¿Cómo está su corazón?
“Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.”—Pro. 4:23.
1. ¿Qué hechos impresionantes y que ponen a uno sobrio se saben acerca del corazón humano?
EL CORAZÓN humano, en cuanto a tamaño, solo es de aproximadamente el tamaño de un puño. Sin embargo es una verdadera central generadora. ¡Imagínese! Cada pocos minutos el corazón de uno hace circular los aproximadamente cinco a seis litros de sangre del cuerpo alrededor de la red de aproximadamente 97.000 kilómetros de arterias, venas y vasos capilares, bañando a cada una de los billones de células del cuerpo con el precioso fluido de la vida. Desde antes de haber sido separado uno de la matriz de su madre, ha dependido completamente de que este órgano de intrincado diseño lata día y noche sin cesar. Si deja de latir por más de unos cuantos minutos, las células del cuerpo comienzan a morir, empezando con las frágiles células cerebrales, que, al ser privadas de oxígeno vital y otro nutrimento de la sangre, empiezan a perecer, lo cual hace inminente la muerte.
2, 3. (a) A pesar de los adelantos de la medicina, ¿qué continúa siendo la causa principal de muertes? (b) ¿Qué se puede hacer físicamente para salvaguardar el corazón?
2 Para efectuar su enorme trabajo durante una vida media de aproximadamente setenta años, el corazón forzosamente tiene que ser vigoroso. Lo es, pero el corazón resulta muy afectado por la manera en que vive y piensa el individuo. Las tensiones y hábitos de vida de este mundo moderno ejercen una carga aplastante en el corazón. Le puede pasar algo malo, y a pesar de los adelantos de la investigación médica que ha producido trasplantes de corazón, corazones mecánicos y otros artefactos y técnicas en el campo de la terapia cardiovascular, todavía es relativamente poco lo que pueden hacer los doctores por uno si su corazón le empieza a fallar. Las enfermedades del corazón todavía son el asesino número uno por amplio margen.
3 Sin embargo, los médicos nos dicen que uno puede hacer mucho para salvaguardar su corazón, pero esto tiene que hacerse antes que comiencen las dificultades. El comer impropio, el fumar, el beber en exceso, la inquietud, la tensión prolongada, los violentos arranques emocionales, el no obtener la cantidad apropiada de descanso y ejercicio, todas estas cosas ejercen efectos perjudiciales en este órgano vital, apresurando la muerte o tal vez dejando inválida a la persona por el resto de su vida. Sabiamente la Biblia aconseja: “Un corazón calmado es la vida del organismo de carne, pero los celos son podredumbre a los huesos.”—Pro. 14:30; Ecl. 2:23.
4. Aunque el salvaguardar físicamente el corazón es vital, ¿qué es mucho más importante? ¿Por qué?
4 Tratamos un asunto serio cuando hablamos acerca de este órgano pequeño del cual tanto depende la vida. Solo tenemos uno. Cuando se va, la muerte de veras ha hecho otra víctima. Al leer estos hechos que nos hacen pensar con seriedad, usted quizás hasta sienta que su propio corazón comienza a latir un poco más aprisa y que cierta inquietud se deja sentir por todo su organismo. Pero a pesar de la urgencia de proteger nuestro corazón desde el punto de vista físico para vivir una vida media, más urgente todavía es salvaguardar el corazón debido a su papel importante en generar motivos, en originar deseos y afectos, si esperamos vivir para siempre en el nuevo orden de Dios tan cerca ahora. Es por eso que la Biblia advierte: “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.” La manera en que desarrollemos y protejamos nuestro corazón espiritualmente, y la manera en que nuestro corazón nos mueva, serán factores concluyentes para Aquel que “está avaluando los corazones,” al determinar si viviremos en el justo nuevo sistema de cosas que Dios hace, o si iremos a muerte perpetua debido a que nuestro corazón nos habrá fallado espiritualmente.—Pro. 4:23; 21:2; 24:12.
MIRANDO EN LO HONDO DEL CORAZÓN
5. ¿Es el “corazón” parte de la mente? Explique.
