¡Sigamos adelante a pesar de que somos polvo!
“Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo.” (SALMO 103:14.)
1. ¿Es científicamente exacta la Biblia al decir que los seres humanos estamos hechos de polvo? Explique.
EN SENTIDO físico, somos polvo. “Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.” (Génesis 2:7.) Este relato sencillo de la creación del hombre concuerda con la verdad científica. Todos los elementos que componen el cuerpo humano se hallan en el “polvo del suelo”. Cierto químico dijo que el 65% del cuerpo humano adulto es oxígeno; el 18%, carbono; el 10%, hidrógeno; el 3%, nitrógeno; el 1,5%, calcio; el 1%, fósforo, y el resto se compone de otros elementos. No importa si estos cálculos son totalmente exactos. La realidad es que “somos polvo”.
2. ¿Qué reacción produce en usted la manera como Dios creó a los seres humanos, y por qué?
2 ¿Quién, además de Jehová, podría haber creado de simple polvo a criaturas tan complejas? Las obras de Dios son perfectas y sin tacha; por eso, el que haya optado por crear al hombre de esta manera no debe ser un motivo de queja. De hecho, el que el Magnífico Creador haya podido formar al hombre del polvo de la Tierra de una manera maravillosa que inspira temor acrecienta nuestro aprecio por su poder, habilidad y sabiduría práctica ilimitados. (Deuteronomio 32:4, nota; Salmo 139:14.)
Cambian las circunstancias
3, 4. a) ¿Cuál no fue la intención de Dios al formar al hombre de polvo? b) ¿A qué se refería David en Salmo 103:14, y cómo nos ayuda el contexto a llegar a esa conclusión?
3 Las criaturas hechas de polvo tienen limitaciones. Sin embargo, no fue la intención de Dios que estas fueran gravosas o demasiado restrictivas. Tampoco iban a causar desánimo ni infelicidad. No obstante, según indica el contexto de las palabras de David en Salmo 103:14, las limitaciones del hombre pueden causar desánimo e infelicidad. ¿Por qué? Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, crearon una situación diferente para su familia futura. El estar hechos de polvo adquirió nuevas connotaciones.a
4 David no se refería a las limitaciones naturales que tendrían incluso los seres humanos perfectos hechos de polvo, sino a las flaquezas humanas causadas por la imperfección heredada. De lo contrario, no hubiera dicho lo siguiente acerca de Jehová: “Aquel que está perdonando todo tu error, que está sanando todas tus dolencias, que está reclamando tu vida del hoyo mismo, [que] no ha hecho con nosotros aun conforme a nuestros pecados; ni conforme a nuestros errores ha traído sobre nosotros lo que merecemos”. (Salmo 103:2-4, 10.) Aunque a los seres humanos perfectos se les hizo de polvo, de haber permanecido fieles, nunca habrían errado o pecado, y no habrían necesitado perdón; tampoco habrían sufrido enfermedades que requirieran curación. Sobre todo, nunca habrían tenido que descender al hoyo de la muerte, de donde solo se puede salir mediante una resurrección.
5. ¿Por qué no es difícil entender las palabras de David?
5 Como somos imperfectos, todos hemos experimentado lo que dijo David. Siempre tenemos presentes nuestras limitaciones debidas a la imperfección. Nos entristece cuando en ocasiones parecen dañar nuestra relación con Jehová o con nuestros hermanos cristianos. Nos lamentamos de que nuestra imperfección y las presiones del mundo de Satanás a veces nos desalienten. Como se acerca rápidamente el fin de la gobernación de Satanás, su mundo ejerce más presión que nunca sobre la gente en general, y en particular sobre los cristianos. (Revelación [Apocalipsis] 12:12.)
6. ¿Por qué pudieran desanimarse algunos cristianos, y cómo pudiera aprovecharse Satanás de este sentimiento?
