Colocando los fundamentos para el nuevo orden de Dios
1. ¿Qué esperaban llegar a ser aquellos a quienes se dirigió 2 Pedro 3:13, pero por qué surge una verdadera pregunta debido a eso?
CUANDO el apóstol Pedro escribió a los compañeros cristianos de su día: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa,” ellos mismos esperaban llegar a ser parte de aquellos “nuevos cielos” cuando llegara la conclusión de este sistema de cosas. (2 Ped. 3:13; Mat. 24:3; 28:20) Esperaban estar asociados en aquellos “nuevos cielos” sobre la humanidad con el Caudillo y Cabeza que Dios les había dado, Jesucristo. Se regocijaban con la esperanza de reemplazar a los inicuos “cielos” demoníacos que ahora están tendiendo algo como una mortaja de muerte y destrucción sobre toda la humanidad. Pero, ¿cómo pueden ellos y los otros condiscípulos de Jesucristo, dado que todos son meros humanos, llegar a ser parte de los “nuevos cielos”?
2. Como clave para revelar este misterio, ¿qué escribió Pedro al principio de su primera carta?
2 El apóstol Pedro indica la clave que revela este misterio, al escribir a compañeros creyentes en el sacrificio de rescate de Jesucristo: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque según su gran misericordia nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, a una herencia incorruptible e incontaminada e inmarcesible. Está reservada en los cielos para ustedes, que están resguardados por el poder de Dios mediante la fe para una salvación lista para ser revelada en el último período de tiempo.”—1 Ped. 1:3-5.
3. ¿Fue creada la humanidad con el propósito de ir al cielo, y qué tienen que experimentar los cristianos que mueren fieles a fin de llegar al cielo?
3 Note esa expresión ‘un nuevo nacimiento a una herencia reservada en los cielos para ustedes.’ También, note las palabras, “mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.” La humanidad no fue creada y no ha nacido para ir al cielo donde tiene Dios su residencia. Para que algún humano pudiera llegar al cielo, se requeriría un nuevo nacimiento, un nacimiento espiritual, que ningún padre humano no puede dar, sino únicamente Dios el Padre celestial. Además, notamos que hasta ahora todos los fieles discípulos de Jesucristo han muerto como humanos. Ciertamente, entonces, para que estos cristianos muertos lleguen al cielo tienen que ser resucitados.
4. A fin de que el hombre Jesucristo fuera al cielo, ¿qué tuvo que suceder, según lo explicó Pedro?
4 Aun Jesucristo, a fin de volver al cielo del cual vino, tuvo que morir y ser resucitado de entre los muertos por el poder omnipotente de su Dios y Padre, Jehová. Respecto a esto de morir como humano y ser resucitado como persona espíritu, el apóstol Pedro declara lo siguiente: “Hasta Cristo murió una vez para siempre respecto a pecados, un justo por los injustos, para conducir a ustedes a Dios, habiendo sido muerto en la carne, pero hecho vivo en el espíritu. En esta condición también siguió su camino y predicó a los espíritus en prisión, . . . mediante la resurrección de Jesucristo. Él está a la diestra de Dios, porque siguió su camino al cielo; y ángeles y autoridades y poderes fueron sujetados a él.”—1 Ped. 3:18, 19, 21, 22; vea también la Biblia de Jerusalén.
5. ¿Qué dice Pedro en cuanto a la razón por la que murió Cristo?
5 Su muerte como humano perfecto y su resurrección como persona espíritu perfecta fue la manera en que él conseguiría entrar de nuevo en el cielo. Notemos lo que dice el apóstol Pedro en cuanto a la razón por la que murió Jesucristo. Pedro dice: “Cristo murió una vez para siempre respecto a pecados, un justo por los injustos, para conducir a ustedes a Dios.”—1 Ped. 3:18.
6. (a) ¿Quiénes son los “injustos” mencionados allí, en contraste con el “justo”? (b) ¿Por qué pecados pudo morir ese “justo,” y por qué y con qué efecto?
