“Feliz es el que lee en voz alta”
”Feliz es el que lee en voz alta y los que oyen las palabras de esta profecía, y que observan las cosas escritas en ella; porque el tiempo señalado está cerca.”—Rev. 1:3.
1. ¿Por qué es un don verdaderamente maravilloso la habilidad para leer y escribir que Jehová le ha dado al hombre?
¡QUE maravilloso don ha dado al hombre el Creador, Jehová Dios, al concederle la habilidad para leer y escribir a fin de entender y comprender el significado de los asuntos importantes! Al leer esta información, medite en qué bendición es el poder entender lo que significan las palabras en esta y en las subsiguientes páginas. Y para grabar en su mente lo maravilloso que es este don, trate de leer esta misma clase de información en otro idioma, un idioma que usted no entienda ni hable. ¿No sería algo sin sentido? ¡Sí, realmente, qué maravilloso es poder leer, entender y observar la aplicación de las cosas que fueron escritas para disfrute de la humanidad, especialmente cuando tienen que ver con conocer y servir al Creador mismo, Jehová Dios!
2. ¿Cómo podemos usar muy provechosamente la habilidad para leer, y, a este respecto, qué mandamiento de Jehová se encuentra en Deuteronomio 31:9-12?
2 Con su habilidad para leer, ¿lee usted alguna vez en voz alta para provecho de usted mismo y de otros? ¿Sabía usted que un mandato antiguo de Dios dado en su Palabra de Verdad, la Biblia, es el que su pueblo leyera en voz alta? En su Biblia en Deuteronomio 31:9-12 usted hallará registradas estas palabras: “Entonces Moisés escribió esta ley y se la dio a los sacerdotes los hijos de Leví, los transportadores del arca del pacto de Jehová, y a todos los hombres de más edad de Israel. Y Moisés pasó a mandarles, diciendo: ‘Al cabo de cada siete años, en el tiempo señalado del año de la liberación, en la fiesta de las cabañas, cuando todo Israel venga para ver el rostro de Jehová tu Dios en el lugar que él escoja, leerás esta ley enfrente de todo Israel a oídos de él. Congrega al pueblo, los hombres y las mujeres y los pequeñuelos y tu residente forastero que está dentro de tus puertas, a fin de que escuchen y a fin de que aprendan, puesto que tienen que temer a Jehová el Dios de ustedes y cuidar de poner por obra todas las palabras de esta ley.’”
3. (a) ¿Por qué era especialmente necesaria la lectura pública en tiempos antiguos? (b) ¿Cómo habrían de obtener los reyes de Israel una copia de la ley, y por qué habían de leerla con regularidad?
3 Sin duda esta lectura pública que hacían los levitas y los hombres de mayor edad era provechosa para todos los oyentes. No era como si cada uno de los reunidos fácilmente pudiera obtener la información por sí mismo a cualquier hora que deseara, pues las copias de la Palabra de Dios estaban limitadas. Por lo tanto la lectura pública era una necesidad para grabar cosas importantes en la mente de la gente. De hecho, Moisés mismo, bajo inspiración de Dios, había dicho al pueblo que en días futuros cuando pidieran un rey sobre ellos el rey sería responsable de hacer una copia de la ley, que estaba a cargo de los sacerdotes, los levitas. Al rey no solo se le requeriría hacer una copia, sino leer en ella todos los días de su vida, a fin de temer a Jehová y llevar a cabo todas las palabras de la ley. El dar esta atención a la Palabra de Dios ayudaría al rey a mantener una correcta actitud de corazón para con sus hermanos. Le ayudaría a evitar el ensalzarse por encima de sus hermanos. Le suministraría discernimiento para andar en el camino de Jehová, no apartándose del mandamiento ni a la derecha ni a la izquierda. Y, como resultado, personalmente se beneficiaría porque tendría el favor de Jehová y así alargaría sus días sobre el trono del reino.—Deu. 17:18-20.
