Obligaciones matrimoniales y divorcio
“Por eso es que el hombre dejará a su padre y a su madre y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que venir a ser una carne.”—Gén. 2:24, NM.
1. ¿Qué regla matrimonial tiene que predominar entre los cristianos, como lo demuestran cuáles textos bíblicos?
PARA sus seguidores Jesucristo puso el matrimonio de nuevo donde Dios lo había puesto cuando lo comenzó en el jardín del Edén. Dios dió al hombre perfecto Adán una esposa, haciéndolo monógamo. Al cristiano que es justificado o declarado justo a la vista de Dios no se le permite tener más que una esposa viviente. En la congregación los superintendentes, que son “hombres de mayor edad” espiritualmente, y los siervos ministeriales pueden ser “esposos de una sola mujer,” únicamente una. Ellos son los hombres a quienes ha de seguirse como ejemplos del rebaño, y por eso todas las otras personas casadas que se encuentran en el rebaño sólo pueden tener un cónyuge viviente. (1 Tim. 3:1, 2, 12; Tito 1:5-7, NM) Los cristianos tienen que adherirse a sus cónyuges en fidelidad, en amor, y permanecer así en ello asociados con Dios.
2. ¿De quién únicamente debe el hombre obtener deleite sexual?
2 Esto no permite que un hombre cometa adulterio o tenga relaciones sexuales con alguna otra mujer. Él debe estar satisfecho con las relaciones sexuales con únicamente su propia esposa y hallar deleite únicamente en ésas; como, está escrito: “Bebe agua de tu propia cisterna, agua corriente de tu propio pozo. ¿Por qué tus fuentes deberán ser esparcidas en público, tus corrientes de agua en las calles? Sean éstos sólo para ti, y no para los extraños junto contigo. Sea bendita tu fuente para ti, y gózate en la esposa de tu juventud. Una hermosa cierva, una graciosa gama—que sus pechos te embriaguen siempre, con su amor deléitate continuamente. ¿Por qué, hijo mío, debes deleitarte con la esposa de otro, y abrazar el seno de una adúltera?” (Pro. 5:15-20, UTA) El cometer adulterio hace que la persona culpable quede expuesta a ser expulsada de la sociedad del nuevo mundo.
3. (a) ¿Qué proveyó la ley de Dios que una esposa debiera recibir de su esposo? (b) ¿Cómo salvaguardó los derechos matrimoniales del hombre esa ley?
3 Dios creó los sexos particularmente para poblar la tierra por medio del método de dar a luz hijos. (Gén. 1:27, 28) En su ley dada a Israel Dios estipuló que una esposa debía recibir de su esposo “su sustento, su ropa y su débito conyugal,” irreducibles. Esto significa que ella tiene el derecho de tener hijos si los quiere. (Éxo. 21:10, 11, NM) Esto se mostró por la ley del levirato que Dios dió, por medio de la cual el cuñado estaba obligado a casarse con la viuda con el fin de darle un hijo y así levantar el nombre de su hermano muerto y no dejar a la viuda de su hermano sin hijos. (Deu. 25:5-10) El hombre también tenía el derecho de tener hijos por medio de su esposa. Por eso, cuando la llamada al ejército de Israel le llegaba, aunque simplemente estuviera comprometido para casarse con una muchacha no podía ser reclutado hasta que los esponsales se terminaran y él estuviera plenamente casado. Aun entonces no podía ser reclutado hasta que hubiera vivido un año con ella como hombre casado y hubiera tenido la oportunidad de tener un hijo por medio de su esposa y verlo y disfrutar de su presencia. (Deu. 20:1-5, 7; 24:5) El derecho de la esposa sobre el hombre precedía al del ejército, en el interés de ella y en el interés del nombre de la familia. Él tenía que darle el “débito conyugal.” Ella tenía que darle su débito.
4. ¿Qué pueden decidir hacer los matrimonios cristianos y eso sin ser censurados?
4 Después del gran diluvio Jehová Dios repitió a Noé y su familia el mandato de tener hijos. Pero ahora no hay ningún mandato de procreación que se le haya impuesto a los cristianos. De otra manera, ningún cristiano debería permanecer soltero y sin hijos. De modo que ahora antes de la batalla del Armagedón no existe ninguna obligación cristiana de tener hijos. Para mantenerse tan libres como sea posible para el servicio directo de Dios en la predicación de las buenas nuevas de su reino, algunas parejas cristianas pueden decidir permanecer sin hijos, evitando así las obligaciones paternales y manteniéndose sin cargas. Si ahora estuviera en vigor un mandato de procreación dado por Dios, todos los miembros casados de la sociedad del nuevo mundo optarían por tener hijos inmediatamente, y no demorarlo hasta después del Armagedón, si fuera posible. Aunque Adán y Eva estuvieron bajo el mandato original de procreación que Dios había dado no tuvieron ningún hijo en el jardín de Edén durante el tiempo que estuvieron allí. No fué por no concebir hijos inmediatamente que ellos fueron echados del jardín. A ningún matrimonio debe censurársele por rehusar tener hijos o por no tenerlos ahora antes del Armagedón.
5. ¿Qué conceptos erróneos han resultado en los matrimonios célibes, y por qué nunca les ha ido bien a éstos?
5 Esto no es decir que los casados no deben darse el débito conyugal. Esto no es decir que, antes de casarse, deben hacer un convenio y entrar en un voto común ante Dios de que llevarán una vida célibe aun después del matrimonio, no teniendo relaciones sexuales algunas sino sólo disfrutando del compañerismo mutuo. Nadie debe pensar que esto es elevar el matrimonio a un nivel espiritual y mantenerlo en un plano exaltado, no carnal, y así menospreciar el matrimonio de otros que tienen relaciones sexuales. Si un matrimonio no quiere pagarse el débito conyugal, entonces el hombre y la mujer no deben casarse y no debe sujetar cada cónyuge al otro a privación de lo que es natural y se anhela naturalmente. Por medio del celibato no están colocando su matrimonio en un nivel superior y más santo que el de otros. No pueden cambiar el honorable arreglo sexual de Dios. Por lo tanto a los matrimonios célibes nunca les ha ido bien.
6, 7. ¿Qué inconsistencias están envueltas en los matrimonios célibes, y qué consejo da Pablo tocante a esto?
