Capítulo 11
Viva a la espera del cumplimiento de la promesa
1, 2. (a) ¿Qué sucederá todavía según la inmutable “palabra de Dios,” y qué preguntas surgen debido a esto? (b) ¿Cómo describe el apóstol Pedro lo que le sucederá al orden actual?
TODO un orden mundial está por cambiar. Todo aspecto de la vida humana necesariamente será afectado por esto. Este cambio es inevitable, puesto que la infalible “palabra de Dios” ha decretado que los cielos y tierra actuales terminen y sean reemplazados por gloriosos nuevos cielos y una nueva tierra. ¿Qué significarán para nosotros estos desenvolvimientos? ¿Cómo podemos mostrar que vivimos a la espera del cumplimiento de lo que Jehová Dios ha prometido?
2 Después de referirse al diluvio de alcance mundial de los días de Noé, el apóstol Pedro escribe: “Los cielos y la tierra actuales están guardados para fuego y quedan reservados para el día de juicio y de la destrucción de los hombres impíos.” (2 Pedro 3:7) El apóstol pasa a decir que “los cielos pasarán con un ruido de silbido, pero los elementos estando intensamente calientes serán disueltos, y la tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas.”—2 Pedro 3:10.
3. En vista del relato de Génesis, ¿a qué conclusión lógica tenemos que llegar acerca del universo material, incluso nuestra Tierra?
3 Fundándonos en estas palabras inspiradas, ¿hemos de llegar a la conclusión de que tanto nuestra Tierra literal como el Sol, la Luna y las estrellas serán destruidos? Para contestar esta pregunta, tenemos que considerar el punto de vista de Dios sobre Sus propias obras. Con referencia al fin del período creativo, el relato de Génesis nos dice: “Vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire! era muy bueno.” (Génesis 1:31) La perspectiva que se puso ante los primeros seres humanos fue la de una eternidad de vida feliz en la Tierra, a condición de que permanecieran obedientes. (Génesis 2:16, 17; 3:3) Nada en el relato de Génesis da a entender que la Tierra sería solo un hogar temporáneo para el hombre, y que finalmente el planeta sería destruido en algún futuro día de juicio. Por consiguiente, es lógica la conclusión de que el propósito de Dios es que el universo material, incluso nuestra Tierra, continúen existiendo para siempre.
4. (a) ¿Qué distinción hizo Pedro con relación a la situación que existía antes del Diluvio y la que existió después? (b) ¿Qué no hizo el Diluvio?
4 Además, el apóstol Pedro hace una distinción entre (1) los “cielos [desde lo antiguo] y una tierra situada sólidamente fuera de agua y en medio de agua” y (2) “los cielos y la tierra actuales.” (2 Pedro 3:5, 7) Sin embargo, la Tierra que existía antes del Diluvio es el mismo planeta que todavía existe. Es verdad que el Diluvio produjo cambios en los rasgos físicos de la Tierra. Puesto que ya no había agua suspendida muy por encima de la superficie de la Tierra, esto afectó la apariencia del universo visible desde el punto de vista del observador humano. Sin embargo, estos cambios fueron simplemente efectos secundarios del Diluvio. El propósito del Diluvio no fue destruir el planeta literal, sino destruir a la sociedad humana impía que estaba fuera del arca. Por medio del diluvio, todas las obras y arreglos que la sociedad humana impía había edificado perecieron.
5. Para que haya correspondencia con el diluvio de alcance mundial, ¿qué tiene que suceder en el día de ajuste de cuentas?
5 Por eso, para que haya una correspondencia con el diluvio de alcance mundial, todo lo que está asociado con la inicua sociedad humana actual tiene que perecer, como consumido por fuego. Sí, la entera estructura de los asuntos humanos que vino a la existencia después del Diluvio ha sido reservada para destrucción y un día de juicio o de ajuste de cuentas.
6. ¿Es literal el “fuego” por medio del cual el viejo orden termina?
6 El hecho de que aquí se usa el “fuego” para representar lo cabal de la destrucción se confirma en el libro bíblico de Revelación, donde se pinta al Señor Jesucristo como un rey en guerra. Se dice que su acción bélica deja muchos cadáveres regados sobre la superficie de la tierra, como alimento para las aves que se alimentan de carroña. (Revelación 19:15-18) Un cuadro como ése no podría cumplirse a ningún grado si este planeta fuera a ser reducido literalmente a cenizas sin vida.
