Servicio leal con la organización de Jehová
“Con alguien leal tú actuarás en lealtad.” (2 SAMUEL 22:26.)
1, 2. ¿Cuáles son algunos ejemplos de lealtad que todos posiblemente vemos en la congregación?
UN ANCIANO prepara un discurso para una reunión cristiana tarde por la noche. Quisiera pausar y descansar; pero sigue trabajando, buscando ilustraciones y ejemplos bíblicos que lleguen al corazón y animen al rebaño. A unos agotados padres de esa misma congregación les apetecería quedarse en casa la noche de la reunión; sin embargo, preparan con paciencia a sus hijos y van a la congregación. Al terminar la reunión, un grupo de cristianos hablan sobre el discurso que ha presentado el anciano. Una hermana se siente tentada a decir que en una ocasión este hermano hirió sus sentimientos; en cambio, habla con entusiasmo sobre una de las ideas que presentó. ¿Percibe el denominador común de estos marcos hipotéticos?
2 El denominador común es la lealtad. El anciano trabaja lealmente para servir al rebaño de Dios; los padres asisten lealmente a las reuniones de la congregación; la hermana apoya lealmente a los ancianos. (Hebreos 10:24, 25; 13:17; 1 Pedro 5:2.) En efecto, en todos los aspectos de la vida vemos a los adoradores de Jehová resueltos a servir lealmente con Su organización.
3. ¿Por qué es tan importante que seamos leales a la organización terrestre de Jehová?
3 Cuando Jehová observa este mundo corrupto, ve muy poca lealtad. (Miqueas 7:2.) Así que su corazón debe regocijarse mucho al contemplar la lealtad de su pueblo. Sí, nuestra propia lealtad le resulta placentera. Sin embargo, encoleriza a Satanás, el rebelde original, y prueba que es un mentiroso. (Proverbios 27:11; Juan 8:44.) Podemos esperar que Satanás intente socavar nuestra lealtad a Jehová y a Su organización terrestre. Veamos algunos medios que utiliza. De este modo entenderemos mejor cómo ser leales hasta el fin. (2 Corintios 2:11.)
Centrarse en las imperfecciones puede erosionar la lealtad
4. a) ¿Por qué es fácil que veamos con ojos críticos a los que tienen autoridad? b) ¿Cómo fue Coré desleal a la organización de Jehová?
4 Cuando un hermano ocupa una posición de responsabilidad, sus faltas pueden parecer más evidentes. Es muy fácil criticar ‘la paja que hay en el ojo de nuestro hermano y no tomar en cuenta la viga que hay en el nuestro’. (Mateo 7:1-5.) Ahora bien, concentrarse en las faltas puede engendrar deslealtad. Para ilustrarlo: analice el contraste entre Coré y David. Coré tenía mucha responsabilidad, y posiblemente fue leal por muchos años, pero se hizo ambicioso. Se resintió por la autoridad de sus primos, Moisés y Aarón. Aunque Moisés era el hombre más manso, es probable que Coré empezara a verlo con ojos críticos. Posiblemente halló faltas en él. Sin embargo, esas faltas no justificaban la deslealtad de Coré a la organización de Jehová. Fue muerto y desapareció de en medio de la congregación. (Números 12:3; 16:11, 31-33.)
5. ¿Por qué es posible que David se sintiera tentado a rebelarse contra Saúl?
5 David, por otra parte, sirvió bajo el rey Saúl. Este había sido un buen rey, pero se hizo inicuo. David necesitó fe, aguante e incluso cierto ingenio para sobrevivir a los ataques celosos de Saúl. No obstante, cuando David tuvo la oportunidad de vengarse, dijo que sería ‘inconcebible, desde el punto de vista de Jehová’, cometer un acto desleal contra alguien al que Jehová había ungido. (1 Samuel 26:11.)
6. Aunque veamos debilidades y faltas en los ancianos, ¿qué es lo que nunca deberíamos hacer?
6 Cuando algunos de los que llevan la delantera entre nosotros parece que yerran en su juicio, hablan con palabras ásperas o muestran favoritismo, ¿nos quejamos de ellos, contribuyendo posiblemente a un espíritu crítico en la congregación? ¿Dejaremos de asistir a las reuniones cristianas como forma de protesta? Por supuesto que no. Al igual que David, nunca debemos permitir que las faltas ajenas nos hagan ser desleales a Jehová y su organización. (Salmo 119:165.)
7. ¿Qué prácticas corruptas se instauraron en el templo de Jerusalén, y cómo las vio Jesús?
