Estudio 18
Mejorando sus respuestas
1, 2. ¿Por qué debemos todos aplicarnos a dar buenas respuestas?
1 Todos los cristianos deben cultivar la habilidad de dar buenas respuestas. El apóstol Pablo escribió lo siguiente: “Que su habla siempre sea con gracia, sazonada con sal, para que sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno.” (Col. 4:6) Y es natural que nos esforcemos por mejorar nuestras respuestas. Cuando respondemos bien, sentimos verdadero placer: “El hombre tiene regocijo en la respuesta de su boca, y una palabra a su tiempo apropiado, ¡oh cuán buena es!”—Pro. 15:23.
2 ¿Siente usted personalmente la necesidad de mejorar sus respuestas? ¿Está usted completamente satisfecho con la participación que tiene en las reuniones de congregación, o podría hacer alguna mejora que realmente le produciría mucho placer? En su ministerio del campo, ¿ha habido ocasiones en que usted haya deseado haber tratado la situación de manera diferente? Esto es cierto de todos nosotros, de modo que es provechoso considerar juntos cómo podemos mejorar nuestras respuestas.
3, 4. ¿Cómo podrían darse varios comentarios sobre una sola pregunta durante una reunión?
3 Reuniones de congregación. En la mayoría de las congregaciones de los testigos de Jehová se nota que ciertas personas siempre están listas para responder a las preguntas que se hacen en el estudio de La Atalaya, en el estudio de libro de congregación o en el repaso oral de la Escuela del Ministerio Teocrático. Esto no es ningún accidente. Puede que respondan según lo que han aprendido durante años de estudio y asociación con el pueblo de Jehová; pero, en la mayoría de los casos, la preparación durante el tiempo corriente es también un factor principal. Hasta los que recientemente se asocian pueden dar buenas respuestas si hacen una regla de estudiar el material de antemano.—Pro. 15:28.
4 Si usted es el primero que comenta sobre una pregunta, usualmente es bueno abordarla de frente, dando una respuesta directa. Pero si alguien ya ha contestado la pregunta, no piense que la consideración tiene que terminar con eso. Para dar otros comentarios sobre la misma pregunta, puede hacer cualquiera de estas cosas: Amplifique la respuesta, muestre cómo los textos bíblicos del párrafo se relacionan con la respuesta, o señale cómo el asunto que se considera afecta nuestra propia vida. Si el material tiene que ver con las condiciones del mundo o las prácticas de la religión falsa, podría comentar acerca de una experiencia o situación local que destaque la veracidad de lo que el párrafo dice. Esto enriquece la consideración.
5. ¿Por qué es bueno contestar brevemente y en las propias palabras de uno?
5 Las respuestas por lo general son de más peso y se graban más profundamente en los que escuchan cuando son breves y al grano. Esas respuestas son aconsejables en la mayoría de los casos. Cuando alguien divaga por las ideas de un párrafo entero, nada sobresale y los que escuchan usualmente no han quedado mejor enterados de la respuesta precisa a la pregunta. También, las respuestas que se dan en las propias palabras del que comenta son por lo común muy útiles. El comentar de esta manera ayuda al que responde a hacer suya la información, y con frecuencia la fraseología que se usa ayuda a otros a captar ideas que posiblemente no hayan podido captar antes. Sus discursos en la escuela del ministerio le ayudan a desarrollar esta habilidad.
6. ¿Cómo podemos mejorar en cuanto a tener listas las respuestas cuando se hace la pregunta?
6 ¿Puede usted mejorar, también, en estar listo para ofrecer sus respuestas? Esto envuelve preparación de antemano. Pero no se prepare para esto mientras el párrafo se lee u otros comentan, porque perderá mucho del provecho de la reunión. Habitúese a tener sus respuestas marcadas de antemano. Si usted ha subrayado sólo unas cuantas palabras clave más bien que frases u oraciones largas, entonces una mirada rápida a esas palabras clave le recordará el pensamiento y usted estará listo para responder. Si la pregunta sobre cierto párrafo está dividida en partes “a” y “b” una indicación en el margen en cuanto a qué parte corresponde a la “a” o la “b” le ayudará a evitar adelantarse al conductor al dar sus comentarios. Aun si la información no tiene preguntas, si el auditorio va a participar en la consideración es útil marcar los puntos que le parezcan clave. Esto hará posible comentar espontáneamente, y por lo tanto contribuirá a una consideración animada. Después de contestar una vez en una reunión, no se retenga, concluyendo que otros pueden dar todas las demás respuestas. Esté dispuesto a comentar libremente.
