Rehaciendo la mente para vivir en conformidad con el nuevo mundo
“Y dejen de amoldarse a este sistema de cosas, mas transfórmense rehaciendo su mente.”—Rom. 12:2, NM.
1. ¿Cómo se manifiesta que Jehová está mucho más adelantado que todo pensamiento moderno de este mundo?
JEHOVÁ Dios está mucho más adelantado que todo pensamiento moderno del presente mundo. El hombre moderno apenas está comprendiendo los maravillosos poderes y facultades con que Jehová dotó a la creación inferior de animales e insectos, tales como el vuelo de los pájaros, la propulsión a escape usado por algunos animales del mar, la telegrafía sin hilos realizada desde las antenas de insectos, el vuelo a ciegas ejecutado por los murciélagos con su equipo de radar, la iluminación interior producida sin calor por ciertos insectos y peces y otras maravillas. Pero la delantera irreducible que Jehová tiene sobre el hombre en cuanto al pensamiento se manifiesta, no solamente en Su creación terrenal viviente, sino también en su Palabra escrita, la Santa Biblia. Los pensadores modernos de este mundo quizás desprecien la Biblia considerándola como un libro que ha pasado de moda, como siendo inadecuada e insuficiente para este día de adelantos científicos. Sin embargo son la ciencia y el pensamiento moderno que están produciendo aun más dificultades para el hombre, dificultades que él no puede resolver, entre tanto que la Biblia no se ha podido refutar sino que se está cumpliendo como cosa verídica. A pesar del hecho de que han pasado más de dieciocho siglos desde que se escribió el último de los sesenta y seis libros de la Biblia, ésta nos dice de una manera confiable de cosas que todavía están mil años en el futuro. Lo que describe para la humanidad de ese tiempo distante es una tierra transformada en un paraíso en todo lugar, los hombres y mujeres viviendo sobre ella levantados a la perfección humana en mente y cuerpo, todas las personas muertas en los sepulcros rescatadas de su terrible enemigo la muerte, el último esfuerzo de los adversarios del universo aplastado mediante su destrucción absoluta y con paz, salud y felicidad extendiéndose interminablemente delante de la humanidad leal bajo las bendiciones de Jehová y su Cristo.
2. En lo que concierne el tiempo, ¿por qué no es difícil para él la predicción?
2 Predecir algo mil años en el futuro es cosa fácil para Jehová Dios. Para con él mil años son nada más como un día, y su propósito nunca fracasa. La condición crítica en que están los asuntos del día presente fué predicha por él hace cerca de seis mil años. De seguro su mente supera a todo pensamiento moderno de los hombres que hoy no saben cómo proceder.—Sal. 107:27.
3. ¿Por qué es que todo lo que los hombres razonan o tratan de llevar a cabo está fracasando?
3 Los hombres de este mundo están dotados con la facultad de pensar y sentir, que nosotros llamamos la “mente”. Es evidente que no están usando su mente de la manera correcta. Por eso será que no tienen éxito en las cosas que ellos razonan y tratan de llevar a cabo, sino que todo está fracasando, dejándolos asombrados, perplejos y confundidos. Todo el sistema de cosas que los hombres mundanos están tratando de ajustar al pensamiento moderno está amoldado según la manera incorrecta de pensar, y mientras más permanece el sistema más se aleja de la verdad absoluta.
4. ¿Por qué tiene que fracasar este presente sistema mundial, en vista del éxito de quién?
4 Esa es una declaración arrastradora. No obstante es correcta, porque este presente sistema mundial no está de acuerdo con la mente de Dios. Por esa razón este sistema tiene que perecer, y eso muy en breve. ¡De hecho ya está pereciendo! El Dios Todopoderoso hará que todas las cosas en el universo estén de acuerdo con su manera avanzada de pensar. Al hombre que es corto de vista y vil en sus pensamientos él le dice: “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice Jehová. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos que vuestros pensamientos. Porque de la manera que desciende la lluvia, y la nieve, del cielo, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la fecunda, y la hace producir, de modo que dé simiente al que siembra, y pan al que come; así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin fruto, sino que efectuará lo que yo quiero, y prosperará en aquello a que yo la envié.” (Isa. 55:8-11) Es ya tiempo que aprendamos los pensamientos de Jehová.