ÉXITO QUE DEPENDÍA DE LA LECTURA
4. ¿Qué consejo recibió Josué en cuanto al “libro de la ley”?
4 Después de la muerte de Moisés, a su sucesor Josué se le mandó igualmente que prestara atención al consejo de Dios en forma escrita. Dice el registro bíblico: “Este libro de la ley no debe apartarse de tu boca, y día y noche tienes que leer en él en tono bajo, a fin de que cuides de hacer conforme a todo lo que está escrito en él; porque entonces tendrás éxito en tu camino y entonces actuarás sabiamente.”—Jos. 1:8.
5. ¿Cómo mostró Josué que comprendía la necesidad de leer y aplicar las palabras que se hallan en el “libro de la ley”?
5 No hay duda de que Josué vio la sabiduría de adherirse a la ley de Dios en forma escrita. En cuanto a las acciones de Josué poco después de entrar la nación de Israel en la tierra que Dios les había prometido, los escritos sagrados contienen esta información: “Entonces [Josué] escribió allí sobre las piedras una copia de la ley de Moisés que él había escrito delante de los hijos de Israel. Y todo Israel y sus hombres de más edad y los oficiales y sus jueces estaban de pie de este lado y de aquel lado del Arca enfrente de los sacerdotes. . . . Y después de esto leyó en voz alta todas las palabras de la ley, la bendición y la invocación de mal, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley. Resultó que no hubo ni una sola palabra de todo lo que Moisés había mandado que Josué no leyese en voz alta enfrente de toda la congregación de Israel, junto con las mujeres y los pequeñuelos y los residentes forasteros que andaban en medio de ellos.”—Jos. 8:32-35.
6. (a) ¿Cómo fue el libro de la ley de Dios una salvaguarda para Israel? (b) Con el tiempo, ¿qué error cometió el pueblo, pero qué acción emprendió Josafat para remediar la situación?
6 De veras que los dichos de Dios sirvieron de excelente protección a los israelitas tanto durante su jornada de cuarenta años en el desierto como durante el tiempo de la conquista de la tierra de promesa y su establecimiento en ella. (Ecl. 7:12) La lectura de los mandamientos e instrucciones de Jehová mantuvo prominentemente delante de ellos los requisitos de Jehová. Sin embargo, con el tiempo dejaron de guardar este requisito importante, el hacer la voluntad de Dios por medio de leer sus mandamientos y adherirse a ellos. Para el tiempo del rey Josafat muchos del país se habían apartado de la adoración pura, dejando el servicio de Jehová por la adoración de dioses paganos y el servicio de los Baales. Pero, en cuanto a Josafat, él amaba a Jehová y andaba en sus mandamientos, y Jehová estableció firmemente el reino de Judá en su mano. (2 Cró. 17:4, 5) Uno de los logros más importantes del reinado de Josafat tuvo lugar en su tercer año. El cronista Esdras lo registra con estas palabras: “Y al año tercero de reinar [Josafat] envió por sus príncipes . . . para que enseñasen en las ciudades de Judá, y con ellos los levitas, . . . [y] los sacerdotes. Y empezaron a enseñar en Judá, y con ellos estaba el libro de la ley de Jehová; y siguieron yendo alrededor por todas las ciudades de Judá y enseñando entre la gente.” (2 Cró. 17:7-9) Esto resultó ser una bendición para ellos.
7. ¿Qué problema continuó desarrollándose entre el pueblo de Dios, y cuál fue la reacción de Josías cuando oyó las palabras del “libro de la ley”?
