Mostrando bondad a todos los hombres
1. ¿Qué efecto tiene la falta de bondad amorosa sobre este mundo y sobre los hombres?
ESTE es un mundo frío, inhospitalario porque tantas personas no tienen bondad amorosa. Es un mundo en que a menudo se ve a los extraños con fría sospecha. El temor ha tenido un efecto heladizo sobre la bondad, y en muchas personas el amor al dinero ha estrangulado lo que les quedaba de su bondad amorosa. Considerada como estorbo para la ganancia financiera, a menudo se reemplaza la bondad con la falta de escrúpulos; por lo tanto el talento no ha provisto garantía de bondad. Observando este hecho, sir Roberto Watson-Watt, principal inventor del radar, dijo: “He sufrido más en el manejo de mi negocio de parte de personas que son talentosas e ingeniosas en su propia técnica, pero que no han sido educadas en ser seres humanos.” El talento sin bondad amorosa hace que la persona se asemeje, no a Jehová Dios, que es “grande en misericordia [bondad amorosa, AN],” sino más bien al que “anda en derredor como león rugiente, tratando de devorar a alguien,” Satanás el Diablo. Es verdad, que “en los últimos días se presentarán tiempos críticos y difíciles de manejar. Porque los hombres serán amantes de sí mismos, amantes del dinero. . .sin bondad amorosa.”—Jon. 4:2, Mod; 1 Ped. 5:8; 2 Tim. 3:1, 2.
2. (a) Contraste los “hijos de Dios” con los “hijos del Diablo,” mostrando su fruto respectivo. (b) ¿Pueden los “hijos de Dios” usar apropiadamente falta de bondad para tratar de adelantar intereses personales o cristianos?
2 Dado que el cristiano tiene que demostrar que es hijo del Altísimo y no “hijo del Diablo,” ¿cómo habrá de vivir en un mundo que se halla “sin bondad amorosa”? ¿Puede permitirse caer en el lodo de la falta de bondad en el cual se revuelca este mundo inicuo? ¿Puede permitirse alguna vez el tratar de usar falta de bondad para progresar en los negocios, o en los intereses personales o cristianos? ¡No! no si desea demostrar que es hijo del Altísimo, como muestra el apóstol Juan: “Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no practica justicia no se origina de Dios, ni el que no ama a su hermano.” Los “hijos de Dios” no pueden adoptar las prácticas faltas de bondad de los “hijos del Diablo.” Los hijos de Dios no pueden producir, como los “hijos de la desobediencia,” fruto podrido, sino que tienen que ‘seguir andando como hijos de la luz, porque el fruto de la luz consiste en toda clase de bondad y justicia y verdad.’ Ciertamente los “hijos de la luz” no pueden usar de falta de bondad para tratar de adelantar intereses personales o los intereses de Jehová; más bien, usan “toda clase de bondad.” Por eso la bondad o la falta de ella sirve para identificarnos, indicando de quién somos hijos.—Hech. 13:10; 1 Juan 3:10; Efe. 5:6, 8, 9.
3, 4. ¿Cómo pueden los cristianos recomendarse como ministros de Dios?
3 La bondad informa a otros en cuanto a si estamos imitando a Dios o no; tiene el poder de darle a uno una recomendación. Esto lo reconoce aun el mundo, como cuando un hombre famoso se acomidió a llevarle una maleta a una anciana en una estación de ferrocarril; y un observador dijo: “Esa es la primera vez que he visto a un sermón andar.” Los cristianos, de entre todas las personas, tienen que ser sermones andantes, su habla y conducta diarias recomendándolos como ministros de Dios. “De ningún modo estamos dando causa alguna para tropiezo,” escribió el apóstol Pablo, “para que no se halle falta en nuestro ministerio; sino de toda manera nos recomendamos como ministros de Dios, por aguante de mucho,. . .por pureza, por conocimiento, por gran paciencia y aguante, por bondad.”—2 Cor. 6:3-6
4 La bondad por lo tanto es parte de “toda manera” mediante la cual los ministros verdaderos de Dios se recomiendan a todo tiempo, demostrando mediante ello a otros que son “hijos de la luz.” Esto significa que tienen que ser “hijos de Dios sin tacha en medio de una generación pervertida y torcida, entre quienes ustedes están brillando como lumbreras en el mundo.” Los cristianos tienen que brillar tanto en lo que toca a la luz de las verdades bíblicas como mediante su conducta moral; de una manera doble resplandecen brillantemente como lumbreras en un mundo pervertido que se halla “sin bondad amorosa.”—Fili. 2:15.
