Dejando que Dios sea el Soberano de nuestra vida
“La soberanía del mundo ha pasado a posesión de nuestro Señor y su Cristo, y él reinará para siempre jamás.”—Rev. 11:15, An American Translation.
1, 2. ¿Es realmente de tanta importancia quién sea el soberano de nuestra vida? ¿Cómo podemos ilustrar este punto?
¿ES REALMENTE de tanta importancia quién sea el soberano de nuestra vida? ¡Ciertamente lo es! De seguro que en cualquier país donde el gobernante tiene poder absoluto es de importancia el que la gente tenga un buen soberano o un mal soberano.
2 Por el título “soberano” se quiere decir un monarca o gobernante político que tiene el poder supremo y que es de categoría superior a toda otra persona en el país en lo que se refiere a posición, autoridad y facultad ejecutiva. Tal monarca o gobernante tiene poderes soberanos. Su gobernación afecta la vida de todos sus súbditos, para bien o para mal. Un sabio monarca de la antigüedad declaró el asunto de esta manera: “Cuando los justos llegan a ser muchos, el pueblo se regocija; pero cuando alguien inicuo gobierna, el pueblo suspira.”—Pro. 29:2.
3. ¿Qué dos fuerzas políticas superpoderosas hoy se esfuerzan por dominar las almas de todos los hombres en la Tierra?
3 Hoy vivimos en tiempos muy críticos. No podemos esquivar la cuestión acerca de la soberanía de nuestra vida. Superficialmente, parece que dos grandes fuerzas políticas están enfrascadas en una enconada contienda por dominación, por soberanía, sobre la vida de toda la gente en la Tierra. Hasta las naciones que alegan que son neutrales en lo político se ven obligadas a presentar firmes defensas contra el verse arrolladas por una o la otra de estas fuerzas políticas superpoderosas. Hay bloques de naciones alineados a cada lado en esta contienda inflexible por el control de las almas de los hombres. Un lado favorece la organización rígida, la reglamentación completa de la gente en sus asuntos particulares y públicos. Ni siquiera la religión, si es que acaso se permite ejercerla, queda libre de ser dominada y regulada por los políticos. El otro lado permite una medida de libertad en la vida personal y las actividades de los ciudadanos. Pero exige el pleno control de la vida de la gente cuando los intereses del Estado político están en peligro inminente y tienen que ser defendidos contra agresión violenta.
4. ¿Qué contienda, mayor que la que existe entre el comunismo y la democracia, está llegando ahora a un punto culminante?
4 No obstante, hay una contienda de mucho mayor magnitud que el susodicho conflicto político, por gobernación sobre la vida de toda criatura humana. La contienda entre el comunismo internacional y la democracia capitalista es global. La contienda mayor envuelve el universo entero. Es entre las dos grandes fuerzas morales, una por el bien y la otra por el mal. Esta contienda ha durado ya casi seis milenios de la historia humana. Pronto llegará a un punto culminante. Las dos fuerzas en contienda están relacionadas con personajes inteligentes. Por eso no son dos fuerzas ciegas, como el magnetismo y la gravitación, que funcionen impersonalmente para bien y para mal, sin dirección inteligente tras ellas. Por consiguiente, el mal existe porque hay personajes que hacen lo malo, y el bien existe porque hay personajes que hacen lo bueno. Hay una fuente personal para la operación del bien. De igual manera, hay una fuente personal para la operación de lo que es malo. Las leyes buenas emanan de una Inteligencia buena; las leyes malas de una Inteligencia mala.
5. ¿Con qué se compara a estas dos fuerzas, y por qué?
