Ejemplos de reconocer la organización
1. ¿Qué ejemplo bíblico tenemos de cómo un misionero reconoció la organización, y cuál fué el resultado de esto?
CONSIDEREN varios buenos ejemplos de la debida manera de reconocer la organización teocrática y su cuerpo gobernante. No mucho tiempo después que se hubo organizado la congregación cristiana en Jerusalén la persecución violenta llevada a cabo por los religiosos judíos esparció de la ciudad a la congregación, menos a los apóstoles, quienes se quedaron como cuerpo gobernante. Felipe el evangelista o misionero llevó la predicación de las buenas nuevas hacia el norte a Samaria y logró establecer una congregación en la ciudad, y bautizó a los miembros de ella. Le hacía falta una cosa importante a la congregación: el espíritu santo y sus dones milagrosos. Felipe quería que la congregación de testigos nativos recibiera estas cosas. Reconociendo a la organización teocrática y sabiendo que los dones milagrosos del espíritu sólo podían ser impartidos por los apóstoles del Cordero o en la inmediata presencia de ellos, Felipe envió un mensaje a Jerusalén. Eso era un reconocimiento altruísta y leal de la organización teocrática por parte de un evangelista o misionero. ¿Cuál fué el resultado? El cuerpo gobernante apostólico envió a los apóstoles Pedro y Juan. Entonces vino la acción de impartir el espíritu y sus dones a los creyentes bautizados en Samaria. Como está escrito: “Y éstos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo. Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, pero solamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces impusieron las manos sobre ellos, y comenzaron a recibir espíritu santo. . . . mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el espíritu.”—Hech. 8:1-19, NM.
2. ¿Cómo hubo, en el caso de Pablo y Bernabé, reconocimiento de la organización, y cuáles fueron los resultados?
2 Más tarde Bernabé y Pablo, como misioneros a las naciones incircuncisas, fueron perturbados en gran manera por el asunto de la circuncisión y los gentiles. Ambos entendían correctamente el asunto, pero cuando surgió una disensión en la congregación de Antioquía, “hicieron los arreglos para que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos fueran a los apóstoles y hombres de mayor edad en Jerusalén respecto a este asunto.” (Hech. 15:1, 2, NM) De nuevo este reconocimiento de la organización teocrática produjo resultados. Se convocó una reunión especial del cuerpo gobernante en Jerusalén, la cuestión se ventiló cabalmente, Santiago fué usado como portavoz de Dios para llamar atención al cumplimiento de la Escritura y para declarar la conclusión correcta a la que debería llegarse respecto a los creyentes gentiles incircuncisos, el cuerpo gobernante respaldado por espíritu santo redactó una carta en la que se presentaron los requisitos básicos para tales creyentes, y Pablo y Bernabé partieron de Jerusalén con la carta. Esta carta se leyó a muchas ciudades donde el asunto era uno que se discutía. Al ir viajando Pablo y su compañero por las ciudades que tenían creyentes, “entregaban a los que estaban allí para observancia los decretos sobre los cuales habían hecho decisión los apóstoles y hombres de mayor edad que estaban en Jerusalén.” El efecto de esto fué que, en vez de continuar las congregaciones movedizas y divididas de opinión, “las congregaciones continuaban siendo hechas firmes en la fe y aumentando en número de día en día.” (Hech. 15:3 a 16:5, NM) El reconocer la organización teocrática es unificador, fortalecedor, y produce aumento.
3. Similarmente, ¿quiénes deben reconocer la organización hoy día, y por qué, y cómo?
3 Hoy día tiene que haber el mismo reconocimiento de la organización teocrática por parte de los siervos de sucursal y todos los demás representantes especiales de la organización así como también de los que han sido nombrados a puestos de servicio. Muy parecido al caso del apóstol Pablo y su joven asistente Timoteo, la organización teocrática visible bajo Cristo ha impuesto sus manos sobre estos representantes y personas nombradas, instalándolos en su puesto. Ahora les toca aceptar las instrucciones de la organización y cumplir con ellas concienzudamente. Lo importante es que lo hagan teniendo presente al Gobernante regio de la organización teocrática de Jehová y que lo hagan en pronto reconocimiento del Rey y para la honra de él.