7 El mayor ejemplo humano de lealtad fue Jesucristo, a quien se llama proféticamente el “leal” de Jehová. (Salmo 16:10.) La corrupción que se había instaurado en el templo de Jerusalén debió poner a prueba su lealtad. Jesús sabía que la función del sumo sacerdote y los sacrificios prefiguraban su propio ministerio y sacrificio, y sabía lo importante que era que la gente aprendiera acerca de estos. De modo que se indignó con justicia cuando vio que habían convertido el templo en una “cueva de salteadores”. Con la autoridad que Dios le había otorgado, tomó medidas para limpiarlo en dos ocasiones.a (Mateo 21:12, 13; Juan 2:15-17.)
8. a) ¿Cómo mostró Jesús su lealtad al templo? b) ¿Cómo podemos demostrar que apreciamos el privilegio de adorar a Jehová con su organización limpia?
8 No obstante, Jesús apoyó lealmente el templo. Desde su niñez, asistió a las fiestas que se celebraban en él y a menudo enseñó en su recinto. Incluso pagó el impuesto del templo, aunque en realidad no estaba obligado a hacerlo. (Mateo 17:24-27.) Jesús encomió a la viuda pobre porque echó “todo lo que tenía para vivir” en las arcas de la tesorería. Poco tiempo después Jehová rechazó permanentemente aquel templo. Pero hasta entonces, Jesús fue leal a él. (Marcos 12:41-44; Mateo 23:38.) La actual organización terrestre de Dios es muy superior al sistema judío con su templo. Es cierto que no es perfecta; por eso a veces se hacen modificaciones. Pero ni está plagada de corrupción ni Jehová Dios está a punto de reemplazarla. Nunca debemos permitir que las imperfecciones que percibimos en ella nos amarguen o nos lleven a adoptar un espíritu crítico y negativo; antes bien, imitemos la lealtad de Jesucristo. (1 Pedro 2:21.)
Nuestras propias imperfecciones
9, 10. a) ¿Cómo explota el sistema de cosas de Satanás nuestras imperfecciones para atraernos hacia la conducta desleal? b) ¿Qué debería hacer la persona que comete un pecado grave?
9 Satanás también intenta promover la deslealtad explotando nuestras imperfecciones. Su sistema de cosas se aprovecha de nuestras debilidades y nos tienta a hacer lo que es impropio a los ojos de Jehová. Lamentablemente, todos los años miles de cristianos sucumben a la inmoralidad. Algunos agravan esta deslealtad llevando una doble vida, es decir, pretendiendo ser cristianos fieles a la vez que practican el mal. En respuesta a los artículos de la serie “Los jóvenes preguntan...” de la revista ¡Despertad! que trataron este tema, una joven escribió: “Los artículos son mi biografía”. Había cultivado en secreto amistad con jóvenes que no amaban a Jehová. ¿Con qué resultado? Ella escribe: “Me hundí hasta el fondo, mi comportamiento fue inmoral y tuvieron que censurarme. Mi relación con Jehová sufrió, y perdí la confianza de mis padres y de los ancianos”.b
10 Esta joven recibió la ayuda de los ancianos y regresó al servicio leal de Jehová. No obstante, las consecuencias para muchos son más trágicas, y nunca vuelven al redil. ¡Cuánto mejor es seguir leal y resistir la tentación en este mundo inicuo! Presta atención a las advertencias de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! en asuntos como las compañías mundanas y el entretenimiento degradante. No incurras nunca en conducta desleal. Pero si te sucede, jamás pretendas ser lo que no eres. (Salmo 26:4.) Al contrario, pide ayuda. Para eso están los padres cristianos y los ancianos. (Santiago 5:14.)
11. ¿Por qué sería erróneo vernos como pecadores sin remedio, y qué precedente bíblico puede ayudarnos a corregir nuestro punto de vista?
11 Nuestras imperfecciones pueden ponernos en peligro de otro modo. Algunos de los que incurren en un acto desleal dejan de esforzarse por agradar a Jehová. Recuerde: David cometió pecados muy graves. Sin embargo, mucho después de su muerte, Jehová lo recordó como un siervo fiel. (Hebreos 11:32; 12:1.) ¿Por qué? Porque nunca dejó de esforzarse por agradar a Jehová. Proverbios 24:16 dice: “Puede que el justo caiga hasta siete veces, y ciertamente se levantará”. Así que si incurrimos en pecados menores repetidamente debido a alguna debilidad contra la que estamos luchando, es posible que sigamos siendo justos a los ojos de Jehová si nos ‘levantamos’ una y otra vez, es decir, nos arrepentimos sinceramente y reemprendemos el servicio leal. (Compárese con 2 Corintios 2:7.)