5 A las dos fuerzas contendientes se les compara con la luz y la oscuridad. A la fuerza que está a favor del bien se le compara con la luz, puesto que los hechos de bondad se efectúan a la luz, pues el hacedor de éstos no se avergüenza ni teme. A la fuerza que está a favor del mal se le compara con la oscuridad, puesto que los hechos de la maldad se efectúan en la oscuridad, pues el hacedor de éstos se da cuenta de que está haciendo lo malo y no desea que se le castigue. Cuando está ocupado en malos hechos que efectúa en la oscuridad para evitar que se le descubra, el que hace esas cosas malas odia la luz que tiene el poder de ponerlo al descubierto. Es tal como dijo un escritor extensamente leído y citado: “Los hombres han amado la oscuridad más bien que la luz, porque sus obras eran inicuas. Porque el que practica cosas viles odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean censuradas. Pero el que hace lo que es verdad viene a la luz, para que sus obras sean puestas de manifiesto.”—Juan 3:19-21.
6. ¿Cómo se ponen en contraste en Romanos 13:12-14 los hechos que están asociados con la oscuridad y los que están asociados con la luz?
6 Otro conocido escritor del primer siglo E.C., mostrando también el contraste entre las obras que están asociadas con la oscuridad y las que están asociadas con la luz, dijo a personas que se habían comprometido a hacer lo bueno: “La noche está muy avanzada; el día se ha acercado. Por lo tanto, quitémonos las obras que pertenecen a la oscuridad y vistámonos las armas de la luz. Como de día andemos decentemente, no en diversiones estrepitosas y borracheras, no en coito ilícito y conducta relajada, no en contienda y celos. . . . no estén haciendo planes con anticipación para los deseos de la carne.”—Rom. 13:12-14.
7. (a) En la noche en que Jesús fue traicionado, la autoridad que prevaleció fue la de ¿qué? (b) ¿Quién era el más interesado en hacer que se produjera el gran crimen del día de la Pascua de 33 E.C.?
7 El Fundador del cristianismo, cuando fue traicionado por uno de sus propios doce apóstoles, el traidor Judas Iscariote, dijo a la muchedumbre armada que vino al amparo de la noche para apoderarse de él en secreto: “Esta es su hora y la autoridad de la oscuridad.” (Luc. 22:53) La autoridad de la oscuridad prevaleció en aquella trágica noche, pero se necesitaron agentes humanos que efectuaran las obras de la oscuridad que llevaron al mayor crimen de la historia humana en la tarde siguiente, el día de la Pascua del año 33 E.C. Además, había alguien más encumbrado y más poderoso que tenía mayor interés en que se cometiera aquel crimen que los hombres que lo perpetraron. Había una inteligencia invisible superior que estaba usando su influencia en ellos para cometer ese crimen. Esa inteligencia sobrehumana fue quien aprovechó la oportunidad que se le presentó e inyectó en el corazón de Judas Iscariote la baja idea de traicionar a su inocente Amo. En términos inequívocos el registro dice: “Satanás entró en Judas, el que se llamaba Iscariote, que se contaba entre los doce [apóstoles]; y él se fue y habló con los principales sacerdotes y los capitanes del templo acerca de la manera eficaz de traicionarlo a ellos.” (Luc. 22:3, 4) En la cena de la Pascua, cuando Jesucristo identificó al que lo traicionaba por medio de darle un bocado de alimento, entonces, como nos dice el registro, “después del bocado . . . Satanás entró en éste. . . . De manera que después de recibir el bocado, salió inmediatamente. Y era de noche.”—Juan 13:27-30.
8. ¿Cómo identificó Jesús al instigador de toda aquella actividad criminal? ¿Resultó ganador aquél?
8 Después de esto, estando Jesús a solas con los once fieles apóstoles, señaló al verdadero instigador de toda la actividad criminal que se estaba efectuando, cuando les dijo: “¡Mira! Satanás ha demandado tener a ustedes para zarandearlos como a trigo.” (Luc. 22:31) Como resultado de esto, estos once apóstoles fueron esparcidos como trigo zarandeado por cierto tiempo, y hasta abandonaron a su Caudillo Jesús. Pero Satanás el Diablo no salió ganando, porque estos apóstoles se reunieron de nuevo y trabajaron juntos como grupo unido bajo la jefatura de su Caudillo resucitado. En esto estuvo incluido hasta el apóstol Simón Pedro, quien negó a Jesús tres veces en aquella noche de la Pascua.—Luc. 22:47-62; Mat. 26:31, 35; Mar. 14:50-52.