4, 5. ¿Cómo ilustró Joab el hecho de que no debemos tratar de capturar la gloria para nosotros mismos y eclipsar a nuestro Rey?
4 No debe haber ningún esfuerzo egoísta por capturar gloria para uno mismo y eclipsar al Rey. Considere el caso del sobrino del rey David, el general Joab. Cuando su actitud hacia el rey era la debida, mostró el proceder correcto de reconocimiento. El reino de Ammón había insultado en gran manera a los mensajeros del rey David, y Joab, su mariscal de campo, peleó contra la ciudad capital, Rabbá, y se apoderó de su ciudad de aguas, es decir, de aquella parte de la ciudad que contenía su abastecimiento de agua o la fortaleza que protegía su abastecimiento de agua. Habiéndose tomado esta parte vital de la ciudad, la ciudad capital no podría resistir mucho más tiempo, sino que tendría que entregarse con el tiempo. En vez de seguir adelante con el sitio de la ciudad por sí mismo y culminarlo con éxito para ganarse fama personal, Joab mostró el debido respeto a su soberano terrestre y al arreglo teocrático adecuado de las cosas que tenían que ver con el rey ungido de Jehová. Prefirió que el rey ungido de Jehová terminara la toma de la ciudad real del enemigo y que se cobrara la fama por la hazaña, aunque él, Joab, había hecho el trabajo preliminar vital.
5 “Entonces Joab envió mensajeros á David, diciendo: He peleado contra Rabbá, y he tomado la ciudad de las aguas. Ahora pues junta el resto del pueblo, y asienta campamento contra la ciudad, y tómala; no sea que yo tome la ciudad, y sea llamada de mi nombre. Por lo cual David juntó todo el pueblo y fue a Rabbá, y peleó contra ella, y la tomó. Y quitó la corona de Malcam [su rey, margen] de sobre su cabeza, siendo su peso un talento de oro, y tenía una piedra de gran valor: la cual fué puesta en la cabeza de David. Y sacó David de la ciudad muy grandes despojos.”—2 Sam. 10:1-7; 12:26-30.
6, 7. (a) ¿Cómo se guarda un siervo nombrado de usar su asignación de servicio como un escalón para alcanzar fama personal? (b) En vez de hacerlo por fama personal, él dirige sus esfuerzos y trabaja a favor de ¿qué?
6 Igualmente, hoy día quizás se le asigne a un representante o persona nombrada de la organización teocrática cierto trabajo especial. Se dedica a hacerlo. Jehová Dios lo bendice con éxito. El trabajo se acerca a su forma completa o, al fin, requiere que se publique. Si el representante o agente nombrado de la organización estuviera interesado en conseguir publicidad, trataría de seguir dando pasos hasta que la obra que se logró se trajera a la atención del público y de hacer que su propio nombre fuera puesto en ella y que se le mencionara públicamente por ella y de esa manera conseguirse fama lisonjera. Pero cuerdamente él aprecia que no es nada más que un esclavo teocrático a quien se le ha dado un trabajo que hacer que es un privilegio especial en la organización y que no merece alabanza pública por el trabajo que él tuvo el honor de hacer y que él pudo hacer sólo con la ayuda de Jehová y su Rey Jesucristo. Él no estaba usando esta asignación de trabajo privilegiado como un escalón hacia gloria personal y egoísta que atrajera la atención del público a él y eclipsara la importancia de la organización teocrática de la cual él es un esclavo.