7 Sin embargo, realmente parece que el pueblo de Dios fácilmente olvidaba este requisito de Dios, de leer su palabra y llevar a cabo sus mandamientos. Entre el tiempo de Josafat (936-911 a. de la E.C.) y Josías (659-629 a. de la E.C.) vez tras vez el rey y el pueblo dejaron de guardar las disposiciones reglamentarias y los mandatos de Jehová. Tan poca importancia se le daba al obedecer las instrucciones de Jehová que para el tiempo de Josías, que comenzó a gobernar siendo solo un muchachito, el pueblo había olvidado, a gran grado, muchos de los mandatos de Jehová. De hecho, fue durante el decimoctavo año de Josías, cuando mandó que fuera reparado el templo de Jehová de su condición caída y desatendida, que el sumo sacerdote en el templo encontró el “mismísimo libro de la ley” en la casa de Jehová. Se le leyó al rey Josías el contenido de este libro de la ley recién hallado. Tan pronto oyó lo que decía, Josías inmediatamente rasgó sus prendas de vestir. ¿Y a qué se debía esto? Que Josías mismo conteste: “Grande es la furia de Jehová que se ha encendido contra nosotros por el hecho de que nuestros antepasados no escucharon las palabras de este libro por medio de hacer conforme a todo lo que está escrito concerniente a nosotros.”—2 Rey. 22:3-13.
8. ¿Qué proceder emprendió entonces Josías, y cómo respondió el pueblo?
8 El siguiente paso que dio Josías se registra para nosotros en estas palabras: “Después de eso el rey subió a la casa de Jehová, y también todos los hombres de Judá y todos los habitantes de Jerusalén con él, y también los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo, desde el pequeño hasta el grande; y él se puso a leer a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que se había hallado en la casa de Jehová.” Después el rey y el pueblo celebraron un pacto ante Jehová de andar de acuerdo con lo que estaba escrito en el libro. ¡Cuán verdaderamente provechosa fue la lectura pública de esa ley para los que estaban reunidos allí!—2 Rey. 23:2, 3.
CÓMO LA LECTURA HIZO FELIZ A UN RESTO
9. (a) Debido a desatender la Palabra de Dios, ¿qué le resultó a la nación de Israel? (b) ¿Cómo mostró Jehová misericordia a su pueblo, y cómo volvió a servir un propósito útil la lectura pública? (c) Además de leer, ¿qué otros pasos se dieron para ayudar al pueblo?
9 Es triste pensar que después de celebrar este pacto para andar de acuerdo con lo que estaba escrito en el libro, el pueblo de Dios olvidó a su Dios y su Palabra y la lectura de ella para instrucción y sucumbió a la voluntad de las naciones a su alrededor. Su desatención continua resultó en su caída como nación en 607 a. de la E.C. Pero Jehová, siendo misericordioso, oyó sus súplicas y, a su debido tiempo, permitió que un resto de ellos volviera del destierro a su Jerusalén y Judá amadas para ocuparse de la adoración pura. Sin embargo, según el punto de vista de Jehová, la importancia de su Palabra escrita no había disminuido con el tiempo. Esdras, el escriba de Dios, les insta de nuevo en su condición restaurada a que se acuerden de las cosas que están escritas. Nos dice el gobernador Nehemías: “Y todo el pueblo procedió a reunirse como un solo hombre en la plaza pública que estaba delante de la Puerta del Agua. Entonces le dijeron a Esdras el copista que trajera el libro de la ley de Moisés, que Jehová le había ordenado a Israel. En conformidad, Esdras el sacerdote trajo la ley delante de la congregación de hombres así como de mujeres y de todos los de inteligencia suficiente para escuchar, el día primero del séptimo mes. Y continuó leyendo de ella en voz alta delante de la plaza pública que está delante de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, enfrente de los hombres y de las mujeres y de los otros inteligentes; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.” (Neh. 8:1-3) Los que estaban allí con Esdras, los levitas, estaban explicando la ley al pueblo, mientras el pueblo se hallaba de pie. “Y continuaron leyendo en voz alta del libro, de la ley del Dios verdadero, la cual se exponía, y se le ponía significado; y continuaron dando entendimiento en la lectura.” ¿El resultado? Hubo “gran regocijo, porque habían entendido las palabras que se les habían dado a conocer.”—Neh. 8:6-8, 12.