6 Los otros no están degradando su vida matrimonial por tener ayuntamiento, sino que están procediendo de una manera honrosa, recta. No existe matrimonio correcto para la llamada “amistad platónica” simplemente porque el fin del mundo está tan cerca. Si una pareja comprometida piensa que las conexiones naturales son carnales, entonces, ¿por qué contraer matrimonio? ¿Por qué tener a una persona del sexo opuesto tan cerca todo el tiempo, en el retiro más íntimo? Si no es bueno o espiritualmente edificante el tocar a una mujer, ¿por qué vivir tan íntimamente con ella aun en matrimonio célibe? Sea natural, sea normal, no sea falsamente idealista. No sea semejante a algunas muchachas católicas irlandesas que figuran en las noticias, que se casan pero rehusan dar a su esposo su débito porque quieren imitar a la madre de Jesús, María, y permanecer “siempre vírgenes.” El apóstol Pedro dió a las esposas instrucciones de que nunca manejaran su vida matrimonial de esa manera, sino que reconocieran a su esposo como su “señor.” (1 Ped. 3:5, 6) El apóstol Pablo, que por lo menos una vez corrigió al apóstol Pedro, escribió:
7 “Ahora, concerniente a las cosas acerca de las cuales ustedes escribieron, es bueno que el hombre no tenga ayuntamiento con una mujer; no obstante, a causa del predominio de la fornicación, que cada hombre tenga su propia esposa y cada mujer tenga su propio esposo. Que el esposo pague a su esposa su obligación; pero que la esposa también haga igualmente con su esposo. La esposa no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino que su esposo la ejerce; de igual modo, también, el esposo no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino que su esposa la ejerce. No se estén privando uno al otro de ello, salvo por consentimiento mutuo por un tiempo asignado, para que dediquen tiempo a la oración y puedan reunirse de nuevo, para que Satanás no siga tentándolos a causa de su falta de regulación propia. Sin embargo, digo esto a modo de concesión, no a modo de una orden.”—1 Cor. 7:1-7, NM.
8. (a) ¿Por qué es importante la fidelidad en el matrimonio? (b) ¿Qué consejo da Pedro a los maridos?
8 La vida eterna de una persona casada depende de su fidelidad a su contrato matrimonial. Jehová, acompañado de su Mensajero del pacto, ahora está en su templo cristiano espiritual y advierte que se ha acercado para juicio y que será un testigo veloz contra los adúlteros. (Mal. 3:1, 2, 5, NC) El apóstol Pedro dice que un esposo cristiano debe tratar a su esposa de manera considerada y como a un compañero corredor en la carrera por la vida eterna en el nuevo mundo. Sus palabras son: “Ustedes esposos, continúen habitando de igual modo con ellas de acuerdo con el conocimiento, dándoles honra como a un vaso más débil, el femenino, puesto que ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida, para que sus oraciones no sean estorbadas.” (1 Ped. 3:7, NM) Por lo tanto el cristiano no abusará de su esposa ni física ni espiritualmente. Si él no ayuda a su esposa e hijos a conseguir la vida en el nuevo mundo, ¿cómo puede esperarse que él ayude a extraños a conseguirla?
9. ¿Cómo deben amar los esposos a sus esposas, y cuáles son algunas de las maneras en que ellos pueden mostrar esto?
9 Jesucristo ama a su “novia,” que ha de ser su “esposa.” Sus seguidores casados también tienen que amar a sus esposas. “Esposos, continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por causa de ella, . . . que cada uno de ustedes ame individualmente a su esposa así como se ama a sí mismo; por otra parte, la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo.” (Efe. 5:25, 33, NM) Quizás el mandato de amar la esposa de uno les suene raro a algunos que antes eran paganos, pero el cristiano tiene órdenes de hacerlo. Él debe amarla con hechos así como con palabras, estando interesado en “cómo podrá obtener la aprobación de su esposa” en todo lo que su conciencia le permita. (1 Cor. 7:33, NM) Debe sentarse con ella en las reuniones de congregación, debe estudiar la Biblia en casa junto con ella y edificar una unidad de intereses espirituales con ella. Puede que esto sea difícil o extraño al principio.
10. ¿Cómo pueden los esposos y las esposas hacer que la felicidad del uno y del otro sea mayor, y qué posesión común debe promover amor entre ellos?
10 Pero a medida que el esposo comience a mostrar amor y a expresarlo de maneras pequeñas y note el placer de su esposa por ello él hallará que le gusta. Él querrá hacerlo más y ensancharlo. Llegará a ser normal, natural el que él lo haga. Crecerá en apreciación de que esto es una demostración del espíritu de Dios, el fruto del cual es amor. A su vez, que ninguna esposa reproche a su esposo, diciendo: “Tú no me quieres. Nunca lo muestras.” Que ella note sus maneras pequeñas y dificultosas de mostrarle amor y entonces que ella revele sincero placer por esto y también que exprese aprecio por esto, para hacer mayor la felicidad de él. La posesión común de la verdad y la semejanza de sus dedicaciones a Dios y su esperanza de conseguir la vida juntos eternamente en el nuevo mundo deben promover un sentimiento armonioso entre ellos. Esto ayudará muchísimo en medio de las dificultades de la vida matrimonial en la actualidad.
11. (a) ¿Qué requiere la Palabra de Dios de las esposas, y en qué ha resultado el no hacerlo? (b) ¿Cuál es el propósito de todo el consejo bíblico que se da a los matrimonios?
11 Que la esposa muestre profundo respeto a su esposo, reconociéndolo como su cabeza matrimonial. (1 Cor. 11:3) “Estén sujetas las esposas a sus esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de su esposa, así como el Cristo también es cabeza de la congregación, siendo él el salvador de este cuerpo. De hecho, así como la congregación está sujeta al Cristo, que las esposas también lo estén así a sus esposos en todo.” (Efe. 5:21-24, NM; también Tito 2:3-5) Además de este ejemplo de la congregación cristiana para con Jesucristo, la esposa cristiana tiene el ejemplo todavía más elevado de la sujeción y obediencia de la organización universal de Dios al Señor Jehová. (Isa. 54:5) Es interesante que la esposa note las recomendaciones dadas el 20 de marzo de 1956 por la tercera Comisión real de la Gran Bretaña en cuanto al matrimonio y el divorcio. Entre los factores que alistó como contribuyentes a la creciente proporción de divorcios en Inglaterra estaba “la nueva posición de las mujeres como iguales en vez de inferiores en las sociedades conyugales.” Sólo es razonable esperar que el pasar por alto el arreglo sapientísimo de Dios para el matrimonio humano condujera a dificultad y al naufragio de más y más matrimonios. El propósito de todo el consejo de la Palabra de Dios a los matrimonios no sólo es guiarlos a hacer su vida juntos más deleitable y provechosa con la mira de obtener vida eterna, sino también es para mantenerlos viviendo juntos, para ayudarlos a evitar el divorcio.—El Times de Nueva York del 21 de marzo de 1956.
BASES PARA DISOLUCIÓN: LEGALES Y BÍBLICA
12, 13. (a) ¿Sobre qué diversas bases conceden el divorcio las leyes del hombre? (b) Pero ¿qué dijo Jesús que era la única base válida?