5. ¿Cómo subrayó Jesús la importancia de mostrar bondad a todos los hombres?
5 Por eso si el cristiano va a recomendarse como ministro de Dios, tiene que estar anuente a mostrar bondad a todos los hombres. Esto incluye a sus hermanos cristianos, a los extraños, a “los ingratos e inicuos,” y, sí, aun a sus enemigos. Dijo el Señor Jesús: “Sigan amando a sus enemigos y orando por aquellos que los persiguen; para que prueben ustedes que son hijos de su Padre que está en los cielos, ya que él hace que su sol se levante sobre gente inicua y buena y hace que llueva sobre gente justa e injusta. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa tienen? ¿no hacen también la misma cosa los recaudadores de impuestos? Y si ustedes saludan sólo a sus hermanos, ¿qué cosa extraordinaria hacen? ¿No hace la misma cosa la gente de las naciones? Ustedes deben en efecto ser completos, como su Padre celestial es completo.”—Luc. 6:35; Mat. 5:44-48.
BONDAD A EXTRAÑOS UNA RESPONSABILIDAD
6. ¿Cómo subrayó Pablo lo necesario que es mostrar bondad a todos los hombres?
6 El ser bondadosos para con todos los hombres, como explicó tan enérgicamente el Hijo de Dios, es una responsabilidad cristiana. El apóstol de Jesucristo nos amonesta a tener siempre en mientes esta responsabilidad; Pablo escribió: “Que su amor fraternal continúe. No olviden la bondad para con los extraños, porque mediante ella algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles.” ¡Qué recompensas recibieron Abrahán, Lot y Manoa porque fueron bondadosos con todos los hombres! Hospedaron a ángeles y recibieron bendiciones del Altísimo, porque nunca olvidaron “la bondad para con los extraños.”—Heb. 13:1, 2; Gén. 18:1-10; 19:1-29; Jue. 13:8-20.
7. ¿Cómo muestran hoy día los cristianos bondad a los extraños, y por qué son felices al hacer esto?
7 ¿Cómo pueden hoy día los cristianos mostrar bondad a los extraños? Siguiendo el ejemplo de Jesucristo. Él mostró bondad a todas las personas, y la manera más importante en que hizo esto fue invitando a otros a banquetear con alimento espiritual, con las verdades en cuanto al “reino de los cielos.” Para adelantar los intereses del reino de Dios Jesús mostró bondad de todas maneras. Desde el principio de su ministerio mostró hospitalidad a los extraños para ayudarlos espiritualmente. Cuando Juan el Bautista le presentó a Jesús dos de sus discípulos, ellos siguieron a Jesús y le preguntaron: “¿Dónde está alojado usted?” Jesús respondió: “Vengan, y verán.” “De consiguiente fueron y vieron dónde estaba alojado, y se quedaron con él ese día.” De modo que la morada de Jesús era un lugar hospitalario; la usó como medio para ayudar a otros a aprender acerca del reino de Dios. Pero principalmente Jesús fue a los hogares de otros, no a pedir, sino a dar; mostró bondad a los extraños yendo a sus casas para enseñarles en cuanto al reino del cielo. Por eso hoy los cristianos no sólo hacen de sus hogares lugares hospitalarios, sino que están anuentes a ir a los hogares de los extraños, para participar en el gran trabajo de predicar que el Señor Jesús predijo se realizaría: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones.” Hoy esta gran obra de predicar y enseñar la están efectuando en todo el mundo los testigos de Jehová, y ¡felices son los que participan en ella! Por lo tanto la bondad para con los extraños trae la recompensa de felicidad ahora. Escribió el apóstol Pablo: “Ustedes deben ayudar a los que son débiles y deben tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.’”—Juan 1:35-39; Mat. 24:14; Hech. 20:35.
8. ¿Por qué posiblemente se sienten maldispuestos algunos a mostrar bondad a los extraños, pero cuál es la actitud correcta?
