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Discernimiento espiritual—evidencia de madurez cristianaLa Atalaya 1960 | 1 de enero
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lleno de conocimiento acertado y discernimiento espiritual hace al cristiano fuerte, capaz de defenderse de los ataques del enemigo, Satanás, capaz de identificar sus lazos sutiles del materialismo y de temor a los hombres y capaz de resistirlos. Escapa de las frustraciones, preocupaciones y dolores autoimpuestos que provienen de seguir imprudentemente deseos insensatos y perjudiciales y evita actos insensatos que resultan en censurarse a sí mismo y en una conciencia cargada de culpa.—1 Tim. 6:9, 10.
15 Mientras gozamos de las bendiciones que tal madurez trae tenemos que vigilar contra sentirnos demasiado seguros y tenemos que recordar siempre que la madurez cristiana y el discernimiento espiritual no resultan de nuestros propios esfuerzos únicamente, sino que se efectúan por el funcionamiento del espíritu de Jehová en expresión de su bondad amorosa hacia nosotros. De modo que continuaremos acudiendo a Jehová en oración pidiendo que nos ayude a continuar sirviéndole de un modo maduro, que nos detenga para que no cometamos ningún acto presuntuoso, para que ‘los dichos de nuestra boca y las meditaciones de nuestro corazón sean agradables a Jehová’ a todo tiempo.—Sal. 19:13, 14.
16, 17. ¿De qué manera puede cada persona participar del espíritu de optimismo gozoso de la sociedad del nuevo mundo?
16 El siervo fiel de Jehová avanza confiadamente, feliz y satisfecho al trabajar bajo la dirección del Rey reinante, Cristo Jesús, y la organización teocrática visible que Dios ha establecido en la tierra. Su madurez cristiana lo capacita a fortalecer y vigorizar a sus hermanos y personas de buena voluntad para que ellos también alcancen la completa hombredad cristiana y participen del mismo gozo y de las mismas bendiciones.
17 La perspectiva feliz y confiada que la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová demuestra es una evidencia de su madurez. Cada uno puede participar de ese espíritu de optimismo gozoso esforzándose por lograr la meta de la madurez cristiana, y estar lleno de discernimiento espiritual. Al proceder así gozos y privilegios innumerables pueden ser nuestra porción tanto ahora como en el nuevo mundo que se halla precisamente adelante, “con tal que, por supuesto, continúen en la fe, establecidos en el cimiento y firmes y no siendo desviados de la esperanza de esas buenas nuevas que ustedes oyeron, y las cuales fueron predicadas en toda la creación que está bajo el cielo.”—Col. 1:23.
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‘El extrañarse de Dios’La Atalaya 1960 | 1 de enero
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‘El extrañarse de Dios’
La siguiente declaración concerniente a las iglesias de la cristiandad se hizo en la asamblea que el Concilio de Iglesias Mundial celebró en Ámsterdam, y se publicó en el libro Treasury of the Christian Faith: “En nuestras iglesias divididas, hay mucho que confesamos con penitencia ante el Señor . . . , porque es en el extrañarnos de él que tiene su origen todo nuestro pecado. A esto se debe el que los males del mundo hayan penetrado tan profundamente en nuestras iglesias, de modo que entre nosotros también hay normas de éxito mundanas, división de clases, rivalidad económica, una mente seglar. Aun donde no hay diferencias de teología, idioma o liturgia, existen iglesias segregadas según raza y color. . . . Estamos en peligro de ser sal que ha perdido su sabor y que no sirve para nada.”
Un escritor de la Biblia, Santiago, comenta que la mundanalidad resulta en un extrañamiento de Dios: “¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desea ser un amigo del mundo se está constituyendo un enemigo de Dios.”—Sant. 4:4.
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