EL SOBERANO INICUO
9. ¿Cómo indicó Jesús que detrás de la intención de matarlo de los judíos había una inteligencia sobrehumana?
9 ¡No queda lugar para duda! Allá en aquel tiempo en el primer siglo de nuestra era común hubo una inteligencia sobrehumana que era invisible a los ojos humanos pero que con toda la eficacia precisa dirigió las acciones de sus agentes humanos en la ejecución de hechos de oscuridad moral. Ese fue Satanás el Diablo. Pues, notemos que Jesucristo hasta dijo a los de su propio país que estaban permitiendo que aquel inicuo los usara: “Si son hijos de Abrahán, hagan las obras de Abrahán. Pero ahora procuran matarme, . . . Abrahán no hizo esto. Ustedes hacen las obras de su padre. . . . Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ése era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque él es mentiroso y el padre de la mentira.”—Juan 8:39-44.
10. ¿Qué dijo Jesús acerca de un imaginario “servicio sagrado” a Dios, pero qué regla aplica en este caso?
10 Hasta este mismo día, los judíos naturales, circuncisos, sufren las lamentables consecuencias de las obras de la oscuridad que se hicieron dentro de su nación hace mil novecientos años. Esto ilustra lo que le puede suceder a una nación entera si llega a estar bajo la influencia de esa inteligencia sobrehumana invisible, Satanás el Diablo. Jesucristo llamó a este Maligno “el gobernante de este mundo,” y la propia nación de Jesús cedió a ése como “gobernante” de ellos, soberano de ellos, en vez de al Dios a quien alegaban adorar en el templo de Jerusalén. Jesucristo dijo a sus fieles apóstoles: “Viene la hora en que todo el que los mate se imaginará que ha rendido servicio sagrado a Dios.” (Juan 12:31; 16:2) ¡Pero, no! El religioso mal dirigido que comete ese mal está de hecho rindiendo servicio al Adversario de Dios, Satanás el Diablo. Aquí aplica la regla que se declara correctamente en estas palabras: “Si siguen presentándose a alguien como esclavos para obedecerle, son esclavos de él porque le obedecen.”—Rom. 6:16.
11. Advirtiéndonos en cuanto a la existencia de otros gobernantes inicuos además de los de carne y sangre, ¿qué escribió Pablo acerca de la lucha cristiana?
11 Hoy es tiempo de que la gente despierte y se dé cuenta de que hay otros gobernantes mundiales además de los que son visibles, de sangre y carne, en la Tierra. Advirtiéndonos en cuanto a ese hecho, el apóstol Pablo, que sufrió a manos de los que se imaginaban que estaban rindiendo un servicio sagrado a Dios, dijo a sus compañeros de creencia que vivían en la ciudad pagana de Éfeso, Asia Menor: “Pónganse la armadura completa que proviene de Dios para que puedan estar firmes contra las maquinaciones del Diablo; porque tenemos una lucha, no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad [los Dominadores de este mundo tenebroso, Biblia de Jerusalén], contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales [los Espíritus del Mal que están en las alturas, BJ].”—Efe. 6:11, 12.
12. ¿Bajo quién están los “dominadores de este mundo tenebroso,” y qué pregunta nos hacemos debido al hecho de que estamos en este mundo?