5. ¿Por qué se aconseja “dejen de amoldarse a este sistema de cosas”?
5 Más que nunca antes podemos apreciar ahora qué bueno fué el consejo de Pablo a los cristianos en Roma: “Dejen de amoldarse a este sistema de cosas, mas transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para sí mismos la buena y la aceptable y la completa voluntad de Dios.” (Rom. 12:2, NM) Si tenemos que rehacer nuestra mente para poder probar cuál es la voluntad de Dios, entonces es evidente que este sistema de cosas no está de acuerdo con la voluntad de Dios. Por esto tenemos que dejar de amoldarnos a este sistema, para poder probar a nuestra satisfacción qué es la voluntad buena, aceptable y completa de Dios. Es verdad que este sistema de cosas se jacta pretendiendo que está adelantado al mundo viejo que terminó en el diluvio del día de Noé hace unos cuarenta y tres siglos. Sin embargo es exactamente igual a él en cuanto a la razón por la cual vino el Diluvio y acabó con él. Es posible que hasta sea peor en algunos sentidos, porque es más viejo, habiendo existido el mundo antediluviano unos 1,656 años, entre tanto que este presente sistema de cosas ya tiene 4,319 años de edad.
6. A pesar de los adelantos modernos, ¿qué semejanza existe entre este presente sistema de cosas y el mundo antediluviano?
6 ¿En qué, pues, se asemejan los dos? En esto: en la tendencia continua de la mente hacia la maldad, en la tendencia continua de pensar contrario a la voluntad del Creador, Jehová Dios. En cuanto a la razón por inundar el antiguo mundo con destrucción tenemos este testimonio del mismo Señor Dios. Leemos: “Viendo Yavé cuánto había crecido la maldad del hombre sobre la tierra, y cómo todos sus pensamientos y deseos sólo y siempre tendían al mal, se arrepintió de haber hecho al hombre en la tierra.” (Gén. 6:5, 6, NC) Y después que pasó el diluvio y cuando Noé estaba ofreciendo su primer sacrificio a Dios sobre la tierra limpia, Dios indicó que la humanidad volvería a caer en ese estado mental envilecido. Dijo: “Nunca jamás volveré a maldecir la tierra, aunque la tendencia mental del hombre verdaderamente es hacia la maldad desde su juventud; nunca jamás volveré a destruir toda criatura viviente como he hecho.” (Gén. 8:21, Mo) No estamos exagerando la comparación entre nuestro día y su sistema de cosas y el sistema de cosas de antes del Diluvio. Jesús comparó los dos períodos de tiempo, diciendo: “Así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre.”—Mat. 24:37, NM.
7-9. ¿Con qué descripción precedió Pablo su amonestación contra el amoldarse a este sistema de cosas? y ¿se ajusta su descripción a nuestro día?
7 Antes de instruirnos que no debemos amoldarnos a este sistema de cosas, el apóstol Pablo describió el estado ruin mental, moral y espiritual en que se encontraba dicho sistema en su día. Desde el día de Pablo ha tenido más de dieciocho siglos de empeoramiento. Al leer sus palabras, tratemos honestamente de determinar si este sistema de cosas es mejor hoy en día que en aquel entonces:
8 “Aunque aseguraban que eran sabios, se hicieron insensatos y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en algo parecido a la imagen del hombre corruptible y de aves y de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo tanto de acuerdo con los deseos de sus corazones Dios los entregó a la impureza, para que sus cuerpos pudiesen ser deshonrados entre sí aun aquellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira y veneraron y rindieron servicio sagrado a la creación más bien que a Aquel que creó, que es bendito para siempre. Amén.