5 ¿Dónde está su corazón, y qué es? Quizás usted diga: ¿A qué corazón se refiere? Usted sabe que tiene un corazón en el pecho, uno que impulsa la sangre por todo su cuerpo, sirviendo a cada célula individual con ese río o corriente de la vida. Pero, ¿tiene usted otro “corazón” en la cabeza, un “corazón figurativo”? ¿Forma éste parte de su cerebro o es aquella facultad abstracta del cerebro que llamamos la “mente”? ¡No! El cerebro, donde está la mente, es una cosa, y el corazón en nuestro tórax, con su poder de mover es otra cosa.
6. ¿Cómo se usa en la Biblia la palabra “corazón”?
6 Con muy pocas excepciones, el uso de la palabra “corazón” en la Biblia está circunscrito a las operaciones o funcionamientos del corazón del hombre como la central generadora de los deseos, emociones y afectos de uno, el lugar que viene a abarcar las capacidades generadoras de motivos. La Biblia no habla de un corazón simbólico o espiritual a distinción del corazón carnal o literal, tal como no habla de una mente simbólica, y por eso no queremos cometer el error de considerar el corazón literal simplemente como una bomba carnal como lo hace hoy día la fisiología ortodoxa. La mayoría de los psiquiatras y psicólogos tienden a atribuir más de lo debido a la mente y dejar lugar a poca influencia, si acaso alguna, de parte del corazón carnal, considerando la palabra “corazón” simplemente como una metáfora aparte de su uso al identificar el órgano que bombea nuestra sangre.
7, 8. (a) Describa la acción recíproca entre el corazón y la mente del individuo. (b) ¿Qué influencia tiene el corazón en cuanto a rasgos de la personalidad?
7 Sin embargo, el corazón está intrincadamente conectado con el cerebro por el sistema nervioso y está bien provisto de terminaciones nerviosas sensorias. Las sensaciones del corazón se registran en el cerebro. Es aquí que el corazón hace que tengan efecto en la mente sus deseos y sus afectos en el proceso de sacar conclusiones que tienen que ver con motivos. A la inversa, la mente alimenta al corazón con interpretaciones de los impulsos recibidos de los sentidos y con conclusiones sacadas que se basan en el conocimiento que ha recibido, ya sea en el mismo instante o de la memoria. Hay una estrecha interrelación del corazón y la mente, pero son dos facultades diferentes, que tienen su centro en diferentes ubicaciones. El corazón es una bomba muscular diseñada maravillosamente, pero, más significativamente, nuestras capacidades para emoción y motivos están construidas dentro de él. El amor, el odio, el deseo (bueno y malo), la preferencia de una cosa en vez de otra, la ambición, el temor... de hecho, todo lo que sirve para movernos en relación con nuestros afectos y deseos brota del corazón.
8 La Biblia establece una distinción definida entre el corazón y la mente. Jesús distinguió entre las dos cosas cuando dijo que tenemos que amar a Jehová con ‘todo nuestro corazón’ así como con ‘toda nuestra mente.’ (Mat. 22:37) Lo que somos en el corazón determina a amplio grado lo que somos en cuanto a personalidad. Con relación a esto el apóstol Pedro habla de “la persona secreta del corazón en la vestidura incorruptible del espíritu tranquilo y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios.”—1 Ped. 3:4.
9. ¿Qué creen algunos científicos acerca del corazón, aparte del hecho de que es una bomba para la sangre?
9 Consideremos algunos puntos significativos acerca del órgano carnal encerrado en su pecho, el corazón, que en hebreo se llama lev y levav y en griego kardía (de donde obtenemos la palabra “cardíaco”). Algunos hombres de la ciencia médica y psiquiatras creen que el corazón hace considerablemente más que bombear sangre. Por ejemplo, el Dr. D. E. Schneider, neurólogo y psiquiatra de Nueva York, ha indicado que, cuando el embrión humano está formándose, el corazón y el cerebro se desarrollan de la misma zona, que el corazón es en parte tejido nervioso y, adicionalmente, tiene capacidad para manufacturar y almacenar ciertas sustancias químicas altamente potentes que ejercen un efecto regulador en el cuerpo, incluso, según esta investigación, en el cerebro. La conclusión que sacó es que hay “evidencia de que existe una relación recíproca entre mente y corazón,” y que, así como la mente tiene su efecto en el corazón, “el corazón [sí, el corazón carnal en su pecho] a su vez puede influir en la mente intensamente.” Ciertos otros investigadores han sacado conclusiones bastante similares.
