5 Dios acepta todas las religiones. ¿Cierto o falso?
Lo que algunos dicen: “Tal como hay muchos caminos que llevan al mismo destino, también hay muchas formas de llegar a Dios. Cada quien debe encontrar la suya”.
Lo que enseña la Biblia: Nuestra adoración debe ser sincera, no fingida ni hipócrita. Jesús explicó a los líderes religiosos de su día por qué Dios los había rechazado: “Aptamente profetizó Isaías acerca de ustedes, hipócritas, como está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí[’]” (Marcos 7:6). En realidad, la sinceridad por sí sola no garantiza que Dios acepte nuestra adoración.
Jesús así lo indicó cuando puso al descubierto el principal error de aquellos líderes religiosos y sus seguidores. Les aplicó estas palabras de Dios: “En vano me siguen adorando, porque enseñan como doctrinas mandatos de hombres” (Marcos 7:7). Como ponían sus tradiciones religiosas por delante de los mandamientos divinos, su adoración era “en vano”, o inútil.
En vez de apoyar la idea de que hay muchas maneras de acercarse a Dios, la Biblia enseña que hay una sola. Mateo 7:13, 14 dice: “Entren por la puerta angosta; porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por él; mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan”.
Cómo le beneficia saber la verdad: Imagine que tras ganar un maratón para el que estuvo meses entrenándose, lo descalificaran por violar una norma que desconocía. ¿Cómo se sentiría? Quizá pensaría que todos sus esfuerzos fueron inútiles. ¿Podría ocurrir algo parecido con nuestra adoración a Dios?
El apóstol Pablo comparó nuestra adoración a una competición atlética y escribió: “Si alguien compite hasta en los juegos, no es coronado a menos que haya competido de acuerdo con las reglas” (2 Timoteo 2:5). Para conseguir el favor de Dios, hay que adorarlo “de acuerdo con las reglas”, es decir, del modo que él aprueba. En una carrera, un atleta no puede ir por donde quiera y esperar que lo declaren ganador. Igualmente, nosotros no podemos elegir nuestro propio camino hacia Dios y esperar que él nos apruebe.
Si deseamos agradar a Dios, nuestra religión debe estar libre de mentiras. Jesús dijo: “Los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad” (Juan 4:23). ¿Y dónde aprendemos el auténtico camino hacia Dios? En su Palabra, la Biblia (Juan 17:17).a
[Nota]
a Si desea más información sobre la adoración que a Dios le complace, consulte el capítulo 15 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?
[Comentario de la página 8]
¿Enseñan todas las religiones a adorar a Dios como él aprueba?