Haciendo la guerra correcta
“Porque las armas de nuestra guerra no son carnales, sino poderosas por parte de Dios para trastornar cosas fuertemente atrincheradas.”—2 Cor. 10:4, NM.
1, 2. ¿Cuáles son algunas de las causas de las guerras hoy en día?
EN LA Palabra de Jehová está escrito: “Para todo hay una sazón oportuna; y hay un tiempo determinado para todo asunto debajo del cielo . . . tiempo de guerra, y tiempo de paz.” Hace siglos que las naciones hacen guerra entre ellas mismas, así como Cristo predijo que habría guerras durante un período antes de que le sobrevenga el fin completo a este presente sistema de cosas. Ahora vivimos en el punto culminante de siglos de espera. Es un tiempo en que la paz ha sido quitada de la tierra.—Ecl. 3:1, 8.
2 ¿Se le ha enseñado a usted a creer que todas las angustias y congojas, crueldades y barbaries de las guerras han sido ocasionadas por Dios? ¿Es razonable pensar que un Dios de amor, sabiduría y misericordia daría origen al estrago y ruina, a la pérdida de vida preciada, que la guerra trae consigo? Seguramente que no. Más bien, Santiago 3:14-16; 4:1-4 muestra que la voracidad, conflictos, guerras y desórdenes son todos de origen demoníaco, de Satanás, “el dios de este mundo,” que está arruinando la tierra en su lujurioso deseo de poder como rebelde en contra de Jehová. El dominio que él tiene sobre las naciones se refleja claramente en la forma del pensar de ellas. “Porque desde el menor hasta el mayor de ellos, cada uno es dado a ganancias injustas; y desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.” Tan degenerados se han vuelto que vemos a los clérigos invocando la bendición de Dios sobre las guerras carnales de las naciones al poner ellos los intereses nacionales o religiosos por encima de la Palabra de Dios, gritando: “¡Paz! ¡paz! Cuando no hay paz.”—Jer. 6:13, 14.
3. ¿Por qué debemos ser guiados por las Escrituras?
3 ¿Cuál es la mejor manera de proceder que pueden seguir los hombres honrados en medio de esta confusión mundial? ¿Debemos dejarnos llevar por la muchedumbre, o hay un camino más seguro y mejor trazado para nosotros? Las Escrituras nos aseguran que así como los cielos son más altos que la tierra, así los caminos y los pensamientos de Jehová son mucho más altos que los nuestros. Hacemos bien en considerar el camino de Él, no rechazándolo a la ligera. Considere seriamente lo que la Biblia dice acerca de la guerra de la clase correcta y vea si no es mucho más práctica que el proceder de las naciones. El fin de los que proceden de su propia manera se nos describe bien. A pesar de sus crímenes en contra del género humano están tan encallecidos y se muestran tan desvergonzados que ni siquiera pueden ruborizarse; pero “caerán entre los que caen; al tiempo que yo los visite, serán derribados, dice Jehová.” ¿Por qué? Porque han quebrantado el pacto del arco iris, la ley de Jehová respecto a la santidad de la sangre vital, y han ocasionado Su ira e indignación en contra de las naciones y en contra de sus ejércitos. (Jer. 6:15; Isa. 34:1-4) Los resultados de todas las guerras hasta la fecha no han traído una seguridad de paz, sólo han traído un pretexto armado e intranquilo.
4. ¿Qué es guerra espiritual?
4 Las guerras de las naciones son contra sangre y carne. La orden de la Biblia para los cristianos es que hagan una guerra espiritual. “Las armas de nuestra guerra no son carnales, sino poderosas por parte de Dios” para el logro de su propósito. Con el fin de seguir tras esta guerra espiritual tenemos que saber por qué razón se libra la lucha y contra qué luchamos. Esto no es ningún combate cuerpo a cuerpo o una contienda por supremacía mediante métodos científicos superiores de causar destrucción. En el capítulo seis de Efesios Pablo nos dice que es una lucha “no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las inicuas fuerzas espirituales en los lugares celestiales.” En ningún sentido significa esto que hemos de pelear en contra u oponernos a los gobiernos humanos de nuestro día. En realidad, se nos dice que oremos por reyes y gobernantes para que podamos continuar llevando vidas pacíficas y tranquilas, efectuando el trabajo que Dios ha asignado. Jesús dijo a Pilato: “Si de este mundo fuera mi reino, entonces pelearían mis servidores.” (Juan 18:36) La ya mencionada lucha a la que el apóstol Pablo se refirió en su carta a los efesios es contra la organización espiritual de Satanás, que ha dominado y gobernado a la tierra por siglos.—2 Cor. 10:4; Efe. 6:12; 1 Tim. 2:1-3, NM.
