¿Deben observar los cristianos un día de descanso?
AQUEL mes de junio fue extraordinariamente lluvioso. Tanto es así, que durante el campeonato de tenis de Wimbledon de 1991, fue necesario pasar por alto una arraigada tradición. Por primera vez en la historia hubo que celebrar partidos en domingo a fin de recuperar el tiempo perdido. De todas formas, salvo en situaciones excepcionales como esa, en Inglaterra, igual que en muchos otros países, el domingo se considera un día de descanso sagrado.
Algunas personas observan otro día de descanso. Por ejemplo, los judíos de todo el mundo guardan religiosamente el día sabático desde la puesta del Sol del viernes hasta la puesta del Sol del sábado. Ese día, las líneas aéreas israelíes no efectúan ninguno de sus vuelos y en algunos pueblos no funciona el transporte público. En Jerusalén, los tradicionalistas cierran algunas de las calles para impedir el tráfico, que consideran ilícito en sábado.
El hecho de que en la actualidad muchas religiones todavía observen un día de descanso semanal, o un día sabático, hace surgir varios interrogantes. ¿Son los judíos los únicos que deben observar el sábado? ¿A qué se debe que la mayoría de las religiones de la cristiandad tengan otros días de descanso? ¿Es un requisito bíblico que observemos un día de descanso semanal en nuestros tiempos?
¿Se ha observado siempre el sábado?
La primera mención del sábado en las Escrituras se encuentra en el libro de Éxodo. Jehová alimentó milagrosamente con maná a los israelitas mientras vagaron por el desierto. Cada seis días tenían que recoger una porción doble de aquel alimento, pues el séptimo día se consideraba “sábado para Jehová”, y tenían prohibido trabajar. (Éxodo 16:4, 5, 22-25.)
Además, a los israelitas se les mandó observar el sábado para que no olvidaran que habían sido esclavos en la tierra de Egipto. Tal recordatorio no les habría sido muy útil si ya hubieran estado observando aquella ley, por lo que deducimos que las regulaciones del sábado se dieron únicamente al pueblo de Israel. (Deuteronomio 5:2, 3, 12-15.)
Prácticas meticulosas y gravosas
Dado que la Ley mosaica no entraba en muchos detalles en cuanto al sábado, a través de los siglos los rabinos estipularon numerosas prohibiciones con las que fundamentalmente hicieron ilícita toda forma de trabajo en sábado. Según la Misná, las prohibiciones laborales se agrupaban en 39 categorías principales, entre las que figuraban la costura, la escritura y la agricultura. No obstante, muchas de aquellas disposiciones no tenían, ni tienen, base bíblica. La Encyclopædia Judaica cita de la Misná y reconoce que tales reglamentaciones son como “montañas que penden de un pelo, ya que el texto escrito es corto, y las disposiciones, numerosas”.
Para cumplir el mandamiento de que un hombre no debía ‘salir de su lugar durante el séptimo día’, se especificó una distancia límite, a la que denominaron “límite sabático”. Algunas obras dicen que esa distancia correspondía a 2.000 codos, o sea, unos 900 metros. (Éxodo 16:29, King James Version.) Sin embargo, esta regulación podía eludirse de una manera muy sutil: la noche antes, la familia podía colocar algunos alimentos para el sábado a 2.000 codos de la casa. Ese lugar se consideraba una extensión del hogar, de modo que la familia podía contar con 2.000 codos más, partiendo del punto donde estuvieran los alimentos.
Muchas de estas restricciones inventadas por los hombres ya existían cuando Jesús estuvo en la Tierra. Por eso, algunos líderes religiosos reprocharon a sus discípulos que arrancaran espigas de grano para comer mientras pasaban por los sembrados. Los acusaron de transgredir la ley del sábado, pues consideraban esa acción lo mismo que segar, y el que frotaran los granos en sus manos, lo mismo que molerlos. Jesús denunció varias veces sus puntos de vista extremistas, pues con ellos torcían el espíritu de la ley de Jehová. (Mateo 12:1-8; Lucas 13:10-17; 14:1-6; Juan 5:1-16; 9:1-16.)
Del sábado al domingo sabático
“Los domingos son para servir a Dios con devoción.” Ese es el Cuarto Mandamiento sabático de la Iglesia Católica. Según dice el Catéchisme pour adultes (Catecismo para adultos), “el domingo cristiano se celebra el día después del sábado: en el octavo día, es decir, el primer día de la nueva creación. Así adopta los elementos fundamentales del día sabático, pero se concentra en la Pascua de Cristo”. Pues bien, ¿cómo se produjo esta transición de sábado a domingo sabático?