7. ¿Qué indican las palabras de 2 Pedro 3:10 acerca de la destrucción que ha de venir?
7 En vista de eso, el cuadro que pinta Pedro de la destrucción de la tierra y los cielos actuales tiene que ver con la aniquilación de la sociedad humana impía. Los gobiernos hechos por el hombre que han dominado a la sociedad humana como “cielos” pasarán de la existencia. (Compare con Isaías 34:2-5; Miqueas 1:3, 4.) El sonido de la disolución que los convierte en ruinas, descrito como “un ruido de silbido” parecido al de vapor de agua que estuviera escapando bajo presión, se hará cada vez más intenso. Los “elementos,” es decir, el espíritu que mueve a la humanidad impía a pensar, hacer planes, hablar y actuar del modo que lo hace, que deshonra a Dios, serán disueltos o reducidos a nada. (Compare con Hechos 9:1; Efesios 2:1-3.) Esto querrá decir el fin para todas las filosofías, teorías, arreglos y proyectos que reflejan el espíritu de la humanidad apartada del Altísimo. “La tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas” o expuestas como merecedoras de destrucción. No habrá escape para ningún miembro de la inicua sociedad humana, la “tierra.” (Compare con Génesis 11:1; Isaías 66:15, 16; Amós 9:1-3; Sofonías 1:12-18.) Todas las obras de los hombres desaforados —las instituciones y organizaciones así como lo que ha sido edificado con relación a estas cosas— serán reveladas como cosas que no tienen la aprobación divina, y de las cuales se dispondrá como de desechos de ningún valor.
8. Puesto que toda parte del sistema actual será destruida, ¿qué consejo de Pedro debemos tomar a pecho?
8 Por lo tanto, nosotros los siervos de Dios deseamos vivir de una manera que muestre que realmente creemos que toda parte de este sistema impío actual perecerá para siempre. Eso es lo que nos insta a hacer el apóstol Pedro, al decir:
“Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová, por el cual los cielos estando encendidos serán disueltos y los elementos estando intensamente calientes se derretirán!”—2 Pedro 3:11, 12.
9. ¿Quiénes únicamente sobrevivirán la venidera destrucción, para recibir bendiciones eternas?
9 Cuando toda parte de este sistema sea disuelto por el “fuego” de la cólera de Dios expresada por medio del Señor Jesucristo, solo las personas que tengan un registro de conducta recta y devoción piadosa escaparán. La adoración verdadera no es pasiva, de modo que se refleje solo en el hecho de que alguien se abstenga de cometer ciertas acciones malas. Aunque es esencial mantener la pureza moral y espiritual, también tenemos la obligación de mostrar el amor que sentimos por nuestros semejantes humanos por medio de estar prestos a responder de muy buena gana a las necesidades físicas y espirituales de ellos. Y esto contribuye a que tengamos gran gozo, porque “hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.”—Hechos 20:35.
ACCIONES QUE INDICAN QUE RECONOCEMOS EL FIN QUE SE ACERCA
10. Debido a que el “fin de todas las cosas” se acerca, ¿qué amonestación dio Pedro?
10 Las siguientes palabras del apóstol Pedro amplifican lo que es necesario que hagamos en vista de que se acerca el “fin de todas las cosas”: “Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones. Ante todo, tengan amor intenso los unos para los otros, porque el amor cubre una multitud de pecados. Sean hospitalarios los unos para con los otros sin rezongar.”—1 Pedro 4:7-9.
11. ¿Qué necesitamos para seguir desplegando “juicio sano”?
11 En armonía con esta amonestación, para permanecer limpios en sentido moral y rectos en comportamiento, y para estar activos en la promoción del bienestar espiritual de otras personas, es necesario que seamos de “juicio sano.” Esto exige que ejerzamos cuidado para no dejar que las emociones rijan ni permitirles que nos desequilibren mentalmente. Es vital que reconozcamos qué cosas son verdaderamente importantes en la vida, para que tengamos un sentido equilibrado de lo que merece prioridad.—Filipenses 1:9, 10.
12. (a) ¿Por qué es importante que seamos “vigilantes en cuanto a oraciones”? (b) Por su propia experiencia, ¿cómo llegó Pedro a apreciar la importancia de esto?