12 ¿Quiénes hoy, en la segunda mitad de este siglo veinte, disputarán contra el hecho de que la oscuridad moral —es decir, las obras y hechos de clase mala— predomina en la Tierra? Niéguenlo como pudieran negarlo muchas personas materialistas, sabias a la manera del mundo, subsiste el hecho, y existe la evidencia que lo muestra, de que hay “gobernantes mundiales de esta oscuridad,” o, como vierte este texto bíblico griego la Versión Nácar-Colunga: “los dominadores de este mundo tenebroso.” Todas estas “fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales [invisibles]” están bajo la soberanía de Satanás el Diablo, “el inicuo.” (Efe. 6:16; Mat. 13:19) Enfrentémonos todos con actitud práctica a este hecho claro. Significa algo muy personal para nosotros. ¿Qué? Bueno, todos nosotros estamos, sin que podamos escapar de ello, “en el mundo.” (Juan 17:11) Por eso estamos sintiendo los efectos de todos los tiempos difíciles por los cuales ha estado pasando el mundo de la humanidad, especialmente desde el año 1914, y esto hace que nos demos cuenta de la mala situación en que nos encontramos. Por eso, la pregunta que ninguno de nosotros puede evadir es ésta: Puesto que Satanás el Diablo es el “gobernante de este mundo,” donde nos encontramos... ¿es él por esa razón el soberano de nuestra vida?
13. ¿En qué posición yace todavía el mundo respecto al inicuo, y por eso, qué preguntas sería aconsejable que nos hiciéramos?
13 Esta pregunta personal merece nuestra seria y honrada consideración. Las condiciones del mundo hoy no han cambiado en absoluto de lo que eran hace diecinueve siglos cuando el último escritor de la Biblia dijo: “El mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.” (1 Juan 5:19) Por eso, individualmente nos podemos preguntar: ¿Estoy incluido yo en eso? ¿Estoy yo también yaciendo en el poder del Diablo, el inicuo, el soberano de este mundo? La situación no cambiará con que solo nos ofendamos porque se presente una interrogación de esa índole y digamos: ‘El considerar esa pregunta me repugna muchísimo, sí, es un insulto muy grande para mí tomarla en cuenta, con respeto para mí mismo.’ Ciertamente que no queremos engañarnos, ¿verdad? Sin embargo, pudiéramos hacerlo. El escritor bíblico estaba prediciendo los acontecimientos de nuestro propio tiempo cuando describió del siguiente modo el rebajamiento del Inicuo y sus fuerzas espirituales:
14, 15. ¿A quiénes está extraviando el Diablo, y cuándo, originalmente, se le hará cesar de esto?
14 “De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Y oí una voz fuerte en el cielo decir: ‘. . . Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.’”—Rev. 12:9-12.
15 Ese Archiengañador no tiene en el fondo el buen interés de nadie en la Tierra. Todavía anda suelto en la vecindad de nuestra Tierra a la cual ha sido arrojado. No se le hará cesar de extraviar a la entera tierra habitada sino hasta después de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón, que está constantemente más cerca. Entonces será que, originalmente, él, junto con sus ángeles demoníacos, será ‘arrojado en el abismo para que no extravíe más a las naciones hasta que terminen los mil años’ del reinado de Jesucristo. (Rev. 16:14, 16; 20:1-3) Ese tiempo en el cual se ha de remover de la vecindad de nuestra Tierra a Satanás el Diablo y sus demonios y aislarlos en un lejano abismo no ha llegado todavía, y la apariencia que presentan las cosas en la Tierra hoy demuestra que todavía no ha llegado. Por eso, cada uno de nosotros, sin excepción, todavía está expuesto a ser extraviado por el diabólico soberano del mundo. Si por confianza en nosotros mismos alegamos que no nos está extraviando el que tiene en su poder al mundo entero, entonces ¿hallamos que estamos luchando con buen éxito contra fuerzas sobrehumanas de iniquidad? O se nos está extraviando o estamos luchando; es una cosa o la otra.
16. Si nos hacemos parte de este mundo no estaremos luchando contra ¿quiénes? ¿y por qué no tendrán buen éxito los esfuerzos que se hagan por reformar al mundo?