10. En los pacientes en los cuales se han efectuado trasplantes de corazón, ¿que, concebiblemente, produce el comportamiento psicopático serio?
10 Es significativo que los pacientes en los cuales se han efectuado trasplantes de corazón, casos en que los nervios que conectan el corazón con el cerebro se cortan, tienen graves problemas emocionales después de la operación. El nuevo corazón todavía puede funcionar como bomba, pues tiene su propio abastecimiento de fuerza y mecanismo regulador del tiempo, independiente del sistema nervioso general, para dar impulso al músculo del corazón, pero tal como ahora solo responde perezosamente a influencias exteriores, el nuevo corazón a su vez registra pocos, si acaso algunos, factores claros de motivo en el cerebro. No está manifiesto a qué grado las terminaciones nerviosas del cuerpo y el nuevo corazón pueden establecer conexiones con el transcurso del tiempo, pero esto no puede excluirse como uno de los varios factores que producen las serias aberraciones y desorientación mentales que los médicos informan que se observan en los pacientes en los cuales se han efectuado trasplantes de corazón. Estos pacientes tienen bombas para su sangre suministradas por donantes, pero, ¿tienen ahora todos los factores que se necesitan para que se diga que tienen un “corazón”? Una cosa es segura, al perder su propio corazón, se les han quitado las capacidades de “corazón” que se han formado en ellos a través de los años y que contribuían a hacerlos lo que eran en cuanto a personalidad.
11, 12. (a) ¿Qué se ha informado sobre el comportamiento de pacientes en que se han efectuado trasplantes de corazón? (b) ¿Qué observaciones significativas se hacen sobre la estructura y función del corazón además de ser bomba para la sangre?
11 El Medical World News (23 de mayo de 1969), en un artículo intitulado “¿Qué le hace un nuevo corazón a la mente?” informó lo siguiente: “En el Centro Médico de la Universidad de Stanford el año pasado, un hombre de 45 años recibió un nuevo corazón de un donante de 20 años y pronto anunció a todos sus amigos que iba a celebrar su vigésimo cumpleaños. Otro recipiente resolvió vivir en conformidad con la pura reputación del prominente ciudadano local que fue el donante. Y un tercer hombre expresó gran temor de adquirir características de feminidad al recibir el corazón de una mujer, aunque se tranquilizó algo cuando se enteró de que las mujeres viven más que los hombres. Según el psiquiatra Donald T. Lunde, consultor del equipo de trasplantes del cirujano Norman Shumway en Stanford, estos pacientes representan algunas de las menos severas aberraciones mentales [la bastardilla es nuestra] que se observaron en la serie de 13 trasplantes por Shumway durante los últimos 16 meses.” Continúa el artículo: “Aunque cinco pacientes de la serie habían sobrevivido hasta principios de este mes, y cuatro de ellos se hallaban en casa llevando vidas más o menos normales, tres de los que no sobrevivieron se hicieron psicopáticos antes de morir el año pasado. Y otros dos se han hecho psicopáticos este año.”
12 Aunque el Dr. Lunde menciona la administración de la droga prednisona y los efectos de agotamiento de la mente de una operación seria y el tener que guardar cama por largo tiempo bajo atención intensa como las causas principales de estos extraños desórdenes de la personalidad, es interesante observar que el Dr. Schneider, “neurólogo-psiquiatra neoyorquino y estudiante de la acción recíproca cerebro-corazón, ve otros factores que modifican las explicaciones que da el Dr. Lunde para las psicosis que se hallaron en la serie de trasplantes de corazón por Shumway. El Dr. Schneider . . . sostiene que ‘el corazón es más que la bomba de un plomero... es una batería neuroendocrina. Tiene un pequeño cerebro propio, los nódulos S-A y A-V y el haz conductor, y las pequeñas ondas procedentes de este haz se pueden discernir junto con cada onda del corazón en un ECG [electrocardiograma]. Más allá de esto, la manufactura y el almacenamiento extensos de catecolaminas por el corazón pueden afectar las concentraciones de estas neurohormonas en el hipotálamo.’” (Ib., página 18) El Dr. Schneider observó que a muchos pacientes a quienes no se les hizo trasplantes de corazón y a los cuales se les administró prednisona o que estuvieron en cama por largos períodos no desarrollaron psicosis.