7 De modo que él se mantiene alejado de una posición conspicua. Él mantiene su propia parte en el trabajo fuera de la vista del público. Se hace a un lado para dejar que su superior en la organización siga con el trabajo que él ha hecho con los pasos que hay que dar para coronar la transacción entera con el éxito final que la trae a la atención del público. Así él deja que la gloria por el logro vaya a la Cabeza real de la organización, Jesucristo. Prefiere que la organización reciba crédito por lo que se logró y que este logro reciba reconocimiento público como muestra o ejemplo del trabajo de toda la organización teocrática. Que la organización reciba el encomio, que el aprecio de la organización sea lo que se edifique entre el público, que el público le dé a la organización un lugar prominente en su mente y que hable de ella y tenga confianza en ella más bien que rendirle adulación a algún miembro incidental de ella, algún mero esclavo de ella. Esto reprime la entrada de orgullo personal que conduce a una caída, y significa el humillarse uno bajo la poderosa mano de Dios para que él ensalce al debido tiempo al que es fiel.—Sant. 4:6, 7; 1 Ped. 5:6.
8. ¿Cómo frustró el general Joab el que David usara al general Abner, y cómo desobedeció él al rey en cuanto a Absalón?
8 ¡Si sólo el general Joab hubiera sido de la misma actitud teocrática todo el tiempo! Pero no lo fué. Varias veces se dejó influir por envidia a otros y resentimiento a causa de los nombramientos del rey. Esto lo incitó a actos de rebeldía contra su rey, el último de los cuales le costó su vida. Después que murió el rey Saúl, la tribu de Judá hizo rey a David en la ciudad de Hebrón. Las once otras tribus escogieron a Isboset, hijo de Saúl, como rey suyo. Esto resultó en guerra civil. Después de un tiempo, el general Abner, habiendo reñido con Isboset, entró en negociaciones con el rey David, para poner al resto de las tribus de parte de David como el ungido de Jehová. Pero el general Joab, abrigando un sentimiento vengativo contra el general Abner, frustró esto por medio de engañar a Abner y matarlo. (2 Sam. 2:1 a 3:39) Años después Absalón, el propio hijo de David, se rebeló contra él, obligándolo a huir de Jerusalén y cruzar el río Jordán, y entonces salió con un ejército superior para pelear contra él y darle muerte y apoderarse del trono de Israel. Cuando Joab y sus compañeros los oficiales salieron a pelear, el fugitivo David les mandó: “¡Tratad con indulgencia, por mi causa, al joven Absalom!” Pero cuando se dió el informe de que Absalón había quedado colgado de su cabello largo en las ramas de un árbol mientras trataba de escaparse de la derrota, Joab fué adonde estaba y deliberadamente arrojó tres armas contra el indefenso Absalón, causándole la muerte a éste y gran pesar al rey.—2 Sam. 15:1 a 19:4.
9. ¿Cómo frustró Joab el que David hiciera prominente al general Amasa, y cómo obró contrario al propósito divino concerniente a Salomón?
9 De paso, Absalón había hecho a Amasa, de la tribu de Judá, su general durante la rebelión. (2 Sam. 17:24, 25) Después de la muerte de Absalón las tribus de Israel manifestaron el deseo de que el rey David volviera a Jerusalén, aunque la tribu de Judá obró lentamente en cuanto a dar pasos respecto a esto. Tomando en cuenta los actos rebeldes del general Joab, el rey David envió un mensaje a Amasa, prometiéndole que él llegaría a ser el comandante del ejército del rey en vez del desobediente Joab. Característicamente, Joab se resintió profundamente a causa de esto. Algún tiempo después que David había vuelto a Jerusalén y comisionado a Amasa, Joab se encontró con Amasa. Joab, lo mismo que Judas con Jesús, hizo un movimiento engañoso de dar un beso a Amasa, y estando Amasa así desprevenido y confiado Joab sacó de repente su espada y lo hirió, sacándole las entrañas. (2 Sam. 19:8-15; 20:3-13, 23-25) Joab mostró que era asesino, “vengando en tiempo de paz sangre que se había derramado en guerra, y poniendo sangre inocente sobre el cinturón que llevaba a sus lomos, y sobre las sandalias que llevaba en los pies.” (1 Rey. 2:5, Nor. Rev., margen) Cuando Adonías, hijo de David, trató de adelantarse al nombramiento que Jehová había hecho de Salomón como sucesor del rey David y llamó a un grupo de hombres selectos para que éste lo constituyera rey, Joab aceptó la invitación y siguió y apoyó a Adonías. Para frustrar el que Adonías usurpara presuntuosamente el trono, el rey David hizo que su amado hijo Salomón fuera coronado oficialmente.