6 Jesucristo es el “justo” mencionado allí. ¿Quiénes, sin embargo, son los “injustos”? Nosotros, todos los que conseguimos nuestra vida del pecador Adán, nosotros somos los “injustos.” Al morir “una vez para siempre respecto a pecados,” Jesucristo no estaba muriendo por sus propios pecados; si hubiera sido así, entonces su muerte no habría sido de ningún beneficio para nosotros los humanos moribundos. Los pecados respecto a los cuales “murió una vez para siempre” son nuestros pecados, los pecados de toda la humanidad que heredó la pecaminosidad, la imperfección y la muerte de Adán, quien había sido sentenciado a muerte por Jehová Dios. Debido a que Jesús nació perfecto en la Tierra y permaneció “justo” hasta haber “sido muerto,” su muerte tuvo valor de sacrificio. Pudo conseguir algo para aquellos por quienes su vida fue sacrificada.
7, 8. (a) ¿Qué más, además de unos “nuevos cielos,” se requiere para un justo nuevo orden? (b) ¿Qué ha estado experimentando la humanidad, llevando así su justo merecido, y cómo pudo Jesús asumir lo que otros merecían plenamente?
7 Ah, entonces, esto nos revela otro secreto, y ésa es otra cosa que se requiere para que Jehová Dios funde un nuevo orden. No solo se necesitan para ello “nuevos cielos,” sino también una “nueva tierra” en la cual no haya pecado ni imperfección y por consiguiente ninguna condenación a la muerte. Pero, ¿cómo podría fundarse esa clase de “nueva tierra” justa?
8 Los “injustos,” toda la humanidad que descendió del injusto Adán, estaban muriendo y han estado muriendo, llevando así su justo merecido. La ley de Dios es: “El salario que el pecado paga es muerte, mas el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 6:23) Pero Jesús, que nació perfecto, siguió siendo “justo” todo el tiempo a pesar de estar en medio de un mundo pecaminoso. Respecto a él el apóstol Pedro dice en la misma carta a los cristianos: “Él no cometió pecado, ni en su boca se halló engaño. Él mismo cargó con nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que acabásemos con los pecados.” (1 Ped. 2:22, 24) De modo que, siendo perfectamente “justo,” Jesús no merecía morir. Él murió a fin de asumir lo que otros merecían plenamente.
9. ¿Por qué fueron los sacrificios hechos por humanos altruistas de beneficio limitado a aquellos por quienes sacrificaron su vida?
9 En el transcurso de la historia humana muchas personas altruistas han sacrificado su vida por otros, pero estos otros por quienes se hizo ese sacrificio han muerto después y todavía están muertos. Estos otros individuos no han conseguido vida eterna de esa clase de sacrificios humanos. Fueron humanos imperfectos y moribundos los que murieron por ellos, y ellos mismos eran imperfectos y pecaminosos y permanecieron bajo la condenación de la muerte. La vida humana de éstos solo fue prolongada un poco más, y las muertes de sacrificio hechas a su favor no les garantizaron una resurrección de entre los muertos a la vida de nuevo en la Tierra. Además, ¿quién de aquellos individuos dispuestos a sacrificar su vida podría morir por todo el mundo de la humanidad, pasado y presente, a fin de mantener vivo a todo el mundo? No podrían hacerlo siquiera todos los ejércitos del mundo de muchachos soldados que mueren en el campo de batalla.
10. ¿Por qué no puede dar ninguno de nosotros un rescate para que otra persona viva para siempre?
10 Las criaturas humanas pecaminosas, que están condenadas a la muerte eterna por sus propios pecados, no pueden conseguir vida eterna en la Tierra para otras criaturas humanas pecaminosas. Es tal como dice el Salmo 49:7, 9: “Ninguno de ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por él; para que todavía viva para siempre y no vea el hoyo.”