7. ¿Por qué debemos todos sentir la responsabilidad de comentar en las reuniones?
7 Hay quienes quizás sean tímidos en cuanto a responder, por pensar que otros pueden dar mejores comentarios. Pero la Biblia nos insta a apreciar nuestra responsabilidad individual de participar. Escribió el apóstol Pablo: “Tengamos firmemente asida la declaración pública de nuestra esperanza sin titubear, Y considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, no abandonando el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros.” (Heb. 10:23-25) Al responder incitamos a otros al amor y a las obras excelentes, alentando su corazón y animándolos. Además, nosotros mismos nos beneficiamos, porque experimentamos el gozo de dar y así obtenemos estímulo personal.
8-12. Ofrezca algunas sugerencias sobre el tratar con objeciones en el ministerio del campo.
8 Respondiendo a las objeciones en el ministerio del campo. Usted tendrá poca dificultad en responder a preguntas que le hagan en el ministerio de casa en casa si cultiva regularidad en su estudio personal y en asistir a las reuniones. Pero si no sabe la respuesta a una pregunta que se le hace, no vacile en decirle eso al amo de casa. Entonces diga que usted puede obtener la información y volver a visitarlo en otro momento. Si la persona es sincera, se alegrará de que usted pueda hacerlo.
9 Además de esas preguntas, es posible que a veces se le presenten objeciones. ¿Qué hará en cuanto a ellas? Antes de contestar a las objeciones es útil saber algo acerca de la manera de pensar de la persona que las ha presentado. Usted pudiera preguntar qué es lo que le hace presentar esa objeción. Por ejemplo, una persona pudiera presentar la objeción de que ha oído que usted no cree en Cristo, pero en realidad sencillamente está confundida debido a la doctrina de la Trinidad. Muchas objeciones son el resultado de esa clase de mala interpretación. Es importante llegar a un entendimiento mutuo del significado de los términos claves antes de entrar en la consideración de un asunto. De hecho, esto puede contestar la objeción y hacer innecesario el continuar considerando el punto.
10 Es bueno, también, cuando se presentan objeciones, tratar el asunto como uno de interés mutuo, en todo caso posible, más bien que como algo que los hace opositores. Por eso, en vez de considerar una objeción como desagradable o enfadosa, considere la objeción como un punto que verdaderamente preocupa al amo de casa. Teniendo esto presente, pudiera decirle que se alegra de que haya mencionado el asunto. Considérelo una clave hacia más conversación, como algo que posiblemente abra la mente de la persona de modo que reciba las verdades bíblicas. ¿Por qué no practicar esto en la escuela del ministerio, incluyendo en sus discursos situaciones que le exijan vencer objeciones?
11 A veces mientras usted habla a una persona interesada otra persona presenta objeciones para que usted no pueda seguir su conversación. En tal situación, usted pudiera pasar la carga de presentar pruebas al objetor. Jesucristo usó preguntas de contraofensiva para silenciar a los opositores que trataron de interferir con su predicación. (Mat. 22:41-46) Por eso es bueno recordar que la persona que hace una afirmación sin prueba sobre algún asunto es la que apropiadamente debe llevar la carga de presentar la prueba. Por ejemplo, si un amo de casa le dice a usted: “Ustedes no creen en la Trinidad,” en un tono que da a entender que esa creencia se exige de los cristianos, usted pudiera decir: “Yo creo todo lo que la Biblia enseña. ¿Pudiera usted mostrarme con la Biblia por qué yo debería creer esa doctrina?” Entonces la carga de la prueba recae sobre la otra persona, que tendrá que apoyar lo que afirma que es la verdad.
12 La respuesta más autoritativa a cualquiera que afirma que acepta las Escrituras es una tomada directamente de la propia Palabra de Dios. Es mucho más persuasiva que cualquier cosa que personalmente pudiéramos decir. Por supuesto, al dar respuestas, siempre permanezca en calma y muestre cortesía, prescindiendo de la actitud del que le interrogue. Esto es propio de un ministro de Dios.
13, 14. En estudios bíblicos de casa, ¿qué pudiera hacerse en cuanto a las preguntas que haga el estudiante?
13 En los estudios bíblicos. En los estudios bíblicos por lo general hay un ambiente amigable, tranquilo, que lleva a razonar acerca de los asuntos. Por eso, después que usted responda a la pregunta de un estudiante, es buena práctica preguntarle si está satisfecho. Puede que haya unos puntos que todavía no le parezcan claros. Si usted no está seguro de cierta respuesta en particular, ofrezca investigar el asunto para él. Si necesita más ayuda, usted puede preguntar a un publicador de más experiencia. Recuerde, cuando usted ayuda a alguien a obtener una percepción más profunda del mensaje de la Biblia puede estar empezando a poner a esa persona en el camino a la vida, tal como Felipe el evangelizador ayudó al eunuco etíope al contestar sus preguntas.—Hech. 8:26-39.
