El camino del amor nunca falla
“Sigan procurando celosamente los dones mayores. Y todavía les muestro un camino sobrepujante.” (1 CORINTIOS 12:31.)
1-3. a) ¿Por qué es parecido aprender a expresar amor y aprender un nuevo idioma? b) ¿Qué factores pueden hacer difícil aprender a expresar amor?
¿HA INTENTADO alguna vez aprender un nuevo idioma? Es un verdadero reto, por no decir más. Sin embargo, un niño aprende un lenguaje solo con oírlo. Su cerebro embebe los sonidos y significados de las palabras de modo que al poco tiempo empieza a expresarse con relativa facilidad y, a veces, con demasiada facilidad. Pero no nos sucede así a los adultos. Nos remitimos una y otra vez a un diccionario bilingüe solo para aprender unas cuantas frases básicas de una lengua extranjera. Con el tiempo y suficiente experiencia empezamos a pensar en el nuevo idioma y se nos hace más fácil hablarlo.
2 Aprender a expresar el amor es similar a aprender un nuevo idioma. Es verdad que esta cualidad divina es hasta cierto grado inherente en el ser humano (Génesis 1:27; compárese con 1 Juan 4:8). De todos modos, aprender a expresar amor requiere un gran esfuerzo, especialmente hoy en día cuando escasea tanto el cariño natural (2 Timoteo 3:1-5). A veces ese es el caso en la misma familia. En efecto, muchos niños se crían en un ambiente hostil donde casi nunca se oyen palabras amables, si es que se oyen alguna vez (Efesios 4:29-31; 6:4). ¿Cómo, entonces, podemos aprender a expresar amor aun cuando prácticamente se nos haya privado de él?
3 La Biblia puede ayudarnos. En 1 Corintios 13:4-8 Pablo nos ofrece una descripción gráfica, no una definición mecánica, de cómo actúa el amor de la clase más elevada. Un repaso de estos versículos nos ayudará a entender la naturaleza de esta cualidad divina y nos preparará para manifestarla mejor. Veamos algunas facetas del amor que Pablo explica. Las agruparemos según tres categorías: la conducta en general; luego, más específicamente, las relaciones interpersonales; y, finalmente, el aguante.
El amor ayuda a vencer el orgullo
4. ¿Qué nos enseñan las Escrituras acerca de los celos?
4 Después de su introducción sobre el amor, Pablo escribió a los corintios: “El amor no es celoso” (1 Corintios 13:4). Los celos pueden manifestarse con la envidia o el resentimiento por la buena fortuna o los logros del prójimo. Los celos son destructivos, física, emocional y espiritualmente (Proverbios 14:30; Romanos 13:13; Santiago 3:14-16).
5. ¿Cómo puede ayudarnos el amor a vencer los celos cuando parece que se nos pasa por alto con relación a algún privilegio teocrático?
5 De modo que podemos preguntarnos: “¿Tengo envidia cuando parece que se me pasa por alto con relación a algún privilegio teocrático?”. Si la respuesta es afirmativa, no perdamos la esperanza. El escritor bíblico Santiago nos recuerda que en todos los seres humanos imperfectos está presente una “tendencia hacia la envidia” (Santiago 4:5). El amor a los hermanos puede ayudarnos a recuperar el equilibrio. Nos permite regocijarnos con los que se regocijan y no ver como una afrenta personal el que otros reciban algún beneficio o reconocimiento (compárese con 1 Samuel 18:7-9).
6. ¿Qué grave situación surgió en la congregación corintia del siglo primero?
6 Pablo añade que el amor “no se vanagloria, no se hincha” (1 Corintios 13:4). Si tenemos algún talento o habilidad, no tenemos por qué jactarnos. Parece ser que este era el problema de algunos hombres ambiciosos que se habían introducido en la antigua congregación de Corinto. Es posible que supieran expresar mejor las ideas o fueran más eficientes. Su intento de sobresalir puede que contribuyera a que la congregación se dividiera en facciones (1 Corintios 3:3, 4; 2 Corintios 12:20). Esta situación se agravó tanto que Pablo más tarde tuvo que censurar a los corintios por ‘soportar a los irrazonables’, a quien llamó en tono crítico “apóstoles superfinos” (2 Corintios 11:5, 19, 20).
