Capítulo 6
Atendiendo tu bienestar físico
1, 2. ¿De qué maneras es una verdadera obra maestra el cuerpo humano?
EL SABIO Salomón comparó el cuerpo humano a una casa con ventanas y puertas. Siglos más tarde, el apóstol cristiano Pablo lo llamó “esta casa de habitación.” (Eclesiastés 12:3-7; 2 Corintios 5:1, 2) Como una casa, tu cuerpo necesita atención apropiada para que te beneficies plenamente de él.
2 ¿Qué clase de amo o ama de casa eres tú en lo que tiene que ver con atender tu bienestar físico? ¿Aprecias el cuerpo que tienes? Deberías apreciarlo, porque el cuerpo humano ciertamente es una obra maestra entre todas las creaciones terrestres. Tu cuerpo es más complejo que cualquier computadora o aparato mecánico que se haya inventado. Sin embargo, funciona sin asperezas, es maravillosamente eficaz y extremadamente flexible. La mente vacila ante la visión mental de todos los huesos, músculos, vasos sanguíneos, la red de sistemas nerviosos, además de todos los demás órganos y partes del organismo humano, funcionando juntos en armonía como unidad. Según escribió el apóstol Pablo, “el cuerpo,” aunque tiene muchos miembros, “es uno.” Hacemos bien en recordar eso y darnos cuenta también de la verdad de esto que él declaró: que “si un miembro sufre, todos los otros miembros sufren con él.” Sí, a pesar de sus miles de millones de células, el cuerpo forma una unidad. Si deseas aprovechar de la mejor manera tu juventud y toda tu vida, no puedes permitirte el lujo de desatender ninguna parte de tu cuerpo.—1 Corintios 12:12, 14-26.
3-5. (a) ¿A quiénes afecta la manera en que atiendes tu cuerpo? (Romanos 14:7, 8) (b) En cuanto al cuidado del cuerpo, ¿por qué es verdad que ‘segamos lo que sembramos’?
3 Pero hay una razón mejor y más alta para que quieras dar a tu cuerpo la mejor atención que puedas. Esta es: para poder usarlo de manera que honre a tu Creador, así como a tus padres, y para hacer bien a tu prójimo. Una casa mal atendida no honra al arquitecto o al constructor. Una casa que está destartalada, sucia o que despide olores ofensivos afecta para mal a todo el vecindario que la rodea. Lo mismo es cierto de nosotros si no nos atendemos debidamente en sentido físico.
4 El principio bíblico de que ‘segamos lo que sembramos’ es cierto en cuanto a la atención que damos a nuestro cuerpo. (Gálatas 6:7) La “siega” puede ser buena o mala, dependiendo de nosotros. Y no hay que esperar hasta la edad avanzada para empezar a segar. Eso empieza muchísimo tiempo antes, a veces muy temprano en la vida.
5 No es simplemente un asunto de tratar de evitar “ponerte malo” o “ponerte mala.” Tu deseo debería ser disfrutar de ese sentimiento de bienestar que contribuye a la felicidad, el buen trabajo, el pensamiento claro, y que ayuda al individuo a ser persona agradable a otras. Entonces, ¿cuáles son algunas de las cosas que merecen que se les atienda con regularidad?
EL VALOR DE LA ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA
6-8. Da algunos detalles en cuanto al valor de la alimentación equilibrada con relación a (a) los carbohidratos, (b) las proteínas (c) los minerales, y (d) las vitaminas.
6 El alimento que comes no solo suministra energía; también hace mucho más. Suministra los materiales de construcción que tu cuerpo necesita para sostenerse. Los carbohidratos, como los que se encuentran en el azúcar, el pan y las patatas o papas, te dan energía. Pero, ¿qué sucede si tu alimentación consta casi enteramente de esas cosas? ¿Qué hay si trataras de pasarla con gaseosas y dulces? Tu cuerpo empezaría a sufrir por falta de los materiales que necesita para hacer reparaciones diarias.
7 Necesitas con regularidad proteínas, como las que se encuentran en la leche, el queso, los frijoles o habichuelas, la carne y el pescado. Sin ellas tus músculos pronto se ablandan y aflojan, y el crecimiento se retarda. Necesitas minerales, porque sin ellos tus dientes pronto se deterioran, y tus huesos se debilitan. Los vegetales de hojas anchas son ricos en minerales. Necesitas vitaminas, porque tienen que ver con la regulación química del cuerpo y protegen al cuerpo de ciertas enfermedades. Las frutas y los cereales son fuentes principales de vitaminas. Y necesitas mucha agua, porque forma la base de tu sangre y de todos los fluidos de tus tejidos.
8 No solo cuando una persona tiene sesenta o setenta años, sino en la misma adolescencia puedes segar los resultados de la buena, o la mala alimentación. Las investigaciones han demostrado, por ejemplo, que la capacidad de absorber enseñanza de ciertos estudiantes mejoró cuando se les suministró alimentación mejorada. La alimentación de mala calidad por lo general resulta en mal trabajo y hace que la gente esté más propensa a verse envuelta en accidentes. En poco tiempo priva al cuerpo de apariencia sana y belleza natural.
LA LIMPIEZA CONTRIBUYE A LA SALUD
9-14. (A) ¿Cómo puede proteger tu salud el que te bañes con regularidad? (b) ¿Cómo afectarán tus hábitos en cuanto a la limpieza personal la manera en que otros te consideren, y por qué? (c) ¿Por qué es importante la limpieza regular y cuidadosa de los dientes? (d) ¿Qué dice la Biblia misma acerca de la limpieza? (Éxodo 30:17-21; Mateo 6:17, 18)
9 De la misma manera que disfrutamos más de vivir en una casa limpia que en una que no esté en esa condición, así, también, disfrutamos más de la vida si mantenemos limpio nuestro cuerpo. El bañarnos con regularidad es refrescante y saludable. Tu cuerpo está en contacto constante con gérmenes microscópicos, en el aire y en las cosas que manejas. Algunos de estos gérmenes pueden causar enfermedades. El jabón obra como germicida y los mata, mientras que el agua sirve para llevárselos. En especial tus manos necesitan atención frecuente, porque manejan el alimento que comes y con ellas quizás toques a otras personas o manejes cosas que ellas usan.