13. (a) ¿Cómo es posible que una persona esté viviendo y sin embargo esté muerta a la vista de Dios? (b) ¿De qué manera más vital puede decirse del corazón que “procedentes de él son las fuentes de la vida”?
13 Prescindiendo de lo que todavía aprenda la ciencia médica acerca del corazón humano, la Biblia definitivamente hace una distinción entre la mente y el corazón; los separa. Y, al considerar que el corazón desempeña un papel tan vital, ¡qué importante es salvaguardarlo, no solo por gobierno dietético de uno mismo y por otros medios físicos, sino vigilando lo que penetra profundamente en nuestro corazón a medida que llegan a él impresiones procedentes de los sentidos y como resultado de las acciones recíprocas del corazón y la mente! Si el corazón se detiene y el cuerpo no recibe sangre vivificante, perecemos, incluso nuestras facultades de corazón y mente; pero aunque estemos viviendo, si no hay una corriente constante de motivos, deseos y afectos apropiados desde nuestro corazón, no podemos esperar agradar al Dador de Vida, Jehová. “La que se entrega a la satisfacción sensual está muerta aunque está viviendo.” (1 Tim. 5:6) A la luz de esto, las palabras: “procedentes de él son las fuentes de la vida” asumen mayor significado. Es desde el corazón que se nos mueve a adorar. “Con el corazón se ejerce fe para justicia.” (Rom. 10:10) Tenemos que amar a Jehová con todo el corazón y adorarlo “con espíritu y con verdad.” (Juan 4:24) Al crear al hombre, Jehová hizo un lugar especial en el corazón del hombre para sí mismo, el cual, por supuesto, tiene que ser cultivado y alimentado por cada uno. Es el tonto o insensato quien “ha dicho en su corazón: ‘No hay Jehová.’” Dios puede ser reemplazado en el corazón por otras personas, objetos, o conceptos, si uno opta por hacerlo, pero las criaturas humanas son hechas naturalmente para de corazón adorar a su Creador.—Sal. 14:1; Pro. 3:1-7.
14. ¿Cómo está envuelto el corazón en la expresión de nuestras emociones?
14 Es interesante observar, también, que el corazón es uno de los primeros órganos del cuerpo que es afectado por circunstancias emocionales. Nuestro corazón salta de gozo; el peligro súbito acelera violentamente el corazón. El temor produce trepidación del corazón. El pesar y la aflicción le producen dolor. Desde las alturas del gozo y el placer hasta las profundidades de la desesperación y el dolor, se sienten por todo el cuerpo las sensaciones del corazón. Apropiadamente tenemos muchas frases que incorporan la palabra “corazón.” Para mencionar unas cuantas, las siguientes: Tener uno mucho corazón, encogérsele a uno el corazón, ser blando de corazón, no tener uno corazón, de corazón, arrancársele a uno el corazón, poner una cosa en el corazón de uno, no caberle a uno el corazón en el pecho, abrir uno su corazón, etc.
CONTRASTE DEL CORAZÓN Y LA MENTE
15. Describa la facultad de “mente.”
15 La mente, según usamos el término en español, es el intelecto o centro donde se somete a procedimiento el conocimiento. Recoge información, piensa en ella y, por el procedimiento de razón y lógica, saca conclusiones. Con sus facultades de aprendizaje y percepción, la mente relaciona los fragmentos de información que recibe y forma conceptos y modelos. (2 Tim. 1:13) Cuando los fragmentos encajan con claridad, se puede decir que uno tiene conocimiento de un asunto. La sabiduría y el entendimiento aparecen cuando uno puede convertir este conocimiento en valor práctico y ver claramente cómo las partes relacionadas encajan juntas en el todo con significado, utilidad y practicabilidad.