7, 8. Muestre con la Biblia cómo podemos utilizar los talentos naturales que tengamos para promover la unidad.
7 Hoy puede desarrollarse una situación similar. Por ejemplo, quizá algunos tengan la tendencia de jactarse de sus logros en el ministerio o sus privilegios en la organización de Dios. Aunque tengamos una habilidad especial que no tengan otros miembros de la congregación, ¿nos da esto licencia para hincharnos? Al fin y al cabo, se espera que utilicemos cualquier talento innato que poseamos para promover la unidad, no nuestra persona (Mateo 23:12; 1 Pedro 5:6).
8 Pablo escribió que aunque la congregación tiene muchos miembros, “Dios compuso el cuerpo” (1 Corintios 12:19-26). El término griego que se traduce por compuso significa “combinar con armonía”, como en la mezcla de colores. Por tanto, ningún miembro de la congregación debe hincharse por sus habilidades ni intentar dominar a los demás. El orgullo y la ambición no tienen lugar en la organización de Dios (Proverbios 16:19; 1 Corintios 14:12; 1 Pedro 5:2, 3).
9. ¿Qué ejemplos amonestadores contiene la Biblia sobre algunas personas que buscaron sus propios intereses?
9 El amor “no busca sus propios intereses” (1 Corintios 13:5). La persona que tiene amor no manipula a los demás para salirse con la suya. La Biblia contiene ejemplos amonestadores al respecto. Por ejemplo, leemos acerca de Dalila, Jezabel y Atalía, mujeres que manipularon a los demás para su propio provecho egoísta (Jueces 16:16; 1 Reyes 21:25; 2 Crónicas 22:10-12). También estuvo Absalón, el hijo del rey David. Este se dirigía a los que llegaban a Jerusalén con causas judiciales y trataba de ganarse su favor astutamente diciéndoles que la corte real no tenía verdadero interés en sus problemas. Luego, les aseguraba sin rodeos que lo que la corte necesitaba era un hombre compasivo como él (2 Samuel 15:2-4). Claro está que Absalón no se interesaba por los oprimidos, sino solo por sí mismo. Se autoproclamó rey y desvió el corazón de muchos. Pero con el tiempo sufrió una aplastante derrota y ni siquiera se le consideró digno de recibir un entierro honorable (2 Samuel 18:6-17).
10. ¿Cómo podemos demostrar que tenemos presentes los intereses ajenos?
10 Esto constituye una advertencia para los cristianos de la actualidad. Es posible que tengamos por naturaleza el don de la persuasión, seamos hombres o mujeres. Quizá nos resulta fácil salirnos con la nuestra, por decirlo así, dominando la conversación o agotando a los que tienen puntos de vista diferentes. Sin embargo, si somos amorosos de verdad siempre tendremos presentes los intereses ajenos (Filipenses 2:2-4). No nos aprovecharemos de los demás ni promoveremos ideas cuestionables debido a nuestra experiencia o posición en la organización de Dios como si nuestras opiniones fueran las únicas de peso. Antes bien, recordaremos el proverbio bíblico: “El orgullo está antes de un ruidoso estrellarse; y un espíritu altivo, antes del tropiezo” (Proverbios 16:18).
El amor promueve las relaciones pacíficas
11. a) ¿Cómo podemos manifestar el amor que es bondadoso y decente? b) ¿Cómo podemos demostrar que no nos regocijamos con la injusticia?
11 Pablo también escribió que el amor es “bondadoso” y que “no se porta indecentemente” (1 Corintios 13:4, 5). En efecto, el amor no nos permitirá actuar de manera ruda, vulgar o irrespetuosa. Antes bien, tomaremos en consideración los sentimientos de los demás. Por ejemplo, la persona amorosa no hace cosas que perturban la conciencia del prójimo (compárese con 1 Corintios 8:13). El amor “no se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad” (1 Corintios 13:6). Si amamos la ley de Jehová no minimizaremos la gravedad de la inmoralidad ni nos entretendremos con lo que Dios odia (Salmo 119:97). El amor nos ayudará a disfrutar de lo que edifica en vez de lo que destruye (Romanos 15:2; 1 Corintios 10:23, 24; 14:26).
12, 13. a) ¿Cómo debemos reaccionar cuando alguien nos ofende? b) Cite ejemplos bíblicos que muestran que incluso la ira justificada puede hacer que actuemos imprudentemente.