9 “Por eso es que Dios los entregó a apetitos sexuales vergonzosos, porque tanto sus hembras cambiaron el uso natural de sí mismas a uno que es contrario a la naturaleza, y también hasta los varones dejaron el uso natural de la hembra y se encendieron violentamente en su lascivia los unos por los otros, varones con varones, obrando lo que es obsceno y recibiendo en sí mismos la recompensa completa que merecían por su error. Y así como ellos no aprobaron el retener a Dios en conocimiento acertado Dios los entregó a un estado mental desaprobado, para que hicieran cosas que no son apropiadas, llenos como estaban de toda suerte de injusticia, iniquidad codicia, perjuicio, estando llenos de envidia, homicidio, contienda, engaño, disposición maliciosa, siendo chismosos, detractores, aborrecedores de Dios insolentes, soberbios, fanfarrones, inventores de cosas perjudiciales, desobedientes a sus padres, sin conocimiento, desleales a los pactos, sin tener cariño natural sin misericordia. Aunque éstos conocen bien el justo decreto de Dios, que los que practican tales cosas son merecedores de la muerte, no sólo siguen haciéndolas sino que aprueban a los que las practican.”—Rom. 1:22-32, NM.
TENDENCIA MENTAL DEL HOMBRE
10. ¿Cómo se inclinó la mente del hombre hacia la maldad?
10 Cuando Dios creó al primer hombre Adán y lo puso en el paraíso del Edén, no hizo que la tendencia mental del hombre se inclinara originalmente hacia la maldad. La tendencia mental de la humanidad hacia la maldad se debe a que nació de Adán después que él se había inclinado en dirección opuesta a Dios y hacia la maldad. Nosotros heredamos esa inclinación de él. Y Satanás el Diablo, que es el “dios de este sistema de cosas” ha puesto aun más presión sobre los hombres para hacer que se inclinen todavía más lejos de Dios. Hoy en este “tiempo del fin”, él está ejerciendo más presión que nunca antes para encorvar a los hombres hasta tal grado que no puedan enderezarse otra vez.
11. ¿Qué cosa es la mente? y ¿quién la entiende perfectamente?
11 La mente es esa parte de nuestra hechura donde originan los pensamientos. Es esa facultad del estado consciente con que juntamos información y luego razonamos para llegar a ciertas conclusiones. Opera de acuerdo con cierta ley o norma de acción, de modo que, si se dirige la mente hacia la maldad, ésta sigue en esa norma de operación mala y avanza más y más en esa dirección. La tendencia o inclinación de la mente aumenta, especialmente bajo la presión ejercida por el inicuo “dios de este sistema de cosas”, y por esto va de mal en peor. Dios, que dotó al hombre con la mente, sabe cómo opera la mente mejor que el mayor psicólogo o psicoanalista universitario de este día. Dios discierne al instante la tendencia mental del hombre y sabe en qué resultará. Por esa razón nos da una amonestación acerca de las consecuencias que sin duda seguirán.
12. ¿Qué testimonio anticipado prueba que Jehová preconoce hacia lo que guiará la tendencia mental de la humanidad?
12 Por cuarenta años los israelitas no habían tenido contacto con Egipto y su idolatría, y ahora se encontraban con solamente el río Jordán entre ellos y la Tierra, Prometida. Aquí Jehová Dios le mandó a Moisés que compusiera un cántico de testimonio contra su pueblo para su referencia futura, para manifestar que él había preconocido el resultado final de seguir su disposición mental y que él le había amonestado. “Porque,” dijo él, “yo conozco su pensamiento que va tramando hoy, antes que le haya introducido en la tierra que le tengo jurada.” (Deu. 31:21) O, traducido de una manera más moderna: “Yo conozco hacia qué guiará su temperamento, aun ahora, antes de introducirlos en la tierra, la cual les prometí bajo juramento.” (UTA) Este testimonio escrito de antemano sirvió para juzgar y condenarlos cuando fué cumplido. Por eso es que la Palabra de Dios, que predijo hace miles de años el presente estado moral, mental y religioso de este mundo, sirve para condenar a este mundo y manifiesta que Dios tenía razón para declarar con tanta anticipación que llegaría a un fin vergonzoso. Prueba que el gran Creador conoce con mucha anticipación y certeza hacia qué guiará la tendencia mental de la humanidad. Su descripción de las condiciones humanas en estos últimos días es exacta.—2 Tim. 3:1-13, NM.