12 Si queremos seguir siendo siervos fieles de Dios, no podemos esperar tener éxito por nuestra propia fortaleza. Es necesario que acudamos a Jehová Dios por ayuda y seamos “vigilantes en cuanto a oraciones.” Por experiencia personal, el apóstol Pedro aprendió la importancia de ser ‘vigilante,’ estar despierto o alerta en cuanto a las oraciones. Precisamente antes de que Jesús fuera arrestado por una chusma armada en el jardín de Getsemaní, el Hijo de Dios había animado a Pedro, Santiago y Juan a orar para que no fueran víctimas de la tentación. Sin embargo, los tres apóstoles se durmieron en aquel tiempo crítico. (Mateo 26:36-46; Marcos 14:32-42; Lucas 22:39-46) Pedro, debilitado por no haber permanecido ‘vigilante’ en cuanto a la oración, más tarde negó a Jesucristo tres veces. (Juan 18:17, 18, 25-27) Sin embargo, algún tiempo antes, Pedro había declarado con confianza: “Señor, estoy listo para ir contigo a la prisión así como a la muerte.” (Lucas 22:33) “Aunque a todos los demás se les haga tropezar con respecto a ti, ¡nunca se me hará tropezar a mí!”—Mateo 26:33.
13. ¿Qué podemos aprender de la experiencia de Pedro cuando él dejó de ser ‘vigilante en cuanto a oraciones’?
13 En lo que le sucedió a Pedro hay una lección vital para nosotros. Lo que le sucedió puede grabar en nosotros el peligro de confiar demasiado en nosotros mismos. Debido a nuestras limitaciones y debilidades, es solo con la ayuda divina que podemos resistir con éxito la tentación. Por lo tanto, sigamos orando con mente alerta y con un corazón que sea firme en su afecto a Jehová Dios y Jesucristo.
14. ¿Qué móvil debemos tener al cumplir con nuestra responsabilidad cristiana, y cómo se manifiesta esto en nuestros tratos con nuestros compañeros de creencia?
14 Además de permanecer alerta y equilibrados con relación al discipulado cristiano, hacemos bien en considerar si lo que nos mueve a cumplir con nuestras responsabilidades es el amor. (1 Corintios 13:1-3) El apóstol Pedro nos instó a tener “amor intenso” a nuestros compañeros de creencia. Mostramos ese amor intenso por medio de desplegar el espíritu de estar dispuestos a perdonar. Cuando tenemos este espíritu, no exageramos las faltas de nuestros hermanos ni llamamos indebida atención a sus puntos débiles. No buscamos errores ni damos a las transgresiones de otros el peor aspecto posible. Al desplegar así disposición para perdonar, nuestro amor cubre una multitud de pecados en vez de exponerlos públicamente para que otros los vean.
15. ¿Por qué quizás se haga necesario mostrar hospitalidad, y con qué actitud debe extenderse?
15 El mostrar hospitalidad es también una expresión de amor. ¡Qué excelente es el que compartamos nuestro alimento y nuestras cosas necesarias con otras personas, especialmente con personas que se hallan en necesidad! (Lucas 14:12-14) Cuando compañeros de creencia lo pierden todo debido a desastres naturales o a la persecución, esto quizás signifique que tengamos que abrir nuestros hogares a ellos por largo tiempo. La situación pudiera ser muy inconveniente para nosotros, y pudiera suceder que tendiéramos a quejarnos del esfuerzo extra que esto nos impone con relación a nuestros haberes y energías. En estas ocasiones hacemos bien en cuidarnos contra el refunfuñar por tener que mostrar hospitalidad vez tras vez, pues reconocemos que es excelente el que podamos desplegar así el amor que les tenemos a las personas a quienes Dios ama.
16, 17. (a) ¿Cómo debemos considerar los dones que tenemos? (b) ¿Qué excelente actitud recomendó Pablo, además de manifestarla él mismo?
16 Todos ciertamente tenemos dones o talentos que podemos usar para beneficio de otros. El que sigamos siendo siervos aprobados de Dios depende de que despleguemos solicitud y alegría al usar estos dones. Resulta sabio el que evitemos compararnos con otros. Esto puede evitar que nos desanimemos al ver que otros pueden hacer mucho más de lo que podemos hacer nosotros. Por otra parte, no llegaríamos a abrigar sentimientos de superioridad al poder lograr más que otros en algún campo de actividad. (Gálatas 6:3, 4) Note lo que dijo el apóstol Pedro: “En proporción al don que cada uno haya recibido, úsenlo al servirse los unos a los otros como excelentes mayordomos de la bondad inmerecida de Dios expresada de diversas maneras.” (1 Pedro 4:10) Por consiguiente, tenemos la responsabilidad de usar a plenitud los dones que tengamos. Por la bondad inmerecida de Dios somos lo que somos y tenemos lo que tenemos. Por eso, podemos considerar todas nuestras energías, aptitudes y talentos como dones que se nos han otorgado debido a la bondad inmerecida de Jehová para que los usemos para la alabanza y honra del Altísimo.
