El punto de vista bíblico
¿Consumó Dios cada obra creativa el mismo “día” que la inició?
EN OCASIONES a los testigos de Jehová les formulan preguntas respecto al orden de la creación según se presenta en su libro La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación? Algunas de estas preguntas aluden a la diferencia entre el orden presentado en el libro y el orden en el que la mayoría de los geólogos afirman que tuvieron lugar esos acontecimientos.
Por ejemplo, muchos geólogos afirman que las aves aparecieron después de los mamíferos, mientras que el libro Creación, en la página 37, dice lo contrario.
Sin embargo, otros geólogos —a diferencia de los primeros— creen que las aves aparecieron antes de los mamíferos. Un ejemplo lo encontramos en el libro Evolution, de Colin Patterson, página 132 (publicado en español con el título La Evolución), lo que indica que las pruebas que ofrece el registro fósil no son definitivas.
Pero, ¿quedó siempre terminado en cada día creativo del capítulo 1 de Génesis todo lo que se empezó en ese día, o se prolongaron los actos creativos más allá del día en que empezaron? Basándose en la Biblia, el libro Creación dice que se empezaron a crear criaturas voladoras antes de que aparecieran los mamíferos. La palabra hebrea que se traduce “criaturas voladoras” en Génesis 1:20 es ʽohf, un término que puede abarcar insectos alados y reptiles voladores como los pterosaurios. Puede que los primeros insectos precedieran a criaturas como los pterosaurios, y que estos reptiles voladores de alas membranosas aparecieran antes que las aves y los mamíferos.
El relato bíblico sobre la creación no registra todo detalle de las obras creativas de Jehová Dios, sino que enumera algunos de los principales acontecimientos que sucedieron durante la preparación de la Tierra para recibir a los seres vivos y explica la aparición ordenada de grandes categorías de vida vegetal y animal. Por eso el registro de Génesis no presenta por separado a los insectos alados, los reptiles voladores y las aves, sino que los agrupa a todos bajo un mismo término hebreo general y abarcador que se traduce “criaturas voladoras”.
En la Biblia, el estado imperfecto de los verbos hebreos utilizados en el capítulo 1 de Génesis indica que la creación fue una actividad divina de carácter progresivo. Además, los días creativos de dicho capítulo no fueron de veinticuatro horas, sino períodos que se extendieron por muchos miles de años. (Véase La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación?, págs. 26-7.)
Por ejemplo, Génesis 1:3 dice que la creación de la luz tuvo lugar en el primer día. Según la traducción inglesa de J. W. Watts, este versículo dice: “Después Dios procedió a decir: ‘Haya luz’; y gradualmente llegó a existir la luz”. La traducción inglesa de Benjamín Wills Newton lo vierte con el mismo sentido de desarrollo continuo de un proceso que se ha comenzado en un momento dado: “Y Dios procedió a decir [futuro]: Que la Luz llegue a ser, y la Luz procedió a llegar a ser [futuro]”. (Los corchetes son de Newton; las cursivas son nuestras en ambas citas.) La intensidad de la luz que penetró hasta la superficie terrestre fue aumentando, y ese proceso continuó en el futuro. (Véase la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras [con referencias], publicada por la Sociedad Watchtower Bible and Tract de Nueva York, Inc., Apéndice 3C, págs. 1571-2.)
La “creación” de la luz con respecto a la Tierra que comenzó en el primer día no terminó ese día. Por supuesto, las fuentes de la luz ya existían antes de aquel primer día, pero no eran visibles desde la superficie terrestre. (Génesis 1:1.) Durante el primer día, las capas de nubosidad que envolvían la Tierra como si fueran ‘pañales’ (Job 38:9) empezaron a disiparse y así permitieron que penetrase hasta la superficie terrestre un poco de luz difusa. A medida que esas capas interferentes se disiparon cada vez más, la luz que penetraba se hacía más intensa.
En el segundo día creativo, Dios hizo que se dividieran las aguas que había sobre la superficie de la Tierra y las de arriba de la Tierra, dejando una expansión, o atmósfera, entre ambas aguas. La traducción de Watts vierte Génesis 1:6, 7 de la siguiente manera: “Entonces Dios continuó, y dijo: ‘Haya una expansión en medio de las aguas; también haya una separación entre las aguas’. Por consiguiente, Dios procedió a dividir las aguas que estaban bajo la expansión de las aguas que estaban sobre la expansión; y gradualmente llegó a ser así”. (Cursivas nuestras.) Tal como en el primer día la luz comenzó a brillar sobre la superficie de la Tierra, pero no a un grado total, en el segundo día comenzó a formarse la expansión. No obstante, dicha expansión no quedó terminada de inmediato.