8 A causa de la falta de bondad amorosa entre muchos amos de casa hoy día, quizás algunos cristianos se sientan maldispuestos a ir a los hogares de extraños con el mensaje del Reino como Jesús y los apóstoles lo hicieron. Estas personas posiblemente crean que la ingratitud y la falta de bondad de la gente en general hacen demasiado difícil el llevarles cosas espirituales. Pero si el cristiano tiene verdadera bondad en su corazón, no se retraerá de compartir su benignidad con los extraños, a pesar de que muchos de ellos sean ingratos. ¿No es Jehová Dios bondadoso aun para con los ingratos e inicuos? Jehová Dios ha mostrado su bondad amorosa para con todos los hombres enviando a su Hijo al mundo, “para que todo aquel que ejerza fe en él no sea destruído sino tenga vida eterna.” Eso es bondad inmerecida de parte de Dios. A pesar de participar en la predicación del reino de Dios y otras buenas obras, el cristiano no es perfecto; no puede merecer la salvación. Por eso Jehová nos trata bondadosamente. ¡Cómo debe inspirarnos la bondad de Dios a ser como él! “Cuando la bondad y el amor por el hombre de parte de nuestro Salvador, Dios, fueron manifestados, sin deberse a ninguna actividad en justicia que nosotros hubiésemos desempeñado, sino conforme a su misericordia él nos salvó.” Puesto que Jehová ha puesto un ejemplo amoroso como éste, ¿cómo puede algún cristiano que anhela ser hijo del Altísimo retraerse de mostrar bondad a los extraños?—Juan 3:16; Tito 3:4, 5.
9. ¿Por qué es importante compartir las buenas nuevas del Reino con los extraños, y desanima al ministro de Dios la inhospitalidad de los amos de casa?
9 Si una persona recibe la benignidad de Dios y, en cambio, no está dispuesta a mostrar bondad a los extraños llevándoles las buenas nuevas del Reino, no está demostrando que es como el Padre en el cielo, sino al contrario está permitiendo que el Diablo haga de ella lo que Jehová no quiere que sea ella—falta de bondad para con los extraños. El que sean bondadosos para con los extraños es la voluntad de Dios para los cristianos. Por eso el ministro de Dios gozosamente visita a extraños para hablarles acerca del reino de Dios, aunque quizás, a veces, tenga que hablarles a través de una mirilla. La falta de hospitalidad de los amos de casa no desanima al ministro de Dios; él no desiste de hacer lo que es bondadoso. “No desistamos de hacer lo que es recto.”—Gál. 6:9.
10. ¿Cómo muestra el cristiano la bondad a sus enemigos y a sus perseguidores, y qué beneficios resultan de esta manera de proceder?
10 Consta una prueba de la bondad y el amor del cristiano para con los extraños la manera en que responde él a la falta de bondad. Cuando se le trata con falta de bondad, “no tiene necesidad de pelear, sino de ser prudente para con todos, capacitado para enseñar, manteniéndose reprimido bajo lo malo, instruyendo con apacibilidad a los que no están favorablemente dispuestos, pues quizás Dios les conceda arrepentimiento que lleve a un conocimiento acertado de la verdad.” (2 Tim. 2:24, 25) El ministro cristiano disuelve la hostilidad con bondad: “Sigan bendiciendo a los que les persiguen; estén bendiciendo y no maldiciendo. Pero, ‘si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque al hacer esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza.’ No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien.” (Rom. 12:14, 20, 21) Otra vez leemos: “Cuando se nos está injuriando, bendecimos; cuando se nos está persiguiendo, lo soportamos; cuando se nos está calumniando, rogamos.” (1 Cor. 4:12, 13) De modo que el cristiano no devuelve mal cuando lo injurian; bendice. Cuando lo están persiguiendo, aguanta bajo la falta de bondad y no es quebrantado en espíritu. Carceleros y guardianes de prisiones han llegado a conocer la verdad porque los cristianos ‘siguen bendiciendo a los que les persiguen.’—Hech. 16:25-34.
BONDAD A LOS HERMANOS
11. ¿Qué ejemplo puso Gayo en cuanto a mostrar bondad?