12 Pablo escribe que el amor “no se siente provocado” (“no se enoja con facilidad”, Nueva Versión Internacional, 1990) (1 Corintios 13:5). Es normal que los seres humanos imperfectos nos “agitemos” o sintamos cierta ira cuando alguien nos ofende. Sin embargo, sería impropio albergar resentimiento por tiempo o mantenernos en estado provocado (Salmo 4:4; Efesios 4:26). Si no la controlamos, incluso la ira justificada puede hacer que actuemos imprudentemente, y Jehová pudiera tenérnoslo en cuenta (Génesis 34:1-31; 49:5-7; Números 12:3; 20:10-12; Salmo 106:32, 33).
13 Algunos han permitido que las imperfecciones ajenas afecten su decisión de asistir a las reuniones cristianas o participar en el ministerio del campo. Muchos de ellos libraron en el pasado una dura lucha por la fe, quizá aguantando oposición familiar, la mofa de los compañeros de trabajo y otras dificultades. Han aguantado tales sufrimientos porque los consideraban pruebas de su integridad, y eso es lo que eran. Pero ¿qué sucede cuando un compañero cristiano dice o hace algo poco amoroso? ¿No es también una prueba de integridad? Por supuesto que lo es, pues si permanecemos en estado provocado, podemos dejar “lugar para el Diablo” (Efesios 4:27).
14, 15. a) ¿Qué significa ‘llevar cuenta del daño’? b) ¿Cómo podemos imitar a Jehová en lo que respecta a perdonar?
14 Con buena razón Pablo añade que el amor “no lleva cuenta del daño” (1 Corintios 13:5). En este pasaje utiliza un término contable, probablemente evocando la acción de asentar la ofensa en un libro de contabilidad para no olvidarla. ¿Es amoroso hacer un registro permanente en la memoria de la palabra o acto que nos ha herido, como si necesitáramos referirnos a ello más adelante? ¡Cuánto debemos alegrarnos de que Jehová no nos inspeccione de esa manera tan poco misericordiosa! (Salmo 130:3.) Efectivamente, cuando nos arrepentimos, él borra nuestros errores (Hechos 3:19).
15 Podemos imitar a Jehová a este respecto. No debemos ser demasiado susceptibles cuando parece que alguien nos menosprecia. Si nos ofendemos con facilidad, puede que nos hagamos más daño nosotros mismos que el que jamás pudiera hacernos la persona que nos ofendió (Eclesiastés 7:9, 22). Por el contrario, debemos recordar que el amor ‘todo lo cree’ (1 Corintios 13:7). Claro está que no queremos ser crédulos, pero tampoco debemos ser suspicaces y dudar de los motivos de nuestros hermanos. Siempre que sea posible, concedamos a los demás el beneficio de la duda (Colosenses 3:13).
El amor nos ayuda a aguantar
16. ¿En qué circunstancias puede el amor ayudarnos a tener gran paciencia?
16 Pablo nos dice luego que “el amor es sufrido” (1 Corintios 13:4). Nos permite soportar situaciones difíciles, a veces por mucho tiempo. Por ejemplo, muchos cristianos han vivido por años en un hogar dividido en sentido religioso. Otros se mantienen solteros, no por elección propia, sino por no haber encontrado al cónyuge apropiado “en el Señor” (1 Corintios 7:39; 2 Corintios 6:14). También se cuentan los que luchan con problemas debilitantes de salud (Gálatas 4:13, 14; Filipenses 2:25-30). En realidad, en este sistema imperfecto, nadie se halla en una situación en la vida que no requiera ningún tipo de aguante (Mateo 10:22; Santiago 1:12).
17. ¿Qué nos ayudará a aguantar todas las cosas?
17 Pablo nos asegura que el amor “todas las cosas las soporta [...], todas las espera, todas las aguanta” (1 Corintios 13:7). El amor a Jehová nos ayudará a soportar cualquier situación por causa de la justicia (Mateo 16:24; 1 Corintios 10:13). No buscamos el martirio. Por el contrario, deseamos vivir una vida pacífica y tranquila (Romanos 12:18; 1 Tesalonicenses 4:11, 12). No obstante, cuando surgen pruebas de la fe, las aguantamos con gozo como parte del costo del discipulado cristiano (Lucas 14:28-33). Mientras aguantamos, intentamos mantener una actitud positiva, esperando el mejor desenlace de las situaciones penosas.