Respecto al tercer día, Génesis 1:9, 11 (según la traducción de Watts) dice: “Entonces Dios continuó, y dijo: ‘Reúnanse las aguas bajo los cielos en un solo lugar, y aparezca la tierra seca’; y gradualmente llegó a ser así. Entonces Dios continuó, y dijo: ‘Produzca la tierra hierba verde, hierbas que dan semilla, árboles frutales con su semilla que llevan fruto según su género sobre la tierra’; y gradualmente llegó a ser así”. (Cursivas nuestras.) El uso de la palabra “gradualmente” indica el carácter progresivo de la actividad creadora, lo opuesto a un solo acontecimiento instantáneo en la corriente del tiempo.
En el cuarto día se produjeron cambios espectaculares: “Entonces Dios continuó, y dijo: ‘Haya lumbreras en la expansión de los cielos para diferenciar entre el día y la noche, y servirán de señales y para estaciones y para días y años. También servirán de lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar la Tierra’; y gradualmente llegó a ser así. Por consiguiente, Dios procedió a hacer las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominar el día, y la lumbrera menor para dominar la noche, y también las estrellas”. (Génesis 1:14-16; Watts, cursivas nuestras.)
Fue entonces cuando, por primera vez, empezó a llegar la luz del Sol a la superficie terrestre con mayor intensidad. Las fuentes de luz —el Sol, la Luna y las estrellas— fueron visibles desde la superficie de la Tierra. Al referirse al primer día creativo, la palabra hebrea que se utiliza en Génesis para “luz” es ʼohr, que significa luz en sentido general; pero al referirse al cuarto día, la palabra hebrea es ma·ʼóhr, que significa la fuente de la luz.
El quinto día se caracterizó por la creación de las formas de vida que viven en el agua, lo que al parecer incluía a los grandes reptiles acuáticos. El registro de Génesis lee: “Y Dios pasó a decir: ‘Enjambren las aguas un enjambre de almas vivientes, y vuelen criaturas voladoras por encima de la tierra sobre la faz de la expansión de los cielos’. Y Dios procedió a crear los grandes monstruos marinos y toda alma viviente que se mueve, los cuales las aguas enjambraron según sus géneros, y toda criatura voladora alada según su género. Y llegó a ver Dios que era bueno”. (Génesis 1:20, 21.) Por lo tanto, en este mismo período empezó la creación de “toda criatura voladora alada según su género”. Dicha creación no sucedió solo al comienzo del quinto día, sino que prosiguió durante dicho día.
Génesis 2:19 parece indicar que la creación de las criaturas voladoras fue progresiva, pues dice: “Yahvé Dios continuó formando del suelo todas las bestias del campo y todas las aves [“toda criatura voladora”, NM] de los cielos trayéndoselas al hombre para ver cómo las llamaría”. (Watts, cursivas nuestras.)a
De modo que el registro bíblico del capítulo 1 de Génesis indica que Dios empezó a crear amplias categorías de vida vegetal y animal a medida que la Tierra alcanzaba un estado de desarrollo conveniente para cierto tipo de vida en concreto. De forma progresiva y gradual Dios llenó estas amplias categorías con muchos géneros individuales de vida, como, por ejemplo, las “criaturas voladoras”. Es posible que dicha actividad prosiguiese una vez concluido el día creativo en que comenzó.
Como el registro geológico está incompleto, puede interpretarse según las inclinaciones teóricas de los que tratan de desenmarañarlo. Pero el libro Creación demuestra que la Biblia es exacta y consecuente cuando trata cuestiones científicas, entre ellas el orden de la creación.
[Nota a pie de página]
a Véase “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”, edición de 1990, publicado por la Sociedad Watchtower Bible and Tract de Nueva York, Inc., páginas 286-7.
[Comentario en la página 13]
El uso de la palabra “gradualmente” indica el carácter progresivo de la actividad creadora
[Comentario en la página 14]
Dios llevó a cabo la creación de los diversos géneros de vida de forma progresiva
[Fotografías en la página 15]
La luz apareció por primera vez sobre la Tierra el primer día, pero en días sucesivos se fue haciendo más intensa
Primer día
Segundo día
Tercer día
Cuarto día
[Reconocimiento en la página 12]
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