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“La cabeza de todos estos reinos”La Atalaya 1961 | 15 de agosto
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HAZOR, una ciudad cananea de los días de Josué, no era un lugar pequeño o sin importancia. Describiendo brevemente a Hazor, dice la Biblia: “Volvióse Josué en aquel tiempo y capturó a Hazor, y a su rey lo mató con la espada, porque Hazor era antes de eso la cabeza de todos estos reinos.” (Jos. 11:10) Comentó un arqueólogo sobre cuán apta era la descripción que dio la Biblia. Informó el Times de Nueva York del 12 de mayo de 1959: “Un arqueólogo israelí informó ayer que las excavaciones en la ciudad bíblica de Hazor en la Galilea de Israel descubrieron ‘el mejor cuadro hasta la fecha’ de la cultura material de los antiguos cananeos e israelitas. Al mismo tiempo, el Dr. Yigael Yadin, una autoridad sobre los Manuscritos del Mar Muerto, dijo que el descubrimiento de alfarería micénica el noviembre pasado en las excavaciones de Hazor estableció que el Josué de la Biblia conquistó a Hazor en el siglo trece a. de J.C., junto con Jericó, cuando los israelitas cruzaron el Jordán y entraron a la Tierra Santa. La alfarería descubierta, dijo, ubica la campaña de Josué alrededor de 3,300 años atrás, lo cual coincide con el registro bíblico....
“Durante los últimos cuatro años, el Dr. Yadin ha encabezado la expedición arqueológica de Jaime A. de Rothschild-Universidad Hebrea en este sitio de la Galilea del norte. Ha descubierto los restos de veintiuna ciudades. . . . Sus excavaciones, dijo el Dr. Yadin, indican que la mayor de las veintiuna ciudades, y probablemente la más grande de Canaán, fue la Hazor que Josué conquistó y quemó. . . . Las excavaciones de Hazor, dijo el Dr. Yadin, indican que la ciudad se ajusta a la breve descripción bíblica como ‘la cabeza de todos aquellos reinos.’ ‘La Hazor de Josué era una ciudad de aproximadamente 60,7 hectáreas; que podía albergar de 25,000 a 30,000 personas,’ dijo el Dr. Yadin. ‘Podemos darnos alguna idea del tamaño imponente para aquellos días cuando nos damos cuenta de que Meguido, la famosa ciudad fortaleza que guardaba el valle de Jezreel—Armagedón—medía solamente unas 6.07 hectáreas, y la Jerusalén del tiempo del rey David, siglos más tarde, media unas 4.04 hectáreas.’”
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1961 | 1 de octubre
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Preguntas de los lectores
● ¿Qué quiso decir Jesús mediante las palabras, “Ustedes están equivocados, porque no conocen ni las Escrituras ni el poder de Dios; porque en la resurrección ellos ni se casan ni se dan en matrimonio”? (Mat. 22:29, 30) ¿Qué hay en las Escrituras Hebreas que los saduceos deberían haber sabido acerca de la resurrección y el no casarse en ella?—A. E., EE. UU.
Los saduceos no creían en una resurrección, lo cual se comprueba, no solo con los registros de los Evangelios, sino también con el registro de Hechos 23:6-10, que relata acerca de la contienda que causó Pablo entre los fariseos y saduceos al declarar que él creía en la resurrección de los muertos. La pregunta entrampadora que los saduceos hicieron, acerca de una mujer que tuvo como esposos a siete hermanos en sucesión y de cuál sería esposa en la resurrección, tenía el propósito de probar que Jesús estaba equivocado, pero él les devolvió la pelota y probó que ellos estaban equivocados. Al hacerlo Jesús pudo haber citado de muchos pasajes bíblicos que muestran que los muertos serían resucitados, tales como las palabras de Job (14:13-15), Oseas (13:14), Daniel (12:13) y otros. Pero debido a que los saduceos sostenían que solo el Pentateuco era inspirado, para probar su punto Jesús usó las palabras dirigidas por Jehová a Moisés en la zarza ardiente, —Mat. 22:31, 32.
Esto constituía un verdadero golpe maestro de parte de Jesús, ya que los saduceos se enorgullecían de su conocimiento del Pentateuco y no obstante no habían visto en él la clara implicación de la resurrección que Jesús les señaló. No habían comprendido la importancia de lo que Dios dijo a Moisés junto a la zarza ardiente para indicar que él, Jehová Dios, es Deidad, no de los muertos, sino de los vivos. Para que los entonces difuntos Abrahán, Isaac y Jacob volviesen a vivir para adorar a su Dios común tendrían que tener una resurrección de entre los muertos. Jehová Dios era capaz de efectuar este milagro de la resurrección de los muertos.—Éxo. 3:6.
El hecho de que Dios tiene el poder de la resurrección había sido ilustrado aun por Jesús mismo como Hijo de Dios antes de la ocasión en que los saduceos trataron de confundir a Jesús con su pregunta entrampadora. Por estas razones patentes Jesús podía decir llanamente a esos saduceos que después de todo ellos no eran tan inteligentes, que estaban equivocados al despreciar la resurrección de los muertos y que el estar ellos equivocados en cuanto a esto se debía a que no conocían ni las Escrituras por Moisés, y el resto de los profetas, ni el poder obrador de milagros de Dios.
Jesús fácilmente desmenuzó el problema de ellos respecto a la resurrección al informar a los saduceos que los que serán resucitados a la vida sobre la Tierra ni se casan ni se dan en matrimonio, y por lo tanto no existirá problema alguno respecto a de quién será esposa la mujer que en este viejo mundo tuvo de esposo a siete hermanos sucesivamente. Jesús mostró de esta manera que, aunque los saduceos estaban familiarizados con las Escrituras registradas, particularmente con la ley de Moisés, no tenían ningún conocimiento verdadero en cuanto al significado y fuerza profética de ellas. Si los saduceos hubieran conocido las Escrituras habrían sabido que éstas enseñaban la resurrección. Si hubieran conocido el poder de Dios habrían sabido que Dios podría resolver cualquier problema implicado en la resurrección.
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