10. ¿De qué manera murió Joab, y por qué así?
10 Las instrucciones finales que David dió al rey Salomón respecto a Joab fueron: “Obra, pues, con arreglo a tu sabiduría y no dejes bajar sus canas en paz al seol.” (1 Rey. 2:6, BC) Cuando vino el tiempo para que Salomón llevara a cabo esas instrucciones, Joab huyó y buscó asilo al asirse y prenderse de los cuernos del altar de Jehová. Se hizo necesario matarlo en ese lugar sagrado, porque, citando a Salomón, “acometió a dos hombres más justos y mejores que él, y los mató a espada; sin que mi padre David lo supiese: a saber, a Abner hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá.” (1 Rey. 2:28-35) El que Joab se disgustara y tratara de impedir que hombres mejores que él lo reemplazaran en el puesto del que él había abusado resultó en desastre para él.
11. ¿Qué proceder por un siervo produce los mejores resultados, y, si se le rebaja del puesto, qué no debe hacer él?
11 Siempre da los mejores resultados el que cualquier siervo nombrado de la organización hoy día permanezca leal al Rey ungido de Jehová, el Mayor David, y que se aplique esmeradamente al desempeño de su puesto de servicio, de tal manera dando el debido reconocimiento a la organización teocrática. Si se hacen cambios en la sucursal o en cualquier otra división de la organización de servicio y usted es rebajado, tenga cuidado de no obrar con resentimiento como Joab y sentirse disgustado porque el recién nombrado recibió su puesto. No trate de atrasar, ponerle impedimentos o agobiar al nuevo siervo que ahora ocupa el puesto que antes era suyo y no detenga de él sus sinceros deseos de que tenga él mayor éxito que el que tuvo usted en el puesto, porque es tiempo de que prospere la organización de Dios y su trabajo.
12. Para evitar tener un fin como el de Joab o ser como Diótrefes, ¿qué debe hacer uno cuando la Sociedad hace un cambio que afecta a uno?
12 Para neutralizar cualquier sentimiento de disgusto y pique por el cambio que la Sociedad haya hecho, acepte con humildad la lección que se da a entender por el cambio y corríjase y mejórese en cualesquier respectos que usted deba hacerlo. Con ánimo disciplinado, siga trabajando lealmente con la organización y al lado del hermano que lo haya reemplazado, para el bien y el adelanto de la organización. Evite un fin triste como el de Joab. Nunca resista a la organización teocrática y su cuerpo gobernante como lo hizo Diótrefes, de quien escribió el apóstol Juan: “Escribí [como miembro del cuerpo gobernante] algo a la congregación, pero Diótrefes, a quien le gusta tener el primer lugar entre ellos, no recibe nada de nosotros con respeto. Por eso es que, si vengo, traeré a memoria sus obras que sigue haciendo, charlando acerca de nosotros con palabras maliciosas. Además, no estando satisfecho con estas cosas, ni él mismo recibe a los hermanos con respeto, y a los que están queriendo recibirlos él trata de ponerles impedimentos y echarlos de la congregación. Amado, sé imitador, no de lo que es malo, sino de lo que es bueno.” (3 Juan 9-11, NM) De modo que humíllese y sea lealmente sumiso a los nombramientos que la organización hace de siervos.
IMPACIENCIA QUE CONDUCE A LA PRESUNCIÓN
13. ¿Cómo puede un siervo mostrar una falta en cuanto a esperar a Jehová después que ha recibido una reprimenda de la organización?