12 Por las leyes de los estados y naciones hoy el divorcio se concede a base de muchas cosas. Las personas que han perdido o han matado el amor que le tenían a su cónyuge tratan de asirse de cualquier base legal que puedan para romper el vínculo matrimonial, bases tales como crueldad mental, pereza, negarse a dar el débito conyugal, borrachera, locura, enfermedad incurable, deserción o abandono, esterilidad, sodomía, bestialidad, criminalidad, incompatibilidad, cambio de religión de uno, etc., además de adulterio. Pero, ¿son todas estas bases jurídicas bíblicamente correctas y válidas para el cristiano? Jesucristo es el Consejero de Jehová para nosotros. Los fariseos judíos una vez lo probaron con esta pregunta: “¿Es lícito que un hombre se divorcie de su esposa por motivo cualquiera?” Jesús no contestó a esos interrogantes por medio de referirse a las leyes del César romano concernientes al divorcio. El se refirió a la ley superior del Altísimo Dios y mostró que sólo hay una base para el divorcio—el adulterio o infidelidad moral.
13 “En contestación él dijo: ‘¿No han leído que el que los creó en el principio los hizo varón y hembra y dijo: “Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una carne”? De modo que ellos ya no son dos, sino una carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido que ningún hombre lo separe.’ Ellos le dijeron: ‘¿Por qué, pues, prescribió Moisés que se diera un certificado de despedida y que se divorciara de ella?’ Él les dijo: ‘Moisés en consideración de la dureza de sus corazones, les hizo una concesión para que se divorciaran de sus esposas, pero ése no ha sido el caso desde el principio. Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa a no ser por motivo de fornicación y se case con otra comete adulterio.’” (Mat. 19:3-9, NM) “Cuando estuvieron de nuevo en la casa los discípulos comenzaron a interrogarle concerniente a esto. Y él les dijo: ‘Cualquiera que se divorcie de su esposa y se case con otra comete adulterio contra ella, y si alguna vez una mujer, después de divorciarse de su esposo, se casa con otro, ella comete adulterio.’” (Mar. 10:10-12, NM) “Todo aquel que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada de un esposo comete adulterio.”—Luc. 16:18, NM.
14, 15. ¿En qué pecado contra el propio cuerpo de una persona resulta el adulterio, y cómo considera la Palabra de Dios a un adúltero?
14 El adulterio es un acto falto de amor y es un quebrantamiento del mandamiento de Dios. (Rom. 13:8-10; Éxo. 20:14; Hech. 21:25) El adúltero ya está casado y unido como una sola carne con su cónyuge legal. Pero el adulterio es separar lo que Dios ha unido. El adúltero se aleja de su cónyuge legal y se hace una sola carne con una tercera persona. Tres no hacen una sola carne, pero dos sí se hacen una sola carne. El que una persona se haga una sola carne tiene que ser sólo con otra persona, no con dos otras o más. Dirigiéndose a los cristianos ungidos que eran miembros del cuerpo o congregación espiritual de Cristo, el apóstol Pablo escribió: “¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, entonces, los miembros del Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡Jamás suceda eso! ¡Qué! ¿No saben que el que se une a una ramera es un solo cuerpo? Porque, ‘Los dos,’ dice él, ‘serán una carne.’ Pero el que se une al Señor es un solo espíritu. Huyan de la fornicación. Todo otro pecado que el hombre cometa está fuera de su cuerpo, pero el que practica la fornicación está pecando contra su propio cuerpo. ¡Qué! ¿No saben que el cuerpo de ustedes en conjunto es el templo del espíritu santo que está dentro de ustedes y el cual recibieron de Dios?”—1 Cor. 6:15-19, NM.
15 Muchos de los arengados aquí eran personas casadas. El tener conexión sexual con sus cónyuges no era el quitarlos de ser miembros del cuerpo de Cristo, porque la esposa de uno es la propia carne de uno y uno se está uniendo con lo que es suyo. Pero cuando los cristianos casados cometen adulterio o los cristianos solteros cometen fornicación, aun con una religiosa prostituta del templo, hacen algo que Dios y Cristo no aprueban. Están tomando su cuerpo que pertenece a Cristo y se están haciendo una carne con un pecador, un fornicador o una ramera. Cuando comete adulterio o fornica, el cristiano peca contra su propio cuerpo. Él lo está usando de manera incorrecta, contrario a su dueño Cristo. El cristiano adúltero también peca contra su esposa, quien correctamente es una carne con él. Él está rompiendo su unidad con ella, de tal modo lastimándose a sí mismo, odiándose, porque él aborrece a su esposa cuya carne él rechaza. Un cristiano ungido no puede tomarse a sí mismo como miembro del cuerpo de Cristo y hacerse “una carne” con una persona ilegal, un fornicador o una fornicadora, una ramera, pues Jesús no tiene conexión o unidad con tal persona impura. A menos que el cristiano se arrepienta y se reforme de su proceder inmoral muestra que prefiere la unión, no con Cristo, sino con la persona inmoral, y por consiguiente cesa de estar en unión con Cristo. Él no es uno en espíritu con Cristo. Él cesa de ser parte de la clase virginal que está desposada con Cristo. Un adúltero o fornicador inveterado no es cristiano. No es testigo de Jehová. Jehová Dios no hace a adúlteros o fornicadores testigos suyos.—1 Cor. 5:11-13.
16. ¿Qué es lo único que rompe la unión matrimonial, y, por lo tanto, qué clase de divorcio no libra a una persona para volverse a casar?
16 Dado que esta unión sexual con una persona ilegal hace a la persona casada una carne con alguien fuera de la unión matrimonial, sólo es el adulterio lo que realmente rompe la unión matrimonial, deshaciendo el yugo con el cual Dios ha hecho al matrimonio una sola carne. Por lo tanto Jesús dijo que el adulterio es la única base que Dios permite para el divorcio. A menos que el adulterio haya roto el yugo del matrimonio, un divorcio no sería correcto o no surtiría efecto realmente ante Dios. Los tribunales de divorcio de este mundo, cuando decretan un divorcio sobre una base diferente a adulterio, realmente no están separando lo que Dios ha unido. Las personas divorciadas todavía son una sola carne una con la otra, todavía son marido y mujer. Así que ni una persona ni la otra está libre para volver a casarse, porque el volver a casarse significaría cometer adulterio. El hombre que se divorcia de su esposa sobre alguna base que no sea adulterio la expone a adulterio, pues ella cometería adulterio si se volviera a casar, y también se expone él mismo de manera semejante. El hombre que se casa con una mujer que no se haya divorciado por adulterio cometido por ella misma o por su esposo comete adulterio con ella, pues se une con carne que todavía pertenece a otro hombre.
17. (a) ¿Por qué está libre para volver a casarse una viuda o un viudo? (b) ¿Qué pueden hacer las personas declaradas viudas o viudos legalmente?, y sin embargo, ¿qué responsabilidad tienen que aceptar?