6 ¿Le parece que cada vez es más difícil llevar una vida cristiana? Algunos cristianos han dicho que cuanto más tiempo llevan en la verdad, más imperfectos les parece que son. Sin embargo, lo más probable es que sencillamente cada vez son más conscientes de sus imperfecciones y de su incapacidad de conformarse a las normas perfectas de Jehová al grado que quisieran. Es probable que se sientan así al aumentar su conocimiento acerca de los justos requisitos de Jehová y su aprecio por ellos. Es esencial que no permitamos que estos hechos nos desanimen hasta el grado de hacer lo que el Diablo quiere que hagamos. A través de los siglos, ha intentado en repetidas ocasiones aprovecharse del desánimo para hacer que los siervos de Jehová abandonen la adoración verdadera. Sin embargo, el amor verdadero a Dios, así como un “odio completo” al Diablo, ha impedido que la mayoría de ellos sigan ese proceder. (Salmo 139:21, 22; Proverbios 27:11.)
7. ¿En qué sentido pudiéramos ser a veces como Job?
7 Aun así, puede que los siervos de Jehová nos desanimemos de vez en cuando. Tal vez se deba a que no estamos satisfechos con nuestros logros. Pudieran estar implicados factores físicos o relaciones tensas con familiares, amigos o compañeros de trabajo. El fiel Job estaba tan desanimado que rogó a Dios: “¡Oh que en el Seol me ocultaras, que me mantuvieras secreto hasta que tu cólera se volviera atrás, que me fijaras un límite de tiempo y te acordaras de mí!”. Ahora bien, si las circunstancias difíciles hicieron que Job, “un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”, se desanimara, no es extraño que nos suceda lo mismo a nosotros. (Job 1:8, 13-19; 2:7-9, 11-13; 14:13.)
8. ¿Por qué puede ser el desánimo ocasional una señal positiva?
8 Qué reconfortante es saber que Jehová ve el corazón y no pasa por alto nuestros buenos motivos. Nunca rechazará a los que luchan por agradarlo con sinceridad. El desánimo ocasional pudiera ser una señal positiva, pues indicaría que no tomamos a la ligera nuestro servicio a Jehová. Visto desde esta óptica, puede que la persona que nunca se desanima no sea tan consciente espiritualmente de sus debilidades como los demás. Recuerde: “El que piensa que está en pie, cuídese de no caer”. (1 Corintios 10:12; 1 Samuel 16:7; 1 Reyes 8:39; 1 Crónicas 28:9.)
Ellos también estaban hechos de polvo
9, 10. a) ¿La fe de quién debemos imitar los cristianos? b) ¿Cómo reaccionó Moisés cuando recibió su asignación?
9 El capítulo 11 de Hebreos menciona a algunos Testigos precristianos que tuvieron una fe firme. Los cristianos del siglo primero y de la actualidad han demostrado una fe similar. Las lecciones que nos enseñan son de gran valor. (Compárese con Hebreos 13:7.) Por ejemplo, ¿qué mejor fe podrían imitar los cristianos que la de Moisés? A él se le pidió que proclamara mensajes de juicio ante el monarca más poderoso de su día, el Faraón de Egipto. Hoy los testigos de Jehová también tienen que proclamar mensajes de juicio contra la religión falsa y otras organizaciones que se oponen al Reino establecido de Cristo. (Revelación 16:1-15.)
10 No es fácil cumplir esta asignación, pues Moisés mismo dijo: “¿Quién soy yo para que vaya a Faraón y para que tenga que sacar a los hijos de Israel de Egipto?”. Podemos comprender sus sentimientos de ineptitud. También le preocupaba cómo reaccionarían sus compañeros israelitas: “Supongamos que no me crean y no escuchen mi voz”. Jehová pasó a explicarle cómo probar su autorización, pero Moisés tenía otro problema. Dijo: “Dispénsame, Jehová, pero no soy persona que hable con fluidez, ni desde ayer ni desde antes de eso ni desde que hablaste con tu siervo, porque soy lento de boca”. (Éxodo 3:11; 4:1, 10.)
11. ¿En qué sentido pudiéramos reaccionar como Moisés ante las obligaciones teocráticas, pero de qué podemos estar seguros si tenemos fe?
11 Puede que de vez en cuando nos sintamos de la misma manera que Moisés. Aun reconociendo nuestras obligaciones teocráticas, tal vez nos preguntemos cómo las cumpliremos. ‘¿Quién soy yo para hablar a las personas —algunas ocupan una posición social, económica o académica más alta que yo— y atreverme a educarlas en los caminos de Dios? ¿Cómo reaccionarán mis hermanos espirituales cuando comente en las reuniones cristianas o presente discursos desde la plataforma en la Escuela del Ministerio Teocrático? ¿No verán mis limitaciones?’ Ahora bien, recuerde que Jehová estuvo con Moisés y lo capacitó para cumplir su asignación porque tuvo fe. (Éxodo 3:12; 4:2-5, 11, 12.) Si imitamos la fe de Moisés, Jehová estará con nosotros y también nos capacitará para cumplir con nuestro trabajo.