EL SEÑOR JESÚS LEYÓ PÚBLICAMENTE
10. ¿Cómo consideró Jesús la Palabra escrita de Dios y la lectura pública de ella?
10 El mayor exponente de la Palabra escrita de Dios, el Señor Jesucristo, es un ejemplo sobresaliente de una persona interesada en hacer la voluntad y trabajo de su Creador y Padre, Jehová Dios. En tres diferentes ocasiones fue tentado por Satanás el Diablo, el adversario tanto de Dios como del hombre, y rehusó transigir en su posición con Jehová, pues tres veces reprendió a Satanás usando la propia Palabra de Dios, al decir: “Está escrito.” (Mat. 4:1-11) En su primera visita a la sinagoga en Nazaret como Mesías, le fue entregado el rollo del profeta Isaías y, abriéndolo al lugar donde estaba bosquejada su comisión en la vida, públicamente leyó a la muchedumbre reunida. El resultado fue que la gente se maravilló de las hermosas palabras que procedían de su boca.—Luc. 4:16-22.
11. ¿En qué forma animó el apóstol Pablo a que se leyeran las palabras de verdad?
11 También los discípulos de Jesús leían y estudiaban la Palabra escrita de Dios. El apóstol Pablo escribió a los colosenses y los animó con estas palabras: “Y cuando esta carta haya sido leída entre ustedes, hagan arreglos para que también se lea en la congregación de los laodicenses y para que ustedes también lean la de Laodicea.” (Col. 4:16) A la congregación en Tesalónica, Pablo escribió: “Estoy imponiéndoles la solemne obligación por el Señor de que esta carta se lea a todos los hermanos.” (1 Tes. 5:27) Al joven Timoteo, Pablo dio esta exhortación: “Mientras llego, continúa aplicándote a la lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza.”—1 Tim. 4:13.
LECTURA QUE TRAE FELICIDAD HOY
12, 13. Debido a que “el tiempo señalado está cerca,” en Revelación 1:3, ¿qué se nos pide que hagamos, y con qué provecho?
12 Con estos antecedentes sobre la sabiduría de leer, estudiar y aplicar con entendimiento la Palabra de nuestro Dios y Creador, podemos comprender mejor la instrucción de Revelación 1:3. Realmente es un mensaje para nuestro día. Bajo inspiración el apóstol Juan escribe: “Feliz es el que lee en voz alta y los que oyen las palabras de esta profecía, y que observan las cosas escritas en ella; porque el tiempo señalado está cerca.”—Rev. 1:3.
13 Para estar entre estos felices, tenemos que leer en voz alta y oír las palabras de la profecía de Dios en la Revelación, y a través de las sesenta y seis cartas inspiradas de la Palabra de Dios, y tenemos que obrar en armonía con lo que leemos. El salmista dice, concerniente a un hombre realmente feliz, que “su deleite está en la ley de Jehová, y en su ley lee en tono bajo día y noche.” ¿Los resultados? “Todo lo que hace tendrá buen éxito.” Sin embargo, ¡“los inicuos no son así”!—Sal. 1:1-4.
14. ¿De qué maneras trata de ayudarnos la organización visible de Jehová a conocer bien el contenido de la Palabra de Dios?
14 A los jóvenes y a los ancianos, a los hombres y a las mujeres entre el pueblo de Dios se les insta a escuchar y aprender de la Palabra de Dios. Por esta razón la organización visible de Jehová publica Biblias así como revistas, folletos, libros y tratados que concentran nuestra atención en la Biblia. Patrocina reuniones del pueblo de Dios que se celebran con regularidad cada semana, las cuales proporcionan cinco horas de estudio. En éstas se incluye lectura de la Biblia, instrucción en la Palabra de Dios desde la plataforma pública, participación en discusiones diseñadas para enseñarnos lo que Dios quiere que hagamos, y sugerencias prácticas para que aprendamos cómo ayudar a otros a participar con nosotros en la adoración pura.