10 No solo te sientes mejor cuando mantienes tu cuerpo limpio; también les haces la vida más agradable a los que te ven o se acercan a ti. Si ves una casa que está sucia y mal atendida, ¿qué opinión te formas de los que viven en ella? De la misma manera la gente tiende a juzgarte por tu apariencia. La suciedad que se vea en tu rostro, en tus oídos, en tu cuello, en tu pelo, en tus manos o bajo tus uñas puede estorbar el que te atraigas la amistad y la estima de otros. Además, ganarás en estima propia si mantienes tu persona limpia.
11 Tu cuerpo suda, hasta cuando no haces mucho ejercicio o trabajo. Si el sudor se acumula, tu cuerpo pudiera adquirir un olor desagradable. El que te bañes con regularidad, lavándote debajo de los brazos y en lugares similares, contribuye a hacerte una persona más agradable entre la compañía. La limpieza, junto con la buena alimentación, también contribuye a un cutis mejor y más diáfano.
12 Los dientes son una parte del cuerpo que en especial necesitan atención. Partículas de los alimentos pueden alojarse entre ellos o sobre ellos. Los ácidos que estas partículas liberan atacan el esmalte de los dientes. Tras ataques repetidos, a veces en unos meses se perfora el duro esmalte y comienza la caries dental. O pudiera ser que se te presentara una inflamación en las encías que, con el tiempo, hiciera que los dientes se te aflojaran. Pudieras perder algunos. Dientes cariados o ausentes perjudican tu apariencia.
13 Una boca limpia también protege contra el aliento ofensivo. A este respecto el beber varios vasos de agua diariamente es una ayuda. Recuerda, tu boca es hasta cierto grado semejante a la puerta o entrada de una casa. Si la apariencia de la casa y los olores que salen por la puerta no son buenos, la gente tenderá a alejarse.
14 Sin ir a extremos (como hacen algunas personas en este asunto), la Palabra de Dios, la Biblia, estimula a uno a ser limpio y enseña la limpieza. A menudo se representa el estar espiritualmente limpio y puro por medio de manos limpias y cuerpos que acaban de ser bañados. El apóstol Pablo dio esta exhortación: “Limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” (2 Corintios 7:1) ¿Estamos limpios por dentro, en el corazón y la mente? Entonces, ¿no deberíamos también esforzarnos por estar limpios por fuera también?
EL BUEN DESCANSO ES NECESARIO
15-18. (a) ¿Por qué necesita descanso y sueño el cuerpo humano? (b) Aun si piensas que tienes la energía que se necesita para seguir activo, ¿cómo te afectará el que no consigas suficiente descanso? (c) ¿Cómo muestra respeto a Dios el que atendamos nuestro bienestar físico?
15 Dentro del espacio de cada día millones de las células del cuerpo se descomponen y tienen que ser reemplazadas. Tu cuerpo acumula ciertos desechos que se recogen en los músculos, especialmente como resultado del trabajo y el ejercicio. Debido a estos desechos es que sientes cansancio. Para que tu cuerpo pueda librarse de los desechos acumulados y también puedan producir nuevas células que mantengan a tu cuerpo en buena condición y reparado, necesita suficiente descanso. También tu sistema nervioso central y tu cerebro necesitan descanso. Sencillamente no hay manera de hacer que éstos descansen si no duermes.
16 Porque eres joven, quizás pienses que puedes pasarla con poco sueño. Pero el vigor y la energía de la juventud pueden ser engañosos. Pueden encubrir los síntomas de algún daño serio que pudiera estar desarrollándose debido a no obtener suficiente descanso. En realidad, el cuerpo en desarrollo de una persona joven necesita más sueño que el de un adulto, no menos. La falta de sueño perjudica el pensar y hace más difícil recordar las cosas. Retarda a la persona en cuanto a estar alerta y retarda los reflejos corporales. Puede ponerte en un estado de tensión, inquietud, irritabilidad y dificultar el que otros se lleven bien contigo. Esto es especialmente cierto en medio de condiciones de presión y tensión.
17 Por eso, coopera con tu cuerpo por medio de darle el descanso que necesita. Cuando tus padres te digan que debes estar acostado a cierta hora, comprende lo correcto de esa guía que te dan. El que obtengas suficiente sueño cada noche mejorará la calidad y velocidad de tu trabajo. La vida se te hará más agradable y tendrás menos quejas.
18 Si apreciamos el don de la vida del cual disfrutamos en nuestro cuerpo, entonces debemos usarlo para honra de nuestro Hacedor y también para la de Su Hijo, que dio su vida para que pudiéramos adquirir vida eterna. Nunca debemos usar mal o descuidar nuestros cuerpos por simple negligencia o estupidez o por razones egoístas. Esto mostraría falta de respeto a Aquel a quien debemos nuestra vida. Más bien, sigamos este consejo bíblico: “Sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios.” Él te recompensará abundantemente y te bendecirá por el aprecio que muestres a sus amorosas provisiones.—1 Corintios 10:31.
[Ilustración de la página 46]
Una alimentación equilibrada es vital para la buena salud
[Ilustración de la página 49]
Tu cuerpo necesita suficiente descanso para librarse de desechos