12. ¿Cómo nos anima la fe de David cuando nos sentimos desanimados a causa de haber pecado o debido a nuestras faltas?
12 El que se siente frustrado o desanimado a causa de haber pecado o debido a sus faltas puede ponerse en el lugar de David, cuando dijo: “Mis transgresiones yo mismo conozco, y mi pecado está enfrente de mí constantemente”. David también rogó a Jehová: “Oculta tu rostro de mis pecados, y borra aun todos mis errores”. Sin embargo, nunca dejó que el desánimo le quitara su deseo de servir a Jehová. “No me arrojes de delante de tu rostro; y tu espíritu santo, oh, no me lo quites.” No cabe duda de que David era “polvo”, pero Jehová no lo rechazó, porque puso fe en su promesa de no despreciar “un corazón quebrantado y aplastado”. (Salmo 38:1-9; 51:3, 9, 11, 17.)
13, 14. a) ¿Por qué no debemos seguir a hombres? b) ¿Cómo demuestran los ejemplos de Pablo y Pedro que ellos también estaban hechos de polvo?
13 Ahora bien, observe que aun cuando hemos de considerar a esta ‘gran nube de testigos’ como una fuente de ánimo para que “corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros”, no se nos dice que seamos sus seguidores. Se nos instruye a seguir los pasos del “Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús”, no a hombres imperfectos, ni siquiera a los apóstoles fieles del siglo primero. (Hebreos 12:1, 2; 1 Pedro 2:21.)
14 Hubo ocasiones en que los apóstoles Pablo y Pedro, columnas de la congregación cristiana, tropezaron. “Lo bueno que deseo no lo hago, pero lo malo que no deseo es lo que practico —escribió Pablo—. ¡Hombre desdichado que soy!” (Romanos 7:19, 24.) Y Pedro manifestó una confianza excesiva cuando dijo a Jesús: “Aunque a todos los demás se les haga tropezar respecto a ti, ¡a mí nunca se me hará tropezar!”. Cuando Jesús le advirtió que lo repudiaría tres veces, Pedro contradijo presuntuosamente a su Amo y se jactó: “Aun cuando tenga que morir contigo, de ningún modo te repudiaré”. No obstante, repudió a Jesús, un error que lo hizo llorar amargamente. Sí, Pablo y Pedro estaban hechos de polvo. (Mateo 26:33-35.)
15. Aunque estamos hechos de polvo, ¿qué incentivo tenemos para seguir adelante?
15 Sin embargo, Moisés, David, Pablo, Pedro y otros salieron victoriosos a pesar de sus flaquezas. ¿Por qué? Porque tuvieron fe firme en Jehová, confiaron de lleno en él y permanecieron cerca de él pese a los reveses. Contaron con que les daría “el poder que es más allá de lo normal”. Y así sucedió, pues nunca permitió que cayeran a tal grado que no pudieran recuperarse. Si seguimos cifrando fe, podemos estar seguros de que cuando se nos juzgue, se aplicarán las siguientes palabras: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre”. ¡Qué fuerte incentivo para que sigamos adelante a pesar de que somos polvo! (2 Corintios 4:7; Hebreos 6:10.)
¿Qué significa para cada uno de nosotros el que se nos haya hecho de polvo?
16, 17. ¿Cómo aplica Jehová el principio que se expone en Gálatas 6:4 con respecto a juzgar?
16 La experiencia ha enseñado a muchos padres y maestros lo sabio que es juzgar a los niños o estudiantes según sus habilidades personales y no en comparación con sus hermanos carnales o compañeros de clase. Este hecho está en conformidad con un principio bíblico que se espera que sigan los cristianos: “Que cada uno pruebe lo que su propia obra es, y entonces tendrá causa para alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona”. (Gálatas 6:4.)
