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g79 8/12 págs. 13-16

Islandia recurre a la energía geotérmica

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Islandia

¿QUÉ puede hacer un país, por ejemplo la nación de Islandia, en el Atlántico Norte, cuando no tiene como fuente de energía recursos de combustible derivado de fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural?

Un anuncio de aquel lugar dice: “Compre al modo islandés, use productos de Islandia.” Este lema se ha tomado en serio en el campo de la energía aquí en Islandia. Aunque se ha aprovechado la inmensa energía de varios ríos, esto no ha sido suficiente para reducir de manera satisfactoria la importación de petróleo. En busca de otra fuente económica, los ojos se han vuelto hacia el antiquísimo enemigo de Islandia, el volcán.

¿Pudiera utilizarse la tremenda energía del volcán... posiblemente no una erupción volcánica en sí, sino el principal producto secundario de la actividad volcánica, la energía geotérmica? Islandia tiene depósitos subterráneos de agua sobrecalentada que, al permitírsele salir, instantáneamente se convierte en vapor al llegar al aire frío de la superficie. A su vez, el vapor es una excelente forma de energía limpia y eficaz.

Islandia es una isla de la cordillera sumergida llamada el Contrafuerte del Medio del Atlántico. A lo largo de la cumbre de esta zona activa de agrietamiento y volcanismo, que pasa por el centro de Islandia, se conocen 17 campos de temperatura elevada. En estas regiones hay vastas reservas de agua sobrecalentada, atrapada en las rocas de la tierra. ¿A qué temperatura está esa agua? La más elevada temperatura que se ha medido es de aproximadamente 340 grados Celsius, o centígrados. Cuando el agua sobrecalentada se pone en contacto con el aire de la superficie, produce una ensordecedora y explosiva salida de vapor de agua. Este vapor puede aprovecharse para suministrar energía a una turbina y producir electricidad.

La Autoridad Nacional Islandesa de Energía calcula que, de usarse plenamente el calor de estos campos geotérmicos de elevada temperatura, el resultado pudiera ser la producción continua de 10.000 megavatios (1 megavatio=1.000.000 de vatios) de electricidad. Cuando se considera que Islandia usa solo unos 500 megavatios, empezamos a darnos cuenta de la vasta cantidad de energía inexplotada que hay en este pequeño país.

Además de los campos de temperatura elevada, también hay zonas muy útiles de temperatura baja que suministran agua caliente. No se trata de agua a la temperatura del agua de una bañera. Más bien, una temperatura que esté entre 80 y 140 grados centígrados, es temperatura baja en el sentido de que se le considera demasiado baja para producir electricidad, aunque es muy apropiada para fines domésticos e industriales. Por ejemplo, Reykjavik (Reykiavik), la capital, y varios municipios de los alrededores, han organizado sistemas de calefacción divididos en distritos para usar los campos geotérmicos de temperatura baja sobre los cuales se han construido esas poblaciones.

La energía geotérmica en Islandia

A principios del siglo veinte pocos individuos pensaban siquiera en usar las fuentes naturales de aguas termales del país para algo que no fuera el bañarse a veces al aire libre. En Reykjavik, la gente caminaba casi una hora para lavar la ropa en un manantial de aguas termales en Thvottalaugar. En 1928 se perforó en Thvottalaugar y se obtuvo agua a una temperatura de 87 grados Celsius. Esta agua fue canalizada a unos cuantos edificios públicos y algunos hogares a tres kilómetros de distancia. Este experimento en calefacción central comunal tuvo éxito, y empezó la búsqueda de más aguas termales. En 1933 se encontró una gran cantidad de estas aguas en Reykir, a unos 15 kilómetros del pueblo, y en 1939 se construyó una cañería entre Reykir y Reykjavik. Para 1943 la red de distribución había llegado a la mayoría de las regiones pobladas de Reykjavik. El mismo año se estableció en la ciudad el Hitaveita, o Servicio de Calefacción del Distrito. Este arreglo empezó a servir con una capacidad de 200 litros por segundo. Hoy hay disponibles unos 2.000 litros por segundo, el equivalente de 420 megavatios de energía térmica. De este inmenso suministro, el 25 por ciento se obtiene de pozos profundos dentro de la misma ciudad de Reykjavik.

