-
El poder tras el universo... ¿una fuerza misteriosa, o una persona real?La Atalaya 1980 | 1 de julio
-
-
del Sol, la serena belleza de la Luna, lo refrescante de la lluvia, la majestuosidad de las montañas, el calidoscopio siempre cambiante de las nubes y el mar, la fascinadora variedad que se observa en flores, árboles, insectos, aves y animales, la risa de los niños, la bondad de los amigos y el amor de un cónyuge. Y en lo más profundo de su corazón usted sabe que todo esto fue provisto por una verdadera PERSONA... el gran Edificador del universo.—Heb. 3:4.
Lógicamente, pues, de acuerdo con todos los hechos y la razón, el Ser Supremo tiene que ser una VERDADERA PERSONA. Siendo eso así, ¿tiene él un nombre personal? Si lo tiene, ¿cuál es ese NOMBRE?
-
-
¿Tiene Dios un nombre personal?La Atalaya 1980 | 1 de julio
-
-
¿Tiene Dios un nombre personal?
MUCHAS personas pudieran decir: ‘¿Importa el nombre de Dios? Hay un solo Ser Supremo.’ Por ejemplo, en cierta ocasión un clérigo del Canadá dijo: “Tampoco es importante el nombre que la gente dé a Dios.” Este clérigo sostuvo que no importaría el que uno usara “Alá,” como hacen los musulmanes, o “Manitú,” como hacen algunos indios norteamericanos. Muchos miembros del clero tienen la misma opinión.
Pero consideremos esto: ¿Para qué usamos los nombres? ¿Qué encierra un nombre?
Fundamentalmente, los nombres se usan para identificación. A menudo también están estrechamente relacionados con logros personales o fama. Para millones de personas, nombres como los de Alejandro Magno o Gandhi inmediatamente hacen recordar los logros de estos hombres.
Pero, ¿por qué es necesario el nombre de Dios? Porque, aunque muchas personas creen en un solo Dios verdadero, muchísimas otras personas adoran a muchos dioses. Los hindúes tienen millones de dioses. En otras partes de Asia y en África, millones de personas adoran a sus antepasados. Muchas personas adoran el Estado, a líderes políticos o a “estrellas” del teatro o el cine. Y de otras se dice que “su dios es su vientre.”—Fili. 3:19.
Para distinguir de esta “galaxia” de dioses al Ser Supremo, él tiene un nombre muy exclusivo y personal. Y este nombre, como veremos, no solo es importante respecto a identificación, sino que está vitalmente enlazado con Su reputación. Él se ha hecho un nombre de fama.
ENTONCES, ¿QUÉ NOMBRE TIENE DIOS?
¿Pudiera ser “Alá” el nombre de Dios? No. Como puede mostrar un buen diccionario, “Alá” es una forma abreviada del término árabe que significa “el dios.” Obviamente, esto no es un nombre.
¿Qué hay de “Señor”? Eso tampoco es un nombre. “Hay muchos ‘dioses’ y muchos ‘señores,’” dice la Biblia. (1 Cor. 8:5) Esa palabra suele usarse como título de
-