18. ¿Por qué se necesita aguante aun en tiempo favorable?
18 La tribulación no es la única circunstancia que requiere aguante. A veces, aguantar significa perseverar, continuar en un proceder establecido, ya sea en situaciones difíciles o no. El aguante implica mantener buenos hábitos espirituales. Por ejemplo, ¿participamos en el ministerio según nos permiten nuestras circunstancias? ¿Leemos la Palabra de Dios y meditamos sobre ella y nos comunicamos con nuestro Padre celestial mediante la oración? ¿Asistimos con regularidad a las reuniones de la congregación, y nos beneficiamos del intercambio de estímulo con nuestros hermanos en la fe? Si así es, estamos aguantando, sea que ahora nos hallemos en tiempo favorable o dificultoso. No nos demos por vencidos, “porque al debido tiempo segaremos si no nos cansamos” (Gálatas 6:9).
El amor, “un camino sobrepujante”
19. ¿Cómo es el amor “un camino sobrepujante”?
19 Pablo subrayó la importancia del amor llamando a esta cualidad divina “un camino sobrepujante” (1 Corintios 12:31). ¿En qué sentido es “sobrepujante”? Pues bien, Pablo acababa de enumerar los dones del espíritu, comunes entre los cristianos del siglo primero. Algunos profetizaban, otros curaban enfermedades y a muchos se les había dado la facultad de hablar en lenguas. Estos eran sin duda dones impresionantes. Sin embargo, Pablo dijo a los corintios: “Si hablo en las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, he venido a ser un pedazo de bronce sonante o un címbalo estruendoso. Y si tengo el don de profetizar y estoy enterado de todos los secretos sagrados y de todo el conocimiento, y si tengo toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy” (1 Corintios 13:1, 2). Efectivamente, incluso actos que serían valiosos en otras circunstancias se convierten en “obras muertas” si no están motivados por el amor a Dios y al prójimo (Hebreos 6:1).
20. ¿Por qué se necesita esfuerzo continuo para cultivar el amor?
20 Jesús nos da otra razón por la que debemos cultivar la cualidad divina del amor. “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos —dijo—, si tienen amor entre sí.” (Juan 13:35.) La conjunción “si” deja a cada cristiano la opción de aprender o no a expresar amor. Al fin y al cabo, el mero hecho de vivir en un país extranjero no nos obliga a aprender su idioma. Tampoco la mera asistencia a las reuniones del Salón del Reino ni el compañerismo de nuestros hermanos cristianos nos enseña automáticamente a expresar amor. Aprender este “idioma” requiere un esfuerzo continuo.
21, 22. a) ¿Cómo debemos reaccionar si no damos la talla en algún aspecto del amor que Pablo menciona? b) ¿En qué sentido puede decirse que “el amor nunca falla”?
21 A veces no daremos la talla en algún aspecto del amor que Pablo menciona. Pero no nos desanimemos. Apliquémonos con paciencia. Sigamos consultando la Biblia y poniendo en práctica sus principios en nuestras relaciones interpersonales. Nunca olvidemos el ejemplo de Jehová. Pablo exhortó a los efesios: “Háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos, y perdónense liberalmente unos a otros, así como Dios también por Cristo liberalmente los perdonó a ustedes” (Efesios 4:32).
22 Tal como con el tiempo se hace más fácil expresarse en un nuevo idioma, también suele hacerse más fácil expresar el amor. Pablo nos asegura que el “amor nunca falla” (1 Corintios 13:8). A diferencia de los dones milagrosos del espíritu, el amor nunca dejará de existir. De modo que sigamos aprendiendo a expresar esta cualidad divina. Es, como Pablo la llama, “un camino sobrepujante”.
¿Sabe explicarlo?
◻ ¿Cómo puede ayudarnos el amor a vencer el orgullo?
◻ ¿De qué maneras puede ayudarnos el amor a promover la paz en la congregación?
◻ ¿Cómo puede el amor ayudarnos a aguantar?
◻ ¿En qué sentido es el amor “un camino sobrepujante”?
[Ilustración de la página 19]
El amor nos ayudará a pasar por alto las faltas de nuestros hermanos en la fe
[Ilustraciones de la página 23]
El aguante significa mantener nuestros hábitos teocráticos