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7D “Pacto” usado en el antiguo sentido hebreoTraducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias)
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”Esta conexión hace muy difícil suponer que la palabra clave (διαθήκη) se usa con diferentes sentidos en estos versículos, y especialmente que la característica de una clase particular de διαθήκη, esencialmente diferente del πρώτη διαθήκη [pró·te di·a·thé·ke, “pacto anterior”] de los vv. 15, 18, debería presentarse en el v. 16. Porque es imposible sostener que los sacrificios con que fue inaugurado el Viejo Pacto pudieran explicarse con la suposición de que este fuera un ‘Testamento’. Tampoco parece que se le pudiera llamar ‘Testamento’ en sentido alguno.
”Por eso, es muy razonable concluir que διαθήκη tiene el mismo sentido en todo lugar, y que el sentido es el que, a no ser por esta excepción, es el sentido universal: ‘pacto’, a menos que haya argumentos de gran peso contra tal punto de vista”.
Por lo tanto, en Heb 9:16, 17 la palabra griega di·a·thé·ke tiene el mismo significado que en los versículos del contexto, a saber, “pacto”, en correspondencia con la palabra hebrea beríth. Estos versículos son parte de la consideración, por el apóstol, del pacto de la Ley de Moisés en comparación con su antitipo, el nuevo pacto. Pablo dice que el mediador (el “[humano] que hace el pacto”) muere para que el pacto llegue a ser legal y sea forzoso cumplirlo. En el caso del pacto de la Ley, las víctimas animales tomaron el lugar de Moisés —el mediador del pacto de la Ley—, y la sangre de ellas sustituyó a la de él para legalizar y poner en vigor el pacto. De manera correspondiente, en el caso del nuevo pacto, Jesucristo —el mediador del nuevo pacto— en realidad dio su vida humana perfecta en sacrificio. Como resultado del derramamiento de su sangre, el nuevo pacto quedó validado. (Heb 9:17.)
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7E Las expresiones “El Antiguo Testamento” y “El Nuevo Testamento”Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias)
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7E Las expresiones “El Antiguo Testamento” y “El Nuevo Testamento”
2Co 3:14.—Gr.: ἐπὶ τῇ ἀναγνώσει τῆς παλαιᾶς διαθήκης
(e·pí tei a·na·gnó·sei tes pa·lai·ás di·a·thé·kes);
lat.: in lectione veteris testamenti
1904
“en la lectura del viejo testamento”
Versión Reina-Valera.
1963
“durante la lectura del antiguo pacto”
Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas, Brooklyn.
Hoy es una práctica común llamar “El Antiguo Testamento” o “El Viejo Testamento” a las Escrituras escritas en hebreo y arameo. Esto se basa en la lectura de 2Co 3:14 en la Vulgata latina, varias versiones basadas en esta, y la Versión Reina-Valera (ediciones de 1904 y 1934). Las Escrituras Griegas Cristianas por lo general reciben el nombre de “El Nuevo Testamento”. Debe notarse que en 2Co 3:14 la palabra di·a·thé·kes significa “pacto”, como en los otros 32 lugares donde aparece en el texto griego. (Véase Ap. 7D.)
Sobre el significado de la palabra latina testamentum (genitivo: testamenti), Edwin Hatch, en su obra Essays in Biblical Greek, Oxford, 1889, p. 48, declara que “porque no se tenía conocimiento de la filología del latín posterior y vulgar, anteriormente se supuso que ‘testamentum’, como se vierte la palabra [di·a·thé·ke] en las versiones latinas primitivas así como en la Vulgata, significaba ‘testamento’, mientras que en realidad significaba también —si no exclusivamente— ‘pacto’”. De igual manera, en A Bible Commentary for English Readers by Various Writers, publicado por Charles Ellicott, Nueva York, tomo VIII, p. 309, W. F. Moulton escribió que “en la antigua traducción latina de las Escrituras, testamentum llegó a ser la versión común de la palabra [di·a·thé·ke]. Sin embargo, puesto que esta versión muy a menudo se encuentra donde es imposible pensar en un significado como testamento (por ejemplo, en Sl lxxxiii, 5, donde nadie supone que el salmista dice que los enemigos de Dios ‘han arreglado un testamento contra Él’), está claro que el testamentum latino se usó con un significado extendido, en respuesta a la amplia aplicación de la palabra griega”. (Véanse Sl 25:10 y Sl 83:5, nn.)
En vista de lo ya indicado, la lectura “viejo testamento” en ciertas ediciones de la Versión Reina-Valera (así como “antiguo testamento” en otras versiones) en 2Co 3:14 es errónea. Hay traducciones modernas que presentan la lectura correcta, “antiguo pacto” o “viejo pacto”, en ese lugar. Aquí el apóstol Pablo no se está refiriendo a las Escrituras Hebreas y Arameas en su totalidad. Tampoco quiere decir él que los escritos cristianos inspirados constituyen un “nuevo testamento (pacto)”. El apóstol habla del antiguo o viejo pacto de la Ley, que fue registrado por Moisés en el Pentateuco y que compone sólo una parte de las Escrituras que existían antes del cristianismo. Por esta razón dice en el versículo siguiente 2Co 3:15: “cuando se lee a Moisés”.
Por lo tanto, no hay base válida para llamar “El Antiguo Testamento” o “El Viejo Testamento” a las Escrituras Hebreas y Arameas, ni para llamar “El Nuevo Testamento” a las Escrituras Griegas Cristianas. Jesucristo mismo se refirió a la colección de los escritos sagrados con la expresión “las Escrituras”. (Mt 21:42; Mr 14:49; Jn 5:39.) El apóstol Pablo llamó a esta colección “las santas Escrituras”, “las Escrituras” y “los santos escritos”. (Ro 1:2; 15:4; 2Ti 3:15.) En armonía con la expresión inspirada de Ro 1:2, la Traducción del Nuevo Mundo contiene en su título la frase “las Santas Escrituras”.
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8A Dinero, pesos, medidasTraducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias)
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8A Dinero, pesos, medidas
Los siguientes valores son promedios basados en evidencia bíblica y hallazgos arqueológicos. Todas las equivalencias modernas que se usan en esta obra deben considerarse aproximaciones. Las equivalencias de las medidas para líquidos y para áridos corresponden al sistema estadounidense.
Para calcular el valor actual del oro o la plata, consiga el valor más reciente por gramo o por onza troy y multiplique esa cifra por la cantidad de gramos u onzas troy.
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