11, 12. (a) ¿Por cuántos pudo darse como rescate el hombre Cristo Jesús? (b) ¿Cómo es posible esto, según lo explicó Pablo en Romanos 5:12, 18, 19?
11 Al contrario, acerca de Jesucristo está escrito: “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús, que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos.” (1 Tim. 2:5, 6) ¿Cómo es posible esto? Porque, cuando Adán pecó y fue condenado a la muerte por su pecado voluntarioso, toda su prole futura murió en él. Fue como escribió el apóstol Pablo:
12 “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y la muerte por medio del pecado, . . . por medio de una sola ofensa el resultado a toda clase de hombres fue la condenación, . . . por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores.”—Rom. 5:12, 18, 19.
13. (a) Cuando Adán violó su propia inocencia en Edén, ¿qué le acarreó a su prole futura, y a cuántos de ella? (b) A fin de rescatar a todos ellos, ¿qué tenía que pagarse?
13 Puesto que la actividad de Dios es perfecta, Adán fue perfecto al tiempo de ser creado. Su esposa Eva, que fue tomada de él, al ser formada de una de sus costillas, fue igualmente perfecta. Ella fue, como dijo Adán, “hueso de mis huesos y carne de mi carne.” (Gén. 2:21-23) Al pecar Adán, perdió su perfección humana y fue sentenciado a la muerte. De él, el único hombre, toda la humanidad después de eso heredó el pecado y la muerte. Por consiguiente, para que toda la humanidad moribunda fuera rescatada se requería alguien que fuera lo correspondiente de Adán en su perfección humana. Se requería otro hombre perfecto que emprendiera la tarea de sufrir la muerte inocentemente a fin de levantar la muerte que Adán por su propia desobediencia le ha acarreado a toda su prole. Expresado de otra manera, se requería un “rescate correspondiente.” Sin embargo, ¿cómo habría de proveerse este “rescate correspondiente”? No podía proveerlo nadie de la prole condenada, imperfecta y pecaminosa de Adán.
14. ¿Por qué no estuvo obligado Dios a proveer dicho rescate, pero al proveerlo qué podía efectuar también?
14 Manifiestamente, solo el Dios Todopoderoso, Jehová, podría proveerlo de manera milagrosa. No estaba obligado a hacerlo. Según todas las reglas del la justicia no podía exigirse que lo hiciera. Pero, ¿estuvo dispuesto a hacerlo? Sí, verdaderamente estuvo dispuesto, porque “Dios es amor.” (1 Juan 4:8, 16) Su amor pudo hallar la manera de obrar en perfecta armonía con la justicia y así proveer el medio por el cual redimir a su creación humana mediante un rescate correspondiente. También, de esta manera, podría deshacer las inicuas obras de Satanás el Diablo y vindicarse como Creador y Gobernante Teocrático.—1 Juan 3:8.
15. ¿A quién le ofreció Jehová la oportunidad de ser la Descendencia de la mujer de Génesis 3:15, y qué le ocasionaría esto a él?
15 Allá en el Jardín de Edén, al tiempo que Dios estaba pronunciando juicio sobre los diversos individuos enlazados en la rebelión del hombre, Dios le dijo a la Serpiente que instigó esta rebelión: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.” (Gén. 3:15) En el cielo Dios le ofreció a su Hijo unigénito la oportunidad de llegar a ser aquella Descendencia de la mujer, y su Hijo aceptó la oferta. Lo hizo voluntariamente, aunque esto significaba que él tendría que ser magullado en el talón por la Serpiente.
16. Al debido tiempo, ¿cómo hizo posible Dios que su Hijo unigénito llegara a ser el igual exacto de Adán en su inocencia edénica?