14 Con el tiempo pudiera ser mejor no contestar todas las preguntas que le hagan en un estudio de la Biblia, sino dejar algunas que han de ser abarcadas en el estudio que se considerará más tarde. Además, pensando en el propio progreso del estudiante, conviene mostrarle cómo hallar respuestas a las preguntas por medio de hacer una investigación él mismo. Se le pudiera hablar acerca de las ayudas para el estudio de la Biblia como los índices de las publicaciones de la Sociedad o un capítulo conveniente del libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra. Entonces pregúntele más tarde que información halló, y cómo la entiende. Piense en su crecimiento espiritual, no meramente en responder a sus preguntas.
15-18. ¿Qué actitud debemos tener cuando se exija que contestemos preguntas a funcionarios?
15 Cuando se le lleve ante funcionarios. Al considerar el asunto de la persecución, el apóstol Pedro dijo: “Santifiquen al Cristo como Señor en su corazón, siempre listos para hacer una defensa ante todo el que les exige razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con un genio apacible y profundo respeto.” (1 Ped. 3:14, 15) Hay ocasiones en que quizás nos veamos precisados a hacer una defensa delante de tribunales judiciales o representantes de la ley que tienen la autoridad de preguntarnos qué creemos y por qué creemos de ese modo. “Santifiquen al Cristo como Señor en su corazón,” aconseja el apóstol. Asegúrese de que en el fondo de su corazón usted da al Señor Jesucristo el más alto respeto, una posición sagrada, una que no debe ser profanada. Entonces no habrá razón para sentir ansiedad. Si agradamos a Aquel a quien Dios ungió como Rey sobre toda la Tierra, no hay razón para sentirnos perturbados en cuanto a la manera en que reaccionen hombres que estén en posiciones encumbradas.
16 No obstante, en armonía con la amonestación que se da en Romanos 13:1-7, muestre respeto a las personas que están en autoridad. Aun cuando su interrogador parezca estar imputándole malos motivos o expresándose en antagonismo contra los testigos de Jehová, no se desquite con una respuesta áspera. (Rom. 12:17, 21; 1 Ped. 2:21-23) Recuerde que usted está allí para dar un testimonio. ¿No pudiera suceder que uno de estos funcionarios respondiera al testimonio? ¿Pudiera resultar por lo menos en una actitud más favorable para con la obra de predicación? Que su conducta y su habla sean una buena representación del camino de la verdad.—Mat. 10:18-20.
17 Pudiera haber también ocasiones en que fuera sabio decir muy poco. Quizás usted quisiera echar la carga de suministrar pruebas sobre sus opositores, como lo hizo el apóstol Pablo cuando estuvo en juicio. (Hech. 24:10-13) O quizás hasta decida permanecer callado. Este puede ser el mejor proceder si hombres malvados tratan de hacer que usted tropiece en palabra o de burlarse de usted sin tener ningún deseo sincero de saber la respuesta a sus preguntas. (Luc. 23:8, 9) También usted pudiera considerar sabio mantenerse callado debido a que buscan, por medio de usted, causar daño a sus compañeros Testigos. Dijo el salmista David: “Pondré un bozal, sí, como guardia para mi propia boca, mientras esté alguien inicuo enfrente de mí.” (Sal. 39:1, 2) Particularmente en países donde hay oposición fiera al cristianismo verdadero es necesario poder distinguir entre el “tiempo de callar” y el “tiempo de hablar.”—Ecl. 3:7.
18 Comentando sobre lo hábiles que son los siervos de Jehová en contestar preguntas, un periódico británico dijo: “Detrás de todo lo que un Testigo hace hay una razón bíblica. De hecho, uno de sus principios fundamentales es el reconocimiento de la Biblia como completa, literal y exclusivamente verdadera. Y en esto parece consistir su segunda fortaleza; pueden producir una respuesta a toda pregunta.” Es la Palabra de Dios y nuestra confianza en ella lo que hace posible el que podamos contestar las preguntas que tienen perpleja a la gente. Todo crédito y honra va a Él. Pero al esforzarnos por mejorar nuestras respuestas glorificamos más a Jehová, hacemos mayor nuestro propio gozo y llevamos a otros a la senda de la paz con Dios.