¿Halla usted satisfacción en su trabajo?
“SATISFACCIÓN EN EL TRABAJO” es un tema que se está discutiendo más y más en la industria. Si uno está satisfecho con su trabajo tiene mucho por lo cual estar agradecido. En la actualidad aumenta el número de trabajadores a través del mundo para los cuales sus trabajos no son en ningún sentido satisfactorios. Y esta tendencia va desde el obrero inexperto hasta el administrador, aunque es más pronunciada entre los que trabajan en las líneas de montaje.
Así es que, si el lector no halla satisfacción en su trabajo, de ninguna manera está solo. Según un funcionario en el Ministerio del Trabajo de los Estados Unidos, este asunto de insatisfacción en el trabajo “es una de las cuestiones más importantes del día.” ¿Por qué? Porque la falta de satisfacción en el trabajo está lastimando a la gerencia donde más duele. Está afectando la producción, y lo que afecta ya sea la cantidad o la calidad de la producción afecta las ganancias. La insatisfacción en el trabajo está causando mano de obra deficiente y disensión; causa lentitud y frecuentemente tiene sobretonos raciales. En algunas centrales no solo ha resultado en apatía e indiferencia, sino hasta en rebelión al punto de sabotaje, como en un caso en que se halló que seis autos terminados tenían el tapizado acuchillado.
Pero lo más sintomático de la insatisfacción en el trabajo, así como lo más costoso, es el ausentismo. Por ausentismo se entiende que los empleados no se presentan a trabajar cuando lo deberían hacer, prescindiendo de la razón... sea por enfermedad, fingida o verdadera, mal tiempo, discusiones con el patrón, los efectos posteriores por la mañana después de una noche de francachela, alcoholismo, afición a las drogas, o el deseo de irse de caza o pesca. En la actualidad en muchas industrias el promedio del ausentismo es de 5 por ciento, lo que significa que en cualquier día laborable, cinco de cada cien empleados no se presentan. Y los lunes y viernes, el comienzo y el fin de la semana laborable, el porcentaje en algunas centrales es tan alto como de 15 a 20 por ciento.
El ausentismo es más común entre los trabajadores jóvenes, de dieciocho a veinticinco años de edad. El promedio de ausentismo de las mujeres que trabajan es 36 por ciento más alto que el de los hombres, y los obreros, como promedio, faltan en el trabajo 57 por ciento más frecuentemente que los empleados de oficina. En los años recientes el ausentismo ha aumentado en varias industrias de 10 a 41 por ciento. En cuanto al precio que todo este ausentismo le cuesta a la industria, se informa que un aumento de tan solo 1 por ciento en el ausentismo en una central que contrata a 1.000 trabajadores puede aumentar los costos en 150.000 dólares al año. El presidente de una pequeña empresa declaró que, debido al ausentismo, su empresa tiene 285 trabajadores en la nómina de pago cuando en realidad solo se necesitan 255.
¿Por qué la falta de satisfacción?
¿Por qué está tan esparcida y aumentando la insatisfacción en el trabajo? ¿Se debe a sueldos insuficientes? No, porque no solo continúan aumentando año tras año los sueldos, sino que los beneficios adicionales han ido más allá de hasta las más anheladas esperanzas de los trabajadores de hace solo unos pocos años.
Por lo general, los que dirigen a la industria evidentemente piensan que esas recompensas materiales deberían ser suficientes para satisfacer a sus trabajadores. Como dijo el presidente de una empresa: “Debemos recibir el razonable trabajo de un día por el cual pagamos el salario razonable de un día.” Y a los trabajadores en las líneas de montaje se les está pagando bien, pues a menudo reciben de 3,50 a 4,50 dólares por hora. Pero, ¿bastan los buenos salarios y los abundantes beneficios adicionales para dar satisfacción en el trabajo? Puede que hayan bastado para algunos trabajadores en tiempos pasados pero evidentemente no bastan ahora, por lo menos para muchos trabajadores.
En la actualidad por toda la industria se oye el clamor acerca de la monotonía, el aburrimiento del trabajo en la línea de montaje y acerca de la frustración debido a la falta de oportunidad para progresar. Especialmente los jóvenes toman la actitud de que no son simples máquinas, sino que tienen sentimientos, deseos y ambiciones. Esto lo demuestra lo que sucedió en la central de la General Motors en Lordstown, Ohio. Se dice que es la central de montaje de automóviles más moderna y productiva del mundo, pues sus líneas están diseñadas para montar 101 autos por hora. ¿Por qué se pusieron en huelga los trabajadores? ¿Debido a los salarios? No, se les pagaba bien. Hicieron la huelga porque los trabajos eran demasiado aburridos y la presión parecía demasiado grande. Evidentemente los diseñadores de la central pasaron por alto el elemento humano. ¡Así es que la gerencia tuvo que aprender que hasta las más eficaces líneas de montaje son productivas solo si los hombres están dispuestos a trabajar en ellas!