17 El apóstol Pablo puso de relieve la actitud correcta por medio de las siguientes preguntas: “¿Quién hace que tú difieras de otro? En realidad, ¿qué tienes tú que no hayas recibido? Si, pues, verdaderamente lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?” (1 Corintios 4:7) Aunque Pablo mismo podía decir que había ‘trabajado laboriosamente mucho más’ que todos los demás apóstoles, no se atribuyó esto a sí mismo, sino que añadió: “empero no yo, sino la bondad inmerecida de Dios que está conmigo.”—1 Corintios 15:10.
18. ¿De qué manera deberíamos estar usando nuestros dones?
18 Como mayordomos fieles, queremos interesarnos en dar uso pleno a todo don que tengamos en el esfuerzo por suministrar a otros ayuda espiritual y material. La manera en que hacemos eso es muy importante también. Respecto a esto, Pedro escribió:
“Si alguno habla, que hable como si fueran las sagradas declaraciones formales de Dios; si alguno sirve, que sirva como dependiendo de la fuerza que Dios suministra; para que en todas las cosas Dios sea glorificado por medio de Jesucristo. De él son la gloria y la potencia para siempre jamás. Amén.”—1 Pedro 4:11.
19. ¿Cómo podemos glorificar a Dios cuando ayudamos a otros en sentido espiritual y material?
19 Por eso, si estamos ayudando a otras personas en sentido espiritual, queremos hablar de una manera que muestre que la fuente de nuestras palabras consoladoras y amorosas es Jehová Dios. Cuando hacemos esto así, nuestra predicación y enseñanza edifican y no engendran sentimientos de inferioridad ni vergüenza en las personas a quienes estamos tratando de ayudar. De manera similar, si damos de nuestro tiempo y nuestras energías al suministrar ayuda física, queremos confiar en Dios como fuente de fortaleza. Esto restaría énfasis a nuestras propias aptitudes y pondría de relieve el hecho de que Dios usa las capacidades que tenemos para efectuar el bien. De este modo, nuestro Padre celestial recibe la gloria. (1 Corintios 3:5-7) Puesto que esta gloria u honra se da al Padre debido a que somos discípulos de su Hijo, Jehová Dios resulta “glorificado por medio de Jesucristo.” Sí, el Altísimo es quien nos da la aptitud y fortaleza necesarias para efectuar el bien.
20. ¿Por qué debemos esperar con anhelo la venida del gran día de Jehová, y, por eso, qué deberíamos estar haciendo?
20 Cuando usamos nuestro tiempo y nuestros haberes y energías para ayudar a otras personas, mostramos que estamos preparados espiritualmente, listos para enfrentarnos al gran día de Jehová. De hecho, el reconocer que el Señor Jesucristo pudiera venir en cualquier momento como ejecutor de la venganza divina puede incitarnos a permanecer despiertos en sentido espiritual. Por eso siempre queremos tener presente la certeza de la venida del gran día de Jehová. Porque ese día ofrecerá magníficas oportunidades para todos los discípulos leales de Jesucristo, correctamente podemos esperarlo con grandes deseos de verlo hecho realidad. El día de Jehová significará que se nos librará para siempre de la injusticia y de las presiones del sistema de cosas actual, y que disfrutaremos de las bendiciones de “nuevos cielos y una nueva tierra.” ¡Qué importante es que mantengamos ese día “muy presente,” y lo deseemos con intenso anhelo! (2 Pedro 3:12, 13) El que participemos celosamente en dar a conocer los propósitos de Dios a otras personas da evidencia de la actitud correcta. Muestra que estamos convencidos de que el día de Jehová vendrá y de que es necesario que otras personas sepan acerca de ello y obren en armonía con el conocimiento de este hecho vital.
21. (a) ¿De qué podemos estar seguros con relación a la promesa de Dios de “nuevos cielos y una nueva tierra”? (b) ¿Cómo debería afectarnos esto?