13. ¿Por qué se les manda a los cristianos que se transformen a sí mismos más bien que cambiar o convertir este mundo?
13 ¿Profesa usted ser cristiano? Entonces está obligado a prestar atención a la súplica de Pablo acerca de no amoldarse a este sistema de cosas, de otro modo probará que es un hipócrita o apóstata. Supongámonos que usted no es cristiano y que naturalmente se encuentra amoldado a este sistema. Entonces si desea escapar la destrucción junto con este sistema usted tiene que obedecer la súplica de Pablo sin demora y dejar de amoldarse a él. No sea usted descarriado por el lema absurdo que se ha inventado para lisonjear la vanidad de una persona presumida: “¡Usted puede cambiar el mundo!” Ni tampoco desperdicie su tiempo con el lema parecido que dice: “Cambie el mundo antes que él lo cambie a usted.” En vez de seguir la filosofía necia de algún hombre, acuérdese de la instrucción sabia de Dios que le dice que usted no puede cambiar este mundo. Dios conoce la tendencia mental de este sistema de cosas y él pronuncia que está condenado. Todas las oraciones que usted pueda ofrecerle para pedir la conversión de José Stalín, Mao Tse-tung y de otros dictadores y guías políticos de este mundo, quedarán sin contestación y el mundo se hará peor. Usted, con todas sus oraciones y filosofías sobre la moral, no puede cambiar este mundo. El Diablo es el “dios de este sistema de cosas” y él ha sido arrojado fuera del cielo y está lleno de ira y está trayendo aflicciones sobre la tierra y el mar. ¿Puede usted cambiarlo a él? Por supuesto que no. Este mundo, que yace bajo su poder, es inalterable. Tiene que ser y será exterminado. (2 Cor. 4:4; Apo. 12:7-12, NM) La manera de evitar que usted sea cambiado por este mundo es, no mediante el tratar religiosamente de cambiarlo a él, sino haciendo lo que dice el apóstol inspirado: “Transfórmense rehaciendo su mente.” Esto lo tiene que hacer aun mientras está en medio de este mundo y antes que se termine. Tiene que hacerlo antes que se termine el mundo, porque si no, entonces usted terminará junto con él. Este curso es su único resguardo.
¿CÓMO?
14, 15. ¿Mediante qué curso nunca tendríamos éxito al tratar de rehacer nuestra mente?
14 ¿Cómo podrá usted llevar a cabo esta transformación, realizar esta obra de rehacer su mente? No lo puede hacer tomando un curso en la psicología de este mundo, porque toda esa psicología se conforma a este mundo condenado y no le ofrece ningún remedio mental verdadero. Puesto que la mente es esa facultad del estado consciente mediante la cual recogemos información y pensamos, entonces para poder rehacerla tenemos que recoger información que sea diferente a la que este mundo ha usado para criarnos, dándonos cierta forma o estructura mental. Este mundo profesa ser muy sabio y sesudo en este siglo veinte, pero está edificado y opera conforme a la ignorancia. Esto se debe principalmente a una terquedad que ha nacido del egoísmo. Con esto damos a entender una ignorancia en cuanto a la verdad de Dios, su voluntad y sus propósitos. Pablo manifiesta esto cuando nos dirige otra súplica que no seamos amoldados a este mundo y sus naciones, al decir: “Que ustedes ya no sigan andando así como las naciones también andan por la inutilidad de su mente, mientras que mentalmente están en tinieblas, y alejadas de la vida que pertenece a Dios, [¿por qué?] a causa de la ignorancia que hay en ellas, debido a la insensibilidad de su corazón. Habiendo llegado a estar más allá de todo sentido moral, se entregaron a la conducta suelta para obrar toda clase de inmundicia con avaricia.”—Efe. 4:17-19, NM.