17 La muerte anula el matrimonio. Por lo tanto un viudo o una viuda está libre para volverse a casar. “La mujer casada está ligada por la ley a su esposo mientras que él vive; pero si su esposo muere, ella queda desobligada de la ley de su esposo. Así, pues, mientras que su esposo está vivo, ella sería considerada adúltera si llegara a ser de otro hombre. Pero si muere su esposo, ella está libre de su ley, de modo que no es adúltera si viene a ser de otro hombre.” (Rom. 7:2, 3, NM) Quizás se sepa que el esposo o esposa de una persona murió en la guerra o en una catástrofe, pero tal vez suceda que no esté registrado como muerto o los registros tal vez no estén a la mano para verificar la muerte. O tal vez el cónyuge de una persona desaparezca y esté ausente por tanto tiempo que la ley del país lo pronuncie muerto. Por esta acción a la persona se le declara legalmente viudo o viuda. Tal persona puede volver a casarse sin violar su conciencia. Al volver a casarse asume la responsabilidad del resultado, y tiene que vivir en plena sumisión a las nuevas obligaciones. Dios conoce los hechos tal como son y él juzga de acuerdo con ellos, y él determina si la persona casada es adecuada para vivir en el nuevo mundo o no. Si un cónyuge declarado jurídicamente muerto apareciere otra vez y quisiera que su cónyuge legal le fuera restaurado, el asunto tendría que arreglarse legalmente. Dadas esas circunstancias, cualquiera que se case con una persona a quien sólo se le haya declarado legalmente viudo o viuda está corriendo un riesgo y tiene que estar listo para enfrentarse a cualquier giro de los acontecimientos.
IMPOTENCIA, IMPUREZA, LOCURA, CAMBIO DE RELIGIÓN
18. (a) ¿Cómo difieren la ley de Dios y las leyes del hombre concerniente a la impotencia como una base para el divorcio? (b) ¿Concerniente a la inseminación artificial?
18 La ley rabínica de los judíos recalcaba el deber del acto matrimonial. Concedía a la esposa divorciarse de su esposo si éste, a causa de su incapacidad física, no podía darle a ella este débito por un período de seis meses. Asimismo el esposo podía divorciarse de su esposa a causa de la incapacidad de ésta en cuanto a producir hijos. Pero Jesús no reconoció como base para el divorcio la mera impotencia de parte del esposo. El procedimiento nupcial que legalmente se ha efectuado ante testigos ha hecho al matrimonio tanto obligatorio como válido, así como lo hizo para Adán y Eva en el Edén. Cuando un hombre es impotente hoy el matrimonio en su deseo por tener hijos quizás conviniera en que la esposa recibiera el semen de otro hombre por medio de inseminación artificial. Algunos tribunales jurídicos ya han sostenido que la inseminación artificial es adulterio y que los niños producidos por tales medios son ilegítimos. La reciente Comisión real británica en cuanto al matrimonio y el divorcio recomendó como base para divorcio el que la esposa haya aceptado inseminación artificial por medio de un donador de semen sin el consentimiento de su esposo. Dicho divorcio sería bíblico. Pero en caso de que el esposo haya consentido en ello sería base para la expulsión del marido y la mujer. ¿Por qué? Porque es el virtualmente cometer adulterio, y tanto el marido como la mujer consintieron al acto inmoral. En realidad el esposo la dió a otro hombre para recibir el semen de la cópula, y la esposa se dió a un hombre que no es su esposo para llegar a ser la madre de un niño por ese otro hombre con quien ella no era una carne. Es un proceder adúltero, y el hecho de que el esposo adopte a la criatura no suprime el hecho de que él consintió en que se usara adúlteramente a su esposa.—Lev. 15:16-18, 32, 33; 19:20; Núm. 5:12, 13, NM.
19. ¿Qué ejemplos bíblicos muestran que la esterilidad no es una base para divorcio?
19 Tampoco es la esterilidad de la esposa una base verdadera para el divorcio. A causa de su esterilidad por muchos años, aun hasta más de veinticinco años, Abrahán no se divorció de Sara, ni Isaac de Rebeca, ni Jacob de Raquel, ni el sacerdote Zacarías de Elisabet.a Los hijos de Noé no se divorciaron de sus esposas por esterilidad durante todos los años que el arca estuvo bajo construcción y hasta dos años después del diluvio. (Gén. 6:18; 11:10) Tampoco se divorció Jehová de su “mujer,” su organización universal, a causa de la esterilidad de ella o por no producir al Mesías por más de cuatro mil años.—Isa. 54:1-13.
20. (a) ¿Cómo considera la Palabra de Dios las asquerosas perversiones sexuales? (b) Sin embargo, ¿por qué no son estas prácticas bases válidas para divorcio con el propósito de volver a casarse?
20 Sodomía (o el ayuntamiento contranatural de un varón con otro varón como con una hembra), lesbianismo (o las relaciones homosexuales entre las mujeres), y la bestialidad (o las relaciones sexuales contranaturales por el hombre o por la mujer con un animal) no son bases bíblicas para el divorcio. Son cosas asquerosas, inmundas, y la ley de Dios dada a Israel condenaba a muerte a los que cometían tales fechorías, y así echaban de la congregación de Dios de manera drástica a éstos. Pero tales actos no son adulterio con el sexo opuesto, de modo que hagan a la persona inmunda una carne con otra del sexo opuesto. (Rom. 1:26-32) No obstante hay un castigo de expulsión conectado con ellos. Esas ofensas no dejarán al cristiano entrar en el reino celestial ni en el nuevo mundo de Dios, y eso significa el ser destruído como bestia sin esperanza alguna de vida futura. “El atender a la carne significa muerte,” ello “significa enemistad con Dios, porque no está sujeta [la carne] a la ley de Dios, ni, de hecho, puede estar. De modo que los que están en armonía con la carne no pueden agradar a Dios.” No pueden ganar el premio de la vida eterna de parte de él. (Rom. 8:6-8, NM; 1 Cor. 6:9, 10; Gál. 5:19-21) El que un cónyuge haga tales cosas asquerosas puede hacer la vida insoportable para el cónyuge limpio y son base únicamente para separación, aunque algunos tribunales conceden un divorcio sobre tales bases. Dicha separación no libra a la persona para volverse a casar y así entrar en adulterio. Escribe Pablo: “A los casados doy instrucciones, sin embargo no yo sino el Señor, que la esposa no debe apartarse de su esposo; pero si de hecho se aparta, que permanezca soltera o si no que se reconcilie con su esposo; y el esposo no debe dejar a su esposa.” (1 Cor. 7:10, 11, NM) Sólo si uno de la pareja separada cometiera adulterio bajo el peso de la separación habría base bíblica para que el inocente consiguiera un divorcio y estuviera libre para volverse a casar.
21. (a) ¿Por qué no son bases para divorcio las enfermedades mentales o males físicos incurables o repugnantes? (b) En cambio, tales condiciones proveen la oportunidad para ejercer ¿qué cosa?
