La fidelidad... un modo de vivir
“Lo que se espera de los mayordomos es que el hombre sea hallado fiel.”—1 Cor. 4:2.
1, 2. (a) ¿Qué es el “Viejo leal,” y cómo consiguió su nombre? (b) Pero ¿qué se admira aun más que la regularidad de un géiser?
“VIEJO LEAL” es el nombre de uno de los muchos géiseres en el Parque Nacional Yellowstone de los Estados Unidos. Consiguió su nombre del hecho de que durante los años veinte y los años treinta hacía erupción más o menos con regularidad cada sesenta y cinco minutos. Y debido a este hecho, vino a ser famoso como atracción turística.
2 La gente admira la fidelidad o lealtad no solo en un géiser que con regularidad lanza 10.000 galones [37.850 litros] de vapor y agua caliente a una altura de 30 a 45 metros, sino especialmente en las personas que tienen un modo de vivir que las hace confiables y fidedignas. Aun en el mundo de los negocios lo que se espera de una persona a quien se le confía responsabilidad es fidelidad. Es probable,que por tal razón el Cuerpo de Infantería de Marina de los EE. UU. escogió como su lema Semper fidelis, “siempre fiel.”—Compare con 1 Corintios 4:2.
3, 4. ¿Quién es el mayor ejemplo de fidelidad, y cuáles son símbolos apropiados de la confiabilidad de su propósito?
3 Pero cuando se trata de demostrar un grado superlativo de fidelidad, ¿quién le viene a la memoria en particular? No debería ser ningún otro sino Jehová Dios, el “fiel Creador” de los cielos y la Tierra. (1 Ped. 4:19) Aunque un géiser podría ser un símbolo adecuado de fidelidad para los humanos, ciertamente sería una representación deficiente de la inmutable fidelidad de Jehová. Todos los géiseres se hacen erráticos o inactivos con el transcurso del tiempo. Esto no sucede con Jehová. Por consiguiente, el Sol y la Luna duraderos son muestras más apropiadas de la inmutabilidad de su propósito, su integridad y confiabilidad sin tacha.—Sal. 89:36, 37; 104:19.
4 El hombre puede planear y trabajar con confianza, contando con la estabilidad de las obras del Creador, sea que el hombre esté plantando un huerto o diseñando una computadora que lo guíe a la Luna de ida y vuelta. Es lógico que el hombre también pueda aprender infinitamente mucho de un Dios fiel que ha mostrado ser tan confiable, no solo en lo que ha dicho, sino también en lo que ha hecho. Concerniente a este Dios fiel, leemos: “¡Atribuyan ustedes grandeza, sí, a nuestro Dios! La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.”—Deu. 32:3, 4.
5. ¿Qué característica se espera de los que son adoradores de Dios, y qué observa Él?
5 Debería esperarse que este “Dios de fidelidad” esperara hallar esta misma característica en los que lo adoran en verdad. Él es, de hecho, el Dios y Salvador “especialmente de los fieles.” (1 Tim. 4:10) Con sus facultades completas de observación, el Dios vivo Jehová discierne con exactitud los esfuerzos diligentes de los que se esfuerzan por servirle. Sus ojos están abiertos para ver todos los caminos de los hijos de los hombres, y es a él que se tiene que dar cuenta. (Jer. 32:19; Heb. 4:13) Como dice el Proverbio: “Los ojos de Jehová están en todo lugar, vigilando a los malos y a los buenos.”—Pro. 15:3.
6. Siendo esto así, ¿qué preguntas debemos hacernos?
6 El cuidado amoroso de Jehová y el modo en que vigila el bienestar de su pueblo son sumamente evidentes. Dándose cuenta de este hecho, de que el amoroso Creador está plenamente consciente de los buenos así como de los malos, y de lo que cada uno está haciendo, una persona hace bien en preguntarse: ‘Si Jehová espera fidelidad de los que son de su pueblo, ¿me considera a mí como adorador de esa clase? ¿Es mi modo de vivir uno de fidelidad? ¿Cómo he de saber si me aprueba?’
