La vida y el ministerio de Jesús
Cumple la profecía de Isaías
DESPUÉS que Jesús se entera de que los fariseos y los partidarios de Herodes planean matarlo, él y sus discípulos se retiran al mar de Galilea. Aquí vienen a él grandes muchedumbres de todas partes de Palestina, y hasta de lugares más lejanos. Él cura a muchas personas, y el resultado es que todos los que tienen enfermedades dolorosas se apresuran a tocarlo.
Debido a que las muchedumbres son tan grandes, Jesús dice a sus discípulos que le tengan dispuesto de continuo un bote. Al mantenerse retirado de la orilla evita que el gentío se precipite sobre él. Así puede impartir instrucción desde el bote o viajar a la costa de otra zona para ayudar a otras personas.
El discípulo Mateo nota que esta actividad de Jesús cumple “lo que se habló mediante Isaías el profeta”. Entonces cita la profecía que Jesús cumplió, a saber:
“¡Mira! ¡Mi siervo a quien escogí, mi amado, a quien mi alma aprobó! Pondré mi espíritu sobre él, y aclarará a las naciones lo que es la justicia. No reñirá, ni levantará la voz, ni oirá nadie su voz en los caminos anchos. No quebrantará ninguna caña cascada, y no extinguirá ninguna mecha de lino que humea, hasta que envíe la justicia con éxito. Realmente, en su nombre esperarán naciones”.
Por supuesto, Jesús es el siervo amado que Dios aprueba. De modo que Jesús aclara lo que significa la justicia verdadera, la cual ha sido oscurecida por tradiciones religiosas falsas. Al aplicar injustamente la ley de Dios, ¡los fariseos no se atreven a ayudar a un enfermo en día de sábado! De modo que, para establecer claramente la justicia de Dios, Jesús alivia a la gente de la carga de las tradiciones injustas, por lo cual los líderes religiosos tratan de matarlo.
¿Qué significa el que ‘no reñirá, ni levantará la voz de manera que se oiga en los caminos anchos’? Pues bien, al curar a las personas, ‘les ordena rigurosamente que no lo den a conocer’. Él no desea que se le dé publicidad en las calles ni que circulen de persona en persona informes tergiversados.
Además, Jesús lleva su mensaje consolador a personas que figurativamente son como una caña cascada, doblada y pisoteada. Son como una mecha de lino que humea, cuya última chispa de vida está a punto de apagarse. Jesús no aplasta la caña cascada ni apaga el débil fuego de la mecha de lino. Más bien, con amor y ternura alienta hábilmente a los mansos. Ciertamente, ¡Jesús es la persona en quien todas las naciones pueden esperar! (Mateo 12:15-21; Marcos 3:7-12; Isaías 42:1-4.)
◆ ¿Cómo aclara Jesús el significado de la justicia y no riñe ni levanta su voz en los caminos anchos?
◆ ¿Quiénes son como una caña cascada y una mecha de lino, y cómo los trata Jesús?