¿Cuánto ama usted la verdad?
EL AMOR a la verdad es algo que la mayoría de nosotros prontamente afirma tener. Pero, ¿cuán profundo es nuestro amor por la verdad? ¿Es lo suficientemente profundo como para defenderla cuando estamos bajo presión? ¿Nos pondremos de parte de lo que sabemos que es la verdad cuando sabemos que el hacerlo nos costará algo? ¿Cuánto ama usted la verdad?
Si usted firmemente se pone de parte de la Palabra de Dios, la Biblia, sus amigos o sus asociados de trabajo quizás traten de disuadirlo. Esto le sucedió a Abdullah, un joven en sus veinte años, que vivía en un país del Próximo Oriente. Abdullah comenzó a estudiar la Biblia con un testigo cristiano de Jehová. Le encantaban las maravillosas verdades que estaba aprendiendo. En el hotel donde trabajaba le contaba a sus compañeros de empleo las cosas que estaba aprendiendo de la Biblia. Había esperado, hasta tenido la expectativa de que se regocijarían de oír estas verdades de la misma manera que él lo hacía. Pero para su asombro comenzaron a hablar mal de él.
Su patrón hasta lo amenazó con despedirlo si no dejaba de estudiar la Biblia y hablar a otros acerca de ella. Esto lo puso en un gran aprieto puesto que necesitaba su trabajo. ¿Qué hubiera hecho usted? Bueno, Abdullah tenía verdadero amor por la verdad, así es que no permitió que esta intimidación estorbara su estudio de la Biblia.
Cuando más tarde consideró la verdad con algunos amigos íntimos, ellos también lo ridiculizaron por estudiar la Biblia. Estos “amigos” no resultaron ser amadores de la verdad como él era, y, como resultado, de ahí en adelante no los volvió a ver muy a menudo.
El trabajo seglar de Abdullah no le permitía asistir con regularidad a las reuniones cristianas para el estudio de la Biblia. Debido a su gran amor por la verdad, aceptó otro trabajo aunque era de menor paga. ¿Haría usted eso por causa de la verdad? Ahora pudo asistir a todas las reuniones para el estudio de la Biblia. Está feliz de haber continuado el estudio de la Palabra de Dios y de aprender la verdad a pesar de amenazas y presiones.
La verdad merece su amor
Pero, ¿qué hay acerca de esta verdad que hizo que Abdullah la amara con tal lealtad? Es la verdad de Dios, no la de los hombres. Concerniente a esta verdad de Dios, Jesucristo le dijo a sus discípulos: “Conocerán la verdad, y la verdad los libertará.” (Juan 8:32) Esa verdad lo puede libertar a uno hasta del pecado y la muerte. Sin duda la verdad que puede hacer eso es muy valiosa y merece nuestro amor.
La verdad de Dios se encuentra en la Santa Biblia, la cual actualmente circula, completa o en partes, en más de 1.400 idiomas. El aprender esta verdad trae muchos beneficios y gran felicidad. Da una esperanza para el futuro, porque habla del propósito de Dios de remover todos los males de la humanidad y convertir a esta Tierra en un paraíso donde los amantes de la verdad podrán vivir para siempre en perfecta salud. (Rev. 21:1-4) ¿No son suficientes estas razones para amar firmemente esa verdad?
El amar la verdad de Dios nunca conduce a desilusión, porque “es imposible que Dios mienta.” (Heb. 6:18) Tal amor por la verdad también trae gran paz mental y contentamiento, cosas que no son de pequeño valor. (Fili. 4:7) La Palabra de Dios sirve de guía segura durante estos tiempos difíciles en los que tantos han perdido su amor por lo que es correcto. (Sal. 119:105; Mat. 24:12) Estas y otras bendiciones hacen que valga la pena dedicar el tiempo necesario a estudiar la Biblia para aprender la verdad que es merecedora de su fuerte amor.—Efe. 5:16.
Demostrando amor por la verdad
Pero el obtener esta verdad puede producir efectos que al principio quizás no se esperen. Por lo general los que comienzan a aprender la verdad de Dios llegan a estar bajo alguna forma de ataque por parte del enemigo de Dios, Satanás el Diablo, quien trata de desanimarlos. A menudo esto viene en la forma de oposición por parte de la familia o de amigos, o simplemente lo que pueda pensar la gente en general. Jesucristo le dijo a sus seguidores que esperaran esto: “No piensen que vine a poner paz en la tierra; no vine a poner paz, sino espada. Porque vine a causar división, y estará el hombre contra su padre, y la hija contra su madre, y la esposa joven contra su suegra. Realmente, los enemigos del hombre serán personas de su propia casa.”—Mat. 10:34-36.
Pero no hay razón para que esto cause indebida aprensión. De hecho es una oportunidad de demostrar amor por la verdad de Dios. Y también es causa para regocijarse, tal como dijo Jesús: “Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua contra ustedes por mi causa. Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos; porque de esa manera persiguieron a los profetas antes de ustedes.”—Mat. 5:11, 12.
Ahora bien, Dios no da por sentado nuestro amor por la verdad; él permite que seamos probados para demostrar nuestro amor. Así es que los que hoy día aprenden la verdad de Dios pueden esperar que llegue el tiempo cuando tendrán que demostrar su amor por la verdad.