11 El cristiano tiene el privilegio de mostrar bondad no únicamente a los extraños y perseguidores sino también a sus hermanos cristianos que no conoce personalmente. El apóstol Juan escribió a su amigo amado Gayo: “Amado, tú estás haciendo un trabajo fiel en todo lo que haces por los hermanos, y hasta siendo extraños, que han dado testimonio de tu amor ante la congregación. Sírvete enviar a éstos por su camino de manera digna de Dios. Porque fue a causa de su nombre que salieron, sin tomar dinero de la gente de las naciones. Nosotros, por lo tanto, estamos bajo la obligación de recibir hospitalariamente a estas personas, para que lleguemos a ser trabajadores junto con ellos en la verdad. Amado, sé imitador, no de lo que es malo, sino de lo que es bueno. El que hace el bien se origina de Dios.” De modo que la bondad se muestra no sólo predicando y enseñando a otros las verdades de Dios, sino mostrando hospitalidad y bondad como las mostró Gayo. Él estaba “haciendo un trabajo fiel,” y Juan lo elogió altamente; porque los recipientes de su bondad ‘hasta eran extraños.’ Quizás afecte financieramente a veces el mostrar tal bondad, pero Gayo no hizo con renuencia nada al desplegar su hospitalidad. La bondad de Gayo le trajo muchas bendiciones. Además de recibir esa carta animadora del apóstol Juan, fue bendecido con el privilegio de usar su hogar para un lugar de reuniones de la congregación de Corinto y para hospedar al apóstol Pablo: “Gayo, mi hospedador y el de toda la congregación.” Rico en bondad y amor, Gayo tuvo bendiciones inefables; y el testimonio de su bondad está en la Palabra eterna de Dios.—3 Juan 5-8, 11; Rom. 16:23.
12, 13. ¿Qué se dice de la bondad demostrada por Filemón y Onesíforo?
12 Poniendo un buen ejemplo también en mostrar bondad a sus hermanos cristianos estuvo Filemón. Al escribirle, Pablo dijo: “Siempre doy gracias a mi Dios cuando te menciono en mis oraciones, al seguir oyendo de tu amor y fe que tienes para con el Señor Jesús y para con todos los santos. Porque recibo mucho gozo y consuelo a causa de tu amor, porque los corazones de los santos han sido refrescados por medio de ti, hermano.” No sabemos lo que Filemón hizo para refrescar los corazones de los santos, pero fue alguna forma de bondad. Pablo dio gracias a Jehová en sus oraciones por tales evidencias del amor de Filemón.—File. 4, 5, 7.
13 Onesíforo igualmente abrió de par en par el corazón del apóstol por medio de bondad considerada. En Roma él buscó a Pablo y lo encontró y evidentemente le trajo al apóstol algo de refrigerio. Pablo a menudo tuvo razón para dar gracias a Jehová por la bondad de Onesíforo: “El Señor le conceda hallar misericordia de Jehová en aquel día. Y tú sabes muy bien todos los servicios que él prestó en Éfeso.”—2 Tim. 1:16-18.
14, 15. ¿Por qué son buenos ejemplos Onesíforo, Filemón y Gayo para los cristianos, y cómo mostraron también los filipenses el espíritu cristiano?
14 Onesíforo, Filemón y Gayo eran cristianos que fueron alertamente considerados en cuanto a la bondad. No dejaron que se les pasaran las oportunidades; no estuvieron tan embargados en sus intereses personales que no pensaran en las necesidades de otros. Respecto a esto recordamos a los filipenses. En la carta amorosa a los filipenses, nos enteramos del vínculo estrecho y de sentimientos en común que hubo entre Pablo y la congregación. En verdad, una de las razones por las que Pablo escribió la carta fue para expresar gratitud por la bondad de los filipenses. En varias ocasiones diferentes habían demostrado simpatía y bondad prácticas a Pablo mediante ayuda material, además de palabras de consuelo y ánimo. Dos veces enviaron regalos a Pablo mientras estuvo en Tesalónica, y cuando el apóstol estuvo preso en Roma enviaron a Epafrodito con un recordatorio de su amor. Pablo envió de regreso a Epafrodito con esta carta que muestra que los filipenses a menudo estuvieron en las oraciones de Pablo:
15 “Siempre doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes en cada súplica mía por todos ustedes. . .Es del todo propio para mí pensar esto concerniente a todos ustedes, a causa de que los tengo en mi corazón.” “Ustedes, filipenses, también saben que al principio de declarar las buenas nuevas, cuando partí de Macedonia, ninguna congregación participó conmigo en el asunto de dar y recibir, salvo ustedes solos, porque, aun en Tesalónica, ustedes me enviaron algo una vez y la segunda vez para mi necesidad. . . . Estoy lleno, ahora que he recibido de Epafrodito las cosas de parte de ustedes, un olor fragante, un sacrificio aceptable, bien agradable a Dios. En cambio, mi Dios proveerá cabalmente para toda necesidad de ustedes hasta el límite de sus riquezas en gloria por medio de Cristo Jesús.”—Fili. 1:3, 4, 7; 4:15, 16, 18, 19.
