Salmos

 2 Antes de que nacieran las montañas

o produjeras* la tierra y el terreno productivo,+

desde siempre y para siempre,* tú eres Dios.+

 3 Tú haces que el hombre mortal vuelva al polvo;

dices: “Vuelvan, hijos de los hombres”.+

 4 Porque a tus ojos mil años son solo como el día de ayer, que ya pasó,+

como una vigilia de la noche.

 6 por la mañana florece y se renueva,

pero al atardecer se marchita y se seca.+

 7 Porque tu furia nos devora+

y tu furor nos aterroriza.

 8 Pones nuestros errores delante de ti;*+

con la luz de tu rostro dejas nuestros secretos al descubierto.+

 9 Nuestros días se desvanecen* por causa de tu furia;

nuestros años se acaban como un suspiro.*

10 Nuestra vida llega hasta los setenta años,

o hasta los ochenta+ si alguien tiene una fortaleza especial.*

Pero esos años están llenos de dificultades y penas;

pasan rápido, y desaparecemos.*+

12 Enséñanos a contar* nuestros días+

para que consigamos un corazón sabio.

14 Sácianos de tu amor leal+ por la mañana

para que gritemos de alegría y estemos contentos+ toda nuestra vida.*

15 Compénsanos con alegría por los días en que nos has hecho sufrir,+

los años en que hemos pasado calamidades.+

16 Que tus siervos vean tu actividad,

y sus hijos, tu esplendor.+