Cuídese de las formas sutiles de deslealtad
12. En el caso de los fariseos, ¿cómo les hizo desleales su criterio rígido y legalista?
12 La deslealtad también adopta formas sutiles. Hasta puede hacerse pasar por lealtad. Por ejemplo, los fariseos del tiempo de Jesús probablemente pensaban que eran muy leales.c Pero no entendieron la diferencia entre ser leales y seguir inflexiblemente normas humanas, pues se erigían en jueces rígidos y severos. (Compárese con Eclesiastés 7:16.) En realidad, fueron desleales a la gente a la que tenían que haber servido, al espíritu de la Ley que alegaban enseñar y a Jehová mismo. Jesús, por el contrario, fue leal al espíritu de la Ley, que estaba basada en el amor. Por ello, fortaleció y animó a la gente, tal como habían predicho las profecías mesiánicas. (Isaías 42:3; 50:4; 61:1, 2.)
13. a) ¿Cómo podrían ser desleales los padres cristianos? b) ¿Por qué no deben ser los padres excesivamente severos, críticos o negativos cuando disciplinan a sus hijos?
13 Los cristianos que tienen cierta autoridad se benefician mucho del modelo de Jesús a este respecto. Por ejemplo, los padres leales saben que deben disciplinar a sus hijos. (Proverbios 13:24.) Sin embargo, se aseguran de no exasperarlos disciplinándolos severamente cuando están indignados o con un constante aluvión de críticas. Los hijos que piensan que nunca pueden complacer a sus padres o que les parece que la adoración de estos solo los hace negativos y críticos, pueden desanimarse y, con el tiempo, abandonar la fe verdadera. (Colosenses 3:21.)
14. ¿Cómo pueden ser leales al rebaño al que sirven los pastores cristianos?
14 De igual manera, los ancianos y superintendentes viajantes cristianos dan atención a los problemas y peligros a los que se enfrenta el rebaño. Como pastores leales, ofrecen consejo cuando es necesario, asegurándose de conocer primero todos los hechos y basando cuidadosamente lo que dicen en la Biblia y las publicaciones de la Sociedad. (Salmo 119:105; Proverbios 18:13.) Saben, también, que las ovejas cuentan con ellos para que las alimenten y edifiquen espiritualmente. De modo que intentan imitar a Jesucristo, el Pastor Excelente. Sirven lealmente a las ovejas semana tras semana en las reuniones cristianas, no derribándolas, sino edificándolas y fortaleciendo su fe. (Mateo 20:28; Efesios 4:11, 12; Hebreos 13:20, 21.)
15. ¿Cómo demostraron algunos cristianos del siglo primero que sus lealtades estaban equivocadas?
15 Otra forma sutil de deslealtad es la lealtad equivocada. La verdadera lealtad en sentido bíblico no permite que antepongamos ninguna otra lealtad a la que debemos a Jehová Dios. Muchos judíos del siglo primero se atuvieron obstinadamente a la Ley mosaica y al sistema de cosas judío. Sin embargo, había llegado el momento de que Jehová retirara su bendición de aquella nación rebelde y la diera a la nación del Israel espiritual. Solo un número relativamente pequeño fue leal a Jehová y se adaptó a este cambio trascendental. Aun entre los cristianos verdaderos, algunos judaizantes insistieron en volver a aquellas “débiles y miserables cosas elementales” de la Ley mosaica, que se habían cumplido en Cristo. (Gálatas 4:9; 5:6-12; Filipenses 3:2, 3.)
16. ¿Cómo reaccionan los siervos leales de Jehová ante las modificaciones?
16 A diferencia de aquellos, los siervos de Jehová de la actualidad han probado su lealtad en tiempos de cambio. El progresivo esclarecimiento de la luz de la verdad revelada trae consigo ciertas modificaciones. (Proverbios 4:18.) Recientemente, “el esclavo fiel y discreto” nos ayudó a entender mejor el término “generación”, que se usa en Mateo 24:34, y el tiempo del juicio de “las ovejas” y “las cabras” mencionadas en Mateo 25:31-46, así como lo que pensamos de ciertos tipos de servicio civil. (Mateo 24:45.) Sin duda, a algunos apóstatas les hubiera complacido que muchos testigos de Jehová se hubiesen adherido rígidamente al modo anterior de entender tales asuntos y no hubieran querido progresar. Pero no ha sucedido así. ¿Por qué? El pueblo de Jehová es leal.
17. ¿Cómo puede ser que a veces los seres queridos sometan a prueba nuestra lealtad?