16. ¿Quién asume la obligación de recompensarnos por la bondad que se les muestre a todos los hombres?
16 Los filipenses no se quedarían sin recompensa por esta bondad, muestra Pablo. Dios ‘proveería cabalmente’ para toda su necesidad. Jehová Dios asume la responsabilidad de recompensar la bondad, sea que la rindamos a extraños o a hermanos cristianos. La Palabra de Jehová nos asegura esto: “El que esté mostrando favor al humilde está prestándole a Jehová, y él le pagará de vuelta su trato.” “Envía tu pan sobre la superficie de las aguas, pues con el transcurso de muchos días lo hallarás otra vez.” “Ustedes saben que cada uno, cualquier bien que haga, recibirá esto de vuelta de Jehová.”—Pro. 19:17; Ecl. 11:1; Efe. 6:8.
RECOMPENSAS POR MOSTRAR BONDAD
17, 18. ¿Qué bendiciones inesperadas resultaron por la bondad que Dorcas mostró?
17 De modo que cualquier cosa que sembremos volverá a nosotros. Si sembramos bondad recibiremos bondad de vuelta; “con el transcurso de muchos días lo hallarás otra vez.” Bendiciones inesperadas vienen a los cristianos por mostrar bondad a todos los hombres. Considere, por ejemplo, a Dorcas. “Abundaba en buenas obras y regalos de misericordia que estaba rindiendo. Pero en esos días sucedió que se enfermó y murió.” Los discípulos, de Lidda, donde Dorcas había muerto, oyeron que el apóstol Pedro estaba en una ciudad cercana, Joppe. Enviaron dos hombres a Pedro a suplicarle: “Por favor no vaciles en venir hasta donde estamos.” Cuando Pedro llegó a Lidda, “le condujeron arriba adentro del aposento superior, y todas las viudas se le presentaron llorando y desplegando muchas prendas de vestir interiores y prendas de vestir exteriores que Dorcas solía hacer mientras estuvo con ellas.” Bien podemos imaginarnos la escena: Un grupo de viudas, llorosas y afligidas por la pérdida de una amiga y hermana querida, desplegando las pruebas del amor y bondad de Dorcas, cada una de ellas hablándole al apóstol en cuanto a la bondad que se le había mostrado a ella misma. Sabemos lo que sucedió: Pedro hizo salir a todos y oró a Jehová “Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se sentó. Dándole la mano, él la levantó, y llamó a los santos y a las viudas y la presentó viva.”—Hech. 9:36-41.
18 ¡Qué bendición inesperada! ¡Levantada de entre los muertos! Este fue el primer milagro de resurrección registrado como habiendo sido ejecutado por uno de los apóstoles, y las circunstancias que condujeron a ello estuvieron arraigadas en la bondad. ¿Quién puede decir que este milagro habría sucedido si Dorcas no hubiera abundado en bondad amorosa? No únicamente fueron bendecidas Dorcas y las viudas, sino que además la ocasión proveyó un testimonio a la verdad y “muchos llegaron a ser creyentes en el Señor.”—Hech. 9:42.
19. ¿Cuál es la regla divina en cuanto a la persona áspera y cruel, y cómo se ilustra esto?
