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La bestia salvaje que asciende del marLa Atalaya 1963 | 1 de septiembre
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modernos por Alemania como sucesora de Roma, la sexta potencia mundial, que fue transformada gradualmente desde la Roma pagana al Santo Imperio Romano de la Nación Germánica. Recibió una herida mortal durante la I Guerra Mundial, de la cual se sanó; ha sido solo parcialmente sanada de la herida que recibió durante la II Guerra Mundial.
El tener la marca de esta bestia en la frente o las manos de uno significa que uno está prestando apoyo a la organización de Satanás, mental o físicamente, de ese modo violando el mandato de “mantenerse sin mancha del mundo.” (Sant. 1:27) Tal amistad con el mundo, sin embargo, significa enemistad con Dios.
Se dice que esta bestia tiene un número, 666. En las Escrituras el número seis es un símbolo de imperfección o de estado incompleto. (1 Sam. 17:4; 2 Sam. 21:20; Dan. 3:1) La organización visible de Satanás se compone de tres elementos gobernantes básicos: la religión falsa, el comercio codicioso y la política mundana. Estos tres serían bien representados por el número imperfecto de 666; la religión falsa por 600, el comercio codicioso por 60 y la política mundana por 6, cuanto más grande el número tanto mayor el grado de reprensibilidad asociada con él. En el Armagedón esta bestia salvaje, la organización visible de Satanás, se alinea de parte de Satanás y sus hordas demoníacas en su lucha contra Cristo, el Rey de los reyes, y en esa guerra esta bestia y sus cohortes sufrirán la derrota total.—Apo. 13:18; 14:9, 11; 15:2; 16:2; 19:19, 20.
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La bestia de dos cuernosLa Atalaya 1963 | 1 de septiembre
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La bestia de dos cuernos
EN Daniel 8:20 un ángel de Dios le dijo a Daniel que el carnero de dos cuernos que él vio representaba el reino binario de Medo-Persia. Por medio de esta explicación Dios arroja luz sobre lo que se representa por la bestia salvaje que el apóstol Juan vio después de haber visto el dragón y la bestia salvaje que ascendió del mar: “Y vi otra bestia salvaje ascender de la tierra, y tenía dos cuernos como cordero, pero empezó a hablar como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia salvaje en su presencia. Y hace que la tierra y los que moran en ella adoren la primera bestia salvaje, cuya herida mortal se sanó. Y ejecuta grandes señales . . . Y extravía a los que moran sobre la tierra, a causa de las señales que se le concedieron que ejecutara a la vista de la bestia salvaje.”—Apo. 13:11-14.
¿Qué pudiera representar esta bestia salvaje? Han descollado prominentemente delante de la bestia salvaje u organización visible de Satanás Gran Bretaña y los Estados Unidos de Norteamérica. Mientras que los dos son naciones separadas, en realidad han funcionado como una potencia mundial binaria, siendo iguales su idioma, su herencia, sus principios y sus normas, y han estado trabajando juntos desde que hicieron las paces en la Guerra de 1812. Así la historia registra que desde la promulgación de la Doctrina de Monroe en 1823 han estado colaborando en asuntos mundiales; ejemplos sobresalientes de lo cual suministraron en las I y II Guerras Mundiales.
De todas las potencias mundiales que han dominado este globo, desde Egipto en adelante, esta potencia mundial binaria angloamericana ha sido la mayor. Se ha esparcido más que ninguna otra, y por medio de suceder al Santo Imperio Romano como la potencia mundial dominante llegó a ser la séptima potencia mundial de la profecía bíblica y de la historia. El que tenga cuernos de cordero está de acuerdo con la jactancia de Gran Bretaña y Estados Unidos de Norteamérica de que han librado solamente guerras defensivas y no guerras de conquista. Cierto es que no fue mediante conquistas militares, como las de Alejandro Magno y de Napoleón, que Gran Bretaña por la primera vez llegó a ser una potencia mundial, uniéndose a ella los Estados Unidos hacia principios del siglo diecinueve para formar la potencia mundial angloamericana. Ha logrado sus fines por medio de los métodos corderinos, por decirlo así, de la diplomacia, el comercio y la religión. Aunque se ha hecho pasar por cordero, ha tenido, sin embargo, la voz de un dragón, una voz poderosa, voz parecida a la del dragón, Satanás el Diablo.
En virtud de ser ella la potencia mundial, esta bestia de dos cuernos ha ejercido toda la autoridad de la primera bestia salvaje, dominando al resto del mundo. Debido a su posición prominente en el mundo de Satanás el efecto de sus miras y métodos ha sido el de hacer que las naciones del mundo den su devoción a la organización de Satanás en vez de a Dios y su reino.
Está vinculada con el dragón y la bestia salvaje en Apocalipsis 16:13, donde se le llama el “falso profeta.” El que este falso profeta es de veras idéntico a la bestia de dos cuernos está claro tanto por los hechos físicos como por la referencia a él en Apocalipsis 19:20, donde se representa al “falso profeta” como habiendo hecho las cosas que se ha mencionado que hizo la bestia de dos cuernos en el capítulo 13. “La bestia salvaje fue prendida, y junto con ella el falso profeta que ejecutó delante de ella las señales con las cuales extravió a los que recibieron la marca de la bestia salvaje.” Apropiadamente se le llama un falso profeta, porque ha servido como vocero para la bestia salvaje, la organización visible de Satanás, y eso con la voz de un dragón. Tendrá el mismo destino que la bestia salvaje del mar, porque, “mientras aun vivían, los dos fueron echados en el lago de fuego que arde con azufre.” Se manifiesta en otra parte que este lago de fuego es la muerte segunda, es decir, la aniquilación o destrucción eterna.—Apo. 19:20; 20:14.
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La bestia de color escarlataLa Atalaya 1963 | 1 de septiembre
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La bestia de color escarlata
LA CUARTA o última bestia que vio el apóstol Juan en su visión apocalíptica fue también la última en aparecer en tiempos modernos en el cumplimiento del Apocalipsis. Respecto a ella Juan escribió: “Vi a una mujer sentada sobre una bestia salvaje de color escarlata que estaba llena de nombres blasfemos y que tenía siete cabezas y diez cuernos. La bestia salvaje que viste era, pero no es, y no obstante está a punto de ascender del abismo, y ha de irse a la destrucción. Y cuando vean cómo la bestia salvaje era, pero no es, y no obstante estará presente, los que moran sobre la tierra se sorprenderán con admiración . . . Las siete cabezas significan siete montes, donde la mujer se sienta encima. Y hay siete reyes: cinco han caído, uno es, el otro todavía no ha llegado, pero cuando llegue tiene que permanecer por un tiempo
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