21 Si con el transcurso del tiempo el cónyuge de uno se volviera loco o contrajera alguna enfermedad incurable o alguna enfermedad repugnante, ésta no es base verdadera para conseguir un divorcio. En este caso el otro cónyuge tendría que tratar al cónyuge desafortunado exactamente como a un miembro lastimado del cuerpo o como si fuera un hijo suyo. El cónyuge debe ser tratado con cuidado adecuado, no debe ser separado de toda relación por divorcio legal. A pesar del padecimiento el cónyuge enfermo sigue siendo una carne con el que está sano y merece plena atención y fidelidad como su propia carne. Esto despliega amor a la carne de uno y ayuda a aligerar la terrible situación, en vez de empeorarla. “De este modo los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, porque nadie jamás ha odiado a su propia carne, sino que la alimenta y la cuida, como el Cristo también hace con la congregación, porque nosotros somos miembros de su cuerpo. ‘Por esta razón el hombre dejará a su padre y madre y se unirá a su esposa, y los dos serán una carne.’” (Efe. 5:28-31, NM) El cónyuge fiel no abandonará al otro durante la enfermedad, sea la enfermedad mental o física. Por la ley de Dios el que está sano no está libre para hacer eso. La esposa de Naamán no quedó libre de él por causa de que él tuviera lepra, terrible enfermedad que sólo un milagro del Todopoderoso Dios pudo curar. (2 Rey. 5:1-4, 8-14) En una boda los cónyuges generalmente hacen promesa solemne de aceptarse uno al otro sea que les vaya bien o les vaya mal.
22-24. (a) ¿Por qué un cambio o diferencia en religión no es base para separación o divorcio? (b) ¿Qué consejo da Pablo a los cónyuges que se encuentran en tales situaciones, y qué debe determinar si un cristiano debe dejar o no a su cónyuge incrédulo?
22 Algunos tribunales jurídicos toman como base para divorcio el cambio de religión por parte de un cónyuge. De acuerdo con Dios y Cristo esto no es correcto. Este caso legal asume que, al efectuarse el matrimonio, el esposo y la esposa eran miembros del mismo sistema religioso, de modo que ahora el cambio de religión de un cónyuge crea una dificultad doméstica en un punto sumamente vital. Por medio de adoptar la nueva religión el que cambia llega a ser incrédulo para con la religión del otro cónyuge. Aunque esto puede ser una experiencia amarga para el cónyuge que retiene la religión anterior no es verdadera razón para que él se separe del otro ya sea mediante acción legal o mediante consentimiento mutuo. En cuanto a esto Pablo escribe:
23 “Si algún hermano tiene una esposa incrédula, y sin embargo ella está de acuerdo en vivir con él, que él no la deje; y la mujer que tenga un esposo incrédulo, y no obstante él está de acuerdo en vivir con ella, que no deje a su esposo. Porque el esposo incrédulo es santificado en relación con su esposa, y la esposa incrédula es santificada en relación con el hermano; de otra manera, sus hijos en verdad serían inmundos, pero ahora son santos. Pero si el incrédulo procede a apartarse, que se aparte; el hermano o la hermana no está en servidumbre bajo tales circunstancias, sino que Dios los ha llamado a ustedes a paz. Porque, esposa, ¿cómo sabes que no salvarás a tu esposo? O, esposo, ¿cómo sabes que no salvarás a tu esposa?”—1 Cor. 7:12-16, NM.
24 De manera que la diferencia de religión, ya sea desde antes del matrimonio o sólo desde que se haya efectuado el matrimonio, no es razón para que una pareja se separe. No es base para un divorcio que los libraría para casarse con otros. Si el esposo creyera y entrara en la verdad de Dios antes que su esposa, debe adherirse a su esposa si su cambio de religión no le importa a ella o aun si ella objeta. El asunto es: ¿Quiere ella continuar viviendo con él bajo las circunstancias, las cuales deben ser circunstancias mejores por haber aceptado él la verdad? Si ella quiere continuar, entonces él no debe dejarla. El permanecer con ella le da a él la oportunidad de hablar de la verdad con ella, o por lo menos de vivir la verdad ante ella, y posiblemente por medio de este proceder la ayude a aceptar la verdad y a conseguir la salvación que la llevará a la vida en el nuevo mundo de Dios. Esta oportunidad aplica igualmente a la esposa que cree la verdad y todavía continúa con su esposo.
25. ¿Cómo considera Dios a los niños de tales matrimonios, y cómo debe tratar el cónyuge creyente al incrédulo?
25 Dado que el incrédulo todavía es “una carne” con el creyente, el incrédulo por esta única razón consigue algún reconocimiento de parte de Jehová Dios. Dios considera a sus hijos, no como inmundos, sino como santos, y el creyente tratará de educarlos en la verdadera santidad para que, a la edad de entendimiento, ellos también puedan por su propia elección dedicarse a Dios por medio de Cristo. El incrédulo no queda hecho automáticamente un santo o uno de los santificados de Dios, pero el cónyuge creyente ha dedicado todo a Dios y trata al incrédulo desde ese punto de vista. De consiguiente, el creyente santificado tratará al incrédulo como Dios quisiera que se hiciese, y eso será hacer todo con el fin de ayudar al incrédulo a ver y aceptar la verdad y también a entrar en relación con Dios.
26. (a) ¿Qué puede resultar necesario en vista del tratamiento injusto, pero por qué no es esto base para divorcio con el derecho para volver a casarse? (b) ¿Cuál debe ser la actitud de los cónyuges separados, como se nota por las palabras de Labán?
26 Si el incrédulo no responde a este tratamiento santificado, todavía no hay razón para dejarlo. El paso hacia la separación tiene que ser dado o debe ser dado por el incrédulo. En algunos casos este paso puede ser virtualmente un abandono, debido a que el incrédulo trata tan mal al creyente que es casi insoportable el vivir con el incrédulo por más tiempo. Pero, como en el caso en que aun los compañeros creyentes pudieran separarse uno del otro a causa de algún desacuerdo, el creyente tiene que permanecer soltero hasta que el incrédulo que se haya marchado cometa inmoralidad y así suministre base para divorcio apropiado. (1 Cor. 7:10, 11) La actitud del creyente hacia el cónyuge separado puede ser semejante a la actitud que se expresa en las palabras que Labán dijo a Jacob contra cualquier violación de la alianza matrimonial. “Atalaye Jehová entre mí y ti cuando estemos situados sin vernos el uno al otro.” (Gén. 31:49, NM) Jehová Dios vigila si hay alguna violación del pacto matrimonial. Observa quién es el cónyuge culpable y determina si hay base bíblica para divorcio para librar al otro a fin de que vuelva a casarse. Esto tiene que ser, no el llamado “adulterio espiritual,” sino el adulterio físico.