16. Tocante a los israelitas en el desierto, ¿qué percepción de la naturaleza interior nos suministra el registro bíblico en cuanto al impulso por motivos del corazón?
16 El corazón carnal, en contraste, está asociado íntimamente con el afecto y los motivos. El salmista escribió: “En mi corazón he guardado cual tesoro tu dicho, a fin de no pecar contra ti.” (Sal. 119:11) Podemos ver que el corazón es lo que mueve con motivos la mente de uno y su proceder si examinamos el caso de los israelitas cuando estaban haciendo preparativos para la tienda de reunión en el desierto y construyéndola. El relato dice que “todo aquel cuyo corazón lo impelió,” todos “cuyo corazón los incitó,” contribuyeron materiales, habilidad y labor. (Éxo. 35:21, 26, 29) Es porque el corazón tiene esta facultad de impulsar con motivos que enfoca atención en lo que la persona realmente es en lo interior, en lo que el apóstol Pedro llama la “persona secreta del corazón.”—1 Ped. 3:3, 4.
17. Ilustre la diferencia entre la mente y el corazón.
17 Una ilustración sencilla nos ayudará a ver la diferencia en el papel que desempeña cada uno. Casi cualquier persona puede obtener un conocimiento de la mecánica por estudio y aplicación. Sin embargo, la persona que no haya desarrollado un amor de corazón a las cosas mecánicas tendría poco impulso movedor, o ninguno, para aprender acerca de los motores. Si su auto dejara de funcionar, probablemente no sabría dónde empezar para efectuar la reparación. Sin embargo, esta persona pudiera ser un músico diestro, un abogado experto o una devota ama de casa, y cada una de estas personas pudiera amar su trabajo y dedicarse a él porque de corazón esto es lo que él (o ella) quiere efectuar como profesión. Pero, al examinar cuidadosamente la historia actual y pasada de un mecánico diestro, es probable que uno descubra que a él le encanta trabajar con motores, y que, de muchacho, siempre quería saber por qué las cosas funcionaban como lo hacían. El oír el arranque y funcionamiento sin asperezas de un motor poderoso es música a sus oídos. Ahora bien, ¿de qué estamos hablando? ¡Sí, del corazón! Estamos considerando sus afectos, motivos y deseos, no simplemente la habilidad mental de aprender acerca de la mecánica.
18, 19. (a) ¿De qué maneras trabajan juntos la mente y el corazón? (b) ¿Cómo influye en el corazón lo que se introduce en la mente?
18 Ahora bien, aunque la Biblia muestra que el corazón y la mente son cosas separadas y distintas, esto todavía hace posible que haya entre ambas cosas dependencia mutua y relación y acción recíprocas. El corazón puede ser alimentado por la mente, porque es realmente con el cerebro consciente que vemos, oímos, sentimos y recibimos los efectos de nuestros otros sentidos físicos. A su vez, su mente, que está situada en el cerebro, puede ser movida o impulsada con motivos por su corazón.
19 Desde la juventud la mente está ejerciendo una fuerte influencia en el corazón. Si se adquiere la clase correcta de información en la mente, se forman conclusiones e impresiones correctas, y, a medida que éstas penetran profundamente en el corazón, hay una influencia buena para modelar, controlar y dirigir los motivos, deseos y afectos del corazón. Si se adquiere información incorrecta en la mente, se forman conceptos incorrectos, y como resultado se arraigan en el corazón y se reflejan en la personalidad del individuo prejuicio, odio, temor, orgullo, codicia, obstinación y otros rasgos despreciables, especialmente si estas conclusiones e impresiones incorrectas se han formado temprano en la vida. Es por eso que uno, al llegar a ser cristiano, tiene que ‘transformarse rehaciendo su mente.’ Pablo exhortó: “Sean hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente.” Esta nueva fuerza de la mente es vigorizada a medida que hacemos que la Palabra de Dios sea implantada firmemente en nuestra mente y respondemos a grado cabal al espíritu de Dios, vigilando cuidadosamente después para que nuestras mentes no sean “corrompidas y alejadas de la sinceridad y castidad que se le deben al Cristo.”—Rom. 12:2; Efe. 4:22-24; 2 Cor. 11:3.