15 Si amoldamos nuestra vida conforme a este sistema de cosas y sus naciones, entonces, sea voluntaria o involuntariamente, estamos amoldándonos conforme a los que están en tinieblas mentales y alejados de la vida piadosa debido a la ignorancia que hay en ellos y debido a su corazón empedernido. ¿Deseamos copiar a esa clase de gente? Si es así, entonces nuestra mente nunca será rehecha, porque esa gente tiene un velo cegador tendido sobre los ojos y el Diablo la está descarriando hacia la destrucción. Así como nos dice el apóstol: “Si, pues, las buenas nuevas que declaramos de hecho están encubiertas, están encubiertas entre los que están pereciendo, entre los cuales el dios de este sistema de cosas ha cegado la mente de los incrédulos, para que la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios, no penetre a través.”—2 Cor. 4:3, 4, NM.
16. ¿Por qué necesitamos la Palabra de Dios para rehacer nuestra mente?
16 Nosotros deseamos ser transformados mediante una esperanza de vida sin fin en felicidad en el nuevo mundo que ahora está tan cerca. Con este fin tenemos que llenar la mente con información que procede de la gran Fuente de la vida, Jehová Dios. Necesitamos conocimiento para reemplazar la ignorancia. Necesitamos luz para reemplazar las tinieblas. Y ese conocimiento y luz se adquieren por medio de la Palabra de Dios, la Santa Biblia. Esta Palabra es lo que nos santifica. Es decir, nos separa de este mundo y nos pone cerca de Dios. Por eso Jesús oró a favor de sus seguidores y dijo: “Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17, NM) La razón que la Palabra de Dios lo santifica a usted o lo separa de este mundo es porque ella es diferente a lo que este mundo piensa, dice, escribe y enseña.
17. ¿El espíritu de quién tenemos que resistir, y a la influencia y operación del espíritu de quién debemos abrir nuestro corazón?
17 Por esto, arranque el velo cegador que Satanás ha puesto sobre nuestros ojos por medio de este mundo. Con ojos libres de prejuicio y con corazón honrado venga usted al Libro de Dios y estúdielo con sinceridad y oración para aprender la verdad iluminadora. Más bien que permitir que este mundo nos impresione con su exhibición de sabiduría mundana y la pretendida antigüedad de sus tradiciones, filosofías e instituciones de educación y conocimiento; y más bien que ser persuadidos por su espíritu, nosotros debemos abrir nuestro corazón a la influencia y operación del espíritu de Dios, su fuerza activa iluminadora. Si nos separamos de este mundo y nos dirigimos a Jehová Dios, la Fuente de luz, entonces nuestra mente será librada de las tradiciones y filosofías ofuscadoras de los hombres mundanos. Esta libertad es la que se nos promete en estas palabras: “Cuando se dirige uno a Jehová, el velo es quitado. Ahora Jehová es el espíritu; y donde está el espíritu de Jehová, hay libertad. Y todos nosotros, mientras que con caras descubiertas reflejamos como espejos la gloria de Jehová, somos transformados a la misma imagen de gloria a gloria, exactamente como obra Jehová el espíritu.”—2 Cor. 3:16-18, NM.
18. ¿Por qué no podemos dejar de considerar el espíritu de Dios en este asunto de renovarnos?