19 Los que dejan de mostrar misericordia a todos los hombres pierden muchas bendiciones. Tal como es verdad que “el hombre de bondad amorosa está tratando recompensadoramente con su propia alma,” así sucede que “la persona cruel está trayendo dificultad sobre su propio organismo.” (Pro. 11:17) Esa es la regla divina. Ilustrándolo bien se hallan Abigail y Nabal. Abigail era “de buen discernimiento y hermosa de forma, pero el esposo era áspero y malo en sus prácticas.” David había mostrado bondad a Nabal, y un día envió a sus hombres a Nabal para pedirle un poco de alimento: “Únicamente dé, por favor, lo que su mano encuentre a sus siervos y a su hijo David.” El cruel Nabal, parsimonioso, “les gritó increpaciones.” Esto hizo enojar a David; se ciñó la espada, y él y sus hombres decidieron pagar en la misma moneda a Nabal por su falta de bondad. La esposa de Nabal, Abigail, interceptó a David, trayéndole “doscientos panes y dos tinajas de vino y cinco ovejas aderezadas y cinco medidas de seahs de grano tostado y cien tortas de pasas y doscientas tortas de higos comprimidos.” Abigail, con una súplica vehemente, que reflejaba su bondad y discernimiento, persuadió a David a no entrar en culpabilidad por derramamiento de sangre. En cuanto a Nabal, “Jehová hirió a Nabal, de modo que murió.” David reconoció que Nabal recibió de Jehová lo que merecía. “David llegó a oir que Nabal había muerto y por eso dijo: ‘¡Bendito sea Jehová, que ha conducido el caso legal de mi oprobio . . . , y la maldad de Nabal Jehová la ha devuelto sobre su propia cabeza!’” En cuanto a la bondadosa, sensata Abigail, tuvo una bendición inesperada: “David procedió a enviar y proponerle a Abigail tomarla como su esposa.”—1 Sam. 25:3, 8, 14, 18, 38, 39.
20. ¿Por qué es cosa segura que la persona desconsiderada y cruel recibirá el pago que merece?
20 Recibiremos de Jehová lo que merecemos. La falta de bondad regresa a uno tan seguramente como la bondad. La persona desconsiderada y cruel pierde las bendiciones de mostrar bondad y cosecha—aun de varias maneras—únicamente “dificultad sobre su propio organismo.” Si la persona cruel se escapa del pago por el hombre o no parece sufrir de emociones que perjudiquen el cuerpo, no puede escaparse del pago procedente de Jehová, el exacto Contador. “Ciertamente,” declara Pablo, “el hombre que está haciendo injusticia recibirá de vuelta lo que hizo injustamente, y no hay parcialidad.” Por otra parte, “el que está yendo en pos de la justicia y la bondad amorosa hallará vida, justicia y gloria.”—Col. 3:25; Pro. 21:21.
21. ¿A qué se opone Dios, pero cuál es el espíritu cristiano?
21 ¡Cuán abundante testimonio hay de que Dios se opone a la falta de bondad —a la vileza, aspereza, cicatería, estrechez y egoísmo! El espíritu cristiano está en armonía con mansedumbre, compasión, gran paciencia, hospitalidad y generosidad. La medida cristiana no es nada tacaña, aunque pudiera ser rebosante. Dijo Jesús: “Practiquen el dar, y la gente les dará a ustedes. Derramarán en sus regazos una medida fina, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida que ustedes están midiendo, ellos a su vez les medirán a ustedes.”—Luc. 6:38.
22. ¿Cómo deben medir los cristianos su bondad, y cuál será el resultado?
22 Midamos nuestra bondad, entonces, generosamente. Al mostrar bondad a los extraños por medio de enseñarles las verdades del Reino, el cristiano tiene la oportunidad de mostrar generosidad dando libremente de su tiempo. El medir tiempo con tacañería en el precioso ministerio del reino de Dios, cuando pudiéramos medirlo generosamente, nos privará de bendiciones: “El que siembra escasamente también cosechará escasamente, y el que siembra abundantemente también cosechará abundantemente.” El ser generosos con nuestra bondad para con todos los hombres traerá ricas recompensas y bendiciones inesperadas—sí, y ustedes probarán “que son hijos de su Padre que está en los cielos.”—2 Cor. 9:6; Mat. 5:45.