16 Al debido tiempo, por medio de su espíritu santo, Jehová Dios trasladó la vida de su Hijo celestial a la matriz de la virgen María en Nazaret, Galilea. De esta manera el Hijo unigénito de Dios llegó a estar relacionado con Adán y con los descendientes de Adán por medio de esta madre humana María, pero su vida no vino de Adán, sino de Dios. A pesar de su nacimiento humano, siguió siendo el Hijo de Dios, y en armonía con las instrucciones que su Padre celestial le dio a María fue llamado Jesús, un nombre que significa “Jehová Es Salvación.” Dado que su vida perfecta originalmente procedió de Dios y fue trasladada del cielo al óvulo en la matriz de María, Jesús nació como Hijo perfecto e inmaculado, libre de la condenación de Dios a la muerte. (Luc. 1:31-35; 3:23-38) De allí en adelante, al resistir el pecado y las tentaciones de Satanás la Gran Serpiente, Jesús pudo crecer y llegar a ser un hombre perfecto con facultades de reproducción, siendo así el igual exacto de Adán cuando estuvo en su inocencia en el Jardín de Edén.
17. ¿Cómo llegó a ser Cristo este Hijo Jesús?
17 A fin de simbolizar la presentación de sí mismo para actuar como Descendencia de la “mujer” de Dios, Jesús se bautizó en agua. Entonces Dios lo ungió con espíritu santo y así Jesús llegó a ser el Cristo o ungido. Por eso se le llamó Jesucristo.—Luc. 3:21-23.
EL RESCATADOR, EL PRINCIPAL DE LOS NUEVOS CIELOS
18. ¿Por qué fue necesario que muriera el hombre Cristo Jesús, y en qué condición personal lo hizo?
18 Jesús sabía que tenía que morir como hombre. De otra manera, no podía llegar a ser un sacrificio de rescate para toda la humanidad. Dijo a sus doce apóstoles: “El Hijo del hombre no vino para que se le sirviera, sino para servir y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” (Mat. 20:28) Con este fin tenía que morir inocente, el justo por los injustos. Tenía que sacrificar su vida humana para siempre y dejar que el valor de ella se aplicara a favor de toda la humanidad. Murió sin hijos, y nadie en la Tierra puede afirmar ser descendencia natural de Jesucristo. Él sacrificó su perfecta vida y paternidad humana como rescate correspondiente a favor de toda la humanidad.
19. Para ser la Descendencia de la mujer de Génesis 3:15, ¿qué tenía que hacérsele? Por haber hecho ¿qué? aparentemente murió Jesús, pero realmente ¿por qué murió?
19 Además, como Descendencia de la “mujer” de Dios, tenía que ser magullado en el talón por Satanás la Gran Serpiente, y esto significó una muerte violenta para Jesucristo. En vista de esto, Jesucristo se entregó a sus enemigos y acusadores falsos para ser muerto en un madero de ejecución como si hubiese sido un criminal blasfemo. Eso sucedió en Jerusalén, en el día de la Pascua del año 33 E.C. Sin embargo, Jesús realmente murió por predicar el reino de Dios, el reino mesiánico que servirá de “nuevos cielos” en el nuevo orden de Dios para la humanidad.—Juan 18:36.
20. ¿Por qué entró en este arreglo el asunto de un galardón, y cuál fue ese galardón?
20 Jesucristo hizo todo esto de su propio albedrío. Jehová Dios su Padre celestial no lo obligó a hacerlo; solo le presentó a su Hijo fiel el privilegio de hacerlo en apoyo de la soberanía universal de su Padre y en vindicación del nombre de su Padre. Pero el Padre no podía hacer arreglos para que su Hijo llevara a cabo todo este servicio y dejar que pasara injustamente por todo este sufrimiento sin dar al Hijo un galardón. Y por eso Dios puso un glorioso galardón ante su Hijo, el de ser el Rey Mesiánico en los “nuevos cielos.” Como tal magullaría a la Serpiente, Satanás el Diablo, en la cabeza, y también exterminaría a toda la descendencia de la Serpiente, los ángeles demonios, y así destruiría los viejos cielos de este orden de cosas actual.