5. ¿Cómo han sido muchos cegados a la verdad, y qué podemos hacer para ayudarlos?
5 El efecto de este poderoso dominio demoníaco sobre la gente ha sido el cegar la mente de los incrédulos a la luz de la verdad. Un velo ha sido arrojado sobre las buenas nuevas para que los que están pereciendo no puedan discernirlas o comprenderlas. Confusión y oscuridad concernientes a la voluntad de Dios han sido esparcidas por las inicuas fuerzas espirituales en lugares celestiales, las cuales son guardadas en densa oscuridad a causa de su rebelión. El éxito que han tenido se ve en la ignorancia esparcida que hay tocante a la Biblia, aun en la cristiandad. Los fieles asistentes a las iglesias muestran ignorancia profunda tocante a los propósitos de Dios, sólo sabiendo de memoria unos cuantos textos bíblicos fundamentales. Esto no sorprende, ya que muchos reciben órdenes de no leer publicaciones concernientes a la Biblia a menos que primero sean aprobadas por la iglesia. Olvidan la invitación que Dios mismo da: “Venid pues, y arguyamos juntos.” Como resultado ‘tinieblas cubren la tierra y densas tinieblas a la gente.’ (Isa. 1:18; 60:1-3, 19, 20) El combatir el efecto de esta apostasía espiritual es uno de los trabajos principales del cristiano. Así como los hombres de Gedeón rompieron los cántaros que sostenían para dejar brillar lúcidamente sus antorchas, resultando en la consternación del enemigo, así los siervos de Jehová en la tierra están dejando que la luz de la verdad se vea desde el rincón más oscuro de la cristiandad hasta el rincón más oscuro del paganismo.
6. Explique la guerra cristiana y sus beneficios.
6 Un rasgo de la guerra espiritual que produce el mayor gozo es el libertar a los presos, el proclamar libertad a los cautivos y el abrirles las prisiones a los que están encerrados. Esto se hace por medio de enseñar pacientemente la verdad a los hombres de buena voluntad, arrancando gradualmente el velo de superstición y oscuridad religiosa al que han estado acostumbrados desde la niñez. Cuando finalmente son librados por medio de un conocimiento de la verdad, su gozo es tan grande como el de un cautivo que es libertado o como un ciego a quien se le restaura la vista. Para lograr esto tenemos que hacer como Pablo dice: “Predica la palabra, hazlo urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso, . . . mantén tu equilibrio en todas las cosas, sufre el mal, haz obra misionera, efectúa tu ministerio cabalmente.” El apóstol Pablo sigue diciendo: “He peleado la pelea correcta, he corrido la carrera hasta el fin, he observado la fe.” (2 Tim. 4:2-7, NM) Esta es la clase de guerra que ninguna nación terrestre tiene por qué temer, porque se hace a favor de los mejores intereses de la gente. Promueve un conocimiento de Dios y un amor a él y a nuestros semejantes. Esta lucha es constructiva; vigoriza a las personas de buena voluntad mental, moral y espiritualmente. Sus beneficios son de valor duradero y conducen a la vida, y tienen el favor de Dios. No hay ninguno de los efectos que suelen venir en pos de la guerra que fomentan enemistad y esclavitud enconadas mientras destruyen la faz de la tierra. En vez de eso, la piadosa guerra cristiana une a los hombres de toda clase y de todas las naciones con los vínculos de paz duradera y entendimiento mutuo por medio de la Palabra de Dios.