16 Por eso, que todos los que insisten con firmeza en que Satanás el Diablo no es el soberano de su vida se pregunten con toda honradez: ¿Estoy yo luchando triunfalmente contra los “gobiernos” de la organización sobrehumana invisible del Diablo, contra las autoridades de ésta, contra los “poderes mundanos de estas tinieblas,” contra “las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales”? (Efe. 6:12, Straubinger; Traducción del Nuevo Mundo) El mundo extraviado de la humanidad no está haciendo eso, y, si nos hacemos parte de este mundo, entonces nosotros tampoco lo estamos haciendo, sin importar cuánto estemos tratando de reformar a este mundo políticamente, religiosamente, socialmente, materialmente. Al tratar de mejorar la organización visible del Diablo en la Tierra la gente sencillamente está tratando de hacer que siga funcionando por el tiempo que lo permita el esfuerzo, y por hacerlo más atractivo y tolerable. Esos esfuerzos de reforma nunca introducirán un milenio de paz, prosperidad y felicidad para toda la humanidad. Este mundo o sociedad humana bajo sus arreglos actuales no está señalado para reforma global ¡Está señalado para ruina, y el “gobernante de este mundo” no puede impedir esto!
17, 18. Si el Diablo no es nuestro soberano, entonces, ¿quién queda para que sea eso, y qué dice éste acerca de su existencia?
17 ¿Vamos a dejar que Satanás el Diablo, la fuente de la iniquidad, asuma poder como soberano de nuestra vida solo porque no podemos salir de este mundo y necesariamente tenemos que estar en él? Si no deseamos dejar que esto suceda, entonces ¿quién nos queda para que lo escojamos como el soberano de nuestra vida? Es Aquel en oposición al cual Satanás el Diablo está como gran Adversario. Es el único Dios vivo y verdadero. (Jer. 10:10) Es Quien, según dice la Santa Biblia, lleva el nombre de Jehová. (Sal. 83:18) No es un simple principio abstracto, no es un espíritu impersonal, informe, fluido, que esté difundido por todo el universo y todas las cosas tangibles de éste. Es una persona, tan plenamente como Satanás el Diablo es una persona. Acerca de sí mismo usa lenguaje que indica que él tiene un cuerpo, aunque no podemos imaginarnos su forma. A diferencia de Satanás el Diablo, que se hizo a sí mismo un dios, Jehová es el Dios original, el Dios que no fue formado por ninguna criatura en existencia, el Dios que estuvo solo antes de todo lo creado. Correctamente él dice lo siguiente acerca de sí mismo, en contraste con los dioses de hechura humana de las naciones:
18 “Antes de mí no fue formado dios alguno, y después de mí continuó sin que lo hubiese. Yo... yo soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador.”—Isa. 43:10, 11.
19, 20. ¿Por qué es Jehová Dios la Fuente de todo lo bueno, y semejante a quién creó Él al primer hombre?
19 Él es el Ser personal inteligente que es la fuente de todo lo bueno. Esto se debe a que Él mismo es enteramente bueno. Fue Él quien creó nuestra Tierra y los cielos y todas las cosas que hay en ellos. Fue Él quien puso al hombre sobre la Tierra y lo hizo semejante a Aquel que es enteramente bueno. El primer libro de la Santa Biblia nos dice “Procedió Dios a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra.’ . . .
20 “Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire! era muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día sexto.”—Gén. 1:27-31.
21. ¿En qué condición dejó Dios la creación, sin razonar consigo mismo de modo que creara qué?
21 Cuando Dios vio que todo lo que había creado era “muy bueno,” dejó que permaneciera bueno y desistió de sus obras de creación en cuanto a nuestra Tierra y el hombre sobre ella. No dijo: ‘Para todo tiene que haber lo contrario. En contraste con lo que es “muy bueno,” tiene que haber lo contrario, lo que es malo. Y por eso tengo que crear lo que es malo. Yo soy un Dios bueno, y por eso tengo que crear a mi contrario, un dios inicuo. Tengo que poner en operación un principio de mal. Tengo que dar a la humanidad motivo para hacer lo que es malo.’