17 Ahora bien, la cuestión de lealtades equivocadas puede afectarnos de manera más personal. Cuando un amigo querido o incluso un familiar opta por seguir un proceder que viola los principios bíblicos, es posible que nos parezca que nuestras lealtades se dividen. Es natural que seamos leales a nuestros familiares. Pero nunca deberíamos anteponer esta lealtad a la que le debemos a Jehová. (Compárese con 1 Samuel 23:16-18.) No debemos ayudar a la persona que yerra a ocultar un pecado serio ni ponernos de su parte contra los ancianos que intentan ‘reajustarlo con espíritu de apacibilidad’. (Gálatas 6:1.) Obrar así sería desleal a Jehová, a su organización y al ser querido. Si nos interponemos entre el pecador y la disciplina que necesita, en realidad estamos impidiendo que lo alcance una expresión del amor de Jehová. (Hebreos 12:5-7.) Recuerde, también, que “las heridas infligidas por uno que ama son fieles”. (Proverbios 27:6.) Es posible que el consejo franco y amoroso basado en la Palabra de Dios hiera el orgullo de un ser querido que ha errado, pero a la larga puede salvarle la vida.
La lealtad aguanta la persecución
18, 19. a) ¿Qué quería Acab de Nabot, y por qué no accedió este? b) ¿Valió la pena la lealtad de Nabot? Explique.
18 A veces, Satanás ataca directamente nuestra lealtad. Considere el caso de Nabot. Cuando el rey Acab lo presionó para que vendiera su viña, él replicó: “Es inconcebible por mi parte, desde el punto de vista de Jehová, que yo te dé la posesión hereditaria de mis antepasados”. (1 Reyes 21:3.) Nabot no era testarudo, sino leal. La Ley mosaica prohibía que el israelita vendiera su tierra heredada a perpetuidad. (Levítico 25:23-28.) Nabot seguramente sabía que este rey cruel podía hacer que lo mataran, pues Acab ya había permitido que su esposa Jezabel diera muerte a muchos de los profetas de Jehová. Sin embargo, Nabot se mantuvo firme. (1 Reyes 18:4.)
19 La lealtad en ocasiones cuesta cara. Con la ayuda de algunos ‘hombres que no servían para nada’, Jezabel acusó a Nabot de un delito que no había cometido. Como consecuencia, él y sus hijos fueron ejecutados. (1 Reyes 21:7-16; 2 Reyes 9:26.) ¿Significó esto que la lealtad de Nabot estaba equivocada? No. Nabot se cuenta entre los muchos hombres y mujeres que están ‘vivos’ en la memoria de Jehová en estos momentos, durmiendo seguro en el sepulcro hasta el momento de la resurrección. (Lucas 20:38; Hechos 24:15.)
20. ¿Cómo puede la esperanza ayudarnos a ser leales?
20 La misma promesa da seguridad a los leales de Jehová hoy en día. Sabemos que nuestra lealtad puede costarnos cara en este mundo. La lealtad le costó la vida a Jesucristo, y él dijo a sus seguidores que a ellos no se les trataría mejor. (Juan 15:20.) Tal como la esperanza respecto al futuro sostuvo a Jesús, de igual manera nos sostiene a nosotros. (Hebreos 12:2.) Así podemos ser leales ante cualquier forma de persecución.
21. ¿Qué seguridad ofrece Jehová a sus siervos leales?
21 Es cierto que relativamente pocos de nosotros sufrimos hoy estos ataques directos a nuestra lealtad. Pero es posible que el pueblo de Dios se enfrente a más persecución antes de que venga el fin. ¿Cómo podemos estar seguros de que vamos a ser leales? Siéndolo ahora. Jehová nos ha dado una gran comisión: predicar su Reino y enseñar acerca de él. Llevemos a cabo lealmente esta obra vital. (1 Corintios 15:58.) Si no permitimos que las imperfecciones humanas erosionen nuestra lealtad a la organización de Jehová y si nos guardamos de las formas sutiles de deslealtad, como las lealtades equivocadas, estaremos mejor preparados en el caso de que se someta nuestra lealtad a pruebas más severas. De cualquier manera, siempre podemos tener la seguridad de que Jehová es infaliblemente leal a sus siervos leales. (2 Samuel 22:26.) Sí, él guardará a los que le son leales. (Salmo 97:10.)