13 Al reconocer la organización teocrática uno no debe dejar de obedecer el consejo: “Espera a Jehová, y guarda su camino.” “¡Espera a Jehová! ¡anímate, y sea esforzado tu corazón; y espera a Jehová!” (Sals. 37:34; 27:14) Entre otras cosas esto quiere decir no adelantarse a la organización, lo cual podría hacerse de varias maneras. Podría hacerse de una manera negativa. ¿Cómo? Quizás uno reciba una reprimenda de la organización por haber dado un paso falso o por haberse portado indebidamente en su puesto de servicio. Si el que es reprendido dice entre sí: “No aprecian mi servicio,” él tiene una opinión demasiado elevada de sí mismo, una idea exagerada de su importancia, y deja de percibir el punto de la reprensión. Si se siente agudamente herido a causa de la reprensión puede que se convenza de que no sirve de nada en el puesto de servicio o tal vez le parezca que debe desquitarse. Así que, tomando los asuntos en sus propias manos, de repente deja su puesto sin dar notificación anticipada y se muda sin haber recibido órdenes del cuerpo gobernante de la organización en cuanto a hacerlo, y así deja que el puesto de servicio se cuide de su propia cuenta. Esa es una acción precipitada, mal pensada. Una reprensión no es una deposición del puesto; es una corrección para el bien del puesto y del que lo ocupa. Lo que debe hacerse es aceptar la reprensión como algo que se mereció y mejorar, obrar de la debida manera al llevar a cabo las instrucciones de la organización, y entonces esperar a que la organización dé el siguiente paso, sea éste el de despedir al que fué reprendido o retenerlo en el mismo puesto ya que cambió su manera de proceder. Recuerden: “Las reprensiones [o, amonestaciones] de la corrección son camino de la vida.” (Pro. 6:23; BC) Saquen provecho de las reprensiones, esperen a Jehová como es representado por su organización teocrática, y vivan.
14. ¿Cómo es que algunos, sintiéndose precoces o superfieles, tratan de adelantarse, como durante las pruebas de juicio de 1917 y 1918?
14 Hay veces que algunos se sienten precoces, es decir, les parece que son especialmente tempranos en su desarrollo, mental o espiritualmente, o se sienten superfieles en comparación con muchos otros de la congregación, quienes parecen ser cortos, atrasados, no progresivos. Tienen una idea demasiado elevada de sí mismos y se impacientan con los demás y hasta con toda la organización teocrática. Pareciéndoles que ellos deben llevar la delantera y mostrar a la organización lo que es verdadero progreso y lo que es el pensamiento y entendimiento verdaderamente adelantados, se separan, llevándose a todos los llamados “progresivos” que les es posible, y se desprenden de la organización teocrática. Entonces establecen su propia sociedad, supuestamente superior y más adelantada. Durante las pesadas pruebas de juicio de 1917 y 1918, varias personas prominentes en la Sociedad Watch Tówer hicieron precisamente eso y se establecieron varias de sus propias organizaciones separadas. Pero después de estos treinta y siete años ¿dónde están ellos hoy día, y dónde, por otra parte, está hoy día la organización teocrática de Jehová?
15. ¿Cómo reprende el ejemplo de Moisés a los que abandonan la organización de Jehová por una de su propia hechura?