UNA NORMA FIEL
7. ¿Qué código o norma ha hecho disponible Jehová para la humanidad en general?
7 ¿No es razonable suponer que el Dios de fidelidad tuviera un código o norma que definiera para sus adoradores lo que es correcto y lo que es incorrecto, lo bueno y lo malo, lo cierto y lo falso? Sí, lo es. Y más que eso, el Dios de orden y paz ha provisto tal norma divina, la Santa Biblia, para la instrucción y guía de toda la humanidad. No hay otro libro de instrucción que haya recibido distribución tan mundial o que esté accesible a la gran mayoría de la humanidad.—1 Cor. 14:33.
8, 9. ¿Por qué no siempre es fácil adherirse fielmente a la Palabra de Dios?
8 ¿Cómo, pues, se compara el modo de vivir de usted con el que se aprueba en las Escrituras? En su imperfección no es necesario que se desanime cuando se enfrenta con las normas perfectas que se manifiestan en la Palabra de Dios. Nos infunden confianza las palabras del Salmo 103:14 que dicen: “Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, acordándose de que somos polvo.” Jehová reconoce nuestras imperfecciones heredadas. Sus demandas nunca exceden los límites de lo que podemos ejecutar.
9 Sin embargo, el adherirse a un derrotero fiel no siempre es fácil de hacer; especialmente es esto cierto hoy cuando es popular hacer lo que es correcto a los propios ojos de uno e ir por el camino del mundo. Sin embargo, se anima a la fidelidad sencilla, de todo corazón, sin importar la magnitud de la prueba.
10, 11. (a) ¿Necesariamente tenemos que pasar por grandes pruebas y dificultades a fin de demostrar nuestra fidelidad? Ilustre. (b) ¿Cómo podemos aplicar en nuestra vida cotidiana el principio que declaró Jesús sobre el asunto de fidelidad, y con qué resultados provechosos?
10 Por otra parte, el hacer algo grande no siempre es un requisito para demostrar nuestra fidelidad o para que tengamos la bendición y aprobación de Jehová. No fue una prueba grande la que Jehová les impuso a Adán y Eva en el jardín de Edén. La simplicidad de aquella prueba que tuvo que ver con la primera pareja humana sirve de ilustración excelente del principio que declaró más de cuatro mil años después el propio Hijo de Dios, a saber: “La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho.”—Luc. 16:10.
11 Hoy, unos mil novecientos años después de haberse declarado esas palabras, todavía resuenan tan ciertas como siempre, y el mismo principio aplica en toda faceta de la vida entre los genuinos adoradores de Jehová Dios. A menudo uno lo observa en las cosas pequeñas que se hacen día tras día y que reflejan la bondad de un corazón que le es leal y fiel a Jehová. Puede que a usted nunca se le pida que haga algo o se declare de tal modo que demuestre lo que los observadores pudieran llamar fidelidad sobresaliente. Pero su constancia al hacer lo que es correcto, su regularidad y confiabilidad en cosas pequeñas, darán un excelente testimonio y excelente evidencia de su profundo aprecio por las normas divinas de lo que es cierto y fiel. Es a los que son fieles aun en asuntos pequeños que “Jehová . . . está salvaguardando.”—Sal. 31:23.
12. Describa cómo el tiempo y las circunstancias se relacionan con este asunto de fidelidad.
12 De modo que no es preciso que uno ocupe una posición de prominencia en la congregación cristiana para disfrutar de la bendición de Jehová que él derrama sobre los que son fieles. En su actividad cotidiana, sea que ésta envuelva negocio o placer, ya sea entre otros o a sus solas, la fidelidad y la integridad de su parte reflejarán al Dios que es justo y fiel. Como sucede con demostrar aguante, así también para demostrar uno su fidelidad se requiere tiempo. Significa practicar la verdad día tras día, haciendo de la obediencia a las leyes y principios bíblicos su modo de vivir. A su vez, Jehová lo bendice a uno, como está escrito: “El hombre de actos fieles recibirá muchas bendiciones.”—Pro. 28:20.