27. ¿Por qué el adulterio espiritual no es base para el divorcio bíblico, y por qué está bien el que un creyente continúe con un incrédulo?
27 El inspirado Santiago escribió: “Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desea ser un amigo del mundo se está constituyendo un enemigo de Dios.” (Sant. 4:4, NM) Pero esta amistad espiritualmente adúltera con el mundo no es base para divorcio. ¿Por qué no? Porque esta mera amistad no hace a ninguno “una carne” con uno del sexo opuesto de manera adúltera. Cierto, un incrédulo es un amigo de este mundo. Sin embargo, el apóstol Pablo no arguyó de esto que un creyente tenía el derecho y una buena causa para dejar al cónyuge incrédulo. Al contrario, era perfectamente correcto, y del todo moral, el que ellos continuaran viviendo juntos si el incrédulo convenía en esto. Por medio de mantenerse juntos como una pareja quizás se pudiera ayudar al incrédulo a alcanzar la salvación en el nuevo mundo, ayuda que no sería posible darle si se dijera que es incorrecto que los dos estén viviendo juntos y por lo tanto se dijera que el creyente está tolerando con disimulo el adulterio espiritual que comete el mundano.
TRATAMIENTO MISERICORDIOSO A UN CÓNYUGE
28. (a) El limitar el divorcio al adulterio, ¿qué concesión no da a los cónyuges? (b) ¿Cómo son algunas de las leyes del hombre parciales en contraste con la ley de Dios?
28 Cristo limitó a adulterio lo que puede servir como la base para un divorcio que libre a una persona de modo que ésta pueda volverse a casar. Esto no da autoridad al cónyuge para que abuse del otro o lo desatienda. Esta limitación a adulterio sólo recalca el arreglo divino de que el matrimonio es una carne, y que los cónyuges deben adherirse el uno al otro con cuidado mutuo, venga lo mejor o venga lo peor. Este es el decreto del infalible Juez del Tribunal Matrimonial Supremo. En algunos países la ley no hace del comportamiento adúltero del esposo una base legal para que la esposa se divorcie de él, sino que sólo hace a la esposa de moral relajada la persona de quien se puede divorciar su cónyuge por adulterio. Pero de acuerdo con el fallo de Dios por medio de Cristo, si el esposo es inmoral, eso permite que la mujer lo repudie legalmente y quede libre para volver a casarse sin convertirse en adúltera por medio de esta acción. Por eso Jesús dijo: “Cualquiera que se divorcie de su esposa [sin base bíblica] y se case con otra comete adulterio contra ella, y si alguna vez una mujer, después de divorciarse de su esposo, se casa con otro, ella comete adulterio.” (Mar. 10:11, 12, NM) De modo que Jesús no estaba estableciendo para los esposos una norma diferente a la norma que se establecía para las esposas cuando dijo en su sermón del monte: “Además fué dicho: ‘Cualquiera que se divorcie de su esposa, que le dé un certificado de divorcio.’ Sin embargo, yo les digo que todo el que se divorcie de su esposa a no ser por motivo de fornicación la expone al adulterio, puesto que cualquiera que se case con una mujer divorciada comete adulterio.” (Mat. 5:31, 32, NM) Dios no es parcial. Él juzga que es tan malo el que el esposo cometa adulterio como el que la esposa lo haga.
29. ¿Por qué no debe contemplar un hombre a una mujer que no es su esposa con el deseo de tener relaciones con ella?
29 Por eso que ningún esposo codicie la esposa de otro hombre, ni contemple a ninguna otra mujer con el deseo de tener con ella las relaciones que él debe exclusivamente a su esposa. Que el proverbial gerente u oficinista casado se cuide de no enamorarse de su secretaria, casada o soltera, y se propase con ella. Jesús dijo: “Ustedes oyeron que se dijo: ‘No cometerás adulterio.’ Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.” (Mat. 5:27, 28, NM) Él ya es culpable a la vista de Dios, quien lee el corazón. Aunque esto es adulterio en el corazón del hombre y aunque su esposa no pueda divorciarse de él sobre esta base, el codiciar a alguien que no sea el cónyuge de uno, si no es obstruído, lleva a adulterio físico.
30, 31. (a) ¿Cuándo puede un cónyuge inocente perdonar al otro que ha pecado? (b) ¿Cómo debe proceder la congregación cuando se concede el perdón? ¿cuando se rehusa?
30 Si el cónyuge de una persona comete adulterio tal persona tiene el derecho de perdonar y no entablar juicio para divorcio, siempre que el culpable muestre el debido arrepentimiento y encarecidamente pida perdón y prometa no repetirlo y que será fiel al voto matrimonial. Si el inocente no perdona al cónyuge ofensor, entonces el ofensor tiene que ser expulsado por la congregación y el cónyuge inocente tiene la autoridad de las Escrituras para obtener un divorcio legal si es posible hacerlo o si lo desea. Este es un asunto privado. Si, digamos, el esposo perdona a la esposa, él continúa dándole a ella el débito conyugal, confiando en que Dios la perdonará. Entonces no hay razón para que la esposa, a quien él trata como “una carne” con él, sea expuesta y castigada por la congregación cristiana con expulsión, deshaciéndose de esta manera la reunión que el perdón del esposo ha efectuado misericordiosamente. “El odio suscita rencillas; mas el amor cubre toda suerte de ofensas.” (Pro. 10:12) “Tengan amor intenso los unos para los otros, porque el amor cubre una multitud de pecados.” (1 Ped. 4:8, NM) “Mis hermanos, si alguno de entre ustedes se desvía de la verdad y otro le hace volver, sepan que el que hace volver a un pecador del error de su camino, salvará su alma de la muerte y cubrirá una multitud de pecados.” (Sant. 5:19, 20, NM) “Además, si su hermano comete un pecado, vaya y descubra su falta entre usted y él a solas. Si él le escucha [y admite su pecado, expresa su arrepentimiento doloroso y pide perdón], usted ha ganado a su hermano.” Si el pecador rehusa escuchar hasta al comité que superentiende en la congregación cristiana de la cual el pecador es un miembro, tiene que ser expulsado, dijo Jesús.—Mat. 18:15-17, 21, 22, NM.
