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Manteniéndonos en posición correcta con DiosLa Atalaya 1964 | 1 de febrero
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homosexual no era moralmente incorrecta. Este ensayo intitulado “Hacia un punto de vista cuáquero del sexo” “rechaza casi completamente el acercamiento tradicional de la iglesia cristiana organizada a la moralidad,” declaró el Globe and Mail de Toronto el 19 de febrero de 1963.
EVITANDO LA INMORALIDAD
¡Cuán peligrosas son estas filosofías mundanas sobre la moralidad! Si uno les presta atención ciertamente perderá su posición correcta con Dios. Las leyes de Dios están al día y aplican ahora como en el día en que fueron escritas. A los que tal vez piensen que pueden desviarse de ellas para satisfacer su apetito sexual uno de los apóstoles de Cristo les dice que consideren lo que les sucedió a los israelitas que fueron seducidos por las moabitas adoradoras de Baal:
“Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil de ellos en un día. Pues bien, estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado. En consecuencia, el que piensa que está en pie, cuídese que no caiga.”—1 Cor. 10:8, 11, 12.
Los cristianos deben guardarse a todo tiempo para no ser entrampados por este mundo enloquecido por el sexo como los israelitas lo fueron por sus vecinos sensuales. “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo,” escribió el apóstol Pablo a los cristianos primitivos, “en lo que toca a fornicación, inmundicia, apetito sexual . . . Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad, que por medio de conocimiento exacto va haciéndose nueva según la imagen de Aquel que la creó.”—Col. 3:5-10.
Para evitar la inmoralidad uno debe llenar su mente y corazón con las leyes justas de Dios, y a todo tiempo esforzarse por vivir en armonía con ellas. Esto significa que “fornicación e inmundicia de todo género o avaricia ni siquiera se mencionen entre ustedes, así como es propio de personas santas; tampoco comportamiento vergonzoso, ni habla necia, ni bromear obsceno, cosas que no son decorosas, sino más bien el dar gracias. Porque ustedes saben esto, reconociéndolo ustedes mismos, que ningún fornicador . . . tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios.”—Efe. 5:3-5; Fili. 4:8.
Por lo tanto, la ley de Dios es clara. Las prácticas inmorales como fornicación, adulterio, homosexualidad y bestialidad acarrean sobre la persona el disfavor de Dios. Es cierto que antes de aprender los requisitos justos de Dios, y mientras todavía vivían como la gente de las naciones, muchos practicaban estas cosas. Pero si una persona desea verdaderamente conseguir y mantener una posición correcta con Dios, ahora tiene que ‘abstenerse de la fornicación’ y “tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra, no en codicioso apetito sexual tal como también tienen las naciones que no conocen a Dios.”—1 Tes. 4:3-5; 1 Cor. 6:9-11.
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“Trivialidades y tonterías”La Atalaya 1964 | 1 de febrero
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“Trivialidades y tonterías”
● Según informó el Press-Enterprise de Riverside, California, en su número del 30 de septiembre de 1962, el clérigo Enrique J. Stokes dijo: “Nuestra actual inquietud y trastorno en toda esfera; la opinión que va cobrando auge en el mundo observador de que la iglesia no tiene nada de importancia que ofrecer con sus trivialidades y tonterías de mucho estar activos; y el darse cuenta de que las relaciones humanas en cuyo bienestar se interesa vitalmente Cristo han desenmascarado nuestra superficial comprensión del verdadero testimonio. Estas y otras cosas penosas hacen de los requisitos para la predicación una asignación casi imposible de desempeñar. En todo ello, el predicador no puede agradar a Dios y al hombre. Por lo general no agrada a ninguno de los dos.”
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