7. Dé ejemplos de la lucha que se libra para apoyar la adoración pura.
7 Por todas partes del mundo los testigos de Jehová están participando en esta lucha para promover el conocimiento bíblico. Han llevado la lucha contra la oscuridad hasta los hogares de la gente, así como Jesús y los discípulos lo hicieron antes de ellos. Pablo supo de experiencia directa qué lucha significaba el ministerio, ya que él nos relató la furia exasperada de la chusma religiosa en Éfeso, la cual por dos horas gritó: “¡Grande es Artemis de los efesios!” en un esfuerzo por intimidar a los primeros cristianos. (Hech. 19:28, NM) Él también habló de las conspiraciones en contra de él, de las encarcelaciones, palizas, peligros en el mar y en la tierra, penalidades y privaciones que aguantó en su lucha por esparcir el conocimiento de Cristo. (2 Cor. 11:23-27) La lucha no ha disminuído hasta este día; más bien los testigos de Jehová han continuado con su ministerio pacífico a pesar de chusmas, proscripciones y encarcelación. En Trinidad, por ejemplo, cuatro misioneros de la Watch Tówer recientemente fueron declarados “visitantes indeseables,” aunque no se dió ninguna razón para ello, cuando trajeron su buque hasta el puerto para reabastecerse de combustible y obtener provisiones con el fin de llevar a cabo su ministerio entre la gente esparcida en las islas del Caribe. En otros lugares los del pueblo de Jehová han sido atacados por chusmas, ridiculizados, deportados, separados de personas amadas, han sufrido encarcelación y hasta muerte, pero no obstante han permanecido fieles como combatientes verdaderos. Han traído su mensaje en paz, pero éste ha sido rechazado con violencia. Este no sólo es un tiempo de guerra entre las naciones, sino que también es tiempo de intensa guerra espiritual a favor de la proclamación de la verdad.
EQUIPO INVENCIBLE
8. ¿Por qué tenemos que ceñirnos con la verdad? ¿Cómo?
8 ¿Qué podemos hacer para participar en esta batalla a favor de Dios? Como sucede con cualquier soldado, para pelear tenemos que conocer bien el equipo que tenemos. Debemos entender por qué razones se lucha y estar convencidos de que son correctas. A causa de sus muchas experiencias y largos años de servicio misional, Pablo detalló las partes principales del equipo de batalla cristiano. Primero habló de tener “los lomos ceñidos con la verdad.” Esto indica que la verdad siempre tiene que estar cerca de nosotros; tenemos que estar ceñidos con ella como con un sostén esencial. Esta es una actitud muy diferente a la de algunos que descartan una consideración de las Escrituras, protestando descuidadamente: “Tengo mi iglesia.” Se ponen un manto de piedad una o dos veces a la semana pero lo desechan el tiempo restante. Personas de esta clase ni siquiera examinan la textura o calidad de lo que suponen sea la verdad, no estando bien versados en el credo de su fe, mucho menos enterados de la Palabra de Dios. Pero al cristiano le es esencial un conocimiento acertado de la verdad. Si no sabemos la diferencia entre la adoración verdadera y la falsa, no nos será posible participar en la lucha para desenmascarar el error. (Isa. 28:17, 18) Los cristianos verdaderos no están divididos. Saben que hay una sola fe verdadera como se registra en la Biblia. Creen en la declaración de Jesús: “Tu palabra es la verdad,” y obran en armonía con ella. Mediante este conocimiento pueden desechar los grillos del ceremonial y la tradición y poner su mente en unidad con Dios. “Para tal libertad Cristo nos libertó. Por lo tanto manténganse firmes, y no se dejen restringir otra vez en el yugo de esclavitud.”—Gál. 5:1; Efe. 6:14; Juan 17:17, NM.
9. ¿Qué protección brinda la coraza de justicia?
9 Luego tenemos que ponernos la coraza de la justicia. Si predicamos la verdad tenemos que vivir en armonía con ella en justicia; de otra manera somos hipócritas, no verdaderos siervos de Jehová. Nuestro servicio tiene que ser de toda el alma, jamás indiferente. A los que ceden a las inclinaciones de la carne por comportamiento inmoral se les advierte que jamás heredarán el reino de Dios, y aun un poco de corrupción rápidamente fermentará y echará a perder todas nuestras buenas obras a la vista de Dios. Tales deseos carnales guerrean contra los intereses de nuestra alma y tienen que ser desviados por medio de la coraza de la justicia.—Gál. 5:9, 13; 1 Ped. 2:11, NM.
10. ¿Qué buenas nuevas se nos manda diseminar?