21. ¿Qué requirió esto que Dios hiciera tocante a Jesucristo muerto, y en mira de la presentación de qué valor a Dios?
21 Todo esto requirió que primero el Dios Todopoderoso levantara a su Hijo inocente, justo, de entre los muertos, no como criatura humana de nuevo, sino como persona espíritu. Esto es lo que Dios hizo al tercer día de la muerte de su Hijo. En prueba de ello, el resucitado Jesucristo se apareció varias veces a sus discípulos el día de su resurrección y después de eso. Al cuadragésimo día ascendió de vuelta al cielo para presentar a Dios el valor de su sacrificio humano.
22. Después de eso, ¿cuándo y cómo empezaron a experimentar los discípulos fieles de Cristo el “nuevo nacimiento”?
22 Diez días después, en el día de fiesta judío del Pentecostés del año 33 E.C., Dios comenzó a derramar su espíritu santo sobre los discípulos fieles de su Hijo Jesús. De esta manera los verdaderos discípulos de Cristo, dedicados y bautizados, empezaron a experimentar el “nuevo nacimiento” a una herencia celestial incorruptible. (Hechos 1:1 a 2:36) Desde ese día en adelante Dios ha estado dando el “nuevo nacimiento” a los discípulos fieles a quienes Él escoge para que junto con su hijo Jesucristo formen los “nuevos cielos.”
23. En vista de 1 Corintios 15:50, ¿qué sabían estos discípulos que tenía que sucederles?
23 Ellos saben lo que escribió el apóstol Pablo: “Esto digo, hermanos, que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción.” (1 Cor. 15:50) De modo que saben que tienen que morir y dejar para siempre la carne corruptible. Tienen que demostrar que son ‘fieles hasta la muerte,’ para poder recibir la “corona de la vida” en los “nuevos cielos.” En la resurrección después que se establece el reino de Dios son levantados como criaturas espíritus inmortales. En el caso de ellos llega a ser cierto lo que está escrito: “Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual.”—Rev. 2:10; 1 Cor. 15:44.
LA “NUEVA TIERRA”
24. (a) Según lo que muestran estas cosas ¿qué tiene que venir primero tocante al nuevo orden? (b) El establecimiento de los “nuevos cielos,” y luego de la “nueva tierra,” requiere ¿qué en cuanto a los viejos “cielos” y la vieja “tierra”?
24 De estas cosas maravillosas podemos discernir lo necesario que le fue a Dios proveer primero los “nuevos cielos,” para el nuevo orden que tiene prometido. Pero, ¿qué es esta “nueva tierra” que él crea? Bueno, tal como los “nuevos cielos” no significan nuevos planetas y estrellas en los cielos arriba de nosotros, así la “nueva tierra” no significa un nuevo y diferente planeta terrestre debajo de nuestros pies. El establecimiento de los “nuevos cielos” requiere la remoción de Satanás y sus ángeles demonios de su posición celestial de poder sobre la humanidad. El establecimiento de una “nueva tierra” requiere la remoción de la inicua sociedad humana actual que se opone al reino de Dios y que por lo tanto está sirviendo a Satanás el Diablo como gobernante invisible de este mundo, el “dios de este sistema de cosas.” En su lugar Dios producirá una nueva y justa sociedad humana en esta misma Tierra pero bajo Sus “nuevos cielos,” a saber, Jesucristo y sus discípulos que obtienen la resurrección espiritual.
25. ¿Cómo está en marcha la fundación de la “nueva tierra,” y qué va a sucederle a la vieja “tierra”?
25 ¡Ya está en marcha la formación de la “nueva tierra”! Aquellos de quienes se está componiendo este grupo formativo de cristianos dedicados y bautizados están separándose de los que optan por seguir siendo parte de la inicua sociedad humana alejada de Dios, el ‘mundo impío’ de la humanidad. La remoción de esta vieja “tierra” figurada significará su destrucción en una “tribulación grande,” en el futuro cercano, una tribulación que Jesucristo predijo y declaró que sería una catástrofe global sin igual en la historia mundial.