31 Si, en imitación a Dios y en obediencia a Cristo, el esposo ha perdonado a su esposa arrepentida y si se ha abstenido de castigarla legalmente como pudiera hacerlo, ¿cómo tiene la congregación el derecho de castigarla con expulsión y poner una barrera espiritual entre el esposo y su esposa, a quien él está tratando de ayudar a reformar? La congregación debe cooperar en el esfuerzo por reformarla. Pero, ¿qué hay si, antes de que el esposo decida perdonar a su esposa, la congregación la expulsa? Si el esposo la perdona después por razones bíblicas, esto no levanta automáticamente la excomunión que le impuso la congregación, pues el asunto ahora está directamente en las manos de la congregación. Ella tiene que tratar directamente con el comité que superentiende en la congregación y tiene que satisfacerlo por medio de dar los pasos necesarios para ser admitida plenamente de nuevo en la congregación. (Compare con el párrafo 41, las últimas quince líneas.) Un manejo semejante del asunto se efectuaría si fué la esposa fiel la que perdonó al esposo, no bajo ninguna compulsión o insistencia o amenaza de parte de él, sino a causa de su inequívoco arrepentimiento y principalmente con el amoroso deseo de ayudar a su esposo a recobrarse espiritualmente. “La esposa no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino que su esposo la ejerce; de igual modo, también, el esposo no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino que su esposa la ejerce.” (1 Cor. 7:4, NM) En consecuencia, durante el tiempo que ella estuviera probando la sinceridad y entereza del arrepentimiento y los esfuerzos de él por reformarse, ella ejercería una vigilancia concerniente al comportamiento de él y lo ayudaría a mantenerse limpio moral y espiritualmente, apto para estar asociado con la congregación cristiana.
32. (a) ¿Qué proceder tiene que seguir el esposo que perdona, si no quiere que la acción de la congregación siga a la ofensa cometida? (b) ¿Qué acción debe tomar la congregación contra aquel con quien se cometió el adulterio?
32 En el caso de un esposo fiel, ciertamente puede esperarse que él ponga a prueba a su esposa, vigilándola estrechamente y ayudándola a que ella evite repetir el pecado, y la congregación confiará en que él lo haga así. De otra manera la congregación no consideraría que él estuviera presidiendo adecuadamente sobre su propia familia y por consiguiente no lo consideraría capacitado para tener puesto responsable alguno con superintendencia espiritual en la congregación. En ese caso, también, la congregación intervendría, porque él no está conduciendo sus asuntos domésticos de manera cristiana, y actuaría contra el marido y la mujer. La persona con quien el adulterio se cometió quizás sea miembro de la congregación. Si tal es el caso, esa persona tiene que ser expulsada y así quedará despojada de privilegios y puestos de servicio y de compañerismo cristiano. Si después de ser expulsada tal persona muestra el fruto del arrepentimiento y trata de volver a la congregación, esa persona puede ser restablecida y puesta bajo una larga prueba, por lo menos de un año, y entonces, siendo hallada en buen comportamiento, se le puede librar formalmente de las restricciones que se le impusieron y se le puede recibir cabalmente otra vez.—1 Cor. 5:1-5, 13; 2 Cor. 2:5-11.
33. ¿De qué adecuada acción de congregación no protege al cónyuge culpable el perdón dado por el inocente?
33 Cuando una congregación se contiene de efectuar una expulsión a causa del perdón que el cónyuge inocente ha dado, esto no significa que el cónyuge culpable no puede y no debe ser privado de cualesquier responsabilidades o privilegios de servicio especiales que tenga en la congregación. Aquí no está implicada la excomunión, sino las calificaciones para puestos de servicio especial en la congregación. El culpable, por el adulterio, ha representado de manera incorrecta a la congregación y se ha descalificado y no debe ser mantenido en ningún puesto representativo o responsable. El perdón que le da el cónyuge inocente no protege al culpable del poder de acción que tiene la congregación para remover a la persona descalificada y poner en el puesto a personas irreprensibles y que de ninguna manera ofrezcan tropiezo a otros.
34. ¿Cuáles son algunos ejemplos israelitas de esposos que perdonaron a esposas culpables?
34 El que se perdone a un cónyuge culpable nos hace recordar al profeta Oseas, a quien Jehová le dió instrucciones para que tomara de vuelta a su esposa adúltera y quien obedientemente lo hizo. (Ose. 1:3-6; 3:1, 2) Mucho tiempo antes de eso, en los días de los jueces de Israel, un levita sin nombre viajó cierta distancia y tomó de vuelta a su concubina adúltera, pero no para prostituirla. En la ciudad benjamita de Gabaa la soltó a la chusma que asaltó la casa donde él estaba hospedado. Pero él no la puso a merced de la chusma porque no la amaba. Él lo hizo únicamente para impedir que su puesto sagrado como levita fuera profanado por sodomía o afeminación forzada. Él no aprobó la violación de su esposa o concubina por parte de la chusma. Con indignación lo hizo un punto en cuestión que él colocó ante la entera nación de Israel. Él incitó a las disgustadas once tribus de Israel a que castigaran a la ciudad culpable y a la tribu de Benjamín por medio de una guerra que casi causó la exterminación de la tribu culpable. Esto vindicó a las otras once tribus hermanas como sostenedoras de la pureza de la nación.—Capítulos 19 y 20 de Jueces.
35. En el caso del hermano corintio que cometió fornicación con la esposa de su padre, ¿qué consideración puede haber inducido a Pablo a ordenar que sólo el hombre culpable fuera excomulgado?
35 En el caso de adulterio que el apóstol Pablo manejó, en 1 Corintios 5:1-13, Pablo ordenó que únicamente el hombre culpable de fornicación fuera echado de la congregación como una influencia venenosa semejante a levadura. Si la mujer era miembro de la congregación, ¿por qué no ordenó Pablo, con su autoridad apostólica, que la congregación también expulsara a la mujer igualmente culpable en el caso? Ella era la esposa del padre del hombre culpable, y el apóstol Pablo respetaría el tratamiento que el esposo extendiera a su esposa culpable. En consecuencia sólo fué al hombre arrepentido a quien Pablo más tarde recomendó que la congregación restableciera en ella y salvara de las intenciones de Satanás.
36. ¿Por qué no se debe aceptar indemnización pecuniaria por adulterio?
36 Este paso de perdonar a un cónyuge que se arrepiente es radicalmente diferente del permitir que una esposa cometa adulterio y luego cobrar de su violador lo que se llama “indemnización por la mujer.” Algunos polígamos mantienen a varias concubinas con el propósito expreso de prostituirlas, sólo para cobrar “indemnización por la mujer” vez tras vez por la misma concubina. Esto es peor que el prostituir a la propia hija de uno. (Lev. 19:29, NM) Si una persona misericordiosamente toma de vuelta a un cónyuge descarriado debe ser sin cobrar tal indemnización. El aceptar dinero como indemnización condona el adulterio y hace un comercio de él. El perdonar a la culpable y el no buscar indemnización en forma de dinero mantiene limpio al inocente. Le hace justipreciar más profundamente lo pecaminoso del proceder inmundo en vez de inclinarlo a apreciar la ganancia comercial que pudiera resultarle de prostituir inicuamente a una esposa.
37. ¿Qué pueden hacer aquellos que, antes de entrar a la verdad, se volvieron a casar después de un divorcio no bíblico, y por qué?