La gerencia tiene parte de la culpa
Sin la menor duda, las condiciones de la línea de montaje bajo las cuales trabajan muchos operarios, junto con las actitudes que manifiesta la ‘gerencia,’ tienen mucho que ver con la falta de satisfacción en el trabajo. Varios psicólogos industriales que han estudiado la situación culpan a ambos factores por la “brecha de entendimiento” entre la gerencia y los trabajadores. Entre otras cosas, declararon:
“Nuestra mayor dificultad es hacer que la gerencia superior llegue a estar consciente del problema del obrero... y, lo que es más importante, hacer que haga algo en cuanto al asunto.” “La cantidad de tiempo que dedican las juntas directivas de las empresas para hacer decisiones humanas es infinitesimal. Recientemente, la industria se ha visto obligada a pensar acerca de estos problemas. Pero todavía se les considera como secundarios.” “La gerencia superior tiene que entregarse de lleno a la idea de que la satisfacción del trabajador es esencial para que aumente la productividad. Con demasiada frecuencia, me temo, nos preocupamos más por las máquinas que por los hombres y mujeres que las hacen funcionar.”
Un informe que apareció en el Times de Nueva York, del 5 de febrero de 1973 muestra claramente que hay buen motivo para estas declaraciones. Bajo el encabezamiento “Alternan trabajos para combatir aburrimiento,” el informe relató la satisfacción que estaban derivando 60 obreros en una central de alimentos para animales domésticos al tener “la oportunidad de hacer todos los trabajos principales de la central.” Pero según un estudio reciente del Departamento de Sanidad, Educación, y Bienestar Social, solo hay unas 3.000 personas envueltas en experimentos semejantes. En los países europeos se están efectuando más de estos experimentos. Pero, por supuesto, esto no necesariamente aumenta la producción. Por ejemplo, en varias fábricas de automóviles europeos grupos de trabajadores montan todo un automóvil, aunque su producción en nada se compara con la de los principales productores de automóviles en los Estados Unidos. Pero, ¿es eso necesariamente malo? ¿No sería excelente si más gente se preocupara genuinamente por el bienestar de su prójimo?
Los trabajadores tienen parte de la culpa
Sin embargo, la gerencia superior no es la única que ha ido a paso de tortuga en el asunto de aumentar la satisfacción del trabajo, frecuentemente los hombres en el trabajo organizado han estorbado más bien que facilitado esas mejoras. ¿Cómo puede ser eso? Instintivamente sospechan de los motivos de cualquier cosa que haga la gerencia. Además, es posible que los funcionarios de los sindicatos teman por sus trabajos y poder si mejoran las relaciones entre los trabajadores y la gerencia. Ha sucedido repetidamente que, en las centrales donde se hicieron esas innovaciones y la gerencia había mostrado una verdadera preocupación por sus trabajadores, los empleados han rechazado los esfuerzos que los agentes sindicales han hecho para organizarlos.
No toda la culpa de la “melancolía laboral,” como frecuentemente se llama a la insatisfacción en el trabajo, es de la gerencia. También hay una constante disminución en lo que se denomina la “ética del trabajo.” Según declaró The Wall Street Journal: “Tanto en el sector privado como en el público, es claro que a la ética del trabajo —la creencia en la dignidad del esfuerzo honrado, el sentimiento de logro de haber ayudado a producir algo que vale la pena— le han sobrevenido tiempos difíciles.” Hay menos y menos aprecio al principio bíblico de que el trabajo honrado es la obligación de cada persona que puede trabajar. La Biblia dice: “Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma.” De hecho, vez tras vez la Biblia censura a los haraganes, a los perezosos, a los indolentes, a los holgazanes, especialmente en el libro de Proverbios. Es típico el bien conocido dicho: “Ve a la hormiga, oh perezoso; mira sus caminos y hazte sabio.”—2 Tes. 3:10; Pro. 6:6.
Ilustra esta falta de voluntad de trabajar el lema que aparece en la pared de un bar cerca de la central de montaje de automóviles en Fort Dearborn. Dice así: “Paso aquí 40 horas a la semana... ¿Se supone que además de eso trabaje?” Así es que, cuando se le preguntó a un trabajador acerca de la naturaleza de su nuevo trabajo, replicó: “¡Mira, chico, ni pensaría trabajar en un trabajo que me haría sentir cansado cuando llegue a casa por la noche!” A los trabajadores más viejos y enérgicos frecuentemente se les oye quejarse acerca de las actitudes de los jóvenes para con el trabajo.
Sí, la gente está menos y menos propensa a trabajar duro, especialmente si el trabajo no es interesante. Las condiciones predichas en la Biblia —el aumento del desafuero y los tiempos críticos difíciles de manejar— que nos han sobrevenido, sin duda tienen algo que ver con ello. (Mat. 24:12; 2 Tim. 3:1-5) Hay dos tendencias que han ayudado a crear estas condiciones. Por una parte, hay menos y menos fe en Dios y debido a eso hay menos y menos sentimiento de tener que rendirle cuentas a Él. Y, por otra parte, las condiciones económicas han mejorado muchísimo. Prescindiendo de si una persona quiera trabajar o no, parece que puede conseguir pagos del seguro de desempleo o del bienestar social.