Hay planes para alcanzar mayor expansión por medio de utilizar campos más distantes así como pozos más profundos. Hasta en Reykjavik (población: 84.000 personas), el Hitaveita se propone efectuar otras 10 perforaciones de 2.000 a 3.000 metros de profundidad.

Las ventajas de la calefacción geotérmica

La calefacción geotérmica se granjea muchos amigos entre las personas de todo el mundo que toman en consideración la ecología. En la mayoría de las ciudades modernas la contaminación está perjudicando el ambiente, a la vez que causa mucha irritación a todo organismo viviente. Reykjavik fue una vez una ciudad llena de humo, como otras, pero esa situación ha cambiado. Debido a que usa energía geotérmica limpia y eficaz, esta ciudad se ha librado de la mortífera contaminación que crea la quema de combustibles derivados de fósiles.

El costo de utilizar la energía geotérmica es mucho menos que el de quemar petróleo importado para producir calor o electricidad. Por ejemplo, un hogar que consumiera aproximadamente 40.000 kilovatios de energía anualmente tendría que pagar 324.300 coronas islándicas (1.273 dólares, E.U.A.) por petróleo, mientras que, con los métodos geotérmicos, el costo anual total podría bajar a 88.310 coronas islándicas (347 dólares, E.U.A.).

La sencillez es también un factor clave en el uso de aguas termales para calentar el hogar. Los conductos o cañerías de agua caliente se aíslan bien con el propósito de que el precioso calor no se pierda. Cada casa tiene un contador de agua caliente, y la misma persona que lee el contador eléctrico lee este contador. La misma agua es también lo suficientemente limpia como para servir para otros fines domésticos, y se usa directamente del grifo para tomar baños, lavar y cocinar.

¿Le gustaría poder nadar en cualquier tiempo del año en una piscina de agua caliente al aire libre? La ciudad de Reykjavik tiene dos de esas piscinas al aire libre, para que la gente pueda nadar con la comodidad que ofrece una temperatura de 26 grados centígrados, sin importar lo fría que esté la temperatura del aire. Hoy la piscina de Laugardalur ha reemplazado la vieja lavandería de Thvottalaugar. Otro rasgo singular en Laugardal es el de cuatro estanques en los cuales la gente se sienta, cada uno de los cuales tiene su temperatura constante individual. Hasta 15 personas pueden sentarse en cada uno de estos estanques y hallar descanso en agua a una temperatura que varía de 32 a 45 grados centígrados. Los que sufren de reumatismo y otras enfermedades de índole inflamatoria se alivian por medio de visitas diarias a estas “calderas.” No es raro el que estos centros de salud y vigor sean tan populares, tanto entre los habitantes de la ciudad como entre los visitantes. La gente de la ciudad de Reykjavik paga solo 120 coronas islándicas ($0,47 E.U.A.) por visita, con descuentos para los niños y los ancianos, además de servicio gratis para los cojos.

¿Pueden beneficiarse las zonas rurales?

¿Qué hay de los demás 100.000 habitantes esparcidos en los muchos pueblecitos, aldeas y granjas? ¿Se les pudiera suministrar a ellos también lo que necesitan en cuanto a energía por medio de aprovechar alguna forma de energía geotérmica? La Autoridad Nacional de Energía calcula que como resultado del precio actual de los recursos alternativos de energía, el 70 por ciento de la población estará usando métodos de calefacción geotérmicos en el futuro cercano. Para el restante 30 por ciento de los habitantes de Islandia, la calefacción eléctrica producida por medio del proceso geotérmico, que es menos costoso, será todavía más económica de lo que lo sería si fuera producida por medio de combustibles derivados de fósiles.

El nuevo Hitaveita Sudurnesja (Servicio de Calefacción del Distrito de Sudurnes) ha estado en funcionamiento desde fines de 1976. Con el tiempo, este sistema suministrará calefacción geotérmica para los hogares de 11.000 personas. Tanto Akureyri, el pueblo más grande del norte (población: 12.000), como varias de las aldeas, han desarrollado sistemas de calefacción comunales. También se espera poder canalizar agua caliente a las aldeas que bordean los fiordos occidentales.

