¿Lo sabía?
¿Con qué se escribía en tiempos bíblicos?
Las palabras con que el apóstol Juan concluye la tercera de sus epístolas bíblicas responden esta pregunta. “Tenía muchas cosas que escribirte —dice Juan—; sin embargo, no deseo seguir escribiéndote con tinta y pluma.” (3 Juan 13.) Los términos griegos aquí empleados para “tinta” y “pluma” podrían traducirse literalmente “negro” y “caña” (Comentario al texto griego del Nuevo Testamento).
En aquel entonces, la pluma del escriba era un trozo seco de caña cortado diagonalmente en uno de sus extremos. La punta, que tenía un fino tajo, podía afilarse con piedra pómez. En realidad, las plumas de caña se parecían mucho a las modernas plumas fuente de plumín metálico y funcionaban de forma similar.
La tinta, literalmente “negro”, solía ser una combinación de hollín o negro de humo y una sustancia gomosa que servía de aglutinante. Como se vendía seca, había que diluirla en agua hasta lograr la consistencia deseada. Esta tinta no llegaba a penetrar el papiro ni el pergamino, sino que se secaba en la superficie. Así pues, bastaba con pasar una esponja húmeda —otro elemento del equipo del escriba— para corregir cualquier error. Esto nos permite entender en qué estaban pensando algunos escritores bíblicos cuando hablaban de borrar nombres del libro de recuerdo de Dios (Éxodo 32:32, 33; Revelación [Apocalipsis] 3:5).
¿En qué consistía el oficio del apóstol Pablo?
Hechos 18:3 indica que Pablo tenía el oficio de hacer tiendas de campaña, o carpas. En tiempos bíblicos, para confeccionar las tiendas de los viajeros, primero había que tejer tiras de pelo de camello o de cabra y luego coserlas unas con otras. También se hacían muchas tiendas de cuero. Otras podían ser de tela de lino, como la que se fabricaba en Tarso, la ciudad natal de Pablo. Es posible que el apóstol utilizara alguno de estos materiales, o incluso todos. Mientras trabajó con Áquila, puede que también hiciera toldos de lino para proteger del sol los patios de casas particulares.
Probablemente, Pablo aprendió este oficio de joven. De acuerdo con ciertos papiros egipcios, cuando Egipto estuvo bajo el dominio romano, el aprendizaje de un oficio se iniciaba alrededor de los 13 años de edad. Si Pablo comenzó a esta edad, puede que con 15 o 16 años ya supiera cortar el material del tamaño y forma deseados y coser las piezas con diversos punzones y técnicas. “Al concluir su aprendizaje, Pablo tal vez recibió su propio juego de herramientas —explica el libro The Social Context of Paul’s Ministry (El contexto social de la época del ministerio de Pablo)—. Y puesto que los cuchillos y punzones eran fáciles de transportar, se podía ejercer de fabricante de tiendas en cualquier lugar.” Este oficio permitía que un misionero como Pablo pudiera cubrir los gastos que le surgieran durante sus viajes.