13, 14. (a) ¿Por qué cosa debemos medir el grado de nuestra fidelidad? (b) ¿Cuáles son algunas de las zonas en las cuales podemos justipreciar nuestra fidelidad a Jehová?
13 Reflexionando por un instante, quizás usted piense que nada de consecuencia realmente grande ha sucedido en su vida. Juzgando por las normas de logro y éxito en el mundo, es probable que usted no haya logrado algo realmente grande. Pero ¿los caminos de quién está usted tratando de copiar? ¿Las normas de quién ha estado usted tratando de alcanzar? Si usted ha estado edificando un registro de vida para agradar a Jehová, ese Dios de fidelidad no lo olvidará rápidamente.
14 Deténgase y piense. ¿Cómo lo consideran a usted otras personas? ¿Cuál es su reputación entre sus contemporáneos y asociados? ¿Observan que usted es una persona que cumple estrictamente con su palabra? ¿Tiene usted la reputación de una persona que paga sus deudas y que sigue la norma de ser puntual en cuanto a todo? Quizás se trate de regularidad en salir al servicio del Reino y en ir a las reuniones para adoración. Estas cosas quizás parezcan pequeñas, pero podrían hacer que otros lo consideren a usted como una persona fiel. Ahora bien, si otros han notado el modo en que usted ha estado conduciendo su vida, ¿no lo ha visto y lo ha notado también su Padre que está en los cielos?
¿DESEMPEÑA UN PAPEL LA HABILIDAD NATURAL?
15, 16. (a) ¿Cómo puede definirse habilidad, y tiene alguna relación con la selección de ancianos en la congregación? (b) Además de habilidades naturales, ¿qué cualidades más importantes deben tener los ancianos nombrados?
15 Se dice que habilidad es el poder para ejecutar. No hay duda de que la aptitud natural puede ser una gran bendición. Pero ¿es la habilidad natural la cosa importante que Dios espera hallar en los que son de su pueblo?
16 Es cierto, al seleccionar ancianos en la congregación, se considera la habilidad. Es posible que algunos estén dotados de ciertas maneras. Por ejemplo, para ser anciano uno tiene que estar “capacitado para enseñar.” (1 Tim. 3:2) Pero esto significa más que habilidad natural. El maestro capacitado en la congregación necesita tener conocimiento exacto. Tiene que saber los porqués y las razones y tener un profundo discernimiento de las Santas Escrituras. Y más que tener conocimiento, tiene que ser prudente, paciente y estar interesado en otras personas a fin de ser maestro eficaz. El apóstol Pablo mandó a Tito que hiciera nombramientos de hombres de mayor edad, declarando que era preciso que el superintendente “se adhiera firmemente a la fiel palabra en lo que toca a su arte de enseñar, para que pueda exhortar por la enseñanza que es sana y también censurar a los que contradicen.” (Tito 1:9) Tales individuos acreditados no confían en sus habilidades naturales sino que acuden a su Magnífico Instructor para que los guíe en su esfuerzo por ayudar a otros en la congregación.
17. ¿De qué necesitan guardarse los que tienen habilidades naturales y talentos especiales?
17 A menudo se requiere un grado de habilidad para efectuar otras clases de trabajo en la congregación. Pero los resultados que se obtienen no se deben atribuir solo a habilidad o talento personal. De hecho, los que han sido bendecidos con habilidades naturales necesitan tener cuidado para no confiar en su propio entendimiento, sino, más bien, apoyarse en Jehová, pidiéndole que dirija sus pasos. (Pro. 3:5, 6) La observación por lo general muestra que los que sirven de ancianos entre nosotros, y otros que están trabajando duro, llenan los requisitos por medio de estudio diligente y aplicación de lo que aprenden. A través de un período de tiempo han prestado atención cuidadosa a ellos mismos y a su enseñanza, inclinando sus oídos a la instrucción de Dios. Han querido hacer Su trabajo como él desea que se haga, y es digno de encomio ver cómo permiten que Jehová use su tiempo y talentos de varias maneras para promover Su adoración.