37 Antes de venir a un conocimiento de la verdad de Dios y sus requisitos puede que una persona se haya divorciado legalmente de su cónyuge sobre bases no bíblicas y luego se haya vuelto a casar. Si esta persona ahora está adhiriéndose al nuevo matrimonio y acepta el mensaje del Reino, la congregación cristiana no puede hacer nada en cuanto a alterar su estado matrimonial. Tiene que aceptarla en el estado civil en el cual el mensaje de Dios la encuentra, confiando en que Dios perdonará los delitos que haya cometido antes de saber que lo que hizo no fué correcto, por lo cual sus pecados son pecados de ignorancia. Pero la congregación cristiana tiene que exigir que esté viviendo fiel a sus obligaciones en su segundo matrimonio legal. De otra manera, la congregación no podría creer que su dedicación a Dios haya sido aceptada y no podría concederle ningún bautismo en agua.
38. Si un cristiano desea divorciarse de un cónyuge dedicado infiel, ¿qué debe hacer primero la congregación?
38 Si un cristiano casado comete adulterio, el cónyuge cristiano tal vez quiera divorciarse. Sin embargo, con el fin de no acarrearle ningún vituperio al pueblo de Jehová por la impura infidelidad de uno de sus testigos, la congregación cristiana primero debe excomulgar al miembro infiel. Entonces el cónyuge limpio, inocente, puede entablar un proceso legal público contra el infiel como una persona que ahora no es miembro de la congregación, que no es testigo de Jehová. Así la organización teocrática no sufre deshonra pública.
39, 40. (a) Si se obtiene un divorcio no bíblico, ¿qué tiene que observar la congregación concerniente a los divorciados y cuándo tiene que actuar? (b) ¿Por qué no libra a la persona para volver a casarse el arrepentimiento después de un divorcio no bíblico?
39 En general, es el deber de la congregación cristiana tomar nota de la razón básica tras el divorcio que consiga un miembro o un matrimonio de la congregación. Si la razón no es bíblica, la congregación tiene que observar el proceder del divorciado o los divorciados después. En la petición para el divorcio o en el decreto judicial tal vez no siempre se declare que fué a causa de inmoralidad que se concedió el divorcio. En algunos países la razón por la cual se concede el divorcio puede ser declarada como injures graves et publiques (“daños graves y públicos”). Esto casi siempre significa adulterio; sin embargo, para proteger a inocentes que podrían ser afectados por el oprobio o vergüenza pública, la base para el divorcio puede ser redactada así. La congregación debe informarse de la razón específica. No puede excomulgar a ningún miembro sólo por divorciarse sin base bíblica, pero si ese miembro vuelve a casarse antes de la muerte o inmoralidad del cónyuge divorciado, la congregación expulsaría a este miembro por segundas nupcias adúlteras.
40 Cuando un cristiano sólo pide el perdón de Dios por su proceder al divorciarse de su cónyuge sin base bíblica, eso no lo libra para volver a casarse. El ser perdonado de sus pecados en general no cancela o anula el matrimonio legal que fué disuelto sin base bíblica. No cambia su estado matrimonial. Si lo cambiara, entonces el que se hubiera divorciado de otro sin base bíblica no estaría cometiendo adulterio al volverse a casar. Recuerde esto: un matrimonio desbaratado por divorcio no bíblico ya sea antes o después de dedicarse uno a Dios realmente no se disuelve a la vista de Dios por medio de pedirle perdón por los pecados; así como el que Dios perdone los pecados de un criminal que estuviera en prisión no cancelaría su sentencia de cárcel y lo libraría para salir de las puertas de la prisión cuando quisiera. Por consiguiente el volver a casarse sin permiso u autorización bíblica es acción de adulterio y la congregación expulsaría al ofensor. Asimismo, si un cristiano se casara con una persona mundana que hubiera sido divorciada sin base bíblica, ese cristiano está cometiendo fornicación y debe ser expulsado.—Rom. 7:2-4; 1 Cor. 7:39.
41. (a) ¿Qué hacen unas segundas nupcias incorrectas para la persona inocente que permanece soltera? (b) ¿Qué acción tiene que tomarse para con la persona que se vuelve a casar incorrectamente, y de qué sería excluída tal persona para siempre después?
41 Unas segundas nupcias incorrectas harán efectivo un divorcio y librarán a la persona inocente de modo que ésta pueda continuar en la congregación y vuelva a casarse si ese inocente opta por hacerlo así. Sin embargo, el que se vuelve a casar incorrectamente tiene que ser expulsado como persona que ha cometido adulterio, y así entra en una condición peligrosa que amenaza su existencia eterna. “El adúltero es un mentecato, sólo quien quiere arruinarse a sí mismo hace tal cosa.” (Pro. 6:32, NC) Sólo el restablecimiento lo puede salvar. Pero la persona que vuelve a casarse sin base bíblica no puede ser aceptada plenamente de vuelta en la congregación con sólo arrepentirse. Esta persona, después de ser restablecida, tiene que estar sujeta a un período de prueba suficientemente largo, por lo menos de un año, para que muestre los frutos de un arrepentimiento sincero junto con respeto correcto al matrimonio. Sus segundas nupcias legales todavía son válidas ante la ley del país y tienen que tener base legal apropiada para que puedan disolverse en el tribunal. Aun si su anterior esposa de quien se divorció sin base bíblica se muriera o se volviera a casar después de casarse él, él no es restablecido automáticamente a causa de ello. Todavía tiene que arrepentirse, confesar, pedir el ser restablecido y someterse al período de prueba. Si el arrepentimiento produce el fruto que se requiere, un cumplimiento adecuado de sus obligaciones en el nuevo matrimonio legal, y si entonces él es plenamente readmitido en la congregación, de allí en adelante queda descalificado para tener algún puesto o privilegio oficial, ejemplar y responsable en la congregación. Su pasado privado mientras estaba en la verdad no es un buen ejemplo.
42. ¿Por qué son felices los que se rigen por las obligaciones matrimoniales impuestas por Dios?
42 El matrimonio verdadero y limpio es un privilegio de parte de Jehová Dios. Él mismo lo arregló, y “no hay injusticia en él.” (Sal. 92:15) Felices son los cristianos que son fieles a las obligaciones de su matrimonio, que han sido impuestas por Dios. Ellos sostienen la verdadera dignidad y honorabilidad de esta institución divina. Ellos toman a pecho el mandamiento cristiano: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y adúlteros.” (Heb. 13:4, NM) Ellos disfrutan no primariamente de los placeres de la relación carnal, sino principalmente de las oportunidades espirituales que les proporciona esta unión estrecha de los dos sexos. Esto cumple lo idóneo del matrimonio y gana la aprobación y bendición de Dios. Hace del matrimonio una ayuda hacia el conseguir salvación y servir al Altísimo Dios. Vindica a Jehová Dios como instituidor amoroso de esta provisión para el gozo del hombre y para cumplir el propósito divino.
[Notas]