26. ¿Solo por qué actos drásticos de Dios habrá liberación para la humanidad al nuevo orden de Dios?
26 Tan extensa y devastadora será dicha tribulación que, a menos que Dios acortara los días de ella, ninguna carne humana se salvaría. (Mat. 24:21, 22; Mar. 13:19, 20) Esta tribulación significará la destrucción total de este sistema de cosas actual, pero no la destrucción de nuestra Tierra ni de los cielos estrellados arriba de nosotros. Después de eso los viejos “cielos” demoníacos serán removidos y Satanás y sus demonios serán puestos bajo restricción, como si estuvieran encerrados en un abismo. (Revelación 19:11 a 20:3) Solo por estos actos drásticos de Dios habrá liberación para la gente en la Tierra al nuevo orden de Dios.
27. Si realmente deseamos ese nuevo orden, ¿entre quiénes querremos hallarnos según se representa en una visión de cosas futuras, en la Revelación?
27 ¿Deseamos esa liberación al nuevo orden de Dios de “nuevos cielos y una nueva tierra” en los cuales “la justicia habrá de morar”? ¿Estamos preparándonos y esforzándonos por demostrar que somos dignos de tan gloriosa liberación? Si anhelamos el vivir con justicia en perfecta salud y felicidad en una Tierra deleitable convertida en jardín bajo justos cielos gubernamentales, entonces desearemos hallarnos entre los sobrevivientes de esa venidera “tribulación grande.” El último libro de la Biblia, con su revelación de cosas que “tienen que efectuarse dentro de poco,” nos señala una “grande muchedumbre” de personas de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas que sobrevivirán esa “tribulación grande” global, saliendo de ella bajo la protección y favor de Dios.
28, 29. Según la descripción que se da en Revelación de estos sobrevivientes de la tribulación, ¿a quién adoran y qué provisión para salvación aceptan?
28 De la descripción que se nos da de esta muchedumbre de sobrevivientes, notamos que son adoradores del único Dios verdadero, aquel que está sentado en el trono del universo como Soberano Universal. Otra cosa que debe notarse es que aceptan el sacrificio de rescate provisto por el Hijo de Dios, quien fue ofrecido como cordero inocente y sin tacha por el “pecado del mundo.” Tome nota de estas cosas a medida que leemos:
29 “Y siguen clamando con voz fuerte, diciendo: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.’ . . . ‘Estos son los que salen de la grande tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso es que están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo.’”—Rev. 7:9-15; Juan 1:29, 36.
30. Esta visión muestra que la “grande muchedumbre” está a favor de ¿qué rasgo del nuevo orden, y que está en camino a qué?
30 Aquellas palabras proféticas aseguran que esta “grande muchedumbre” dedicada y bautizada está a favor de los “nuevos cielos” de Dios, compuestos del Cordero Jesucristo y sus 144.000 discípulos fieles que han recibido el “nuevo nacimiento” a esa herencia celestial. (Rev. 7:1-8; 21:1-14) Consiguen que sus pecados mortíferos sean quitados por medio de lavar sus ropas largas en la “sangre del Cordero.” Esto los pone en el camino a la vida eterna en un jardín edénico con el cual los “nuevos cielos” hermosearán todo el globo terráqueo.
31. Esta “grande muchedumbre” de sobrevivientes de la tribulación formará el fundamento de ¿qué rasgo del nuevo orden?
31 De hecho, esta “grande muchedumbre” de sobrevivientes de la tribulación servirá de fundamento para la “nueva tierra” de la creación de Dios. Aun ahora, antes de la tribulación, están separándose de la vieja “tierra” condenada a la destrucción, la mundana sociedad humana de la actualidad que se aferra al sistema de cosas de hoy de hechura humana, controlado por el Diablo. Por eso, después que la tribulación grande remueva esta vieja “tierra,” estos sobrevivientes serán la base de una sociedad organizada bajo nuevos cielos. Así la familia humana recibirá un nuevo comienzo en un nuevo orden.