Qué se puede hacer acerca de la satisfacción en el trabajo
¿Qué puede hacer uno para hallar satisfacción en su trabajo? Ante todo, comprenda que cuando uno acepta un trabajo tiene que cumplir con responsabilidades. El hacer lo contrario no es honrado. Además, hasta el grado que pueda hacerlo, sienta orgullo en hacer bien el trabajo por el cual se le paga. El trabajo de cada hombre en una línea de montaje tiene que hacerse bien, a fin de que el producto terminado pase la inspección. La falta de interés debido a la falta de satisfacción en el trabajo da cuenta del alto porcentaje de rechazos que existe en algunas centrales y solo empeora el asunto para el trabajador mismo.
Por supuesto, si uno puede cambiar su trabajo, eso quizás sea lo mejor. Tal vez pueda hallar un trabajo que sí le dé satisfacción. Muchos están haciendo eso en estos días, y los trabajadores en las líneas de montaje no son los únicos que hacen esto. Un vendedor en Ohio dejó su trabajo y se mudó a Alaska, donde ha hallado satisfacción en trabajar al aire libre. Un anterior corredor de Bolsa ahora está estudiando y trabajando para obtener una carrera científica que lo mantendrá en contacto con la naturaleza. Un corredor de seguros de la ciudad de Nueva York dejó su trabajo y ahora se encarga de una posada que compró en Maine. Un anterior veterinario trabaja en la carga y descarga de camiones debido a la satisfacción que obtiene del trabajo manual, aunque solo gana 2,50 dólares por hora. De hecho, ha rechazado tres ofrecimientos de ascensos, pues no está interesado en ningún trabajo de oficina. Y hay un inspector de policía que halló que se estaba poniendo de mal humor debido a las frustraciones asociadas con su trabajo, así es que dejó ese trabajo y comenzó a pintar y ahora halla satisfacción ganándose la vida como artista.
Si uno puede encontrar un trabajo satisfactorio, obviamente esa es la manera más sencilla de terminar con la insatisfacción en el trabajo. Pero comparativamente pocos pueden hacer semejante cambio drástico, o quizás tengan temor de que sus planes no salgan bien. Así es que, después de tratar de interesarse más en el trabajo de uno, ¿qué otra cosa se puede hacer?
Cualquiera puede tratar de cultivar un mejor punto de vista de la vida. Como dijo un psicólogo industrial: ‘El grado de aburrimiento depende de la filosofía que uno tiene de la vida.’ Aun si el trabajo tiene un mínimo de desafío o responsabilidad, uno no necesita sufrir de una monotonía mortal. Vea su trabajo como un medio para un fin, lo que en realidad es. ¿Le provee una medida de seguridad, lo necesario para cuidarse a usted y a su familia? No pierda de vista estas razones para su trabajo.
Además, si no puede hacer nada para que su trabajo llegue a ser más interesante, satisfactorio y recompensador, puede trabajar para hacer su vida personal y familiar más interesante, rica y plena. Si trabaja duro en eso, muy probablemente será recompensado con el amor, respeto y cooperación que su alma anhela. A medida que contribuye a la felicidad de sus familiares queridos y ellos contribuyen a la suya, hallará la monotonía de su trabajo menos pesada.
Con respecto a esto se pudiera decir que los testigos de Jehová están en una posición peculiarmente favorable. ¿Por qué? Se empeñan en aplicar el consejo de Jesucristo de no fijar sus corazones en las riquezas materiales. En cambio, ‘buscan primero el reino de Dios y su justicia.’ (Mat. 6:19-33) Por supuesto, ellos, también, están agradecidos cuando su trabajo seglar es personalmente satisfaciente. Pero ese trabajo no es el asunto principal en sus vidas. Lo consideran solo como un medio para un fin. Provee sus necesidades materiales para que puedan dedicar tanto como es posible al servicio de Dios. Su verdadero deleite es el ayudar a otros a aprender acerca del nuevo orden de Dios, un nuevo sistema que no será estorbado por la explotación del prójimo. Amor a Dios, amor al vecino, justicia y verdad impregnarán la vida en ese nuevo orden. Bajo esas condiciones, el trabajo que se haga será genuinamente satisfaciente. Y la realización de esa esperanza no depende de las negociaciones de hombres egoístas. Está basada en la promesa de un Dios amoroso, la infalible palabra del Creador del cielo y la Tierra. Con fe firme en esa grandiosa perspectiva, se puede tener mucho contentamiento en la vida aun ahora.—2 Ped. 3:13; 1 Tim. 6:6-12.