asociación de la congregación cristiana, así como en el círculo de la familia, que todos pueden cultivar vidas espirituales. Así podemos tener la misma felicidad que David, quien dijo: “Me regocijé cuando estuvieron diciéndome: ‘Vamos a la casa de Jehová.’” (Sal. 122:1) De veras que se halla gozo y satisfacción al asociarse en la familia mundial de Jehová. De esta asociación, junto con confianza piadosa en Jehová, proviene la tranquilidad de ánimo y corazón en un mundo afligido. (Sal. 84:4; Fili. 4:6, 7) Al vigilar todo contacto de asociación ahora, mantenemos nuestra posición en el paraíso espiritual de hoy, con la expectativa de amistad eterna con Dios en el paraíso ensanchado que está por venir.
AYUDANDO A OTROS A LA AMISTAD CON DIOS
20. ¿Qué trabajo importante hay que hacer (a) dentro de la congregación? (b) ¿fuera de la congregación?
20 La profecía de Isaías (35:3, 4) muestra que los siervos de Dios tienen un trabajo que hacer: “Fortalezcan las manos débiles, y hagan firmes las rodillas que bambolean. Digan a los que están ansiosos de corazón: ‘Sean fuertes. No tengan miedo. ¡Miren! Su propio Dios vendrá con venganza misma, Dios aun con un pago. Él mismo vendrá y los salvará.’” Dentro de la misma congregación de Dios, los superintendentes fieles, “adecuadamente capacitados para enseñar a otros,” hacen visitas personales a las familias y a los enfermizos física y espiritualmente, así como a otros, e instruyen con amor y paciencia en las reuniones de congregación. (2 Tim. 2:2) Además, a las personas recién interesadas, que gimen por causa de las cosas detestables que ven en la cristiandad y por todo el imperio mundial de religión falsa, se les tiene que edificar con conocimiento de la venganza venidera de Dios contra los inicuos y de la esperanza de salvación. (Eze. 9:4-6; 34:15, 16) Con este fin, se está llevando a cabo una gran obra docente a través de la Tierra hoy día, y durante 1972 se visitó, en promedio, a 1.269.277 hogares cada semana con estudios bíblicos.
21. ¿Qué invitación bíblica se extiende a los que tienen sed de la verdad?
21 ¿Se beneficia usted personalmente de esta gran campaña de educación bíblica? Si no, se le extiende una calurosa invitación para que se asocie en las reuniones en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová en su localidad... “¡Oigan, todos ustedes los sedientos! Vengan al agua. ¡Y los que no tienen dinero! Vengan, compren y coman. Sí, vengan, compren vino y leche aun sin dinero y sin precio. . . . Escúchenme atentamente, y coman lo que es bueno, y halle su alma su deleite exquisito en la grosura misma. Inclinen su oído y vengan a mí. Escuchen, y su alma se mantendrá viva.”—Isa. 55:1-3; Rev. 22:17.
22. ¿Qué nos identifica como amigos de Dios y de Jesús?
22 Jesús mismo efectuó un trabajo productivo de predicación mientras estuvo en la Tierra. Pero dijo que el que ejerciera fe en él haría obras aun mayores. (Juan 14:12) Hoy los que tienen fe como la de Abrahán, el amigo de Dios, están llevando a cabo la más grandiosa obra de testimonio mundial de todos los tiempos hasta su consumación. Jesús también dice a éstos: “Los he llamado amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre se las he dado a conocer a ustedes. Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los escogí a ustedes, y los nombré para que vayan adelante y sigan llevando fruto y que su fruto permanezca; a fin de que sin importar qué le pidan al Padre en mi nombre él se lo dé a ustedes. Estas cosas les mando: que se amen unos a otros.” (Juan 15:15-17) Por este amor como el de Cristo los unos a los otros y por llevar mucho fruto, se identifican como los discípulos modernos de Jesús.—Juan 13:34, 35; 15:1-5.
23. ¿Cómo brilla el esplendor de nuestro Dios?
23 ¡Qué expresión fructífera concerniente al reino de Dios se está efectuando en el paraíso espiritual del que disfruta el pueblo de Dios en la Tierra hoy día! Verdaderamente, el esplendor de Jehová brilla a través de su pueblo devoto, que lo busca por medio de Cristo, y que lo halla como su Amigo amoroso.—Mat. 7:7, 11; Sal. 103:17, 18.