15. Además de lectura pública y estudio en congregación, ¿qué más se nos anima a hacer?
15 Tal como en los días del Israel de la antigüedad cuando había los levitas, sacerdotes y hombres de mayor edad que tomaban la delantera en leer y aplicar y enseñar la Palabra de Dios, así hoy Jehová tiene una congregación cristiana con “hombres de mayor edad” para ayudarnos a leer y entender la Palabra de Dios. Hay un cuerpo gobernante, y hay “hombres de mayor edad” en las congregaciones locales. Están encargados de la responsabilidad de leer, enseñar, exhortar y manejar la Palabra de Dios correctamente. De hecho, entre los requisitos de un anciano u “hombre de mayor edad,” el apóstol Pablo escribió que tiene que estar “capacitado para enseñar,” ser “un buen maestro.” (1 Tim. 3:2; New English Bible) Además, la organización visible de Jehová anima a cada uno de nosotros a estudiar en privado, a leer en privado y a hacerlo como familia y con amigos.
16. (a) Mencione algunas cosas que hicieron que Israel desatendiera el hacer la voluntad de Dios. (b) ¿De qué manera se enfrentan los cristianos a obstáculos similares?
16 Hoy, para evitar las trampas en las cuales cayó Israel, se requiere tanta disciplina, si acaso no más, que en los días cuando la nación de Israel era el pueblo favorecido de Dios. Tal como ellos dejaron de servir a Jehová, desatendiendo el estudio de su Palabra y el escuchar la lectura de ella, debido a premuras de las naciones y pueblos que los rodeaban, así nosotros nos enfrentamos a circunstancias similares. Israel tenía adoración religiosa falsa por todos lados: la adoración del Baal, la adoración de becerros, idolatría. Hoy nos enfrentamos a adoración falsa a través de la Tierra y de modos similares. Hay enseñanzas falsas contra las cuales contender. Hay la idolatría del estado o de las instituciones. Hay el hedonismo degradante, la filosofía de que el placer es el bien principal en la vida. Es fácil dejar de estudiar la Palabra y los mandamientos de Dios y cesar de gobernar nuestra vida en armonía con sus leyes. Es preciso que nos recordemos continuamente la importancia de estudiar la Palabra de Dios, adhiriéndonos fielmente a sus mandatos y esforzándonos por agradar a nuestro Creador, Jehová.
AYUDE A SU FAMILIA A SER FELIZ
17. ¿Qué puede ayudar a hacer la lectura de la Biblia sumamente significativa para los que la efectúan?
17 En lo que toca a la familia puede ser especialmente útil el leer en voz alta y considerar el significado de la Palabra de Dios. Recuerde que en los días de Esdras y Nehemías se hacía lectura en voz alta de la ley de Dios. También se le daba significado a la lectura y se hacía inteligible. Este es un rasgo importante de la lectura de la Palabra de Dios: comprender el significado y luego entender su mensaje según se relaciona con nosotros personalmente.—Neh. 8:8.
18, 19. Explique el significado de las palabras de Hebreos 2:1-4.
18 Para ilustrar una ventaja de la lectura en voz alta sea en un grupo de familia o entre amigos, y de luego considerar lo que se lee, adquiriendo el entendimiento de ello, considere Hebreos 2:1-4. Allí leemos: “Por eso es necesario que prestemos más que la acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros, para que nunca nos deslicemos. Porque si la palabra hablada por medio de ángeles resultó firme, y toda transgresión y acto de desobediencia recibió retribución en conformidad con la justicia; ¿cómo escaparemos nosotros si hemos descuidado una salvación de tal grandeza siendo que empezó a ser hablada por medio de nuestro Señor y nos fue verificada por los que le oyeron, mientras Dios tomó parte en dar testimonio tanto con señales como con portentos y con diversas obras poderosas y con distribuciones de espíritu santo según su voluntad?” Para adquirir el significado de estos versículos, repasemos el material. Hay varios puntos que podemos llegar a comprender con mayor aprecio de esta manera.