32. Después de la tribulación y de ser atado Satanás, ¿cómo crecerá y se extenderá la “nueva tierra”?
32 Esta “nueva tierra” crecerá y se extenderá, sin duda por algunos nacimientos humanos después que haya terminado la tribulación grande y después que Satanás el Diablo y sus ángeles demonios hayan sido aprisionados en su abismo, pero no se deberá totalmente a nacimientos. No, porque el Cordero Jesucristo no murió solamente por estos sobrevivientes de la tribulación y su prole natural. Él es el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” de la humanidad; él “se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos.” Su igualdad humana con el Adán perfecto lo hizo idóneo para que “gustase la muerte por todo hombre.” (1 Tim. 2:5, 6; Heb. 2:9) La abrumadora mayoría de la familia humana por la cual murió el Cordero hace diecinueve siglos ha muerto ya. ¿Cómo participarán realmente de los beneficios del valor rescatador de la muerte de Cristo? Por un maravilloso milagro: por una resurrección de entre los muertos durante el reinado de mil años de Jesucristo y su congregación glorificada, los “nuevos cielos.”
33, 34. (a) ¿Cómo diferirán las resurrecciones ejecutadas por Jesucristo como Rey de las que ejecutó durante su vida terrenal? (b) La “grande muchedumbre” de sobrevivientes de la tribulación tendrá la oportunidad de hacer ¿qué para con los resucitados?
33 Jesucristo, cuando estuvo en la Tierra como hombre perfecto de Dios, ejecutó varias resurrecciones. Pero aquellas personas que fueron resucitadas murieron más tarde en su generación. Pero cuando Jesucristo el Rey resucite a la humanidad rescatada durante su régimen milenario, lo hará para que puedan vivir para siempre en un paraíso global de Edén. Todo depende de los resucitados. ¿Dejarán que se les incorpore en esa justa “nueva tierra,” o regresarán a sus anteriores caminos malos que siguieron durante este sistema de cosas actual? Los que procedan así serán juzgados indignos del don de vida eterna en perfección y piedad humanas y por lo tanto serán condenados.
34 Es por eso que Jesucristo, al hablar sobre el tema de juicio, dijo: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.” (Juan 5:27-29) Los de la “grande muchedumbre” con quienes se inicia la “nueva tierra” podrán ayudar a estos resucitados para que la resurrección de ellos no resulte finalmente en condenación.
35. Al predecir las cosas que han estado sucediendo desde el año 1914 E.C., ¿qué actitud correcta les dijo Jesucristo a sus discípulos que adoptaran?
35 ¡Extraordinariamente maravilloso es el día en que estamos viviendo ahora! Cosas asombrosas pero sumamente significativas han estado aconteciendo desde el año 1914 E.C. y su primera guerra mundial. Jesucristo predijo estas cosas como señal de la conclusión de este viejo sistema de cosas. Diciéndonos la actitud correcta que todos sus discípulos verdaderos deberíamos tener en este tiempo, declaró: “Al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca.”—Luc. 21:28.
36. En vista de eso, queremos demostrar que somos dignos ¿de qué privilegio, y qué estamos determinados a hacer?
36 Esta liberación al nuevo orden de Dios está mucho más cerca ahora que cuando muchos de nosotros vimos por primera vez “comenzar a suceder” estas cosas predichas. Ciertamente el tiempo no nos permite demorarnos en demostrar que somos dignos de ser abarcados en esta liberación muy deseada. ¡Esta oportunidad, imposible de repetirse, es nuestra ahora! Estamos determinados a aprovecharnos de ella, y también a declarar a todos los otros que aman la justicia que se aproxima la liberación de la humanidad al nuevo orden de Dios de “nuevos cielos y una nueva tierra.”