21 La promesa de Dios acerca de “nuevos cielos y una nueva tierra,” declarada primero por medio del profeta Isaías, se cumplirá en su significado más pleno. (Isaías 65:17; 66:22) Una gobernación justa en manos de Jesucristo y sus reyes-sacerdotes asociados sobre una sociedad terrestre que obrará en conformidad con la ley divina tiene que llegar a ser una realidad. (Revelación 5:9, 10; 20:6) La seguridad que tenemos de esto puede impelernos a actuar, movernos a hacer cuanto podamos para estar entre los que participen de las bendiciones que vendrán como resultado de esa gobernación. El apóstol Pedro amonestó: “Amados, ya que ustedes están esperando estas cosas, hagan lo sumo posible para ser hallados al fin por él inmaculados y sin tacha y en paz.” (2 Pedro 3:14) Como siervos de Dios, nuestro interés está en recibir la aprobación del Señor Jesucristo, por estar sin la mancha o tacha de las actitudes, costumbres y acciones mundanas. Queremos estar libres de la mancilla del pecado. Puesto que el pecado perturba nuestra paz con Dios, es solo por medio de permanecer en una condición que permita expiación por nuestros pecados que se nos puede hallar “en paz” al venir Su gran día.
APRECIE LA PACIENCIA DIVINA
22. ¿Por qué no deberíamos impacientarnos en cuanto al cumplimiento de la promesa de Dios?
22 Aunque es correcto que esperemos los “nuevos cielos y una nueva tierra,” no queremos impacientarnos en cuanto al cumplimiento de esta promesa. El hecho de que el gran día de Jehová no viniera mucho tiempo atrás ha permitido nuestra propia salvación. El apóstol Pedro declaró:
“Consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación, así como también nuestro amado hermano Pablo según la sabiduría que le fue dada les escribió, hablando de estas cosas como también lo hace en todas sus cartas. En ellas, sin embargo, hay algunas cosas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también hacen con las demás Escrituras, para su propia destrucción.”—2 Pedro 3:15, 16.
23. (a) ¿Por qué no debemos abusar de la paciencia de Dios? (b) ¿Cómo sucedió que algunas personas del primer siglo no reconocieron la razón que había detrás de la paciencia de Dios?
23 Como personas que apreciamos la paciencia de Jehová, nuestro deseo debe ser desplegar cuidado y no abusar de ella, de manera que justifiquemos cierto proceder particular de egoísmo fundándonos en que quizás todavía falte mucho tiempo para el gran día de Dios. Parece que en el primer siglo E.C. hubo creyentes que hicieron esto. El apóstol Pedro los describe como “indoctos e inconstantes,” personas que no tenían un entendimiento claro de la Palabra de Dios y desplegaban inestabilidad con referencia a la doctrina y práctica cristiana. Estas personas hasta trataron de usar declaraciones tomadas de las cartas del apóstol inspirado Pablo y otras partes de las Escrituras para excusar su conducta incorrecta. Puede ser que hayan señalado a lo que Pablo había escrito acerca del ejercicio de la conciencia y acerca de que al individuo se le declara justo por fe y no por obras de la ley mosaica como cosas que suministraban libertad para toda clase de acciones contrarias a la voluntad de Dios. (Compare con Romanos 3:5-8; 6:1; 7:4; 8:1, 2; Gálatas 3:10.) Puede que hayan dado mal uso a puntos como los siguientes:
“Cristo nos libertó. Por lo tanto estén firmes, y no se dejen restringir otra vez en un yugo de esclavitud.” (Gálatas 5:1) “Todas las cosas me son lícitas.” (1 Corintios 6:12) “Todas las cosas les son limpias a los limpios.” (Tito 1:15)
Sin embargo, pasaban por alto el hecho de que Pablo también dijo:
“No usen esta libertad como incentivo para la carne; antes bien, mediante el amor, sírvanse como esclavos unos a otros. Porque toda la Ley queda cumplida en un dicho, a saber: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’” (Gálatas 5:13, 14) “Que cada uno siga buscando, no su propia ventaja, sino la de la otra persona.”—1 Corintios 10:24.
24. ¿Por qué debemos vigilar nuestras asociaciones hasta dentro de la congregación?
