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¡Cuídese de las tendencias al adulterio!La Atalaya 1974 | 15 de enero
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asunto y su preocupación seria en cuanto a ello se disciernen de la manera en que aconsejó a su amigo Timoteo acerca de tales cosas. Exhortó a Timoteo a tratar a las mujeres de mayor edad como trataría a su propia madre, con respeto y bondad, y a las mujeres más jóvenes de la congregación como a sus propias hermanas carnales. ¿Y cómo es eso? “Con toda castidad.” Más tarde, cuando escribió a Timoteo por segunda vez, creyó necesario volver a aconsejar a Timoteo en cuanto a esto, diciendo: “Huye de los deseos incidentales a la juventud, mas sigue tras la justicia, la fe, el amor, la paz, junto con los que de corazón limpio invocan al Señor.” Si el corazón está lleno de pensamientos o fantasías inmundos, ¿cómo puede uno invocar a Jehová Dios en oración de un corazón puro?—1 Tim. 5:2; 2 Tim. 2:22.
La mismísima idea del romance atrae a muchas personas casadas cuyos cónyuges quizás carezcan de sensibilidad o imaginación o estén demasiado preocupados con los negocios. Pero el romance es un lazo si está fuera del matrimonio o no se tiene el propósito de que resulte en matrimonio. Por lo tanto el Dr. Mace, en su libro Marriage—East and West, relata lo que dijo una oriental tocante a su amiga que tenía un amorío extramarital: “Por favor no me tome en sentido erróneo. Amo a mi esposo y aprecio mi hogar y no tengo ninguna intención de seguir el ejemplo de ella.” Luego sonriendo, añadió: “Pero es un poco romántico, ¿no le parece?”
¿El remedio? Ante todo, hay que guardar el corazón vigilando con cuidado aquello de que se alimenta la mente. (Pro. 4:23) Evite el entretenimiento que aprueba la conducta anticristiana; evite el leer acerca de esas cosas en los periódicos, revistas o libros. En vez de espaciarse en episodios “románticos,” preste atención al consejo apostólico: “Finalmente, hermanos, cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas.” ¡Qué antídoto para el romántico soñar despierto!—Fili. 4:8.
De la Palabra de Dios aprendemos que tales enlaces románticos son incorrectos, son malos, y también nos dice que odiemos lo que es malo. (Sal. 97:10) Aunque jamás traduzcamos las románticas fantasías o el soñar despiertos en acciones, todavía causan daño. ¿Cómo así? En que de seguro debilitan el amor y respeto de uno por su cónyuge, hacen que uno se haga descuidado en cuanto a agradar al Creador en otros asuntos, resultan en una conciencia culpable y debilitan el celo de uno por la justicia.
Verdaderamente la Palabra de Dios señala claramente dónde estriba el derrotero de la sabiduría —no en ceder a sentimientos y tendencias imprudentes— sino en disciplinarnos, en seguir los principios correctos, en deleitarnos en la ley de Dios, meditando en ella y siendo guiados por ella.—Sal. 1:1-6; Pro. 2:1-9.
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El pastor amorosoLa Atalaya 1974 | 15 de enero
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El pastor amoroso
● Un observador que contempló a los pastores con sus rebaños en las laderas del monte Hermón en el Oriente Medio habla del cuidado amoroso que dan a las ovejas que cuidan. “Cada pastor vigilaba de cerca su rebaño para ver cómo le iba. Cuando encontraba un cordero recién nacido lo ponía en los pliegues de su aba, o saco grande, puesto que estaría demasiado débil para seguir a la madre. Cuando su seno quedaba lleno, se ponía los corderos en los hombros, cogiéndolos de las patas, o los metía en una bolsa o canasta en el lomo de un asno, hasta que los pequeñitos podían seguir a las madres.” Jehová usó esta escena conmovedora de la vida pastoral para ayudarnos a apreciar su interés amoroso en su pueblo como se expresa en Isaías 40:10, 11.
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