18 No podemos dejar de considerar el poder del espíritu de Dios en este asunto de hacernos personas nuevas, de hacernos diferentes a lo que éramos cuando formábamos parte de un mundo ignorante. El apóstol otra vez da énfasis a este punto cuando nos dice del cambio que se efectuó en él mismo y en Tito. Él dice: “Porque hasta nosotros una vez éramos insensatos, desobedientes, siendo descarriados, siendo esclavos a muchos deseos y placeres, obrando con malicia y envidia, aborrecibles, aborreciéndonos los unos a los otros. Sin embargo, cuando la bondad y el amor por el hombre de parte de nuestro Salvador, Dios, fueron manifestados, sin deberse a ninguna actividad en justicia que nosotros hubiésemos desempeñado, sino conforme a su misericordia él nos salvó por medio del baño que nos trajo a la vida y por medio de hacernos nuevos por el espíritu santo. Este espíritu él derramó ricamente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador.” (Tito 3:3-6, NM) Explicando cómo esa misma fuerza activa desde arriba obró por medio de él en transformar a otros para que fueran cristianos, el apóstol señala a éstos como una carta de recomendación de su buena obra y dice: “Porque se manifiesta que ustedes son una carta de Cristo escrita por nosotros como ministros, escrita no con tinta sino con el espíritu del Dios viviente, no sobre tablas de piedra, sino en tablas de carne, en corazones.” (2 Cor. 3:1-3, NM) Este espíritu es lo que hace que sea entendida la información contenida en la Palabra de Dios, siendo que averigua todos sus secretos sagrados y los esclarece para nosotros. “Pues es a nosotros que Dios las ha revelado por medio de su espíritu, porque el espíritu escudriña todas las cosas, hasta las cosas profundas de Dios. Ahora nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que se nos han dado bondadosamente por Dios.” (1 Cor. 2:10, 12, NM) De modo que necesitamos el espíritu de Dios.
19. ¿Por qué tenemos que familiarizarnos con la Palabra de Dios si deseamos que su espíritu obre en nuestra vida?
19 Pero no podemos esperar que el espíritu de Dios obre sobre nosotros de una manera automática para cambiarnos mentalmente y efectuar la transformación de nuestra vida. Es menester hacer algo para manifestar que verdaderamente deseamos ser diferentes. Del Registro sagrado nos damos cuenta de que el espíritu de Dios no opera separado de su Palabra. Por esto si deseamos que este espíritu obre en nuestra vida tenemos que familiarizarnos con la Palabra de Dios. Esa es la única cosa que nos da información e instrucción que son diferentes a las que ofrece este mundo. Solamente esta Palabra nos da una visión del Dios verdadero y de lo que son sus cualidades adorables y de lo que él se propone hacer para absolverse de todas las acusaciones falsas que se han lanzado en su contra y para cambiar la manera de vivir para el bien duradero de la humanidad. Cuando estábamos en ignorancia, pensábamos y obrábamos como el resto del mundo. No conocíamos algo mejor y mentalmente nos encontrábamos en la misma vil condición que ellos.
20. Entonces para rehacer nuestra mente ¿qué cosas necesitamos que trabajen juntas?
20 De modo que para rehacer nuestra mente necesitamos primero que todo la Palabra de Dios en toda su plenitud y poder, sin que esté adulterada con las tradiciones religiosas y las filosofías ignorantes de los hombres. Necesitamos venir a la Biblia para ser enseñados por Dios por medio de sus páginas y con la ayuda de su organización teocrática. Al acercarnos, tenemos que orar con las palabras de David: “Hazme un corazón limpio, oh Dios, y pon en mí un espíritu nuevo, estable; no me alejes de tu presencia, no me prives de tu espíritu sagrado.” Entonces Dios nos ayudará por medio de su espíritu y su organización para que entendamos su Palabra.—Sal. 51:10, 11, Mo; UTA.
UNA PALABRA VIVA
21. ¿Cómo es viva la Palabra de Dios?
21 Teniendo algo nuevo en la mente podemos empezar a cambiar nuestra manera de pensar y nuestra manera de vivir. Teniendo la Palabra de Dios en nuestra mente y corazón verdaderamente tenemos una influencia que es nueva y poderosa obrando en nosotros. No es una Palabra muerta que ya no tiene interés para nosotros, que ha perdido su verdad, su calidad práctica, su interpretación de los acontecimientos de nuestro día, y su poder para protegernos en contra de la degradación de estos tiempos inmorales. Tiene vitalidad, es convincente, puede poner de manifiesto qué es lo que somos por dentro mejor que cualquier psicólogo de este mundo. No es una letra muerta; su juicio ciertamente será ejecutado. Así como nos amonesta el apóstol Pablo: “La Palabra de Dios es viva y ejerce poder y es más aguda que cualquier espada de dos filos y penetra hasta dividir el alma y el espíritu, y las coyunturas de su tuétano, y puede discernir los pensamientos e intenciones del corazón.”—Heb. 4:12, NM.