24 Como sucedió en la congregación del primer siglo, así hoy día hay personas que quisieran extender los límites de la libertad cristiana hasta el punto de llegar a estar esclavizadas al pecado. Por lo tanto, hacemos bien en vigilar con quiénes nos asociamos, para no caer bajo influencias malsanas y ser descarriados. El apóstol Pedro, llamando atención a este hecho, escribió: “Ustedes, por lo tanto, amados, teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados con ellos por el error de gente desafiadora de ley y caigan de su propia constancia.”—2 Pedro 3:17.
ADELANTE COMO CRISTIANO
25, 26. Después de obtener la fe, ¿qué deberíamos estar haciendo en armonía con 2 Pedro 1:5-7?
25 Para no salir perdiendo con relación a las bendiciones que Jehová Dios tiene para nosotros, debemos querer progresar en el vivir y la actividad cristianos. (2 Pedro 3:18) El que hagamos esto armoniza con este estímulo que da el apóstol Pedro:
“Sí, por esta misma razón, contribuyendo ustedes en respuesta todo esfuerzo solícito, suministren a su fe virtud, a su virtud conocimiento, a su conocimiento gobierno de sí mismos, a su gobierno de sí mismos perseverancia, a su perseverancia devoción piadosa, a su devoción piadosa cariño fraternal, a su cariño fraternal amor.”—2 Pedro 1:5-7.
26 Por medio de su Hijo, Jehová Dios nos ha capacitado para ejercer fe. Por eso, en respuesta a lo que se ha hecho a favor de nosotros, o como consecuencia de ello, nuestro deseo debería ser el de desarrollar otras excelentes cualidades que den prueba de que tenemos fe genuina. Hacemos esto por medio de dejar que la Palabra y el espíritu de Dios ejerzan su plena potencia en nuestra vida. (2 Pedro 1:1-4) El apóstol Pedro nos dio la amonestación de ‘contribuir todo esfuerzo solícito,’ esforzarnos diligentemente con toda la fuerza que tenemos, al cooperar con la obra que nuestro Padre celestial está haciendo con relación a plasmarnos en cristianos completos.—Compare con 1 Corintios 3:6, 7; Santiago 1:2-4.
27. ¿Qué quiere decir el añadir virtud a nuestra fe?
27 El que añadamos virtud a la fe significa esforzarnos por ser personas de excelencia moral en imitación de nuestro Dechado, Cristo. Tal virtud o excelencia moral es una cualidad positiva. El que la posee no solo se abstiene de hacer el mal o causar perjuicio a su semejante, sino que también se esfuerza por hacer el bien, y responde positivamente a las necesidades espirituales, físicas y emocionales de otras personas.
28. ¿Por qué es importante seguir adquiriendo conocimiento?
28 La excelencia moral no puede existir sin que haya conocimiento. Necesitamos conocimiento para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. (Hebreos 5:14) También es esencial evaluar precisamente cómo se ha de expresar el bien positivo en una situación dada. (Filipenses 1:9, 10) A diferencia de la credulidad, que toma como cosa liviana el conocimiento, o hasta le presenta resistencia, la fe que tiene base sólida está fundada sobre el conocimiento y siempre se beneficia de él. Por lo tanto, el que seamos diligentes en la aplicación de las Santas Escrituras fortalecerá nuestra fe mientras continuamos adquiriendo conocimiento de Jehová Dios y su Hijo.
29. (a) ¿Por qué es esencial el conocimiento para cultivar el gobierno de uno mismo? (b) ¿Qué relación existe entre el gobierno de uno mismo y la perseverancia?
29 Este conocimiento nos sirve de restricción que evita que cedamos a las pasiones pecaminosas, que nos hagamos inmoderados y desenfrenados en la conducta, y que lleguemos a ser culpables, de otras maneras, de un serio fracaso en cuanto a reflejar la imagen divina en actitud, palabra y acción. El conocimiento contribuye a que tengamos gobierno de nosotros mismos, la capacidad de refrenar uno su persona, sus acciones y habla. Al continuar ejerciendo gobierno de nosotros mismos, tendremos la cualidad esencial de perseverancia. La fortaleza interna que produce la perseverancia también puede suministrarnos mayor resistencia a la tendencia a ceder a las pasiones pecaminosas, a transigir al sufrir persecución o a llegar a estar preocupados con los afanes diarios, los placeres o las posesiones materiales. Esta perseverancia o aguante nos viene porque ponemos nuestra confianza en el Altísimo para obtener fortaleza y guía.—Compare con Filipenses 4:12, 13; Santiago 1:5.