20. Describa el ambiente general que da forma al corazón y la mente de la mayoría de las personas hoy día.
20 Hoy a la mayoría de la humanidad se le cría en hogares y vecindarios donde no hay buen ambiente para aprender. El consentir en el hogar y en la educación escolar ha llegado a su punto máximo, produciendo una generación rebelde, que anda en busca de emociones. El aprender acerca de lo malo y el participar en ello hace circuitos profundos en la mente y corrompe el corazón de los individuos, de modo que cuando crecen hacen lo que ya ha llegado a ser natural para ellos. Lo anormal se hace normal. Las relaciones sexuales son para momentos pasajeros de emoción y algo acerca de lo cual bromear obscenamente, en vez de para lo que Dios las hizo, el acto limpio y agradable dentro de los límites del matrimonio para producir hijos. Diviértase, gane dinero, progrese, llegue a ser alguien, no deje que nadie lo mande, mímese, robe si puede hacerlo sin ser sorprendido... éstas son solo algunas de las actitudes y metas que graba o impresiona casi imborrablemente en el corazón desde la juventud en adelante el ambiente de este mundo.
21, 22. (a) ¿Cómo se describen los corazones de los que se apartan de Dios? (b) En contraste, ¿qué está sucediendo en el corazón de los que reciben bien la Palabra de Dios?
21 Cada generación, y la presente generación aun más, ha producido una mayoría que se ha apartado de Dios, se han hecho “tontos en sus razonamientos” y “se les oscureció su corazón fatuo,” de modo que “en conformidad con los deseos de sus corazones, Dios los entregó a la inmundicia.” Resultaron como la mayor parte de la nación de Judá de quienes Jehová dijo que tenían ‘grabados sus pecados en la tabla de su corazón’ como con punta de diamante. Porque Dios no ha ejecutado velozmente a los inicuos, “es por eso que el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo.” (Rom. 1:18-32; Jer. 17:1; Ecl. 8:11) Sin embargo, a través de la corriente del tiempo ha habido muy pocas personas que han obrado contra grandes desventajas para cultivar en su corazón amor a Dios y a la justicia. Hoy, aun muy dentro del “tiempo del fin,” los testigos de Jehová están hallando a millares de personas cuyo corazón demuestra recibir bien la Palabra de Dios y que prestan atención al consejo que dice: “Desechen toda suciedad y esa cosa superflua, la maldad moral, y acepten con apacibilidad la implantación de la palabra que puede salvar sus almas.” “En cuanto a [la semilla] que está en la tierra excelente, éstos son los que, después de oír la palabra con un corazón excelente y bueno, la retienen y llevan fruto con perseverancia.”—Sant. 1:21; Luc. 8:15.
22 Aunque a menudo está envuelto el efectuar cambios drásticos en la vida, como el apartarse de un proceder inmoral, controlar su tendencia a ser de genio arrebatado por la ira, reorientar sus ambiciones, ser completamente honrados e industriosos siervos de Dios, valerosamente efectúan estos cambios. Si ‘de corazón limpio invocamos al Señor’ y trabajamos para tener un buen corazón, tenemos la promesa de Jehová de que él nos ayudará a obtener uno.—2 Tim. 2:22.
23. ¿Qué examen honrado debemos hacer de nuestro corazón?
23 Por eso, ¿cómo está su corazón? Hasta donde usted sabe, su corazón, hablando médicamente, quizás esté sano por el momento, pero la pregunta más importante es: ¿Cómo está su corazón cuando usted pesa los motivos, afectos y deseos que surgen de él? Cuando usted examina su corazón a la luz de la Palabra de Dios, ¿descubre que éste lo está moviendo a usted en la dirección correcta, y tiene deseos y afectos correctos? Donde hay deficiencias, ¿está usted renovando y fortaleciendo con éxito su corazón así como su mente, para pensar correctamente y resistir las tendencias de la carne imperfecta y las tentaciones que lo rodean? Si está teniendo éxito hasta cierto grado ahora, es vital que siga vigorizando y salvaguardando su corazón.
[Ilustración de la página 454]
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