[Notas]
a Jesús atacó con valor tal afán de lucro comercial. Según un historiador, el impuesto del templo tenía que pagarse con una antigua moneda judía específica. Por ello, muchos visitantes del templo debían cambiar su dinero para pagar el impuesto del templo. A los cambistas se les permitía imponer un cargo fijo por la operación, lo que les generaba grandes ganancias.
b Véase ¡Despertad! del 22 de diciembre de 1993, 8 de enero de 1994 y 22 de enero de 1994.
c Su hermandad descendía de la de los Hasidim, un grupo que surgió siglos antes para combatir la influencia griega. Los Hasidim tomaron su nombre de la palabra hebrea jasi·dím, que significa “leales”. Es posible que pensaran que los textos que hablan de los “leales” de Jehová se referían a ellos de manera especial. (Salmo 50:5.) Tanto ellos como más tarde los fariseos fueron defensores autoproclamados y fanáticos de la letra de la Ley.
¿Qué contestaría?
◻ ¿Cómo podemos evitar que las imperfecciones ajenas nos hagan ser desleales?
◻ ¿De qué maneras pueden llevarnos nuestras propias imperfecciones a ser desleales?
◻ ¿Cómo podemos evitar la tendencia a equivocar nuestras lealtades?
◻ ¿Qué puede ayudarnos a ser leales aun en tiempo de persecución?
[Recuadro de la página 9]
Servicio leal en Betel
“Que todas las cosas se efectúen decentemente y por arreglo”, escribió el apóstol Pablo. (1 Corintios 14:40.) Él sabía que para que una congregación funcionara bien, era necesario el “arreglo”, es decir, la organización. Igualmente hoy, los ancianos tienen que tomar decisiones sobre cuestiones prácticas, tales como asignar a los miembros de la congregación a los diferentes estudios de libro, organizar las reuniones para el servicio del campo y la predicación del territorio. A veces, tales decisiones pueden someter a prueba la lealtad. No son mandatos inspirados por Dios, y no pueden coincidir con las preferencias de todos.
¿Le resulta difícil en ocasiones ser leal a algunas de las decisiones que se toman en la congregación cristiana sobre cuestiones prácticas de organización? En tal caso, es posible que le sea útil el ejemplo de Betel. El nombre Betel, término hebreo que significa “Casa de Dios”, se da a las 104 sucursales de la Sociedad Watch Tower, incluida la sede mundial de Estados Unidos.d Los voluntarios que viven y trabajan en los complejos de Betel quieren que esos lugares reflejen temor reverencial a Jehová. Esto requiere lealtad de parte de cada uno de ellos.
Los visitantes de Betel suelen comentar sobre el orden y la limpieza que observan en las instalaciones. Los trabajadores son organizados y se sienten felices; su habla, modales e incluso apariencia reflejan una conciencia cristiana madura, educada por la Biblia. Todos los miembros de la familia Betel siguen lealmente las normas de la Palabra de Dios.
Además, el Cuerpo Gobernante les provee un manual titulado Morando juntos en unidad, que bondadosamente establece algunas disposiciones prácticas necesarias para que una familia tan grande pueda trabajar unidamente. (Salmo 133:1.) Trata sobre el alojamiento, la comida, la higiene, el modo de vestir y arreglarse, y otros asuntos similares. Los miembros de la familia Betel apoyan y siguen lealmente estas disposiciones, aun cuando no coincidan con sus preferencias personales. No consideran este manual como un código frío de reglas y normas, sino como un conjunto de directrices útiles concebido para promover la unidad y la armonía. Los superintendentes respaldan lealmente estos procedimientos basados en la Biblia, y se valen de ellos para edificar a la familia Betel y animarla a seguir en su sagrado servicio de Betel.
[Nota]
d Estas fábricas, oficinas y viviendas no constituyen el gran templo o casa espiritual de Dios. El templo espiritual de Dios es su provisión para la adoración pura. (Miqueas 4:1.) Como tal, no está limitado a ningún edificio físico en la Tierra.
[Recuadro de la página 10]
El leal y el legalista
En 1916, la Encyclopædia of Religion and Ethics observó que “esta distinción entre el leal y el legalista puede hallarse en todo tiempo y lugar”. Explicó: “Está el legalista, que hace lo que se le dice, no rompe ninguna regla; se atiene a la palabra que está escrita y puede leerse. Está el leal, que hace lo propio, pero [...] de quien puede esperarse más, que pone toda su mente en el deber, que conforma su espíritu al espíritu del propósito en cuestión”. Más adelante, esta misma obra dice: “Ser leal significa mucho más que observar la ley [...]. La persona leal se distingue de aquella que observa la ley en que sirve con todo el corazón y la mente [...]. No se permite a sí misma pecados voluntarios de acción, omisión o ignorancia”.