22. ¿Qué cambio en cuanto a personalidad es posible ahora?
22 Con esa Palabra de Dios tan dinámica dentro de nosotros una fuerza nueva impulsa nuestra mente para corregir nuestros pensamientos y nuestra vida. Si ya no deseamos ser amoldados a este mundo detestable, sino que deseamos ser como Cristo, cristianos verdaderos, entonces es preciso que tengamos este nuevo estímulo, el cual opera en la dirección correcta para nuestro mejoramiento, para nuestra transformación. Para citar al apóstol: “Deben despojarse de la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que está corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos; pero . . . deben ser renovados en la fuerza que impulsa su mente y deben revestirse de la nueva personalidad que fué creada de acuerdo con la voluntad de Dios en verdadera justicia y bondad amorosa.” (Efe. 4:22-24, NM) Tiene usted nuevo conocimiento, y éste lo recibió de la Palabra de Dios con la ayuda de su espíritu y su organización.
23, 24. ¿Cómo será esta nueva personalidad? y ¿cómo se va a renovar o hacerse una nueva personalidad realmente?
23 Usted ahora será transformado conforme a este conocimiento, y por esto usted cambiará a lo que Dios quiere que usted sea. “Desnúdense,” dice el apóstol, “de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse con la nueva personalidad.” Pero ¿cómo será esta nueva personalidad? ¿Cómo se renovará o cómo se hará una nueva personalidad realmente? Continuando, el apóstol nos dice: “La nueva personalidad la cual POR MEDIO DE CONOCIMIENTO ACERTADO está siendo renovada de acuerdo con la imagen del que la creó, donde no hay ni griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, extranjero, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todas las cosas y en todos.”—Col. 3:9-11, NM.
24 La nueva personalidad que usted llega a ser y que se destaca de este mundo, resulta de su conocimiento, conocimiento correcto del gran Creador. Su Palabra lo revela tal como es y le manifiesta cómo se porta, cuáles son sus pensamientos, y cuáles son sus principios, o normas de acción. Es gloriosa la visión que uno recibe por medio de su Palabra iluminada. Al contemplarlo por medio del conocimiento correcto que usted tiene, puede usted renovarse y llegar a ser a su imagen reflejando lo que él es, imitándolo en cuanto a su conducta y pensamiento, y expresándose igual que él, y cumpliendo lo que él requiere de usted.
25. ¿En qué sentido ya no somos como el mundo, sino como Dios?
25 Así puede usted ser cambiado de un estado de gloria en semejanza a él a otro estado, y su espíritu santo obrará en usted con este fin. Ya no se asemejará interiormente a un gentil o judío que habla el griego. Ya no se sentirá orgulloso debido a su circuncisión o inmundo debido a su falta de circuncisión. Ya no será un extranjero dislocado en cuanto a la santa nación del Israel espiritual. No, para ellos y entre ellos usted ya no será un escita bárbaro, nómada e incivilizado ni un esclavo sin derechos ni un hombre libre con privilegios especiales. Es posible que usted sea estas cosas exteriormente en la carne, pero en su mente y en su personalidad usted será un cristiano. Se debe a este hecho que los testigos de Jehová se llevan tan bien en sus asambleas internacionales y en su organización internacional, morando en paz, armonía y cariño fraternal. Ya no permitimos que las tradiciones nacionales, el orgullo, la rivalidad, las diferencias políticas y los puestos sociales nos desvíen la mente ni que nos dividan. En este sentido ya no somos como el mundo, sino como Dios, porque Dios no muestra parcialidad.