15 Hay buenos ejemplos bíblicos contra el tomar tal proceder temerario e impaciente. Considérese a Moisés, por ejemplo. Moisés tuvo una oportunidad no de su propia hechura de que Jehová Dios mismo empezara una nueva organización teocrática típica con Moisés de cabeza patriarcal para reemplazar a la nación de Israel infiel que había quebrantado su pacto de la Ley con Dios y se había entregado a la licenciosa adoración de un becerro. Provocado a ira, Jehová dijo a Moisés: “Así que déjame ahora, para que arda mi ira contra ellos y yo los extermine, y déjame hacer de ti una nación grande.” Pero Moisés no pensaba en ensalzarse a sí mismo; tenía mayores cosas en consideración. El que Jehová destruyera allí en el desierto al pueblo que él había libertado gloriosamente de Egipto acarrearía oprobio a Su nombre. Daría a los egipcios y a otros paganos la oportunidad de burlarse del nombre de Jehová o de imputarle motivos erróneos y maliciosos. Moisés recordaba el pacto de Jehová con Abrahán, Isaac y Jacob según éste afectaba a su prole, la nación de Israel. En vez de asirse hambrientamente de la oportunidad de que él fuera glorificado en una nueva organización de Jehová, él rogó a Jehová pidiendo que sintiera compasión hacia su pueblo descarriado y que diera consideración al fiel resto por causa de su propio nombre. (Éxo. 32:1-14, NM) ¡Cómo reprende el proceder altruísta de Moisés a los que abandonan la organización de Jehová por una de su propia hechura!
16, 17. ¿Cómo fueron Josué y Caleb puestos a prueba en cuanto a esperar a Jehová, pero qué hicieron ellos?
16 Josué y Caleb son también brillantes ejemplos de esperar a Jehová con fiel servicio continuo y no tratar de írsele adelante. En el segundo año de su éxodo de Egipto y después que los doce espías volvieron de su inspección de la tierra prometida de leche y miel, diez de los espías torcieron los hechos acerca de la tierra y desanimaron al pueblo, haciendo que éste no siguiera a Jehová Dios e inmediatamente entrara marchando bajo él y ejecutara a los habitantes paganos bajo condenación y tomara posesión de la tierra en vindicación del pacto de Jehová. Sin embargo, Josué y Caleb dieron un fiel informe y magnificaron el poder de Jehová sobre el enemigo, para animar a la nación de Israel a seguir adelante a la tierra y a la victoria. Debido a la falta de fe que Israel mostró en el Dios Todopoderoso y porque se rebeló abiertamente contra él en esta ocasión, Jehová sentenció a los infieles quejumbrosos a morir en el desierto y a toda la nación a vagar en el desierto por cuarenta años antes de que él introdujera a los sobrevivientes en la Tierra Prometida.
17 Al oír esta decisión divina ¿qué hicieron Josué y Caleb? ¿Dijeron: ‘Esta nación es demasiado lenta, demasiado cobarde para nosotros, de modo que nosotros seguiremos adelante por nuestra propia cuenta’? ¿Se salieron de Israel porque los israelitas no eran progresivos, porque no eran lo suficientemente denodados sino que fácilmente se amedrentaban, de modo que se les impuso la pena de una demora de treinta y nueve años antes de entrar en la Tierra Prometida y se les mantuvo detenidos durante ese tiempo? ¿Se sintieron ellos superfieles, superjustos, y decidieron ellos que no querían quedarse estancados con tal nación durante todos esos años de demora? No; sino que confiaron en la promesa de Jehová de que él los conservaría de entre la generación condenada y los favorecería concediéndoles entrada a la tierra a la fecha postergada. Se humillaron bajo su poderosa mano y se quedaron con la organización nacional porque Jehová mismo lo hizo y porque Moisés también lo hizo, rogando Moisés de nuevo a Dios para que no borrara a la nación e hiciera de él una “nación más grande y más poderosa que la que ellos son.”—Núm. 13:25 a 14:38, NM.
18. ¿De qué manera no perdieron ellos nada por escoger ese proceder, y de qué son ellos ejemplos?
18 Caleb y Josué no perdieron nada debido a escoger sufrir las consecuencias del mal comportamiento de la nación junto con ella y no atreverse a irse y marchar adelante de su propia cuenta a la Tierra Prometida. No; sino que durante aquellos treinta y nueve años de demora vieron más obras poderosas de Jehová con su pueblo y acumularon una experiencia valiosa. Al debido tiempo de Jehová ellos fueron excepcionalmente admitidos por Él a Canaán junto con los fieles levitas, Josué como sucesor a Moisés en la dirección de la nación, y Caleb como su fiel compañero guerrero para la vindicación de la soberanía de Jehová. ¡Piense en cuán valiosos le fueron entonces Josué y Caleb a la organización teocrática visible! ¡Qué ejemplos fueron ellos de fidelidad, de sumisión teocrática, de aptitud para el trabajo de Dios y de la recompensa de Dios por lealtad y devoción a él! También nos sirven a nosotros de ejemplos dignos durante nuestras pruebas actuales.