22. ¿Qué ilustración apostólica se da para mostrar que Dios no puede ser la fuente de lo que es bueno y de lo que es moralmente malo?
22 ¡No! Dios no formuló tan incorrecta filosofía. Él no podía ser la fuente de lo que es bueno y de lo que es malo, del mismo modo que un manantial no puede ser fuente de agua dulce y agua salada al mismo tiempo. (Sant. 3:12) Él no puede ser luz y oscuridad al mismo tiempo. El apóstol Pablo planteó la pregunta pertinente: “¿Qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz con la oscuridad?” (2 Cor. 6:14) Para ilustrar cómo el Dios verdadero es todo lo que es claro, resplandeciente limpio e iluminador, el apóstol Juan escribió: “Dios es luz y no hay oscuridad alguna en unión con él. Si hacemos la declaración: ‘Estamos teniendo participación con él,’ y sin embargo seguimos andando en la oscuridad, estamos mintiendo y no estamos practicando la verdad. Sin embargo, si estamos andando en la luz, como él mismo está en la luz, sí tenemos participación los unos con los otros.”—1 Juan 1:5-7.
23, 24. (a) ¿Cómo es Dios ‘el Padre de las luces celestes’? (b) ¿De qué manera, como en el primer día de creación, hizo Dios que la luz espiritual resplandeciera en los tiempos apostólicos?
23 Jehová es el Dios del esclarecimiento o iluminación para provecho de sus criaturas, sea que estén en el cielo o en la Tierra. ¡Qué significativo fue que en el primer día de la semana de creación de Dios su mandato fuera: “Llegue a haber luz”! Debido al hecho de que creó cuerpos portadores de luz en los cielos para dar luz a las criaturas que están sobre la Tierra, se le ha llamado ‘el Padre de las luces celestes.’ La luz natural del día es una de las cosas buenas procedentes de él, como está escrito: “Toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba, porque desciende del Padre de las luces celestes, y con él no hay la variación del giro de la sombra.”—Gén. 1:3, 14-18; Sant. 1:17.
24 ¡Qué elocuente con relación al poder de Dios para impartir esclarecimiento es esta declaración del apóstol Pablo: “Dios es el que dijo: ‘De la oscuridad resplandezca la luz,’ y él ha resplandecido en nuestros corazones para iluminarlos con el glorioso conocimiento de Dios por el rostro de Cristo”! (2 Cor. 4:6) Ante este testimonio, nadie puede decir con veracidad que Jehová, el Dios de la Biblia, cree en la oscuridad de la ignorancia y de la enseñanza falsa. Junto con el apóstol cristiano Juan tenemos que decir que “Dios es luz” y, como tal, es el más grande Esclarecedor de toda la existencia. El cristianismo, el de la clase verdadera y no el que profesan las iglesias de la cristiandad, es el mayor esclarecimiento que se le ha enviado a la humanidad. ¡Como la luz, es dador de vida, es dador de libertad!
25. Si dejamos que este Dios del esclarecimiento sea el Soberano de nuestra vida, ¿cómo estará iluminada nuestra vida?
25 ¿Es este Dios del esclarecimiento el Personaje espiritual que deseamos que sea el Soberano de nuestra vida? Si lo hacemos eso, entonces nuestra vida positivamente estará iluminada con la luz de la verdad, con la luz que nos da libertad para movimiento y acción libre, inteligente, en lo que es correcto, y con la luz que nos muestra la senda a la vida eterna en armonía con el Soberano del universo.
[Ilustración de la página 269]
Judas Iscariote permitió que Satanás el Diablo llegara a ser su soberano, y traicionó a Jesucristo