Centrales eléctricas geotérmicas

El usar vapor procedente de campos geotérmicos de temperatura elevada para producir electricidad es una tarea difícil que exige el uso de las más modernas técnicas de la ingeniería. Cerca del hermoso lago Mývatn se encuentra una de estas centrales eléctricas. Ha demostrado su confiabilidad al funcionar con una producción de tres megavatios desde que comenzó en 1969. En la actualidad se está construyendo una segunda central de electricidad producida por vapor al pie del monte Krafla. Hay planes para obtener vapor de agua de muchas perforaciones que alcanzan profundidades de entre 1.500 y 2.000 metros en un campo geotérmico de 35 kilómetros cuadrados. Hasta ahora el vapor procedente de este campo ha pasado de una temperatura de 340 grados centígrados, lo cual da a los ingenieros la esperanza de que esta nueva instalación podrá, con el tiempo, producir unos 70 megavatios de electricidad.

A pesar de erupciones ocasionales de lava y poderosas salidas súbitas e incontrolables de vapor, el proyecto de la central eléctrica de Krafla sigue progresando. Aunque para algunas personas el futuro de estas centrales parezca excelente, hay que construirlas cerca de campos geotérmicos de temperatura elevada, si no encima de ellos, si se quiere alcanzar productividad máxima. Por lo tanto vemos que se incurre en considerable riesgo cuando se quiere producir electricidad de este modo. Solo el tiempo dirá si el más reciente proyecto de energía eléctrica de Krafla tendrá éxito completo, de modo que quede justificado el riesgo.

El proyecto de roca líquida de Heimaey

Ahora Islandia está desarrollando un método para aprovechar otra fuente de valor geotérmico... el campo de la lava líquida. Para la gente de las Vestmannaeyjar (Islas de Westmann) a las afueras de la costa meridional de Islandia, parece que ésta es la mejor fuente de energía. No hay evidencia de que estas islas tengan manantiales naturales que tengan aguas termales en cantidad práctica, de modo que lo único que puede hacerse es considerar el volcán y su producto secundario, la lava líquida.

A principios de 1973 los 5.500 habitantes de Heimaey se vieron obligados a salir de su isla después que empezó una erupción fisural precisamente a las afueras del pueblo. En pocas semanas, la tercera parte del pueblo quedó arropada por la lava que bajaba del volcán que acababa de surgir. Varios meses después el volcán cesó de arrojar lava líquida, y la gente empezó a volver a la isla para limpiar los escombros y reanudar su vida acostumbrada. ¿Qué pudiera ser mejor que utilizar, si fuera posible, el calor procedente de este enemigo de ellos que acababa de formarse?

La energía procedente del nuevo campo de lava de Heimaey se puede aprovechar para calentar los edificios del pueblo. Cañerías que han sido hundidas en la lava reciente de Heimaey llevan vapor de agua y gases a la superficie, y éstos, a su vez, calientan agua en el sistema de calefacción municipal. Puesto que esto es un ciclo completo y cerrado, se envía agua a 80 grados centígrados al sistema de calentar espacios en Heimaey, y se devuelve para que sea recalentada cuando se ha enfriado a 40 grados centígrados.

Hay planes para llevar dentro de poco tiempo a todas las casas del pueblo el beneficio de este nuevo sistema de calefacción. Los peritos creen que, a medida que con el tiempo se vaya enfriando la capa superior de lava, será posible hundir más profundamente dentro de la lava las cañerías hasta que se encuentre suficiente calor. Se piensa que los isleños de Westmann podrán usar el Hraun-hitaveita (Servicio de Calefacción del Distrito de la Lava) por muchas décadas antes de que el campo llegue a estar demasiado frío para poder usarse en sentido económico.

Labranza de invernadero

En un país tan septentrional como Islandia, el clima y la corta temporada de cultivo imponen considerables limitaciones a la agricultura. Como resultado de esto, solo es posible cultivar unos cuantos vegetales al aire libre. Pero por el uso de la energía geotérmica los islandeses no tienen que estar atados a los métodos convencionales de cultivo. Se usa calor natural procedente de la tierra para calentar aproximadamente 14 hectáreas bajo cultivo de invernadero. De este modo se cultivan tomates, pepinos y muchas variedades de flores en una zona en la cual, si no fuese así, el cultivo de estas cosas sería limitado. También se pueden cultivar otras variedades de vegetales en ciertas regiones de Islandia donde el suelo mismo se calienta de manera natural por medio, por supuesto, de la energía geotérmica.

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