HONRA A LOS QUE HONRA DAN
19. (a) Debemos trabajar para la expansión de ¿qué?, y ¿cómo debemos ayudar a los creyentes nativos de cada país a ver el abarcamiento de la organización? (b) ¿Cómo podemos ser nosotros buenos ejemplos del proceder correcto hacia ella?
19 Dado que la Palabra de Dios, la Biblia, es un libro de organización, presenta todo aliciente y estímulo para que uno ponga a la organización teocrática antes que uno mismo y la reconozca y se adhiera a ella lealmente a través de toda suerte de pruebas. En lo que debemos esforzarnos es en la expansión de la organización y en verla prosperar bajo la bendición de Dios en vez de simplemente engrandecernos a nosotros mismos en los asuntos de la organización y en la estimación e influencia de los que están en ella. ¿Por qué no ser como Rahab, que hizo un pacto con los espías israelitas no sólo por su propia protección y conservación en la caída milagrosa de Jericó sino por la protección y conservación de todo su parentesco que ejerciera fe y buscara seguridad en su casa? (Jos. 2:1-21) Debemos esforzarnos por ayudar a otros a ver la organización teocrática con la cual estamos asociados y de la cual somos tanto siervos como símbolos, asimismo como lo fueron los testigos de Jehová en la tremenda convención que se celebró en julio de 1953 en el estadio Yanqui, ciudad de Nueva York. Si estamos trabajando como siervos de sucursal o misioneros en países del extranjero, debemos ayudar a los creyentes y testigos de ese país a desarrollar un profundo aprecio a la organización teocrática, la cual abarca más que meramente su propia organización local, ayudándolos así a elevarse de un punto de vista limitado y provincial de lo que significa organización. Nuestra propia unidad inquebrantable y armonía con la organización, nuestra propia conformidad con sus arreglos, nuestro propio trabajar constantemente con ella como publicadores diligentes de las nuevas del Reino serán un poderoso ejemplo. Debido al amor que le tenemos desearemos ver que permanezca limpia, siempre adecuada para el uso puro de su gran Creador y Edificador, Jehová Dios. El amor que le tenemos no dejará que la persecución ardiente nos separe de ella.
20. ¿Por qué proceder y con qué propósito recibiremos la ayuda necesaria de la organización, y por hacer qué nos vendrá al fin y al cabo el ensalzamiento?
20 Hay un pensamiento que debemos considerar como un tesoro: que si humilde y lealmente reconocemos la organización teocrática por nuestra celosa y fiel sumisión y cooperación, ella nos reconocerá a nosotros, nos apoyará y trabajará por nosotros y nos retendrá en su servicio divino. La regla que sigue su propio Creador perito y Dios es ésta, expresada en sus propias palabras: “¡A los que me honran yo los honraré, mas los que me desprecian serán tenidos en poco!” (1 Sam. 2:30) Por medio de honrar a Dios y mostrarle la más alta estimación mediante el reconocer devotamente a su organización aprobada seguiremos en una relación feliz y satisfaciente con ella y disfrutaremos de muchos privilegios de servicio con ella en la actualidad. Al fin se recibirá una recompensa adecuada de Jehová Dios mediante Jesucristo dentro de su organización teocrática en el nuevo mundo después de la batalla del Armagedón. Esto quiere decir que la organización teocrática, sin la cual nunca pudiéramos llevarnos prósperamente, nos ayudará a retener nuestra integridad hacia Dios y a participar en la vindicación de su soberanía sobre el universo y su reino bajo Cristo. Con vida eterna seremos entonces ensalzados por humillarnos ahora bajo la poderosa mano de Dios.