30. (a) ¿Qué es la devoción piadosa, y cómo se manifiesta? (b) ¿Qué muestra que la piedad no puede existir sin que la acompañe el cariño fraternal?
30 La devoción piadosa, o el comportarse con reverencia, debe añadirse a la perseverancia. Esta actitud distingue el entero derrotero de vida del cristiano genuino. Se manifiesta en saludable estima y honra al Creador y un profundo respeto e interés con relación a los padres u otras personas a quienes se debe devoción. (1 Timoteo 5:4) Sin embargo, cuando no hay cariño fraternal la piedad no puede existir. El apóstol Juan declaró:
“Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios,’ y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto.” (1 Juan 4:20)
Cualquiera que se enorgulleciera de su reverencia y devoción todavía carecería de algo tremendamente importante si no mostrara cariño, bondad y amigabilidad a sus hermanos. No podemos ser afectuosos para con Dios y fríos para con nuestros hermanos.
31. ¿A quiénes debemos mostrar amor, y por qué?
31 El amor es la cualidad sobresaliente que debe evidenciarse de manera especial en nuestra vida. Esta clase de amor no se debe limitar a nuestros hermanos cristianos. Aunque se requiere que mostremos cariño a nuestros hermanos espirituales, el amor se debe mostrar a toda la humanidad. Este amor no depende de la condición moral del individuo. Se debe mostrar hasta a los enemigos, y particularmente se expresa en un deseo de ayudarles espiritualmente.—Mateo 5:43-48.
32. ¿En qué resulta el que apliquemos el consejo de 2 Pedro 1:5-7?
32 ¿Qué resultado tiene el que a la fe se le añada virtud, conocimiento, gobierno de uno mismo, perseverancia, devoción piadosa, cariño fraternal y amor? El apóstol Pedro contesta: “Si estas cosas existen en ustedes y rebosan, impedirán el que ustedes sean inactivos o infructíferos respecto al conocimiento exacto de nuestro Señor Jesucristo.” (2 Pedro 1:8) Entonces no estaremos parados, inactivos, muertos en sentido espiritual. Si en nuestro corazón se alojan cualidades piadosas que verdaderamente llegan a ser parte de nosotros, esas cualidades nos moverán a pensar, hablar y obrar de una manera que tendrá la aprobación divina. (Compare con Lucas 6:43-45.) Cuando esto es lo que sucede en nuestro caso, la venida del Señor Jesucristo para apoderarse del control pleno de los asuntos de la Tierra será el principio de bendiciones que sobrepasarán por mucho lo que ahora podemos imaginarnos.
33-35. ¿De qué manera nos beneficia el vivir como discípulos de Jesucristo?
33 Por lo tanto, nunca nos descuidemos en nuestra conducta ni en el cumplimiento de nuestras responsabilidades cristianas, entre ellas la obra vital de dar a conocer el mensaje de Dios a otras personas. Si hemos escogido una vida de discípulos de Jesucristo, podemos disfrutar de una conciencia limpia y de compañía saludable con nuestros compañeros de creencia. Podemos experimentar la ayuda fortalecedora que viene de Dios en tiempo de prueba, y nuestra relación con otras personas mejorará a medida que concienzudamente apliquemos los principios bíblicos.
34 No hay aspecto alguno de la vida —en el hogar, en el trabajo, en nuestros tratos con autoridades gubernamentales de todo nivel— que no haya de recibir influencia que lleve a mejora si nos esforzamos por seguir la Palabra de Dios. Ella también nos hará estar más al tanto de la importancia de poner todo el corazón en alcanzar a tantas personas como se nos haga posible con el mensaje consolador de la Biblia. Hallaremos gran felicidad y un sentido de logro al responder a las necesidades de nuestro semejante humano, especialmente a sus necesidades espirituales.
35 Lo más importante de todo es que el vivir como discípulos genuinos de Jesucristo es el único proceder que promete un futuro eterno de vida feliz. De seguro que no desearíamos perder lo que hemos ganado. Que con el transcurso de cada día nos hallemos en un estado de alerta para la venida de nuestro Amo en la capacidad de rey completamente victorioso. Solo entonces podremos participar en el gozo ilimitado que es el resultado de que hayamos escogido apegarnos a nuestro compromiso de servir a Jehová Dios con fidelidad.