18. ¿Considera Dios a los ancianos y a los siervos ministeriales como hombres de mayor fidelidad en la congregación? Explique.
18 ¿Cómo, entonces, considera Dios a los que están sirviendo de superintendentes nombrados? ¿Los considera como más preciosos que otros? ¿Cómo más fieles que otros? No, es bueno mantener las cosas en la perspectiva apropiada. Los escogidos para superentender realmente están allí para servir de esclavos o siervos, y como tales tienen que usar de todo corazón sus habilidades y talentos a grado cabal al probar su fidelidad. Disfrutan de sus privilegios, no principalmente por lo que son o por quiénes son. Más bien, están en sus posiciones respectivas debido a una necesidad creada por los proclamadores del Reino. Siguiendo el consejo de Jesús, sirven a los de la congregación para quienes son esclavos. (Luc. 22:26; Gál. 5:13) Los superintendentes fieles reconocen que su trabajo es en conexión con sus compañeros publicadores de las buenas nuevas, todos los cuales son preciosos a la vista de Dios cuando demuestran fidelidad.
19. ¿Qué, entonces, se espera de los superintendentes nombrados en la congregación cristiana?
19 La responsabilidad y deberes administrativos de un mayordomo ilustran adecuadamente el ministerio del superintendente cristiano. Se requiere estrictamente de ellos fidelidad, como se enfatiza por lo que el apóstol Pablo escribió a los corintios, cuando dijo: “Lo que se espera de los mayordomos es que el hombre sea hallado fiel.” (1 Cor. 4:2) Este mismo apóstol escribió a Tito, diciendo: “Porque el superintendente tiene que ser libre de acusación como mayordomo de Dios . . . hospitalario, amador de la bondad, de juicio sano, justo, leal, que ejerza gobierno de sí mismo.” (Tito 1:7, 8) Se desprende, entonces, que cualquier habilidad que tenga un mayordomo, natural o adquirida, si ha de serle de verdadero valor a Dios, tiene que estar aunada a la admirable cualidad de fidelidad. Aun David, que prefiguró a Cristo Jesús, dijo: “Mis ojos están sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo. El que anda en un camino exento de tacha, ése es el que me servirá de ministro.”—Sal. 101:6.
20. ¿Por qué es la fidelidad, y no la habilidad, la cosa que Jehová espera de los que aprueba?
20 Habilidad es algo que uno puede recibir de Jehová como don. En Éxodo, por ejemplo, leemos que Jehová dio sabiduría, entendimiento y conocimiento a ciertos individuos que trabajaron en construir el hermoso tabernáculo allí en el desierto. (Vea Éxodo 35:30-36:1.) Pero cuando se trata de fidelidad, esto no es algo que Dios da a una persona. Tampoco es algo que se hereda o que se recibe automáticamente en el bautismo. Hay que trabajar para lograr esta cualidad, desarrollarla. Se requiere tiempo, esfuerzo y aguante para edificar un registro que dé testimonio del modo de vivir de uno. Depende del adorador mismo desplegarla al efectuar su trabajo, llevando a cabo su mayordomía en fidelidad.—1 Ped. 4:10.
EL PAPEL QUE DESEMPEÑA LA MODESTIA
21. Cuando se trata de hacer alarde, ¿qué aconsejan las Escrituras?
21 Cuando se trata de un avalúo apropiado de uno mismo, Jehová da este excelente consejo: “La sabiduría está con los modestos.” (Pro. 11:2) El que anda modestamente con Dios se da cuenta de que no tiene nada acerca de que hacer alarde en sí mismo, prescindiendo de su habilidad o logros. Si quiere hacer alarde, que haga alarde en cuanto al maravilloso Dios a quien sirve. Es a eso que la Biblia insta cuando dice que uno no debe jactarse en cuanto a sí mismo debido a su poderío o sus riquezas. Antes bien, que se jacte en cuanto al hecho de que conoce a Jehová como Dios de bondad amorosa, justicia y misericordia.—Jer. 9:23, 24.