17 En armonía con este principio, Jehová juzga a sus siervos individualmente aunque trata con ellos como un grupo organizado. Romanos 14:12 dice: “Cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios”. Jehová conoce bien la constitución genética de cada uno de sus siervos. Conoce su estructura física y mental, sus habilidades, sus puntos fuertes y sus puntos débiles heredados, sus posibilidades y el grado al que las aprovechan para producir fruto cristiano. Los comentarios de Jesús acerca de la viuda que echó dos monedas pequeñas en la tesorería del templo y su ilustración de la semilla que se sembró en la tierra excelente, son ejemplos animadores para los cristianos que quizás se sientan deprimidos por compararse imprudentemente con otras personas. (Marcos 4:20; 12:42-44.)
18. a) ¿Por qué debemos determinar lo que ser polvo significa para cada uno de nosotros? b) ¿Por qué no desanimarnos al hacer un examen de conciencia sincero?
18 Es muy importante que determinemos lo que ser polvo significa para cada uno de nosotros a fin de que podamos servir a Jehová al mayor grado posible. (Proverbios 10:4; 12:24; 18:9; Romanos 12:1.) Solo si estamos muy al tanto de nuestras propias flaquezas y debilidades, podremos apreciar la necesidad y las posibilidades de mejorar. Al hacer un examen de conciencia, nunca olvidemos que el espíritu santo es poderoso y nos ayuda a progresar. Mediante esta fuerza se creó el universo, se escribió la Biblia y se fundó la pacífica sociedad del nuevo mundo en medio de un mundo moribundo. No cabe duda de que el espíritu santo de Dios es lo suficientemente poderoso como para dar a los que lo piden la sabiduría y las fuerzas necesarias para permanecer íntegros. (Miqueas 3:8; Romanos 15:13; Efesios 3:16.)
19. ¿De qué no nos excusa el que seamos polvo?
19 Nos consuela saber que Jehová recuerda que somos polvo. Sin embargo, no debemos pensar que esta es una excusa legítima para aflojar el paso o incluso cometer un mal. De ninguna manera. El que Jehová recuerde que somos polvo es una expresión de su bondad inmerecida. Sin embargo, no queremos ser “hombres impíos, que tornan la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para conducta relajada, y que demuestran ser falsos a nuestro único Dueño y Señor, Jesucristo”. (Judas 4.) El que seamos polvo no es ninguna excusa para ser impíos. El cristiano se esfuerza por luchar contra las tendencias impropias, aporrea su cuerpo y lo conduce como a un esclavo a fin de no ‘contristar el espíritu santo de Dios’. (Efesios 4:30; 1 Corintios 9:27.)
20. a) ¿En qué dos campos tenemos “mucho que hacer en la obra del Señor”? b) ¿Por qué tenemos razón para ser optimistas?
20 Vivimos durante los últimos años del sistema mundial de Satanás y no es el tiempo de aflojar el paso, no en lo que respecta a la predicación del Reino ni con relación a cultivar a mayor grado el fruto del espíritu de Dios. Hay “mucho que hacer” en ambos campos. Ahora es el tiempo de seguir adelante porque sabemos que nuestra “labor no es en vano”. (1 Corintios 15:58.) Jehová nos sustentará, pues David dijo acerca de él: “Nunca permitirá que tambalee el justo”. (Salmo 55:22.) Qué gozo es saber que Jehová nos permite participar en la obra más importante que jamás se haya asignado a criaturas humanas imperfectas, ¡y lo hace a pesar de que estamos hechos de polvo!
[Nota a pie de página]
a El comentario bíblico Herders Bibelkommentar dice respecto a Salmo 103:14: “Sabe bien que creó a los seres humanos del polvo del suelo y conoce las debilidades y la naturaleza transitoria de su vida, lo que ha representado una carga pesada para ellos desde el pecado original”. (Cursivas nuestras.)
¿Qué explicación daría usted?
◻ ¿En qué sentido difieren Génesis 2:7 y Salmo 103:14 al decir que los seres humanos están hechos de polvo?
◻ ¿Por qué es animador el capítulo 11 de Hebreos para los cristianos hoy día?
◻ ¿Por qué es sabio que apliquemos el principio mencionado en Gálatas 6:4?
◻ ¿Cómo pueden ayudarnos Hebreos 6:10 y 1 Corintios 15:58 a evitar el desánimo?
[Ilustración en la página 10]
Los cristianos imitan la fe de sus compañeros de adoración, pero siguen al Perfeccionador de su fe, Jesús