19 Las palabras de apertura del Heb. capítulo dos dicen “por eso.” Esto enlaza la información con el primer capítulo 1 de Hebreos. Los cristianos hebreos habrían de ‘prestar más que la acostumbrada atención a las cosas oídas.’ ¿Por qué? Porque las habló el Hijo de Dios, el que es mayor que todos los otros profetas y hasta mayor que los ángeles. Luego considere lo que les sucedió a los israelitas por pasar por alto la ‘palabra transmitida por ángeles,’ el pacto de la Ley. Fueron castigados por su desobediencia voluntariosa a la palabra, recibiendo “retribución en conformidad con la justicia.” Siendo ése el caso, ¿podemos esperar algo menos nosotros si rehusamos prestar más que la acostumbrada atención a la Palabra de Dios? El Heb. cap. 1 versículo cuatro nos ayuda a comprender quién está apoyando la palabra del Señor Jesús. ¿Y quién es ése? El Creador mismo, Jehová Dios, quien, por su espíritu santo, dio testimonio concerniente a las palabras y obras de Jesús. Las señales, portentos y obras poderosas hechas posibles por Dios establecieron la autenticidad y autorización divina de la obra de Jesús. Por ejemplo, considere los milagros que ejecutaron Jesús y sus apóstoles, sanando a los sordos, ciegos y cojos, expulsando demonios, y hasta levantando a los muertos. De estas maneras tenemos prueba positiva de lo necesario que es ‘prestar más que la acostumbrada atención a las cosas oídas.’
20. (a) ¿Cuál es el consejo de 2 Timoteo 2:15? (b) ¿Qué, pues, debemos evitar? (c) ¿Qué ayuda tenemos hoy para ‘manejar la palabra de la verdad correctamente’?
20 Al efectuar la lectura de esta manera, siguiendo el ejemplo de Esdras, los sacerdotes y los levitas del Israel antiguo, así como el de Jesús y sus apóstoles, podemos ver la tremenda ayuda que podemos recibir para adquirir el significado y entendimiento de la Palabra de Dios. Por supuesto, hay una cosa que es vital que hagamos, como Pablo exhortó a Timoteo: “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, manejando la palabra de la verdad correctamente.” (2 Tim. 2:15) Siempre debemos estar alerta para tener el entendimiento correcto de la Palabra de Dios. Queremos evitar el torcer las Escrituras, ya que esto nos llevaría a conclusiones incorrectas y podría hacer tropezar a otros. (2 Ped. 3:16) También queremos ‘evitar las vanas palabrerías que violan lo que es santo; porque avanzarán a más y más impiedad.’ (2 Tim. 2:16) Inútil es decirlo, esto significa el ser selectivos en nuestro material de lectura. Las Escrituras nos dicen que “el hacer muchos libros no tiene fin, y el aplicarse mucho a ellos le es fatigoso a la carne.” (Ecl. 12:12) Jehová por medio de su Hijo y la operación del espíritu santo ha derramado sobre sus siervos fieles en la Tierra una sobreabundancia de bendiciones y ha abierto la mente y corazón de su clase del “esclavo fiel y discreto” para entender el significado verdadero de su Palabra. A su vez, esa clase del esclavo fiel transmite las preciosas verdades a las personas en todas partes que quieren aprovecharse de los tesoros de la verdad. Nuestro deseo, entonces, debe ser el verdaderamente manejar la Palabra de Dios correctamente. En el artículo que sigue, examinemos cómo puede hacerse esto para provecho nuestro a medida que leemos y estudiamos la Palabra de Dios.
[Ilustración de la página 520]
En la sinagoga de Nazaret el Señor Jesús leyó en voz alta del rollo de Isaías