22, 23. (a) ¿Cómo debemos considerar cualesquier posesiones materiales que tengamos? (b) Habiendo hecho todo lo que podamos, no obstante ¿cómo deberíamos considerarnos nosotros mismos? (c) ¿Qué ayudará a una persona a no fastidiarse ni desanimarse?
22 Quizás algunos tengan un poco más de los efectos de este mundo que otros. Quizás algunos tengan lo que parece ser una mejor posición en la vida. Pero la instrucción es sumamente franca en cuanto a que el cristiano no debe ser demasiado confiado, ateniéndose a las cosas que posee, sino, más bien, tiene que obrar su propia salvación con temor y temblor. (Luc. 12:15; Fili. 2:12) Este modo de vivir recomendado significa permanecer totalmente envuelto en la adoración pura, siendo rico en obras excelentes.—1 Tim. 6:17-19.
23 Cualesquier recursos o talentos que tenga una persona deben considerarse como un tesoro que se tiene en fideicomiso, que ha de usarse para honra y gloria de Dios. Esto protegerá a una persona de hincharse debido a sus logros al servir a Jehová. Una excelente actitud que todos debemos cultivar después de haber hecho lo que se nos asignó es: “Somos esclavos que no servimos para nada. Lo que hemos hecho es lo que debíamos haber hecho.” (Luc. 17:10) El servir como Dios manda, haciéndolo gozosamente y anuentemente y confiablemente, sea prominentemente o no, es algo que le agrada a él. Sin embargo, nadie debe tener un sentimiento de frustración o inutilidad, aunque haya cierta igualdad o monotonía en cuanto a la rutina del trabajo que ejecute. Recuerde, que lo que Jehová continúa esperando de sus siervos es que siempre sean hallados fieles en cualquier cosa que les dé a hacer.
24. ¿De qué provecho les es a los que le son fieles a Jehová el consejo en Romanos 12:16?
24 El conocimiento exacto de los caminos de Dios ayuda a uno a mantenerse humilde y le impide el tener la mente puesta en cosas encumbradas. (Rom. 12:16) Salvaguarda a una persona de jactarse en lo que ha hecho y le ayuda a fielmente dirigir la atención a la Fuente de bondad y grandeza. Si uno es prominente, que sea a causa del servicio leal al Dios verdadero y a causa de dar altruistamente de sí mismo a favor de otros. Un nombre favorable con Jehová debe ser la cosa deseada, teniendo una reputación por fidelidad... ése es el modo de vivir que Dios aprueba.—Ecl. 7:1.
TENIENDO UN BUEN NOMBRE CON JEHOVÁ
25. Después del Pentecostés de 33 E.C., ¿qué seguridad tenemos de que los doce apóstoles fueron fieles hasta su muerte?
25 Aunque la Biblia no menciona a la mayoría de los doce apóstoles después del Pentecostés de 33 E.C., y aunque no hay registro bíblico de cómo murieron, aparte de Santiago y una declaración profética concerniente a Pedro, la evidencia indica que todos mantuvieron su fidelidad hasta la muerte. Podemos estar seguros de que usaron su “todo” en el servicio sagrado al Dios vivo. Y podemos estar igualmente seguros de que Jehová no olvidó a ninguno de ellos. Como testimonio duradero de su fidelidad sus nombres están inscritos en los fundamentos de la Nueva Jerusalén.—Rev. 21:14.
26. ¿Qué estímulo pueden dar los “veteranos” a sus hermanos y hermanas más jóvenes?
26 Hoy tenemos a muchos “veteranos” asociados con las congregaciones cristianas que por muchos años han permanecido resueltamente fieles a Jehová ante muchos obstáculos. Ahora están envejeciendo y se están poniendo achacosos y muchos de ellos no pueden aceptar responsabilidades pesadas en la congregación. Pero ¡qué bendición tenerlos! Su amor y celo son un incentivo para que los compañeros publicadores avancen en la obra del Señor. Aunque algunos están bastante limitados en fuerza física, es un estímulo verlos ahorrar algo de energía para las reuniones cristianas y el servicio del campo.