Aunque Jesús fue resucitado en domingo, los cristianos de aquel tiempo lo consideraban un día laboral más. Sin embargo, la decisión que adoptó un concilio eclesiástico laodicense (en la segunda mitad del siglo IV E.C.) revela que, con el transcurso de los años, la observancia sabática judía en sábado fue reemplazada por la observancia “cristiana” en domingo. Este canon “prohibió a los cristianos judaizarse y estar de ocio durante el día sabático [judío]. Por otro lado, el día del Señor [el día de la semana en que se le había resucitado] debía observarse a la manera de los cristianos”. Desde ese entonces, los feligreses tuvieron que trabajar los sábados y descansar los domingos. Más tarde se les exigió que asistieran a misa los domingos.
Con el respaldo del brazo seglar, muy pronto se prohibió en toda la cristiandad trabajar los domingos. A partir del siglo VI se multó y flageló a cualquier infractor de aquel decreto, y hasta podía ser que se le embargaran sus bueyes. A veces se obligaba a algunos pecadores impenitentes a servir de esclavos.
En cierto modo, las leyes sobre el trabajo en domingo eran tan complejas como las tradiciones que regulaban el sábado judío. El Dictionnaire de théologie catholique (Diccionario de teología católica) da exhaustivas explicaciones sobre la evolución de la casuística eclesiástica, y entre las prohibiciones figuraban trabajo servil, agricultura, trámites legales, mercado y caza.
Paradójicamente, esas prohibiciones se justificaron con la observancia sabática judía. En la New Catholic Encyclopedia figuran las leyes dominicales del emperador Carlomagno: “El concepto sabático, repudiado tan expresamente por Jerónimo y condenado por el Concilio de Orleans en 538 como observancia judía y no cristiana, se expuso claramente en el decreto que emitió Carlomagno en el año 789, con el que se prohibió rotundamente trabajar en domingo por ser una violación [de los Diez Mandamientos]”. Así, aunque a la Iglesia le agradó que las autoridades civiles instituyeran el domingo como día de descanso, permitió que el poder civil justificara dichas restricciones basándose en un fundamento legal que ella había rechazado, a saber, la Ley mosaica sobre el sábado.
Postura antibíblica
Siglos antes, varios Padres de la Iglesia, particularmente Agustín, habían explicado con acierto que el sábado era una disposición temporal reservada a los judíos. De esa manera, sencillamente adoptaron el criterio expresado en las Escrituras Griegas Cristianas, a saber, que el sábado era uno de los estatutos del pacto de la Ley, que había sido abolido por el sacrificio de Jesús. (Romanos 6:14; 7:6; 10:4; Gálatas 3:10-14, 24, 25.)
En la obra contemporánea Vocabulaire biblique, el teólogo protestante Oscar Cullmann admite que, “como Jesús vino, murió y resucitó, las fiestas del A[ntiguo] T[estamento] han tenido su cumplimiento, y mantenerlas ‘supone un retorno al antiguo pacto, como si Cristo nunca hubiera venido’”. Si nos basamos en ese análisis bien fundamentado, ¿sería posible justificar la observancia obligatoria del sábado?
En la actualidad, algunos escritores católicos suelen basar sus argumentos en Hechos 20:7, donde dice que en “el primer día de la semana” (domingo), Pablo se reunió con sus compañeros para comer juntos. Pero este es sencillamente un detalle más. Ni este texto ni ningún otro versículo de la Biblia indican que este relato habría de servir de ejemplo para los cristianos, mucho menos ser una obligación. No, la observancia sabática en domingo no tiene apoyo bíblico.
¿Qué descanso tienen los cristianos?
Si bien los cristianos no están obligados a observar un día de descanso semanal, de todos modos se les invita a observar otra clase de descanso. Pablo lo explicó así a los cristianos judíos de aquel tiempo: “De modo que queda un descanso sabático para el pueblo de Dios. [...] Hagamos, por lo tanto, lo sumo posible para entrar en ese descanso”. (Hebreos 4:4-11.) Antes de hacerse cristianos, aquellos judíos habían observado la Ley mosaica tan meticulosamente como les había sido posible. Pero entonces Pablo los instaba a dejar de buscar la salvación por sus obras y “descansar” de obras muertas. De ahí en adelante habrían de ejercer fe en el sacrificio de Jesús como el único medio por el que la humanidad podría llegar a considerarse justa a la vista de Dios.
¿Cómo podemos hoy seguir respetando el punto de vista de Dios? Los testigos de Jehová, como personas razonables, aprecian el día de descanso semanal vigente en muchos países, y dedican ese tiempo libre a la familia. Sin embargo, ese día les ha sido útil en particular para otras ocupaciones cristianas. (Efesios 5:15, 16.) Por ejemplo, se reúnen y participan en el ministerio público, visitando a sus vecinos para compartir con ellos información bíblica en cuanto a la era de paz mundial de la que gozará la humanidad creyente en el futuro. Si usted desea aprender sobre estas cosas, los testigos de Jehová le ayudarán con gusto, sea un sábado, un domingo o cualquier otro día de la semana.
[Fotografía en la página 29]
Las ocupaciones del cristiano son refrescantes aunque se hagan en días de descanso laboral
[Ilustración en la página 28]
Jesús observó a la perfección la ley sabática, no las tradiciones judías