Cuando los parientes se oponen
¿Ha demostrado su experiencia la veracidad de lo que Jesús dijo? ¿Aceptó la verdad de la Biblia y halló que algunos de sus parientes no lo aprobaron? Muchos de los seguidores de Cristo hoy día están pasando por lo mismo. Por ejemplo, en Italia, una señora comenzó a estudiar la Biblia con los testigos cristianos de Jehová. Su esposo la apremió para que dejara de estudiar la Biblia. La comenzó a perseguir, hasta llegó a romper su literatura bíblica. Pero ella amaba la verdad y no cedió a sus demandas. Viendo que ella no abandonaría la verdad bíblica, su esposo se llevó la ropa que ella necesitaba para salir de la casa y la amenazó con confinarla a una clínica para enfermedades mentales. ¿Sería su amor por la verdad lo suficientemente fuerte para soportar esta persecución? Sí, lo fue, y el demostrar su amor le ha producido gran gozo. Porque ahora su esposo presta atención a la Biblia y acompaña a su esposa a las reuniones bíblicas.
Así es que el probarse leal a la verdad con frecuencia ayuda a los parientes opuestos a ver que uno tiene algo de gran importancia y valor. Tal vez usted puede ayudar a los parientes que tratan de desanimarlo. Es posible que se opongan porque no conocen las maravillosas verdades que encierra la Biblia, o quizás se opongan porque no tienen amor por Dios. En cualquier caso, recuerde que el tener la aprobación de Dios es mucho más importante que tener la aprobación de los hombres. Es Dios, no el hombre, quien ha prometido darnos vida eterna si lo amamos por encima de todos y de todo.—Mat. 22:37-39.
Si algún pariente se le opone por amar la verdad, piense del ejemplo de la Srta. B—, que vive en el Oriente Medio, y esto lo fortalecerá. Ella aprendió la verdad de Dios de su vecina, quien era una testigo cristiana de Jehová. Cuando la Srta. B— comenzó a trasmitir las verdades de la Biblia a su familia, su hermana menor respondió favorablemente. Pero las cosas no fueron iguales con su padre y madre. Exigieron que pusiera fin a su estudio de la Biblia. La mantuvieron bajo estrecha vigilancia para que no pudiera ir a la casa de la vecina a estudiar la Biblia. Pero la Srta. B— continuó su estudio de la Biblia por medio del teléfono.
A continuación sus padres, viendo la determinación de la hija, recurrieron a la violencia, hasta amenazando su vida. Cuando todo esto no logró que ella cambiara su forma de pensar, se le dijo que o dejara de estudiar la Biblia o se marchara de la casa. Según la costumbre del Oriente Medio es una deshonra para una joven dejar el hogar de la familia antes de casarse. Pero en vez de abandonar la verdad de Dios, dejó el hogar y fue aceptada por una familia de compañeros cristianos. Hoy día la Srta. B— disfruta del feliz privilegio de enseñar otros el mensaje bíblico del reino de Dios en la vecindad donde una vez Jesucristo predicó el mensaje de la verdad. ¿Tiene usted tal amor por la verdad?
¿Vencerá la oposición su amor por la verdad?
Aunque algunas personas no creen que la verdad pueda valer toda la dificultad que puede causarles con su familia o amigos, los verdaderos amadores de la verdad no piensan así. Reconocen que el conocer la verdad y servir a Dios en armonía con ella significa vida eterna. (Juan 17:3) El que ellos abandonaran la verdad no beneficiaría a nadie, ni siquiera a los opositores. Por lo tanto, aunque les pueda costar algo el hacerlo, siguen el consejo de Dios: “Compra la verdad misma y no la vendas.”—Pro. 23:23.
Recuerde, uno puede servir a Dios de manera aceptable solo si tiene y retiene la verdad. (Juan 4:23) Si uno lo sirve en verdad Dios no lo abandonará. Pero si uno abandona la verdad, entonces no puede esperar la bendición y la guía de Dios. Con qué claridad le señaló esto a la nación de Israel el profeta Samuel: “Teman a Jehová, y tienen que servirle en verdad con todo su corazón . . . Pero si notoriamente hacen lo que es malo, serán barridos.” (1 Sam. 12:24, 25) ¿Quiere servir a Jehová en verdad porque el hacerlo es lo correcto y porque significará vida para usted? Entonces apéguese a la verdad; usted no puede permitirse el cambiarla por nada.—Rom. 1:25.
Jesucristo dijo que había venido al mundo para dar testimonio a la verdad. (Juan 18:37) En la actualidad hay muchos miles de personas por todo el mundo que están dando testimonio de la verdad, que la aman y que no la dejarán. Son los testigos cristianos de Jehová. Si usted ama la verdad sinceramente, querrá asociarse con ellos. Por medio de hacer eso hallará mucho estímulo y ayuda al vivir de acuerdo con la verdad.
¿Cuánto ama usted la verdad? ¿Lo suficiente como para seguirla y vivir según ella aun al enfrentarse a la oposición? Sinceramente esperamos que así sea, porque esto puede abrirle el camino para que viva para siempre.