10 “Manténganse firmes, por lo tanto, . . . con los pies calzados con el equipo de las buenas nuevas de la paz.” (Efe. 6:14, 15, NM) Este es el mensaje y consuelo que los testigos de Jehová traen a la gente. Es el mismo anuncio al que Jesús dió prominencia cuando declaró: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada . . . y entonces vendrá el fin consumado.” (Mat. 24:14, NM) Hoy los testigos de Jehová por todo el mundo le están diciendo a la gente las buenas nuevas de que Cristo ya está entronizado en el cielo y que estamos viviendo en un tiempo de cambio que traerá paz duradera a todos los hombres de fe por medio del reino de Dios. “¡Cuán hermosos sobre las montañas son los pies de aquel que trae buenas nuevas, del que publica la paz; que trae buenas nuevas de felicidad, que publica la salvación; que dice a Sión: ¡Tu Dios reina!” (Isa. 52:7) ¿Qué hay de malo en ese mensaje de paz y esperanza? Aun los pies de estos que llevan las buenas nuevas parecen hermosos a la vista de nuestro Dios. No obstante este mensaje de paz le es como una declaración abierta de guerra a la organización de Satanás.
11. (a) ¿Cómo es una protección la fe y cómo se consigue? (b) Dé ejemplos pasados de gran fe.
11 Por lo tanto se nos advierte: “Tomen el escudo grande de la fe, con el cual podrán apagar todos los dardos encendidos del inicuo.” Podemos esperar estar bajo ataque en esta guerra, y nos es preciso tener fe en Jehová para poder continuar. Mediante fe podemos vencer al mundo, salvando cualesquier obstáculos que nos estorben en nuestro servicio fiel. La fe fuerte impedirá que nos desanimemos, aunque nuestra predicación paciente no tenga el efecto inmediato que nos gustaría ver. Noé no se desanimó ni se rindió después de años de predicación. Él sabía que Dios es veraz. Isaías dice: “Jehová, ¿quién creyó nuestro informe? . . . Todo el día he extendido las manos hacia un pueblo que es desobediente y respondón.” Sin embargo no se rindió, y Pablo cita este ejemplo a los romanos porque él entendió que aunque muchos no creían, el trabajo de Dios estaba lográndose de todos modos. Pero no podemos tener fe sin un fundamento de conocimiento sobre el cual establecerla. Mientras más grande sea nuestro conocimiento acertado de Dios y mientras más lo usemos, más protector será nuestro escudo de la fe.—Efe. 6:16, 17; Rom. 10:16, 20, 21, NM; Isa. 53:1; 65:2.
12. ¿Cómo recibimos el yelmo de salvación?
12 Acepte también el “yelmo de salvación” como parte de su equipo, aconseja Pablo. Él bien sabía cómo Dios en su bondad inmerecida había llegado a ser el autor de salvación eterna para nosotros por medio de Cristo. Esta provisión es una dádiva y nos es preciso aceptarla si queremos recibir sus beneficios, ya que no se obliga a nadie a aceptarla. Pablo vió el cumplimiento de muchas profecías, por eso escribió: “Ahora la salvación está más cercana que cuando por primera vez creímos.” (Rom. 13:11) Esto es doblemente cierto para los cristianos hoy en día porque vivimos en la generación que verá la salvación de los hombres de fe. (Apo. 12:10) Es fácil identificar a los que están cumpliendo los requisitos para la salvación, no a causa de algún vestido peculiar, sino por su fe y obras. Dejan que su luz brille por medio de vivir y predicar como testigos cristianos de Jehová.
13. ¿Por qué nos da gusto alzar la espada del espíritu, y cómo se usa?
13 Una parte muy importante del equipo para la guerra espiritual es la “espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios.” (Efe. 6:17, NM) Esta es esencial para acciones defensivas y ofensivas. (2 Cor. 6:2-10) ¿De qué sirve un soldado sin su arma? o ¿cuánto durará en la batalla si no sabe usarla? De igual manera, el que un ministro del evangelio tenga una Biblia sin poder usarla eficazmente y sin poder encontrar textos es hacerse impotente en la guerra espiritual. Sin embargo muchos clérigos se encuentran en esas circunstancias hoy día. Ya que han rechazado la Palabra de Jehová por medio de negar su autenticidad o inspiración, ¿qué sabiduría hay en ellos? Acepte la espada del espíritu, dice Pablo. Él elogió a los de Berea por su diligente consideración de las Escrituras y su aceptación de lo que se les probaba. Debemos proceder como ellos. Es por medio de esta Palabra que Dios revela su propósito y su voluntad para el género humano y sus requisitos para la vida. Con esta espada del espíritu estamos armados para el ataque y se nos hace poderosos mediante Dios para derribar cosas fuertemente atrincheradas.