27, 28. (a) ¿Qué servicio valioso desempeñan las hermanas en las congregaciones? (b) Describa cómo el cuerpo humano es un buen ejemplo de la congregación cristiana.
27 Además, hay muchas mujeres en las congregaciones y éstas no satisfacen los requisitos para ser ancianos o siervos ministeriales. A ellas también se les necesita mucho y son una gran ayuda para hacer que las “buenas nuevas” del Reino se prediquen en todo el mundo antes que venga el fin. Hace recordar a uno el Salmo 68:11, 12: “Jehová mismo da el dicho; las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande. . . . En cuanto a la que permanece en casa, ella participa del despojo.”
28 Hay muchas funciones que han de desempeñar los diversos órganos del cuerpo humano. Así también en la congregación cristiana hay varios deberes que diferentes personas pueden desempeñar. Nadie debe pensar que no es deseado ni decir a otro: “No tengo necesidad de ti.” El entero arreglo de congregación sirve para producir cristianos maduros para gloria de Dios.—1 Cor. 12:4-7, 21, 22.
29. Cuando todos en la congregación trabajan juntos en paz y unidad, ¿qué se logra? Ilustre.
29 Se obtienen resultados monumentales cuando viejos y jóvenes trabajan diligentemente juntos en cumplir su comisión de predicar la Palabra. Puede que usted produzca una chispa de interés animando a alguien a leer una ayuda para el estudio de la Biblia. El tiempo pasa y puede que algún otro riegue la semilla de interés. Quizás otro la cultive de vez en cuando, y Dios sigue haciéndola crecer. (1 Cor. 3:6) Más tarde, quizás años más tarde, en una asamblea puede que usted sea presentado a este mismo individuo... ¡ahora su hermano o hermana espiritual! Por eso, si se necesita tiempo para ver los resultados de nuestra predicación, que esto no nos desanime de hablar a todos los que encontremos, haciéndolo de un corazón lleno de amor a Jehová. (Rom. 10:10) Usted también puede atraer a amigos y vecinos al mensaje en cuanto a nuestro Dios Jehová por medio de dejar que observen la pura conducta cristiana de usted.—2 Ped. 3:11, 12.
30. ¿Cuál debe ser nuestra determinación al hallarnos en el umbral de Har-Magedón?
30 Es maravilloso ver a tantos que se dirigen a la justicia y al servicio de nuestro Dios, dedicando su vida a hacer la voluntad divina en estos “últimos días”. Pronto los vemos, a su vez, ayudando a otros a cultivar un amor a Jehová. Hay gran gozo en tener alguna participación, aun una participación muy pequeña, en esta obra de recogimiento que está efectuándose en todas partes de la Tierra. Al estar en el umbral de Har-Magedón y contemplar las incomparables bendiciones que pronto seguirán, la actualidad no es tiempo de estar mirando atrás con pesar. Es tiempo de edificar una excelente reputación de fidelidad, pues eso es lo que Dios espera de los que han resuelto adorarlo de todo corazón.
31. ¿Qué ha de desearse más que las riquezas materiales, y cómo se puede obtener?
31 Todas las riquezas que uno pudiera acumular no se pueden comparar con el nombre y reputación que uno hace con su Creador el Dador de Vida. “Ha de desearse más un buen nombre que grandes riquezas.” (Pro. 22:1, New English Bible) Con la norma de la Biblia para ayudarnos a distinguir lo correcto de lo incorrecto, seamos diligentes en seguir el modo de vivir que Dios aprueba, a saber, el de fidelidad.
[Ilustración de la página 49]
Puesto que Jehová demuestra el grado superlativo de fidelidad, el Sol y la Luna son símbolos adecuados de la inmutabilidad de Su propósito