14. ¿Qué oraciones oirá Dios?
14 Pablo continúa su consejo inspirado: “Mientras que con toda forma de oración y súplica hacen oración en toda ocasión en espíritu. Y con ese fin manténganse despiertos con toda constancia.” La oración suministra nuestro medio de acceso a Jehová y comunicación con él por medio de Cristo, nuestro Caudillo y Comandante en esta guerra espiritual. Tenemos que pedir a Dios su espíritu para que nos dé fuerza y guía en todo tiempo de necesidad. Podemos estar seguros de que él oirá nuestra oración si está de acuerdo con su voluntad; mientras que él rehusa escuchar las oraciones que a favor de intereses egoístas le ofrecen regularmente los combatientes empapados de sangre del sistema del viejo mundo. (Isa. 1:15; Efe. 6:18, NM) En cuanto a mantenerse “despiertos con toda constancia,” esto ciertamente le es necesario a un soldado, pero especialmente a los cristianos hoy en este tiempo de apremio. Como Cristo previó, el mundo en general no ha observado su llegada, aunque los testigos de Jehová la anuncian públicamente. La mayoría sigue durmiendo, sin que la despierte el regocijo a causa de la señal de su presencia.—Apo. 16:15, NM; Mat. 24:42-44.
15, 16. ¿Cómo participamos en la guerra espiritual? ¿Qué provisiones han sido hechas para nosotros?
15 Finalmente, todo combatiente a favor de Jehová tiene que tener la habilidad de dar a conocer la verdad a otros. Como Pablo dijo: “Que se me dé habilidad para hablar . . . con toda libertad de palabra para dar a conocer el secreto sagrado de las buenas nuevas, . . . para que hable en conexión con él con denuedo como debo hablar.” (Efe. 6:19, 20, NM) Aunque escribió como embajador en cadenas, Pablo lo hizo libremente y con denuedo, porque entendía plenamente el punto en disputa y la razón que había para la lucha. El soldado cristiano consigue este conocimiento por medio de la Palabra divina de verdad. De esta fuente él también saca el valor que es concomitante con la fe. Estando usted bien equipado de todas estas maneras con las armas de la luz o de la justicia, no retroceda tímidamente ahora. La noche está bien avanzada, el día se ha acercado, ¡y éste es el tiempo para acción!—Rom. 13:12.
16 “¡Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra!” (Sal. 144:1) Sí, el equipo para la batalla, un conocimiento del enemigo, la fuerza y valor para avanzar, todas estas cosas las provee sabiamente Jehová. Sin embargo, tenemos que hacer cuanto esté de nuestra parte. Así como el ejercicio y entrenamiento preceden a toda batalla humana, lo mismo sucede con la guerra espiritual. Jehová sabe lo que necesitamos y está consciente de nuestros requisitos, pero tenemos que usar sus provisiones. ¿Cuáles son? Estudio, asociación y servicio. Cada una de estas cosas desempeña una parte esencial en equiparnos y prepararnos. El estudio incluye tanto intenso como constante estudio personal y también el participar activamente en los estudios de congregación, todo lo cual es una parte del programa de entrenamiento para prepararnos para la refriega. De la asociación obtenemos estímulo y confianza y nos sentimos seguros del apoyo sincero de nuestros hermanos. No hay probabilidad de que uno gane en la lucha si está solo sin quien le apoye; por eso la asociación es vital. Luego en el servicio tenemos la oportunidad de probar nuestro equipo, de fortalecer nuestro conocimiento y de acostumbrarnos a usar la espada del espíritu. Use estas provisiones de Jehová al grado cabal y, después de que haya hecho usted todo lo que su poder le permita, Dios suministrará lo que se necesita para la victoria. Porque “tenemos este tesoro en vasijas de barro, para que el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros mismos.”—2 Cor. 4:7-11, NM.
[Ilustración de la página 652]
La Santa Biblia
Doctrinas falsas atrincheradas